Así pequeña que ni siquiera tengo una memoria,
descanso apoyada en tu pecho, probablemente escuchando tu latido, pero ahora
también siento el mío que hasta hace unas semanas estaba dentro de ti. Es
hermoso pensar que por un tiempo tuviste dos corazones, dos cerebros, dos vidas
dentro de ti. Descanso tranquila sobre ti, quien me dio la vida. Ahora, ¿qué
puedo darte yo? Quiero regalarte las ganas de amar, el deseo de ser amada y la
capacidad de creer que ser feliz, alegre y radiante como estos pendientes dorados
es solo el comienzo. ¿El comienzo de qué? El comienzo de una vida que empieza
de nuevo, toma forma y cambia como desees. No es solo hoy tu fiesta, será todos
los días.
©Daniela Vinci