Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).

Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).


la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


ETIQUETAS

Historias aparecidas: entrevista a Sonia M. Martin y Carolina Moroder, por Daniela Estrada, IPS


 
 Nuevo libro: "Londres 38, Londres 2000. 
Biografías y Testimonios de la Guerra Sucia del Cono Sur"


Dos chilenas radicadas en Estados Unidos se conmovieron tanto con el drama de los detenidos desaparecidos por la dictadura de Augusto Pinochet, que derribaron las distancias y obstáculos para escribir un libro que reconstruye la vida íntima de ocho de ellos en la voz de sus familiares más cercanos.


 Carolina Moroder y Sonia M. Martin


"Siempre que trabajábamos en el libro llorábamos", resumió a IPS Carolina Moroder, autora junto a su madre, Sonia Martin, del libro "Londres 38, Londres 2000. Biografías y Testimonios de la Guerra Sucia del Cono Sur/Chile 1973-2000", editado por Cesoc.

El texto de 190 páginas, lanzado el 6 de este mes, fue escrito a la distancia y casi sin recursos, contaron ambas mujeres que marcharon al exilio en 1976 sin sufrir en carne propia la represión militar.

La idea se le ocurrió a Martin, escritora, periodista y profesora, tras visitar la sede de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) para donar algunos ejemplares del libro que presentaba en ese momento en la capital chilena.

En ese lugar, Martin quedó profundamente conmovida con un panel que mostraba los rostros de los detenidos desaparecidos durante los 17 años de dictadura del hoy fallecido general Pinochet (1915-2006), quien encabezó el golpe de Estado que derrocó el 11 de septiembre de 1973 al presidente socialista Salvador Allende.

Junto a Mireya García, dirigente de la AFDD, eligieron a las ocho personas que protagonizan el libro: siete hombres y una mujer. Prepararon cuestionarios y dejaron cintas para que Gabriela Zúñiga, otra integrante de la entidad, entrevistara a los familiares.

En el libro están las transcripciones de dichas entrevistas, que abordan aspectos tan íntimos como si nacieron por cesárea o parto normal, si eran tranquilos o desordenados, buenos para la lectura o los deportes o si tenían vocación política o de servicio.

"Las voces (de los familiares) son tan poderosas. Se escuchan llorando, contando chistes para poder mantener la calma. Fue tan duro para todos. Yo le agradezco tanto a la gente que aceptó pasar otra vez por este enorme dolor para hacernos saber qué había pasado, para que no todo fuera en vano", apuntó Moroder, licenciada en periodismo.

La primera historia es la de Hernán Sarmiento Sabater, estudiante de séptimo año de medicina de la Universidad de Chile, detenido a los 26 años el 28 de julio de 1974 por efectivos de carabineros (policía militarizada).

En la entrevista, Victoria Sabater, su madre, cuenta que a Hernán le decían el "calladito no más".

Consciente de las carencias que había en su hogar, donde vivía con sus padres, tíos, cinco hermanos y cinco primos, Hernán continuamente decía: "todos piden, todos hablan y yo calladito no más".

El libro también cuenta la vida de Vicente García, detenido el 30 de abril de 1977 cuando tenía de 19 años y posteriormente torturado por efectivos de la represiva Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), ya disuelta.

Su madre, Rita Ramírez, relata que Vicente, el menor de sus tres hijos, alguna vez quiso ser marino y que a los 13 años ingresó a las Juventud Socialista. Ella lo describe como humilde, generoso y deportista.

Alfredo Rojas, ingeniero civil de 34 años, casado, padre de tres hijos, militante socialista y entonces director de Ferrocarriles del Estado, era hijo único de Ana Rojas, madre soltera. Ella lo define como dulce, obediente, amoroso, respetuoso, "político desde niño" y con fuerte vocación de servicio.

Fue detenido y torturado dos veces por agentes de la DINA, antes de desaparecer para siempre el 4 de marzo de 1975. La historia de Álvaro Barrios, estudiante de pedagogía de 26 años y militante del insurgente Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), es reconstruida por dos amigos y por su esposa, Gabriela Zúñiga, quien hizo la mayoría de las entrevistas del libro.

Ellos lo recuerdan como un intelectual, amante de la lectura, hogareño, idealista, observador e inclusive un poco débil físicamente. Después de haber sido detenido el 15 de agosto de 1974 por la DINA, fue torturado en el centro de detención y torturas Londres 38, donde se le perdió la pista.

Otro de los protagonistas del libro, Pablo Aranda, de 20 años y estudiante de tercer año de medicina en la Universidad de Chile, es recordado por su prima, Marcelina Ceballos. Militante comunista, hijo único y con muchos familiares de derecha, Pablo siempre tuvo "alma de líder" y destacaba por su preocupación por los demás, cuenta ella.

Fue detenido el 17 de septiembre de 1973 en el Hospital San Juan de Dios, donde hacía sus estudios prácticos.

Néstor Gallardo, estudiante de ingeniería comercial de 25 años y militante del MIR, desapareció el 28 de septiembre de 1974. Como el resto de los jóvenes incluidos en el libro, es descrito como un niño tranquilo, estudioso, idealista, que nunca dio problemas, según señala su hermana Silvia.

Era dirigente estudiantil, estuvo en Cuba y su meta en el MIR "era lograr cambios en el país para que hubiera igualdad de oportunidades" y se acabara la pobreza, asegura ella.

Su caso está asociado a la llamada Operación Colombo, un montaje informativo llevado a cabo por la dictadura de Pinochet para encubrir el asesinato de 119 opositores como supuestas purgas internas en el extranjero. Este caso se encuentra en investigación judicial.

Juan Chacón, un médico veterinario de 29 años, afiliado al MIR y desaparecido el 15 de julio de 1974, es retratado por su esposa, Verónica Martínez, como "un hombre de gran calidad humana, siempre preocupado de los demás, que se postergaba a sí mismo".

Fue detenido en su domicilio por agentes de la DINA y visto en dos centros de tortura. Su nombre también figura en la lista de los 119, al igual que Jacqueline Drouilly, la única mujer destacada en el texto.

Estudiante de tercer año de Servicio Social de la Universidad de Chile y militante del MIR, Jacqueline desapareció cuando tenía 24 años y un embarazo de dos meses. Su hermana Nicolle la recuerda como una mujer encantadora, inteligente, independiente, muy sensible ante la pobreza y la injusticia social.

Fue arrestada por la DINA el 30 de octubre de 1974 y su marido, Marcelo Salinas, con quien esperaba su primer hijo, también se encuentra desaparecido. De las más de 3.000 víctimas de la dictadura de Pinochet, 1.197 son detenidos desaparecidos. Otras 35.000 personas denunciaron haber sido víctimas de torturas y prisión política.

"Casi todos los desaparecidos a los cuales se refiere este libro tenían una vocación social, eran todos bonachones, bondosos. La mayor parte de los torturados que yo interrogué eran buenos, no tenían ningún resentimiento, no guardaban odio y eso se observa en este libro", dijo a IPS el jubilado juez Juan Guzmán, quien presentó el texto.

Guzmán fue el primero en procesar infructuosamente a Pinochet.

"El libro es parte de lo que hemos llamado la recuperación histórica de la memoria, pero desde el punto de vista humano, del rescate de la persona, de la individualidad, de las particularidades de cada uno", dijo a IPS Mireya García, de la AFDD.

"Los conocemos como víctimas, como detenidos desaparecidos, como procesos, como causas, como hechos, pero no los conocemos como personas", arguyó.

"Tiene que haber justicia en Chile", exhortó Moroder, al tiempo que anunció que van a digitalizar las entrevistas para entregarlas al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos que la presidenta Michelle Bachelet inaugurará en noviembre.

El martes 11, el gobierno lanzó una inédita campaña de comunicación, denominada "Vives en nosotros. Te llevamos en la sangre", que busca incentivar a los familiares de víctimas de violaciones a los derechos humanos que aún no han acudido al Servicio Médico Legal a donar muestras necesarias para identificar posibles restos.

©Daniela Estrada
Agosto 2009


Fuente: Rebelión

A comunhão de todos os tempos, por Floriano Martins, Agulha Revista de Cultura, dezembro 2022, Fortaleza, Brasil

 

∞ editorial | A comunhão de todos os tempos

 



00 | Após as séries “Partituras do Maravilhoso” (2021) e “Surrealismo Surrealistas” (2022) – que será concluída na edição de 25/12 –, a Agulha Revista de Cultura prepara para 2023 uma nova etapa dedicada à reflexão sobre os caminhos da criação artística em nossa época. Durante todo o ano publicaremos duas edições mensais, sempre aos dias 10 e 25 de cada mês, cada uma delas incluindo um total de 10 ensaios que deverão ter um mínimo de 3 mil caracteres. Sob o tema central, “A arte no Século XXI”, os ensaios deverão abordar o modo como política, economia, mídia, mercado, guerras, religiões etc., têm afetado a criação artística em sua perspectiva humanística e quais as projeções para um novo renascimento ao longo do presente Século. Evidente que as escolhas pelos elementos externos serão distintas em cada convidado, de acordo com sua experiência de vida e a natureza de seu trabalho. De igual modo, esses elementos podem ser outros, não devendo haver limitação em face de nossas sugestões. O que desejamos, em tese, é um ensaio sobre as relações entre arte e cultura.



As datas exigidas para entrega dos textos obedecem a uma agenda editorial, assim definidas:

30/12/2022 (para o primeiro trimestre 2023)

28/02/2023 (para o segundo trimestre 2023)

30/05/2023 (para o terceiro trimestre 2023)

30/08/2023 (para o quarto trimestre 2023)

Cada uma das referidas datas só poderá contar com a inscrição de 60 convidados.

Para o momento o que queremos de todos os convidados é que confirmem sua participação em nosso projeto e que definam a própria data de entrega de seu ensaio. Lembramos ainda que os ensaios não devem acompanhar imagens, pois cada uma das edições, como tem sido uma marca da Agulha Revista de Cultura em seus 21 anos de existência, apresenta uma mostra de 48 obras de um artista convidado. Agradecemos a todos, pela renovada cumplicidade.

 

01 | Alguém se surpreende com o modo como as luzes lambem a carne decomposta dos acidentes. Um manancial de sangue decerto altera a modulação do espanto. Tantas vezes a estrada acoberta os desastres que circulamos muitas vezes em volta de espectros de uma dor invisível. Não faltam ocasiões em que nos confundimos com aquele grande clandestino apontado por Aníbal Machado, o que descobriu que o tempo não faz nada às claras, e acabou por compreender que destruição e reconstrução se confundem, e que sacos e sacos vão se enchendo e esvaziando toda a vida. Não há outro sentido na ferocidade virtuosa com que nos enganamos com o destino. É inútil sair a procurar uma razão que se faça mais indigna do que essa. Novamente Aníbal Machado: O temor de que a sociedade possa um dia transformar-se fundamentalmente: Eu tenho defeitos próprios para vencer nesta. Não somos vitoriosos ou fabulosos. Perambulamos entre os pretextos formidáveis de um obscurantismo aviltante. Nossas perspectivas de vida e morte permanecem baseadas em estruturas econômicas, o dinheiro como meio de transporte de um tempo que progride quase sempre em direção contrária ao da comunhão de todos os povos.

 

02 | Em um livrinho mágico que é um dos marcos da entrada em cena do Surrealismo, já em 1919, André Breton e Philippe Soupault reclamam que o imenso sorriso da terra não nos é suficiente: necessitamos dos antigos desertos, das cidades sem arrebol e dos mares mortos. Por esta imagem de Les champs magnétiques começamos nossa viagem, pelo imperativo de descobrir outras dimensões de nossa passagem pela terra. O próprio Surrealismo nasce nos diários de bordo da escuna errante chamada Cabaret Voltaire, e suas intensas reuniões de viajantes.

O automatismo era ali a mecânica de cartas-colagens, a firmação do instante como o carvão propiciador da magia perene da existência humana. A verdadeira compreensão do tempo como um jogo sem fios. A comunicação sublime do eu com seus impronunciáveis outros. Nas páginas da revista Littérature o mundo duplo, que levamos dentro e fora, começa a viajar.

Uma viagem que leva em si tanto dos lugares de encontro como da geografia do espírito de cada um de seus participantes. As multiplicações criativas dos abismos pessoais e o fluxo dos olhares em novas formas de explorar o mundo. Nova teoria de horizontes. Uma metafísica do desconhecido. Por aí a vida vai alcançando sua entranhável altivez polimorfa.

Assim nasce o Surrealismo. Com esse sentido incessante de buscar novas terras. Como um centro de atração dos viajantes mais empenhados em desvelar novos truques de união entre imagem e palavra. O entusiasmo de ir e vir por mundos inapagáveis. Este centro, por impulso de vitalidade, desde seu íntimo tem se afirmado como uma rede de canais em perpétuo movimento. Seu nome não é Zurich ou Paris, mas sim um cabaré e logo um café e mais, as ruas e galerias e portos.

Os jogos e criações coletivas, as alocuções do entusiasmo comum, um sem número de atividades enriquecedoras que permitiam levar seu espírito na bagagem de regresso a vários países do mundo. Desse modo o Surrealismo atracou em outros continentes, chegou a Adelaide, Lima, Tóquio, Rabat etc. O Surrealismo chega ao Japão pelas mãos de Nishwaki Junzaburo (1894-1982) e seu encontro com Takiguchi Shuzo (1903-1979), os dois poetas e artistas plásticos, ou na Inglaterra, graças a Roland Penrose (1900-1984) e a formação de um grupo com David Gascoyne (1916-2001), ou no Peru, com o retorno de César Moro (1903-1956) e sua amizade com Emilio Adolfo Westphalen (1911-2001), e assim foi por todas as partes. Porém quase igual a este modo de impulso do movimento também contribuiu a 2ª Guerra Mundial e seus exílios inevitáveis.

Com o tempo se foi descobrindo que era impensável uma prática ortodoxa do Surrealismo, pois tanto se registravam em seu curso ações grupais como isoladas. Além do mais, as viagens propiciaram uma reciprocidade que foi pouco a pouco agregando novas perspectivas, alterando os erros de formação, sem deixar de se basear em sua tríade fundamental: o amor, a poesia, a liberdade. Era necessário livrar-se dos eufemismos da ortodoxia para criar novas visões de si mesmo e do mundo. Nisso o Surrealismo cresceu ao ponto de ser o movimento cultural mais importante do século XX.

Um de seus erros clássicos derivou da rejeição de André Breton de conhecer outros idiomas além do francês. Com isto pôs em cena uma presença mais plástica do que poética no surrealismo internacional, deixando sob certa obscuridade a grandeza da obra renovadora de muitos de seus poetas. O próprio Breton, acerca da imagem surrealista, anotou no primeiro manifesto:

 

Para mim, não o nego, a mais forte é a que apresenta o mais alto grau de arbitrariedade; a que requer mais tempo para ser traduzida em linguagem prática, seja por conter uma enorme dose de contradição aparente, seja por um de seus termos estar curiosamente oculto, seja por, tendo-se apresentado como sensacional, parecer que termina fracamente (que fecha, bruscamente, o ângulo de seu compasso), seja por tirar de si mesma uma justificativa formal derrisória, seja por ser de natureza alucinatória, seja por, muito naturalmente, conferir ao abstrato a máscara do concreto ou vice-versa, seja por implicar a negação de alguma propriedade física elementar, seja por provocar o riso.

 


Esta força de variados timbres provém tanto da imagem plástica quanto da imagem poética. Seu valor transcendente radica na profundidade da imaginação. Bem o compreendia Benjamin Péret, ao dizer que a poesia é a forma natural de pensamento da humanidade, ou seja, a poesia como explosão do pensamento em seu ambiente tanto poético quanto plástico. O poema, através da visão surrealista, alcançou a transmissão das verdades mais essenciais ao homem – aquelas que estão feitas de permanente risco e aventura sem fim.

Poetas como César Moro, Enrique Molina, Ludwig Zeller, descobriram uma chave de raízes entrelaçadas que os conduz aos mais altos graus da criação poética em língua espanhola. O mesmo se pode dizer dos gregos Odisseas Elytis, Andreas Embirikos e Matsi Chatzilazarou. De igual modo podemos pensar no japonês de Kansuke Yamamoto, Kitasono Katue e Takiguche Shuzo, ou no inglês de Max Harris, Joyce Mansour ou Philip Lamantia. Os exemplos se reproduzem em muitos outros idiomas e essa chave radica não no antagonismo entre mundo auditivo e mundo visionário – como defendia Breton, elegendo o auditivo como a forma maior de concepção do poético –, mas sim como uma fusão dos dois e sem esquecer os demais sentidos.

Ainda estamos por conhecer as esferas encadeadas do Surrealismo na poesia de incontáveis países. As janelas abertas dessa tempestade que avança muito além dos conceitos de tempo e espaço. Um século se passou desde a escritura de Les champs magnétiques e o palco de maravilhas que foi a revista Littérature. Um século desde a compreensão dada pelas colagens de uma nova realidade. Um século desde a aventura transcendente dos jogos coletivos, onde a verdadeira poesia se faz no reconhecimento – jamais na submissão – do outro. Essa alquimia dos sentidos atua como uma prova a mais da vastidão do pensamento, como as letras de fogo que ampliam nossa permanência na terra, e sua esfera mágica – a soma do angélico e do demoníaco que brinda o Surrealismo – é o que há construído tudo em nosso tempo.

 

03 | A nudez e o teatro celebram uma peregrinação mística pelo tabuleiro da existência. De um lado a transfusão perene dos fluidos da inocência e da luxúria, de outro a representação da essência do próprio ser. Ao escrever sobre a fotografia de Sara Saudková (República Tcheca, 1967) – artista convidada da presente edição de Agulha Revista de Cultura, e cabe mencionar a generosidade com que nos recebeu –, o crítico Emilio Bellu observa que ela mostra o poder do relacionamento tcheco com o corpo, a sexualidade e a curiosidade que são difíceis de encontrar em outras culturas. Sua obra plástica é ainda muito ligada à de Jan Saudek, com quem realizou muitos trabalhos comuns – Fiquei completamente surpresa com o mundo dele e sua personalidade me atraiu muito –, porém se deixamos pousar livremente o olhar nas fotos de Sara, no que pese a coincidência da teatralidade, das fotografias encenadas, compostas como tableaux vivants, logo percebemos que sua dramatização fotográfica não contempla a abjeção que tanto singulariza a estética de Jan. Ao contrário, em Sara, o erotismo, acentuado em seu íntimo pela força expressiva do uso de fotos em preto e branco, procura imprimir em sua linguagem animada a sensibilidade feminina em busca de uma simbologia própria, onde o desejo e a maternidade são personagens valiosos. Sara, que também tem escrito alguns romances, destaca, no tocante ao este equilíbrio arriscado que consegue imprimir em sua fotografia, que, na montagem dos cenários, todo prazer é redimido com algum problema ou tristeza, cada problema é substituído por alegria e felicidade. A densidade surrealista de sua obra, em especial no plano de sua criação livre, é intensamente ampliada pelo humor e a graça de uma linguagem que se mostra ser outra, inesperada e reveladora. 


Floriano Martins 



 





 

∞ índice

 

ALFREDO MARGARIDO | Surrealismo negro

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/alfredo-margarido-surrealismo-negro.html

 

ANTÓNIO CÂNDIDO FRANCO & MANUEL SIMÕES | Duas vezes Carlos Loures

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/antonio-candido-franco-manuel-simoes.html

 

CARLOS M. LUIS | Eros, violencia y surrealismo

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/carlos-m-luis-eros-violencia-y.html

 

CÉSAR BISSO | Las razones de Roberto Arlt para inventar otra sociedad – Aproximación a su novela Los siete locos

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/cesar-bisso-las-razones-de-arlt-para.html

 

DARRAN ANDERSON | David Gascoyne, Surrealism and the Vanishing Muse

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/darran-anderson-david-gascoyne.html

 

FLORIANO MARTINS | Ernest Pepín, Caribe y Surrealismo

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/floriano-martins-ernest-pepin-caribe-y.html

 

JOSÉ ÁNGEL LEYVA | Armando Romero, movimiento y quietud de la poesía

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/jose-angel-leyva-armando-romero.html

 

KIRILL KOBRIN | Las tentaciones de Pierre Molinier

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/kirill-kobrin-las-tentaciones-de-pierre.html

 

GUILLERMO AGUIRRE MARTÍNEZ | La huella de lo sagrado en la poesía de Juan-Eduardo Cirlot

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/guillermo-aguirre-martinez-la-huella-de.html

 

VALÉRIA METROSKI DE ALVARENGA | A cidade dos mortos: o mundo imaginário do artista polonês Zdzislaw Beksinski

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/11/valeria-metroski-de-alvarenga-cidade.html 

 



Sara Saudková


Agulha Revista de Cultura

Número 218 | novembro de 2022

Artista convidada: Sara Saudkovà (República Tcheca, 1967) 

editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com

concepção editorial, logo, design, revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS

ARC Edições © 2022

 






                


 

∞ contatos

Rua Poeta Sidney Neto 143 Fortaleza CE 60811-480 BRASIL

floriano.agulha@gmail.com

https://www.instagram.com/floriano.agulha/

https://www.linkedin.com/in/floriano-martins-23b8b611b/ 

                             http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/.





Beatriz Iriart: El Viento Triste que llega del Sur, por Félix Esteves


Leer el trabajo de Beatriz Iriart no es nada fácil, pero su dificultad no esta en que escribe en sanscrito o en arameo ni en otro idioma ya olvidado, o porque adorna con exacerbado amaneramiento sus poemas… su dificultad reside en lo triste de sus versos, en lo amargo de su lirismo, en el sabor de nostalgia o de culpa que te deja en el alma cuando los leemos. En cada palabra, en cada línea sentimos el dolor de esta poetisa que nos trasmite su duelo o que nos hace descubrir los nuestros.

Hace tiempo que no veo a esta gran poeta y amiga, nuestro contacto es a través de las redes sociales o de nuestros blogs, no obstante me es inevitable que cuando recito sus poemas, porque apenas me llegan sus trabajos poéticos los leo en voz alta, que su saudade impregne todo lo que toca, que conmueve cada rincón y me llegan a la mente sus enormes ojos tristes llenos de lejana melancolía o su risa de abandonado piano que toca su última melodía. Sus poemas son el viento triste que me llega del sur… que difícil es leerte Bea… y sin embargo… es una tristeza con la cual no puedo dejar de vivir.


© Félix Esteves
Caracas, octubre 2010

Fuente: Los Mínimos y Máximos


Cuento y poemas de Gladys Lopreto



CREACIÓN

Dios tomó las arenas del desierto, que volaban como llovizna fina al menor soplo del viento, y con manos expertas y un poco de agua y fuego modeló un cuerpo de singular belleza: no podría haber sido de otro modo, se trataba de la concreción de su propia esencia abstracta. El generoso pecho divino, invisible, sus muslos robustos, también invisibles, sus ojos que lo veían todo pero a los que nadie veía, pudieron ser recorridos con la vista, contemplados, deseados, en cada trayecto de piel, en cada prominencia, en cada hueco del cuerpo de arcilla. Cuando finalmente le sopló la vida, el hombre abrió los ojos y no vio a nadie, pues envuelto ya en túnicas de aire transparente, Dios se alejaba rápido hacia las alturas.

Hasta allí le llegó la melodía de un lamento: sonaba tan dulce como Salicio en la Égloga Primera, a veces grave como Quasimodo: Ognuno sta solo nel suol dela terra, traffito da un rayo di sole…, no importaba en qué lengua —a Dios no lo afectaba la diáspora babélica—, que comprendió que era su estatua viviente, el hombre. Y temió que se disgregara en la arena primigenia, ya que sabía que la expresión lírica es tan bella como insostenible y que despierta la atracción de los abismos. Entonces, como además de escultor y biólogo también en aquella época era maternal, Dios dijo:

—No es bueno que el hombre esté solo.

Allí fue cuando creó la mujer. Para ello no necesitó repetir el procedimiento: ya tenía medio camino hecho, la arcilla preparada, por lo cual no se entretuvo soñando a medida que mezclaba la tierra y el agua y luego la sobaba con energía y la acercaba al fuego, gozando con las llamas juguetonas, como cuando había hecho al hombre sino que, ya se sabe, tomó un pedazo de masa previamente convertida en carne o en hueso vivo. Todo fue más rápido, tal vez debido a las urgencias masculinas, y quizás por eso Dios la quiso menos y hasta le tomó un poco de fastidio a la nueva criatura: los antiguos, aquellos que tuvieron algún encuentro del tercer tipo en esas épocas, así nos lo dan a entender. No estaba bien eso de querer a un hijo más que al otro, pero bueno, de todos modos es comprensible, es humano; además eran sólo sus criaturas, al fin y al cabo ajenas, extrañas, porque los amigos, los verdaderos compañeros de parrandas y aventuras estaban en otro lado; así que los dejó que se miraran el uno a la otra intensamente y decidió bajar el telón ahí mismo. Lo demás ocurriría entre bambalinas. O en cualquier otro lugar. Como alguien lo dijo alguna vez, en el lugar de lo sagrado.

Al tiempo, un nuevo lamento. Era triste, era bello, tal vez algo elemental, no le recordaba a ningún autor conocido. Tenía olor a sangre y a negrura, a cavernas y a salitre. No podría continuar en su placidez divina mientras lo oyera, por lo cual decidió volver al mundo, oculto entre sus mantos invisibles. Y descubrió a la mujer, sola. Él la había inventado para que el varón no estuviera solo, y en cambio era ella quien ahora lo estaba. Vaya a saber por qué: ingratitud, olvido, la guerra, el marketing… Ese no había sido su proyecto, algo le había fallado, algo había escapado a sus previsiones. Entonces se dijo para sí, mascullando, como por decir algo:

—No es bueno que la mujer esté sola.

Pero ya la Biblia estaba escrita y no se le podría agregar un párrafo más o escribir entre líneas —lo cual invalidaría el resto—; además mucha agua había corrido y había mucha gente que sabía muchas cosas, profesionales de todo tipo; era difícil armar una explicación ignorando bibliografía autorizada y prestigiada por la comunidad científica, y tampoco por la vía de los hechos se podía hacer nada; quedaba lejos la época de los panes y los peces, así que decidió regresar, tal vez para siempre, a sus solares. Antes, se hizo visible por un brevísimo instante en que permitió que ella lo conociera, la miró fijo a los ojos y le dijo, cuidando que su entonación no trasuntara ninguna ideología:

—No es mi problema.

© Gladys Lopreto


Elegía 
No me duele tu muerte
me duele tu no-vida

me alegro al recordar que a veces sonreías
erguido entre los vahos del aire familiar
reposando los ojos sobre las hojas verdes
las ramas silenciosas
los trazos que perfilaron el hijo

o navegabas horas en tu mundo de música
volviendo en las maderas al país de tu infancia

te dormiste en el sueño
sin saber que tus dedos nunca harían el camino
concreto del teclado
ni que yo te daría un lugar en mis versos
y amaríamos una calle de árboles que se abrazan

sin bailar con los dedos en la fina cintura
ni rozar la cabeza de un chiquilín travieso
sin levantar el arma para afirmar la tierra
de los pueblos en lucha

alguna vez lloraste los afectos perdidos
la vida incomprensible
la derrota del justo
pero aún creías

yo me quedé despierta
para saber de tu ida con los sueños intactos

©Gladys Lopreto




Botero
Cada tanto amanezco en la laguna.
De este lado hay tormenta, se sacuden las ramas y parecen quebrarse,
el agua suspendida esfuma los contornos y me interno en la niebla
que se enreda entre juncos y arbustos de la orilla.

Sé que en algún momento asomará el botero.
Va y viene transportando en su bote vacío
-de pie, embozado, pálido, casi no tiene rostro,
nada pregunta, sabe que es cruzar su destino
y ahoga las palabras en sordo chapoteo.

A mitad de su viaje
en la fría quietud me tenderá los remos.
No debo conmoverme o quedaré prendida,
condenada a virar de una a la otra orilla.

Apenas sienta el choque de la quilla en la costa
saltaré donde hay luz y arena transparente.
©Gladys Lopreto




Con Amor
Hoy, como dice la Esquivel,
hice la comida con amor.
También con gas y con aceite
y con otros elementos,
por eso puedo decir
que traje las compras con amor,
que pagué las boletas con amor,
que lavé los platos de anoche
con amor,
que barrí las migas del piso
con amor,
que lavé los pañuelos
y los colgué
y luego los doblé
todo con amor,
y corregí -perdón: leí, evalué- los trabajos
de los chicos
con amor,
y busqué un fragmento musical
para ilustrar la clase
con amor,
y atendí al sifonero
con amor,
y preparé la mesa
con amor,
y levanté la mesa
con amor,
y a mi amigo un café
con amor,
y después me fui a la cama
con dolor
de espaldas. 

© Gladys Lopreto



La mujer de la baldosa
 De noche señora
sobremesa y tertulia
ocio y espirales placenteras
un libro una revista
o reposo abandónico de huesos y razones
mientras en la pantalla se completa una historia redonda y ejemplar.

Por la mañana
la espera la baldosa
allí los pies bien firmes
en el breve perímetro
a sus espaldas alguien
apunta: no moverse
las manos aletean por aquí por allá vencejos bajo el agua
los platos los vasos de la noche anterior
el noble acero
el cajón de los cubiertos
las tazas del desayuno
y como afuera hace frío también los pañuelos y las medias
y después la cuchilla
la tabla de picar

y los ojos miran lo próximo lo inmediato
junto al brillo cuadriculado
mientras escucha la radio y tararea los jingles
y cada tanto recuerda
que Sor Juana aprendía Física al freír de los huevos
y la Monja Gitana hacía dulces con las toronjas en Cristo

(aunque es difícil cuando a las once hay que ir a la panadería)

Pero la olla está humeando
y la mesada lustrosa
el que apuntaba se ha ido

ya se puede saltar de la baldosa hacia el mundo.
©Gladys Lopreto



El Abrazo
 Me abrazaste una tarde,
abarcaste mi cuerpo
con tu cuerpo de campo, manos de carpintero.
Vibró mi vieja piel en las líneas del tiempo
y hasta las ramas bajas descendieron las aves
custodiando el momento.

Fue también mi abrazarte rodeándote de aromas
y de oscuros silencios,
no tenías olor y te impregné del mío
a resinas del bosque, a líquenes y flores
pero ya estaba escrita
tu partida.

Algo se me quebró cuando te fuiste
algunas ramas altas
y lloraron mis hojas
afinadas y duras.

Para mi eternidad fue muy breve tu abrazo.

Te alejaste impregnado de mi humor y mi aliento.

Yo me quedo mirando
por encima del bosque
los caminos que vienen desde el lejano norte
y pienso en tu regreso.

©Gladys Lopreto

Blog: Gladys Lopreto