El mundo perdió a cuatro de sus más destacados artistas.
Desde muy jóvenes se vieron envueltos en el arte de capturar la realidad con sus mentes y expresarla, sin tapujos, como una caricatura. Georges Wolinksi, Jean Cabut (Cabu),Stephane Charbonnier (Charb) y Bernard Verlhac (Tignous) perdieron la vida este miércoles por un ataque terrorista junto a otras 8 personas en un ataque por tres delincuentes terroristas de orientación islámica.
Cabu (Francia, 1939) trabajó en
Charlie Hebdo desde
1970, años antes de cancelarse la revista por problemas económicos y volver en
1992, año desde el cual no ha parado. Su estilo era muy político y no ocultaba su
afiliación izquierdista. Sus trabajos han sido expuestos en librerías, recopilados en álbumes e incluso han ilustrado portadas de discos.
Wolinksi (1934, Túnez) creció mientras leía cómics norteamericanos, los cuales lo empujaron al camino del arte. Llegó a Charlie Hebdo cuando esta revista se llamaba Hara-Kiri Hebdo, nombre que cambió tras la muerte del general Charles De Gaulle. Él, que trabajó para importantes diarios como Journal de Dimanche, Paris Match, L’Humanite,Libération y Le Nouvel Observateur;también destacó como dibujante erótico. Su estilo, que parece muy ligero a simple vista, se caracteriza por tener múltiples lecturas. Su padre murió asesinado.
Char (Francia, 1967), es el más joven de los dibujantes asesinados por los terroristas este miércoles, además de director de Charlie Hebdo. Su estilo se caracteriza por personas de ojos grandes y piel amarilla. Entre sus obras más populares tenemos a Maurice y Patapon, un perro y un gato que e mantienen como observadores filosóficos de la realidad. De manera premonitoria, una de sus últimas caricaturas muestra a un guerrillero islámico bajo el titular “Aún no hay un ataque en Francia”.
Tignous (Francia, 1957). Su estilo rompía tabúes, destacando tanto en ilustraciones de tinta negra o acuarelas a color, con críticas abiertas a grupos extremistas, sean de tendencia islámica o ultraderechistas de su propio país. Entre sus obras más recientes muestra una de las ejecuciones de rehenes por el Estado Islámico y el Levante.
CHARLIE HEBDO
El semanario satírico de izquierda francés Charlie Hebdo reivindicaba su lado provocador y era blanco constante de amenazas desde que en 2006 publicó caricaturas de Mahoma que indignaron al mundo islámico.
Tras la publicación de las controvertidas caricaturas del profeta inicialmente difundidas por la revista danesa Jyllands-Posten, la redacción de Charlie Hebdo vivía asediada.
"Había amenazas permanentes desde la publicación de las caricaturas de Mahoma", dijo el abogado del semanario Richard Malka tras el ataque del miércoles por desconocidos que abrieron fuego con armas automáticas y que costó la vida a varias de las figuras más famosas de la redacción, incluyendo Cabu, Charb, Wolinski y Tignous.
"Hace ocho años que vivíamos bajo amenazas, estábamos protegidos pero no hay nada que se pueda hacer contra unos bárbaros que irrumpen con kalachnikov", agregó el letrado. "Es un semanario que no ha hecho más que defender la libertad de expresión, o simplemente la libertad", agregó.
La última edición de la revista que salió este mismo miércoles incluye en la portada una caricatura del escritor Michel Houellebecq, autor de la polémica novela "Sumisión" publicada el mismo día y que imagina a una Francia islamizada.
"En 2015 pierdo mis dientes, en 2022 ¡Hago el Ramadán", dice la caricatura del escritor en la portada de Charlie Hebdo, cuyos números se agotaron en los quioscos inmediatamente después del atentado que dejó a Francia en estado de conmoción. Otra caricatura hace decir al novelista: "En 2036, el Estado islámico entrará en Europa".
Tras la difusión en 2011 de un número que se burlaba de la sharia o ley islámica, un atentado con cócteles molotov incendió parte de la sede del semanario en el distrito 11 del este de París. (AFP)