Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).

Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).


la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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Clarice Lispector entrevista a Tom Jobim: Conversación medio en serio con Tom Jobim: “La creación musical en mí es compulsiva” – “A criação musical em mim é compulsória” / entrevista de Clarice Lispector (español-português) / Traducción Viviana Marcela Iriart / Jornal do Brasil, 3-10-17 de julio de 1971 / Traducción Viviana Marcela Iriart






"Brasil, a pesar de todo, es un país de alma extremadamente libre. "





3  de julio de 1971

Tom Jobim fue mi padrino en el Primer Festival de Escritores, no recuerdo en que año, en el lanzamiento de mi novela La manzana en la oscuridad (A maçã no escuro). Y en nuestro stand él hacía bromas: sostenía el libro en la mano y preguntaba:

-¿Quién lo compra? Quién quiere comprar?

No sé, pero el tema es que vendí todos los ejemplares.

Un día, hace algún tiempo, Tom vino a visitarme: hacía años que no nos veíamos. Era el mismo Tom: bonito, simpático, con el aire de pureza que él tiene, con los cabellos medios caídos en la frente. Un whisky y una conversación que se fue volviendo más seria.

Reproduciré literalmente nuestros diálogos (tomé notas, él no se incomodó).

- Tom, ¿cómo encaras el problema de la madurez?

- Hay un verso de Drummond que dice: “La madurez, este horrible regalo…”. No sé, Clarice, me siento más capaz, pero también más exigente.

- No haces mal, exiges bien.

- Con la madurez, tengo conciencia de una serie de cosas que antes no tenía, incluso los instintos, los más espontáneos pasan por ese filtro. La policía del espacio está presente, esa policía que es la verdadera policía de las personas. He notado que la música está cambiando con los medios de divulgación, con la pereza de ir al Teatro Municipal.  Quiero hacerte esa pregunta en relación con la lectura de libros, pues hoy en día se está escuchando televisión y radio a pilas, medios inadecuados. Toda la música erudita y más seria que escribí está en un cajón. Que no haya malos entendidos: a la música popular la considero súper seria. ¿Será que hoy en día las personas están leyendo tanto como yo leía cuando era un muchacho, teniendo el hábito de ir a la cama con un libro antes de dormir? Porque siento una especie de falta de tiempo de la humanidad – lo que va a llegar es la lectura dinámica. ¿Qué es lo que tú crees?

- Sufro si eso llega a pasar, que alguien lea mis libros con el método dinámico de pasar rápidamente las páginas. Los escribí con amor, atención, dolor e investigación y  quería de vuelta como mínimo una atención completa. Una atención y un interés como el tuyo, Tom. Y entretanto lo  cómico es que yo no tengo más paciencia para leer ficción.

- ¡Pero eso es una negación de ti misma, Clarice!

- No, mis libros, felizmente para mí, no están repletos de hechos, y sí de la repercusión de los hechos en el individuo. Hay quien dice que la música y la literatura van a acabarse. ¿Sabes quién dijo eso? Henry Miller.  No sé si él quería decir ahora o de aquí a 300 o 500 años. Pero yo pienso que nunca acabarán.

Risa feliz de Tom:

-¡Pues yo también pienso  lo mismo que tú!

-Creo que el sonido de la música es imprescindible para el ser humano y que el uso de la palabra hablada y escrita es como la música, dos de las cosas más altas que nos elevan del reino de los monos, del reino animal.

-¡Y mineral también y vegetal también! (Él se ríe)  Pienso que soy un músico que cree en palabras. Leí ayer tus textos “O búfalo” y “A imitação da rosa”.

-Sí, pero a veces es la muerte.

- La muerte no existe, Clarice.  Tuve una experiencia que me reveló eso. Así como tampoco existe el yo, ni el pequeño yo ni el grande yo. Aparte de esa experiencia que no voy a  contar, temo a la muerte las 24 horas del día. La muerte del yo, te lo juro, Clarice, porque yo la vi.

-¿Tú crees en la reencarnación?

-No sé. Dicen los hindúes que solamente puede entender la reencarnación quien tiene conciencia de las varias vidas que vivió. Evidentemente, este no es mi punto de vista: si la reencarnación existe, sólo puede ser por un despojamiento.

-De ahí entonces el epígrafe de uno de mis libros: es una frase de Bernard Berenson, crítico de arte: “Una vida completa tal vez sea aquella que termina  en una identificación tan grande con el no-yo que no queda un yo para morir.”

-Eso es muy bonito -dijo Tom-  es el despojamiento. Pero caí en una trampa porque sin el yo, yo me negué como persona. Y si nosotros negamos cualquier pasaje de un yo para el otro, y esto es lo que significa  la reencarnación, entonces la estamos negando.

-No estoy entendiendo nada de lo que estamos hablando pero tiene sentido. ¡Cómo podemos hablar de lo que no entendemos! Vamos a ver si en la próxima reencarnación nosotros dos nos encontraremos.



10 de julio de 1971

Después hablamos sobre el hecho de que la sociedad industrial organiza y despersonaliza demasiado la vida. Y si no cabía a los artistas el papel de preservar no solamente la alegría del mundo sino también la conciencia del mundo.

-Estoy en contra del arte del consumo. Claro, Clarice, que yo amo el consumo… Pero desde el momento en que la estandarización de todo acaba con la alegría de vivir, estoy en contra de la industrialización. Estoy a favor de la tecnología que facilita la vida humana, pero jamás de la tecnología que domina a la especie humana. Claro, los artistas deben preservar la alegría del mundo. Aunque el arte está tan alienado y solamente da tristeza al mundo. Pero no es culpa del arte, porque el arte tiene el papel de reflejar el mundo. El arte refleja y es honesto. ¡Viva Oscar Niemeyer y viva Villa-Lobos! ¡Viva Clarice Lispector! ¡Viva Antônio Carlos Jobim! El nuestro es un arte que denuncia. Tengo sinfonías y músicas de cámara que no se conocen.

-¿Tú no crees que tienes el deber de hacer la música que te pide tu alma? Por las cosas que dijiste, ¿supongo que significa que lo mejor de nuestro trabajo está hecho para las elites?

-Evidentemente que nosotros, para expresarnos, tenemos que recurrir al lenguaje de las elites, elites éstas que no existen en Brasil… He aquí el grande drama de Carlos Drummond de Andrade y Villa-Lobos.

- ¿Para quién compones tú, para quién escribo yo, Tom?

-Pienso que no nos fue preguntado nada al respecto y, desprevenidos, escuchamos mientras tanto la música y la palabra, sin tenerlas realmente aprendido de nadie. No pudimos escoger: tú y yo trabajamos con la inspiración. De nuestra ingrata arcilla es que está  hecho el yeso. Ingrata incluso con nosotros mismos. La crítica que haría, Clarice, en este confortable apartamento en Leme, es que nosotros somos seres extraños que solamente aparecen en determinadas alturas. Nosotros deberíamos darnos más, a toda hora, indiscriminadamente. Hoy, cuando leo una partitura de Stravinsky, siento aún más las ganas irreprimibles de estar con el pueblo, aunque la cultura  botada por la puerta entre  por las ventanas – le estoy robando esta frase a C.D.A.


-¿Tal vez porque todos nosotros somos parte de una generación fracasada?

-No estoy de acuerdo contigo para nada.

-Es que siento que nosotros llegamos al umbral de las puertas que estaban abiertas – y por miedo o por no sé qué, no atravesamos plenamente esas puertas. Y mientras tanto, ellas ya tienen grabados nuestros nombres. Cada persona tiene una puerta con su nombre grabado, Tom, y es sólo a través de ella que esa persona perdida puede entrar y encontrarse.


-Tócala y se abrirá para ti.

-Voy a confesarte algo, Tom, sin el menor vestigio de mentira: siento que si hubiese tenido coraje, ya hubiera atravesado mi puerta, y sin miedo de que me llamasen loca. Porque existe un nuevo lenguaje tanto musical como escrito, y nosotros dos seríamos los legítimos representantes de las puertas angostas que nos pertenecen. En resumen y sin vanidad: estoy simplemente diciendo que nosotros dos tenemos una vocación que cumplir. ¿Cómo se procesa en ti la elaboración musical que termina en creación? Estoy simplemente mezclando todo pero no es culpa mía, Tom, ni tuya: es que nuestra conversación está medio psicodélica.

- La creación musical en mí es compulsiva. Las ansias de libertad se manifiestan en ella.


-¿Libertad interna o externa?

-La libertad total. Si como hombre fui un pequeño-burgués adaptado, como artista me vengué en las amplitudes del amor. Discúlpame, no quiero más whisky por causa de mi voracidad, lo que tengo es que beber cerveza porque ella  llena los grandes vacíos del alma. O por lo menos impide la embriaguez súbita. Me gusta beber sólo de vez en cuando. Me gusta tomar una cerveza pero no me gusta estar borracho.


Fue debidamente providencial la ida de la empleada para comprar cerveza.



17 de julio de 1971

-Tom, toda persona muy conocida, como tú, es en el fondo un gran desconocido. ¿Cuál es tu fase oculta?

-La música. El ambiente era competitivo, y yo habría tenido que matar a mi colega o a mi hermano para sobrevivir. El mundo del espectáculo me sonó falso. El piano en el cuarto oscuro me ofrecía una posibilidad de armonía infinita. Esta es mi fase oculta. Mi fuga, mi timidez, me llevaron inadvertidamente, contra mi voluntad, a los reflectores del Carnegie Hall. Siempre huí del éxito, Clarice, como el diablo huye de la cruz. Siempre quise ser aquel que no está en el escenario. El piano me ofrecía, de vuelta de la playa, un mundo insospechado, de amplia libertad –las notas estaban todas disponibles y yo vislumbré que se abrían todos los caminos, que todo era lícito, y que podría ir a cualquier lugar siempre que fuese íntegro. Súbitamente, aquello que se le ofrece a un menor púber, el grande sueño de amor estaba allá y este sueño tan inseguro era seguro, ¿no es así Clarice? ¿Sabes que la flor no sabe que es flor? Yo me perdí y me gané y mientras tanto soñaba, a través de  la cerradura, con los senos de mi empleada. Eran lindos los senos de ella a través del hueco de la cerradura.

-Tom, ¿tú serías capaz de improvisar un poema que sirviese de letra para una canción?


Él asintió y, después de una pequeña pausa, me dictó lo que sigue:

Tus ojos verdes son mayores que el mar.
Si un día yo fuese tan fuerte como tú te
despreciaría y viviría en el espacio.
O tal vez entonces te amaría.
¡Ay! qué nostalgia me da de la vida que nunca tuve.


-¿Cómo es que sientes que va a nacer una canción?

-Los dolores de parto son terribles. Golpearme la cabeza contra la pared, angustia, lo innecesario de lo necesario, son los síntomas de una nueva música naciendo. Me gusta más una música cuanto menos trabajo en ella. Cualquier resquicio de savoir-faire me aterra.

-Gauguin, que no es mi predilecto, dijo una cosa que no se debe olvidar, por más dolor que ella nos traiga. Es lo siguiente: “Cuando tu mano derecha sea hábil, pinta con la izquierda; cuando la izquierda sea hábil,  pinta con los pies”. ¿Esto responde a tu terror del savoir-faire?

-Para mí la habilidad es muy útil pero en última instancia la habilidad es inútil. Sólo la creación satisface. Verdad o mentira, yo prefiero una creación difícil que diga algo, antes que una creación hábil que no diga nada.

-¿Eres tú quien escoge a los intérpretes y colaboradores?

-Cuando puedo escoger a los intérpretes, los escojo. Pero la vida es muy agitada. Me gusta colaborar con las personas que amo, Vinicius, Chico Buarque, João Gilberto, Newton Mendonça, etc. ¿Y tú?

-Es parte de mi profesión estar siempre sola, sin cantantes y sin colaboradores. Mira, todas las veces  que terminé de escribir un libro o un cuento pensé, con desesperación y con toda certeza, de que nunca más escribiría nada. ¿Tú qué sensación tienes cuando acabas de dar a luz una canción?

-Exactamente la misma. Siempre pienso que morí después de los dolores de parto.


Vino la cerveza.


-La cosa más importante del mundo es el amor, la cosa más importante para la persona como individuo es la integridad del alma, incluso si externamente ella parece sucia. Cuando ella dice que sí, es sí, cuando ella dice que no, es no. Y duérmete con un barullo de esos. A pesar de todos los santos, a pesar de todos los dólares. En cuanto a qué es el amor, amor es darse, darse, darse. Darse no de acuerdo con el yo de cada persona –mucha gente piensa que se está dando y no está dando nada – sino de acuerdo con el yo de la persona amada. Quien no se da, a sí mismo se detesta y  a sí mismo se castra. El amor solitario es una estupidez.

-¿Hubo algún momento decisivo en tu vida?

-Sólo hubo momentos decisivos en mi vida. Inclusive ir, a los 36 años, a los Estados Unidos por decisión de Itamaraty, a mí que me gustaba, ya en esa época, el  pijama rayado, la mecedora de mimbre y el cielo azul con nubes diseminadas.

-Muchas veces, en las creaciones en cualquier género, se puede encontrar la tesis, antítesis y síntesis. ¿Sientes esto en tus canciones? Piensa.

-Siento muchísimo eso. Soy un matemático amoroso, carente de amor y de matemática. Sin forma no hay nada. Incluso en el caos hay forma.

-¿Cuáles fueron las grandes emociones de tu vida como compositor y en tu vida personal?

-Como compositor ninguna. En mi vida personal, el descubrimiento del yo y del no-yo.

-¿Cuál es el tipo de música brasilera que tiene éxito en el exterior?

-Todos los tipos. El Viejo Mundo, Europa y Estados Unidos están completamente desbordados de temas, de fuerza, de virilidad. Brasil, a pesar de todo, es un país de alma extremadamente libre. Él  conduce a la creación, él  es cómplice con los grandes estados del alma.

Jornal do Brasil
Entrevista publicada en tres partes los días
3,10 y 17 de julio de 1971
Traducción  Viviana Marcela Iriart

Incluida en los  libros de Clarice Lispector:
“Descoberta do Mundo” (Editora Francisco Alves 1994) 
De Corpo Inteiro” (Artenova, 1975)


Fuente: Tom Jobim


Conversa Meio A Sério Com Tom Jobim: 
 “A criação musical em mim é compulsória” 

entrevista de Clarice Lispector 

Jornal do Brasil, 3-10-17 julho de 1971 


 

  "O Brasil, apesar de tudo, é um país de alma extremamente livre"




3 de julho de 1971 

 Tom Jobim foi o meu padrinho no  Primeiro  Festival de Escritores, não lembro em que ano, no lançamento de meu romance “A maçã no escuro”. E na nossa barraca ele fazia brincadeiras: segurava o livro na mão e perguntava:

- Quem compra? Quem quer comprar?

Não sei, mas o fato é que vendi todos os exemplares.
Um dia, faz algum tempo, Tom veio me visitar: há anos que não nos víamos. Era o mesmo Tom: bonito, simpático, com o ar de pureza que ele tem, com os cabelos meio caídos na testa. Um uísque e conversa que foi ficando mais séria. Reproduzirei literalmente nossos diálogos (tomei notas, ele não se incomodou).

- Tom, como é que você encara o problema da maturidade?

- Tem um verso do Drummond que diz: “A madureza, esta horrível prenda...” Não sei, Clarice, a gente fica mais capaz, mas também mais exigente.

- Não faz mal, a gente exige bem.

-Como a maturidade, a gente passa a ter consciência de uma série de coisas que antes não tinha mesmo os instintos, os mais espontâneos passam pelo filtro. A polícia do espaço está presente, essa polícia que é a verdadeira polícia da gente. Tenho notado que a música vem mudando como os meios de divulgação, com a preguiça de se ira o Teatro Municipal. Quero te fazer esta pergunta a respeito da leitura de livros, pois hoje em dia estão ouvindo televisão e rádio de pilha, meios inadequados.  Tudo o que escrevi de erudito e mais sério fica na gaveta. Que não haja mal-entendido: a música popular considera-a seriíssima. Será que hoje em dia as pessoas estão lendo como eu lia quando garoto, tendo o hábito de ir para a cama com um livro antes de dormir? Porque sinto uma espécie de falta de tempo da humanidade – o que vai entrar mesmo é a leitura dinâmica  . Que é o que você acha?

-Sofro se isso acontecer, que alguém leia meus livros apenas no método do vira-depressa-a-página dinâmico. Escrevi-os com amor, atenção, dor e pesquisa e queria de volta como mínimo uma atenção completa. Uma atenção e um interesse como o seu Tom. E no entanto o cômico é que eu não tenho mais paciência de ler ficção.

- Mas aí você está se negando, Clarice!

- Não, meus livros, felizmente para mim, não são superlotados de fatos, e sim da repercussão dos fatos no indivíduo. Há quem diga que a música e a literatura vão acabar. Sabe quem disse isso? Henry Miller. Não sei se ele queria dizer para já ou para daqui a 300 ou 500 anos. Mas eu acho que nunca acabarão.

Riso feliz de Tom:

- Pois eu, sabe, também acho!


- Acho que o som da música é imprescindível para o ser humano e que o uso da palavra falada e escrita é como a música, duas coisas das mais altas que nos elevam do reino dos macacos, do reino animal. 

- E mineral também, e vegetal também! (Ele ri.) Acho que sou um músico que acredita em palavras. Li ontem o teu O búfalo e A imitação da rosa. 

- Sim, mas é a morte às vezes. 

- A morte não existe, Clarice. Tive uma experiência que me revelou isso. Assim como também não existe o eu nem o euzinho nem o euzão. Fora essa experiência que não vou contar, temo a morte 24 horas por dia. A morte do eu, eu te juro, Clarice, porque eu vi. 

- Você acredita na reencarnação? 

- Não sei. Dizem os hindus que só entende de reencarnação quem tem consciência das várias vidas que viveu. Evidentemente, não é o meu ponto de vista: se existe reencarnação, só pode ser por um despojamento. 

-Dei-lhe então a epígrafe de um de meus livros: é uma frase de Bernard Berenson, crítico de arte: "Uma vida completa talvez seja aquela que termina em tal identificação com o não-eu que não resta um eu para morrer." 

- Isto é muito bonito - disse Tom - é o despojamento; Caí numa armadilha porque sem o eu, eu me neguei. Se nos negamos qualquer passagem de um eu para outro, o que significa reencarnação, então a estamos negando. 

- Não estou entendendo nada do que estamos falando mas faz sentido. Como podemos falar do que não entendemos! Vamos ver se na próxima reencarnação nós dois nos encontraremos.


10 de julho de 1971


Depois falamos sobre o fato de que a sociedade industrial organiza e despersonaliza demais a vida. E se não cabia aos artistas o papel de preservar não só a alegria do mundo como a consciência do mundo. 

- Sou contra a arte de consumo. Claro, Clarice, que eu amo o consumo... Mas do momento em que a estandardização de tudo tira a alegria de viver, sou contra a industrialização. Sou a favor do maquinismo que facilita a vida humana, jamais a máquina que domina a espécie humana. Claro, os artistas devem preservar a alegria do mundo. Embora a arte ande tão alienada e só dê tristeza ao mundo. Mas não é culpa da arte porque ela tem o papel de refletir o mundo. Ela reflete e é honesta. Viva Oscar Niemeyer e viva Villa-Lobos! Viva Clarice Lispector! Viva Antônio Carlos Jobim! A nossa é uma arte que denuncia. Tenho sinfonias e músicas de câmara que não vêm à tona. 

- Você não acha que é seu dever o de fazer a música que sua alma pede? Pelas coisas que você disse, suponho que significa que o nosso melhor está dito para as elites? 

- Evidentemente que nós, para nos expressarmos, temos que recorrer à linguagem das elites, elites estas que não existem no Brasil... Eis o grande drama de Carlos Drummond de Andrade e Villa-Lobos. 

- Para quem você faz música e para quem eu escrevo, Tom? 

- Acho que não nos foi perguntado nada a respeito e, desprevenidos, ouvimos no entanto a música e a palavra, sem tê-las realmente aprendido de ninguém. Não nos coube a escolha: você e eu trabalhamos sob uma inspiração. De nossa ingrata argila de que é feito o gesso. Ingrata mesmo para conosco. A crítica que eu faria Clarice, nesse confortável apartamento no Leme, é de sermos seres rarefeitos que só se dão em determinadas alturas. A gente devia se dar mais, a toda hora, indiscriminadamente. Hoje quando leio uma partitura de Stravinsky ainda mais sinto uma vontade irreprimível de estar com o povo, embora a cultura jogada fora volte pelas janelas - estou roubando C.D.A. 

- Talvez porque nós todos sejamos parte de uma geração quem sabe se fracassada? 

- Não concordo absolutamente. 

- É que sinto que nós chegamos ao limiar de portas que estavam abertas - e por medo ou pelo que não sei, não atravessamos plenamente essas portas. Que no entanto têm nelas já gravado o nosso nome. Cada pessoa tem uma porta com seu nome gravado, Tom, e é só através dela que essa pessoa perdida pode entrar e se achar. 

Batei e abrir-se-vos-á. 

- Vou confessar a você, Tom, sem o menor vestígio de mentira: sinto que se eu tivesse tido coragem mesmo, eu já teria atravessado a minha porta, e sem medo de que me chamassem de louca. Porque existe uma nova linguagem, tanto a musical quanto a escrita, e nós dois seríamos os legítimos representantes das portas estreitas que nos pertencem. Em resumo e sem vaidade: estou simplesmente dizendo que nós dois temos uma vocação a cumprir. Como se processa em você a elaboração musical que termina em criação? Estou simplesmente misturando tudo mas não é culpa minha, Tom, nem sua: é que nossa conversa está meio psicodélica. 
 
- A criação musical em mim é compulsória. Os anseios de liberdade nela se manifestam. 

- Liberdade interna ou externa? 

- A liberdade total. Se como homem fui um pequeno-burguês adaptado, como artista me vinguei nas amplidões do amor. Você desculpe, eu não quero mais uísque por causa de minha voracidade, tenho é que beber cerveja porque ela locupleta os grandes vazios da alma. Ou pelo menos impede a embriaguez súbita. Gosto de beber só de vez em quando. Gosto de tomar uma cerveja mas de estar bêbado não gosto. 


Foi devidamente providenciada a ida da empregada para comprar cerveja.


17 de julho de 1971


- Tom, toda pessoa muito conhecida, como você, é no fundo o grande desconhecido. Qual é a sua face oculta? 

- A música. O ambiente era competitivo, e eu teria que matar meu colega e meu irmão para sobreviver. O espetáculo do mundo me soou falso. O piano no quarto escuro me oferecia uma possibilidade de harmonia infinita. Esta é a minha face oculta. A minha fuga, a minha timidez me levaram inadvertidamente, contra a minha vontade, aos holofotes do Carnegie Hall. Sempre fugi do sucesso, Clarice, como o diabo foge da cruz. Sempre quis ser aquele que não vai ao palco. O piano me oferecia, de volta da praia, um mundo insuspeitado, de ampla liberdade - as notas eram todas disponíveis e eu antevi que se abriam os caminhos, que tudo era lícito, e que poderia ir a qualquer lugar desde que fosse inteiro. Subitamente, sabe, aquilo que se oferece a um menor púbere, o grande sonho de amor estava lá e este sonho tão inseguro era seguro, não é Clarice ? Sabe que a flor não sabe que é flor? Eu me perdi e me ganhei, enquanto isso sonhava pela fechadura com os seios de minha empregada. Eram lindos os seios dela através do buraco da fechadura. 

- Tom, você seria capaz de improvisar um poema que servisse de letra para uma canção? 

Ele assentiu e, depois de uma pequena pausa, me ditou o que se segue: 

Teus olhos verdes são maiores que o mar.
Se um dia eu fosse tão forte quanto você eu te desprezaria e viveria no espaço.
Ou talvez então eu te amasse.
Ai! que saudades me dá da vida que nunca tive! 

- Como é que você sente que vai nascer uma canção? 

- As dores do parto são terríveis. Bater com a cabeça na parede, angústia, o desnecessário do necessário, são os sintomas de uma nova música nascendo. Eu gosto mais de uma música quanto menos mexo nela. Qualquer resquício de savoir-faire me apavora. 

- Gauguin, que não é meu predileto, disse uma coisa que não se deve esquecer, por mais dor que ela nos traga. É o seguinte: "Quando tua mão direita estiver hábil, pinta com a esquerda; quando a esquerda ficar hábil, pinta com os pés". Isso responde ao seu terror do savoir-faire?

- Para mim a habilidade é muito útil mas em última instância a habilidade é inútil. Só a criação satisfaz. Verdade ou mentira, eu prefiro uma forma torta que diga, do que uma forma hábil que não diga. 

- Você é quem escolhe os intérpretes e os colaboradores? 

- Quando posso escolher intérpretes, escolho. Mas a vida veio muito depressa. Gosto de colaborar com quem eu amo, Vinícius, Chico Buarque, João Gilberto, Newton Mendonça, etc. E você? 

- Faz parte de minha profissão estar mesmo sempre sozinha, sem intérpretes e sem colaboradores. Escute, todas as vezes em que eu acabei de escrever um livro ou um conto, pensei com desespero e com toda a certeza de que nunca mais escreveria nada. Você, que sensação tem quando acaba de dar à luz uma canção? 

- Exatamente a mesma. Eu sempre penso que morri depois das dores do parto. 

Veio a cerveja. 

- A coisa mais importante do mundo é o amor, a coisa mais importante para a pessoa como indivíduo é a integridade da alma, mesmo que no exterior ela pareça suja. Quando ela diz que sim, é sim, quando ela diz que não, é não. E durma-se com um barulho desses. Apesar de todos os santos, apesar de todos os dólares. Quanto ao que é o amor, amor é se dar, se dar, se dar. Dar-se não de acordo com o seu eu - muita gente pensa que está se dando e não está dando nada - mas de acordo com o eu do ente amado. Quem não se dá, a si próprio detesta, e a si próprio se castra. Amor sozinho é besteira. 

- Houve algum momento decisivo na sua vida? 

- Só houve momentos decisivos na minha vida. Inclusive ter de ir, aos 36 anos, aos Estados Unidos, por força do Itamarati, eu que gostava já nessa época de pijama listrado, cadeira de balanço de vime, e o céu azul com nuvens esparsas. 

- Muitas vezes, nas criações em qualquer domínio, podem-se notar tese, antítese e síntese. Você sente isso nas suas canções? Pense. 

- Sinto demais isso. Sou um matemático amoroso, carente de amor e de matemática. Sem forma não há nada. Mesmo no caótico há forma. 

- Quais foram as grandes emoções de sua vida como compositor e na sua vida pessoal?

- Como compositor nenhuma. Na minha vida pessoal, a descoberta do eu e do não-eu. 

- Qual é o tipo de música brasileira que faz sucesso no exterior? 

- Todos os tipos. O Velho Mundo, Europa e Estados Unidos estão completamente exauridos de temas, de força, de virilidade. O Brasil, apesar de tudo, é um país de alma extremamente livre. Ele conduz à criação, ele é conivente com os grandes estados da alma.



Jornal do Brasil
3,10, 17 de julho de 1971

Inclui nos livros de Clarice Lispector:
 Descoberta do Mundo” (Editora Francisco Alves 1994) e
De Corpo Inteiro” (Artenova, 1975)

Fonte: Tom Jobim








Isabel Allende: "El bosque de los pigmeos" (fragmento ) / Foto Sara Facio












"Una mujer enorme estaba sentada en el suelo bajo la techumbre. Era una montaña de carne coronada por un gran pañuelo color turquesa en la cabeza. Vestía de amarillo y azul, con el pecho cubierto de collares de cuentas multicolores.

Se presentó como mensajera entre el mundo de los espíritus y el mundo material, adivina y sacerdotisa vudú. En el suelo había una tela pintada con dibujos en blanco y negro; la rodeaban varias figuras de dioses o demonios en madera, algunos mojados con sangre fresca de animales sacrificados, otros llenos de clavos, junto a los cuales se veían ofrendas de frutas, cereales, flores y dinero. La mujer fumaba unas hojas negras enrolladas como un cilindro, cuyo humo espeso hizo lagrimear a los jóvenes.

Alexander trató de soltarse de las manos que lo inmovilizaban,
pero ella lo fijó con sus ojos protuberantes, al tiempo que lanzaba un rugido profundo. El muchacho reconoció la voz de su animal totémico, la que oía en trance y emitía cuando adoptaba su forma.
—¡Es el jaguar negro! —exclamó Nadia a su lado.

La sacerdotisa obligó al chico americano a sentarse frente a ella, sacó del escote una bolsa de cuero muy gastado y vació su contenido sobre la tela pintada. Eran unas conchas blancas, pulidas por el uso. Empezó a mascullar algo en su idioma, sin soltar el cigarro, que sujetaba con los dientes.

—Anglais? English? —preguntó Alexander.
—Vienes de otra parte, de lejos. ¿Qué quieres de Ma Bangesé? —replicó ella, haciéndose entender en una mezcla de inglés y vocablos africanos.
Alexander se encogió de hombros y sonrió nervioso, mirando de reojo a Nadia, a ver si ella entendía lo que estaba sucediendo. La muchacha sacó del bolsillo un par de billetes y los colocó en una de las calabazas, donde estaban las ofertas de dinero.
—Ma Bangesé puede leer tu corazón —dijo la mujerona, dirigiéndose a Alexander.
—¿Qué hay en mi corazón?
—Buscas medicina para curar a una mujer —dijo ella.
—Mi madre ya no está enferma, su cáncer está en remisión… —murmuró Alexander, asustado, sin comprender cómo una hechicera de un mercado en África sabía sobre Lisa.
—De todos modos, tienes miedo por ella —dijo Ma Bangesé. Agitó las conchas en una mano y las hizo rodar como dados—. No eres dueño de la vida o de la muerte de esa mujer —agregó.
—¿Vivirá? —preguntó Alexander, ansioso.
—Si regresas, vivirá. Si no regresas, morirá de tristeza, pero no de enfermedad.
—¡Por supuesto que volveré a mi casa! —exclamó el joven.
—No es seguro. Hay mucho peligro, pero eres valiente. Deberás usar tu valor, de otro modo morirás y esta niña morirá contigo —declamó la mujer señalando a Nadia.
—¿Qué significa eso? —preguntó Alexander.
—Se puede hacer daño y se puede hacer el bien. No hay recompensa por hacer el bien, sólo satisfacción en tu alma. A veces hay que pelear. Tú tendrás que decidir.
—¿Qué debo hacer?
—Mama Bangesé sólo ve el corazón, no puede mostrar el camino. —Y volviéndose hacia Nadia, quien se había sentado junto a Alexander, le puso un dedo en la frente, entre los ojos—. Tú eres mágica y tienes visión de pájaro, ves desde arriba, desde la distancia. Puedes ayudarlo —dijo.

Cerró los ojos y empezó a balancearse hacia delante y hacia atrás, mientras el sudor le corría por la cara y el cuello. El calor era insoportable. Hasta ellos llegaba el olor del mercado: fruta podrida, basura, sangre, gasolina. Ma Bangesé emitió un sonido gutural, que surgió de su vientre, un largo y ronco lamento que subió de tono hasta estremecer el suelo, como si proviniera del fondo mismo de la tierra."


 
Isabel Allende
"El bosque de los pigmeos"
(fragmento)




Fuente: Sara Facio





Vinicius de Moraes entrevistado por Clarice Lispector: “Yo sólo sé crear en el dolor y la tristeza” /“Eu só sei criar na dor e na tristeza” / Revista Manchete, Río de Janeiro 1969 (español y portugués), traducción Viviana Marcela Iriart




"Si la felicidad existe, yo sólo soy feliz mientras 
me quemo y cuando una persona se quema 
no es feliz"




Vinicius, pienso que vamos a conversar sobre mujeres, poesía y música. Sobre mujeres porque corre la fama de que tú eres un gran amante. Sobre poesía porque tú eres uno de nuestros grandes poetas. Sobre música porque tú eres nuestro trovador. Vinicius, ¿tú realmente amaste a alguien en la vida? Llamé a una de las mujeres con la que estuviste casado y ella me dijo que tú amas todo, a todo te das por entero: a hijos, mujeres, amistades. Entonces me vino la idea de que tú amas al amor, y en él incluyes a las mujeres.  

Que yo amo al amor es verdad. Pero por amor comprendo la suma de todos los amores, o sea, el amor del hombre por la mujer, de la mujer por el hombre, el amor de mujer por mujer, el amor de hombre por  hombre y el amor del ser humano por la comunidad de sus semejantes. Yo amo ese amor, pero eso no quiere decir que no haya amado a las mujeres que tuve. Tengo la impresión de que me entregué por completo  a la mujer que realmente amé.

Te creo, Vinicius. Te creo.  Aunque también creo que, cuando un hombre y una mujer se encuentran en un amor verdadero,  la relación  es siempre renovada, poco importan las peleas y los desentendimientos: dos personas nunca son permanentemente iguales y eso puede crear, en la misma pareja, nuevos amores.

Claro que sí, pero yo todavía creo que el amor que construye para la eternidad es el amor pasión, el más precario, el más peligroso, ciertamente el más doloroso. Ese amor es el único que tiene la dimensión del infinito.

¿Tú ya amaste de ese modo?

Yo sólo he amado de ese modo.

¿Pero, tú acabas una relación porque conoces otra mujer o porque te cansas de la primera?

En mi vida ha sido como si una mujer me depositase en los brazos de otra. Eso tal vez porque ese amor pasión, por su propia intensidad, no tiene condiciones de sobrevivir. Creo que esto está  expresado con felicidad en mi soneto Fidelidade (Fidelidad)


"Que no sea inmortal puesto que es llama
Pero que sea infinito mientras dure"



¿Tú sabes que eres un ídolo para la juventud? ¿Será que ahora que apareció Chico (NT: Buarque de Hollanda) las muchachas van a cambiar de ídolo, las muchachas y los muchachos?

Creo que es diferente. La juventud busca en mí el padre amigo, que vivió y que tiene una experiencia para transmitir. En Chico no. Él es un ídolo,  lo de él es idolatría.

¿Tú soportas ser ídolo? Yo no soportaría.

A veces me pone de  malhumor. Pero una de esas muchachas me explicó: es que tú, Vinicius, vives en las estanterías de nuestros libros, en las canciones que todo el mundo canta, en la televisión. Tú vives con nosotros, en nuestra casa.

 ¿Cuál es la artista de cine que amarías?

Marilyn Monroe. Fue uno de los seres más hermosos que hayan nacido. Si solamente existiese ella, sería suficiente para justificar la existencia de Estados Unidos. Yo me casaría con ella y seguramente me equivocaría porque es difícil amar a una mujer tan célebre. Solamente soy celoso físicamente, es el celo del animal, no tengo otro tipo de celos.

Háblame de tu música.

No hablo de mí como músico, pero sí como poeta. No separo la poesía que está en los libros de la que está en las canciones. 

Vinicius, ¿tú ya te sentiste solo en la vida? ¿Ya sentiste algún desamparo?

Pienso que soy un hombre bastante solo. O por lo menos tengo un sentimiento muy agudo de soledad.

Eso explicaría el hecho de que tú ames tanto, Vinicius.

El hecho de querer comunicarme tanto.

Tú sabes que admiro mucho tus poemas, y, más que gustarme, los amo. ¿Qué es la poesía para ti?

No sé, nunca escribo poemas abstractos, tal vez sea la manera de volver mágica la realidad  ante mis ojos. De envolverla con ese tejido que le da una dimensión más profunda y consecuentemente más bella. 

 Reflexiona un poco y dime cuál es la cosa más importante del mundo, Vinicius.

Para mí es la mujer, sin duda.

¿Quieres hablar de tu canción? Estoy escuchando.

Dicen, en mi familia, que yo canté antes de hablar. Y había una cancioncita que yo repetía, que tenía un ligero aire musical. Fui criado en el mundo de la música, mi madre y mi abuela tocaban el piano, recuerdo cómo me dolían  aquellos valses antiguos. Mi padre también tocaba la guitarra, crecí oyendo música. Después la poesía hizo el resto.


Hicimos una pausa. Él continuó:

Siento tanta ternura por tu mano quemada (NT: Lispector fue víctima de un incendio).

(Me emocioné y entendí que este hombre envuelve a una mujer con cariño).  Vinicius dijo, tomando un trago de whisky:

Es curioso, la alegría no es un sentimiento ni una atmósfera de vida nada creativa. Yo sólo sé crear en el dolor y en la tristeza, incluso si el resultado  son textos alegres. No me considero una persona negativa, quiero decir, yo no deprimo a las personas. Es por eso que pienso que estoy viviendo en un movimiento de equilibrio infecundo, del cual estoy intentando liberarme. El paradigma máximo para mí sería: la calma en el seno de la pasión. Pero realmente no sé si es un ideal humanamente alcanzable.

¿Cómo lo pasaste dentro de  la vida diplomática, tú que eres lo antiformal por excelencia?

Sucede que detesto todo lo que oprime al hombre, incluso la corbata. Pero, es sabido que un diplomático es un hombre que usa corbata. Dentro de la diplomacia hice buenos amigos hasta hoy. Después sucedió otra cosa: las raíces y la sangre hablaron más alto. Encuentro muy difícil que un hombre no vuelva a su interior, para llegar o por lo menos aproximarse al conocimiento de si mismo.

Como persona, Vinicius, ¿qué desearías alcanzar?

Yo desearía alcanzar otra cosa. La calma en el seno de la pasión. Pero desearía alcanzar una tal capacidad de amar que me hiciese útil a mis semejantes. 

Quiero pedirte un favor: haz un poema ahora mismo. Tengo la seguridad de que no será banal. Si tú quieres, trovador, recita tu poema.

Mi poema es un poema de dos líneas: tú escribes una palabra encima y la otra abajo porque es un verso. Es así:

Clarice
Lispector
Me parece hermoso tu nombre, Clarice.


Tú podrías contar cuáles cuáles son las mayores emociones que tuviste. Yo, por ejemplo, tuve tantas y tantas, buenas y pésimas, que no osaría hablar de ellas. 

Mis mayores emociones están ligadas al amor. El nacimiento de los hijos, los primeros encuentros y los últimos adioses. Incluso teniendo dos experiencias de cuasi muerte – accidente de aviación y de carro (auto)- incluso esas experiencias de cuasi muerte ni de lejos se aproximan a las emociones de que te hablé.

¿Te sientes feliz? Esta, Vinicius, es una pregunta idiota, pero me gustaría que respondieras.

Si la felicidad existe, yo sólo soy feliz mientras me quemo y cuando una persona se quema no es feliz. La propia felicidad es dolorosa.



Meditamos un poco, conversamos un poco más, Vinicius se fue. Entonces llamé a una de las esposas de Vinicius:


¿Cómo te sientes casada con Vinicius?


Ella respondió con aquella voz que es un murmullo de pájaros:

“Muy bien. Él me da mucho. Y más importante que eso, él  ayuda a vivir, a conocer la vida, a querer a las personas”.


Después conversé con una muchacha inteligente:

“La música de Vinicius” –dijo ella – “habla mucho de amor y yo me identifico siempre con ella”.

¿Tú tendrías un amorío con él?

"No, porque a pesar de encontrar amoroso a Vinicius, amo a otro hombre. Y Vinicius me revela todavía más que amo a ese hombre. Su música hace que me guste todavía más el amor. Y "de repente, no más que de repente”, él se transforma en otro: y es nuestro poetita como lo llamamos".


He aquí pues algunos secretos de una gran figura humana  y que vive a todo riesgo. Porque hay grandeza en Vinicius de Moraes



©Clarice Lispector
Rio de Janeiro 1969
Revista Manchete 

Traducción Viviana Marcela Iriart


Fuente en portugués: Tiro de Letra




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Clarice Lispector entrevistada por María Esther Gilio








 Vinicius de Moraes entrevistado por Clarice Lispector:

 “Eu só sei criar na dor e na tristeza  


 "Se a felicidade existe, eu só sou feliz enquanto me queimo 

e quando a pessoa se queima não é feliz"








Vinicius, acho que vamos conversar sobre mulheres, poesia e música. Sobre mulheres porque corre a fama de que você é um grande amante. Sobre poesia porque você é um dos nossos grandes poetas. Sobre música porque você é o nosso menestrel. Vinicius, você amou realmente alguém na vida? Telefonei para uma das mulheres que você casou, e ela disse que você ama tudo, a tudo você se dá inteiro: a crianças, a mulheres, a amizades. Então me veio a idéia de que você ama o amor, e nele inclui as mulheres

Que eu amo o amor é verdade. Mas por esse amor eu compreendo a soma de todos os amores, ou seja, o amor de homem para mulher, de mulher para homem, o amor de mulher por mulher, o amor de homem para homem e o amor de ser humano pela comunidade de seus semelhantes. Eu amo esse amor, mas isso não quer dizer que eu não tenha amado as mulheres que tive. Tenho a impressão que, àquela que amei realmente, me dei todo. 

Acredito, Vinicius. Acredito mesmo. Embora eu também acredite que quando um homem e uma mulher se encontram num amor verdadeiro, a união é sempre renovada, pouco importam as brigas e os desentendimentos: duas pessoas nunca são permanentemente iguais e isso pode criar no mesmo par novos amores. 

É claro, mas eu ainda acho que o amor que constrói para a eternidade é o amor paixão, o mais precário, o mais perigoso, certamente o mais doloroso. Esse amor é o único que tem a dimensão do infinito. 


Você já amou desse modo? 

Eu só tenho amado desse modo. 

Mas você acaba um caso porque encontra outra mulher, ou porque se cansa da primeira? 

Na minha vida tem sido como se uma mulher me depositasse nos braços de outra. Isso talvez porque esse amor paixão pela sua própria intensidade não tem condições de sobreviver. Isso acho que está expresso com felicidade no dístico do meu soneto Fidelidade: "que não seja imortal posto que é chama / mas que seja infinito enquanto dure”. 

Você sabe que você é um ídolo para a juventude? Será que agora que apareceu o Chico, as mocinhas trocaram de ídolo, as mocinhas e os mocinhos? 

Acho que é diferente. A juventude procura em mim o pai amigo, que viveu e que tem uma experiência a transmitir. Chico não. É ídolo mesmo, trata-se de idolatria. 

Você suporta ser ídolo? Eu não suportaria. 

Às vezes fico mal humorado. Mas uma dessas moças explicou: é que você, Vinícius, vive nas estantes de nossos livros, nas canções que todo mundo canta, na televisão. Você vive conosco, em nossa casa. 

Qual é a artista de cinema que você amaria? 

Marilyn Monroe. Foi um dos seres mais lindos que já nasceram. Se só existisse ela, já justificaria a existência dos Estados Unidos. Eu casaria com ela e certamente não daria certo porque é difícil amar uma mulher tão célebre. Só sou ciumento fisicamente, é o ciúme de bicho, não tem outro. 

Fale-me de sua música. 

Não falo de mim como músico, mas como poeta. Não separo a poesia que está nos livros da que está nas canções. 

Vinicius, você já se sentiu sozinho na vida? Já sentiu algum desamparo? 

Acho que sou um homem bastante sozinho. Ou pelo menos eu tenho um sentimento muito agudo de solidão. 

Isso explicaria o fato de você amar tanto, Vinícius. 

O fato de querer me comunicar tanto. 

Você sabe que admiro muito seus poemas, e, mais do que gostar, eu os amo. O que é a poesia para você? 

Não sei, eu nunca escrevo poemas abstratos, talvez seja o modo de tornar a realidade mágica aos meus próprios olhos. De envolvê-la com esse tecido que dá uma dimensão mais profunda e consequentemente mais bela. 

Reflita um pouco e me diga qual é a coisa mais importante do mundo, Vinicius. 

Para mim é a mulher, certamente. 

Você quer falar sobre sua música? Estou escutando. 

Dizem, na minha família, que eu cantei antes de falar. E havia uma cançãozinha que eu repetia e que tinha um leve tema de sons. Fui criado no mundo da música, minha mãe e minha avó tocavam piano, eu me lembro de como me machucavam aquelas valsas antigas. Meu pai também tocava violão, cresci ouvindo música. Depois a poesia fez o resto.


Fizemos um pausa. Ele continuou: 

Tenho tanta ternura pela sua mão queimada.

(Emocionei-me e entendi que este homem envolve uma mulher de carinho). Vinicius disse, tomando um gole de uísque: 

É curioso, a alegria não é um sentimento nem uma atmosfera de vida nada criativa. Eu só sei criar na dor e na tristeza, nem mesmo as coisas que resultam sejam alegres. Não me considero uma pessoa negativa, quer dizer, eu não deprimo o ser humano. É por isso que acho que estou vivendo num movimento de equilíbrio infecundo do qual estou tentando me libertar. O paradigma máximo para mim seria: a calma no seio da paixão. Mas realmente não sei se é um ideal humanamente atingível. 

Como é que você se deu dentro da vida diplomática, você que é o antiformal por excelência? 

Acontece que detesto tudo o que oprime o homem, inclusive a gravata. Ora, é notório que o diplomata é um homem que usa gravata. Dentro da diplomacia fiz bons amigos até hoje. Depois houve outro fato: as raízes e o sangue falaram mais alto. Acho muito difícil um homem que não volta ao seu quintal, para chegar ou pelo menos aproximar-se do conhecimento de si mesmo. 

Como pessoa, Vinicius, o que é que desejaria alcançar? 

Eu desejaria alcançar outra coisa. Isso de calma no seio da paixão. Mas desejaria alcançar uma tal capacidade de amar que me pudesse fazer útil aos meus semelhantes. 

Quero lhe pedir um favor: faça um poema agora mesmo. Tenho certeza de que não será banal. Se você quiser, Menestrel, fale o seu poema. 

Meu poema é em duas linhas: você escreve uma palavra em cima e a outra embaixo porque é um verso. É assim:

                                             
Clarice
                                              Lispector

Acho lindo o teu nome, Clarice.

Você poderia dizer quais as maiores emoções que já teve. Eu, por exemplo, tive tantas e tantas, boas e péssimas, que não ousaria falar delas. 

Minhas maiores emoções foram ligadas ao amor. O nascimento de filhos, as primeiras posses e os últimos adeuses. Mesmo tendo duas experiências de quase morte – desastre de avião e de carro – mesmo essa experiência de quase morte nem de longe se aproximou dessas emoções de que te falei. 

Você se sente feliz? Essa, Vinicius, é uma pergunta idiota, mas que eu gostaria que você respondesse. 

Se a felicidade existe, eu só sou feliz enquanto me queimo e quando a pessoa se queima não é feliz. A própria felicidade é dolorosa. 


Meditamos um pouco, conversamos mais ainda, Vinícius saiu. Então telefonei para uma das esposas de Vinicius. 


Como é que você se sente casada com Vinicius? 


Ela respondeu com aquela voz que é um murmúrio de pássaro: 

“Muito bem. Ele me dá muito. E mais importante do que isso, ele ajuda a viver, a conhecer a vida, a gostar das pessoas”. 


Depois conversei com uma mocinha inteligente: 

A música de Vinícius", disse ela, “fala muito de amor e a gente se identifica sempre com ela”
 
Você teria um “caso” com ele? 

Não porque apesar de achar o Vinícius amorável, eu amo um outro homem. E Vinícius me revela ainda mais que eu amo aquele homem. A música dele faz a gente gostar ainda mais do amor. E "de repente”, não mais que de repente”, ele se transforma em outro: e é o nosso poetinha como o chamamos. 


Eis pois alguns segredos de uma figura humana grande e que vive a todo risco. Porque há grandeza em Vinícius de Moraes



©Clarice Lispector
Rio de Janeiro 1969
Revista Manchete




Fonte: Tiro de Letra



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ClariceLispector entrevistada por María Esther Gilio