La famosa y prestigiosa actriz de televisión, cine y teatro y productora venezolana Irene Arcila, recordada todavía por su participación en la película de culto de los años 80 "Macho y Hembra, con Orlando Urdaneta y Elba Escobar, a regresado a Caracas con una obra impactante del dramaturgo José Jesus González sobre el ícono mexicano de la pintura mundial, la fascinante Frida Kahlo: "Las dos Fridas".
La obra, dirigida por el propio González con música de Rudyard Villalobos y producción de Zara Fermín Rapisarda, se presenta en el Centro Cultural Trasnocho de Caracas con gran éxito, con el auspicio de la empresa CacaoPittier (como Irene Arcila, orgullo y talento venezolano para el mundo); la Alcaldía de Baruta y Teatro del Encuentro.
La obra, alegre y desgarrante como lo fue la vida de Frida Kahlo, es una joya de actuación que no deben perderse.
Venezuela y Caracas felices por recuperar, aunque sea por un tiempito, a una de sus actrices más queridas.
Las entradas pueden adquirise en Ticket Mundo.
Mi hermana Irene, por José Augusto Paradisi Rangel
El escritor
mexicano Carlos Fuentes recordó a Frida Kahlo como "una Cleopatra
quebrada" en un catálogo especial sobre la pintora publicado como
complemento de una magna exposición que conmemora el centenario del nacimiento
de la artista, informaron ayer autoridades culturales de México.
En un
comunicado, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) resaltó la visión de
Fuentes entre las decenas de aportaciones de 70 intelectuales y expertos que
conforman el libro "Frida Kahlo 1907-2007 Homenaje Nacional", el
mismo título de la muestra presentada en el Palacio de Bellas Artes de la
capital mexicana.
"Era
una Cleopatra quebrada que escondía su cuerpo torturado, su pierna seca, su pie
baldado, sus corsés ortopédicos, bajo los lujos espectaculares de las
campesinas mexicanas", afirmó el literato sobre la famosa pintora, según
la nota informativa.
Para
Fuentes, "ella, la mujer irreemplazable, la irrepetible mujer que llamamos
Frida Kahlo, está rota, desgarrada en el interior de su cuerpo, igual que
México está desgarrado en su piel externa".
La vida de
Frida (1907-1954) estuvo marcada por la pasión, manifestada en la tormentosa
relación con su marido, el muralista mexicano Diego Rivera (1886-1957), y en
sus lances homosexuales, y la tragedia, patente en un accidente que le quebró
la columna y problemas físicos que le impidieron desarrollar una vida normal.
Esas
circunstancias, que la mantuvieron postrada en una cama los últimos años de su
vida y le impidieron tener hijos, al sufrir varios abortos, quedaron plasmados
en una descarnada obra pictórica.
Por su
parte, el ensayista Carlos Monsiváis subrayó en el catálogo que Frida "se
propuso pintar desde su vida y transfigurarse en los cuadros, usarlos como
escenario y confesionarios laicos, y autorretratarse para vencer y convencer a
los espejos".
(Magdalena
Carmen Frida Kahlo; Coyoacán, México, 1907 - id., 1954) Pintora mexicana.
Aunque se movió en el ambiente de los grandes muralistas mexicanos de su tiempo
y compartió sus ideales, Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal, ingenua
y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada
sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.
A los
dieciocho años Frida Kahlo sufrió un gravísimo accidente que la obligó a una
larga convalecencia, durante la cual aprendió a pintar, y que influyó con toda
probabilidad en la formación del complejo mundo psicológico que se refleja en
sus obras. En 1929 contrajo matrimonio con el muralista Diego Rivera; tres años después sufrió un aborto
que afectó en lo más hondo su delicada sensibilidad y le inspiró dos de sus
obras más valoradas: Henry Ford Hospital y Frida y el aborto,
cuya compleja simbología se conoce por las explicaciones de la propia pintora.
También son muy apreciados sus autorretratos, asimismo de compleja
interpretación: Autorretrato con monos o Las dos Fridas.
Cuando André Breton conoció la obra de Frida Kahlo,
afirmó que la mexicana era una surrealista espontánea y la invitó a exponer en
Nueva York y París, ciudad esta última en la que no tuvo una gran acogida.
Frida nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de sus días rechazó
abiertamente que su creación artística fuera encuadrada en esa tendencia.
Junto a su
cuadro "Las dos Fridas"
En su
búsqueda de las raíces estéticas de México, Frida Kahlo realizó espléndidos
retratos de niños y obras inspiradas en la iconografía mexicana anterior a la
conquista, pero son las telas que se centran en ella misma y en su azarosa vida
las que la han convertido en una figura destacada de la pintura mexicana del
siglo XX.
La obra de
Frida Kahlo
La
producción de la artista mexicana es un ejemplo de ese tipo de arte que sirve
como poderoso instrumento con el que exorcizar la angustia de una realidad
hostil. El signo trágico de su existencia, marcada por la lucha contra la
enfermedad, había comenzado cuando a los seis años contrajo una poliomielitis
que le dejó importantes secuelas. En 1925 sufrió un grave accidente de tráfico
que le fracturó la columna vertebral y la pelvis. Además de imposibilitarle
tener hijos, el accidente fue la causa de numerosas operaciones futuras y de
una salud siempre precaria.
A través de
la pintura, que empezó a practicar en los largos meses de inmovilidad tras el
accidente, Frida Kahlo reflejaría de forma soberbia la colisión entre su ansia
de felicidad y la insistente amenaza de su destrucción, a la vez que conjuraba
la dualidad irreductible entre los sueños (de amor, de hijos) y la realidad
(dolor e impotencia).
Durante la
convalecencia del accidente, sin poder ni siquiera incorporarse, comenzó a
pintar tomándose ella misma como modelo principal. Le colocaron un espejo bajo
el baldaquino de su cama y un carpintero le fabricó una especie de caballete
que le permitía pintar estando acostada. Éste fue el inicio de una larga serie
de autorretratos, tema que ocupa el grueso de su producción, de carácter
fundamentalmente autobiográfico. En una ocasión afirmó: "Me retrato a mí
misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor
conozco." En poco tiempo Frida desarrolló un vocabulario simbólico propio;
con él acompañaba sus retratos para representar metafóricamente sus
experiencias y sus pensamientos.
"Autorretrato
con monos"
Influida por
las ideas de vindicación de identidad que propagaba el nacionalismo
revolucionario, Frida vestía con largas faldas mexicanas, moños trenzados con
cintas de colores y collares y pendientes precolombinos. Así la encontramos en Autorretrato
como Tehuana (1943, Colección Natasha Gelman, Ciudad de México),
representada como mexicana "auténtica" y acentuando sus rasgos
mestizos (tenía sangre española, india y alemana). Producto de esa misma
ideología nacionalista son los fondos de algunas de sus obras como el Autorretrato
con monos (1943, Colección Natasha Gelman, Ciudad de México), en el que su
figura aparece recortada sobre plantas selváticas y rodeada de animales, o
aquellos en los que retoma imágenes de la cultura precolombina, como Mi nana
y yo (1937, Colección Dolores Olmedo, Ciudad de México).
Otras veces,
como en Autorretrato - El Marco (1938, Museo Nacional de Arte Moderno,
Centro Georges Pompidou, París), se inspira en la imaginería popular y muy
específicamente en los retablos cargados de ese barroquismo ingenuo y colorista
tan específicamente mexicano que conjuga vívidamente lo espectacular con lo
escatológico.
Una de las
formas más comunes del arte popular mexicano son los exvotos. Frida vincula a
esta tradición sus cuadros de desarrollo narrativo representando de forma
sintética los elementos más significativos y de mayor carga expresiva. El
tamaño pequeño de los cuadros y la técnica (óleo sobre plancha metálica)
proviene también de ellos.
"Henry Ford
Hospital"
Esta fusión
entre la temática personal y las formas de la imaginería popular se encuentra
expresada de forma emblemática en la obra Henry Ford Hospital (1932,
Colección Dolores Olmedo, Ciudad de México). A pesar del accidente, Frida
esperaba que su segundo embarazo llegara a buen término, pero su pelvis
fracturada no podía acoger el desarrollo de un niño. La traumática experiencia
de un nuevo aborto fue el origen del cuadro.
La adopción
de las formas narrativas de los exvotos tiene su mejor ejemplo en una pieza
singular titulada Retablo (1943, colección privada). Frida había
encontrado un exvoto que representaba el choque entre un tren y un autobús; una
muchacha herida yacía sobre las vías y la imagen de la Virgen de los Dolores
flotaba sobre la escena. Añadiendo a la chica sus propias cejas y unos rótulos
al tren y al autobús, lo convirtió en la representación de su propio accidente.
En la parte inferior escribió: "Los esposos Guillermo Kahlo y Matilde C.
de Kahlo dan gracias a la Virgen de los Dolores por haber salvado a su niña
Frida del accidente acaecido en 1925 en la esquina de Cuahutemozin y de Calzada
de Tlalpan."
"Retablo"
Tras superar
algunas graves crisis de salud, y de forma idéntica a como lo hacen los
creyentes con los santos de su devoción, Frida mostró su agradecimiento a los
médicos mediante pinturas que siguen rigurosamente las convenciones del exvoto.
Muestras de ello son las obras dedicadas al doctor Eloesser y al doctor Farill.
Pero no sólo
la enfermedad fue causa de sus trastornos y metáfora de sus pinturas; los
reveses de su vida afectiva también fueron tematizados en cuadros que
constituyen depuradas síntesis simbólicas.
En El corazón (1937,
Colección Michel Petitjean, París), la ausencia de manos expresa su impotencia
y desesperación ante el enredo amoroso entre Diego Rivera y su hermana
Cristina. Su corazón, literalmente arrancado, yace a sus pies y posee un tamaño
desmesurado que refleja la intensidad de su dolor. Junto a ella, un vestido
femenino, que alude a su hermana, pende de un hilo, a la vez que de sus mangas
sale un único brazo que enlaza y un palo atraviesa el hueco que ha dejado su
propio corazón.
"El corazón"
Frida y el
surrealismo
La
apariencia onírica de sus imágenes propiciaba la relación de su simbología con
el surrealismo, algo que Frida Kahlo negaría rotundamente: "Se me tomaba
por una surrealista. Ello no es correcto, yo nunca he pintado sueños, lo que yo
he representado era mi realidad."
Frida Kahlo
y Diego Rivera
Pero Frida
no sólo rechazó el carácter surrealista de su pintura, sino que profesó una
profunda aversión hacia los representantes del movimiento. Había conocido a
Breton en México en 1938 y al año siguiente pasó varios meses en París, donde
tuvo ocasión de entrar en contacto con los otros surrealistas. La opinión que
le merecían la expresó sin cortapisas en una carta que escribió desde allí a
Nicolas Muray: "No puedes imaginarte lo joputas que son esta gente; me
hacen vomitar. Son tan condenadamente intelectuales y degenerados, que ya no
los aguanto más."
Frente a las
representaciones oníricas o al automatismo psíquico de los surrealistas, los
numerosos símbolos que Frida Kahlo introduce en sus cuadros poseen
significaciones precisas y son producto de la actividad consciente. Su obra se
origina y procede de una continua indagación sobre sí misma, y manifiesta los
estados de ánimo de forma precisa y deliberada, materializando las oscilaciones
entre el sufrimiento y la esperanza. El carácter simbólico de su pintura da
cauce a la expresión vehemente de una personalidad apasionada para la que el
arte es desafío y combate, lucha violenta contra la enfermedad, pero también
repliegue ensimismado hacia su yo interior y huella del reconocimiento doloroso
de su identidad maltrecha.
El intenso y breve amor de Frida Kahlo y León Trotsky
“Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida, uno en el que un
autobús me tumbó al suelo… El otro accidente es Diego”.
– Frida Kahlo
En
los años 30 y 40, el calor de la Segunda Guerra Mundial levantó los ánimos
revolucionarios de diversos países. Cada persona adoptó una postura basada
en creencias, y con esos dogmas a los que se mantuvieron fieles murieron. Todos
creían tener la razón y su ánimo combativo provocaba enfrentamientos densos en
todos los ámbitos: sociales, económicos y artísticos.
Cuando León Trotsky fue expulsado de Rusia por estar en contra de Joseph Stalin
y crear el Ejército Rojo, él y su esposa Natalia Sedova comenzaron a refugiarse
en distintos países para evitar la muerte. En México, el pintor Diego Rivera
veía con muy buenos ojos la postura de Trotsky, por lo que le pidió al
presidente Lázaro Cárdenas que lo recibiera en el país. Cárdenas aceptó, sin
embargo, pidió a Diego que le diera un lugar donde alojarse.
Él y Frida
Kahlo ayudaron a Trotsky ofreciéndole un hogar en la Casa Azul. Trotsky llegó a
la residencia y comenzó a hacer migas con ambos, al tiempo que la
izquierda mexicana, con mucha fuerza en ese momento, no estaba nada de acuerdo
con el nuevo inquilino. De hecho, el muralista David Alfaro Siqueiros intentó
asesinar a Trotsky en su segundo hogar.
En 1937, Frida le regaló un autorretrato al
inquilino que él colocó en su estudio. Así comenzó su extraño romance que,
aseguran los expertos, pudo deberse a dos cosas; la primera, una venganza
de la artista porque Diego Rivera se había acostado con su hermana; la segunda,
su gran inteligencia y postura política.
En 1939, Diego se enteró del romance entre Trotsky y Frida, lo que hizo
que rompieran relaciones y Trotsky se mudara a su casa en Churubusco. Sin
embargo, durante esos años de tórrida relación, ambos documentaron su amor con
cartas que reflejan sus sentimientos.
"Frida, amada..."
Al contemplar esta noche tu rostro de
cervatillo, he descubierto que jamás conseguiré hacerte a un lado de mi cabeza
no se diga de mi corazón. Arde mi sangre como una lámpara votiva al lado de mi
mesa, y es como un cerrojo (parte ilegible en el original) una noche
en Colloacan (sic). Dejo este papel debajo de tu puerta. Y debo volver a
aclarar que no hubo diferencias entre nosotros. Ni la espina dorsal abre un
surco insalvable en los hemisferios de una espalda. Me cuesta precisar en
cualquier caso, tal vez por mi alma eslava, si ese espacio abierto entre
nosotros podrá cerrarse y cicatrizar (…)
Te amé desde siempre y a escondidas. Me
encontraba dueño de un juego de principios en los que me arrellanaba como un
castor, y esquivaba el fantasma de tu bigote, tu porte de soldadera y esa sed
de besos capaz de (parte ilegible en el original)”.
En su casa de Churubusco, Trotsky y su esposa Natalia Sedova sólo vivieron un
año. Sufrieron dos atentados: el primero sin éxito a manos de Siqueiros y el
segundo logró el cometido. Trotsky murió el 20 de agosto de 1940.
Frida se
divorció de Diego Rivera y la policía allanó su casa después del atentado que
cometió Siqueiros. Cuando Trotsky murió, también la detuvieron por algunas
horas. Después viajó a San Francisco para una cirugía y se reencontró con
Diego, con quien se casó de nuevo dos meses más tarde.
“Cada
(tic-tac) es un segundo de la vida que pasa, huye, y no se repite. Y hay en
ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es sólo saberla vivir.
Que cada uno resuelva como pueda”.
“Pies, ¿para
qué los quiero si tengo alas pa’ volar?”
“Si yo
pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de verte a ti
mismo a través de mis ojos. Sólo entonces te darás cuenta de lo especial que
eres para mí”.
“Hay algunos
que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo
soy de las estrelladísimas…”
“México está
como siempre, desorganizado y dado al diablo, sólo le queda la inmensa belleza
de la tierra y de los indios”.
“Donde no
puedas amar, no te demores”.
“¿Se pueden
inventar verbos? Quiero decirte uno: Yo te cielo, así mis alas se extienden
enormes para amarte sin medida”.
“Quise
ahogar mis penas en licor, pero las condenadas aprendieron a nadar”.
“Aunque
haya dicho “te quiero” a muchos y haya tenido citas y besado a otros, en el
fondo sólo te he amado a ti…”
“Y tú bien
sabes que el atractivo sexual en las mujeres se acaba voladamente, y
después no les queda más lo que tengan en su cabezota para poderse defender en
esta cochina vida del carajo”.
“Amurallar
el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior”.
“Yo solía
pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha
gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y
dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella
también debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero que si tú estás por
ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como
tú”.
“Como
siempre, cuando me alejo de ti, me llevo en las entrañas tu mundo y tu vida, y
de eso es de lo que no puedo recuperarme”.
“Quizá
esperen oír de mí lamentos de ‘lo mucho que se sufre’ viviendo con un hombre
como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo
correr”.
“Doctor si
me deja tomar este tequila le prometo no beber en mi funeral”.
“Siento que
desde nuestro lugar de origen hemos estado juntos, que somos de la misma
materia, de las mismas ondas, que llevamos dentro el mismo sentido”.
“Lo único de
bueno que tengo es que ya voy empezando a acostumbrarme a sufrir…”
“¡Quién
diría que las manchas viven y ayudan a vivir? Tinta, sangre, olor… ¿Qué haría
yo sin lo absurdo y lo fugaz?”
“Jamás en
toda la vida, olvidaré tu presencia. Me acogiste destrozada y me devolviste
íntegra, entera”.
“Quisiera
darte todo lo que nunca hubieras tenido, y ni así sabrías la maravilla que es
poder quererte”.
“Pinto
autorretratos porque estoy mucho tiempo sola. Me pinto a mí misma, porque soy a
quien mejor conozco”.
“Siento que
te quise siempre, desde que naciste, y antes, cuando te concibieron. Y a veces
siento que me naciste a mí”.
“Árbol de la
esperanza, mantente firme”.
“El dolor no
es parte de la vida, se puede convertir en la vida misma”.
“Viva la
vida”.
FRIDA, (2002)
Frida Naturaleza Viva (1983)
Documental (2014)
Frida Kahlo, Diego Rivera y Trostky (2011)
Madonna rinde tributo a Frida Kahlo
People, 7 de Enero 2016
Madonna. Foto: Christian Palma/AP Photo
En su primera presentación en México de su gira mundial, Madonna dedicó la actuación a la artista Frida Khalo, de quien es fan declarada.
“Si
Frida estuviera aquí, seguro que también le gustaría estar en este
taller mecánico [body shop]. Vamos a ofrecerle un homenaje a Frida Khalo
toda la noche”, comentó la cantante tras interpretar precisamente el
tema “Body Shop”, parte del reparto que presentó en el espectáculo del
miércoles ante más de 16,000 personas en el D.F.
La
admiración hacia la pintora mexicana por parte de la intérprete de
“Like a Virgin”, comenzó a su llegada cuando, en compañía de sus hijos,
fue a visitar el museo en su honor, localizado en el conocido barrio de
Coyoacán.
“Siempre
quise conocer a Frida y ahora estoy aquí”, concluyó la Reina del Pop,
quien visita el país azteca dentro de su tour Rebel Heart.