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CARLOS GIMÉNEZ, LA CASA DEL ARTISTA Y EL FITC por JUAN JOSÉ BARTOLOMEO, Caracas, junio 2023

 




Carlos Giménez, María Teresa Castillo, Juan José Bartolomeo y Miriam Fletcher, Casa del Artista



Juan José Bartolomeo, Elisa Lerner; José Antonio Abreu, presidente del Conac; presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez;
 presidenta de la Casa del Artista, Mirla Castellanos; María Teresa Castillo, presidenta del Ateneo de Caracas y del FITC;
Carlos Giménez, fundador del FITC y presidente de la Fundación Rajatabla, entre otras personalidades. Casa del Artista.









Vi el post donde me etiquetaron pidiendo material del FITC. Lamentablemente no guardé nada y no existían redes sociales en aquellos años. Lo que sacaron en la prensa y fotos de algún fotógrafo como Rolando Streuli se quedó en los archivos de la Casa. Dudo los conserven.

Lo cierto es que la Casa del Artista fue un proyecto presentado por Alfredo Sadel a Amador Bendayán y originalmente era una casa hogar para artistas. Eso se modificó a un centro de mejoramiento profesional y presentaciones teatrales que recaudaran recursos para apoyar con becas y salud a los trabajadores culturales de todas las disciplinas. Se recibió en comodato un edifico y un lote vecino donde se construiría una clínica y otra sala grande, un cine y más salones de uso múltiple. Se recibió un cascarón en pleno cambio de gobierno en 1989/90 en una guerra fuerte que era contra Blanca Ibáñez y Jaime Lusinchi pero que nos caía directamente a nosotros. Nadie quería ir. 

José Antonio Abreu y María Teresa Castillo, que eran visionarios, apuestan por apoyar el proyecto y logran que Carlos Andrés Pérez apruebe recursos para culminar la obra. Así llega Carlos Giménez a la directiva, representando al Conac.

Hubo un salto al éxito y se reunió el mundo cultural en pleno con la tv y radio cubriendo todos nuestros eventos. Se abrieron las salas Juana Sujo y Doris Wells. Llegaron Román Chalbaud, Isaac Chocrón, el maestro Rafael Briceño, doña Amalia Pérez Díaz, Yolanda Moreno y Carlos Marques como asesores y directivos, con Mirla Castellanos de presidenta.

Se incluyeron las 2 salas en la grilla del FITC de 1990, aún sin estar completamente equipadas, para recibir todo lo posible en equipos y promoción del festival. Quiero decir aquí que ésa fue una función muy importante del FITC: dotar a las nuevas y viejas salas de teatro de los recursos técnicos de que carecían. Además de la promoción que hacía que, acabado el festival, el público supiera de nuestra existencia y acudiera a nuestras funciones.

En nuestras salas recibimos al Teatro de arte de Moscú con la pieza El jardín de los cerezos de Chejov... y en ruso, con traducción simultánea y equipos de la primera actriz América Alonso.

También recibimos Tambores en la noche del Teatro di porta di Roma, El tren de Chile y varias obras venezolanas con un homenaje a José Pepe Tejera con función única de El coronel no tiene quien le escriba.

Charlas, foros y las visitas de Cristine Chapineau, la Diosa francesa de la Danza o de la directora del festival internacional de teatro de Colombia, Fanny Mickey, marcaron a la Casa como centro importante. 

En la Casa se presentaban Fausto Verdial con Orlando Urdaneta en Pares y Nines o Mimí Lazo con El aplauso va por dentro, Flor Núñez con Tengamos el sexo en paz, Tania Saravia, Orlando Urdaneta con Divorciarme yo? y piezas fabulosas de Carlos como Despertar de primavera o El campo con Karl Hoffman y Francis Rueda,  también  grupos de danza o populares del país: no teníamos fechas libres para seguir programando. Éxito total.

La Casa creció y se volvió en lugar respetado. Se creó el Premio Nacional del Artista, que la gente del Oscar americano se sorprendió al ver que era multidisciplinario; la Orden Alfredo Sadel de las Artes... y pasos gigantes para la creación de la clínica.

Y Carlos Giménez y el FITC fueron determinantes para que todo esto fuera posible...

 

©Juan José Bartolomeo

Director general de la Casa del Artista 1987- 2001


Este artículo forma parte del libro “EL FITC DE MARÍA TERESA Y CARLOS ERA UNA FIESTA”, de próxima aparición.





  

ENCUENTRO CON CARLOS GIMÉNEZ por NORKA VALLADARES, Estados Unidos, Junio 2023

 





 Corría el año de 1978, estábamos iniciando el nuevo proyecto de creación del grupo independiente “El Pequeño Teatro, Maracaibo – Venezuela; bajo la Dirección del maestro Clemente Izaguirre, quién dejaba el Teatro Universitario de LUZ como su director y con él varios actores que también conformábamos este grupo universitario y lo integramos: Yazmina Jiménez, Milton Ferrer, Jesús Pulido, Fernando Acosta, Jesús Amaya y quién escribe esta reseña, Norka Valladares.

Cargados de una gran pasión teatral, se iniciaron las puestas en escena con diversas obras de Anton Chéjov y seguidamente, estrenamos la obra “La Noche de los asesinos” de José Triana y participamos Yazmina Jiménez, Milton Ferrer y mi persona, en nuestro Teatro de Bellas Artes de Maracaibo; de allí, la llevamos a diversas salas del estado Zulia.

Un bue día de ese mismo año, el maestro Izaguirre nos comunica que ha recibido la invitación del maestro Carlos Giménez, director del grupo Rajatabla, con su propuesta de llevar a cabo la Muestra Nacional de Teatros Independientes del país. Un proyecto con visión de futuro que permitió unificar y promover el movimiento de grupos de teatros independientes de Venezuela.

Seguidamente, Carlos organiza la Primera Muestra Nacional de Teatros Independientes en la Sala Rajatabla, junio de 1978; con la participación de algunos grupos nacionales que recuerdo: El Teatro Universitario de Mérida; La Barraca de Ciudad Guayana; El Pequeño Grupo de Mérida; Trenzas Teatro de Yaracuy; Grupos Theja, Triángulo, Los Comediantes, Rajatabla de Caracas y nuestro grupo El Pequeño Teatro de Maracaibo- Zulia.

Esta vivencia teatral fue muy enriquecedora que nos permitió como grupo recién constituido, cultivar una experiencia nueva con intercambios de criterios, lenguajes y propuestas, que le permitieron a El Pequeño Teatro crecer dentro del ámbito regional; y para mí, conocer a Carlos Giménez con el insuperable trabajo teatral de su grupo Rajatabla.

Esta Muestra se programó dentro del marco de la IV Sesión Mundial del Teatro de las Naciones; lo más importante para nuestro grupo fue que apareciésemos en el afiche y la grilla con la programación del Festival, unidos con los grupos invitados que llegaron de todas partes del mundo.

Desde ese tiempo, surgió una verdadera relación de amistad con el maestro Carlos Giménez y la gran mayoría de los integrantes de su grupo Rajatabla y que a través de los diversos ámbitos en que la vida me presentó, cada vez mi vinculación afectiva se hizo más sólida.

Para el año de 1983, fui designada directora de la Secretaría de Cultura del estado Zulia y con ello, me alejé un tanto de la actividad teatral, ya que la gestión cultural en esta institución fue muy demandante. Aunque ello no impidió mi contacto con Rajatabla, ya que me permitió llevarlos al Zulia con sus diversos y grandiosos montajes: BolívarSeñor Presidente y muchos más.

Después de mi gestión en dicha instancia cultural, fijo residencia en la ciudad de Caracas para 1986 a propósito de mi traslado como docente universitaria. De nuevo la vida me sorprendió con lo que más me apasiona: la actividad cultural. Fui designada como Directora del CONAC (actual Ministerio de Cultura).

Por la naturaleza de mi cargo, tenía la responsabilidad de seleccionar a los diversos grupos artísticos a nivel nacional, para el otorgamiento de los subsidios como política de cooperación y ayuda mutua, que se le concede a las diversas instituciones, grupos e individualidades que desarrollen de forma eficiente su actividad artístico-cultural.

Sin duda alguna, incluí al grupo Rajatabla entre los más dignos de obtener este subsidio por su valioso y consecuente trabajo en pro de la cultura y el arte teatral.

La amistad y admiración por los integrantes de esta troupe encabezada por Carlos se fue transformando en una relación de hermandad. Fueron innumerables las tertulias que sosteníamos en el café Rajatabla; las diversas investigaciones que me solicitaba el Maestro, cuando comenzaba a trabajar en algunos de sus montajes. Ni hablar de lo que representaba estar con todo el equipo planificando el Festival Internacional de Caracas; me permito mencionar a los amigos más cercanos: Mi amado Paquito Alfaro, Williams López, Cosme Cortázar, Pedro Pineda, Carlos Bolívar, David Blanco; en fin, toda una cofradía de talentos donde fueron interminables los días y horas que disfruté con todos estos amigos.

Me precio de asegurar que me transformé en la ferviente espectadora de todas las versiones del FITC. Asistí a la gran mayoría de los talleres que dirigían los maestros internacionales invitados. Me disfrutaba entre dos y tres obras diarias, que permitieron nutrirme como actriz. Después de gozarme las diversas propuestas de los grupos del mundo entero, nos reuníamos con Carlos para hacer una evaluación del Festival. ¡Qué momentos!...

Segura estoy, que unida a la formación teatral que iniciase con los maestros Nicolás Curiel y Clemente Izaguirre, la experiencia más importante que adquirí, la obtuve con Carlos Giménez y haber vivenciado tantos espectáculos teatrales mundiales, lo cual considero es la instrucción práctica que debe recibir alguien que ame verdaderamente al teatro.

Admiro la nominación que le ha dado a Carlos Giménez, la apreciada escritora Viviana Marcela Iriart en su libro “El Genio Irreverente”, porque todo el éxito y respeto que cosechó durante su trayectoria como maestro y gran puestista teatral, fue, precisamente por esa importante condición: Su irreverencia y persistencia indiscutible.

Al definir al Maestro, recuerdo estrofas del poema Carpe Diem de Walt Whitman:

“…Aprovecha el día, no dejes que termine sin haber crecido un poco,

Sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte,

Que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario…”

 

¡Sigue volando alto amado Carlos!...

 

 

©Norka Valladares

Actriz.  Escritora. Especialista en Gestión Cultural. Docente en Venezuela y en Estados Unidos.

Ex directora del Consejo Nacional de la Cultural (CONAC, actual Ministerio de Cultura).

Ex directora de la Secretaría de Cultura del estado Zulia, Venezuela.

 

Este artículo forma parte del libro “EL FITC DE MARÍA TERESA Y CARLOS ERA UNA FIESTA”, de próxima aparición.

 

 

 

CARLOS GIMÉNEZ, LOS FESTIVALES DE CARACAS Y YO, por ANÍBAL GRUNN, Caracas, 1 de julio 2023

 





 

Corría el año de 1975 cuando Carlos y yo nos conocimos. Yo estaba recién llegado a Venezuela y él, regresaba de Europa, después de casi dos años de exilio. Nos presentaron a la salida de una obra de teatro, en la que yo trabajaba, en el Nuevo Grupo. Sin darme cuenta comenzaba una amistad que duraría toda la vida.

Poco tiempo después, abril de 1976 se celebraba el tercer Festival Internacional de Teatro de Caracas, que Rajatabla, junto con el Ateneo y bajo la dirección de Carlos y María Teresa Castillo, organizaban. Yo, nunca había asistido a un festival de teatro, era mi primera experiencia, como espectador, claro está. Recuerdo la inauguración en el estadio cubierto de la Universidad Central de Venezuela, se presentaba un grupo sueco. Maravilloso. La obra, creo que se llamaba Exodus.

En ese mismo festival asistí a espectáculos extraordinarios. Caracas se vestía de fiesta. Lo mismo pasaba en algunas ciudades del interior: Maracaibo, Guayana. Eran las subsedes que paralelamente a la programación de la capital, llevaban agrupaciones internacionales y nacionales.

Al año siguiente, trabajando yo como actor en el teatro Las Palmas, Carlos se entera de que voy a hacer un viaje a Argentina, a ver a mi familia. Me pide que le lleve una carta al director del Teatro San Martín, el señor Kive Staiff. Yo, sin tener idea de la responsabilidad encomendada, la llevo. Comienza así una relación un poco más estrecha con el Festival y sobre todo con Carlos. La carta, era nada más y nada menos que una solicitud para la participación de alguna agrupación, en la cuarta muestra del Festival, que iba a ser el Festival de Teatro de las Naciones. Y al año siguiente se levanta el telón, en el Poliedro de Caracas. Ya se comenzaba a perfilar como uno de los festivales más importantes de latinoamérica.

Se hace bianual y es a partir del año 1981, que grandes personalidades del teatro mundial aparecen en la programación de nuestro festival. Participar como agrupación o como invitado especial del festival es un referente importantísimo para cualquier teatrero del mundo. Nombres como Vittorio Gasman, Vanesa Redgrave, Alan Bates, entre los europeos. Y Enrique Buenaventura, Augusto Boal, Atahualpa del Cioppo, Patricia Ariza, Luis de Tavira, Eugenio Barba, Santiago García, entre otros, daban prestigio con su presencia, sus charlas, conversatorios y puestas en escena.

Ya en 1983, año del Bicentenario del Natalicio del Libertador Simón Bolívar, se organiza el sexto festival de teatro. Me integro definitivamente a la organización del festival, como coordinador de sub sedes. Prestigiosos artistas plásticos trabajan en la imagen del evento. El país, el continente, el mundo de las artes escénicas se ponen de pie y desean ser invitados y participar en el Festival Internacional de Teatro de Caracas. Desde Caracas se lanzan al mundo grandes nombres de agrupaciones, actores, actrices, directores de teatro como: Tadeuz Kantor, Lyndsey Kemp, Peter Brook, Giorgio Streller entre muchísimos más.

Pero… siempre hay un pero. La cultura, tristemente no tiene dolientes políticos. Los únicos afectados siempre son los artistas y el público. Cinco años de un nuevo gobierno, paralizan la muestra. Todos los esfuerzos de tantos años se van desmoronando y se pierden en el largo camino de ese nuevo período presidencial.

Carlos Giménez, María Teresa Castillo y el inmenso grupo de artistas hacedores del festival, nos replegamos, pero no paramos en los intentos.

El séptimo festival llega en 1988, la fecha de Semana Santa es la fijada para darle continuidad. Se establece hacerlo bianual y en esa fecha se crea la Fundación llamada FUNDATENEOFESTIVAL, con una directiva de grandes hacedores y productores del arte teatral. Aparecen contactos en el mundo que impulsan la reaparición de la fiesta teatral más grande de Latinoamérica. Giorgio Ursini en Europa, Ramiro Osorio en México, Alberto Minero en Estados Unidos, se transforman en aliados de la programación.  Ya no soy solamente el Coordinador de las subsedes, sino también el responsable de la programación de Caracas. Y si bien, no fue un festival con las dimensiones del anterior, retomó el prestigio perdido. El mundo no se había olvidado de esa fiesta teatral. Y los dos siguientes, en 1990 y 1992 así lo demostraron.

Se crea a su vez el Festival Iberoamericano de Bogotá, en Colombia, bajo la dirección de Fanny Mikey, asociándose a Caracas. Así se comenzaron a realizar paralelamente los dos festivales. De tal forma que espectáculos que venían a Caracas, luego iban a Bogotá, o viceversa.

El 9no festival fue en conmemoración a los 500 años del descubrimiento de América. España, país homenajeado, fue también co-productor, hubo más de 150 espectáculos diferentes, unas 30 salas, más de siete espacios abiertos, solamente en la ciudad de Caracas y 14 ciudades del interior de Venezuela, se convirtieron en subsedes. Todos los países de latinoamérica estuvieron presentes. España nos trajo a Els Joglars, Comediant’s, Fura del Baus, entre otros. Francia se hizo presente con una producción llamada Cargo 92, en la cual se incluía representaciones de calle, sala y hasta un barco en el puerto de La Guaira, que se abría de noche y donde representando una calle de París, había espectáculos musicales, como el grupo de rock: Mano Negra. Y de Alemania, nos llegaba el mítico Berliner Ensable, con Arturo Ui, de Bertolt Brecht.

Ya no cabía duda, entre Venezuela y Colombia se establecieron los referentes teatrales más importantes del mundo.

La preventa de entradas se realizaba una semana antes del comienzo del festival, primero con la venta para estudiantes y luego público general. Durante más de dos días, esperaban a las puertas del Platillo Protocolar a que comenzara la preventa, durmiendo inclusive ahí mismo, para no perder su puesto en la cola.

Nunca dejaron de participar las grandes agrupaciones de teatro venezolanas, quienes tenían así, la oportunidad de mostrar sus trabajos a productores y directores de otros festivales internacionales, que le brindaban la oportunidad de viajar. El teatro venezolano se hizo importante en el mundo y no hubo festival donde no estuviera presente por lo menos una agrupación. Spoletto, Motzia, Hamburgo, El Cairo, Londres, Nueva York, San Francisco, Canadá, México, Sidney, Buenos Aires, Bogotá, Manizales, La Habana, Atenas, Cádiz, Barcelona, Madrid, Lisboa, Oporto, son solo algunos de los sitios donde era común que nuestras agrupaciones se hicieran presentes.

Y llega el año 1993, año trágico, terrible. Veníamos arrastrando la tragedia desde el 92, pero es en Marzo del 93, cuando se nos va Carlos Giménez. Nos quedamos solos, sin esa máquina generadora de proyectos. Y tres años más tarde intentamos revivir el festival, pero ya no era lo mismo. El Festival Internacional de Teatro de Caracas con Carlos Giménez fue único. Fue un festival hecho por artistas y para los artistas. Fue una escuela, una manera de aprender viendo y crecer junto a los grandes.

Fundateneofestival quiso seguir, pero la llama se fue apagando lentamente. En el 96, 98 y diría que casi hasta el 2000 se intentó, se quiso, pero ya no era un festival de artistas, era un festival sin personalidad, ya no era igual, solo importaba la taquilla, la venta de entradas. Los espectáculos se escogían por videos, por motivos muy diferentes. No importaban los artistas, había otros intereses. Dejó de existir el sentido de pertenencia. Y así despareció.

©Aníbal Grunn

En la ciudad de Caracas 1 de Julio de 2023

Este artículo forma parte del libro “EL FITC DE MARÍA TERESA Y CARLOS ERA UNA FIESTA”, de próxima aparición.



ANÍBAL GRUNN. Actor de teatro, radio, cine y televisión, director de teatro, dramaturgo y profesor de actuación con más de 50 años en ejercicio. Graduado en la Escuela Municipal de teatro de Bahía Blanca, Argentina. Perteneció por casi una década a la Fundación Rajatabla. Productor del Festival Internacional de Teatro de Caracas hasta el año 2002, especializándose en programación y subsedes. Actualmente, productor y programador del Festival de Teatro de Occidente, Guanare Estado Portuguesa. Más de 80 obras dirigidas. Casi un centenar de obras donde participó como actor. Más de cuarenta piezas escritas y varias de ellas publicadas.

Ha recibido números premios como actor de teatro y de cine. Profesor de actuación con reconocimientos a nivel internacional.