la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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Chico Buarque entrevistado por Clarice Lispector: “No es que sea crédulo, lo que soy es muy perezoso / Não é que eu seja crédulo, sou é muito preguiçoso “ / entrevista en español y portugués / Revista Manchete, Rio de Janeiro, 1968



 Xico Buark







Esta grafía, Xico Buark, fue inventada por Millôr Fernandes una noche en el Antônio´s.  Me gustó como cuando jugaba con las palabras en la infancia. En cuanto a Chico, apenas sonrió con una sonrisa doble: una por encontrarla graciosa, otra mecánica y tristona de alguien que fue aniquilado por la fama. Si Xico Buark no combina con la figura pura y un poco melancólica de Chico, combina con la cualidad que él tiene de dejar que los otros lo llamen y lo vean como quieran, con la capacidad que tiene de sonreír conservando muchas veces sus ojos verdes abiertos y sin risa.

Él no es de ninguna manera un muchacho, pero si existiese en el reino animal un bicho pensativo y bello y siempre joven que se llamase Muchacho, Francisco Buarque de Holanda sería de la raza montañesa de los Muchachos.

Arreglamos el encuentro a las 4 de la tarde porque a las cinco Chico tenía una lección de música con Vilma Graça. Hace un año está estudiando teoría musical y  ahora comenzará con piano. Estábamos los dos en mi casa y la conversación transcurrió sin desentendimientos, con una paz de quien al fin llega de la calle.

-Tú todavía has vivido tan poco que tal vez sea prematuro preguntarte si tuviste algún momento decisivo en la vida y cuál fue.

-Yo soy malo para responder. La verdad es que tuve muchos momentos decisivos, pero creo que todavía soy demasiado joven para saber si de hecho eran momentos decisivos. Al final de cuentas no sé si ellos lo serán o no.


-Tengo la impresión de que tú naciste con una estrella en la frente: todo te sucedió de manera y fácil y natural como un riachuelo de campo. ¿No me equivoco si digo que para ti no es muy difícil crear?

-No te equivocas. Porque a veces estoy tratando de crear alguna cosa y duermo pensando en eso, me levanto pensando en eso –y nada. En general me canso y desisto. Y otro día la cosa estalla y cualquier persona pensaría que era gratuita, nacida en ese momento. Pero esa explosión viene del trabajo anterior inconsciente y aparentemente negativo. ¿Y tú trabajo cómo es?

-Viene a veces en nebulosa sin que pueda caracterizarlo de ningún modo. También como tú, paso días o hasta años, Dios mío, esperando. Y, cuando llega, ya viene en forma de inspiración. Yo sólo trabajo por inspiración.

-Hasta ahí te entiendo, Clarice. Pero a mí, cuando la música o la letra vienen, me parece que es mucho más fácil de concretizar porque es una cosa pequeña. Tengo la impresión de que si tuviese la idea de construir una sinfonía o una novela, se despedazaría antes de terminarlas.

-Pero Chico, ahí es que entra el sufrimiento del artista: todo se despedaza y yo pienso que la inspiración que pasó nunca más ha  de venir.

-Si tú tienes una idea para una novela, ¿siempre puedes reducirla a un cuento?

-No es así, pero, si continúo hablando, la entrevistada término siendo yo. Tú, a pesar de ser un joven que vino de una gran ciudad y de una familia erudita, das la impresión de que te deslumbraste, deslumbrando a los otros con tu particular manera de hablar. Lo que quiero decir es que tú, al ir creciendo y adquiriendo mayor madurez, te deslumbraste con tus propias capacidades, entraste en una vorágine  y todavía no pusiste los pies en el suelo. ¿Qué es lo que piensas: ya te habituaste al éxito?

-Tengo cara de bobo porque mis reacciones son muy lentas, pero soy un vivo. Sólo que poner los pies en la tierra en el sentido práctico me confunde un poco. Tengo, por ejemplo, una persona que me explica un contrato y no consigo prestar atención a ciertas cosas. El éxito forma parte de esas cosas exteriores que no contribuyen en nada para mí. Yo soy vanidoso como cualquier persona y me alegro por el éxito pero no es importante. Importante es aquel sufrimiento con el que trato de buscar y encontrar. Hoy, por ejemplo, me levanté con un sentimiento de vacío increíble porque ayer terminé un trabajo.

-Yo también me siento perdida después de que acabo un trabajo más serio.

-Siento envidia: mi trabajo como músico está expuesto a un consumo rápido y yo prácticamente no tengo el derecho de quedarme pensando en una idea mucho tiempo.

-Tal vez tú todavía cambies. ¿Cómo es que Villa-Lobos creaba? Sería interesante para ti saberlo.

-Sé alguna cosa. Por ejemplo, una frase de él que Tom Jobim me contó: dice que Villa-Lobos estaba un día trabajando en su casa y había un barullo increíble a su alrededor. Entonces Tom le preguntó: cómo hace, maestro, eso no lo confunde? Él respondió: el oído de afuera no tiene nada que ver con el oído de adentro. Es eso lo que envidio en él. Me gustaría mucho no tener plazo para entregar mis canciones, y no hacer éxitos: ¿a ti te gustaría, por ejemplo, salir para la calle y comenzar a dar autógrafos en el medio de la  propia calle?

-Lo detestaría, Chico. Yo no tengo, ni de lejos, el éxito que tú tienes, pero incluso el pequeño éxito que tengo a veces me perturba el oído interno.

-Entonces estamos iguales.

-Todas las madres con hijas en edades de casarse estarían de acuerdo en que se casasen contigo. ¿De dónde viene ese aire de buen muchacho? Creo, personalmente, que viene de la bondad mezclada con el buen humor, melancolía y honestidad. Tú también tienes el aire de quien es fácilmente engañado: ¿es verdad que eres crédulo, o tienes los ojos abiertos frente a los charlatanes?

-No es que sea crédulo, lo que soy es muy perezoso.

-¿Qué sentiste cuando el maestro Karabtchevsky dirigió “La Banda” en el Teatro Municipal?

-Claro que me gustó, pero lo que me interesa es crear. La intención de Karabtchevsky fue de las mejores, incluso corajuda. Y todavía quiero que eso se repita con otros compositores populares.

-¿Tú fuiste precoz en otras manifestaciones de la vida? Habla sin modestia.

-No, todo lo que  hice de adolescente está ligado de alguna manera con lo que hago hoy, esto es, versitos.

-¿Tú quieres hacer un versito ahora mismo? Para que no te sientas vigilado, esperaré en el vestíbulo hasta que me llames.

Chico se rió, yo salí, esperé unos minutos hasta que me llamó y ambos  leemos sonriendo:


Como Clarice pidiera
Un versito que yo no dijera
Me salió mal
Se quedó allá adentro esperando
Pero dejó su ojo mirando
Con cara de Juicio Final


-La Banda recuerda a las canciones que nuestros abuelos cantaban: tiene un aire nostálgico y sabroso como cuando se abre un libro grande y encuentras dentro una flor seca guardada exactamente para que perdure. ¿De dónde sacaste esa modinha (genero de canción popular) tan brasilera? ¿Cuál fue la fuente de inspiración?

-No sé, no, es una cosa difícil de concientizar. Recuerdo a las bandas aunque no he vivido en el interior del país, pero atrás de mi casa había un terreno baldío donde a veces había un circo, un parque de diversiones, esas cosas.

-Te vi en la primera manifestación de los estudiantes por la libertad. ¿Qué piensas de los estudiantes del mundo y de los de Brasil en particular?

-De los estudiantes del mundo es para mí difícil hablar, pero aquí en Brasil siento en todos los sectores una pudrición y la imposibilidad de cambio, salvo por  mentalidades completamente jóvenes y todavía no alcanzadas por esa pudrición.  Aquí en Brasil solo veo ese liderazgo. Un muchacho del “New York Times” me entrevistó y me preguntó: está bien, ustedes no quieren censura ni represión ni los métodos arcaicos de educación: pero si ustedes ganaran, ¿quién va a sustituir a las autoridades? Por increíble que parezca, el mundo político está envuelto por esa decadencia y acomodo. ¿Y tú? También te vi en la manifestación.

-Fui por los mismos motivos que tú. Cambiando de tema, Chico, ¿tú ya experimentaste sentirte en soledad? ¿O tu vida ha tenido siempre ese brillo tan merecido? Chico, un consejo para ti: quédate solo de vez en cuando, sino serás hundido. Hasta el amor excesivo de los otros puede hundir a una persona.

-Pienso lo mismo y siempre que puedo hago mi retirada.

-En la música llamada clásica, a pesar de ella englobar a compositores a los cuales el clasicismo no podría ser aplicado, en esa música, ¿qué prefieres?

-Ahí no es cuestión de preferencia, es costumbre para mí. Tengo a mano siempre un Beethoven.

-¿Tu familia prefería que siguieses la vocación de otros talentos tuyos que en apariencia, por lo menos, son más aseguradores de un futuro estable?

-En el comienzo sí. Luego que entré en arquitectura, cuando comencé a cambiar la regla T por la guitarra, la cosa parecía vagabundería. Ahora (sonríe) pienso que ya se conformaron.

-¿Ahora estás componiendo  algo con letra tuya? Tu letra es linda.

-Estoy en la fase de búsqueda. Ayer acabé un trabajo que era sólo de música, que exigía plazo. Para una canción nueva, yo estoy siempre disponible.

-En la música popular, ¿quién sería para ti un ídolo?

-Muchos, y es por eso difícil citar alguno.

-Tu padre es un gran padre. ¿A quién más en tu familia yo llamaría grande, si la conociese?

-A mi madre, a pesar de tener un metro y cincuenta y poco de altura. Yo leí mucho y mamá siempre me estimulaba en ese sentido.

-¿Cuál es la cosa más importante del mundo?

-El trabajo y el amor.

-Como individuo, ¿cuál es la cosa más importante para ti?

-La libertad para trabajar y amar.

-¿Qué es el amor?

-No sé definirlo, ¿y tú?

-Yo tampoco.


Revista Manchete 1968
Traducción  viviana marcela iriart


Fuente en portugués: Portal Luis Nassif







Xico Buark


 
  



Esta grafia, Xico Buark, foi inventada por Millôr Fernandes, numa noite no Antônio’s. Gostei como quando brincava com palavras de crianças. Quanto ao Chico, apenas sorriu um sorriso duplo: um por achar engraçado, outro mecânico e tristonho de quem foi aniquilado pela fama. Se Xico Buark não combina com a figura pura e um pouco melancólica de Chico, combina com a qualidade que ele tem de deixar os outros o chamarem e lê vir, com a capacidade que tem de sorrir conservando muitas vezes os olhos verdes abertos e sem riso.

Ele não é de modo algum um garoto, mas se existisse no reino animal um bicho pensativo e belo e sempre jovem que se chamasse Garoto, Francisco Buarque de Holanda seria da raça montanhesa dos garotos.

Marcamos encontro às quatro horas porque às cinco Chico tinha uma lição de música com Vilma Graça. Há um ano está estudando teoria musical e agora começará com o piano. Estávamos os dois na minha casa e a conversa transcorreu sem desentendimentos, com uma paz de quem enfim volta da rua.


- Você viveu ainda tão pouco que talvez seja prematuro perguntar-lhe se você teve algum momento decisivo na vida e qual foi?


Eu sou ruim para responder.
Na verdade tive muitos momentos decisivos, mas creio que ainda sou moço demais para saber se eram de fato decisivos esses momentos. No final de contas não sei se eles contaram ou não.


- Tenho a impressão que você nasceu com a estrela na testa: tudo lhe correu fácil e natural como um riacho de roça. Estou certa se para você não é muito laborioso criar?

- E não é. Porque às vezes estou procurando criar alguma coisa e durmo pensando nisso, acordo pensando nisso – e nada. Em geral eu canso e desisto. No outro dia a coisa estoura e qualquer pessoa pensaria que era gratuita, nascida naquele momento. Mas essa explosão vem do trabalho anterior inconsciente e aparentemente negativo. E como é seu trabalho?

- Vem às vezes em nebulosa sem que eu possa caracterizá-lo de algum modo. Também como você, passo dias ou até anos, meu Deus, esperando. E, quando chega, já vem em forma de inspiração. Eu só trabalho em forma de inspiração.


- Até aí eu entendo, Clarice. Mas a mim, quando a música ou a letra vêm, parece muito mais fácil de concretizar porque é uma coisa pequena. Tenho impressão de que se me desse idéia de construir uma sinfonia ou um romance, a coisa ia se despedaçar antes de estar completa.


- Mas Chico, aí é que entra o sofrimento do artista: despedaça-se tudo e a gente pensa que a inspiração que passou nunca mais há de vir.


- Se você tem uma idéia para um romance, você sempre pode reduzi-lo a um conto?

- Não é bem assim, mas, se eu falar mais, a entrevistada fica sendo eu. Você, apesar de rapaz que veio de uma grande cidade e de uma família erudita, dá a impressão que se deslumbrou, deslumbrando os outros com sua fala particular. O que quero dizer é que você, ao ter crescido e adquirido maior maturidade, deslumbrou-se com as próprias capacidades, entrou numa roda-viva e ainda não pôs os pés no chão. Que é que você acha: já se habituou ao sucesso.


- Tenho cara de bobo porque minhas reações são muito lentas, mas sou um vivo. Só que pôr os pés no chão no sentido prático me atrapalha um pouco. Tenho, por exemplo, uma pessoa que me explica um contrato e não consigo prestar atenção em certas coisas. O sucesso faz parte dessas coisas exteriores que não contribuem nada para mim. A gente tem a vaidade da gente, a gente se alegra, mas isso não é importante. Importante é aquele sofrimento com que a gente procura buscar e achar. Hoje, por exemplo, acordei com um sentimento de vazio danado porque ontem terminei um trabalho.

- Eu também me sinto perdida depois que acabo um trabalho mais sério.

- Tenho uma inveja: meu trabalho de música está exposto a um consumo rápido e eu praticamente não tenho o direito de ficar pensando numa idéia muito tempo.

- Talvez você ainda mude. Como é que Villa-Lobos criava? Seria interessante para você saber.

- Sei alguma coisa. Por exemplo, uma frase dele que Tom Jobim me contou: diz que Villa-Lobos estava um dia trabalhando na casa dele e havia uma balbúrdia danada em volta. Então o tom perguntou: como é, maestro, isso não atrapalha? Ele respondeu: o ouvido de fora não tem nada a ver com o ouvido de dentro. É isso que invejo nele. Gostaria muito de não ter prazo para entrega das músicas, e não fazer sucesso: você gostaria, por exemplo, de sair para a rua e começar a dar autógrafo no meio da rua mesmo?

- Detestaria, Chico. Eu não tenho, nem de longe, o sucesso que você tem, mas mesmo o pequeno que eu tenho às vezes me perturba o ouvido interno.

- Então estamos quites

- Todas as mães com filhas em idade de casar consentiriam que casassem com você. De onde vem esse ar de bom rapaz? Acho, pessoalmente, que vem da bondade misturada com bom-humor, melancolia e honestidade. Você também tem o ar de quem é facilmente enganado: é verdade que você é crédulo, ou está de olhos abertos para os charlatões?

- Não é que eu seja crédulo, sou é muito preguiçoso.

- O que é que você sentiu quando o maestro Karabtchevsky dirigiu “A Banda” no Teatro Municipal?

- Claro que gostei, mas o que me interessa mesmo é criar. A intenção de Karabtchevsky foi das melhores, inclusive corajosa. Eu quero ver ainda a coisa se repetir com outros compositores populares.

- Você foi precoce em outras manifestações da vida? Fale sem modéstia.

- Não, tudo que fiz como garoto é de algum modo ligado com o que eu faço hoje, isto é, versinhos.

- Você quer fazer um versinho agora mesmo?
Para você não se sentir vigiado, esperarei na copa até você me chamar.

Chico riu, eu saí, esperei uns minutos até ele me chamar e ambos lemos sorrindo:


Como Clarice pedisse

Um versinho que eu não disse

Me dei mal

Ficou lá dentro esperando

Mas deixou seu olho olhando

Com cara de Juízo Final.


- A banda lembra música de nossos avós cantarem: tem um ar saudoso e gostoso de se abrir um livro grosso e encontrar dentro uma flor seca guardada exatamente para durar.
De onde você tirou essa modinha tão brasileira? Qual a fonte de inspiração?

- Não sei não, é uma coisa difícil de conscientizar. Lembro da banda mesmo não tendo vivido no interior, mas atrás da minha casa tinha um terreno baldio onde às vezes havia circo, parque de diversões, essas coisas.

- Vi você na primeira passeata pela liberdade dos estudantes. Que é que você pensa dos estudantes do mundo e do Brasil em particular?

-No mundo é para mim difícil falar, mas aqui no Brasil eu sinto em todos os setores um apodrecimento e a impossibilidade de substituição senão por mentalidade completamente jovens e ainda inatingidas por essa podridão. Aqui no Brasil só vejo esta liderança. Um rapaz do “New York Times” entrevistou-me e perguntou: está bem, vocês não querem censura nem repressão nem os métodos arcaicos de educação: mas se vocês ganharem, quem vai substituir as autoridades? Por incrível que pareça, o mundo político está envolvido por essa decadência e acomodação. E você? Eu também te vi na passeata.

- Fui pelos mesmos motivos que você.
Mudando de assunto, Chico, você já experimentou sentir-se em solidão? Ou sua vida tem sido sempre esse brilho tão justificado? Chico, um conselho para você: fique de vez em quando sozinho, senão você será submergido. Até o amor excessivo dos outros pode submergir uma pessoa.

- Também acho e sempre que posso faço a minha retirada.


- Na música chamada clássica, apesar dela englobar compositores aos quais o classicismo não poderia ser aplicado, nessa música o que você prefere?

- Aí não é questão de preferência, é costume para mim. Tenho sempre à mão um Beethoven.

- Sua família preferia que você seguisse a vocação de outros talentos seus que em aparência, pelo menos, são mais asseguradores de um futuro estável?


- No começo sim. Logo que entrei para a arquitetura, quando comecei a trocar a régua “T” pelo violão, a coisa parecia vagabundagem. Agora (sorri) acho que já se conformaram.

- Você está compondo agora alguma coisa e com letra sua mesma? Sua letra é linda.

- Estou na fase de procura. Ontem acabei um trabalho que era só de música, que exigia prazo. Para uma canção nova, eu estou sempre disponível.

- No domínio da música popular, quem seria por sua vez o seu ídolo?

- Muitos, e é por isso que é difícil citar.

- Seu pai é um grande pai. Quem mais na sua família eu chamaria de grande, se conhecesse?

- Minha mãe, apesar de ter um metro e cinqüenta e poucos de altura.Eu li muito e
mamãe sempre me estimulava nesse sentido.

- Qual é a coisa mais importante do mundo?

- Trabalho e amor.

- Qual é a coisa mais importante para você, como indivíduo?

- A liberdade para trabalhar e amar.

- O que é o amor?

- Não sei definir, e você?

- Nem eu. 



Revista Manchete 1968



“Entrevistas” de Clarice Lispector
Brasil













Clarice Lispector entrevista a Pablo Neruda: "Toda literatura es militante"- "Toda literatura é engajada"/ Jornal do Brasil 12 y 19 de abril de 1969 / Traducción Viviana Marcela Iriart






CL: ¿Cómo se procesa en ti la creación?

PN: Con papel y tinta. Por lo menos esa es mi receta.





Llegué a la puerta del edificio de apartamentos donde vive Rubén Braga y donde Pablo Neruda y su esposa Matilde se hospedaban – llegué a la puerta exactamente cuando el automóvil paraba y sacaban el grande equipaje de los visitantes. Lo que hizo a Rubén decir: “Es grande el equipaje literario del poeta”. A lo que el poeta retrucó: “Mi equipaje literario debe pesar unos dos o tres kilos”.

Neruda es extremadamente simpático, sobre todo cuando usa su gorra (“tengo pocos cabellos, pero muchas gorras”, dijo). No bromea, sin embargo, con el trabajo: me dijo que se me diera la entrevista para esa misma noche sólo respondería a tres preguntas, pero si al día siguiente en la mañana yo quisiera hablar con él, respondería a mayor número. Y pidió para ver las preguntas que le iba a hacer. Completamente sin confianza en mí misma, le di la página donde había anotado las preguntas, esperando Dios sabe qué. Pero el qué fue confortable. Me dijo que las preguntas eran muy buenas y que me esperaría al día siguiente. Salí con el corazón aliviado porque soy tímida para hacer preguntas. Pero soy una tímida osada y es así que he vivido, cosa que, si me trae sinsabores, también me ha traído alguna recompensa. Quien sufre de timidez osada entenderá lo que quiero decir.

Antes de reproducir el diálogo, un breve esbozo sobre su  bagaje literario. Publicó “Crepusculario” cuando tenía 19 años. Un año después publicaba “Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada”, que hasta el día de hoy es grabado, reeditado, leído y amado. En seguida escribió “Residencia en la Tierra”, que reúne poemas desde 1925 a 1931, de la fase surrealista. “La Tercera Residencia”, con poemas hasta 1945, en donde está  “España en el corazón”, donde es llorada la muerte de Lorca y la guerra civil que lo tocó profundamente y lo despertó a los problemas políticos y sociales. En 1950 “Canto General”, tentativa de reunir todos los problemas políticos, éticos y sociales de América Latina. En 1954: “Odas Elementales”, en donde el estilo es más sobrio, buscando mayor simplicidad, y donde se encuentra, por ejemplo, “Oda a la cebolla”. En 1956, “Nuevas Odas Elementales”, con temas elementales que no había tocado antes. En 1957, “Tercer Libro de las Odas”, continuando en la misma línea. A partir de 1958, publica “Estravagario”, “Navegaciones y Regresos”,  “Cien Sonetos de Amor”, “Cuentos Ceremoniales” y “Memorial de Isla Negra”.

Al día siguiente en la mañana  fui a verlo. Ya había respondido a mis preguntas, infelizmente: porque a partir de una respuesta, siempre o casi siempre surge otra pregunta, a veces aquella a la que se quería llegar. Las respuestas eran sucintas. Tan frustrante recibir una  respuesta corta a una pregunta larga. Le conté sobre mi timidez en pedir entrevistas, a lo que él respondió: “Qué tontería”. Le pregunté cuál de sus libros le gustaba más y por qué. Me respondió: “Tú sabes bien que todo lo que hacemos nos gusta porque somos nosotros – tú y yo – los que lo hicimos”. 


¿Tú te consideras más un poeta chileno o de América Latina?

Poeta local de Chile, provinciano de América Latina.


¿Qué es la angustia? – indagué.

Soy feliz – fue la respuesta.


¿Escribir mejora la angustia de vivir?

Sí, naturalmente. Trabajar en tu oficio, si amas tu oficio, es celestial. Si no, es infernal.


¿Quién es Dios?

Todos, algunas veces. Nadie, siempre.


¿Cómo describes un ser humano lo más completo posible?

Político, poético. Físico.


¿Cómo es una mujer bonita para ti?

Hecha de muchas mujeres.


Escribe aquí tu poema predilecto, por lo menos predilecto en este exacto momento.

Estoy escribiendo. ¿Puedes esperar por mí diez años?


¿En qué lugar te gustaría vivir, si no vivieses en Chile?

Créeme tonto o patriótico, pero hace algún tiempo escribí en un poema

Si tuviera que nacer mil veces
allí quiero nacer,
si tuviera que morir mil veces:
allí quiero morir 
(...)


¿Cuál fue la  mayor alegría que tuviste por el hecho de escribir?

Leer mi poesía y ser oído en lugares desolados: en el desierto a los mineros del norte de Chile, en el Estrecho de Magallanes a los esquiladores de oveja, en un galpón con olor a lana sucia, sudor y soledad.


En ti, lo que precede a la creación, ¿es la angustia o un estado de gracia?

No conozco bien esos sentimientos. Pero no me creas insensible.


Di alguna cosa que me sorprenda.

748   (Y yo realmente me sorprendí, no esperaba una armonía de números).


¿Estás al corriente de la poesía brasilera? ¿A quién prefieres de nuestra poesía?

Admiro a Drummond, Vinicius, Jorge de Lima. No conozco a los más jóvenes y sólo llego a Paulo Mendes Campos y Geir Campos. El poema que más me gusta es “El Difunto” de Pedro Nava. Siempre lo leo en voz alta a mis amigos, en todos los lugares.


¿Qué piensas de la literatura militante?

Toda literatura es militante.


¿Cuál de tus libros te gusta más?

El próximo.


¿A qué atribuyes el hecho de que tus lectores te consideren el “volcán de América Latina?

No sabía de eso, tal vez ellos no conozcan a los volcanes.


¿Cuál es tu poema más reciente?

“Fin de Mundo”. Trata del siglo 20.


¿Cómo se procesa en ti la creación?

Con papel y tinta. Por lo menos esa es mi receta.


¿La crítica construye?

Para los otros, no para el creador.


¿Tú ya hiciste algún poema por encargo? Si no lo has hecho haz uno ahora, siempre que sea bien corto.

Muchos. Son los mejores. Este es un poema.


¿El nombre Neruda fue casual o fue inspirado en Jan Neruda, poeta de la libertad checa?

Nadie consiguió hasta ahora averiguarlo.


¿Cuál es la cosa más importante en el mundo?

Tratar  que el mundo sea digno para todas las vidas humanas, no sólo para algunas.


¿Qué es lo que tú más deseas como individuo?

Depende de la hora del día.


¿Qué es el amor? Cualquier tipo de amor.

La mejor definición sería: el amor es el amor.


¿Tú ya sufriste mucho por amor?

Estoy dispuesto a sufrir más.


¿Cuánto tiempo te gustaría vivir en Brasil?

Un año, pero depende de mis trabajos.



Y así terminó la entrevista con Pablo Neruda. Sin que él hablase más. Yo hubiera podido prolongarla casi que indefinidamente, incluso recibiendo como respuesta una repuesta como un rayo.  Pero era la primera entrevista que él daba al día siguiente de su llegada  y sé cuán cansadora puede ser una entrevista.  Espontáneamente me dio un libro, “Cien sonetos de Amor”. Y después de mi nombre en la dedicatoria escribió: “De tu amigo Pablo”. Yo también siento que él podría convertirse en mi amigo, si las circunstancias lo facilitasen. En la contratapa del libro dice: “Un todo manifestado con una especie de sensualidad casta y pagana: el amor como una vocación de hombre y la poesía como su tarea”.  He aquí un retrato de cuerpo entero de Pablo Neruda en estas últimas frases.



Jornal do Brasil
12 y 19 de abril de 1969
Traducción
Fuente en portugués:  








 Clarice Lispector entrevista a Pablo Neruda:

Toda literatura é engajada
Rio de Janeiro 1969





Cheguei à porta do edifício de apartamentos onde mora Rubem Braga e onde Pablo Neruda e sua esposa Matilde se hospedavam — cheguei à porta exatamente quando o carro parava e retiravam a grande bagagem dos visitantes. O que fez Rubem dizer: “É grande a bagagem literária do poeta”. Ao que o poeta retrucou: “Minha bagagem literária deve pesar uns dois ou três quilos”.

Neruda é extremamente simpático, sobretudo quando usa o seu boné (“tenho poucos cabelos, mas muitos bonés”, disse). Não brinca porém em serviço: disse-me que se me desse a entrevista naquela noite mesma só responderia a três perguntas, mas se no dia seguinte de manhã eu quisesse falar com ele, responderia a maior número. E pediu para ver as perguntas que eu iria fazer. Inteiramente sem confiança em mim mesma, dei-lhe a página onde anotara as perguntas, esperando Deus sabe o quê. Mas o quê foi um conforto. Disse-me que eram muito boas e que me esperaria no dia seguinte. Saí com alívio no coração porque estava adiada a minha timidez em fazer perguntas. Mas sou uma tímida ousada e é assim que tenho vivido, o que, se me traz dissabores, tem-me trazido também alguma recompensa. Quem sofre de timidez ousada entenderá o que quero dizer.

Antes de reproduzir o diálogo, um breve esboço sobre sua carga literária. Publicou “Crepusculário” quando tinha 19 anos. Um ano depois publicava “Vinte Poemas de Amor e Uma Canção Desesperada”, que até hoje é gravado, reeditado, lido e amado. Em seguida escreveu “Residência na Terra”, que reúne poemas de 1925 a 1931, da fase surrealista.
“A Terceira Residência”, com poemas até 1945, é um intermediário com uma parte da “Espanha no coração”, onde é chorada a morte de Lorca, e a guerra civil que o tocou profundamente e despertou-o para os problemas políticos e sociais. Em 1950, “Canto Geral”, tentativa de reunir todos os problemas políticos, éticos e sociais da América Latina. Em 1954: “Odes Elementares”, em que o estilo fica mais sóbrio, buscando simplicidade maior, e onde se encontra, por exemplo, “Ode à cebola”. Em 1956, “Novas Odes Elementares” que ele descobre nos temas elementares que não tinham sido tocados. Em 1957, “Terceiro Livro das Odes”, continuando na mesma linha. A partir de 1958, publica “Estravagario”, “Navegações e Regressos”, “Cem Sonetos de Amor”, “Contos Cerimoniais” e “Memorial de Isla Negra”.

No dia seguinte de manhã, fui vê-lo. Já havia respondido às minhas perguntas, infelizmente: pois, a partir de uma resposta, é sempre ou quase sempre provocada outra pergunta, às vezes aquela a que se queria chegar. As respostas eram sucintas. Tão frustrador receber resposta curta a uma pergunta longa. Contei-lhe sobre a minha timidez em pedir entrevistas, ao que ele respondeu: “Que tolice”. Perguntei-lhe de qual de seus livros ele mais gostava e por quê. Respondeu-me: “Tu sabes bem que tudo o que fazemos nos agrada porque somos nós — tu e eu — que o fizemos”.


Você se considera mais um poeta chileno ou da América Latina?
Poeta local do Chile, provinciano da América Latina.

- O que é angústia? - indaguei-lhe.

- Sou feliz - Foi a resposta.


Escrever melhora a angústia de viver?
 
Sim, naturalmente. Tra­ba­lhar em teu ofício, se amas teu o­fí­cio, é celestial. Senão é infernal.

Quem é Deus?
 
Todos algumas vezes. Nada, sempre.

Como é que você descreve um ser humano o mais completo possível?
 
Político, poético. Físico.

Como é uma mulher bonita para você?
 
Feita de muitas mulheres.

Escreva aqui o seu poema predileto, pelo menos predileto neste exato momento?
 
Estou escrevendo. Você pode esperar por mim dez anos?

Em que lugar gostaria de viver, se não vivesse no Chile?
 
Acredite-me tolo ou patriótico, mas eu há algum tempo es­crevi em um poema: 

Se tivesse que nascer mil vezes
ali quero nascer,
se tivesse que morrer mil vezes: 
ali quero morrer...

Qual foi a maior alegria que teve pelo fato de escrever?
 
Ler minha poesia e ser ouvido em lugares desolados: no deserto aos mineiros do norte do Chile, no Estreito de Ma­ga­lhães aos tosquiadores de ovelha, num galpão com cheiro de lã suja, suor e solidão.

Em você o que precede a criação, é a angústia ou um estado de graça?
 
Não conheço bem esses sentimentos. Mas não me creia in­sensível.

Diga alguma coisa que me surpreenda.
 
748. (E eu realmente surpreendi-me, não esperava uma harmonia de números)

Você está a par da poesia brasileira? Quem é que você prefere na nossa poesia?
 
Admiro Drummond, Vinícius, Jorge de Lima. Não conheço os ma­is jovens e só chego a Paulo Men­des Campos e Geir Campos. O poema que mais me agrada é o “Defunto”, de Pedra Nava. Sem­pre o leio em voz alta aos meus amigos, em todos os lugares.

Que acha da literatura engajada?
 
Toda literatura é engajada.

Qual de seus livros você mais gosta?
 
O próximo.

A que você atribui o fato de que os seus leitores acham você o “vulcão da América Latina”?
 
Não sabia disso, talvez eles não conheçam os vulcões.

Qual é o seu poema mais recente?
 
“Fim do Mundo”. Trata do século 20.

Como se processa em você a criação?
 
Com papel e tinta. Pelo menos essa é a minha receita.
 
A critica constrói?
 
Para os outros, não para o criador.

Você já fez algum poema de encomenda? Se não o fez faça agora, mesmo que seja bem curto.
 
Muitos. São os melhores. Este é um poema.

O nome Neruda foi casual ou inspirado em Jan Neruda, poeta da liberdade tcheca?
 
Ninguém conseguiu até agora averiguá-lo.

Qual é a coisa mais importante no mundo?
 
Tratar para que o mundo seja digno para todas as vidas humanas, não só para algumas.

O que é que você mais deseja para você mesmo como indivíduo?
 
Depende da hora do dia.

O que é amor? Qualquer tipo de amor.
 
A melhor definição seria: o amor é o amor.

Você já sofreu muito por amor?
 
Estou disposto a sofrer mais.

Quanto tempo gostaria você de ficar no Brasil?
 
Um ano, mas depende de meus trabalhos.


E assim terminou a entrevista com Pablo Neruda. Antes falasse ele mais. Eu poderia prolongá-la quase que indefinidamente, mesmo recebendo como resposta uma única seta de resposta. Mas era a primeira entrevista que ele dava no dia seguinte à sua chegada, e sei quanto uma entrevista pode ser cansativa. Esponta­nea­mente, deu-me um livro, “Cem Sonetos de Amor”. E depois de meu no­me, na dedicatória, escreveu: “De seu amigo Pa­blo”. Eu também sinto que ele poderia se tornar meu amigo, se as circunstâncias facilitassem. Na contracapa do livro diz: “Um todo manifestado com uma espécie de sensualidade casta e pagã: o amor co­mo uma vocação do homem e a poesia co­mo sua tarefa”. Eis um retrato de corpo inteiro de Pablo Neruda nestas últimas frases.



Jornal do Brasil
12 y 19 de abril de 1969





“Entrevistas” de Clarice Lispector
Brasil







Fonte: O Lobo