olvidando el amargo verdoso de ese gesto
todo volverá a ser un “haber sido”
en reciclaje del tiempo.
Ya han vencido sin remedio
la última de las prórrogas
dramática dicotomía de la vida
mi ser se separa inexorablemente.
Me perdí en un denso de llovizna
el amanecer ya ni me alcanza,
quimeras que se insinúan, acaso.
Espejos que copian el firmamento.
Soledad en la calle también.
Venas de escritura prodigiosa.
el camino lleno de piedras grises
en sortilegio de vidas encontradas.
Todo nos reúne al separarnos.
Penetro en claridad de la pureza
con la fuerza vital de mi silencio.
Raíces dulces donde vive el temblor
de mi tesoro.
© María Luisa Báez de Patterson