Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).

Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).


la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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"Joan Baez: Une Americaine a Paris, 1966"


















  
Joan Baez en el  sicodélico programa de Jean-Christophe Averty,
grabado durante su visita a Francia en 1966, cantando: 
Farewell Angelina
There But For Fortune
What have they done to the rain
Stewball
The Unquiet Grave
Te Ador
Hush Little Baby
O Cangaceiro 
Colours
Ate Amanha
Las fotos fueron tomadas durante la grabación del programa.
Trailer promocional:  





























Stewball

Stewball was a good horse,
he wore his head high,
and the mane on his foretop,
was fine as silk thread

I rode him in England,
I rode him in Spain,
and I never did lose, boys,
I always did gain

So come all you gamblers,
wherever you are,
and don`t bet your money
on that little grey mare

Most likely she`ll stumble,
most likely she`ll fall,
but never you`ll lose, boys,
on my noble Stewball

As they were a-riding,
`bout halfway round,
that grey mare she stumbled,
and fell on the ground

And way out yonder,
ahead of them all,
came a-prancing and a-dancing,
my noble Stewball

Stewball was a race horse,
and by the day he was mine,
he never drank water,
he always drank wine





Stewball


Stewball era un buen caballo,
llevaba la cabeza en alto
Y su cabello era fino
como hilo de seda.

Yo lo monté en Inglaterra,  
lo monté en España,
Y nunca perdí, muchachos,
siempre gané.

Así que vengan todos ustedes jugadores,
 estén donde estén,
y no perderán  su dinero
en esta yegua gris.
Es probable que se tropiece,
es probable que se caiga
Pero ustedes nunca perderán,  
en mi noble Stewball.

Pero ellos  lo montaron
como si fuera un caballo de paseo
La yegua gris se tropezó,
y cayó al suelo

Y salió corriendo,  
Atravesando a todos,
Como si fuera un rayo y un bailarín,
mi noble Stewball.

Stewball era un caballo de carreras,
y durante el día que fue mío,
Nunca bebió agua,
siempre bebió vino.
















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Joumana Haddad: “Ser mujer en el mundo árabe es hacer una declaración de guerra' /entrevista de María Crespo


 Joumana Haddad / Foto Bernardo Díaz


"Si impusiéramos el burka a los hombres un mes, se lo pensarían'


  •  "Soy escéptica respecto al papel de la mujer en las revueltas árabes"
  •  
  •  "Una mujer tiene que ser independiente económicamente para ser libre"
  •  
  • "El mundo árabe vive una gran esquizofrenia"
  •  
  •  "La provocación es el precio a pagar por ir contra corriente"
  •  
  • Publica 'Yo maté a Sherezade' (Ed. Debate)




Joumana Haddad (Libano, 1970)  fuma un cigarrillo al sol y sube apresurada las escaleras. Sonríe y comenta, en un español casi perfecto, que tiene la sensación de estar repitiendo todo el tiempo las mismas respuestas. Pero en apenas unos minutos Joumana deja claro que las palabras son sus mejores aliadas en la lucha, invisible pero constante, por la libertad de la mujer. Publica en España 'Yo maté a Sherezade'(Ed. Debate), un ensayo que pretende desmontar todos los tópicos sobre las mujeres en el mundo árabe.

Pregunta: Estamos siendo testigos de una ola de cambio en el mundo árabe. ¿Cómo influirán estas revoluciones en el papel de la mujer?

Respuesta: Me entusiasma lo que está sucediendo y me hace sentir orgullosa. Pero soy muy escéptica en lo que concierne a la mujer. Hemos visto a esas mujeres participar pero ahora han desaparecido. Si esas revueltas no van acompañadas de un mayor respeto a los derechos de la mujer, no tiene ningún sentido. Pido a las mujeres árabes que sean más egoístas y luchen para ellas mismas y no sólo por la causa general. Un mejor Estado no puede existir sin que ellas tengan un papel esencial en esos países.

P: Cuando era niña y adolescente sufrió una guerra civil en el Líbano. La guerra en Libia, ¿es necesaria?

R: Siento una contradicción. Estoy viviendo una división interna. De un lado sé que ese pueblo necesitaba ayuda. Pero, por otro lado, he sido testigo de intervenciones externas que no han necesariamente conducido a una situación mejor para el país que las vivía. Tengo la esperanza de que esta vez sea diferente y esta intervención vaya más allá de los intereses económicos que también la motivan.

P: En su libro ha escrito: "Ser árabe es ser hipócrita" ¿Qué significa?

R: El mundo árabe es un mundo que vive una gran esquizofrenia desde hace dos siglos. Es un mundo donde no puedes decir lo que piensas, no puedes vivir lo que dices y tampoco puedes vivir en público lo que vives en secreto. Esta duplicidad absurda te transforma en una criatura esquizofrénica, poco auténtica. Una de las razones de esta dualidad son esos tabúes absurdos que estamos viviendo en el mundo árabe, impuestos por la religión o por los regímenes dictatoriales. Ahora tenemos una oportunidad muy importante para cambiar las cosas.

P: El libro se titula 'Yo maté a Sherezade' ¿Por qué matar a una mujer que, en la literatura, fue valiente e inteligente?

R: Inteligente sí, valiente no. Lo que hizo fue negociar sobre sus derechos. Era creativa, inteligente y cultivada. Pero lo que hizo no fue un acto de rebelión sino un acto de negociación. Ahora tenemos que conseguir lo que queremos sin esas formas de negociación con las autoridades patriarcales, religiosas o políticas. Ya se ha terminado Sherezade.

P: ¿La provocación es un instrumento para la rebeldía?

R: No, es un daño colateral. Es el precio que hay que pagar para luchar contra la corriente. Es uno de los resultados, no un instrumento



P: Es editora de una revista árabe, 'Jasad', que trata de cerca el erotismo de la mujer. ¿A qué problemas se ha enfrentado por ello?

R: ¡No tenemos tiempo para hablar tanto! (Ríe). Muchos tabúes están relacionados con el cuerpo femenino. Yo me esperaba esta controversia. Yo, mujer, árabe, haciendo una revista cultural sobre el cuerpo: no era una sorpresa que hubiera reacciones hostiles. Pero también tuve y sigo teniendo mucho apoyo de parte de lectores que me escriben para darme las gracias por tener el valor de hacer algo tan en contra de todo lo que estamos viviendo. La controversia es algo sano, puede dar lugar al diálogo para cambiar las cosas. El primer paso para cambiar es decir lo que no funciona, poderlo expresar. Antes no se expresaba.

P: Dice que uno de los libros que le marcó fue 'El Marqués de Sade' cuando era adolescente. ¿Qué ha significado la literatura para usted?

R: Fue un instrumento muy importante. Mi familia era muy estricta. Había muchas prohibiciones impuestas sobre mí. La lectura hizo en mi cabeza un 'Big Bang'. La libertad empieza en la cabeza, y al madurar se expresa en tu discurso, en tu comportamiento. Esta sed de literatura y también la información y la educación son elementos para conseguir la independencia. No sólo intelectual y existencial sino también económica. Una mujer no puede ser libre sin ser independiente económicamente. Estudiar, leer, pueden ser armas muy importantes para luchar por los derechos.



 "Pido a las mujeres árabes que sean egoístas y luchen para ellas"


P: ¿Sólo Occidente es culpable de la imagen tópica de la mujer árabe, sumisa y con velo?

R: En cada incomprensión hay siempre dos responsables. Estaba harta de que se viera a la mujer árabe solo como víctima. Pero es demasiado fácil apuntar el dedo y acusar; yo también soy la primera responsable de lo que estoy viviendo. Para ser honesta hay que decir lo que no funciona en nosotras.  La mujer árabe, sin generalizar, a veces elige el estado de víctima. Es más fácil decir "yo no puedo hacer nada, es mi destino", que decidir cada día hacer una declaración de guerra al mundo. Eso es lo que quiere decir ser mujer en el mundo árabe, y no sólo, también en muchos lugares del mundo.
 
P: La primera vez que se casó sólo tenía 19 años, ¿Fue un acto de rebeldía?

R: Fue una forma de separarme de mi familia. Pensé en todos los escenarios disponibles y el único que representaba una ruptura con las cadenas impuestas era casarme y tener una vida propia. La decisión de casarme a los 19 años no fue una historia de amor fulminante, fue una decisión muy racional.

P: ¿Qué opina de los que defienden el uso del burka como una forma de demostrar que son buenos musulmanes?

R: Me parece muy absurdo, muy contradictorio. Uno no puede elegir la libertad de no ser libre. ¿Esas mujeres no se preguntan por qué sólo ellas tienen que llevar esa señal? Si pudiéramos imponer a los hombres musulmanes durante un mes el burka, lo pensarían dos veces antes de imponérselo a las mujeres. Es humillante, es un insulto. Para la mujer y para el hombre, que también es tratado como un animal que no controla sus instintos y tiene que ser protegido de la tentación de la mujer.

P: ¿Cómo se mantiene la esperanza de seguir cambiando las cosas si la realidad demuestra que a diario se vulneran los derechos humanos?

R: (pensativa) A veces me dicen que es la esperanza lo que genera la fuerza de luchar. Pero es lo contrario: es la fuerza de luchar lo que genera la esperanza. No es que esté convencida de que lo hago vaya a cambiar las cosas y por eso luche. Estoy convencida de que mi lucha puede generar la esperanza. Me preguntan a menudo por qué me he quedado en el Líbano. Yo digo que me quedo por las cosas que no me gustan. Mi vida ha sido una interpretación del míto de Sísifo. (En el infierno Sísifo fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio). La vida, para mí, siempre ha sido así.



María Crespo
Madrid
Marzo 2011
El Mundo. Es






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María Teresa Castillo: “A ninguna dictadura le interesa que haya libertad para expresarse” / entrevista de Isa Dobles


María Teresa Castillo y Julio Cortázar en "Macondo"




 “Ese hombre (Chávez) venía a esta casa y me pedía mi cama 
para descansar un ratico…”


Yo he sido una devota y una apasionada seguidora de María Teresa toda mi vida. Tenemos una relación hermosísima que es uno de los grandes privilegios de mi existencia humana y profesional. La he entrevistado en todas sus etapas humanas y la he aplaudido en cada una de ellas.


- Nació el 28 de octubre de 1908. Caraqueña, periodista, creadora del Ateneo de Caracas, mujer de la cultura, rebelde ante la injusticia, luchadora infatigable por la libertad y dignidad de los pueblos, casada con Miguel Otero Silva, (escritor, periodista, cofundador de “El Nacional”), madre de dos hijos…

- Yo nací en Cúa. En el Estado Miranda, en una hacienda que se llamaba “Bagre” porque mi abuelo, que era de Trujillo, se vino muy joven y se casó con mi abuela que era una Dunlock. Cuando mi padre murió, yo tenía dos años y nos vinimos para Caracas y aquí estoy desde entonces. Mi madre se dedicó a cuidar a sus hijas. Fuimos dos: Alicia, que luego se casó con Juan Pablo Pérez Alfonzo, y yo. ¡Ella era tremendísima! Y yo era el “gallo pelón” de la familia porque era muy independiente, a mí no me gustaba someterme a normas. Éramos pobres, pobrísimas. Y en mi familia había sin embargo, el afán de que figurásemos en la “sociedad” que hoy en día está tan mal parada. Pero en aquella época la sociedad estaba constituida por familias de apellidos. Yo me acuerdo que desde chiquita yo me burlaba de eso. A mi eso me chocaba, me parecía humillante pretender ser lo que no éramos…

- A los años se convertiría en la primera mujer presa por política después de la muerte del tirano Juan Vicente Gómez…

- Yo me había ido de Venezuela un año antes de la muerte de Gómez a Estados Unidos y trabajaba en una fábrica como costurera. Aquello podía parecer trágico para una muchacha tan cuidada, tan protegida, pero yo me sentía muy bien, muy independiente, sin riesgos ni peligros. Pero si soy sincera tengo que contarte un episodio lastimoso de mi vida, nunca igualado ni superado. Yo me llevaba muy bien con todo el mundo, con la gente que trabajaba, con mis compañeros. Me encantó Nueva York desde el principio. Pero uno tenía esa necesidad de expresarse, de exteriorizar todo lo que uno llevaba por dentro por tanto tiempo, y en una reunión un muchacho norteamericano muy amigo que me acompañaba, me llevaba y me traía, no soportó más mis críticas durísimas, desenfrenadas contra su gobierno y ¡zaz! ¡Me cacheteó! No me preguntes cuál fue mi reacción. Porque no podía tener otra… ¡me caí de espaldas! Pero no tenía tiempo para lamentar nada. Mis gestiones para entrar al país resultaban inútiles porque yo ya estaba señalada como revolucionaria…

LA CÁRCEL

“La vida nos tiene señalado un camino, pero cómo recorrerlo 
depende de nosotros”


María Teresa Castillo y Diego Rivera




- Excepcionalidad y rebeldía. Sin compromisos, sigue adelante en un mundo que despertaba de un letargo cruel. No eran tiempos fáciles. Venezuela, a la muerte del tirano Juan Vicente Gómez, estaba presa en una cárcel sin rejas. Ella retoma la vida aquí y allá. Su mente se regocija en imágenes, en retazos que no quiere olvidar…

- Regreso en febrero y Gómez muere en diciembre. ¿Y tú sabes que sentí? Que podía respirar ¡Casi treinta años de una dictadura y aquí no pasaba nada! ¡Aquí todo el mundo estaba dominado por un sistema de represión horroroso! Este país tenía que salir tarde o temprano de ese aplastamiento. López Contreras me hace presa porque estaba repartiendo propaganda subversiva. Éramos tres. Rafael Viso, D’León  y yo. Tú me preguntas hoy por qué yo estaba arriesgándome y tendría que contestarse que eso era lo que me estaba pautando hacer por la vida porque es que no podía hacer nada. Nosotros habíamos dejado el automóvil cerca y cuando nos empezaron a perseguir salimos disparados para Catia, y nos metimos corriendo en el primer bar que encontramos que se llamaba “Las Tres Lunas”. Que era realmente un cabaret de pésima muerte. Mira que han pasado años y nunca se me ha olvidado la cara de Guillermo Meneses que fue un gran amigo mío y me visitaba constantemente cuando yo estaba presa y siempre soltaba la risa y me decía: “¿Tú sabes lo que es María Teresa, que tú hayas caído fichada en “Las Tres Lunas”?…

- Confiesa que esa ha sido la época en que ha leído más. Se encontró con Marcel Proust que no conocía y que, según ella, sólo puede leerse en recogimiento y con gran penetración, en ese aislamiento necesario para aceptarlo y asumirlo en “su busca del tiempo perdido”. Confiesa riendo que hasta comenzó a enamorarse de André Maurois, el escritor francés. Y los domingos tenía visitas…

- Yo estuve en la Jefatura de La Pastora con el Jefe Civil y su esposa que se portaron muy bien conmigo. El Juez se tomó un año para dictar sentencia. No la leyó completa. Sentí una mezcla de rabia y risa cuando lo oí en las primeras líneas… “que una mujer llamada María Teresa Castillo…”. Pero lo que sí era cierto es que ya era una mujer. Y definitivamente, una revolucionaria. Yo no recuerdo cómo llegó a mis manos Maurois. Pero siempre me gustó, Y hoy lo recuerdo contigo porque tú y yo hablamos de cosas gratas. Cuando Maurois murió yo me impresioné porque me conmovió mucho. Murió el mismo día que mataron al Ché. Ese año no se me olvida. También ganó el Nóbel Miguel Ángel Asturias, después, pero ese mismo año. A veces la vida te hace cosas, “¡un nudo de coincidencias impresionantes!”…


PERIODISMO Y DICTADURA

 “La cultura es un arma contra la represión”


 María Teresa con Ernesto Cardenal y Sergio Ramirez


María Teresa Castillo, retrato de Guayasamin


 María Teresa con Porte Acero
y Carlos Giménez



- Su formación se la debe a un grupo de muchachos que conformaron el vivero excepcional de su primer conocimiento. Todos de gran sensibilidad, músicos, escritores, poetas, lo más importante del mundo cultural de su país…

- Este país pasó casi treinta años cercado por todas partes como si estuviéramos en la Edad Media. Esto era un coto cerrado del gobierno de Gómez. Aquí no habían museos, casas culturales, reuniones, ¡nada de nada! Venían cosas de afuera, pero eso de crear aquí una orquesta, un grupo teatral, eso no existía. Y yo tengo mi criterio sobre eso. A ninguna dictadura le interesa que haya libertad para expresarse. La cultura es un arma contra la represión, lo que no se esgrime de frente se insinúa en una obra de arte, en una pieza teatral, hasta en una sinfonía. Yo, como todos los venezolanos de esa época, despertábamos de una pesadilla. Comenzamos con nuestras “tenidas literarias”, reuniones semi políticas en las que de manera muy coincidente se iniciaba un proceso que habría de dar importantes frutos. Ese grupo lo llamamos “el grupo cero de teoréticos” y de allí nació la Gaceta de América que dirigía Inocente Palacios y que, por supuesto, fue puesto preso con el primer número que salió. Pero ahí un día nos llama María Luisa Escobar, nuestra insigne compositora, para una reunión que decidirá la suerte de una Casa de Cultura. Yo asistí con Antonio Palacios. Ella fue una valiosa amiga, un ser superior, como una hermana, más que como una hermana, primera mujer en ganar el Premio Nacional de Literatura, sensibilidad exquisita. Ella me acompañó, siempre respetando mis alas…


MIGUEL: EL COMPAÑERO

  Pablo Neruda, León de Greiff, Miguel Otero Silva,
Matilde Urrutia, Arturo Úslar Pietri y María Teresa Castillo


 
   María Teresa Castillo, Romulo Betancourt y Miguel Otero Silva

- Se conocían desde el año 1928. Eran muy amigos. Recuerda una vez que Marcos Castillo les regaló unos cuadros a ella y Antonia, y como ella no tenía dinero para montarlo, se lo quitó para montarlo por su cuenta. El de ella, bello, por cierto, lo tiene su hija Mariana. Miguel compartía la misma historia: conspiración, cárcel, ausencias, riesgos. Estaba… se iba… volvía. El destino daba vueltas buscando el espacio para los dos y ellos se movían en el círculo mágico de lo señalado…

- Una vez yo soñé con Miguel… antes de la muerte de Gómez. Yo me dije: “que raro… Miguel Otero”. ¡Imagínate! Él no estaba aquí. Cuando él volvió le pregunté: “Miguel… ¿y tú no te has casado por ahí? ¿no tienes novia o algo?”. Me dijo: “No, estoy soltero”. Y yo le contesté así como era yo: “¡Que bueno!” Y allí comenzó todo. El destino. Tiene que ser eso. Yo no puedo decir que al amor y a Miguel los conocí al mismo tiempo, porque yo a Miguel lo conocí siempre. Fue algo que fue madurando. Pero sí puedo decir que yo lo elegí…


EL ATENEO: LA PASIÓN




María Teresa Castillo con Pablo Milanés

- El Ateneo: Su refugio, su confidente, sus paredes amigas. Su llegada y salida. Su ida y vuelta. María Teresa Castillo ha sido durante largos años el Ministerio de Cultura permanente de Venezuela sin recibir salario ni designación de los gobiernos de su país…

- Yo siempre he estado muy clara en lo que es el Ateneo y quién es María Teresa Castillo. Yo no comprometí nunca al Ateneo o mi posición humana o mis convicciones. Yo actúo y actué fuera del Ateneo como cualquier ser humano dueño de la libertad de ser como es. Yo respeto mucho la coherencia en los principios… creo que la vida se rige básicamente por leyes no escritas. Cuando tratábamos de organizar la Federación de Ateneos y siempre, cuando hablaban conmigo, mi consejo ha sido: eviten las luchas políticas, olvídense que pertenecen a tal o cual partido, no tomen en cuenta las diferencias políticas, ustedes hacen una labor cultural y esta no puede ser agresiva… yo tengo mi pensamiento. Yo estoy con la lucha de los pueblos y cuando me necesitan yo estoy a la orden, mi nombre está al lado de ellos apoyándolos: chilenos, uruguayos, argentinos, exactamente como tú. ¿Cómo voy a ser  Presidenta del Ateneo negándome a mí misma lo que soy? Es que nunca quise imaginarme, porque me horrorizaba, alguna de esas personas diciendo después que “salió del Ateneo sin que yo la recibiera”. “¡Bueno! ¿Y para qué está allí si no es para atendernos?”. Yo no comprometo al Ateneo. Pero yo, como persona, siempre apoyo lo que es justo. Además, ¡eso me encanta!…

- Eso es ser creadora. Denme en este país cinco María Teresa y ¡hacemos realmente un gran país! Este “mundo mágico” que ella ha construido no la defiende de la áspera realidad que vivimos. Ella nunca creyó que volvería a tener esos sentimientos convulsos de sus años guerreros. Pero Hugo Chávez los resuelve inmisericordemente…

- Yo he vivido muchos horrores, nunca tanta perversidad. Pero hay que seguir luchando. Este país lo que menos necesita hoy es que seamos indiferentes, cómodos…

- En esos días reaccionaba vivamente antes lo que vivía el país. Era imposible para ella aceptar que Venezuela tuviera otra vez algo parecido a lo que había vivido con Gómez y Pérez Jiménez…

- A mí me da mucho miedo cuando me engaña alguien sin escrúpulos. La amoralidad a veces me inmoviliza. Ese hombre venía a esta casa y me pedía mi cama para descansar un ratico… ¡Esa cabeza llena de perversidad en mi almohada! Y después que consiguió lo que buscaba traicionó los principios y la confianza. Esta corrupción pesada que nos rodea. El poder sin moral es un camino directo al precipicio. Ese hombre no se conforma con lo que ha conseguido. A mí no me gusta pensar así porque huyo del pesimismo y la desesperanza, pero yo siento que lo que Hugo Chávez busca es el alma de cada uno de nosotros para humillarnos, para acabar con nosotros. Esa revancha amarga que invade nuestra vida. Yo no esperaba volver a vivir esta angustia. Este odio entre los venezolanos, este horror…


María Teresa Castillo con Argelia Laya e Ivonne Attas

  María Teresa Castillo con  Tania Sarabia y Román Chalbaud



María Teresa cultiva el respeto por sí misma tanto como el de los demás. Que desvirtúen lo que ha sido, que pongan en su boca lo que nunca diría o que la acusaran de algo que nunca podría hacer le aterra, porque ha sido muy firme en sus principios y convicciones. Eso le ha permitido crecer sin empujar a nadie, escuchar y sentir. Ella, ciertamente, le ha dado vida a sus años mientras suma años a su vida. A los 25 años lo más importante de su vida era acabar con la tiranía de Gómez, a los 45 su hogar, su familia; a los 65 el Ateneo. Es imposible resumir lo que María Teresa Castillo es y ha representado en Venezuela…


©Isa Dobles 
Fragmento del libro
“Las entrevistas de la Venezuela imborrable”
Editorial Libros Marcados,  2008

Fuente: ABC



  
María Teresa Castillo  (Venezuela, 1909). Periodista, gerente cultural, activista de derechos humanos. Luchó contra  las dictaduras de Gómez y Pérez Jiménez y por el derecho al voto femenino.  Fue presa política y estuvo en el exilo.  Fundó la Agrupación Cultural Femenina, la Asociación Venezolana de Mujeres y  el Festival Internacional de Teatro de Caracas, del que fue presidenta así como del Ateneo de Caracas y  Fundación Rajatabla.  Recibió las más altas distinciones nacionales e internacionales por su labor de promoción de la cultura y las artes en Venezuela. Desde 1990 existe la Orden María Teresa Castillo que premia las manifestaciones artísticas y culturales de Venezuela. Apoyó a Chávez cuando estuvo preso y en su campaña presidencial. En agradecimiento Chávez le quitó la sede del Ateneo de Caracas en 2009.







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