Introducción de Nathan Novik
Este es un artículo que hace diversas
afirmaciones respecto del sionismo, que representan una manera típica de cómo
muchas veces se tergiversa las bases mismas de movimientos que nacen como el
caso del sionismo, para encontrar una solución práctica a problemas
específicos, reales e indesmentibles. Pongo el texto del artículo y después de
algunos párrafos un comentario.
La historia y sus hechos pueden interpretarse
de muchas maneras. Y de hecho es lo que sucede según quien sea que hace “la
historia”. Lo que no cabe es tergiversar lo que existe como “dato” ni entregar
“soluciones” sin viabilidad alguna. Es lo que comento en letras “cursivas”
poniendo Com N° X NNM.
La ideología sionista por Débora Cerio, Observatorio de Conflictos, Rosario, Argentina
El contexto histórico del surgimiento del sionismo
Con el
término "sionismo", derivado de la palabra Sión[1],
se define al movimiento nacionalista judío surgido en Europa a finales del
siglo XIX y cuya figura más representativa fue el periodista de origen húngaro
Theodor Herzl, en cuyo libro "El Estado Judío", publicado en 1896, se
recogen las ideas principales de este movimiento.
Como plantea Abraham León[2],
el telón de fondo de la irrupción del movimiento sionista fue la rápida
capitalización de la economía rusa después de la reforma de 1863, que volvió
insoportable la situación de las masas judías de las pequeñas ciudades. En
Occidente, las clases medias, trituradas por la concentración capitalista,
comenzaron a volverse contra los judíos cuya competencia agravaba su situación.
La Organización Sionista[3] surgía
como el programa de un sector de la gran burguesía judía, que terminaría siendo
dominante dentro de ella.
Para León el sionismo procura asentarse en una explicación religiosa
para justificar su existencia. Según la interpretación ad hoc del
sionismo, en el año 70 de la era cristiana, los judíos fueron expulsados de
Jerusalén, que estaba siendo ocupada por los romanos. Esta expatriación fue la
famosa Diáspora, que dispersó a los judíos por los cuatro puntos cardinales;
los judíos habrían buscado por dos milenios el retorno a Eretz Israel,
considerada en la Biblia
la patria de los judíos. Véase en las palabras del fundador del sionismo,
Theodor Herzl:
“Nadie es lo bastante
fuerte o lo bastante rico para transportar un pueblo de
una residencia a otra. Esto puede hacerlo solamente una idea.
Parece que la idea de Estado posee esa virtud. Los judíos no han cesado de
soñar, a través de toda la noche de su historia, este divino sueño: ‘¡El año
que viene, en Jerusalén!’; son nuestras palabras tradicionales. Ahora se trata
de mostrar que el sueño puede transformarse en una idea clara como el día.”[4]
Sin embargo, el movimiento sionista es una reacción de la pequeña
burguesía judía, que, duramente golpeada por la creciente ola de antisemitismo,
tuvo que desplazarse de un país a otro para escapar de la persecución. Es
que, tal como sostiene León la ideología sionista es, como toda ideología, el reflejo
desfigurado de los intereses de una clase. El
sionismo es la ideología de la pequeña burguesía judía, oprimida entre el
feudalismo en ruinas y el capitalismo en decadencia. (Com. 1 de NNM).
Com.1- Discutible afirmación. Las
persecuciones y pogromos en toda Europa no fueron “solo” a la burguesía judía,
sino a todos los judíos de cualquier tipo: incluía desde las grandes ciudades a
las pequeñas aldeas (shtetls en idish,) donde la pobreza de sus habitantes era
clara y notoria. El sionismo no nace por aspectos de índole económico sino como
reacción política que busca retornar al “hogar nacional” judío en términos de
lo posible para la época. En este caso, un país para los judíos, de propia
soberanía, de manera que tenga la
autonomía para poderlos recibir y amparar en caso necesario. No es entonces una
“ideología de la pequeña burguesía” como señala el texto, sino una ideología
política laica que reconoce los vínculos espirituales del pueblo judío con
Jerusalén y la zona que los romanos denominaron “palestina” y con una alta
dosis de influencia socialista, tanto socialdemócrata como marxista que busca
una solución práctica para un problema evidente.
Siguiendo a León, el sionismo es producto de la última fase del
capitalismo, del capitalismo que comienza a descomponerse. Sin embargo,
sostiene que su origen se remonta a un pasado bimilenario. Y si bien el
sionismo es esencialmente una reacción contra la crisis del judaísmo generada
por la combinación del desmoronamiento del feudalismo con la decadencia del
capitalismo, afirma ser una reacción contra la situación existente desde la
caída de Jerusalén, en el año 70 de la era cristiana.[5]
(Com. 2 de NNM).
Com.2.- Lo que debe vincularse es el tema de la judeofobia,
principalmente en Europa, y sus consecuencias y la búsqueda de una solución
para el pueblo judío, de manera de tener un “hogar propio” que los acoja en la
certeza de que allí no serán perseguidos por el hecho de ser judíos. Como sin
duda el primer congreso sionista coincide con el período histórico de
surgimiento de los países (siglo IXX) es que se busca la constitución de un
“país judío” que tenga la misión de acogerlos, aún cuando respetando la
diversidad de credos y visiones del mundo. Lo que interesa es la soberanía para
decidir políticamente la acogida del judío que lo requiera.
Esa historia de los judíos, tal como es contada por los sionistas, trata
de crear el telón de fondo para justificar la ocupación de Palestina. Así,
después de la violenta dispersión de los judíos por obra de los romanos, los
judíos no habrían podido asimilarse en las naciones a donde emigraron. Imbuidos
de su "cohesión nacional", "de un sentimiento ético
superior" y de "una indestructible creencia en un Dios único",
habrían resistido a todas las tentativas de asimilación[6].
Esto no fue realmente así, ya que hubo a lo largo de esos dos mil años
innumerables casos de asimilación. Sin embargo, de acuerdo con la historia
construida por los sionistas, la única esperanza de los judíos durante esos
días sombríos que duraron dos mil años era retornar a la antigua patria. Com. 3
de NNM)
Com 3.- El sionismo está lejos de querer justificar “ocupación de
Palestina”. Si se lee el libro de Hertzl “Patria Vieja Patria Nueva”, su
visión es compartir con los habitantes que existan en el lugar. Si bien la
novela trascurre en Palestina, con una visión cooperativista e integradora de todos los habitantes, con
conexión con los demás países vecinos vía ferrocarril, no fija límites al país
que Hertzl imagina. Si bien es una novela, refleja el ideario sionista del
autor. La ligazón espiritual del judío con esa zona es enorme. En la Torá (Antiguo Testamento), la
palabra “Jerusalén” aparece 700 veces. Nunca dejó de haber presencia judía en
esa zona, por los casi 2000 años trascurridos desde que los romanos destruyen
el Templo y generan el exilio de la mayor parte de estos. El sionismo NO NACE
por un tema de asimilación y abandono de la religión judía, como señala la
autora del texto, sino por una reacción a las persecuciones y
discriminaciones. No hay una “historia construida por los sionistas”, sino
hechos evidentes, (persecuciones y discriminaciones), que culminan con el
nazismo que buscan 7 generaciones hacia atrás para descubrir “sangre impura”
(“judía”) para acarrearlos a los campos de exterminio. Las persecuciones,
pogromos y discriminaciones son un “hecho de la causa”. El sionismo “no
inventa la historia”, sólo busca solucionar de manera practica una repetida
historia de discriminación y muerte.
En esta misma perspectiva, hay que decir que no se puede, como hacen los
defensores del sionismo, compararlo con los demás movimientos nacionales. El
movimiento nacional de la burguesía europea fue una consecuencia del desarrollo
capitalista que reflejó la voluntad de aquélla de crear las bases nacionales de
la producción, de abolir los resquicios feudales. Pero en el siglo XIX, época
de florecimiento de los nacionalismos, la burguesía judía, lejos de ser sionista,
era profundamente asimilacionista. El proceso económico que hizo surgir las
naciones modernas creaba las bases para la integración de la burguesía judía en
la nación burguesa. Sólo cuando el proceso de formación de las naciones
culminó, cuando las fuerzas productivas dejaron de crecer, constreñidas por las
fronteras nacionales, comenzó el proceso de expulsión de los judíos de la
sociedad capitalista y el moderno antisemitismo. La eliminación del judaísmo
acompaña la decadencia del capitalismo. Lejos de ser un producto del desarrollo
de las fuerzas productivas, el sionismo es justamente la consecuencia de la
total parálisis de ese desarrollo, de la petrificación del capitalismo. Así,
mientras el movimiento nacional es un producto del período ascendente del capitalismo,
el sionismo es fruto de la era imperialista. La tragedia judía del siglo XX es
una consecuencia directa de la decadencia del capitalismo.[7](Com.
4 de NNM)
Com 4 NNM: Insisto: A pesar de que la burguesía judía, especialmente
aquella de mejor nivel económico se quiso “asimilar” entendiendo por ese
término abandonar la práctica de la religión judía, las persecuciones y las
discriminaciones siguieron igual para todo tipo de judíos, religiosos, libre
pensadores, socialistas, o asimilados. Bastaba que fuese judío por ascendencia.
Ocurrió en toda Europa, en la
Rusia zarista y mas tarde con Stalin, en casi todos lados con
influencia cristiana oficial o soterrada. Por supuesto que el “movimiento
nacional judío” o sionismo tiene un fundamento diferente a los movimientos
nacionales en Europa. El tema de la judeofobia NO NACE de lo económico ni puramente político,
sino que se fundamenta en miles de años en que la Europa cristiana alimenta
la judeofobia acusándolos de “pueblo
deicida”. Eso de manera sistemática desde los púlpitos hasta pasados la mitad
del siglo 20. El nazismo sin tener raíces cristianas, es sólo un nuevo modo de enfocar la judeofobia.
El sionismo se impone como solución práctica con respeto a los habitantes
que había en la
Palestina. Se
generaba un país de amplia base social y con respeto por las demás religiones,
credos, formas de pensar y/o opciones de vida de cada cual. Pero con una
misión clara: Proteger y amparar al judío que lo requiera. Y ese es el moderno
estado de Israel, con todos los defectos propios a cualquier país moderno.
Justamente ahí está el principal obstáculo para la realización del
sionismo, la llave para comprender la crisis que se vive en Palestina desde la
fundación del Estado de Israel. La decadencia capitalista, base del crecimiento
del sionismo, es también la causa de la imposibilidad de su realización. La
burguesía judía se vio obligada a crear un Estado nacional y asegurar las
condiciones para el desarrollo de sus fuerzas productivas justamente en la
época en que las condiciones para eso desaparecieron hace mucho tiempo. La
decadencia del capitalismo, si por un lado colocó de forma tan aguda la
cuestión judía, por otro vuelve imposible su solución por la vía sionista.[8]
Com 5 de NNM)
Com 5 NNM.-
La decadencia del capitalismo es más una decadencia del ser humano en su
desenvolvimiento integral. Podríamos hablar de la decadencia del
socialismo también, dado que ningún país socialista ha logrado hasta ahora
imponerse como un régimen de libertad, justicia y equidad. La decadencia es de
otro tipo. Es humana. No hemos trascendido los egoísmos personales. No hemos
desarrollado el valor de la inclusión del otro, ni la empatía, ni el respeto
por la diversidad. Y eso en todas partes. Es mucho más que un “problema
político o económico”. Vá más allá que el análisis de tipo marxista
economicista. En la época actual (siglo
21, año 2014), el mundo está constituido por países, teóricamente
“independientes” que tratan de funcionar en medio de un imperialismo financiero
con dominio de medios de producción y recursos naturales ejercido por enormes
Corporaciones Transnacionales vinculadas al primer mundo. El sionismo, cuya
concreción práctica es el estado de Israel, genera un país más en el planeta, tratando
de “manejarse” en este mundo. Si alguna
vez desaparecen los países y se crea un “orden mundial” diferente, más justo,
más incluyente, menos agresivo que el actual, producto seguramente de un mayor
desenvolvimiento del ser humano, Israel no será necesario, ya que todos
podrán convivir en paz y respetarse mutuamente. El sionismo ya no será
necesario y quizás que pasará con todas las actuales religiones, pueblos y
culturas.
Eso marca como un hierro candente el carácter de clase del movimiento
sionista. Es cierto que los pioneros de la colonización de Palestina eran artesanos,
pequeños comerciantes pobres, personas sin grandes posesiones y que ni
Rotschild ni la gran burguesía judía enviaron a sus hombres a colonizar la
tierra en Palestina. Esto fue la base de los intentos de crear una imagen
"plebeya" y hasta "obrera" y "socialista" del
sionismo.[9] Pero
el sionismo –y no hace falta decirlo después de la ocupación colonial y la
limpieza étnica- no es socialista y lejos está de serlo. El sionismo es el
movimiento de una burguesía que buscaba “librarse” de los judíos europeos para
calmar la furia antisemita y frenar su creciente participación en los partidos
de izquierda. Para establecerse necesitaría el apoyo del imperialismo que lo
colocaría como su gendarme en Medio Oriente.( Com 6 NNM)
Com 6 NNM.- La colonización de
Palestina fue tal como se dice en el texto, de
artesanos, gente sin grandes posesiones que gracias al apoyo de algunos judíos pudientes
al movimiento sionista y a que el país era desértico casi en su totalidad,
salvo en el norte, donde había tierra fértil y grandes pantanos, la tierra
era de bajo valor relativo. Sin embargo nunca fue fácil la inmigración al
lugar ya que tanto el Imperio Otomano como el británico ponían trabas a la
inmigración, muy especialmente a la judía. Nunca hubo, ni pretende haber
“limpieza étnica” alguna. Eso está reñido con los principios éticos del
judaísmo y del Talmud, y el sionismo como movimiento político laico, si bien
tiene una enorme influencia socialista también la tiene del margen espiritual
del judaísmo. Israel nace como estado socialista democrático y respetuoso de
todos los cultos y formas de pensar. El que como en todas partes existan
personajes que tengan odiosidades determinadas hacia otros, está lejísimos de
representar lo que piensa y siente el pueblo de Israel y los judíos en general.
No fue el imperialismo el que ayudó al estado de Israel recién nacido.
Fue un país que en ese entonces (1948) era socialista o de “planificación
centralizada”, Checoeslovaquia, quien aportó las armas para que los israelíes
del naciente estado se pudiesen defender
de 6 países árabes que le declaran la guerra. Y dieron crédito para ello. Lo
demás es “dato histórico”. Seis guerras más y muchos incidentes de parte de sus
vecinos tienen a Israel subsistiendo de quienes hasta hoy lo amenazan con
“borrarlo del mapa”.
Nota final de NNM
Este artículo continúa latamente con el tema. Más adelante se acusa al
sionismo de “racista”. Señala textualmente: "la solución de la cuestión judía no consistía en luchar para acabar con
el antisemitismo y conseguir la total igualdad de los judíos en los países
donde vivían, sino en separar a los judíos de los que no lo eran”
¿Cómo se
puede “luchar para acabar con el antisemitismo”? Es imposible luchar respecto a
ello, ya que a veces es un prejuicio demasiado arraigado, como lo señalo en Com
4. ¿Cómo un movimiento político puede conseguir “la igualdad” de los judíos en
diversos países donde por siglos los han prejuiciado culminando en la
civilizada y culta Alemania donde surge el nazismo??
Se hacen
afirmaciones casi risibles.
La autora de este artículo hace afirmaciones carentes de sustento histórico y
de viabilidad practica en este mundo. El párrafo recién referido es una
ilustración al respecto.
¿Se puede
acusar de “racista” al sionismo por pretender una solución viable para el tema
de las persecuciones judías? El hecho de ser el único país del mundo cuya
misión es asegurar que los judíos tengan un lugar pequeño como lo es Israel
para poder llegar y ser ciudadanos sin temor a ser conculcados en sus derechos
civiles no lo califica de racista, ya
que ello no implica discriminar a cristianos, musulmanes, libre pensadores,
ateos, o lo que sea, que tienen todos los mismos derechos como ciudadanos
israelíes.
Se
miente, se distorsiona, se exigen cosas imposibles en este mundo y en este
momento. Se trata de “ajustar” ideologías o situaciones a determinadas
metodologías. Pero se termina dando visiones complicadas y finalmente sin
asidero real. Eso pasa con este artículo acerca del sionismo, que por lo demás,
con otro lenguaje posiblemente, lo he visto repetido en su esencia, en varias ocasiones.
Es bueno
tener una visión diferente. Es respetable. Pero también es bueno tratar de respetar
los hechos de la historia y dejar de lado posiciones que buscan descalificar y
generar odiosidades. A veces se inventan “conspiraciones” donde Israel y los
judíos tienen terribles y siniestras intensiones. Todo es posible. Internet
está lleno de ellas. Y también hay
autores de ascendencia judía como Finkelstein con sus videos de conferencista
“docto” que oculta parte de la
información con lo que manipula al
auditorio, o Illan Pappe que quizás con que intensión, simplifican y culpan de
todo al sionismo y a Israel. Terminan haciendo en mayor o menor extensión algo
similar a lo que hace el presente artículo. Escuchando a Finkelstein me parecía
increíble la superficialidad y ocultamiento de datos gruesos para hacer
aparecer como que toda la solución es simple en la palestina…. Que todo depende
de Israel!! Y la gente se la cree porque es ignorante y muchas veces además es
prejuiciosa. Qué duda cabe de que Israel como país, y
con sus respectivos gobiernos, en un estado de permanente guerra y tensión pueden
tener errores tremendos y políticas exteriores inadecuadas. Todo eso es posible.
Y de hecho pienso que esto ha sucedido.
Pero de allí a “buscar un único culpable de todo” es simplemente evitar
la búsqueda de una salida viable a una compleja situación existente. Y lo peor: generar mas odiosidades
en lugar de acercamiento e inclusión. Es inventar un enemigo único, un “chivo
expiatorio”, el mismo de siempre.
Si realmente buscamos y deseamos una solución para
el actual tema de israelíes y palestinos, tenemos que aceptar e incluir a ambos
en la solución. No se saca nada práctico,
no se llega a ninguna solución con
seguir analizando e interpretando la historia de esos pueblos y de esa zona
tratando de deslegitimizar a alguna de las partes. Ni toda la zona es de “los
palestinos” ni de los israelíes. Ni el
sionismo es una ideología “diabólica”.
Este tema
entre israelíes y los palestinos árabes se habría solucionado hace mucho tiempo
si estos últimos hubiesen formado en 1948 su país árabe en Palestina, tal como
lo recomendó la ONU. Y
la solución práctica es sionista: A
la imposibilidad de tener un sólo país laico donde todos convivan amigable y
pacíficamente, dada la idiosincrasia del mundo árabe, donde las controversias
se suelen “solucionar” en base a guerras civiles y violencia, la única salida
es Dos países que se respeten, que se
ayuden y que vivan en paz y prosperidad: no hay otra solución. La
solución NO ES militar, ni violenta, ni de desaparición de una de las partes:
es una solución política, diplomática, de inclusión mutua.
©Nathan Novik M.
Ingeniero Comercial UCH. Analista.
Puedes leer el artículo completo de Débora Cerio aquí.