Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).

Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).


la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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Machu-Picchu, una pequeña revista cultural contra la dictadura argentina / viviana marcela iriart, enero 2012







Machu Picchu fue, supuestamente, la primera revista subterránea de cultura que se editó en la ciudad de La Plata, Argentina,  en 1978.  Digo supuestamente porque aunque no tengo registro de publicaciones anteriores,  no significa que no hayan existido.

Se editaron cuatro números bimestrales, gratuitos, que yo escribía a máquina de contrabando en el trabajo   y en la Escuela Nacional de Periodismo donde estudiaba, porque no tenía máquina de escribir en mi casa. 

Publicaba, únicamente guiada por mi placer, poemas, artìculos y dibujos de jovenes artistas de la ciudad y del país. Y  textos de autores que me gustaban, que sacaba de revistas y libros: Pablo Neruda, Joan Baez, Oriana Fallaci, Martin Luther King, Bernardo Verbitsky, Joni Mitchell, José María Arguedas,Robert Frost, E.E. Cummings, Melina Mercouri, Lu Yeu... 

Todo era muy artesanal y de la misma forma se distribuía: gratuitamente en librerías y entre la gente amiga. Se imprimía en offset y todos los meses yo ahorraba de  mi sueldo de empleada pùblica para pagar su impresión. El contenido total de la revista era de mi absoluta responsabilidad. Era una editora que escuchaba a todo el mundo pero que terminaba publicando sólo lo que me interesaba.

Machu Picchu circuló libremente de febrero a septiembre de 1978,  hasta que la dictadura fue a mi casa despuès de la publicación del cuarto número. Meses más tarde comenzó mi exilio en Venezuela.

Lo que molestó a la dictadura, presuntamente, fue la siguiente frase escrita por mí y publicada en el número 4, cuando Argentina se preparaba para ir a la guerra con Chile: 

“Vivamos en el Amor y la Paz: 
digamos “NO” a la guerra con Chile.
“NO” al reclutamiento  militar”.
 



Escribí esta inocente y al mismo tiempo peligrosa frase, tenía 20 años,  influenciada por mi gurú,  la cantautora y pacifista estadounidense Joan Báez, quien se había opuesto a la guerra de Vietnam utilizando la no-violencia.

Después de esa frase Machu Picchu dejó de existir y la vida de sus principales colaboradoras siguió su rumbo:

La poeta que aquí aparece con el nombre de Beatriz Mónica López Osornio es en la actualidad Beatriz Iriart. Continúa escribiendo, publicó libros de poesía y recibió varios premios. Su blog:  http://beatriziriart.blogspot.com/








La dibujante de las portadas y artículos internos, Claudia Patricia López Osornio, se convirtió en artista plástica, escenógrafa e iluminadora de teatro.




Yo, Viviana M. López Osornio,  hace más tres décadas que me llamo   Viviana Marcela Iriart y me dediqué a la escritura, el teatro y el periodismo. En 1979 tuve el inmenso honor de entrevistar a Julio Cortázar en Caracas, ciudad donde viví durante 30 años.







Estos números que aquí se publican sobrevivieron milagrosamente a la dictadura.


 ©viviana marcela iriart
13 de enero de 2012





Pablo Neruda: Confieso que violé a una mujer… y no me arrepiento/  por  viviana marcela iriart, 27 de octubre de 2017 /  “Confieso que he vivido”, Pablo Neruda, Ed. Seix Barral, 2017 





“Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible”

 

La víctima fue su joven empleada doméstica, de la casta de los parias, cuando Neruda era diplomático en Ceilán (actualmente Sri Lanka). La víctima tuvo que seguir trabajando para su victimario después del ataque sexual.

Neruda llama a la violación sexual “experiencia” en su autobiografía Confieso que he vivido (pág. 103 en Seix Barral, 2017;  pág. 132 en Losada, 1974).






“Mi solitario y aislado bungalow estaba lejos de toda urbanización. Cuando yo lo alquilé traté de saber en dónde se hallaba el excusado que no se veía por ninguna parte. En efecto, quedaba muy lejos de la ducha; hacia el fondo de la casa.

Lo examiné con curiosidad. Era una caja de madera con un agujero al centro, muy similar al artefacto que conocí en mi infancia campesina, en mi país. Pero los nuestros se situaban sobre un pozo profundo o sobre una corriente de agua. Aquí el depósito era un simple cubo de metal bajo el agujero redondo.

El cubo amanecía limpio cada día sin que yo me diera cuenta de cómo desaparecía su contenido. Una mañana me había levantado más temprano que de costumbre. Me quedé asombrado mirando lo que pasaba.

Entró por el fondo de la casa, como una estatua oscura que caminara, la mujer más bella que había visto hasta entonces en Ceilán, de la raza tamil, de la casta de los parias. Iba vestida con un sari rojo y dorado, de la tela más burda. En los pies descalzos llevaba pesadas ajorcas. A cada lado de la nariz le brillaban dos puntitos rojos. Serían vidrios ordinarios, pero en ella parecían rubíes. Se dirigió con paso solemne hacia el retrete, sin mirarme siquiera, sin darse por aludida de mi existencia, y desapareció con el sórdido receptáculo sobre la cabeza, alejándose con su paso de diosa. Era tan bella que a pesar de su humilde oficio me dejó preocupado. Como si se tratara de un animal huraño, llegado de la jungla, pertenecía a otra existencia, a un mundo separado. La llamé sin resultado. Después alguna vez le dejé en su camino algún regalo, seda o fruta. Ella pasaba sin oír ni mirar. Aquel trayecto miserable había sido convertido por su oscura belleza en la obligatoria ceremonia de una reina indiferente.

Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. No había idioma alguno en que pudiera hablarle. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama. Su delgadísima cintura, sus plenas caderas, las desbordantes copas de sus senos, la hacían igual a las milenarias esculturas del sur de la India. El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia.”


Confieso que he vivido (pág. 103)
Ed. Seix Barral










Cuando edité  Machu Picchu  y publiqué en cada número un fragmento del poema Canto General de Pablo Neruda yo no sabía, porque no había leído el libro, que el Premio Nobel de Literatura había violado sexualmente a una mujer y lo contaba sin arrepentimiento en su autobiografía.

Ahora leí el libro y lo sé. Estoy indignada. Asqueada. Desilusionada.

Quisiera borrar sus versos de mi revista pero no puedo.
Lo único que puedo hacer es publicar su confesión.

Parafraseando a Oriana Fallaci: pobre Nobel, pobre Literatura, pobre humanidad.

27 de octubre de 2017








Machu-Picchu número 1, febrero 1978

Textos de: 
Joan Baez, Bernardo Verbitsky, Pablo Neruda, 
Martin Luther King, Joni Mitchell, Beatriz Iriart
Cuento chino anónimo
Canción colombiana antiesclavista siglo XVII



















Machu-Picchu número 3, junio 1978

Textos de: 
Oriana Fallaci, Pablo Neruda, José María Arguedas,
Robert Frost, E.E. Cummings, Melina Mercouri,
D.Cooper, Alejandro Cántaro, Manuel Fernández Vaca, 
Traducción: Daniel Guillermo de la Rosa






























Machu-Picchu número 4, septiembre 1978


Textos de: 
Lu Yeu, Joan Baez, Pablo Neruda, José María Arguedas
Enrique Bossero, Cintia Laura Abramsonas, Carlos Pacheco,
Carlos Barbarito, Daniel Serra, Olga Martínez Acosta,
  Guillermo Pilía,  José Abdelnur
Alejandra Monsalvo, Yuyo
Textos sin firma: viviana marcela iriart
































ESMA: revelan el plan secreto de Astiz para secuestrar a las monjas Alice Domon y Léonie Duquet, por Daniel Santoro, 8 -01-2012/ Entrevista a María del Rosario Carballeda de Cerruti, víctima y testigo clave, por Diego Gueler, 24 -03-2011



Léonie Duquet  y Alice Domon en el aeropuerto de Buenos Aires. 
La primera llegó a Argentina en 1949 y la segunda en 1967. 
Ambas fueron asesinadas por la dictadura.
Fuente: L´Express

Por un panfleto, metió a Domon y Duquet en una “conspiración marxista” mundial.
“Como loco”, en diciembre de 1977, Alfredo Astiz entró al centro clandestino que funcionaba en la ESMA con un volante en la mano del Partido Comunista Marxista Leninista.

Con ese panfleto que le habían dado en un atelier de la Boca y otras “pruebas” que había obtenido durante los más de cinco meses que -con el nombre de Gustavo Niño- estuvo infiltrado en un grupo de familiares de desaparecidos, convenció a sus jefes del grupo de tareas que debían actuar rápidamente. Creía que había “probado” que “el marxismo internacional” estaba detrás del incipiente movimiento por los derechos humanos que funcionaba alrededor de la iglesia de Santa Cruz, con apoyo de los monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, para “destruir la imagen” de la dictadura en el exterior. Un total disparate.




El panfleto desencadenó la masacre de la Iglesia de Santa Cruz, según el testimonio de la ex detenida Silvia Labayrú y otras pruebas que destacó el tribunal oral federal 5 que condenó a Astiz y otros 11 represores a cadena perpetua por esos crímenes de lesa humanidad. Esta semana, por primera vez, ese fallo pudo leerse completo.

Labayrú, cuyo hijo había quedado como rehén en la ESMA, fue obligada a acompañar a Astiz a las reuniones con los familiares y a las rondas en la Plaza de Mayo, fingiendo ambos ser hermanos de un desaparecido. Paradójicamente, mientras Astiz activaba el terror, la monja Domon escribió una poesía para cada uno de los familiares.
Un par de días después  el 8 de diciembre, el grupo de tareas 3.3/2 lanzó cinco operativos coordinados en la Capital y el Gran Buenos Aires en lugares que habían sido designados zona liberada. Era el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen.

A primera hora de ese día, tres camionetas con infantes de marina en ropa de fajina y fuertemente armados se apostaron alrededor del taller del artista Remo Berardo en Magallanes 889, donde Astiz había recibido el panfleto. Luego, Berardo y Labayrú fueron sacados del lugar, atados y arrojados en un auto.

Horas más tarde, represores vestidos de civil y armados con escopetas entraron brutalmente al bar “Comet”, ubicado en Paseo Colón y Belgrano, y secuestraron a Horacio Elbert y Julio Fondovila, quien intentaban llevar una solicitada al diario “Buenos Aires Herald”.
Entre las 20 y 20.30 del mismo día, luego de una comunión, medio centenar de represores -que había bajado de diez autos sin patentes- hicieron un procedimiento de pinzas sobre la iglesia de Santa Cruz, en Urquiza y Estados Unidos. Minutos antes Astiz (Gustavo Niño) le había dado un efusivo beso a Domon, puso 20 pesos moneda nacional para difundir las denuncias de violaciones a los derechos humanos (el resto, 1.000.000, en promedio) y se había ido con una excusa. Ahora uno de los represores vestido con una guayabera y con una radio portátil en la mano identificaba a quien detener y a quien no de los familiares que salían de una reunión donde había recaudado dinero para publicar una solicitada en La Nación dirigida al dictador Videla.  
Mientras María Carballeda de Cerruti se aferró a las rejas de entrada de la iglesia, y otras madres gritaban “nos llevan, nos llevan”, Domon fue esposada y empujada dentro de un auto. Otra madre, Ángela Auad, fue llevada arrastrada de los pelos. Al tesorero del grupo lo golpearon y le sacaron la plata que habían recaudado por la solicitada y la lista de los firmantes. Todo duró minutos.

Pese al terror imperante, los familiares lograron reunir nuevamente la plata y publicar la solicitada. Dos días después, en otro procedimiento, un grupo de represores secuestraron a Azucena Villaflor -la primera presidenta de las Madres- de su casa en Cramer 117, Sarandí. Había salido a buscar un ejemplar de La Nación. Trató de resistirse y un colectivero quiso ayudarla pero fue reducido. Simultáneamente, dos hombres armados se llevaron sin violencia a la monja Léonie Duquet de la parroquia San Pablo, en Ramos Mejía.


Azucena Villaflor, desaparecida 10 de diciembre 1977.

La desaparición de las monjas francesas provocó la protesta del gobierno de Francia en el marco de una repercusión internacional enorme. Oficiales del Ejército llamaron a la ESMA para saber si allí estaban detenidas pero lo negaron. Incluso, siempre según sobrevivientes, Massera se hizo presente e increpó al grupo de tareas. 
La respuesta fue inventar que las monjas habían sido secuestradas por los Montoneros. En el sótano de la ESMA (ver foto) las obligaron a sacarse una fotografía con la bandera de ese grupo guerrillero por detrás y escribir una carta al jefe de la orden de las Hermanas de las Misiones Extranjeras, obispo Bernard Pierre Guyot, en la que pedían ser intercambiadas por 20 presos políticos. Ana María Martín, otra sobreviviente, encontró a Domon en el baño. Tenía los brazos morados de los golpes y caminaba con dificultad por la tortura. Sin embargo, preguntaba con preocupación que le había pasado a Gustavo Niño (Astiz), a quien protegía como a un hijo y no llegó a darse cuenta que era un infiltrado. Entre el 14 y 20 de diciembre el GT 3.3/2 se decidió “el traslado” -el asesinato y desaparición de los cuerpos- de todo el grupo Santa Cruz. Aunque no hubo testigos, según declaró el ex teniente Adolfo Scilingo, se les aplicaba el tranquilizante pentotal, se los subía dormidos a aviones de la Armada y se los arrojaba en el Río de Plata. En ese intervalo de fechas, aparecieron cuerpos en la playa de Santa Teresita y se los sepultó como NN en el cementerio de General Lavalle.


Alice Domon y  Léonie Duquet  fotografiadas en la Esma por sus torturadores.


Recién en el 2005 fueron identificados los cuerpos de Duquet y Villaflor, entre otros. Durante el juicio oral de este año, el ex capitán Antonio Pernías -otro de los condenados- reveló (muy tarde) que el operativo “fue una equivocación”.


©Daniel Santoro
Clarín
8 de enero de 2012




 ASTIZ
Con el grado de teniente, Alfredo Astiz se infiltró en el grupo de familiares de desaparecidos de la iglesia de San Cruz, que fue la base para la creación de las Madres de Plaza de Mayo y otras organizaciones defensoras de derechos humanos. El tribunal oral federal 5 lo condenó a prisión perpetua por la privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidio en 12 hecho y otros 5 casos similares, entre ellos los de las monjas francesas y el periodista Rodolfo Walsh.




 Alivio y reclamos de la familia de Domon y Duquet, 
por Fréderic Santangelo, Clarín 8-01- 2012



Los familiares de Alice Domon y Léonie Duquet mostraron satisfacción y alivio después del fallo contra los represores de la ESMA. Gabrielle Layat, hermana menor de Alice Domon, explica por teléfono a Clarín que el veredicto la satisfizo mucho. “Estuvimos de acuerdo con la decisión. Pero es una lástima que los condenados hayan mostrado tantas denegaciones y provocaciones”, dice.

Gabrielle Layat

Para Michel Jeanningros, sobrino de Léonie Duquet y representante civil de los familiares de la monja, fue un “gran alivio”. “ Hacía 34 años que estábamos esperando. Nunca es lindo mandar a alguien a la cárcel, pero ellos torturaron y asesinaron. Eso importante para la Argentina que la Justicia esté avanzando ahí”, dice el sobrino.


Michel Jeanningros

Geneviève Jeanningros es monja en Roma y como su tía Léonie vivió con indios mapuches en Argentina. Geneviève precisa: “Estuve contenta de que Astiz haya sido condenando, porque pienso que la Justicia se tiene que hacer”.

Sophie Thonon es abogada y defiende en Francia a la mayoría de los familiares de los franceses desaparecidos en Argentina. Piensa que las declaraciones de Astiz fueron “indignantes y lamentables”. “ En ningún momento mostró compasión."

Su defensa fue ridícula y totalmente desplazada respecto de los hechos, por ejemplo cuando él cuestionó la actitud de Francia en Argelia en vez de hablar de sus responsabilidades”, dice.

Thonon explica que la Justicia en Argentina supo cambiar y pronunciar sentencias verdaderas. “Tenía confianza, sabía que Astiz no iba a ser condenado sólo a 5 años de cárcel. Es una gran alegría para las familias y para la concordancia entre la Argentina y Francia”, dice.

Astiz fue condenado a perpetuidad en París en 1990. Desde esa sentencia, Francia pidió cuatro veces su extradición, y nunca la consiguió. “Fue una violación de las leyes franceses y argentinas”, dice Thonon. “Pero Francia pedirá otra extradición sólo si un abogado hace la demanda, y por ahora no tengo ninguna razón de hacerlo” , dice. Michel Jeanningros tiene el mismo punto de vista. “Pienso que ahora ya está, lo que debe seguir es el juicio para los otros franceses desaparecidos”, dice.

Igual existe otro procedimiento judicial en Francia, que empezó en 1998. Es contra otros jefes militares implicados en la muerte de otros franceses. Thonon explica que tardó mucho especialmente por el descubrimiento de nuevos testimonios. Michel Jeanningros precisa: “Todo no está resuelto todavía. No se gira una página así , fue igual en Francia después de la Segunda Guerra Mundial”.

© Fréderic Santangelo
Clarín
8 de enero de 2012





Su testimonio fue clave en la megacausa de la ESMA 
y otros juicios de lesa humanidad.

María del Rosario Carballeda de Cerruti: la lucha 

de la madre independiente,
por Diego Gueler, Perfil.com 24 -03- 2011




María del Rosario Carballeda de Cerruti, en la actualidad, 
en su casa de Vicente López. 
Foto: Gentileza de archivo fotográfico de María del Rosario Cerruti.



El testimonio de la única madre fundadora que siguió buscando a su hijo desaparecido 
al margen de las dos agrupaciones.

María del Rosario América Carballeda de Cerruti tiene 82 años, de los cuales 34 se ha dedicado a recorrer infinitos pasillos de organismos oficiales, enfrentar a funcionarios "mudos", realizar marchas diurnas y nocturnas, implorar en iglesias y consulados extranjeros por ayuda. Todo para saber qué pasó con su hijo desaparecido.

María es una de las primeras madres que fue a la Plaza y tuvo gran protagonismo en el reclamo por los Derechos Humanos entre 1977 y 1986. Luego se abrió y siguió sola. Sin Bonafini y sin las fundadoras. Hoy su testimonio fue clave en la megacausa de la ESMA y otros juicios de lesa humanidad.

Cerruti recibió a Perfil.com en su casa de Vicente López, donde cada día riega más de un centenar de plantas. Así se siente rodeada de oxígeno y vida después de tantos años de recuerdos de desaparecidos y muerte. "Los militares no tienen mucho cerebro", comenta durante la entrevista, aunque tampoco tiene rencor sobre el gobierno de facto que secuestro y "desapareció" a su hijo.

"Hebe vino con un grupo de La Plata que ya se juntaban allá. Un día se enteró que íbamos a la Plaza y vino con Elida Galeti. El grupo de las Madres estaba politizado, sí, pero no era partidario: había peronistas, radicales. No hacíamos diferencia ninguna. Yo no era peronista y me importaba un rabo que estuviera con peronistas. Elida Galetti era comunista y Hebe, cristiana, ¿Y qué?", describe a ese grupo fundacional Cerruti.

Sobre su relación con Hebe: "Era perfecta. Cuando se llevaron a Azucena y al segundo hijo de Bonafini, ella tomó el liderazgo de Azucena. Hebe respondía al phisic rol: ese corpachón ya le daba un handicap. El resto éramos chiquitas, raquíticas. A Hebe, además, nunca se le paraba la lengua, siempre tenía una respuesta lista. Azucena era también así, pero menos confrontativa".

María agrega que "Hebe tenía carácter y lo necesitábamos. Porque para enfrentar a las bestias que enfrentamos, la necesitábamos a ella. Tiene sus errores como todo el mundo. Pero se necesitaba mucho para ese momento. El resto no tenía tantas agallas como ella para ir al frente como iba ella".

Cerruti fue elegida para realizar el primer viaje al exterior de las Madres. Fue a la sede de la OEA en Washington, en Octubre del '78.  "Fui con Hebe y Elida Galetti. Nos mandaron 1.000 dólares a cada una para el viaje y hasta dormimos en el piso", relata.

Otro recuerdo que mantiene intacto fue la primera Marcha de la Resistencia, en 1981. "Fuimos solas a Plaza de Mayo, como a las 12 de la noche. Sólo nos acompañó un periodista francés de la agencia France Press. De los periodistas de acá que no hable nadie sobre esa noche, porque les pego en la cabeza", dice sobre el tan debatido rol de la prensa en la dictadura.

"Esa noche se iba el General Viola y hubo mucho movimiento en la Casa de Gobierno. Hubo rumores que iban a reprimirnos. Aguantamos toda la noche, aún con las intimidaciones de la Policía. Ya no nos quedaba comida, pero aguantamos", sigue Cerruti evocando los años en que las Madres se organizaban de forma clandestina y sin el apoyo de la Iglesia, de los partidos políticos, ni de otros organismos de Derechos Humanos.

Esa protesta la realizaron en diciembre de cada año hasta 2003. Con Néstor Kirchner, la Asociación de Madres consideró que "ya no era necesario" marchar en la Plaza de Mayo durante toda una noche.

 "Yo voy a votar a un Gobierno cuando me digan qué pasó con mi hijo. Y este todavía no nos dio una respuesta", critica Cerruti. Pese a todo, sus averiguaciones ante organismos civiles y militares jamás se detuvieron.

© Diego Gueler
24 de marzo de 2011


Nina Simone: The Legend (documentary) Retratos (documental) / Songs /Canciones: Ain't Got No, I Got Life, del musical "Hair" en vivo, Harlem, 1969 (letra en español e inglés) / House of the Rising Sun







Más información de Nina Simone en su página oficial: www.ninasimone.com/

Para ver más fotos cliquea aquí







Ain't Got No, I Got Life

Ain't got no home, ain't got no shoes
Ain't got no money, ain't got no class
Ain't got no friends, ain't got no schoolin'
Ain't got no wear, ain't got no job
Ain't got no man

Ain't got no father, ain't got no mother
Ain't got no children, ain't got no
Ain't got no earth, ain't got no water
Ain't got no ticket, ain't got no token
Ain't got no love


Ain't got no brother, ain't got no sister
Ain't got no land, ain't got no culture
Ain't got no love, ain't got no name
Ain't got no ticket, ain't got no token
Ain't got no God

Then what have I got
Why am I alive anyway?
Yeah, what have I got
Nobody can take away

Got my hair, got my head
Got my brains, got my ears
Got my eyes, got my nose
Got my mouth, I got my smile

I got my tongue, got my chin
Got my neck, got my boobs
Got my heart, got my soul
Got my back, I got my sex

I got my arms, got my hands
Got my fingers, got my legs
Got my feet, got my toes
Got my liver, got my blood

I've got life
I've got my freedom
I've got life

I've got life
And I'm gonna keep it
I've got life
And nobody's gonna take it away

© Rado&Ragni&MacDermot




No tengo nada,  tengo vida

No tengo hogar, no tengo zapatos
No tengo dinero, no tengo posición
No tengo amigos, no tengo educación
No tengo ropa, no tengo trabajo
No tengo pareja

No tengo padre, no tengo madre
No tengo hijos, no tengo
No tengo tierra, no tengo agua
No tengo billete, no tengo vale
No tengo amor

Tengo pelo, tengo cabeza
Tengo sesos, tengo orejas
Tengo ojos, tengo nariz
Tengo boca, tengo sonrisa

Tengo lengua, tengo mentón
Tengo cuello, tengo pecho
Tengo corazón, tengo alma
Tengo espalda, tengo sexo

Tengo brazos, tengo manos
Tengo dedos, tengo piernas
Tengo pies, tengo uñas
Tengo hígado, tengo sangre

Tengo vida, yo tengo mi vida

© Rado&Ragni&MacDermot













Joan Baez en Italia: C'era un ragazzo che come me amava i Beatles e i Rolling Stones y Blowin in the wind, 1967





























Canción en italiano grabada en vivo (Viena, junio 1967) ,  incluida en el disco JOAN BAEZ IN ITALY, grabado en vivo en mayo de 1967 en el Teatro Lírico de Milán, en agradecimiento de Joan Baez a sus amig@s de Italia.



ERA UN MUCHACHO QUE COMO YO AMABA A LOS BEATLES Y A LOS ROLLING STONES

Había un muchacho
que como yo
amaba a los Beatles y a los Rolling Stones,
recorría el mundo
venía de los Estados Unidos de América.

No era guapo,
pero junto a él
tenía a mil mujeres si
cantaba Help, Ticket to Ride,
o Lady Jane, o Yesterday,
cantaba: Viva la Libertad,
pero recibió una carta.
Su guitarra me regaló,
le hicieron volver a América.

Stop! Con los Rolling Stones!
Stop! Con los Beatles stop!
Me han dicho "se va a Vietnam
y dispara a los Vietcong"
tatatatatatatatata...

Había un muchacho
que como yo
amaba a los Beatles y a los Rolling Stones,
recorría el mundo y después acabó
haciendo la guerra en Vietnam.

Cabellos largos
no lleva sueltos,
no toca la guitarra sino
un instrumento
que siempre da
la misma nota "ta-ra-ta-ta".
Ya no tiene amigos,
ya no tiene fans,
ve a la gente caer,
a su país no volverá,
ahora ha muerto en Vietnam.

Stop! Con los Rolling Stones!
Stop! Con los Beatles, stop!
En el pecho ya no tiene un corazón,
sino dos o tres medallas...
tatatatatatatatatatata...

© autores M.Lusini F. Migliacci
Traducida al español por Kara Hidden




C´ERA UN RAGAZZO CHE COME ME AMAVA I BEATLES I ROLLING STONES
C'era un ragazzo
che come me
amava i Beatles e i Rolling Stones,
girava il mondo
veniva da gli Stati Uniti d'America.

Non era bello,
ma accanto a sè
aveva mille donne se
cantava Help, Ticket to Ride,
o Lady Jane, o Yesterday,
cantava: Viva la Libertà,
ma ricevette una lettera.
La sua chitarra mi regalò,
fu richiamato in America.

Stop! Coi Rolling Stones!
Stop! Coi Beatles stop!
M'han detto "va nel Viet-nam
e spara ai Viet-cong"
tatatatatatatatata...

C'era un ragazzo
che come me
amava i Beatles e i Rolling Stones,

girava il mondo e poi finì
a far la guerra nel Viet-Nam.

Capelli lunghi
non porta giù,
non suona la chitarra ma
uno strumento
che sempre dà
la stessa nota "ta-ra-ta-ta".
Non ha più amici,
non ha più fans,
vede la gente cadere giù,
nel suo paese non tornerà,
adesso è morto nel Viet-Nam.

Stop! Coi Rolling Stones!
Stop! Coi Beatles, stop!
Nel petto un cuore più non ha,
ma due medaglie o tre...
tatatatatatatatatatata...