Caracas, septiembre de 1979.
Publicada en noviembre de 1979
Revista Semana, Caracas
© Fotografías Eduardo Gamondés
"Cuando escribí la Introducción 1 nunca imaginé que, 18 años después, que mis jóvenes hijos me leyeran mi libro los 18 días que estuve hospitalizada al borde de la muerte, sin que los médicos supieran qué era lo que me estaba matando, me iba a resultar de tanta ayuda, me iba a traer tanta paz en medio de la desesperación.
18 años atrás yo había publicado El Libro de la Alegría con seudónimo porque pensé que no era compatible con mi trabajo de Presidenta de la Dirección de Cultura del Estado Miranda bajo la gobernación de Enrique Mendoza. Y también porque me daba un poco de pudor, porque yo era conocida como gerente y productora cultural y candidata a Ministra de Cultura.
Pero muchas cosas habían pasado en esos 18 años y tener que dejar mi país, Venezuela, fue, sin que lo supiera entonces, el comienzo de mi enfermedad: una se puede enfermar de dolor de patria, morir de nostalgia de patria, agonizar de exilio.
Con dos niños pequeños, divorciada, tuve que abandonar mi apartamento que tanto me había costado comprar, mi trabajo que tanto me gustaba, mi ciudad, mi gente, mi familia y partir a países amables pero extranjeros: primero España, después Estados Unidos, donde vivo actualmente.
¿Qué me había llevado al hospital? Todas mis articulaciones me dolían como si me estuvieran atravesando cien mil agujas de coser y casi no podía caminar ni respirar. Al día siguiente de ingresar la bolsa de mi corazón se llenó de agua y me dio Pericarditis. Después el pulmón derecho se llenó de agua y se empezó a encoger como una esponja. Me intervinieron tres veces y me hicieron tres infiltraciones de pulmón para sacar todo el líquido, una intervención sumamente peligrosa pero que resultó exitosa: sacaron de 3 a 4 litros de agua.
Bajé tanto de peso que al mirarme en los ojos de mis hijos no me reconocía. Los dolores eran insoportables, el simple hecho de mover una mano me producía un dolor tan enorme como si estuviera levantando una tonelada de piedras. Ya no podía caminar y estaba conectada a un respirador porque tampoco podía respirar.
Yo pensaba en Pedro y Alejandro, mis amados hijos, no podía dejarlos solos en un país extraño. Ellos, como si alguien los hubiera iluminado, se turnaron
esos 18 días para leerme cada día una historia de El libro de la Alegría. A veces muy consciente, otras casi desvanecida, yo escuchaba sus palabras y sentía una inmensa paz, una fe enorme en que me iba a curar.
Pasé 18 días de terror mientras me hacían infinidad de tratamientos y estudios. Pero nada: los médicos no encontraban un diagnóstico.
Me dieron de alta cuando mejoré y por la gracia de Dios conseguí a un médico latino, de esos que una siente como que lo conoces de toda la vida y a la segunda visita a su consultorio me dijo: tienes Lupus y si haces un tratamiento te vas a sentir mejor, todo depende de ti.
Cuando recibí ese diagnóstico el terror se anidó en todo mi ser porque mi mamá, que era enfermera de las antiguas, siempre me había dicho que el Lupus era un Cáncer. Lógicamente pensé lo peor y empecé a buscar información en Internet. Y descubrí que el Lupus, una extraña enfermedad que, sin que la ciencia sepa todavía por qué, mis anticuerpos veían a mi cuerpo como un invasor, un enemigo al que tenían que atacar para salvarme y en ese intento por protegerme me iban matando.
Entre tantos escritos que leí sobre la enfermedad uno decía que el Lupus no tiene cura pero si tiene lo que llaman remisión, y que se da más en mujeres latinas, mujeres de color y en hombres de mas de 30 años.
Seguí indagando y leí el reportaje de un psicólogo: decía que el Lupus se generaba en el cerebro por todas las tristezas, tragedias y traumas acumulados en nuestro corazón.
Tristeza. Tragedia. Trauma.
Yo sabía mucho de eso. Había perdido a mi madre 20 años atrás, me había divorciado cuando mis dos hijos eran pequeños, había tenido que renunciar a mi trabajo que adoraba como Presidenta del Instituto de Cultura del Estado Miranda debido a las persecuciones políticas y finalmente tuve que huir de mi país, Venezuela, para iniciar el duro camino del exilio y la diáspora. Fue duro. Muy duro. Hasta llegué a dormir en mi carro con mis dos hijos pequeños porque el dinero no me alcanzaba para pagar un alquiler.
Además unos meses antes de enfermarme perdí a mi amado padre, una pérdida de la que todavía no me repongo porque nunca más pude verlo, ni siquiera asistir a su funeral, porque estaba exiliada.
Duele mucho la perdida de tu país, de tus costumbres, tus sabores, tus olores, tu gente. Tener que dejarlo todo y andar a pasos agigantados en otro país, sentirte extranjera y no hablar el idioma.
Además había conseguido trabajo en una productora de televisión y el tren de trabajo era agotador y el salario malo. El personal no tenía idea de lo que era ensamblar una producción, cosa que me ocasionó mucho estrés, y marcar los errores que se estaban produciendo ocasionó que mis compañeros se volvieran mis enemigos. Fueron momentos difíciles, muy difíciles.
Yo sufría en silencio y lloraba a escondidas para que mis hijos no me vieran. Creo que todo eso, sumado también a la muerte de mi querido perro, hizo en mi una gran olla de presión y explotó como un cohete.
El dolor en las articulaciones era insoportable y mi estado anímico era de extrema depresión pensando incluso en el suicidio como la vía de escape. Pero gracias a Dios tengo dos hijos y un nieto maravilloso que me han ayudado a salir adelante.
Empecé el tratamiento y todos los días, como si fuera un rito, leía una página de mi libro. Y entonces sentía que todo eso era pasajero, que le enfermedad no iba a quedarse anclada en mí porque yo no quería, que mis anticuerpos volverían a ser mis amigos, que la tristeza desaparecía.
Y así fue.
Pasaron cinco años y el Lupus entró en remisión.
Entonces me dije: tengo que volver a publicar este libro con mi verdadero nombre y contar mi historia. Porque si yo pude entrar en remisión, casi curarme, de una enfermedad tan terrible, tú también puedes. Y si estás pasando por algo parecido, ojalá que mi libro te sirva de ayuda como me sirvió a mí.
Y como dijo el gran escritor argentino Julio Cortázar:
“Nada está perdido si tenemos el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo”.
Gracias por leerme. Gracias por existir.
Carmen Carmona
Miami, 6 de noviembre de 2024"
SALON PRINCIPAL DE UNA GALERIA DE ARTE,
DONDE SE EXHIBE UNA EXPOSICIÓN CON OBRAS DE FRIDA KAHLO, SE OBSERVA EN UN LADO
EL ESCRITORIO DEL ORGANIZADOR, UNAS SILLAS Y UN ARREGLO FLORAL.
ORGANIZADOR:
(REVISANDO VISUALMENTE LA EXPOSICIÓN,
ENTRA UN UTILERO CON UNA CAJA QUE COLOCA SOBRE EL ESCRITORIO, CON GESTOS SE DESPIDEN) Muchas gracias, por favor
cierre la puerta, nos vemos mañana (CAMINA UN POCO CONTEMPLANDO EMOCIONADO
LA EXPOSICIÓN, SE ACERCA AL ESCRITORIO, PIENSA EN VOZ ALTA MIENTRAS ABRE LA
CAJA) Frida estaría feliz si pudiera ver cómo quedó su homenaje, quiero que
se parezca a su primera exposición individual, que le organizó su amiga Lola,
en 1953 (SACA UN PROGRAMA DE MANO, LO HOJEA Y MUY ORGULLOSO SE SIENTA A
LEERLO) “Exposición homenaje a Frida Kahlo”, (PAUSA) ¡Qué buen diseño!,
quedó elegante, muy bonito. (OYE
MURMULLOS, SE ALARMA)
ENTRA UNA SEÑORA REZANDO EN VOZ BAJA,
MIRANDO A TODOS LADOS COMO BUSCANDO.
ORGANIZADOR:
Señora, por favor, ¿Para dónde va? ¿Por
dónde entró usted? (SEÑALANDOLE LA SALIDA) vuelva mañana, que estamos en
los detalles finales del homenaje, la inauguración es mañana.
SEÑORA:
(SERIA, HABLANDO
APRESURADAMENTE) Señor, disculpe, (SACANDO DE LA CARTERA UN CARNET)
yo soy Secretaria de Actas de SAAFRI la Sociedad de Amigos y Admiradores de la
señora Kahlo, además (LE ENSEÑA OTRO CARNET) soy la Presidenta del club
de fans de esta maravillosa pintora y santa, y además, (LE ENSEÑA MUY
RAPIDAMENTE UNA CARTA) soy, Presidenta de las damas devotas de Santa Frida,
y hoy, después de buscarla por todas las iglesias, me enteré que ustedes
estaban organizando una exposición en homenaje a mi Santa preferida y como
buena devota decidí venir… y entré por la puerta, como entramos y entraremos,
todos los admiradores y adoradores de Frida Kahlo, (RAPIDAMENTE ENSEÑA OTRO
CARNET) mire mi otro carnet, y quiero aprovechar este momento, porque
necesito pedirle algo a nuestra amada, Santa Frida (SACA DE LA CARTERA UN
PORTARETRATO Y LE ENSEÑA LA FOTO DE FRIDA) y así en solitario es mucho
mejor, (BUSCA UN ROSARIO Y SE ARRODILLA ABRE LOS BRAZOS EN CRUZ HABLÁNDOLE
AL PORTARETRATO) ¡Santa Frida bendita!, tú que estás en los cielos, ayuda a
esta pobre devota y admiradora tuya, y, (CONFIANZUDA) perdona que te
tutee, pero es que yo creo…
ORGANIZADOR
(INTERRUMPIENDO) ¿Cómo que Santa Frida?
Señora, esto es una galería y precisamente, le estamos organizando un homenaje
a Frida Kahlo… (ENFATICO) “la pintora” y usted lo sabe, ¿verdad? (MIRA A LOS LADOS, BUSCANDO AYUDA)
SEÑORA:
(SE ARRODILLA VIOLENTAMENTE, EL
ORGANIZADOR TRATA DE LEVANTARLA, ELLA SE VA MOVIENDO ARRODILLADA, EL LA
PERSIGUE Y TRATA DE EXPLICARLE, PERO, ELLA LE HABLA TAN RÁPIDO QUE NO LO DEJA
RESPONDER)
Si, yo lo sé, por eso estoy aquí, y de rodillas ante mi amada Santa Frida,
bendita, que por fin la encontré, (MIRANDO ARRIBA CON LOS BRAZOS ABIERTOS Y
SEÑALANDO TODO) a partir de ahora, este será tu templo, santísima y amada
Santa Frida… (SE LEVANTA Y CAMINA RAPIDAMENTE Y EL ORGANIZADOR SIGUIENDOLA)
protégeme a mí y a mi familia de los problemas, de los chismes, de la intriga,
de la maldad de mis enemigos y haz que ellos no puedan contra mí. (SUBE LA
VOZ) ¡Amada Santa Frida! protégenos con tu, ¿con tuuu? con tus muletas, con
tu silla de ruedas, con tu yeso, con lo que quieras, y cúbrenos con tu, con tu,
con tu bata sagrada a mis amigos y a mí (GIRA) y a todos nosotros los
que vendremos a venerarte, no dejes que nada malo nos suceda. Tú que pasaste
tanto trabajo, y superaste todos los sufrimientos y tormentos (MIRANDO AL ORGANIZADOR SE ARRODILLA Y LO
HALA POR LA MANGA) ¡Usted, debería arrodillarse conmigo!, (REGAÑANDOLO)
¡pídale disculpas a nuestra Santa! porque, ya ella debería estar canonizada y
con tantos momentos horribles que tuvo que pasar en su corta vida, ni siquiera
la nombraron mártir, (SE LEVANTA SE PERSIGNA Y COMIENZA A CAMINAR RAPIDO POR
TODA LA GALERÍA REZÁNDOLE EN VOZ BAJA, A TODOS LOS CUADROS Y EL ORGANIZADOR
SIGUIENDOLA TRATANDO DE AGARRARLA, SACA UN FRASQUITO CON AGUA QUE ROCÍA POR
TODOS LADOS, MIRANDO HACIA ARRIBA Y GIRANDO CON LOS BRAZOS ABIERTOS) ¡Santa
Frida bendita!, óyeme mis ruegos te prometo que te visitaré, cada vez que pueda
y traeré aquí a mis amigos devotos, mientras te canonizan, también iremos a
todos los museos y galerías donde estés expuesta ¿Expuesta? ¡Qué palabra tan
fea! Discúlpame, donde te manden, (MOLESTA) ¡qué falta de respeto!
¿dónde te manden? como si fuera una niña…(RECAPACITANDO) donde sean
veneradas tus imágenes, y ayúdame a encontrar la solución a este terrible
problema que me causa tanta desesperación y me resulta imposible con mi poca
fuerza, (GIRANDO LEVANTA LOS BRAZOS Y SUBE LA VOZ) a encontrar
soluciones (CAMINA RAPIDO EN GIROS MIRANDO ARRIBA Y MOVIENDO LA CABEZA)
¿Qué hago? ¿Qué puedo hacer? (PARA VIOLENTAMENTE Y PREGUNTA MUY MOLESTA) ¡explícame,
dame una señal! Ahora que, por fin te encontré ¿Qué se te ocurre? tú que eres
Santa, bueno, todavía no, disculpa me adelanté, pero lo serás muy pronto.
ORGANIZADOR:
(BUSCA AYUDA CON LA MIRADA POR TODOS LOS
LUGARES) ¡Por
Dios, señora! (EN VOZ ALTA) Que alguien me ayude a explicarle a esta
señora que necesito que salga (LA TOMA DEL BRAZO Y LA LLEVA HACIA LA PUERTA,
ELLA SIGUE REZANDO EN VOZ MUY BAJA Y SALE) señora, por favor, (FINGIENDO
SIMPATIA) ¡Adiós señora! venga mañana, (ENSIMISMADO SE ARREGLA EL PALTO
Y LA CORBATA) al fin, que tortura de señora (REGRESA AL CENTRO DE LA
GALERIA Y ENCUENTRA DE NUEVO A LA SEÑORA) Señora, ¿cómo logró entrar de
nuevo? ¿Por qué no se va para alguna iglesia? a lo mejor ahí sí está Santa
Frida (RECLAMANDO) ¡Por Dios es como una pesadilla!
SEÑORA:
Entré por la otra puerta que está
abierta, (ACONSEJANDO) ciérrenla, es peligroso, (EXPLICANDO) y ya
fui a las iglesias, visite todas las que conozco y no la encontré (REZA)
Santa Frida, Santísima, amada virgen y mártir, tú que sufriste tanto, y que
deberías estar en los altares, te pido por mí y todos mis compañeros que
sienten lo que yo siento, (MOLESTA RECLAMANDO) Santa Frida, ¡aparécete y
cuéntales tú! (EL ORGANIZADOR TRATA DE AGARRARLA) ¡Suélteme!, ¡que yo no
estoy loca! y déjeme tranquila, que estoy concentrada y tengo que terminar (SACA
DE LA CARTERA, UN CEPILLO Y SE PEINA) de arreglarme para el homenaje a… mi
Santa amada
ORGANIZADOR:
(LA INTERRUMPE) Por favor, señora un poco
de tranquilidad, cállese un momento, la exposición es mañana… (ENTRAN VARIOS
UTILEROS CON UNA CAMA Y LA COLOCAN EN EL CENTRO DE LA GALERIA) señora,
mire, ya están aquí… ya llegó, arrímese un poco, que ya llegó la cama…
SEÑORA:
¿Una cama?
ORGANIZADOR:
La cama de Frida Kahlo (DIRIGIENDOSE
A LOS QUE TRAEN LA CAMA LES INDICA) vamos a colocarla aquí en la mitad,
como ella misma pidió en su primera exposición individual, (MIRANDO A LA
SEÑORA) y tristemente, la última a la que la señora Kahlo asistió.
SEÑORA:
Si yo lo ví en una película por
televisión, (DUDANDO) o ¿en un programa de artistas? y me dió mucha
vergüenza, mi pobre Santa Frida, bendita, después de ser reconocida en el
mundo, era su primera exposición individual que le organizaron en su país, ¡que
injusto! (MOLESTA) yo me hago la loca y no voy (LANZA AGUA CON LA
BOTELLITA)
ORGANIZADOR:
(ORGULLOSO) La señora Frida, a pesar
de sentirse muy mal, y que sus médicos se lo prohibieron, decidió asistir a la
exposición, llegó en una ambulancia y la trajeron en camilla hasta una cama (SEÑALANDO
LA CAMA) como esa.
EL ORGANIZADOR BUSCA A LA SEÑORA Y LA
VE DE RODILLAS REZANDOLE A LA CAMA, ELLA
TRATA QUE EL, SE ARRODILLE HALANDOLO POR LOS PANTALONES, DISCUTEN EN VOZ BAJA
LA SEÑORA SE LEVANTA Y VA HACIA UN CUADRO, EL ORGANIZADOR LA SIGUE, LA SEÑORA
ABRE LA CARTERA Y VA SACANDO Y TIRANDO EN EL SUELO, UN MISAL, UN CUADERNO, UNA
MANTILLA, VARIAS VELAS, SE QUEDAN
DISTRAIDOS, SIN DARSE CUENTA, DE ENTRE LAS SABANAS, DANZANDO SUAVEMENTE SALE
FRIDA SONRIENDO AL RITMO DE MUSICA SUAVE
Y LUCES DE COLORES, SE TOCA, SE ESTIRA, OBSERVA TODO, SONRÍE, LA SEÑORA VOLTEA
Y AL RECONOCER A FRIDA SE QUEDA CON LA BOCA ABIERTA MIRANDOLA FIJAMENTE,
MIENTRAS EL ORGANIZADOR TERMINA DE
RECOGER Y GUARDAR TODO LO QUE LA SEÑORA SACÓ DE LA CARTERA AL TERMINAR CIERRA
LA CARTERA Y LE COLOCA EL BRAZO EN LA ESPALDA DE LA SEÑORA LLEVÁNDOLA A LA
PUERTA, TRATA DE COLOCARLE LA CARTERA EN EL BRAZO, SUAVEMENTE LA EMPUJA Y SE DA
CUENTA QUE LA SEÑORA ESTA PETRIFICADA, SIGUE LO QUE LA SEÑORA ESTA MIRANDO,
ASOMBRADO SE QUEDAN LOS DOS MIRANDO Y OYENDO LO QUE ESTA CONTANDO FRIDA
FRIDA:
(SE ACERCA LENTAMENTE) ¡Qué divertido, oyendo mi
propia historia…! y él tiene razón, los médicos me prohibieron acudir.
De venta en Amazon, en papel y e-book.
Sonia Zilzer, socióloga caraqueña graduada en la UCAB, fue la Coordinadora del tercer volumen del libro Exilio a la Vida publicado en 2011. Gerente de Cultura de la Unión Israelita de Caracas, institución que editó los tres libros, trabajó varios años en Ginebra en el CIM (Comité Intergubernamental para las Migraciones, hoy OIM).
¿Qué es Exilio a la Vida?
Es un proyecto de memoria histórica para resguardar el testimonio de sobrevivientes de la Shoa que viven en Venezuela, que se concretó en la publicación de tres libros. Este proyecto surgió en el año 2004 aproximadamente, en la Comisión de Cultura de la Unión Israelita de Caracas, dirigida entonces por Dita Cohén, Marianne Beker y Rebeca Lustgarten, quienes estaban desarrollando el proyecto de historia oral, donde se grabaron en video más de 300 entrevistas a fundadores y activistas de la comunidad judía de Venezuela. Con esa información, la recolección de documentos y fotografías se produjo el documental Valió la Pena, dirigido por Henry Grunberg, con guión de Néstor Garrido y Lilian Rotter, que cuenta el surgimiento de la comunidad askenazí en el país.
Los entrevistadores del proyecto también habían participado en el proyecto de la Shoah Visual History Foundation, creado por Steven Spilberg después de la filmación de La Lista de Schindler, que consistía en recolectar en video los testimonios de los sobrevivientes de la Shoah alrededor del mundo.
¿Cuántas entrevistas realizó la Shoah Fundation en Venezuela?
Alrededor de 300. Y partiendo de esos testimonios se decidió realizar el libro. Se pidió autorización a la Fundación, se transcribieron y luego Jacqueline Goldberg, escritora altamente reconocida, los editó y convirtió en relatos.
(...)
Fragmento.
Entrevista completa en el libro ENTREVISTAS (2025)
Del libro de Belén
Ojeda “Grafitti y otros textos”, Monte Ávila Editores, 2002
DE LO QUE GOYA SE
ENTERÓ
Excelentísima Doña Belén de
Ojeda:
Mucho
ha de empacarse Vuestra Merced por el atrevimiento de estas letras, que con
muchos trabajos y placer os confiero, tanto más que para vos soy un extraño.
He permanecido hasta ahora en
el más reposado de mis silencios, dejando que de mí se diga cuanto se quiera y
mucho más, sin que aqueso logre perturbarme. Sin embargo, esta mañana ha traído
el mozo, junto con los aceites y los tintes, un ejemplar de vuestro libro y he
leído con la mayor sorpresa un fragmento del Diario de Cayetana. Os confieso
que desconocía por entero que ella llevara alguno. Del ejemplar que me interesa
saber, ha publicado V.M. egoístamente tan sólo un trozo y cierto pálpito me
hace estar cierto, que habiendo llegado ese escrito a una mujer, para más señas
sabida de letras como sois, que jamás conoceré el resto. Conozco ya vuestra
solidaridad de género, tras de la que ocultáis los más sorprendentes secretos.
A cada instante me pregunto por las frases que habrá estampado mi Cayetana de
su dulce mano, las huellas de las horas vividas en sus ojos y en mis manos,
cuando le daba entonces vida eterna. De esas tintas penden también retazos de
mi existencia.
No temo que a partir de ahora,
de mí se sepa más de lo que se sabe u otra cosa, pues que al fin ya nada puede
afectarme. Más bien, entended que estas escritas se resuelven en el intento de
convencerle, de rogarle hacerme llegar copias de esas páginas que tiene en su
poder, y ofrezco por ello la mayor discreción. Por mis señas no debéis
preocuparos, aquí me hallo de cierta forma conjurado por vos y seguramente
vuestras misivas lleguen, aunque tal poema no haya sido escrito pensando
precisamente en mí.
Sabed que estoy, por otra, muy
interesado en un retrato vuestro, y por Dios que no he podido siquiera comenzar
un tenue boceto, gracias a que vuestro exceso de actividad no os hace estar un
momento quieta. Os aseguro que haré de vos un retrato que levantará escándalo.
Libraos, pues, en mis manos y dejadme hacer del arte que tan bien conozco.
Antonio opina que debería plasmaros engalanada con riqueza, rodeada de verdor
exuberante dibujado a todo detalle y cercada de musas, pero soy poco amante de
ese regusto regalón por las alegorías y las cornucopias. Prefiero retrataros
tal cual sois, natural, clara y sencilla, despojada de espejuelos y de ropas,
con vuestra figura despachada, recostada en la tumbona y con la mirada de
soslayo al frente, mirándome.
¿Os reís?
Demostrad que vuestra osadía
va más allá de la muestra de esa página de diario, que sois de la misma savia
de aquélla a quien nombráis y dejad de lado toda negativa a bocajarro que
oculte un falso recato. Sabed que antes que hombre soy un artista y que la
condición de la que gozo ahora, me ha donado el perfecto dominio de mi técnica,
visto que no me atan ya las fuerzas de la carne...
No debéis tampoco temer el
origen y el misterio de estas líneas. Nada peor que los farsantes de ferias de
esotería y aguafiestas de oficio que desearan convenceros que intento
hechizaros para que vengáis a mis cármenes. Nada menos cierto. Puedo estar en muchas
plazas a un tiempo, en dondequiera y como quiera ¿o pensáis que estar en tantos
libros a la vez es un don de la casualidad?
Decidíos. Llevo todas las
horas del mundo, y como mal puede el tiempo medirse a sí mismo, muy poco me
pesa el esperar. Todo está dispuesto a la menor seña vuestra, hacedme avisar y
haré de S.E. la más inmortal entre todas las músicas.
A besamanos, siempre Vuestro,
De Goya y Lucientes
*
ACLARATORIA
Ante todo, deseo aclarar que de la publicación de éste y otros textos por difundir, ha sido especial y principal promotora Viviana Marcela Iriart, pujante, tenaz escritora y amiga de larga data, a quien le debo impulso y líneas. Su especial estímulo y empuje, han hecho posible que salgan del baúl algunos escritos olvidados; agradeceré siempre sus observaciones, opiniones y gran generosidad. Para mí es un honor me haya colocado en el grupo de otras escritoras y producciones literarias probablemente más meritorias. Gracias.
En
segundo punto, paso a exponer que del poemario “Grafitti y otros textos”,
original de Belén Ojeda -que leí en su momento y hoy quizá sea objeto de
edición incunable, quién sabe, de tan singular músico y poetisa venezolana-,
captaron mi atención tres textos, altamente atractivos para mí por su potencial
teatral y lúdico.
En
primer lugar, el “Veredicto”; enunciado al inicio del libro, ha dado pie a una
pequeña escena de Teatro del Absurdo, así como las alusiones a Goya (“Del Diario
de la Maja”) y a Velásquez, han decantado una, a una comunicación epistolar
y otra, a un par de textos disquisitorios sobre los que me resultó entonces muy
nutritivo investigar y reflexionar.
De
esa ocasión y a modo de chanza literaria, paso en consecuencia a compartirles
una pretendida “carta”, dirigida a Belén Ojeda, de parte del genial pintor
español.
Fanny Arjona
***
BELÉN OJEDA, nacida
en Caracas, Venezuela. Traductora, poeta, músico profesional y docente de
clases de Lenguaje y Análisis Musical. Egresada del Conservatorio Tchaikovsky
de Moscú. A los 8 empezó estudios Teoría y Solfeo y luego piano. Ganó una beca
para proseguir estudios musicales en Conservatorio Chaikovski de Moscú donde
vivió ocho años, lo que le acercó a la lengua rusa y a su poesía. Se graduó en
Dirección Coral. Ha sido directora coral y coralista. La música y la literatura
siempre han estado presentes en su vida. A su vuelta a Venezuela formó parte
del Taller de Poesía del CELARG, coordinado por Ida Gramcko.
Ha publicado los poemarios:
Días de solsticio (PEN CLUB, 1995); En el ojo de la cabra (Editorial Diosa
Blanca); Territorios (La Liebre Libre Editores, 2000); Graffiti y otros textos
(Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2002) y Obra completa (LP5 Editora,
2020). Traductora directamente del ruso de: Anna Ajmátova, Marina Tsvietáieva,
Ossip Mandelshtam y Boris Pasternak.
***
FANNY ARJONA
Cantante lírico, actriz y
escritora venezolana. En 2009 ganó el Concurso Internacional
de Canto Lírico Ciudad de Cervinara en Avellino, Italia. Su
actuación en dicho Festival, le valió la invitación –como única latinoamericana
participante en el evento- a audiciones de convocatoria exclusiva para
cantantes de la Unión Europea en el Teatro del Giglio, en Lucca. Es también la
primera venezolana que ha logrado ser admitida en un reducido número de
participantes en las Master Class de la reconocida soprano
búlgara Rayna Kabayvanska.
Ha cantado en calidad de
solista con la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, Orquesta Sinfónica de
Venezuela, Orquesta Municipal de Caracas, Gran Mariscal de Ayacucho y Orquesta
Sinfónica de la Ópera, bajo la conducción de los Mtos. Alfredo Rugeles, Juan
Carlos Núñez, Rodolfo Saglimbeni, Antonio Delgado y Ángelo Pagliuca.
Formó parte activa del staff de la Compañía de Ópera Memoria
de Apariencias de la Camerata de Caracas, bajo la dirección de Isabel
Palacios.
Como actriz formó parte del
importantísimo grupo Rajatabla de Carlos Giménez, siendo dirigida por él en
numerosas obras con las cuales recorrió gran parte del mundo,
destacándose La Muerte de García Lorca y Bolívar de
José Antonio Rial, La vida es sueño de Calderón de la
Barca y el musical Historia de un Caballo de León
Tolstoi.
Como escritora es autora del
libreto Los Albores de la Revolución, espectáculo
multidisciplinario para actores, cantantes, Coro y Orquesta del Mto. Juan
Carlos Núñez, concebido para exaltar la gesta independentista de Francisco de
Miranda y del libreto de la obra sinfónica Amazonía del
Mto. Núñez. También hizo una versión de “La Orestíada” de Esquilo –para la
Cátedra Latinoamericana de Composición Antonio Estévez- y la del libreto
original de “La Viuda Alegre” de Léhar.
Actualmente asume la autoría
del libreto “Gringo enamorado”, junto al artista plástico
José Augusto Paradisi.
FANNY ARJONA: Blog / X / Instagram
"A PUNTO DE DESPEGAR…
Durante el rodaje de la primera película en la cual tuve el placer de participar, me sucedió un episodio muy pero, muy inverosímil, pero les aseguro que es verdad.
Estábamos filmando en las afueras de la ciudad de Maracaibo, era un miércoles y en Caracas me estaba presentando en una obra de teatro y esa era la semana final de la temporada. En las cláusulas de mi contrato decía que yo podía filmar hasta el mediodía de ese día, pues debía volar a Caracas para hacer la función de esa noche, y que, a partir del siguiente lunes podían disponer de mi tiempo como mejor les convenía, pues ya no tenía funciones de teatro.
Hasta ahí todo iba muy bien. El detalle estaba en que eran casi las 3 de la tarde, el último vuelo a Caracas salía a las 4 y estábamos en las afueras de la capital. Y para completar, la escena que estábamos filmando era nada más y nada menos que la de la muerte de mi personaje, un terrible asesino a sueldo, al que para beneplácito de la audiencia de los cines matarían con muchos tiros y correría mucha sangre. Bueno en realidad la sangre corrió durante toda la película, pues mataban a todo el elenco, no en balde se llamaba “La Matanza de Santa Bárbara”.
Pues bien, un maquillador español de efectos especiales tuvo a su cargo mi aspecto terrible, entre todas las cosas que me hizo, cuidadosamente introdujo dentro de mi cuero cabelludo un producto parecido a un gel, era más como un chicle negro el cual se derretiría con el calor y daría un aspecto de sangre muy natural que correría por mis sienes, mis ojos, mi cuello etc. etc. Por fin filmamos la escena, ya estaban los asistentes con toallas, agua, y mi ropa dispuestos a quitar y limpiar cualquier vestigio de mi personaje. Pues bien, allí en medio de la calle y con la rapidez que era capaz, me desmaquille y me monte en el taxi rumbo al aeropuerto “La Chinita” a tomar mi vuelo de regreso a Caracas.
Íbamos a más de 120 km. por esos caminos, parecía que nunca llegaríamos, parecía la Cenicienta camino a su casa apurada de llegar antes de que den las 12 y se acaba el encanto.
Al fin llegamos, salgo corriendo del taxi y me dirijo al mostrador de la línea aérea, allí me encuentro con un empleado que me mira aterrado y me informa que el vuelo está a punto de despegar.
Yo me preguntaba: ¿y a este tipo qué le pasa? Me quería morir, ¡yo debía tomar ese vuelo como sea! Le pregunto que por dónde se va a la pista y me señala unas rampas. Yo parecía un patinador de hielo, iba por esas rampas volando y ya al final me encuentro con unos guardias nacionales, obviamente me detienen, me miran aterrados y yo les digo:
- Disculpen, pero tengo que tomar ese vuelo, es de vida o muerte….
El guardia ve a su compañero, este asiente y por una radio se comunica con la torre de control para que detengan el avión. De nuevo ambos me miraban casi con lástima. Yo pensaba: aquí todos están locos. Me dice el funcionario: ¡Corra! ¡Corra que el avión lo está esperando!
No sé si ustedes saben que esos aviones pequeños tienen una salida o entrada por detrás, sí como por el culito del avión, pues mientras corría veo que se va abriendo una compuerta, pero no baja ninguna escalera, cuando llego y veo hacia arriba la aeromoza aterrada me dice:
- Suba, suba… y yo me preguntaba: ¿Y por dónde pendeja? Por fin bajo la escalera como de 2 peldaños, y quedaba muy arriba. Cual primate me trepé por las escaleras y subí me senté en un puesto cualquiera y la aeromoza me dijo: — no se mueva que vamos a despegar. Por supuesto las miradas de TODOS los pasajeros caían sobre mí y yo pensaba, ¿pero por qué me miran aterrados? Por fin el avión despegó y la aeromoza muy amable me dice:
- ¿Quiere algo, un calmante? … se ve muy mal, y yo le respondo:
- Bueno agua o algo de tomar si es tan amable.
Me asignan mi puesto y el tipo que está sentado a mi lado mete casi un grito y me dice:
- ¡Señor que le pasó, por Dios!!!
Yo no entendía nada. Pero cuando me voy a limpiar el sudor de mi cara, lo que me limpio es “sangre”. El famoso producto hizo su efecto y por supuesto no me habían quitado todo el que me habían puesto en el cuero cabelludo y entonces hizo su función. Yo sangraba de manera muy natural
Lo increíble de esta historia y que siempre me he preguntado, es ¿cómo dejaron subir así a un avión a una persona que supuestamente estaba herida? Y nunca me preguntaron ni mi nombre, ni me pidieron el boleto… nada. Lo importante es que pude llegar a tiempo a hacer mi función… ¡Ah! Y esa escena que tanto trabajo dio no sirvió. La repetimos unas semanas después en Calabozo y con toda la calma y tranquilidad disfruté de la muerte de mi personaje.
Por cierto, el muchacho que viajó a mi lado… sí, el del grito, era nada más y nada menos que Amílcar Boscán solista del conocido grupo “Guaco”."