Sonia M.Martin no es sólo
una de las mejores escritoras del mundo, mujer y hombre, aunque parte del
mundo todavía no esté enterado de ésto. Es también una de las personas más
generosas que conozco. Sonia comparte todo: información sobre editoriales,
concursos, encuentros literarios, espacio para publicar en su sitio web La Prensa/The Press, dinero para publicar libros de amigos, textos maravillosos
para dar a conocer a escritoras amigas.
Su espacio en su casa y su espacio en la web. Su tiempo real y su tiempo
virtual.
Nada más que
por haber escrito la novela “Pliegos Sueltos o María la del Castañar” (Chile, Ed.Lom, 2007) Sonia merece el Premio
Nobel de Literatura. Porque “Pliegos Sueltos…” es la
mejor novela jamás escrita sobre el desarraigo en América Latina,
contado a través de los ojos de una
niña chilena, hija a su vez del desarraigo sefardita, desarraigo que nos permite conocer poemas, leyendas, canciones, comidas, culturas de los países que la niña se ve obligada
a recorrer, con las raíces sefardítas y chilenas
siempre presentes. Pero la
novela no está escrita desde el dolor del desarraigo sino desde el
placer que
siente la niña ante el descubrimiento de cada cultura nueva, aunque la
nostalgia esté siempre presente como la sombra del parral. “Pliegos
Sueltos…”
representa como ninguna otra novela no el desarraigo de un pueblo,
chileno,
argentino, sefardita…, sino el desarraigo de cada uno y al mismo tiempo
de todos
los pueblos. De una manera magistral Sonia logra amalgamar todos los
exilios, todas
las inmigraciones, todos los destierros, todos los desarraigos… y todas
las
culturas. Y la voz que cuenta esta historia es la voz del amor.
Porque Sonia
es un ser de amor.
A pesar de
todas las heridas, todos los dolores, todas las injusticias, todas las luchas, todas
las pérdidas, Sonia es un ser de amor que sólo sabe seguir dando amor.
"Me gusta leer en mi lengua y sentir ‘el olor de la guayaba’"
Sonia, ¿estás escribiendo?
Sí, estoy
escribiendo un texto sobre el exilio de nuestras familias, se titula Aires de Libertad. Lo escribo con mi
hija, Carolina Moroder, quien es periodista, crítica, escritora, profesora de
lenguas, tejedora y bordadora, es casi como yo, sólo que yo no bordo y ella es
como una profesional bordando, aunque nadie le enseñó. En mi familia, todas estas
cosas son comunes, tanto en las mujeres como en los hombres. Incluyo a mis
nietos en estas artes, como el don de amaestrar animales, cuidar las matas o
ser medias médicas y con dones extra sensoriales… un poquito ‘chamanas o
chamanes,’ diría yo.
Vives en Estados Unidos desde hace más de 15
años, ¿escribes en español o en inglés?
Escribo en
castellano, pero me he propuesto alguna vez escribir en inglés. No es fácil,
porque la lógica de la lengua sajona es muy distinta a la de una lengua romance
como la mía. El castellano es la tercera lengua más hablada en el mundo. Se
habla desde Turquía hasta Tierra del Fuego. En Turquía hay un grupo nutrido de
sefaraditas -judíos-españoles- que hablan judeo-español, también llamado
‘ladino.’ Aunque a mí me gusta más decir ‘judeo-español’. Ellos tienen
periódicos en ese castellano antiguo que es el judeo-español o ladino. Como
toda sefaradita, yo amo la lengua de Sefarad, así es que escribo con placer en mi
lengua natal o materna, en Castellano.
¿Es fácil ser una escritora latinoamericana en
Estados Unidos?
No es fácil ser
escritora en ninguna parte. Las librerías están llenas de nombres de escritoras
y escritores, pero por Dios que cuesta ser editado o editada y no importa el
país.
¿De dónde nace tu inspiración cuando escribes?
Todo y nada me
inspira, simplemente me fascina escribir, desde que aprendí a hacerlo. Como
periodista, soy disciplinada. Como crítica de Artes Plásticas, Artes Escénicas
y de Literatura, para mí todo es cosa de sentarme y escribir y en todas partes
hay inspiración. Mis talleres de escritura me han enseñado a dar el tema a los
alumnos, que no sé por qué, siempre me lo piden. Yo les doy libertad para
escribir lo que deseen, pero ellos insisten que les dé la idea o el tema y
quizá esto me hace encontrar inspiración en todo y en nada.
El vacío
también me inspira; la ‘nada’ es sobrecogedora como inspiración. Yo diría que
la nada, es dolorosa como inspiración. Es un vacío, es un hueco en el espíritu
que te obliga a escribir y a escribirlo como lo sientes. Cuando estoy muy
triste, la nada me inspira como nunca y cosas muy especiales. En ese momento
crece en mí, algo que mi madre siempre me decía “ya salió tu sentimiento
trágico de la vida, tu otro espíritu”. Nunca tengo frente a mí una hoja en
blanco, ni nunca la he tenido. Siempre tengo muchos proyectos iniciados con la
fecha y hora que los inicié y me olvido de ellos por otros o porque me pongo a
investigar sobre el tema del proyecto y me apasiono leyendo y leyendo y me
olvido de los otros trabajos por un tiempo y los retomo después. Leo mucha
poesía; fue un gran consejo que recibí de mi amigo Denzil Romero,
escritor venezolano, en la última entrevista que le hice. Denzil ya no está con
nosotros.
Adoro también
leer teatro, no sólo en manuscritos, sino que en textos publicados. Me gusta el
teatro escrito por las dramaturgas sudamericanas en especial y en general las
latinoamericanas y no es que las otras no me gusten. Me fascinan, pero me gusta
leer en mi lengua y sentir ‘el olor de la guayaba’ con estas dramaturgas de mi
continente. Y por supuesto, no dejo de leer en portugués, ya que las
brasileras-y los brasileros- son muy, pero muy importantes para mí. Vaya teatro
fabuloso que tienen y sus teleseries también me fascinan. Admiro en forma
especial a los y las escritores y escritoras brasileras/ros. Brasil es un
país que le da sabrosura y enjundia a Sudamérica. Pienso en este país como un
todo interesante, sabroso y no sólo como un carnaval maravilloso, porque es
mucho más que eso. Admiro su teatro, sus dramaturgos, sus poetas, su
literatura, sus pintores, escultores, su música, adoro a Roberto Carlos, a Caimmy y hasta a su primera presidenta,
Dilma Vana Rousseff.
Yo amo tu novela “Pliegos Sueltos o María la
del Castañar”, es una novela que me hubiera encantado escribir. Es para mí una
novela perfecta, no sobra ni falta nada. Esa hermosa novela en donde una niña
comienza contando en su Santiago natal donde nacieron sus ancestros es, para
mí, la mejor novela latinoamericana sobre la inmigración, tanto de Europa como
entre países del continente. ¿Cuándo comenzaste a escribirla? ¿Es
autobiográfica?
Es una
trilogía y Pliegos Sueltos o María la del Castañar, es la primera parte. Tengo escrita las otras dos partes; se
pueden leer en conjunto o por separado. Se la escribí a mi nieta Elke, mi
primera nieta; y como vinieron pronto los demás nietos, tuve que dedicársela a
todos. ‘La niñita,’ justamente, cuenta que su familia es sefaradita y no
latinoamericana. Le pregunta a su abuela qué ‘significa ser sefaradita’ ya que
eso no se conoce en Latinoamérica corrientemente, y ella escuchó debajo de la
mesa del comedor, en la casa de sus abuelos maternos, cómo hablaban su abuelo,
tres de sus tíos mayores y su madre, de dónde venían y cómo se habían cambiado
el apellido y la forma posible de cómo se escribía antes. Yo tenía cinco añitos
cuando escuché la conversación debajo de la mesa…había llegado a Chile hacía
poco y me quedé bien pensativa cuando supe que la familia se había exiliado en
Salónica o Tesalónica -que era entonces parte del Imperio Otomano- en
1493 por el ‘Decreto de la Alhambra’, dictado por la ‘Reina Lavandera’… y que
otra parte de la familia se había ido a Marruecos; una parte se quedó en
España, como cripto-judíos o marranos, aunque después, según mi madre, iban y
venían de un lado a otro, llegando siempre a España, en donde sé que aún queda
la fábrica textil de mi tátara tatarabuelo. Está cerca de Salamanca, en Béjar,
pueblo que en su época fue de textileros.
¿Cuánto tiempo tardaste en escribirla?
Una semana.
Luego, la pulí como en un año. Las otras dos partes de la trilogía, me tomaron
también una semana en escribirlas. Están aún en manuscrito y listas para
publicarlas. La segunda parte se titula Chayma
Luntata, que en aymará, quiere decir “Ladrona de Corazón”. Yo escribo
‘Chayma’, tal cual lo escribían mis padres, cuando ellos eran jóvenes. Sé que
ahora se escribe diferente, pero yo guardo el poema que mi madre le escribió a
mi padre, que se titula justamente “Chayma Luntata”. Es bien corta esta segunda
parte. Transcurre en Bolivia, otro de los países latinoamericanos, que es parte
de mi vida. La familia de mi padre se radicó allí. Mi tátara abuelo, fue
Embajador de España en Bolivia y sus hijos se quedaron por allí; es una
historia bien especial la de ellos también. Cuando yo tenía dos años, mis
padres fueron a Achocacaya, en donde mis abuelos tenían gran cantidad de
tierras, no hablo de una finca o dos, era mucho más. Mi abuelo era un
terrateniente. Y luego fuimos a Santa Cruz, en donde mi abuelo tenía también
tierras cafetaleras y en no sé qué parte de Bolivia, mis parientes tenían minas
de oro. Sé que por Achocaya pasa un río y que allí había oro. Los indígenas que
sacaban oro de ese río, le hicieron a mi madre y a mi abuela paterna,
cadenas y cruces de oro, eran maravillosas, yo las recuerdo. También recuerdo,
que en La Paz, mi tía abuela Raquel, tenía esas moscas de oro que vuelan y
vuelven al lugar desde donde se las ha lanzado. En el comedor de mi tía
abuela, había un pocillo de cristal, con doce de estas moscas, que dicen que
son valiosas y que no se sabe cómo las hicieron los aymara ni dónde están, ya que cuando nos fuimos a Chile,
por la muerte de mi padre, se cortó la comunicación con las familias de Bolivia
y de España, por el lado paterno; hasta 1970, en que murió mi abuelo y la tía
Raquel al poco tiempo. Nos dejaron una gran herencia….pero esa parte de mi
vida, es otra historia, en donde el exilio político me afecta dolorosamente… no
me gusta hablar ni escribir sobre ello, aunque a lo mejor alguna vez lo haga.
Sin embargo, tuve que escribir Chayma Luntata, porque al nacer Elke, empecé a recordar mi infancia y a mis abuelos maternos y algo de la familia paterna. Bolivia para mí es un lugar exótico, recuerdo con gran nitidez todo lo que viví en esa temporada que estuvimos con los abuelos. Luego no los volví a ver nunca más…pero “el olor de la guayaba’ o mejor dicho, el olor al tambo adonde nos llevaba Gregorio, el asistente de mi padre, a tomar helado y a comprar, junto con una de las mujeres indígenas a cargo de la cocina, aún huele en mi cuerpo, no en mi nariz, es que todo me huele a tambo, cuando rememoro esta parte de mi vida y cómo recuerdo a Gregorio y las frutas de ese mercado. Tengo aún el sabor al pacay en la boca… Me gustaba estar con los nativos y aprendí rápido aymara; mi padre no me dejaba hablarlo. Mi madre se reía de estas diferencias que hay en Bolivia entre ‘blancos’ e ‘indios’. Recuerdo también el ‘pongage’ que había en las fincas de mi abuelo y cómo mi madre se oponía a muchas cosas que en Chile no existían, pero que en Bolivia sí y eran diferencias que en mi mente quedaron grabadas, aún a mis dos añitos de edad. Tanto las recuerdo, como que las escribí. Y por supuesto, las comenté mucho con mi madre cuando estaba viva y yo tenía curiosidad por Bolivia y la familia de papá. Mi padre murió muy joven, tenía 33 años. Fue una muerte política…y en Chile vivió dos deportaciones. Vuelvo a tu pregunta porque me estoy yendo del tema… Luego escribí la tercera parte que se titula Pillantepuy y las Hijas de la Luna. Esta tercera parte de la trilogía transcurre en Venezuela y la niñita ya tiene 12 años. Se enamora y no vuelve a escribir en sus diarios de vida, ya que la trilogía son tres diarios de vida que escribe Débora o María.
Sin embargo, tuve que escribir Chayma Luntata, porque al nacer Elke, empecé a recordar mi infancia y a mis abuelos maternos y algo de la familia paterna. Bolivia para mí es un lugar exótico, recuerdo con gran nitidez todo lo que viví en esa temporada que estuvimos con los abuelos. Luego no los volví a ver nunca más…pero “el olor de la guayaba’ o mejor dicho, el olor al tambo adonde nos llevaba Gregorio, el asistente de mi padre, a tomar helado y a comprar, junto con una de las mujeres indígenas a cargo de la cocina, aún huele en mi cuerpo, no en mi nariz, es que todo me huele a tambo, cuando rememoro esta parte de mi vida y cómo recuerdo a Gregorio y las frutas de ese mercado. Tengo aún el sabor al pacay en la boca… Me gustaba estar con los nativos y aprendí rápido aymara; mi padre no me dejaba hablarlo. Mi madre se reía de estas diferencias que hay en Bolivia entre ‘blancos’ e ‘indios’. Recuerdo también el ‘pongage’ que había en las fincas de mi abuelo y cómo mi madre se oponía a muchas cosas que en Chile no existían, pero que en Bolivia sí y eran diferencias que en mi mente quedaron grabadas, aún a mis dos añitos de edad. Tanto las recuerdo, como que las escribí. Y por supuesto, las comenté mucho con mi madre cuando estaba viva y yo tenía curiosidad por Bolivia y la familia de papá. Mi padre murió muy joven, tenía 33 años. Fue una muerte política…y en Chile vivió dos deportaciones. Vuelvo a tu pregunta porque me estoy yendo del tema… Luego escribí la tercera parte que se titula Pillantepuy y las Hijas de la Luna. Esta tercera parte de la trilogía transcurre en Venezuela y la niñita ya tiene 12 años. Se enamora y no vuelve a escribir en sus diarios de vida, ya que la trilogía son tres diarios de vida que escribe Débora o María.
Me
muero de ganas de leer las dos segundas partes y es increible que sólo
tardaras una semana en escribir una novela tan magnífica. “Pliegos
Sueltos…” sería una excelente
miniserie, ¿no crees? ¿Has intentado ofrecerla a productoras de
televisión?
Sí, estoy
totalmente de acuerdo contigo. Sería una estupenda miniserie. Pero a los
directores no les gustan las heroínas, prefieren a los héroes, así es que
tendré que esperar a que una directora de cine en algún país latinoamericano o
en California, lea Pliegos y le
guste Débora o María.
Tú has vivido en diferentes países de América
y de Europa. ¿Te sientes una escritora del desarraigo?
Sí, me ha
tocado vivir en diferentes países y tengo parientes en muchas partes. En
Latinoamérica, como ves, Bolivia es un país importante para mí y también
Argentina, en donde tengo parientes en Buenos Aires y también en Rosario. Allí,
el que tenía tierras, era el tío Lucio, hermano de mi abuelo materno. Tenía una
gran hacienda. Tengo una foto de mi madre a los 16 años montando a caballo, al
lado del tío Lucio en la hacienda y es igualita a mi hija Lola, tanto, que es
fácil confundirlas, si no fuera por la ropa que es de los años 20. Mamá está
vestida con un colán y el tío Lucio también, ambos van en unos caballos muy
briosos. Mi madre fue una gran equitadora y Lola también, lo mismo que sus dos
hijos, mis nietos. Yo les tengo terror a los caballos…
Eres también poeta y tu poesía erótica es,
quizá, la que más llama la atención, porque hay pocas escritoras que aborden el
erotismo. ¿Cuesta desnudarse en cada poema o la que se desnuda es otra?
Escribo casi
todos los estilos poéticos. Antes de aprender a escribir y a leer ya tenía un
libro de poemas publicado. Mi madre lo publicó. Ella me peinaba, me bañaba, me
vestía y me dormía, recitándome poesía y me hacía poesías a mí y me hacía
contestarle con poesías mías…me enseñaba a rimar. Así publicó mi primer libro
de poemas con los que yo le contestaba. También me leía teatro para dormir, en
especial el teatro de García Lorca y mi abuela hacía lo mismo. A los dos años,
mamá me subió en La Paz, Bolivia, sobre un escenario a recitar los poemas que
están casi todos en Pliegos Sueltos o
María la del Castañar. Luego los locutores me hacían preguntas sobre Chile,
España o lo que se les ocurría, porque les hacía gracia que una pequeña fuera
tan desenvuelta sobre el escenario como yo; era y soy muy parlanchina. Recuerdo
que estos eventos eran en radios con grandes teatros y escenarios magníficos.
Lo que no sé son los nombres de las emisoras, pero recuerdo los premios que
ganaba. Me regalaron una vez las quintillizas Dione, que eran cinco muñecas de
porcelana. Gané tortas, muñecos, peluches, diversas cosas y en los colegios
siempre fui la niña que recitaba, escribía poemas y hacía teatro. Mi madre me
cambiaba de colegio como de calcetines…no sé a cuántos colegios fui ni en qué
lugares y no era precisamente muy simpático ser siempre ‘la nueva’ y echar el
cuento cada vez que tenía que ir a un colegio en un lugar distinto.
Además, me
peinaba con rizos, que siempre eran la pasión de todo el mundo. Mi pelo negro
endrino y mis largas pestañas azules llamaban la atención cuando era niña y yo
los odiaba. Las fotos en que estoy peinada de este modo, las tengo guardadas.
Finalmente, cuando tenía como ocho años, mi abuela se compadeció de mí y sin
autorización de mi madre, me llevó a la peluquería y adivina qué…me hicieron la
permanente, me quitaron la ‘chasquilla’ o ‘flequillo’, que mi madre imponía y
me dejaron -según mi madre- ‘como una ordinaria cualquiera con permanente’; yo
me sentía toda una niña grande y liberada de mis rizos a lo Shirley
Temple…por eso los odiaba, no había quién no hiciera la comparación entre la
rubia y yo…de pelo negro…Eran unos rizos muy hermosos y no había quién no se
metiera con ellos. Generalmente, la compañera del pupitre de atrás de mí, se
dedicaba a meterme el lápiz en un rizo y luego en otro…y no me dejaban
tranquila con este jueguito. En esos años en que yo tenía ocho años, la moda de
las niñitas era tener permanente en el pelo y no rizos de bebé, como los míos.
Me sentí liberada con la permanente.
En cuanto a mi
poesía erótica, depende a quién desnude. Tengo varios libros escritos sobre
poesía erótica y a veces me desnudo yo…soy un ser humano, por lo tanto, el
erotismo es parte de mi vida, como es humano y normal. Lo raro sería que no
sintiera mis hormonas femeninas y si me gusta escribir, lo lógico es que sea yo
quien se desnuda con algunos poemas. Digo algunos, porque tengo un poemario
titulado Zapatos Rojos , que es un
homenaje que le hago a la Dra. Clarissa Pinkola Estes, por su maravilloso
libro, Mujeres que corren con los lobos.
La Dra. Pinkola Estes tiene un Ph.D, es poeta, académica, diplomática,
psicoanalista jungiana, cuenta cuentos y en especial ella es especialista en
‘Mitos, Cuentos y Leyendas’. Su libro mencionado más arriba, justamente nos
cuenta sobre las enfermedades sicológicas de las mujeres, a través de los
mitos, cuentos y leyendas. A mí me impactó de tal manera esta teoría de CPE,
que le inicié un poemario, en donde de cada mito o leyenda que analiza, he
escrito un poema, pensando en alguna mujer que conozco y que creo que sufre o
vive el problema que la Dra. Pinkola Estes menciona en sus cuentos o leyendas.
Ella nos habla de la ‘Mujer Salvaje’, que todas llevamos dentro… son casi 600
páginas a leer; es un libro denso, pero muy interesante. Lo leí con pasión y
ella tiene mucho erotismo en estos mitos y leyendas…por lo tanto, en estos
poemas, no soy yo la que se desnuda, sino que, o la mujer por la que escribo, o
el mito o la leyenda que representa mi musa inspiradora, que puede ser una de
mis nietas pequeñas o tú…o una de mis hijas o las dos o esas mujeres
maravillosas que en general he conocido en mi vida, como mi madre, mi abuela o
mi suegra…o bien mi bisabuela materna a quien no conocí; la Abuela del Café,
ese era su sobrenombre, aunque ella tenía el nombre de una flor. Es un nombre antiguo
y la flor la vine a conocer en California, al comprar matas para mi jardín. Su
nombre era Nemesia, que es una flor pequeña, color lila, con un pistilo
amarillo fuerte, que hace contraste con el lila de la flor, que tiene cinco
pétalos. Es una mata del estilo de las violetas, pero más clara y la flor más
pequeña. Mi bisabuela era alta, muy alta y bizarra, buenamoza, elegante, culta,
simpática y graciosa. En cambio mi abuela, su hija, era pequeña, también
graciosa, simpática, pero no tan bella como su madre y le gustaba bailar, como
a mí. Amaba leer y lo hacía sobre un atril especial que tenía para ella. El
teatro, la ópera, la zarzuela y la poesía, eran su pasión. Cantaba con voz de
falsete, pero cantaba bien. Se fascinaba con las zarzuelas, con Luisa Fernanda y con Doña Francisquita. Siempre las cantaba y
yo me las aprendí también. Como puedes apreciar en mi poesía erótica desnudo a
muchas mujeres y entre ellas a mí misma. Tengo dos poemarios que escribí al
mismo tiempo Señora de Mirar de Aurora e
Iniciación, Extasis y Visiones del Amor este último poemario se lo escribí a mi
esposo.
Como Marguerite Duras, también tú te dedicas
al periodismo y has conocido a grandes personalidades de las letras y del
teatro de América Latina. ¿Cuál es la entrevista que realizaste que más te
marcó?
Muchas, tantas
que no podría decirte cuál me impacto más. Depende de tantas cosas para que te
impacte un entrevistado más que otro. Tu pregunta me hace rememorar mucha
gente, como por ejemplo, Dacia Maraini, la ex mujer del escritor italiano,
Alberto Moravia…su literatura y el teatro feminista que llevaba por el mundo,
me impactó. Es una mujer más o menos de mi edad, muy interesante como ser
humano; me habló de su marido… Dacia es hermosa, rubia y bella como Virna
Lissi, otra italiana de nuestra época. Sus libros El mio marido y Memorie di una ladra, están pésimamente
traducidos al castellano, pero son muy buenos. Nos habla del machismo en su
país. La entrevista se centró mucho en el machismo y el feminismo y cómo se
desarrollaba en esa época en Italia.
Griselda Gambaro
de nuestro continente, argentina, dramaturga, aunque tiene un par de novelas
escritas en el exilio que vivió en España, una de ellas es erótica. En la época que la entrevisté en un Festival
Internacional de Teatro en Venezuela, ella era quizá una de las pocas
dramaturgas que escribía teatro de la resistencia. Su obra dramática tiene gran
peso en el teatro Latinoamericano y mi entrevista fue justamente por su obra
dramática.
Elena Poniatowska, la polaca-mexicana, periodista y escritora. Es tan sencilla,
como talentosa. A ella la vi en
Chile en una corta entrevista en la Feria del Libro en Santiago, adonde Elena
había sido invitada. Su obra de periodismo testimonio me impactó. Su narrativa
o su obra testimonio es como ella. Sencilla, pero llega al corazón del
lector/a.
Susana Constante, ‘Premio La Sonrisa Vertical’ de la Editorial Tusquets, con su novela
La Educación Sentimental de la Señorita
Sonia. Entrevisté a Susana en Barcelona, España, a través de la Editorial
Tusquets, por el premio recibido. La
entrevista con Susana fue genial por todo lo que me contó y también dramática
debido a las razones por las que se fue a España y todo lo que le sucedió en
este país por el premio recibido. Hasta me tiento de contarte los pormenores de
lo que le sucedió en Barcelona por el premio recibido, o sea, por ser un premio
a una novela erótica, escrita por una mujer…
Del catalán
Manuel Vásquez Montalbán me hice más admiradora de su obra a través de la
entrevista que le hice. Digamos que admiré más aún al escritor, luego que lo
entrevisté. Me gusta la obra de este
hombre tímido, retraído y silencioso. Se puso rojo como la grana, cuando le
pregunté que por qué Charo, su protagonista prostituta, era una santa y las
damas de sociedad en sus novelas negras, son todas tan putas…se sonrojó como un
colegial y no contestó la pregunta. Y como yo me he leído y me había leído
todas sus novelas negras, pues me conocía bien a sus protagonistas y sus
recetas culinarias, además de su biografía completa. Soy gran admiradora aún de
este gran escritor que ya no está con nosotros. Me ofreció enviarme una obra de
teatro que escribió sobre el ‘Golpe en Chile’. Era gran admirador de
Allende…todo lo que me habló sobre Allende y sobre el proceso socialista de
Chile, me llevó a sentir una gran admiración por este escritor que fue el
primero en escribir en castellano el género novela negra. Cuando lo entrevisté
yo ya era toda una experta en este género como crítica literaria, así es que para mí, entrevistarlo
fue como darle un caramelo a una niña. Nunca me llegó la obra de teatro
ofrecida…
Manuel Puig…también me leí toda su obra y lo entrevisté muchas veces y te podría
nombrar a muchos y muchas más, muy interesantes y que no tengo idea dónde están
sus entrevistas y no sé dónde las publiqué ni cuándo. Creo que tú publicaste
una bien interesante que le hice a Fernando Alegría, escritor, académico y
poeta chileno. Esta entrevista se la hice con mi hija Carolina Moroder,
aquí, en California, en su casa. Te cuento que tengo inédito un reportaje
gráfico que le hicimos a Fernando Alegría en su casa de Stanford, Carolina y
yo. Es precioso, lo tengo que buscar y dárselo a Carolina, porque yo estas
cosas las pierdo. También tengo gran aprecio a la memorable entrevista que le
hice a la Dra. Rima de Vallbona, académica, escritora, poeta, dramaturga y gran
mujer de letras, nacida en Costa Rica. Soy muy amiga de ella y quiero hacerle
un libro con una larga entrevista. Lo tenemos planeado junto con Carolina, pero
nunca tenemos tiempo ninguna de las tres para ponernos de acuerdo. Rima vive en
Houston y nosotras en California.
Fue impactante
hacerle una larga entrevista a Isabel Allende, en Corte Madera, California en
donde la adoran… Cuando fuimos con Carolina a entrevistarla, la encontramos muy
pálida, desmaquillada y con olor a remedios. Nos abrazamos emotivamente y nos
dijo ‘les concedo la entrevista, pero por favor, no la publiquen todavía…’ y nos
contó la tragedia que vivía con su hija que en ese momento aún estaba en coma.
De esta entrevista nació un cuento que le dediqué a Isabel, que se titula “El
Crepúsculo de las Diosas”, quizá algún día te lo entregue para que lo
publiquemos en mi blog. Se lo envié por correo. No lo aceptó. Me envió una
tarjeta realizada por sus propias manos, muy bella, estilo ‘Bordadoras de Isla Negra’, en la que me da las gracias y no acepta el cuento, me lo envía de
vuelta. La entendí, así como Carolina y yo entendimos que nos dio la
entrevista, pero que nos pidió que no la publicáramos en ese momento. Ahí
está guardada y no se ha publicado jamás…
No tengo guardadas las entrevistas publicadas, ni tengo idea cuándo las hice, ni dónde las publiqué…voy al grano como los pollos, a nivel de periodismo…sólo hago, publico y punto. He entrevistado y publicado a casi todos los autores del boom latinoamericano. Te podría contar anécdotas muy simpáticas con ellos, ya que como soy distraída e inocente como yo sola, me pasa cada cosa…como me pasó con el mexicano Carlos Fuentes, aquí en California, cuando lo entrevisté. Largo de contarte lo que me sucedió con Fuentes y largo de contarte cuánta gente interesante he entrevistado en mi vida de periodista. No sólo en las artes, sino que a presidentes, médicos, ingenieros, ingenieras, arquitectos, senadores, senadoras, diputadas, diputados…de todo y de todas… a una ladrona muy especial y a una prostituta bella y elegante como ella sola, Fabiola Monti, además de tener gran clase, aún practicando la profesión más antigua del mundo. Ni te hubieras imaginado a lo que se dedicaba si la hubieras conocido. Y por último una entrevista de una sola pregunta al Juez Baltasar Garzón, cuando vino a la Universidad de Stanford a dar una conferencia y…él hablo sobre Chile y Pinochet, el auditorio estaba repleto de gente y de muchos chilenos. Me di por conforme con hacerle una pregunta porque me comentó que no podía dar entrevistas, era un compromiso con quienes lo habían traído a la mencionada universidad. Le hice una pregunta…me miró, se río y me contestó…estimo que ‘esta entrevista’ es la más importante de mi vida y la más corta….
No tengo guardadas las entrevistas publicadas, ni tengo idea cuándo las hice, ni dónde las publiqué…voy al grano como los pollos, a nivel de periodismo…sólo hago, publico y punto. He entrevistado y publicado a casi todos los autores del boom latinoamericano. Te podría contar anécdotas muy simpáticas con ellos, ya que como soy distraída e inocente como yo sola, me pasa cada cosa…como me pasó con el mexicano Carlos Fuentes, aquí en California, cuando lo entrevisté. Largo de contarte lo que me sucedió con Fuentes y largo de contarte cuánta gente interesante he entrevistado en mi vida de periodista. No sólo en las artes, sino que a presidentes, médicos, ingenieros, ingenieras, arquitectos, senadores, senadoras, diputadas, diputados…de todo y de todas… a una ladrona muy especial y a una prostituta bella y elegante como ella sola, Fabiola Monti, además de tener gran clase, aún practicando la profesión más antigua del mundo. Ni te hubieras imaginado a lo que se dedicaba si la hubieras conocido. Y por último una entrevista de una sola pregunta al Juez Baltasar Garzón, cuando vino a la Universidad de Stanford a dar una conferencia y…él hablo sobre Chile y Pinochet, el auditorio estaba repleto de gente y de muchos chilenos. Me di por conforme con hacerle una pregunta porque me comentó que no podía dar entrevistas, era un compromiso con quienes lo habían traído a la mencionada universidad. Le hice una pregunta…me miró, se río y me contestó…estimo que ‘esta entrevista’ es la más importante de mi vida y la más corta….
¿Piensas publicar un libro con tus mejores
entrevistas, críticas teatrales y artículos?
Cuando me vine
de Venezuela, tenía en mi escritorio un manuscrito ya terminado con mis
críticas teatrales de un par de años, otro con críticas de Artes Plásticas y otro
de Literatura… todo estaba planificado para Venezuela, así es que todo quedó
allí, en el escritorio de mi casa. Vivía en Cumbres de Curumo en esa época y no
pensaba quedarme en Estados Unidos. Pero la vida es curiosa y me quedé ese
diciembre aquí…también tenía planeado el libro de entrevistas a personajes
interesante. Conocí a muchos judíos y judías importantes a través de mi trabajo
en las ‘Paginas Culturales de El Universal’ con la ‘Semana Sefaradita’. Sofía Imber, la directora, me encargaba a mí las entrevistas a los invitados a
Venezuela, que venían a esta semana tan interesante de los judíos españoles.
Pienso que la ‘Semana Sefaradita,’ sólo se ha llevado a cabo en Venezuela. Poco
se sabe de los judíos españoles en Latinoamérica en general, al menos no como
se celebraba en Caracas.
Mi columna, El mundo a través de sus protagonistas,
que se publicaba en la revista Estampas
de El Universal, sería igualmente un
libro muy interesante. La directora de la revista, Sylvia Benzaquén, le había
pedido a Omar Mouzakis, crítico de cine del encartado, que le buscara una
periodista tipo ´ratón de biblioteca’, para que escribiera una columna con
personajes importantes del mundo, pero en tono morboso y sensacionalista…tuve
mucho éxito con esta columna, me llegaban cartas y me llamaban por teléfono
para felicitarme o preguntarme cosas sobre los invitados que había publicado el
domingo. Creo que tengo dos columnas guardadas, si las tengo te las enviaré.
Todos los periodistas tendríamos muchos libros que publicar sobre nuestras
entrevistas, siempre hay una anécdota que contar sobre o con los entrevistados.
“Las voces de los seres queridos de los desaparecidos fueron tan fuertes
que no pudimos hacer una simple biografía de cada uno”
¿Qué te llevó a escribir “Londres 38,
Londres 2000”, co-escrito con tu hija Carolina Moroder, libro en el que
entrevistas a familiares de detenidos-desaparecidos durante la dictadura de
Pinochet?
Viví en Chile,
en Santiago, entre 1996 y 1999 y en la SECh (Sociedad de Escritores de Chile)
de la capital, presenté mi novela Cena con un Perro Rojo. Un amigo editor, cuando leyó el manuscrito, me pregunto
si conocía a Rita Ramírez de García, una mujer que escribió una carta publicada
en la revista APSI, en relación a su hijo detenido desaparecido, al que
buscaba. Me impactó tanto la carta que ella escribió, que le dediqué la novela.
Mi amigo me dijo que podía hablar con ella, si conseguía el teléfono de la Organización de Familiares de Detenidos
Desaparecidos. Él no me dio bien el nombre de la organización, y cuando yo
llamé a la Compañía de Teléfonos de Chile,
consultando por el número y la organización, una maravillosa telefonista de
quien por supuesto no sé el nombre, me orientó y me dio el número de teléfono de
la organización que realmente se llama Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Llamé a Rita a la agrupación, y
me dijeron que ella no trabajaba allí, pero que estaba su hija, Mireya García,
por si quería hablar con ella. Le expliqué la razón por la cual llamaba a su
madre. Las invité a la presentación del libro y un nutrido grupo de personas de
esta organización fue al bautizo. En ese momento Pinochet estaba preso en
Londres. También soy amiga del abogado y poeta Hernán Montealegre Klener, quien
fue preso por Pinochet y había sido Cónsul de Chile en Londres, Inglaterra. Él
era el único experto en Leyes Internacionales en ese momento que te menciono en
Chile. La prensa, radio y TV a cada rato consultaban con Hernán los problemas
legales de Pinochet, Garzón y Londres…y como Hernán Montealegre Klener fue el
presentador de Cena con un Perro Rojo,
la Casa del Escritor de la calle
Simpsom 7, de Santiago, se llenó de gente.
Por parte de
la SECh, el presentador fue Fernando Quilodrán, poeta muy conocido y
Presidente de la SECh ese año. Al terminar el evento, conocí a Rita y a Mireya
y a otras mujeres más de la organización. Quedé en donarles 30 libros para la
agrupación y así me puse de acuerdo con Mireya para ir a la casa de la
agrupación a llevarle los libros al otro día. Ella llegó tarde a la reunión,
por lo que tuve tiempo para conocer por dentro la casa de la AFDD y vi un
mural que me impactó, con las fotos de todos los detenidos desaparecidos,
incluso niños y bebés. Hay más de 3000 fotos. Me impactó tanto el mural, que
decidí escribir un libro con las biografías de algunos casos y le pedí ayuda a
Mireya. Ella fue quien mientras conversábamos de su vida como detenida, de su
padre y de su hermano detenido desaparecido, que entre conversación y tristeza
me iba contando la historia de las mujeres que iban llegando y llegando a
trabajar o a pedir datos y Mireya fue seleccionando y conversándome sobre las
personas que debían ser entrevistadas y por qué. De este modo nació el libro.
No se pudo
entrevistar a todas las personas porque o no estaban en el país o no querían
ser entrevistadas. Conversé con Carolina, mi hija, sobre el formato del libro y
nos decidimos por biografías noveladas…pero no fue posible. Las voces de los
seres queridos de los desaparecidos fueron tan fuertes que no pudimos hacer una
simple biografía de cada uno. Nos anularon como escritoras, nos dejaron sólo la
voz de periodistas y así nació el libro de periodismo testimonio, sobre
Derechos Humanos y Memoria Histórica.
Tardé cinco años
en desgrabar todas las entrevistas. Cada noche, al desgrabar una entrevista, era tan fuerte lo que escuchaba decir a las mujeres sobre
sus parientes, pues la mayoría son mujeres, que lloré y lloré y lloré, yo que
no lloro nunca por ningún motivo. Tenía que detenerme tiempos largos antes de
continuar desgrabando y organizando las entrevistas. Así terminé mi
trabajo y se lo pasé a Lola, o sea a Carolina… A ella le pasó otro tanto, ya
que tenía como yo, que escuchar la entrevista y cotejar si texto y voz
coincidían…lloró y lloró como yo y me dijo ‘No sabes lo que he sufrido con este
trabajo periodístico, como nunca en mi vida’. Y de este modo también tenemos
los cassettes con las entrevistas como Memoria Histórica que aún están en
nuestras manos y que prometimos enviar al
Museo de los Derechos Humanos y la Memoria Histórica en donde también está
el libro Londres 38, Londres 2000.
¿Qué fue lo más difícil de ese libro?
Todo. Tanto a
mi hija como a mí nos costó mucho escribirlo. Por los sentimientos dolorosos de
todos los entrevistados. Por el drama familiar de cada detenido-desaparecido y
por nosotras mismas, ya que los sentimientos de los entrevistados, con cada
palabra, cada acento y suspiro, nos rompían el alma y el corazón.
Lo presentaste en la Universidad de Stanford,
¿cómo fue esa experiencia?
Interesante,
pero no es el primer libro que presento en esta prestigiosa universidad.
Anteriormente presenté Cena con un Perro Rojo y me fue estupendo también. Van en general los estudiantes y hacen
preguntas interesantes en el foro abierto. Eso enriquece la presentación y en
especial a quien escribió el libro o como en Londres 38, a quienes escribimos el libro y también al público
presente.
¿Qué te llevó a fundar y dirigir la web
cultural y bilingüe La Prensa/The Press?
La Prensa/ThePress es un journal bilingüe que -como todo periódico impreso- tiene páginas
culturales. No es una web cultural. También tiene mucho de DD HH y en especial
sobre los derechos humanos de los periodistas y escritores del mundo a través
de IFEX y de Reporteros sin Fronteras. LPTP se inició como un periódico impreso,
con un tiraje de diez mil ejemplares y cuya distribución en el Área de la Bahía
de San Francisco, la hacían dos mujeres que también nos vendían la publicidad.
Ellas eran una empresa pequeña de dos amigas; una era española y la otra
mexicana. Nos encantaban estas dos mujeres tan pujantes en un trabajo más bien
de machos…ellas son y eran divinas. Pero Carolina, mi hija y yo, veníamos ya de
Daniela WebPress, que era un
journal también bilingüe, castellano-inglés y feminista. Ahí descubrimos el
periodismo alternativo y es impresionante lo que encontramos en esa época.
Fuimos pioneras en la Internet como periódico feminista bilingüe,
castellano-inglés. Nos fue regio y asesoramos a muchas otras revistas que
nacieron en la WEB. Ahora es para todo el mundo, no tiene importancia, ya ni es
periodismo.
LPTP nació porque por enfermedad de una de las
directivas tuvimos que cerrar LPTP impresa. Luego el entusiasmo desapareció
para una de las socias, pero no para mí
y un día, un amigo periodista que vive en la zona de mi pueblito, me
aconsejó abrir el journal en la Internet, con este otro formato que es mucho
más sencillo que la WEB que fue Daniela
WebPress. Ahora estamos trabajando para abrir LPTP con un formato más
cónsono con la tecnología de primera generación en relación de lo que estábamos
usando hasta hace poco. Todos los días tenemos nuevos tecnicismos a nuestro
alcance. Y de este modo nació no sólo La
Prensa/The Press, sino que Daniela
WebPress, que es una historia larga de contar y bien sabrosa. Digo, yo,
será para otra entrevista….
Puedes contarla ahora si quieres, tenemos tiempo y
espacio y hasta un rico tecito de hierbas para las dos si dejamos correr la
imaginación y nos olvidamos de la distancia física que nos separa. (Pero Sonia no tenía tiempo para responder
nuevas preguntas, ¡faltaban tantas! Y tiempo es lo que no le sobra a Sonia, que
siempre está haciendo un millón de cosas al mismo tiempo y todas las hace
magníficas). También
diriges el Celcit del Norte de California y eres la directora del SELC y CII
(Sociedad de Escritores Latinoamericanos de California y Capítulo Internacional
en Internet), ¿de dónde sacas tiempo para hacer tantas cosas?
No sé. Quizá
soy organizada, quizá porque escribo de noche, hasta las tres de la madrugada,
no importan los domingos ni festivos. Estimo que podría hacer mucho más y
mejor…soy muy vaga, distraída y dormilona en las mañanas. Me levanto
relativamente temprano solamente porque me tengo que inyectar insulina, de lo
contrario, dormiría hasta más tarde. Y adoro escribir hasta la madrugada y
luego leer…o tejer. Estimo que lo más importante es que soy organizada y
termino mis trabajos, aunque a veces, como esta entrevista, la
dilaaaaaaaaaaaaaaaatoooooooooooooo mucho. Pero aquí está…
Y valió la pena esperarte porque hasta ahora me has
regalado un montón de tesoros, maravillosos como los tesoros de los cuentos
infantiles, pero en tu caso, reales. Sonia, si se
te concediera un deseo como escritora, ¿qué pedirías?
El Premio Príncipe de Asturias primero y luego el Premio Nobel… en ese orden y por
supuesto, luego de tener estos premios, quizá en Chile me den el Premio Nacional…no debemos olvidar que me has dicho “si me concedieran un deseo…”
¿A qué escritora y escritor admiras?
A Simonne de Beauvoir, gracias a ella me atreví a escribir, luego de leer en mi juventud Memorias de una joven formal. Antes
soñaba con escribir y de hecho escribía, pero pensaba seriamente que sólo
escribiendo como Sartre o Camus era posible escribir y publicar. Por eso,
cuando leí a Simonne con su libro, sentí que teníamos cosas que decir las
mujeres y a nuestra manera. Me liberé otra vez de ‘los rizos’ y esta vez
eran ‘rizos literarios’ impuestos por el pensamiento masculino. Seguro que fue
la edad y el momento en que ella llegó a mi vida, porque he leído a muchas
mujeres, muy, pero muy interesantes y de todas las nacionalidades. En cuanto a
hombres…Mario Vargas Llosa, a él también lo he entrevistado y he estado en sus
ruedas de prensa, pero es mi escritor predilecto junto con Borges, a quien
entrevisté también. Admiro a muchos otros y otras de diferentes nacionalidades,
larga lista por escribirte…y no me olvido de mi real predilecta, la salvadoreñaClaudia Lars. Mi madre me regaló mi primer libro de poemas a los cinco años, Escuela de Pájaros, escrito por ella.
Desde entonces es mi predilecta profunda y de corazón. Ahora tengo una lista
más intelectual y madura de diversas nacionalidades pero como primer impacto en
mi vida ellas…y ellos…
“Pero yo quiero
matar a mi General. Tengo derecho a mi fantasía.
Tengo derecho a
no perdonar. Tengo derecho a no olvidar.
Tengo derecho al
amor. Tengo derecho a volver…”
¿Te interesan los premios?
Sí, los
honorarios y los con metálicos. De hecho, tengo uno que ni me imaginé ganar. El
Premio “Letras de Oro” de la Universidad de Miami y el Ministerio de Cultura de
España, por mi novela Cena con un Perro
Rojo.
¿Crees en los concursos literarios?
Sí, me gané el
premio arriba mencionado entre 400 novelas que se enviaron en el año 1996 a
concursar. El premio me lo otorgó un jurado de diez académicos de literatura
latinoamericana de las universidades estadounidenses. No tengo idea quiénes
fueron esas personas. Del concurso nos enviaron una carta disculpándose por
retrasar la fecha del concurso, pero ese año participaron, como dije más
arriba, solo en el género novela, que es el género donde concursé, 400
novelas…No me lo esperaba…sí, creo que hay premios serios como editoriales
serias.
¿Cómo era tu familia?
Como yo,
energética, contenta, alegre y creativa, siempre haciendo cosas intelectuales y
también con las manos. Me gusta tejer a palillo, a crochet, hasta hago cuadros
tejidos a crochet y a palillo. Me gusta cocinar y escribo un libro de tejidos y
otro de cocina. La cocina de mis amigas
y el otro, Cantar y tejer… En mi
familia casi todos tienen bellas voces, sólo mi madre y yo carecemos de voces
privilegiadas, pero soy muy entonada…no canto tan mal en la ducha… Somos
mandones y organizados todos y todas. Mis primas o sobrinas en Argentina tienen
una fábrica de cerámicas bellísima. En Rancagua, Chile, una prima tiene una
Escuela de Arte y Manualidades, que por cierto con el último terremoto y
maremoto, se vino al suelo porque estaba en el Casco Histórico de la Ciudad.
Otra sobrina hace mermeladas y las vende como loca; la de más allá es
diseñadora de ropa y un primo que también hace diseños de vestuario y tiene
varias boutiques. Además tengo una prima que tiene crianza de perros finos en
Chile y un sobrino que tiene crianza de mastines en Suecia y los vende también
muy bien, vive de eso. Como los Parra o los De Rokha, en Chile, mi familia es
de artistas de alguna manera y de empresarios. Mi nieta Gabriela, cantautora
que aún está en el colegio, ya tiene dos CD grabados. Son un par de álbumes
preciosos con sus canciones que las empezó a escribir como a los trece años.
Termina pronto el colegio y se va a estudiar a McNally-Smith (una universidad
que se especializa en Música) composición, así como varios instrumentos. El
estilo de Gaby es Country Rock y Pop. Todos mis nietos y nietas tienen
tendencias artísticas y escriben todos bien. Gabriela ya tiene más de 200
poemas escritos y mi madre dejó 1000 poemas de su autoría. El último que
escribió antes de su Alzheimer, se titula El
traje de novia, el tema es la vejez y cómo ella siente que se le deteriora
el cerebro, cómo lentamente le entran el olvido y la locura…la entrevisté a los
90 años y me recitó completo el poema de Edgard Allan Poe El cuervo, y muchos otros poemas. Me habló de poesía como si en su cabeza
jamás el olvido y la locura hubieran estado presentes. Es el terrible castigo
del Mal de Alzheimer. Hablarte de mi familia, es escribir otro libro más y de
mi madre en especial…varios. Fue una gran poeta y gran entrepreneur, tuvo
industrias grandes en una época en donde las mujeres sólo tocaban el piano o
hacían tortas…
¿A qué edad comenzaste a escribir?
Desde que
aprendí a leer y a escribir…le escribí muchos poemas a mi abuelo materno cuando
era chica. Él era alguien especial en mi vida y lo es aún hoy. Siempre escribí
y escribí de todo. En esa época, mi meta no era ser periodista, sino que
´diarera´ y vender diarios en la calle. En una esquina cualquiera y que los
automovilistas y transeúntes me compraran los diarios y revistas…siempre me
fascinó tener comunicación y contacto con el público, con otras personas.
¿Narrativa, cuento, poesía, teatro?
Escribo todos
los géneros incluyendo el erótico, como la novela Las Pesadillas de Valeriana o los cuentos, Eróticas y Erotómanas, cuentos del Erotismo Femenino y el
periodismo… y en periodismo también escribo diversos estilos, como testimonio o
periodismo científico, cultural, político…entrevistas, ensayos,
investigaciones….
¿A qué edad publicaste por primera vez?
Depende… a mi
madre se le ocurrió publicar los ‘poemas’ que yo le decía cuando era niña y no
sabía escribir ni leer; luego ya
publiqué yo de adulta…incluso libros que ya no existen. Tengo publicados
cuentos, novelas, ensayos, poesía, poesía de niños y he escrito todos los
géneros. Sueño siempre con escribir, leer, bailar, tejer, pintar, cocinar,
dormir y como Roberto Carlos, quiero tener un millón de amigos…
Ya casi que los tienes, querida amiga, y te adoran como yo. Sonia, hemos
hablado de casi todo y sin embargo… ¡falta casi tanto! Es tan
maravilloso escucharte que podría escribir un libro de tres mil páginas con tus
historias de vida. Sería un libro maravilloso y tal vez, quien sabe, algún día
no muy lejano lo escribamos, juntas. Ahora para terminar quiero preguntarte por
la muerte.
A propósito de
muerte, a mi muerte, quiero ser amortajada con una simple sábana de tela burda
y sencilla. Que me pongan en un ataúd de cartón y que me quemen. Mis cenizas
deseo que las esparzan en el Pacifico Norte en Carmel o en Half Moon Bay,
playas a las que voy seguido, la última está como a 20 minutos de mi casa.
Deseo estar en el Océano Pacífico Norte porque en Viña del Mar, en el Pacífico
Sur, danzan las cenizas de mi madre, quizá de este modo alguna partícula de
ella y mía alguna vez se unan.
Silicon Valley -City Bell
24 de mayo de
2013
Me considero a
estas alturas de mi vida, con todo lo que he viajado y vivido por aquí y por
allí, ciudadana del mundo, ni más ni menos.
Vivo en un
país de emigrantes, en donde lo que más odio, es cuando me preguntan, “Where
are you from?”. En donde las fronteras son importantes quizá más que en otros
países. En donde es importante de dónde vienes tú. Como no me gusta este
interrogatorio que te hacen, he decidido ser ‘ciudadana del mundo’ y parecerme
a esos ‘gansos canadienses’ que cada año emigran desde el Canadá para vivir en
California. En mi caso, ellos viven en cuatro lagunas que hay al frente de mi
casa, adonde voy habitualmente a caminar unos cuatro kilómetros diarios. Me
gusta ver a esos gansos en ese ‘Santuario de Pájaros Salvajes’ que me hace
sentir que vivo en un lugar muy agreste y bello. El silencio impera… Estos
gansos se contonean con toda tranquilidad entre mis piernas, mientras yo camino
entre ellos o con ellos. Hay cientos y se ven diferentes a los pájaros nativos,
a los oriundos de California. En este hermoso parque de pájaros salvajes, ves
otro tipo de animales en estado salvaje y no te molestan ni tú a ellos. La
flora también es salvaje, aunque tiene sus cuidados. En especial te piden que
no alimentes a los pájaros. Nunca te cruzas con nadie caminando aunque hay
guardias tanto a caballo como en camionetas, que cuidan que todo esté en orden.
No los ves; de cuando en cuando, a veces te cruzas con ellos, pero lo normal es
que estén como invisibles. Hay una casa-oficina y allí ves las camionetas; los
caballos no sé dónde los guardan, porque no he visto caballerizas. Es un lugar
agreste, que está abierto todos los días desde las cinco de la mañana hasta las
siete de la tarde. Hay una zona de baños, los que están limpios…también tienes
fuentes de agua fresca para beber si es el caso. Puedes pasear con tus perros
siempre que los lleves con traíllas y para ellos también hay agua. Y por
supuesto, hay unos pequeños postes en donde encuentras bolsas plásticas
negras por si a tu perro se le ocurre hacer algo más que pipí…todo cuidadito.
Da gusto caminar por estos lagos, que creo que este santuario de pájaros
salvajes se llama Lago Lake… Cuando camino por estas lagunas, veo pescadores en
la orilla del frente a la que yo camino. Puedes bajar hasta la orilla de las
lagunas y compartir un poco con los gansos y otros pájaros que están nadando y
tienes de cuando en cuando, unos bancos para sentarte. Esto, aunque no lo
creas, es muy concurrido pero es raro cruzarte con alguien. También hay una
zona donde puedes hacer picnic, tienes que pedir permiso por adelantado para
ello y pagar una cierta cantidad por usar las mesas, los quitasoles y las
parrillas. Esto está alejadito de donde se camina. En estas zonas para caminar
yo hago a veces yoga frente a la laguna que más me gusta y en los bancos hago
gimnasia. Ahora soy de este país y así reza en mi pasaporte… soy
estadounidense; ahora, si te cuento de mi origen, bueno, soy sefaradita
por vientre materno…
"Le he pedido a mi
profe de Danzas Orientales que a mi muerte no
me vayan a llorar
me vayan a llorar
ni a realizar
grandes discursos, recordándome,
quiero que me vayan a bailar y a tocar los
zills o chinchines,
para poder morir con alegría como soy yo"
Sonia, Sonia
es mi nombre y así me gusta que me llames, lo demás son papeles académicos
burocráticos que con mi eterna viajadera,
he estudiado muchas cosas en muchos países, que ya perdí el norte de lo que
soy…Digamos que Soy la que soy. Tengo
un lindo curriculum académico, pero también estoy logrando a mi
edad -a mis Años Dorados o de Platino- un nutrido curriculum como bailarina de Danzas Orientales y otras danzas. Me fascina bailar y como no lo
pude hacer de chica, porque me casé muy joven, tuve tres hijos y luego viajé de
aquí para allá con mi esposo… nos agarró el Golpe de Estado de Pinochet y nos
fuimos del país en forma definitiva. No me fui exiliada, me fui porque el
entonces presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, contrató a mi esposo -que
es Ingeniero de Transporte Urbano y Ferrocarriles- para la Construcción del
‘Metro de Caracas’. Nos fuimos con un contrato por dos años, que duró 17 años y
aún sigo pegada a Venezuela a través de mis dos bellos nietos tropicales a los
que adoro, Daniela Carolina y Juan Francisco. Soy venezolana de corazón. Le
debo mucho a Venezuela en lo personal; como profesional me abrió las puertas de
todo, sin preguntarme nada. Me dio la oportunidad de ser la profesional que
fui, por eso en agradecimiento a como este país se portó conmigo cuando viví
allí, me siento venezolana de corazón y abuela de dos maravillosos seres
venezolanos. Cuando hablo así de Venezuela, la gente cree que soy venezolana,
pero no…soy la que soy, como en mi
cuento del mismo nombre.
No puedo dejar
de comentarte ‘ese otro curriculum’ que no es el que se espera de una
periodista, escritora, profesora, crítica de varias materias, tallerista y qué
sé yo que más…adoro mi curriculum de bailarina anciana. He aprendido bailes de
los más diversos países del Medio Oriente, de África, Grecia, Persia, Líbano,
Turquía, Egipto, Azerbaijan, bailes Persa Contemporáneo, Persa Clásico. Bailo
con bastón-que por cierto, es un baile de hombres, adaptado por las mujeres-
con velo, con espada en la cabeza, con cántaro, con fuego….bailo también con
dos velos --es una belleza este estilo. Son dos medias lunas con las que juegas
mientras bailas y no es nada de sencillo logarlo en forma perfecta. Bailo
fusión Flamenco-Belly Dance, Afro Belly Boogie, Belly Dance Cuban Song, Cabaret
y ahora estoy tratando de ‘inventar’ por mi cuenta, la Fusión Belly Dance-Rumba
Catalana… Siempre adoré bailar, lo llevo en la sangre. Cuando llegué a Chile a
los cinco añitos, a casa de mis abuelos maternos, que estaban radicados allí,
mi abuela me empezó a llevar al cine todos los domingos a ver películas
estadounidenses que estaban de moda en esa época, donde la protagonista era una
bailarina del vientre…De este modo vi bailar y conocí a las mejores bailarinas
de este estilo de los años 30, 40 y 50. Todas famosas hasta hoy. En 1954 vi
bailar flamenco a Virgilio Azahara, con su Trío
Azahara y me enamoré del estilo…mi madre dijo ‘no’, al colegio y punto’.
Pero…tuvo que viajar a Buenos Aires por asuntos de negocios por un par de meses
y una tía, hermana de mi madre, me llevó a la Academia de Bailes Flamencos y Folclore Español, Virgilio Azahara.
Esta tía era casada, tenía una voz maravillosa, era soprano y había estudiado
canto y piano de soltera…se casó y hasta ahí llegó su carrera de cantante de
ópera…Ella, cuando supo que yo quería estudiar baile flamenco, me dijo ‘yo te
llevo’ y no sólo me llevó a la academia, sino que antes me llevó a ver bailar
al Trío Azahara… al año de estudiar Flamenco, Virgilio me ofreció bailar con
él…Yo creí que era ‘bailar con él en la clase,’ ya que era parte del
aprendizaje, pero no, era para ser parte de su Ballet Flamenco Virgilio Azahara. Fui su primera bailarina y mi
éxito como profesional duró seis meses. Me casé y para poder bailar con
Virgilio, como yo era menor de edad y me casé unos meses antes de cumplir
contrato con el ‘Casino de Viña del Mar’ y luego con el ‘Salón Goyescas’ de Santiago,
tuvo que firmar la autorización que en principio mi madre debía firmar, mi
flamante esposo. Me casé un 31 de octubre de 1955 y el contrato que tenía
firmado el Maestro Azahara era hasta diciembre de 1955…así es que me fui a Viña
del Mar a cumplir contrato y también a vivir la hermosa Luna de Miel que me
tocó por allí con el que aún es mi esposo. Luego de cumplir con mi contrato en
Santiago y en el ‘Salón Goyescas’, no bailé nunca más…Hasta que aquí, mi
endocrinólogo y mi nutricionista, me aconsejaron hacer un ejercicio más
aeróbico que caminar, para mi diabetes, porque soy insulino-dependiente, desde
hace algunos años… Y de este modo, cumplí el sueño de mi vida: ser bailarina de
Danzas Orientales. Me inicié en esta
disciplina a los 74 años, sin tener idea de cómo hacerlo y ahora bailo en
diferentes restaurantes de San Francisco y sus alrededores, con mis profesoras
y las demás alumnas. Soy la bisabuela de todas, pero feliz de cuerpo y alma.
También practico ‘Zumba’ y Afro-Belly Boogie, que me fascina, pero mi sueño era
la Danza del Vientre y sus agregados
y con creces lo estoy cumpliendo….Es mi Sueño
Americano cumplido.
He preparado
una coreografía para un unipersonal, con Hala Fawzi. Ella nació en Alejandría,
es ingeniera, además de bailarina, y el solo
que preparamos se titula Melaya Laff, un baile típico egipcio. La melaya es un
manto negro que toda mujer egipcia usa y que la cubre de pies a cabeza. Este
baile es el de la mujer feminista egipcia…me chifla esta danza, tiene algo de danza-teatro, quizás por eso me gusta tanto.
Si no te
hubiera escrito esto, no me sentiría que te estoy contestando con mi curriculum
completo, aunque tendría que escribirte también sobre mi profesión como Diseñadora de Accesorios y Vestuario a
Palillo y a Crochet. Así como estimo que nací de un verso o de un poema,
así también pienso que nací con los palillos y el crochet como parte de mis
extremidades superiores…es genético. Adoramos los textiles. Me fascina tejer y
crear con fibras, las que sean. Hago cuadros de este modo, con todos los restos
de lanas que me sobran de los diversos diseños que creo. Lo que sobra, Carolina
lo usa para sus scrapbooks…reciclamos todo, como la Naturaleza.
La cocina,
como alquimia, es parte también de mis creaciones porque me gusta crear recetas
diferentes. Recetas de todo tipo, así como escribo todos los géneros, así
cocino también. Me gusta usar los ingredientes que nos entrega la Naturaleza de
Latinoamérica y estas recetas las pongo en mis novelas. Siempre tengo recetas
probadas y tragos también de nuestro continente.
Adoro a los gatos y tengo una gata ‘indoor’ que se
llama Simone de Beauvoir y doce “feral cats” en mi jardín. Estos no son gatos
callejeros en los Estados Unidos, sino que gatos semi-salvajes. Ellos nacieron
en mi jardín y yo alimenté y cuidé a sus abuelas primero, luego a sus madres y
ahora a ellos. Son divinos. Comen lo mismo que Simone y cada uno tiene su
nombre. Tienen comida, agua y sus camitas en mi jardín y una casita de perros
para que en el invierno duerman en ella, pero no les gusta mucho. Se sienten
atrapados y sin salida en esta casita. Me gustan mis gatos, los gatos en
general. Adoro la Oda al Gato escrita por Pablo Neruda.
Como puedes apreciar soy tan informal como cualquier californiana, adoro California, es el lugar que me gusta para vivir y para morir. A propósito de muerte, a mi muerte, quiero ser amortajada con una simple sábana de tela burda y sencilla. Que me pongan en un ataúd de cartón y que me quemen. Mis cenizas deseo que las esparzan en el Pacifico Norte en Carmel o en Half Moon Bay, playas a las que voy seguido, la última está como a 20 minutos de mi casa. Deseo estar en el Océano Pacífico Norte porque en Viña del Mar, en el Pacífico Sur, danzan las cenizas de mi madre, quizá de este modo alguna partícula de ella y mía alguna vez se unan. Será mucho más informal, como fue mi madre y como soy yo, que estar en el panteón familiar que compró mi abuelo, cuando murió mi bisabuela más conocida en mi familia, como la Abuela del Café…yo también debería tener ese mote por lo que me gusta el café, antes me tomaba más de un litro de café negro fuerte al día ahora sólo medio litro y sin cafeína... Le he pedido a mi profe de Danzas Orientales que a mi muerte no me vayan a llorar ni a realizar grandes discursos, recordándome, quiero que me vayan a bailar y a tocar los zills o chinchines, para poder morir con alegría como soy yo. Nací genéticamente contenta, alegre, que es bien diferente a estar contenta o alegre…soy la que soy…práctica, voy al grano como los pollos, dura, soñadora, bailarina, escritora, lectora, triste, callada, parlanchina, hedonista y trabajadora, controversial y muy digna de mi signo zodiacal, soy escorpión, amiga fiel de mis amigos y amigas. Y como Roberto Carlos, quiero tener un millón de amigos…quizá lo consiga en Facebook en donde me encuentras todas las noches de California…adoro las redes sociales.
Como puedes apreciar soy tan informal como cualquier californiana, adoro California, es el lugar que me gusta para vivir y para morir. A propósito de muerte, a mi muerte, quiero ser amortajada con una simple sábana de tela burda y sencilla. Que me pongan en un ataúd de cartón y que me quemen. Mis cenizas deseo que las esparzan en el Pacifico Norte en Carmel o en Half Moon Bay, playas a las que voy seguido, la última está como a 20 minutos de mi casa. Deseo estar en el Océano Pacífico Norte porque en Viña del Mar, en el Pacífico Sur, danzan las cenizas de mi madre, quizá de este modo alguna partícula de ella y mía alguna vez se unan. Será mucho más informal, como fue mi madre y como soy yo, que estar en el panteón familiar que compró mi abuelo, cuando murió mi bisabuela más conocida en mi familia, como la Abuela del Café…yo también debería tener ese mote por lo que me gusta el café, antes me tomaba más de un litro de café negro fuerte al día ahora sólo medio litro y sin cafeína... Le he pedido a mi profe de Danzas Orientales que a mi muerte no me vayan a llorar ni a realizar grandes discursos, recordándome, quiero que me vayan a bailar y a tocar los zills o chinchines, para poder morir con alegría como soy yo. Nací genéticamente contenta, alegre, que es bien diferente a estar contenta o alegre…soy la que soy…práctica, voy al grano como los pollos, dura, soñadora, bailarina, escritora, lectora, triste, callada, parlanchina, hedonista y trabajadora, controversial y muy digna de mi signo zodiacal, soy escorpión, amiga fiel de mis amigos y amigas. Y como Roberto Carlos, quiero tener un millón de amigos…quizá lo consiga en Facebook en donde me encuentras todas las noches de California…adoro las redes sociales.
Silicon Valley
24 de mayo de
2013
Sonia M. Martin Escritora (blog)