Texto de José Pulido
Un viento fresco, de los que
huelen a palo de agua, sopló de repente y ella entró al Ateneo de Caracas como
si ese viento estuviera amarrado a su pañoleta. Su voz saltó aquí, allá, por
ahí, "¿qué tal? ¿cómo le va? ¿cómo amaneció?" hasta que el ascensor
se la llevó con inclemente rapidez.
Tenía en ese momento 95 años de
edad y ahora tiene cien. Caminaba como si fuera una muchacha llevando una
bandera. Y hasta eso tiene significado a partir de María Teresa Castillo porque
en realidad ella es una especie de bandera humana que simboliza la constancia.
Todas las mujeres venezolanas que
hoy dan un paso al frente en todas las luchas y en todos los trabajos, en
disímiles protagonismos y en millones de búsquedas, transitan caminos que ella
hizo más anchos, y sépanlo o no, tienen una deuda bonita con esa señora que ha
dedicado, por lo menos, 80 años de sus 100, a la tarea de mostrar cuánta fuerza ha
puesto y seguirá poniendo la mujer para mejorar el mundo.
Ella fue pionera en el periodismo,
en la acción cultural de vanguardia, en la actualización del conocimiento. Se
atrevió a ir contra la corriente y a transformar la rutina en pasión de vida.
En los años treinta y a lo largo de más de un lustro, mantuvo el primer
programa radial femenino del país, con Ana de Amengual y Carmencita Serrano.
Parece que anduviera con ellas,
que caminara acompañada de Josefina Juliac y Antonia Palacios; de María Luisa
Escobar y Cachi de Corao. Parece que estuviera reporteando todavía en Ultimas
Noticias, con Analuisa Llovera y Carmen Clemente Travieso, bajo la conducción
inigualable de Kotepa Delgado. Da la impresión de que conversa con Alberto de
Paz y Mateos o con Alejo Carpentier.
Hace cinco años la vi con su
misma sonrisa de optimismo imborrable, con el mismo brillo de linterna en los
ojos; caminando arrolladora y con esa disposición a creer en los demás que
siempre ha sido su actitud existencial. Le pueden ofrecer un arco iris y lo agarra,
si le muestran una utopía la acaricia.
Todos los seres humanos son
iguales para ella y por eso está más allá de los desacuerdos y las rabias. Ese
lugar por donde transita, a veces con ganas de ver una película o de toparse
con un grupo teatral ensayando, ha sido durante varias décadas un hervidero de
actividades que alimentaron de entusiasmo creador a cada juventud que brotó con
ganas de crecer y de vivir.
Cuántos grupos se han esfumado,
cuántos amigos se han ido. Es como si se hubiera llegado a una etapa en que lo
único factible es recordar. Solazarse con el recuerdo de los grandes momentos
expresivos. Tu país está feliz, Rajatabla, Bolívar, los foros, los libros,
miles de artistas de todo el mundo llegando a esa estación en un tren
invisible.
Con Julio Cortázar
Recuerdo aquí, en este vacío, a
Horacio Peterson; recuerdo aquí en este vacío a Carlos Giménez, recuerdo aquí
en este vacío a Peter Stein, a Jacques Lacan, a Julio Cortázar, a Miguel Otero
Silva, a Pablo Neruda, a Barbarito Diez. Recuerdo aquí, en este vacío a
Tomáz Pandur, Nicolás Curiel, José Antonio Rial, Gabriel García Márquez, Anna
Julia Rojas, Margot Benacerraf. Recuerdo aquí en este vacío a cientos y cientos
de grupos. A Javier Vidal, Julie Restifo, Isaac Chocrón, Esteban Herrera, Román
Chalbaud, Rodolfo Santana, Els Joglar, La Commedia del Arte, El Ornitorrinco, Edgar Antonio
Moreno Uribe tomando notas.
En estos días la vi y sentí
deseos de volverla a ver. Ondeando su alegría como una bandera. Ese optimismo
ingenuo y limpio, que ha dado tanto durante tanto tiempo. El aguacero se desató
con furia y por alguna razón, las gotas parecieron miles de aplausos para ella.
Miles de aplausos naturales para María Teresa Castillo. Yo la vi, solita,
mirando los cortinajes de la lluvia. Era como la madre de todos, preguntándose
en un susurro "¿dónde estarán los muchachos?".
©José
Pulido
Fuente: Enfoques
Con Porte Acero y Carlos Giménez
María Teresa Castillo (Venezuela, 1909). Periodista, gerente
cultural, activista de derechos humanos. Luchó contra las dictaduras de
Gómez y Pérez Jiménez y por el derecho al voto femenino. Fue presa
política y estuvo en el exilo. Fundó la Agrupación Cultural
Femenina, la
Asociación Venezolana de Mujeres y el Festival
Internacional de Teatro de Caracas, del que fue presidenta así como del Ateneo
de Caracas y Fundación Rajatabla. Recibió las más altas
distinciones nacionales e internacionales por su labor de promoción de la
cultura y las artes en Venezuela. Desde 1990 existe la Orden María Teresa
Castillo que premia las manifestaciones artísticas y culturales de Venezuela. Apoyó a Chávez cuando estuvo preso y en su campaña presidencial. En agradecimiento Chávez le quitó la sede del Ateneo de Caracas.
INTELECTUALES Y ARTISTAS RINDIERON HOMENAJE
A MARÍA TERESA CASTILLO: LA HEROÍNA CIVIL DEL SIGLO XX.
A MARÍA TERESA CASTILLO: LA HEROÍNA CIVIL DEL SIGLO XX.
Caracas, 01 de Agosto del 2011
María Teresa Castillo con Ernesto Cardenal y Sergio Ramirez
Tal
título honorario fue concedido por el presidente de la Fundación, Antonio
Ecarri, quien estuvo acompañado por diversas personalidades de la cultura como
Jacobo Borges, Soledad Bravo, Javier Vidal, Luis Alberto Machado y Nancy de
Martín, quienes destacaron a Castillo como insigne figura de la nación gracias,
entre otros logros, a la edificación de los ateneos en el país.
Sobre
el homenaje, el artista plástico Oswaldo Vigas envió unas palabras de
felicitaciones que fueron leídas por su esposa, Janín de Vigas, en las cuales
indicó que no se podría imaginar "el mundo cultural venezolano sin María
Teresa Castillo (...) su huella será indeleble".
Por
su parte Vidal, quien leyó un sentido discurso que recorrió a Castillo en sus
facetas humana, cultural y política, la calificó como un "signo de la
cultura" de la nación. Haciendo uso de una frase de Ernesto
"Che" Guevara, el dramaturgo indicó que "para María Teresa lo
extraordinario era algo cotidiano". Finalizó recordando que Castillo era
una constructora de país y que, aunque "los Boves" regresaron a
Venezuela, "no debemos dejarnos contagiar con los rencores".
Por
su parte, el pintor Jacobo Borges señaló que hablaría "con el
corazón" y viró sus palabras sobre la importancia para el país de personas
sensibles y tolerantes como María Teresa Castillo.
Para
el artista, la ex directora del Ateneo de Caracas es un ejemplo de una persona
que buscó apartar la exclusión social, así como defensora de la igualdad y
democracia. Para Borges, Castillo es "puro amor (...) lo más bello que ha
producido el país en los últimos 100 años".
Recordó
que los 80 años del Ateneo corresponden casi a la mitad de los años que
Venezuela lleva libre (200 años) y señaló que, fiel a la personalidad de
Castillo, se debe buscar que chavistas y antichavistas sean incluidos en la
misma patria, "porque todos somos venezolanos (...) no podemos permitir
que nadie nos separe".
Y
pidió dejar a un lado los odios para dirigirse hacia un objetivo común de
bienestar.
Rechazaron ataques contra Castillo
El
agasajo también sirvió como una especie de desagravio para María Teresa Castillo
ante los diversos ataques que sectores oficialistas han realizado.
Tanto
Bravo como Martín pidieron respeto para una venezolana que "siempre buscó
llevar la educación, cultura y tolerancia al pueblo". Borges dijo que, así
como son ilógicos los ataques contra el maestro José Antonio Abreu, son
ilógicos los hechos contra Castillo.
Soledad Bravo y Margot Benacerraf
en el homenaje a MTC
en el homenaje a MTC
DESAGRAVIO
A MARÍA TERESA CASTILLO
Publicado
en El Nacional, 17 de julio de 2011
DIPUTADOS APOYAN A MARÍA TERESA CASTILLO
ANTE ATAQUES CHAVISTAS
Los diputados del bloque opositor que integran la comisión de Medios de Comunicación de la AN respaldaron el comunicado que emitió el CNP en rechazo al lenguaje de odio, violencia y descalificación que usan los conductores del programa de VTV
Los parlamentario de la Unidad que integran la Comisión de Medios de Comunicación de la Asamblea Nacional respaldaron el contenido del comunicado que emitió el Colegio Nacional de Periodistas en rechazo al lenguaje de odio, violencia y descalificación que usan los conductores del programa La Hojilla, transmitido por Venezolana de Televisión(VTV)."Consideramos que el país debe transitar en caminos de paz, unión y reconciliación nacional; y este tipo de lenguaje y comportamiento emitidos desde dicho programa no ayudan, sino que más bien perjudican el tránsito hacia este objetivo supremo", aseguraron en un comunicado los parlamentarios Biaggio Pillieri, MarcosFigueroa, Stalin González, Miriam Montilla y Omar González; al tiempo que destacaron que estas acciones violentan lo que expresa la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos.
De igual forma, aprovecharon la oportunidad para solidarizarse con todos los trabajadores del diario El Nacional, así como con su director, Miguel Enrique Otero, y con su madre, María Teresa Castillo.
Asimismo, exhortaron al Consejo Nacional de Telecomunicaciones y a VTV a tomar las acciones pertinentes para corregir estos comportamientos, que "son rechazados por la inmensa mayoría de los venezolanos".
Caracas, 13 de Julio de 2011
Fuente: El Nacional
MARÍA TERESA CASTILLO
Texto de TalCualDigital
La decisión del Ejecutivo de
desalojar al Ateneo de Caracas de la sede que tiene la institución desde el año
1983 es propicia para recordar a su figura más importante, María Teresa Castillo
Con Gal Costa
Maria Teresa Castillo nació
en Cúa, estado Miranda el 15 de octubre de 1909.
Fue activista del movimiento
antigomecista denominado Generación del 28; fundó la Agrupación Cultural
Femenina y luego la
Asociación Venezolana de Mujeres. Gracias a su amistad con
Antonia e Inocente Palacios, se incorporó de muy joven al Orfeón Lamas y supo
de reuniones contra la dictadura de Juan Vicente Gómez.
Tras la muerte de Gómez
continuó en la actividad política y pasó un año detenida en la Jefatura Civil de la Pastora, por su
vinculación como activista del movimiento comunista de la época. Fue detenida
mientras repartía panfletos prohibidos y un periódico hecho por ellos mismos
denominado “Aquí está” y también el semanario Tribuna Popular, órgano de
Partido Comunista Venezolano en la clandestinidad.
En una de esas citas conoció
al periodista y escritor Miguel Otero Silva, con quien se casó y tuvo dos hijos:
Mariana y Miguel Henrique. Posteriormente, integra los incipientes movimientos
culturales del país y de nuevo incorporada a la actividad política, incluso en
la difícil época de la dictadura perezjimenista.
Egresada de la primera
promoción de la Escuela
de Periodismo de la UCV
y una de las pioneras del reporterismo, fue reportera de Ultimas Noticias
en 1941.
En 1958 funda el Ateneo de
Caracas, del cual ha sido no sólo su presidenta sino su motor permanente. Ha
sido parlamentaria y su nombre figura en cada una de las batallas de la mujer
venezolana en pos de sus derechos sociales y políticos.
El Ateneo de Caracas se
convierte en promotor de una compañía estable de teatro, dirigida inicialmente
por Horacio Peterson y a partir de 1976 por Carlos Giménez con el nombre de
Rajatabla.
Luego crea el Centro
Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, institución que ha
recibido el respaldo nacional y el apoyo económico de la UNESCO. Bajo su
auspicio se han organizado y celebrado en Caracas varias ediciones del Festival
Internacional de Teatro, hoy imitado positivamente por ciudades como Bogotá.
Castillo ha recibido las más
altas distinciones nacionales e internacionales por su labor de promoción de la
cultura y las artes en Venezuela. Desde 1990 existe la Orden María Teresa
Castillo que premia las manifestaciones artísticas y culturales del país. Su
nombre quedará unido al Ateneo de Caracas y al pluralismo de las ideas.
MARIA TERESA CASTILLO
Texto de Tucuy.com
Queremos desde TUCUY.COM
rendir un humilde homenaje, en nombre de las mujeres y los hombres del Tuy,
coterráneos de la cueña más relevante del siglo XX.
MARíA TERESA CASTILLO nació
en el mismo pueblo caluroso donde salieron venezolanos de la talla de José
María Carreño, Ezequiel Zamora, Cristóbal Rojas, Emma Soler, Evencio
Castellanos, Luis Ordáz, Miguel García Mackle, para mencionar sólo
algunos de los hijos e hijas ilustres de Cúa. Corría el año de 1908, la
dictadura del General Cipriano Castro se balanceaba entre el seudo
nacionalismo y la enfermedad que lo obliga a dejar la presidencia en manos de
su compadre el General Juan Vicente Gómez , quien aprovecha la oportunidad y lo
saca del poder mediante un golpe seco, el 19 de diciembre de 1908. Nace María
Teresa Castillo el 15 de octubre de aquel año, en la colonial hacienda de
Bagre, propiedad de su familia, dedicada a la producción de café para la
casa exportadora Dumlop & Cia.
Cúa era como todos los pueblos de la época, abandonada a su suerte,
analfabetismo, pobreza y miedo caracterizaban la vida de una región donde
apenas 50 años antes existía la esclavitud como motor de la economía, ya no era
el amo o el caporal con el látigo y cepo quien imponía la autoridad, sino algún
coronel de montonera, “chacharo” o “capachero”, como les llamaban
despectivamente los centrales, a esos hombres de la montaña, acompañantes del
General Castro que llegaron con la Revolución Restauradora
del año 99 y se hicieron los nuevos amos de “la gran hacienda llamada
Venezuela”.Generalmente eran aventureros que “tiraban la parada” en busca de
dinero y poder, un coronel arbitrario, lujurioso y ladrón, lo primero que hacía
era ponerle el ojo a las fincas más productivas y hermosas de la zona, luego le
ponía el ojo a la hija del hacendado y por cualquier método: El matrimonio por
conveniencia, hasta llegar al encarcelamiento del propietario por
“enemigo” del gobierno. Pasaba por obra de arbitrariedad, el abuso y la
violencia de guerrillero ”come casabe” a “señor feudal” de la región, amo y
padrote hasta donde le alcanzaba la vista. Así fue como el hermano del general
Juan Vicente Gómez: Don Juancho se hizo dueño de todas las tierras desde Cúa
hasta Ocumare del Tuy, uniendo en una sola posesión los antiguos latifundios de
los Condes y Marqueses, los “grandes cacaos” del período colonial, esas
colosales haciendas cacaoteras, ya deforestadas, se les llamó la Gran Posesión
Mendoza con una extensión de más 300 Km2. También el la zona de Santa Teresa se
apoderó de la gran posesión Tumuso, que abarcaba el triangulo Santa Teresa,
Charallave, Santa Lucía. Además Don Juancho Gómez, Hermano del Vicepresidente,
era el Presidente del Estado Miranda, como se le denominaba en la época a la
figura que hoy llamamos gobernador. La capital del Estado Miranda estuvo
en Ocumare del Tuy desde 1904 hasta 1927.
Ser hacendado, en aquellos
años era estar sometido a la presión terrófaga de los Gómez, quienes ya tenían
el monopolio de todos los mataderos del país. Venezuela todavía no se perfilaba
como país productor de petróleo. El General Gómez en 1908 representaba el poder
económico surgido a la sombra del gobierno del parlanchín General Cipriano
Castro; éste se había convertido en un escollo, por sus desplantes ante las
potencias mundiales, para los nuevos ricos que buscaban el poder sin Castro. Un
castrismo sin Castro representado por el hombre que se había transformado, en
nueve años de ejercicio de la Vicepresidencia de Venezuela, en el verdadero y
máximo poder económico y político del país.
En esa época semifeudal nace
María Teresa, en un medio social muy duro para sobrevivir y progresar y si se
era mujer el único destino era “parir como Dios manda” y obedecer, primero al
padre y luego al marido. Esto se cuenta hoy y no se tiene la dimensión exacta
de lo poco que significaba en la
Venezuela de comienzos del siglo XX ser mujer. La mayoría de
los espacios eran ocupados por los hombres, una señorita “digna” no podía,
estudiar sino en colegios de monjas, solo en Caracas y algunas capitales.La
formación era para ser madre “ejemplar”:Perfecta ama de casa, soportar las
“querídas” que su marido tenía, pues eso era normal y aceptado socialmente, la
esposa era una “sierva”, nacida para sufrir pacientemente, eso si con mucha
dignidad, sin derechos sociales, económicos y mucho menos políticos.Una
joven si los 18 años no se había casado, se decía que se había quedado para
“vestir santos”. Si una mujer tenía que trabajar fuera de casa era calificado
en aquella sociedad venezolana como “fin de mundo. Una mujer respetable tenía
que estar en su casa y salir acompañada por un hombre de la familia, solo las
muchachas del servicio de adentro salían solas. Uno de los primeros trabajos
que cumplieron las mujeres fuera de su casa fue como operadoras de los
teléfonos de manillita y con las primeras máquinas de escribir, empezó muy
tímidamente, entre familiares con bufete, la figura de la mecanógrafa.
En esa Venezuela, tan lejana
en el tiempo, en las costumbres y en los valores, le tocó nacer, crecer, formarse
y sobre todo luchar par a María Teresa Castillo como paradigma de la mujer
venezolana del siglo XX, como la máxima representante del mundo cultural
venezolano, de las inmensas tareas de las pioneras para alcanzar la igualdad
ciudadana. En nuestro país la máxima discriminación no era contra el negro,
sino contra las mujeres, pues no contaban ni siquiera con el apoyo de la
familia, cuando querían abrirse paso en el mundo masculino.
María Teresa llega a Caracas
muy niña, una aldea de 300.000 mil habitantes; una joven inquieta, se le hace
imposible ingresar a la
Universidad, pero sigue muy de cerca los acontecimientos de
la juventud universitaria del año 28. Tiene sus primeros contactos con los
movimientos sociales de izquierda marxista existentes clandestinamente en
Venezuela. La dictadura gomecista, atornillada en el poder, durante 20
años, no daba tregua a la represión en las tenebrosas mazmorras de las
fortificaciones españolas de Puerto Cabello y Maracaibo, en la famosa Rotunda
de Caracas, el los campos de concentración existentes en las carreteras del
país. Se contaban por miles en ese entonces los presos políticos quienes además
cargaban con unos grilletes del período colonial, con un peso de más 60 kilos.
Entre esos jóvenes opuestos al dictador, estaba su futuro esposo el gran
escritor, poeta, periodista y humorista Miguel Otero Silva.
La muerte de Juan Vicente
Gómez abre las compuertas del siglo XX, por primera vez se ve una luz en oscuro
túnel que venía desde el siglo XIX. Es cierto que el gobierno del General López
Contreras ordena la demolición de la
Rotunda y se lanzan al mar los grillos en Puerto Cabello,
pero eso no significó el cese de la represión, del 36 al 40 se persiguen como
“enemigos de la patria” a los llamados comunistas como Rómulo Betancourt,
Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva, Juan José Palacios, José Antonio Mayobre,
Raúl Leoní, Manuel Ramón Oyón ( de Ocumare del Tuy),Rodolfo Quintero, Miguel
Acosta Saignes entre otros y se decreta la expulsión del país, La cárcel del
cerro El Obispo ocupa el espacio de la Rotunda.
María Teresa Castillo, quien
venía luchando desde la época gomecista junto a mujeres del temple y tenacidad
de una Mercedes Fermín, desde la
Federación de Maestros, fundada por Luís Beltrán Prieto en el
año 31, Ana Mercedes Pérez, la primera reportera que tuvo Venezuela, Carmen
Clemente Travieso, Imelda Campos, primera mujer que lanza como oradora ante una
multitud en el Nuevo Circo de Caracas para condenar los hechos del 14 de
febrero del 36; Luz Machado de Arnao, Ida Gramcko, Josefina Palacios. La mujer
venezolana se abría paso y participaba en la construcción de aquella Venezuela,
todavía sin instituciones sólidas, buscando el camino democrático, después de
la muerte de Gómez.
María Teresa Castillo pasó un
año detenida en la
Jefatura Civil de la Pastora, por su vinculación como activista del
movimiento comunista de la época, por revoltosa, la detuvo la policía
repartiendo panfletos prohibidos y un periódico hecho por ellos mismos
denominado “Aquí está” y también el semanario Tribuna Popular, órgano de
Partido Comunista Venezolano en la clandestinidad.
Todas esa luchas de la mujer
venezolana y sin embargo no tenían derecho al voto, mucho menos a ser
electas para cargos representativos, los prejuicios todavía se mantenían y fue
en el año 47, con la nueva Constitución aprobada por la Constituyente del
trienio adeco, donde se estableció que las mujeres tenían derechos políticos,
al igual que los analfabetos y se instituyó el voto, directo, universal y
secreto, como piedra angular del sistema democrático representativo. En el año
1941 habían egresado sólo 5 mujeres de los claustros de la U.C.V. La primera mujer electa
para un cargo representativo (Asamblea Constituyente 1947), fue la poetisa
Lucila Velásquez, la primera mujer concejal fue Margot Boulton de Bottome, en
Distrito Federal 1947. La primera mujer que se graduó de ingeniera civil en
Venezuela fue otra cueña, la Dra. Elena Quiroba en 1944.
La actividad cultural
organizada tiene antecedentes que se remontan al siglo XIX, en la ciudad de
Caracas, pero en el año 1931 por iniciativa de María Luisa González Gragirena
de Escobar, motivada por la necesidad de abrir un espacio a la mujer en el
mundo de la creación intelectual y artística se funda el Ateneo de Caracas,
tiene su primera sede entre las esquinas caraqueñas de Marrón a Cují y durante
doce años es presidido por María Luisa Escobar. También fueron Presidentes del
Ateneo: Anna Julia Rojas, Luz Machado, Alicia Larralde, Ana Mercedes de Morales
Lara, Conny Méndez y después de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez en
1958, es electa como presidenta María Teresa Castillo. Quien venía de ser
reportera de Ultimas Noticias en 1941, integrante de la primera promoción de
Periodistas de la U.C.V.,
Luchadora contra las dictaduras desde la época gomecista, exilada durante el
régimen perezjimenista. María Teresa tuvo la visión necesaria para comprender
que las luchas sociales y políticas carecen de base si no se alimentan del
quehacer cultural y que la pervivencia de los valores de una nueva sociedad que
nacía con el 23 de enero de 1958, no podían tener solamente el sustento
político, era necesario promover las manifestaciones más altas del espíritu y
es así como el Ateneo de Caracas se convierte en promotor de una compañía estable
de teatro, dirigida inicialmente por Horacio Peterson y a partir de 1976 por
Carlos Giménez con el nombre de Rajatabla. Se crea el Centro Latinoamericano de
Creación e Investigación Teatral, institución que ha recibido el respaldo
nacional y el apoyo económico de la UNESCO. Bajo su auspicio se han organizado y
celebrado en Caracas varias ediciones del Festival Internacional de Teatro, hoy
imitado positivamente por ciudades como Bogotá.
Además del desarrollo de una
labor editorial, biblioteca, sala de exposiciones, dos salas de teatro y
conciertos.
El Ateneo de Caracas
presidido por nuestra coterránea María Teresa Castillo es hoy un modelo a
seguir, no solamente por diversos Ateneos de Venezuela, sino a nivel
continental. Es una lastima que los actuales promotores de la cultura oficial,
no reconozcan los méritos y la obra de María Teresa Castillo cuando llega a los
100 años de fructífera vida, María Teresa como persona no necesita de ese
reconocimiento, pero si su obra que es el Ateneo de Caracas. María Teresa tiene
en su haber las más altas condecoraciones que se otorgaban en la desaparecida
Unión Soviética, las más altas otorgadas por Cuba, Francia, UNESCO, la mitad de
los países europeos, Latinoamérica e incluso de EE.UU. y los más importante
tiene el reconocimiento de los artistas y creadores venezolanos, de su
pueblo al que le ha dado lustre y tal vez es más humilde pero con el más grande
de los amores y del respeto a su figura, el de los tuyeros y especialmente el
de los cueños.
No podemos terminar estas
cortas expresiones de justicia,sin decir: Ojalá Venezuela tenga en las nuevas
generaciones, la fuerza juvenil, la rebeldía, la inconformidad, la capacidad
organizativa, el humor, la visión, la tenacidad y el amor por Venezuela de
María Teresa Castillo a sus 100 años.
Aclaratoria: Pedimos
disculpas por el trato coloquial utilizado en este artículo, pero es imposible
decirle Doña a una mujer que sigue siendo joven a pesar de sus 100 años.
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