“Ahora, en cuanto a Antonio Machado, desde luego tiene algunas páginas espléndidas, pero, al mismo tiempo, tiene otras en que se ve al andaluz que trata de ser castellano (….)”
Prólogo de Jorge Luis Borges
Paradójicamente, los diálogos de un escritor y de un periodista se parecen menos a un interrogatorio que a una especie de introspección. Para quien interroga, puede ser una tarea no exenta de fatiga y de tedio; para el interrogado, son como una aventura en que acechan lo secreto y lo imprevisible. Fernando Sorrentino conoce mi obra —llamémosla así— mucho mejor que yo; ello se debe al hecho evidente de que yo la he escrito una sola vez y él la ha leído muchas, lo cual la hace menos mía que suya. Al dictar estas líneas, no quiero desestimar su bondadosa perspicacia; cuántas tardes, hablando mano a mano, me ha conducido, como quien no quiere la cosa, a las contestaciones necesarias que luego me asombraban y que él, sin duda, había preparado.
Fernando Sorrentino es, en
suma, uno de mis inventores más generosos. Quiero aprovechar esta página para
decirle mi gratitud y la certidumbre de una amistad que los años no borrarán.
Buenos Aires, 13 de julio de
1972
Este libro, por Fernando Sorrentino
Con Jorge Luis Borges conversé
por primera vez —cuidé de anotar la fecha— el fervoroso mediodía del 2 de
diciembre de 1968. Yo, con la tristeza reglamentaria, me dirigía a mi empleo de
entonces; la suerte quiso que Borges emergiera de la estación Moreno a la
plazoleta que divide la avenida Nueve de Julio. Lo saludé con emoción, con
torpeza; farfullé mi ignoto apellido, le dije que vivía en Palermo. Esto le
agradó y, un instante después, hablábamos del arroyo Maldonado, arroyo que para
mis ojos nunca fue otra cosa que un largo asfalto gris flanqueado por un
terraplén y muchas bodegas. Recuerdo que le recité las primeras estrofas de su
poema “El tango”, y que Borges me reprochó: “¡Qué ganas de perder el tiempo
leyendo esas cosas!”.
Muchos meses después tuve la
oportunidad de conversar largamente con Borges. Durante siete tardes, el
hacedor de ficciones me precedió, abriendo altas puertas que descubrían
insospechadas escaleras de caracol, por los gratos pasillos laberínticos de la
Biblioteca Nacional, en busca de una remota salita donde no nos interrumpía el
teléfono.
Estas Siete conversaciones
han sido grabadas y luego vertidas al papel. El Borges que habla en este
volumen es un señor cortés y distraído, que no verifica citas, que no vuelve
atrás para corregirse, que finge tener mala memoria: no el terso Jorge Luis
Borges de la letra impresa, aquel que calcula y mide cada coma y cada
paréntesis. La heterogeneidad y el desorden que aquejan a las preguntas
intentan que este libro no sea un ensayo orgánico sino exactamente lo que
declara su título: siete tranquilas y casuales charlas libres de toda molesta
sujeción a un plan. Resultados de esta agradable inconciencia son alguna que
otra repetición, ciertas ambigüedades y unas pocas frases que adolecen de lo
que la retórica denomina anacoluto. Inevitablemente, alguien deplorará
la falta de preguntas sobre Gracián; otro habrá acudido al libro con el
excluyente propósito de informarse acerca de Molière; un tercero se sentirá
indignado al advertir que no se menciona a Hermann Hesse.
En las notas he tratado de ser
lo menos fastidioso posible. Sólo se proponen relacionar a Jorge Luis Borges
con su contexto literario y político. Es verdad que el lector puede, sin grave
pérdida, privarse de ellas.
Buenos Aires, julio de 1972.
Prólogo de 1996, por Fernando Sorrentino
“… juzgo la literatura de un modo hedónico. Es decir, juzgo la literatura según el placer o la emoción que me da.”Jorge Luis Borges
Cuando realicé la serie de
siete entrevistas a Jorge Luis Borges, yo no alcanzaba los treinta años, y me animaban
una energía, un optimismo y un entusiasmo ilimitados, y la certeza de poder
concretar cualquier sensato objetivo que me propusiera. Estas venturas me
ocurrían hacia 1970.
Ahora tengo más de medio siglo
de vida, bastante disminuidos la energía y el entusiasmo, y gravemente
deteriorado el optimismo; en consecuencia, sustento otras ideas más modestas
sobre mi capacidad para lograr objetivos de cualquier índole.
Desde que aprendí a leer, me
convertí en una especie de adicto a la literatura y, muy especialmente, de
adicto a la literatura narrativa.
Me encanta que me cuenten
historias y que esas historias sean —en el mejor sentido de la palabra— interesantes.
Por eso mismo, nunca me pareció meritorio leer libros desagradables, torpes
o aburridos, ni tampoco hacerlo impulsado por algún imperativo categórico. He
procurado, infructuosamente, admirar, tanto a los altruistas que redactan best
sellers, como a los egoístas que se enredan en textos ilegibles.
Así, pues, en esta actitud de
buscar placer, yo, sencillamente, me dedicaba a leer. Leía lo que me gustaba y
abandonaba lo que me aburría. Y, según pasaban los años, empecé a advertir un
proceso de decantación. Comprobé, por ejemplo: que algunos libros no requerían
una segunda lectura; que otros libros me cansaban y me fastidiaban al
instante; que, a otros, iba olvidándolos al mismo tiempo que iba leyéndolos;
que, retratado en la sintaxis y el vocabulario de otros, veía el rostro
risiblemente serio de su redactor; que otros libros sólo existían en los medios
de prensa y en los círculos recreativos de ideas afines, pero no en la
literatura. Etcétera, etcétera, etcétera.
Pero, por fortuna, en tantos
libros encontré también muy buenos amigos. Amigos que jamás me cansaban ni me
defraudaban y a cuyas obras —en una suerte de enamoramiento insaciable— yo
volvía infinitamente para hallar siempre nuevas riquezas y nuevos prodigios.
Uno de estos queridos amigos
es, desde luego, Borges. Así lo sentí, en 1961, cuando por vez primera leí
textos suyos (los cuentos de Ficciones); en aquel momento, fascinado,
experimenté la sensación de estar frente a una clase única de mágica
literatura, una literatura que no tenía semejantes y que, por ende, era incomparable,
en la acepción absoluta del término.
Así lo sentí en 1961 y así lo ratificaron, y con creces, los treinta
años largos que corrieron desde entonces. Mis lecturas de Borges han sido
siempre espontáneas, siempre reiteradas, siempre placenteras. En un mundo en
que todos recibimos, y entregamos, cosas buenas y cosas malas, mi principal
sentimiento hacia Borges es la gratitud por todo lo bueno que me dio y que me
da.
Hace veinticinco años le formulé las preguntas que me proponía —como a
todo mortal— la alianza de la curiosidad con el azar. De haberlo entrevistado
años más tarde, mis preguntas, en general, habrían sido más o menos las mismas,
aunque excluyendo las que no despertaron su interés —que fueron unas cuantas— y
agregando otras que podrían desencadenar su imprevisible fluencia de ideas (a
veces certeras, erróneas, razonables, irritantes, pueriles, benévolas o
crueles, pero siempre inteligentes).
Como no podría ser de otra manera, las entrevistas se reproducen, con
respecto a la edición anterior, sin modificaciones (excepto la extirpación de
erratas). Sí, en cambio, he agregado, eliminado y reelaborado notas, ya
enmendando errores de información, ya buscando más exactitud en los datos, sin
que estos afanes signifiquen que la tarea se halle concluida.
Devoto de su ilustre tío materno, a su generosidad debo no sólo
precisos datos genealógicos y familiares sobre Borges sino también muchas
observaciones inteligentes: conste aquí mi agradecimiento para Miguel de Torre.
Por otra parte, he podido enriquecer algunas referencias a la cultura
anglohablante aprovechando las notas que, para la edición en inglés (Seven
Conversations with Jorge Luis Borges, Troy, Nueva York, The Whitston
Publishing Company, 1982), redactara su traductor, Clark M. Zlotchew.
Borges falleció el 14 de junio
de 1986. Ya no es posible incurrir en nuevas entrevistas:* de cualquier manera,
género literario sin duda menor.
Pero ahí están, y para siempre,
las palabras inagotables de Ficciones y de El Aleph, de El
informe de Brodie y de El libro de arena, y las de tantas otras
páginas queridas, sin las cuales —acudiendo a una frase que Borges solía decir—
este mundo sería mucho más pobre.
Buenos Aires, mayo de 1996.
(*En su “Prólogo” (página 7), Borges me llama “periodista”, profesión que
jamás he ejercido y que, Dios mediante, jamás ejerceré.)
SIETE CONVERSACIONES CON JORGE LUIS BORGES (fragmento)
Fernando Sorrentino: Los ensayos
que usted publicó en 1932, en Discusión, ¿los volvería a escribir con
esos mismos conceptos?
Jorge Luis Borges: No. No recuerdo cuáles son los
conceptos, pero sería muy triste que yo no hubiera adelantado nada, ¿no?
F.S.: Bueno, para buscar un ejemplo
concreto: digamos el artículo sobre “Quevedo”, que apareció en Otras
inquisiciones… ¿Usted opina de modo distinto ahora?
J.L.B.: Sí, yo creo que yo tenía una admiración
excesiva por Quevedo. Y los que me curaron de esa admiración excesiva fueron
dos: uno, Adolfo Bioy Casares, y el otro, el mismo Quevedo, a quien yo he
tratado de releer, y que me parece ahora un literato demasiado consciente de lo
que hace. Me parece, además, que hay algo duro, dogmático, en Quevedo. Al mismo
tiempo, hay una afición a los juegos de palabras bobos —esa afición la comparte
con Miguel de Unamuno, también—. Actualmente mi admiración por Quevedo es muy
limitada… Es curioso: en aquella época, yo creía que Lugones era superior a
Darío, y que Quevedo era superior a Góngora. Y ahora, Góngora y Darío me
parecen muy superiores a Quevedo y Lugones. Creo que tienen cierta inocencia,
cierta espontaneidad, que no tuvieron los otros —que tomaron todo demasiado en
serio—.
F.S.: ¿En Góngora le parece que hay
espontaneidad?
J.L.B.: En algunos sonetos, sí. Desde luego, en las
últimas obras de
él, no: en las Soledades, en el Polifemo (estas obras me parece
que corresponden a una suerte casi —yo diría— de perversión literaria). Pero
creo que hay sonetos —el soneto “A Córdoba”, por ejemplo, y otros— en que hay
espontaneidad. Y en Quevedo es muy raro que la haya.
F.S.: Ya que acaba de nombrar a
Unamuno… ¿Qué opina de él, de Azorín y de Antonio Machado?
J.L.B.: Creo que Unamuno, a pesar de sus defectos,
es superior a los otros. En cuanto a Azorín, me parece un escritor
absolutamente deleznable, o que sólo tiene virtudes negativas. Tiene la virtud
de no haber cometido ciertos errores, de haber eludido el énfasis español…
Pero, en fin, ésta es una virtud de omisión, podemos decir. Y no creo que haya ningún
valor positivo en su obra.
F.S.: ¿Casi se podría decir que no
es más que un periodista?
J.L.B.: Sí. Pero uno espera que un periodista sea
más entretenido que Azorín. De modo que no sé si hubiera tenido éxito como
periodista: posiblemente le hubieran devuelto sus crónicas. Es una persona que
parece muy interesada en circunstancias mínimas: el hecho de si llueve o no
llueve, etcétera. Ahora, en cuanto a Antonio Machado, desde luego tiene algunas
páginas espléndidas, pero, al mismo tiempo, tiene otras en que se ve al andaluz
que trata de ser castellano, que abunda en nombres propios geográficos.
Realmente, creo que comparto la opinión de Cansinos Assens, que decía que
Manuel Machado le parecía superior a Antonio. Desde luego, un escritor debe ser
juzgado por sus mejores páginas, siempre. Y creo que las mejores páginas de
Manuel no son inferiores a las mejores de Antonio. Además, creo que es muy
posible que haya influido el hecho de que Antonio fue republicano y de que
Manuel Machado fue franquista, y me parece absurdo juzgar a un escritor por sus
opiniones políticas.
F.S.: Hablando de andaluces, si
García Lorca no hubiese sido fusilado, tendría sólo un año más que usted. ¿Cómo
ve a ese escritor, prácticamente coetáneo suyo?
J.L.B.: A mí, García Lorca siempre me ha parecido un
poeta menor. Me ha parecido un poeta meramente pintoresco, un poeta que aplicó
ciertos procedimientos de la literatura francesa de entonces a los temas
andaluces. Algo así como Fernán Silva Valdés aplicó el incipiente ultraísmo a ciertos
temas de la nostalgia criolla, en Agua del tiempo. Más o menos lo que
después haría Güiraldes con Don Segundo Sombra. La verdad es que yo
nunca he podido admirar mucho a García Lorca. O, mejor dicho, me parece que lo
que él hacía en verso estaba bien, pero que no es muy importante lo que ha
hecho; me parece que es puramente verbal, que se nota cierta íntima frialdad en
todo lo que él escribe. Como escritor, es incapaz de pasión. Y, en cuanto a las
obras de teatro, no sé si puedo juzgarlo por un pieza llamada Yerma, una
pieza que yo no pude ver hasta el fin, porque me aburrió tanto, que me tuve que
ir. Creo que él tuvo la suerte de ser fusilado y creo que eso contribuye, ¿no?
Posiblemente, con el tiempo él hubiera aprendido a jugar a otros juegos más interesantes
que los suyos. Y creo que la mía es la opinión de mucha gente en España, sobre
todo en Andalucía. Creo que García Lorca ha de tener más éxito —digamos— en
Castilla o en Galicia, y no en Andalucía, donde notan la falsedad de su
andalucismo. Y, desde luego, tendrá aún más éxito en Francia.
F.S.: Usted me había dicho que el
siglo xviii español vale poco...
J.L.B.: Más bien diría que no vale nada.
F.S.: … que el xix es una vergüenza…
J.L.B.: ¡Es que realmente es una vergüenza!
F.S.: Bien. En cuanto al siglo xx español, yo le nombré estos
escritores para ver si surgía alguna figura de su agrado. ¿Juan Ramón Jiménez,
tal vez?
J.L.B.: Juan Ramón Jiménez empezó escribiendo bien,
pero al final se resignó a cualquier cosa. Los últimos libros de Juan Ramón
Jiménez parecen puramente casuales: parece que él escribiera cualquier cosa que
se le ocurriera. O no solamente cualquier cosa: cualquier palabra,
cualquier conjunto de frases que se le ocurriera. Creo, en fin, que la
literatura argentina contemporánea es más rica que la literatura española
contemporánea.
“Siete conversaciones con Jorge Luis
Borges”
Editorial Losada, Buenos Aires 2007
Fragmento y prólogos publicados con autorización de
su autor.
Contacto: fersorrentino@gmail.com
Web oficial: Jorge Luis Borges
Otros textos de Borges en este blog: aquí
Jorge Luis Borges: Jorge Luis Borges Acevedo. (Buenos Aires, 24 de agosto
de 1899 - Ginebra, Suiza, 14 de junio de 1986). Poeta, ensayista y escritor
argentino.
Estudia en
Ginebra e Inglaterra. Vive
en España desde 1919 hasta su regreso a Argentina en 1921. Colabora en revistas
literarias, francesas y españolas, donde publica ensayos y manifiestos.
De regreso a Argentina, participa con
Macedonio Fernández en la fundación de las revistas Prisma y Prosa y firma el primer manifiesto
ultraísta. En 1923 publica su primer libro de poemas, Fervor de Buenos Aires, y en 1935 Historia
universal de la infamia, compuesto
por una serie de relatos breves (formato que utilizará en publicaciones
posteriores).
Durante los años treinta su fama crece
en Argentina y publica diversas obras en colaboración con Bioy Casares, de
entre las que cabe subrayar Antología de la literatura fantástica. Durante
estos años su actividad literaria se amplía con la crítica
literaria y la traducción de autores como Virginia Woolf, Henri
Michaux o William Faulkner.
Es bibliotecario en Buenos Aires de 1937 a 1945, conferenciante y profesor de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, miembro de la Academia Argentina de las Letras y director de la Biblioteca Nacional de Argentina desde 1955 hasta 1974. En 1961 comparte con Samuel Beckett el Premio Formentor, otorgado por el Congreso Internacional de Editores. Desde 1964 publica indistintamente en verso y en prosa.
Es bibliotecario en Buenos Aires de 1937 a 1945, conferenciante y profesor de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, miembro de la Academia Argentina de las Letras y director de la Biblioteca Nacional de Argentina desde 1955 hasta 1974. En 1961 comparte con Samuel Beckett el Premio Formentor, otorgado por el Congreso Internacional de Editores. Desde 1964 publica indistintamente en verso y en prosa.
Borges utiliza un singular estilo
literario, basado en la interpretación de conceptos como los de tiempo,
espacio, destino o realidad. La simbología que utiliza remite a los autores que
más le influencian -William Shakespeare, Thomas De Quincey, Rudyard Kipling o
Joseph Conrad-, además de la Biblia, la Cábala judía,
las primigenias literaturas europeas, la literatura clásica y la filosofía.
Publica libros de poesía como El otro, el mismo, Elogio de la sombra, El oro de los tigres, La rosa profunda, La moneda de hierro y cultiva la prosa en títulos como El informe de Brodie y El libro de arena. En estos años Borges también publica libros en los que se mezclan prosa y verso, libros que aúnan el teatro, la poesía y los cuentos; ejemplos de esta fusión son títulos como La cifra y Los conjurados.
La importancia de su obra se ve reconocida con el Premio Miguel de Cervantes en 1979.
Publica libros de poesía como El otro, el mismo, Elogio de la sombra, El oro de los tigres, La rosa profunda, La moneda de hierro y cultiva la prosa en títulos como El informe de Brodie y El libro de arena. En estos años Borges también publica libros en los que se mezclan prosa y verso, libros que aúnan el teatro, la poesía y los cuentos; ejemplos de esta fusión son títulos como La cifra y Los conjurados.
La importancia de su obra se ve reconocida con el Premio Miguel de Cervantes en 1979.
Fuente: Instituto Cervantes
Obra
de Jorge Luis Borges
Poesía
·
Fervor
de Buenos Aires (1923)
·
Luna
de enfrente (1925)
·
Cuaderno
San Martín (1929)
·
Poemas (1923-1943)
·
El
hacedor (1960)
·
Para
las seis cuerdas (1967)
·
El
otro, el mismo (1969)
·
Elogio
de la sombra (1969)
·
El
oro de los tigres (1972)
·
La
rosa profunda (1975)
·
Obra
poética (1923-1976)
·
La
moneda de hierro (1976)
·
Historia
de la noche (1976)
·
La
cifra (1981)
·
Los
conjurados (1985)
Ensayos
·
Textos
recobrados (1919-1929)
·
Prólogos
con un prólogo de prólogos (1923-1974)
·
Inquisiciones (1925)
·
El
tamaño de mi esperanza (1926)
·
El
idioma de los argentinos (1928)
·
Evaristo
Carriego (1930)
·
Discusión (1932)
·
Historia
de la eternidad (1936)
·
Nueva
refutación del tiempo (1947)
·
Aspectos
de la poesía gauchesca (1950)
·
Otras
inquisiciones (1952)
·
Obras
completas (1960)
·
Antología
personal (1961)
·
El
libro de los seres imaginarios (1968)
·
Obras
completas (1974)
·
El
congreso (1971)
·
Libro
de sueños (1976)
·
Borges
oral (conferencias, 1980)
·
Siete
noches (conferencias, 1980)
·
Nueve
ensayos dantescos (1982)
·
Biblioteca
personal (1986)
Cuentos
·
Historia
universal de la infamia (1935)
·
El
jardín de senderos que se bifurcan (1941)
·
Ficciones (1944)
·
El
Aleph (1949)
·
La
muerte y la brújula (1951)
·
El
informe de Brodie (1970)
·
El
libro de arena (1975)
·
25
de Agosto, 1983 (1983)
Obras
en colaboración
·
Índice
de la poesía americana (1926) Antología con Vicente Huidobro y Alberto
Hidalgo
·
Antología
clásica de la literatura argentina (1937) Con Pedro Henríquez Ureña
·
Antología
de la literatura fantástica (1940) Con Bioy Casares y Silvina Ocampo
·
Antología
poética argentina (1941) Con Bioy Casares y Silvina Ocampo
·
Seis
problemas para don Isidro Parodi (1942) Con Bioy Casares
·
El
compadrito (1945) Antología de textos de autores argentinos en
colaboración con Silvina Bullrich
·
Dos
fantasías memorables (1946) Con Bioy Casares
·
Un
modelo para la muerte (1946) Con Bioy Casares
·
Obras
escogidas (1948)
·
Antiguas
literaturas germánicas (México, 1951) Con Delia Ingenieros
·
El
idioma de Buenos Aires (1952) De José Edmundo Clemente
·
Obras
completas (1953)
·
El
Martín Fierro (1953) Con Margarita Guerrero
·
Poesía
gauchesca (1955) Con Bioy Casares
·
El
paraíso de los creyentes (1955) Con Bioy casares
·
Leopoldo
Lugones (1955) Con Betina Edelberg
·
Cuentos
breves y extraordinarios (1955) Con Bioy Casares
·
Los
orilleros (1955) Con Bioy Casares
·
La
hermana Eloísa (1955) Con Luisa Mercedes Levinson
·
Manual
de zoología fantástica (México, 1957) Con Margarita Guerrero
·
Los
mejores cuentos policiales (1943 y 1956) Con Bioy Casares
·
Libro
del cielo y del infierno (1960) Con Bioy Casares
·
Introducción
a la literatura inglesa (1965) Con María Esther Váquez
·
Literaturas
germánicas medievales (1966) Con María Esther Vázquez, revisa y corrige
el tratado Antiguas literaturas germánicas
·
Introducción
a la literatura norteamericana (1967) Con Estela Zemborain de Torres
·
Introducción
a la literatura latinoamericana (1967) Con Esther Zemborain de Torres
·
Crónicas
de Bustos Domecq (1967) Con Bioy Casares
·
Nueva
antología personal (1968)
·
Prólogos (1975)
·
¿Qué
es el budismo? (1976) Con Alicia Jurado
·
Diálogos (1976)
Con Ernesto Sábato
·
Nuevos
cuentos de Bustos Domecq (1977) Con Bioy Casares
·
Breve
antología anglosajona (1978) Con María Kodama
·
Atlas (1985)
Con María Kodama
Obra
reunida
·
Poemas (1923-1953)
·
Obra
Poética (1923-1964)
·
Obra
Poética (1963-1966)
·
Obra
Poética (1923-1967)
·
Obra
Poética (1923-1969)
·
Obra
Poética (1923-1976)
·
Obra
Poética (1923-1977)
·
Obra
Poética (1923- 1985)
·
Obras
Completas (en un volumen, 1923-1972)
·
Obras
Completas (en cuatro volúmenes)
o Volumen I (1923-1972)
o Volumen II (1952-1972)
o Volumen III (1975-1985)
o Volumen IV (1975-1988)
·
Obras
completas en Colaboración (1979)
·
Borges
en Sur 1931-1980
·
Borges.
Obras, reseñas y traducciones inéditas
·
Diario
Crítica 1933-1934
·
Textos
publicados en El Hogar 1936-1958
·
Textos
cautivos
·
Ensayos
y reseñas en El Hogar 1936-1939
·
El
círculo secreto (Prólogos escritos entre 1957 y 1985)
·
Textos
recobrados (1919-1929)
·
Textos
recobrados (1931-1955)
·
Textos
recobrados (1955-1986)
©Fernando Sorrentino nació en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1942. Es profesor de Lengua y Literatura.
Sus cuentos suelen entrelazar de manera sutil, y casi subrepticia, la realidad con la fantasía, de manera que no siempre es posible determinar dónde termina la primera y empieza la segunda. Parte de situaciones muy “normales” y “cotidianas”: pero, paulatinamente (y con toques de humor), ellas se van enrareciendo y se convierten en insólitas o turbadoras.
Algunos de sus libros son Imperios y servidumbres (1972), El mejor de los mundos posibles (1976), En defensa propia(1982), El rigor de las desdichas (1994), Existe un hombre que tiene la costumbre de pegarme con un paraguas en la cabeza (2005), El regreso (2005), Costumbres del alcaucil (2008), El crimen de san Alberto (2008), El centro de la telaraña (2008), Paraguas, supersticiones y cocodrilos (2013). Muchos de sus cuentos han sido traducidos a diversas lenguas europeas y asiáticas.
Le pertenecen dos volúmenes de entrevistas: Siete conversaciones con Jorge Luis Borges (1974) y Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares (1992).
Se han publicado libros suyos en Brasil, México, Estados Unidos, España, Portugal, Inglaterra, Italia, Alemania, Hungría, Rumania, Bulgaria, India, China…
Bibliografía
Su bibliografía detallada (excluidas las ediciones anotadas de clásicos, las inclusiones en antologías —tanto en español como en otras lenguas— y las colaboraciones en diarios y/o revistas) es la siguiente:
OBRA NARRATIVA
a) LIBROS DE CUENTOS
La regresión zoológica, Buenos Aires, Editores Dos, 1969.
Imperios y servidumbres, Barcelona, Editorial Seix Barral, 1972; reedición, Buenos Aires, Torres Agüero Editor, 1992
El mejor de los mundos posibles, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1976, (2.º Premio Municipal de Literatura).
En defensa propia, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1982
El rigor de las desdichas, Buenos Aires, Ediciones del Dock, 1994 (2.º Premio Municipal de Literatura).
La Corrección de los Corderos, y otros cuentos improbables, Buenos Aires, Editorial Abismo, 2002
Existe un hombre que tiene la costumbre de pegarme con un paraguas en la cabeza, Barcelona, Ediciones Carena, 2005
El regreso. Y otros cuentos inquietantes, Buenos Aires, Editorial Estrada, 2005
En defensa propia / El rigor de las desdichas, Buenos Aires, Editorial Los Cuadernos de Odiseo, 2005
Costumbres del alcaucil, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2008
El crimen de San Alberto, Buenos Aires, Editorial Losada, 2008
El centro de la telaraña, y otros cuentos de crimen y misterio, Buenos Aires, Editorial Longseller, 2008
Paraguas, supersticiones y cocodrilos (Verídicas historias improbables), Veracruz (México), Instituto Literario de Veracruz, El Rinoceronte de Beatriz, 2013
b) NOVELA
Sanitarios centenarios, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1979; reedición (muy reelaborada), Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2000; reedición, Barcelona, Ediciones Carena, 2008
c) NOUVELLE
Crónica costumbrista, Buenos Aires, Ediciones Pluma Alta, 1992. Reeditada con el título de Costumbres de los muertos, Buenos Aires, Ediciones Colihue, 1996
d) LITERATURA PARA NIÑOS, NIÑAS Y/O ADOLESCENTES
Cuentos del Mentiroso, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1978 (Faja de Honor de la S.A.D.E. [Sociedad Argentina de Escritores]); reedición (con modificaciones), Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2002; nueva reedición (con nuevas modificaciones), Buenos Aires, Cántaro, 2012
El remedio para el rey ciego, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1984
El Mentiroso entre guapos y compadritos, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1994
La recompensa del príncipe, Buenos Aires, Editorial Stella, 1995
Historias de María Sapa y Fortunato, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1995 (Premio Fantasía Infantil 1996); reedición: Ediciones Santillana, 2001
El Mentiroso contra las Avispas Imperiales, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1997
El que se enoja, pierde, Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 1999
Aventuras del capitán Bancalari, Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 1999 Cuentos de don Jorge Sahlame, Buenos Aires, Ediciones Santillana, 2001
El Viejo que Todo lo Sabe, Buenos Aires, Ediciones Santillana, 2001
Burladores burlados, Buenos Aires, Editorial Crecer Creando, 2006, 104 págs.
La venganza del muerto [edición ampliada, contiene cinco cuentos: Historia de María Sapa; Relato de mis travesuras; La fortuna de Fortunato; Hombre de recursos; La venganza del muerto,], Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2011
ENSAYOS
El forajido sentimental. Incursiones por los escritos de Jorge Luis Borges, Buenos Aires, Editorial Losada, 2011
ENTREVISTAS
Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1992; reedición, Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 2001; reedición, Buenos Aires, Editorial Losada, 2007
ANTOLOGÍAS (compilador)
35 cuentos breves argentinos, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1973
36 cuentos argentinos con humor, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1976
17 cuentos fantásticos argentinos, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1978
Historias improbables. Antología del cuento insólito argentino, Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2007
Ficcionario argentino (1840-1940). Cien años de narrativa: de Esteban Echeverría a Roberto Arlt, Buenos Aires, Editorial Losada, 2012
TRADUCCIONES
a) LIBROS DE FICCIÓN
Sanitary Centennial. And Selected Short Stories. Translated by Thomas C. Meehan. Austin, Texas, University of Texas Press, 1988
Sanitários centenários [Sanitarios centenarios]. Traducción al portugués de Reinaldo Guarany. Río de Janeiro, José Olympio Editora, 1989
Von Skorpionen und anderen Alltagsgefahren. Erzählungen. Ausgewählt und aus dem Spanischen übersetzt von Vera Gerling. Gotinga, Hainholz Verlag, 2001
Attukkuttikal Allikkum Thandanai (La Corrección de los Corderos). Volumen de once cuentos en lengua tamil. Nagercoil (India), Kalachuvadu Pathippagam, 2003
Per colpa del dottor Moreau, ed altri racconti fantastici (14 racconti; traduttori: Alessandro Abate; Mario De Bartolomeis; Isabel Cuartero; Carlo Santulli, Marco Capelli e Eva Malagon Esteo; Luca Muzzioli). Módena, Progetto Babele, 2006
Existe um homem que tem o costume de me dar com um guarda-chuva na cabeça (18 contos; traduzidos do espanhol por António Ladeira e Helder Semmedo). Entroncamento (Portugal), OVNI, 2006
Per difendersi dagli scorpioni, ed altri racconti insoliti (20 racconti; traduttori: Alessandro Abate; Mario De Bartolomeis; Federico Guerrini; Renata Lo Iacono; Carlo Santulli). Macerata, Progetto Babele / Stampalibri, 2009
How to Defend Yourself against Scorpions (25 short stories; translators: Clark M. Zlotchew, Emmy Briggs, Gustavo Artiles, Michele McKay Aynesworth, Alex Patterson, Jonathan Cole, Norman Thomas di Giovanni, Susan Ashe, Donald A. Yates, Naomi Lindstrom). Liverpool, Red Rattle Books, 2013
b) LIBROS DE ENTREVISTAS
Seven Conversations with Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Translation, additional notes, appendix of personalities mentioned by Borges and translator’s foreword by Clark M. Zlotchew. Troy, Nueva York, The Whitston Publishing Company, 1982
Sette conversazioni con Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. A cura di Lucio D’Arcangelo. Milán, Arnoldo Mondadori Editore, 1999
Hét beszélgetés Jorge Luis Borgesszel [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Fordította Latorre Ágnes. Szerkesztette Scholz László. Budapest, Európa Könyvkiadó, 2000
Borges chi si tan [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Traducción al chino de Lin Yi an. Pekín, 2000
Sapte convorbiri cu Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Traducción al rumano de Stefana Luca. Bucarest, Editura Fabulator, 2004
Sapte convorbiri cu Adolfo Bioy Casares [Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares]. Traducción al rumano de Ileana Scipione. Bucarest, Editura Fabulator, 2004
Sete conversas com Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Tradução: Ana Flores. Río de Janeiro, Azougue Editorial, 2009
Seven Conversations with Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Translated, with Notes and Appendix by Clark M. Zlotchew. Filadelfia, Paul Dry Books, 2010
Sedem radsgovora s Jorge Luis Borges [Siete conversaciones con Jorge Luis Borges]. Traducción al búlgaro de Boriana Dukova, Sofía, Enthusiast Libris, 2011
Sette conversazioni con Adolfo Bioy Casares [Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares]. A cura di María José Flores Requejo, Introduzione di Armando Francesconi, Traduzione e note di Armando Francesconi e Laura Lisi, Note alla traduzione di Laura Lisi, Pescara, Edizioni Solfanelli, 2014