Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).

Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).


la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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"Prima Facie»: el desafío de ser mujer en la abogací texto y fotos Lía Rueda, Ciudad de México, 28 de abril de 2025

 




“Prima Facie”, de la australiana Suzie Miller, bajo la dirección de Camilla Brett y con la actuación de Regina Blandón. Las mujeres juristas ejercen la abogacía de forma distinta a los hombres, con códigos casi secretos. Deben ganarse la confianza para adueñarse de la sala de un juzgado, pues en los tribunales se requiere paciencia, coraje y resistencia. El liderazgo lo ejercen quienes te prestan los escritos, y no cabe duda: un abogado hombre quizá tenga más suerte para que las pasantes le prioricen sus documentos.

Tessa, una exitosa abogada, tiene el don de defender, investigar y analizar con discreción para ganar casos. Normalmente, estos llegan a ella al azar, por lo que no queda más que aplicar lo aprendido en la facultad de Derecho. Cada caso implica investigación exhaustiva y confiar en el cliente, demostrándole que nunca pierde. Sin embargo, en el juego de la ley —mientras la corte decide entre el fiscal, el juez y las normas—, las reglas se aplican según conveniencias. Como dice el mantra forense: “Nunca se pierde, solo se queda en segundo lugar”. Ganar es complejo: hay que sacar las garras, olvidar el glamour y demostrar que saliste de la carrera con un promedio impecable.

Tessa confiesa que los estudiantes de leyes son quienes cambiarán el país, aunque compitan entre sí. Nunca hay que asumir que alguien dice la verdad; cada quien cuenta su versión, y el abogado no debe juzgar. Pero, ¿quién tiene la verdad absoluta? Es una guerra de manipulación, donde alguien gana y otro pierde. El sistema retórico de Tessa impacta a sus colegas en el despacho donde trabaja.

“Prima Facie” —expresión latina que significa “a primera vista”— en derecho se refiere a un reclamo con pruebas suficientes. Tessa, astuta y especializada en defender a hombres acusados de agresión sexual, enfrenta un giro inesperado que la deja sin palabras.

¿Podrá Tessa desafiar las leyes, siempre insuficientes, para ganar el caso?

Este unipersonal lleva a Regina Blandón a entregarse por completo en un viaje complejo, interpretando a 12 personajes con una tenacidad impecable y magistral, dejando al público en pie ovacionando. Una obra imperdible para abogados(as) y amantes del teatro.

“Prima Facie” se presenta en el Teatro del Centro Cultural Helénico (Av. Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn), en una corta temporada del 26 de abril al 11 de mayo de 2025. Funciones: sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00. Recomendada para mayores de 15 años.

 Lía Rueda
Texto y fotos
Corresponsal en México
28 de Abril de 2025








Fanny Arjona, cantante lírica y actriz: “El público está aburrido y carente de opciones” / entrevista de Ana María Hernández Guerra , Venezuela Sinfónica, Caracas, 5 de noviembre de 2016

 



A propósito de la culminación de la temporada de obras y musicales en el país, la actriz y cantante lírica Fanny Arjona analiza el tema de las producciones de espectáculos, que se debaten entre la urgencia por producir ganancias y la necesidad de mostrar calidad artística



La improvisación –como algo no previsto o no preparado- no forma parte del vocabulario de Fanny Arjona.

A la cantante lírica y actriz, con sólida formación artística, le preocupa el devenir de las puestas en escena que se ofrecen en Venezuela. Y sí, por una parte, está el llamado “tema país”, del que por mucho padecerse, no se describe; también está el hecho de que los espectáculos, precisamente, por garantizarse un aforo repleto, buscan abastecerse con más nombres de estrellas del firmamento farandulero que de talentos, lo cual da, como resultado, obras que no satisfacen plenamente el requisito artístico y de calidad.

Este es un aspecto que a Arjona le preocupa, y del cual conversa.

-¿Qué importa más en las obras, en los musicales? ¿la capacidad actoral, la taquilla, el talento para cantar?

-A ese punto hay que responder con total sinceridad. En un medio artístico lógico, lo que primero se tomaría en cuenta es si los candidatos en cuestión tienen la facultad para cantar, unida a las necesarias condiciones actorales. Pero en un medio tan exótico como éste, la primera consideración que se tiene en cuenta es la ganancia. Lo que se busca primordialmente es que el elenco esté conformado por actores que sean “caras conocidas”, preferiblemente con proyección en televisión para asegurar una buena taquilla. Si cantan o no, es algo que después se ve en el camino y se soluciona según sople el viento. No hay mayor consideración más allá de si básicamente afinan o no. Clases o talleres, ensayos y profesores de ocasión, están considerados para salir del paso.

-¿Cree que hay un problema de formación artística en el país?

-Hay un problema grande y evidente en relación con la formación y salida a la palestra por afán de figurar, apremio alimentado por la presión de producciones y productores inescrupulosos, con objetivos claros de rentabilidad comercial. Y hacia ese punto están enfocadas también muchas “escuelas integrales” actuales, que le hacen el juego al sistema comercial.

-¡Claro que hay un problema, uno enorme! Hay profesores, referentes serios y sustentados, claro que los hay, pero de los que el comercio huye por impaciencia y obligación de “marketing”. Lo importante es producir rápido y cobrar, no importa qué. Gracias al bombardeo sistemático basado en la pobre concepción de cartelera y oferta teatral, el público ya está lo suficientemente atontado, aburrido y carente  de opciones, como para aceptar cualquier oferta al paso.

-Mucha improvisación…

-Últimamente la gente “se forma a sí misma” de la noche a la mañana, sin referentes, en tiempo récord, instantáneamente. “Hay que resolver” es la consigna y sobre ese parámetro se sustenta la medianía, que no exige ni es exigida pero sí vendida. Si alguien sale bien librado del compromiso, es debido al sustento de su formación particular anterior a estas décadas. En un entorno inmediatista como éste, es fácil encontrar jóvenes aspirantes, espontáneos, animadores, modelos, dilettantes y ganadores de concursos de belleza que de pronto son “actores” que “hacen teatro” y  “cantan”. Allí yo diría que lo más propio es llamar las cosas por su nombre para decir en toda regla que lo que hacen es comercio. “Ganapanes” los llamaba mi maestro…

-Y lo ideal sería contar con talentos formados tanto para la música como para la actuación.

-En el ámbito del canto lírico, hay excelentes cantantes que nunca han sido formados ni entrenados actoralmente, pero al menos son músicos, tienen escuela e instrumento a punto, restaría aportarles seriamente lo que les falta. Como contraparte, del lado teatral hay estupendos actores, unos pocos con condiciones idóneas para el canto y formación leve, y otros a los que sencillamente natura negó toda posibilidad con el canto y la música. Muy contrariamente de lo que sucede en el ámbito del canto académico, en el canto popular “canta” quien sea, cuando sea, sin importar el parche en el ojo.

-Como formato, el musical tiene presente y futuro en otras partes del mundo ¿lo tiene realmente en Venezuela?

-Toda forma artística depende de sus intérpretes y su supervivencia, de la calidad de los intérpretes mismos, tanto como del soporte económico para su proyección. Cuando hablas del musical, estás hablando de un gran género, muy exigente, de un esquema pre-establecido y formateado en Broadway, como ineludible referencia. Sería aventurado afirmar si el musical tiene o no futuro en el país, donde su aparición en cartelera ha sido más bien azarosa en el tiempo, si bien con más presencia en los últimos años. En el presente hemos visto grandes producciones esporádicas de gran formato y muchos yerros unas, con mayores aciertos otras, pero siempre de carácter transitorio. También hemos visto iniciativas de pequeño formato de cámara, conformadas por un ensamble instrumental ad hoc, de carácter monologal prácticamente, con clara proyección comercial y de calidad variable, que no pueden ser identificadas con el término de “musical” en toda regla.

-¿De qué dependería ese futuro?

-El futuro del musical depende de muchos factores, principalmente, el del aspecto de formación individual del artista para ofrecer un producto acabado, cualquiera sea su especialidad. Esa es la base sobre la que se asientan otros importantísimos condicionantes como viabilidad económica, realización, costo de los boletos y permanencia en cartelera, aspecto éste que en Venezuela es absurdo y totalmente contrapuesto a la naturaleza esencial de ese tipo de espectáculos.  Aquí se han hecho grandes esfuerzos tratando de elegir buenos casts para grandes títulos ocasionales, inversiones millonarias en meses de ensayos y pocas funciones; más publicidad han obtenido los preparativos que el espectáculo mismo. Muchas veces, con resultados muy discutibles.

-Por lo general -y he allí la razón de ser de un musical-, un título dura años en cartelera y con elencos intercambiables, que van renovándose y sustituyéndose según pasa el tiempo. En el país se han hecho inversiones importantes en musicales con ciclos fugaces, con suerte llegan a uno o dos meses en mini-temporadas de fines de semana; complementadas luego con representaciones aisladas, dentro o fuera de la capital. El único musical que conozco estuvo a sala llena y con una larga temporada en su momento, fue “Historia de un Caballo de León Tolstoi/ dirigida por Carlos Giménez con su grupo Rajatabla con un récord de 100 funciones continuas.

Fanny Arjona y Ángel Acosta en "Historia de un caballo", de Tolstoi, dirección de Carlos Giménez. Foto: Roland Streuli

Fanny Arjona en "Historia de un caballo" de Tolstoi-Carlos Gimenez. Foto: Roland Streuli


-Ignoro qué pueda deparar el futuro, pero mirando bien la situación actual y en medio de una crisis económica creciente, el gran musical es un formato arriesgado con pocas posibilidades de subsistir, tanto por sus exigentes niveles de inversión y preparación, como por cast idóneo y co-responsabilidad profesional. Por los momentos, está destinado a ser materia media de consumo masivo, es decir, a ser un espectáculo con medianías, para hacer negocio y no arte, no en el mismo empaque. Con honrosas excepciones.

-Si para los productores, lo comercial se impone a la calidad de la obra ¿cuál podría ser una salida honrosa, desde su punto de vista?

-Ya el hecho de que la calidad sea soslayada en una propuesta para ser ofrecida al público no es sólo un contrasentido, sino un irrespeto. Salidas honrosas creo que es precisamente el slogan detrás del que se han amparado muchos productores y directores con afán comercial para ofrecer espectáculos de dudosa calidad. En mi opinión, creo que en principio el problema debería enfocarse en depurar el medio profesional en lo posible para luego pensar en los títulos, y llegados a ese punto, pensar en un esquema adaptado a este medio, con sus posibilidades y limitaciones y en el que puedan tener cabida las producciones de compositores venezolanos. ¿Por qué no? Pero lo principal, y creo que eso responde a tu pregunta, es que los productores salgan de su estrecho cerco de farándula y miren más allá de la televisión y se documenten, vayan al teatro, a la Ópera, al ballet, a los conciertos, a ampliar su cultura, su nivel de información y sus radios de acción.




-¿Cómo hacer para que un productor sepa, conozca sobre el trabajo de los artistas, de los músicos formados?

-El ámbito de los productores comerciales es un ghetto cerrado poblado por misses, modelos, figuras del momento, cronistas de chismes y lugares de moda. Interesar a un productor para que acceda al mundo desconocido del espacio sinfónico por ejemplo, es ardua tarea. Sinceramente no sé de ningún productor de ese medio que vaya motu-proprio a ningún concierto, allí todo depende de su interés individual. Pero creo que allí los periodistas tienen un importante papel para dar a conocer e informar a ese sector tan desasistido y colaborar en las mejoras estructurales de esa dinámica, haciéndoles conocer de alguna forma quién es quién y el trabajo que ha realizado. Una sección configurada en alguna página web al efecto, una revista, alguna publicación, es lo que se me ocurre pudiera servir para esos fines. En ese sentido, creo que los profesionales de la comunicación social podrían servir igualmente como catalizadores sinérgicos e interactivos para las secciones gerenciales de teatros por ejemplo, aportándoles a éstas los nombres de distintos productores. Esto, con el fin de que puedan serles extendidas invitaciones a aquellos para sus programaciones.

-Usted es un referente artístico en este tipo de obras ¿dónde están otros artistas así?

-Gracias por lo de referente artístico. Los otros artistas como yo, según expresas, lamentablemente no abundan. Aclaro esta afirmación rápidamente, primero, porque muchos actores reconocidos han hecho sus carreras teatrales sin cantar nunca ni pretender hacerlo, y segundo porque muchos cantantes sólidos han mantenido como norte principal su carrera musical, sin preocupación ni ocupación manifiesta por su parte actoral.

-También debo aclarar que en lo que a mí respecta, lo digo no por ego, sino porque yo me exigí no sólo profundizar en mi formación teatral integral con los mejores maestros del momento, sino que también me esforcé y mucho, para no conformarme con cantar en rango genérico -y aquí debo disculparme por la libertad de tan largo paréntesis-. Yo me negué rotundamente a cantar boleros que es lo que la mayoría de las actrices hace, con más o menos fortuna, con más o menos habilidades, con más o menos talento y es lo que abunda. Desde mis inicios en el Teatro, me apasionó el canto lírico y paralelamente hice mi formación técnica a la par del desarrollo de mi carrera teatral, cosa para nada fácil. Una obra tras otra, desde los clásicos del Siglo de Oro español hasta los musicales precisamente, los ensayos, las giras, todo tuve que intercalarlo con mis clases de canto, de danza y de música.

-Comencé con el maestro Francisco Kraus y pasado el tiempo con la profesora Yazmira Ruiz, a la que debo tres Premios Nacionales de Canto Lírico y otros reconocimientos internacionales. Ingresé al IUDEM y luego hice muchas master-class dentro y fuera del país, la más reciente con la soprano Rayna Kavaywanska en Italia. Con ello quiero decir que llevo igualmente la vida de un cantante lírico, vocalizando, leyendo música, montando repertorio, trabajando con un repertorista, haciendo Ópera sobre un escenario, por lo que considero anexé esa herramienta a mi condición originaria de actriz. Eso me ha permitido continuar con la inserción de mi trabajo y enfoque actoral en el ámbito de la música académica y llevar mi oficio teatral a la Ópera, lo que me resulta apasionante.

-Pero la formación necesaria, por fuerza y límites del medio, ha debido ser y sigue siendo de índole personal y parcelada, de modo que si un actor quiere cantar, depende sólo de su legítimo interés y disciplina individual lograrlo. En el país encontrarás, por ejemplo, en el canto académico magníficas voces sin bases actorales, pero con talento -eso es redimible- y buenos actores con condiciones básicas para el canto, pero todo en medida potencial, medianamente desarrolladas según las circunstancias. Son pocos los actores que pueden cantar seriamente.

-Creo que son precisamente los proyectos los que impulsan al crecimiento profesional en este sentido y es mucho más fácil encontrar a actores que puedan cantar y vayan paulatinamente cumpliendo etapas evolutivas en ese sentido, que a cantantes que actúen. Y definitivamente, vas a encontrar a esa clase de profesionales en el Teatro.

-Aparte del talento artístico ¿podría ser que haya también algún problema de dirección escénica, dirección artística, concepto de montaje, cantidad de ensayos, nivel de compromiso de los talentos?

-Comenzaré diciendo que todos los elementos que confluyen para un montaje, están inevitablemente entrelazados y son interdependientes. De este modo, no es posible catalogar de “bueno” en su totalidad un espectáculo si el vestuario o la escenografía por ejemplo, son de mediocre realización, todo cuenta, todo está involucrado. Iré por partes.

-En el campo de la Dirección Escénica que mencionas, hay un enorme bache, con bases profundas en la ausencia de formación teatral. Hoy día pululan las agrupaciones teatrales unas con más trayectoria que otras, con directores más o menos formados, pero el musical es otra cosa, otro estilo, otro género. Y tal como sucede en el terreno de la Ópera, aquí hablamos de un lenguaje escénico especializado, en el que el Director no sólo debe manejar los elementos básicos de un montaje teatral, sino que debe rebasarlos, pues hay otros componentes en el conjunto –aquí necesariamente de gran formato de la escena-, que deben ser manejados (cuerpo de baile, figurantes, músicos, etc) y otros profesionales con los que se trabaja en estrecha relación (coreógrafos, compositores, directores de orquesta, etc).

-Actos de fe…

-Con ello quiero decir que quien asume este rol, debe por fuerza no sólo poseer una sólida información sobre el género que lo respalde para su resolución, sino que también -e idealmente-, debería ser capaz de leer una partitura o al menos de seguirla si no sabe leer música, conocer de danza, de canto y tener buenas bases de manejo de masas sobre el escenario. Eso como cuestión básica. Pero lo que realmente sucede en la realidad es que muchos directores espontáneos asumen tal responsabilidad en la total ignorancia del género y sus requerimientos, confiando en que “funcionará” por la dinámica misma del montaje, por la fe sobre su fuerza de voluntad, la pericia o proyección de sus protagonistas o en la ingenuidad de que “el paquete” que viene comprado por fuerza y que obliga sea remontado sobre sus cánones originales, se limitará al poco esfuerzo de la copia. Los más hábiles y con más oficio, son quienes salen bien librados del asunto, pero la gran mayoría que aborda el género lo hace una vez más, basado en la improvisación, pensando más en el interés económico que en la calidad sustentada de lo que pueda ofrecer. Honrosas excepciones incluidas.

-Faltan los talentos…

-Del terreno de la producción artística hemos hablado suficientemente, de la cantidad de ensayos y el nivel de compromiso profesional falta otro tanto, teniendo en cuenta que ambos están íntimamente relacionados. Es este último el que marca la pauta, tanto como para la selección del cast, como para establecer cuántos ensayos son necesarios para lograr un buen resultado. Con esto quiero decir que la honestidad profesional juega un gran papel a la hora de aceptar un compromiso y que a pesar de la impronta extravagante que denota este medio, lo ideal es que para un musical, los involucrados canten. Pareciera una perogrullada, pero el contexto demuestra justo todo lo contrario.

-¿Eso qué implica?

-Un profesional sin técnica ni oficio para el canto, pero presionado por su imagen a participar en un montaje de esta naturaleza, requerirá obviamente un mayor número de ensayos que otro mejor formado para alcanzar un resultado aceptable. Pero sucede que “aceptable” no debería existir ni en el léxico ni la dinámica de un profesional que se precie, no puede haber medias tintas ni autocomplacencias cuando se trata de ofrecer un espectáculo al público, cualquiera sea su naturaleza. Para mí es sencillamente inadmisible. Y allí, justo en el ejercicio de ese concepto, comienza la mediocridad a bullir y corroer lenta y profundamente.

-¿Podría ser más específica? ¿Cuál ha sido su experiencia?

-Sucede que según los cronogramas aleatorios de producción “no hay tiempo” para más ensayos, hay que quedarse con éste o con aquella “porque es la que resuelve”, “el que se lo sabe” y no hay más chance “para que otro se lo aprenda”. Cuando la realidad abruma como una ola y el montaje “no camina”, entonces emerge la salida desesperada de lanzar el anzuelo a un profesional a última hora, para que “resuelva” en veinte días o menos, lo que aquél no pudo en tres meses. Y lo digo con todo el peso de la experiencia propia. Eso, en el caso de una resolución feliz. Cuando no, vemos lo que abunda: un musical en el que sólo dos actores de un elenco de cuarenta, pueden cantar realmente.

-He sido sorprendida en estos meses, constatando que una conocida actriz que no posee ni instrumento, ni técnica, ni training para cantar, ha logrado una cierta salida digna de su embrollo, entonando rítmicamente con la orquesta su parte musical y dotándola de fundamento netamente actoral, lo que lo hizo creíble. Claro, es un asunto muy bizarro ese de no cantar en un musical, pero así van las cosas y esa es la realidad de este medio, en líneas generales.  Llegados a este punto, hay que echar mano del célebre dicho que reza “no es culpa del ciego, sino el que le da el garrote”.

-Es grave la situación…

-Creo que una anécdota cercana puede ayudar a resumir en una, todas las preguntas que has hecho y que me parece son un fiel reflejo del laxo estado actual de respeto al público y la relación -inexistente hoy día- entre formación, desempeño profesional y oferta comercial. No hace mucho, asistí por invitación a un musical muy promocionado por estos días y lo menos que puedo decir es que acudí a una experiencia surrealista (a precios injustificadamente elevados y pleno de caras conocidas). Una corrompida copia foránea en la que el protagonista no era actor, ni director y muchísimo menos cantante, pero asumía todas esas facultades alegremente, recién aterrizado de la nada; con extrema improvisación y muy poca honra. Lo primero que el señor de marras (que no nombraré) hizo tan pronto apareció, fue salmodiar un texto ininteligible, desafinar al punto de escándalo y estar a contratiempo con la Orquesta, con la cara más dura que he visto nunca en escena. Un verdadero faux-pas que no figuraría ni un día en los predios off-off-off-off Broadway, una verdadera vergüenza.

Fuente: Venezuela Sinfónica

FANNY ARJONA: Blog / XInstagram

Nota: El video es un agregado de este blog.








El primer actor José Luis Montero en Informe para una Academia de Kakfa, el próximo 16 de mayo


 


En esta oportunidad la Sala Experimental y el Club de Teatro del Teatro Baralt de Maracaibo, presentan el estreno de Informe Para Una Academia, pieza teatral inspirada en uno de los grandes escritores de la literatura universal: Franz Kafka.

Paradigma histórico y literario, Kafka escribe sus novelas y cuentos en las postrimerías del siglo 19 y en las primeras décadas del 20. La cultura de Kafka influye en autores como Albert Camus, Milan Kundera y Haruki Murakami, entre muchos otros.

Informe Para Una Academia es una adaptación homónima de uno de los cuentos más importantes de Kafka, publicado en 1917, donde se juega con un género que mezcla el realismo con lo fantástico. En su argumento, un simio, buscando escapar del cautiverio, logra evolucionar por medio del habla hasta la condición humana, por lo cual los académicos le requieren que comparezca ante la academia dando cuenta de esta experiencia.

La versión y puesta en escena responde a las necesidades planteadas por un teatro contemporáneo donde el texto literario y clásico está supeditado a la búsqueda de un lenguaje original para la representación. 

La dirección escénica está a cargo de Alfredo Peñuela, y la interpretación cuenta con la presencia del primer actor de Maracaibo, José Luis Montero, cuyo récord de actuación no tiene parangón en la ciudad. También será apoyado en escena por el mismo Alfredo Peñuela y el debut de Andrés Brea en los roles secundarios.

JOSÉ LUIS MONTERO 

Nació en Maracaibo. Realizó estudios en la Escuela de Teatro "Inés Laredo" y en la Sociedad Dramática de Maracaibo que complementa con una intensa preparación en danza y en el manejo de la voz. Luego se traslada a Caracas e integra los elencos de la Compañía Nacional de Teatro de Isaac Chocrón y el Grupo Rajatabla de Carlos Giménez, además de participar en producciones de cine, teatro y televisión de la mano de Román Chalbaud. Ha figurado como actor invitado en diversas agrupaciones teatrales y ha sido dirigido entre otros por Miguel Narros del Teatro Español de Madrid, Raúl Brambilla del Teatro Colón de Buenos Aires y Nenni Delmestre del Teatro Nacional de Croacia.
Ha participado en más de cuarenta montajes teatrales con los cuales se ha presentado en los más importantes escenarios de Venezuela (incluído el Teatro Teresa Carreño) y de América, Europa y Asia. Además ha participado en once telenovelas, cinco unitarios para tv, diez películas y en una serie de cien micro programas de radio. Cuenta con varios reconocimientos siendo los más importantes el Premio Municipal de Teatro de Caracas en 2004 y la Orden al Mérito en el Trabajo en su Primera Clase en 2009. Es el primer actor de El Club del Teatro, proyecto teatral residente del Teatro Baralt.

Luna Negra, por Fanny Arjona, Caracas, 30 de Abril de 2025



Lucy Ferrero



Un espacio pleno de vacío y un pozo lleno de silencio, con mil compases que ya no cantan. De nuevo otro obituario, de nuevo el mismo mal fatídico, de nuevo Semana Santa, que arrastra consigo los dolores del Señor. También tú ahora, tan pronto y pasando por la vía del Calvario sin Cireneos, enmudeciste para siempre.


Todos a uno, se agolpan ahora los recuerdos que pugnan y regresan sin aviso los días en que jugaba a las escapadas para oírte cantar, camuflada en los salones donde tu voz y tu sonrisa se enseñoreaban, los conciertos a los que acudimos para aplaudirte, tus historias, las tertulias, los proyectos, los gratísimos encuentros en tu casa, con nuestro común amado Juan Carlos Núñez, en la que siempre hubo un piano dispuesto que indefectiblemente él terminaría tocando; los mojitos de Ricky, las ocurrencias de “Mami”, las largas conversaciones plagadas de tu cultura y gentileza, las anécdotas de camerino… Todo se ha ido ahora tras de ti, alma generosa de tu lejana Cuba. Que sea ahora para ti perpetua la eterna luz.


Gracias por tu amistad franca y sin dobleces, por tus sonrisas, por las coincidencias y los momentos compartidos, gracias por las horas de apoyo, solidaridad y admiración mutuas, gracias por tu testimonio de entrega en cada escenario, cada concierto, cada trazo de música que acuñaste; gracias por la historia de leyenda que signaste en este país. Te recordaré con inmenso afecto, siempre.


Gracias, Lucy, mi querida, mi admirada y eterna Diva.


Dicen que las leyendas no mueren, más ha terminado ya para ti el sufrimiento.


Nos inclinamos reverentes ante tu camino, tomando de la mano la justa compasión y sin embargo, ¡que inexplicable resulta ahora comprender tu ausencia!


Sólo quedan permanentes esta admiración y este cariño rubricados a toda prueba, para entregarlos acompañándote al infinito, donde ahora entre los astros, tu voz se expande…






©Fanny Arjona


Cantante lírica, actriz y escritora venezolana. En 2009  ganó el Concurso Internacional de Canto Lírico Ciudad de Cervinara en Avellino, Italia.  Su actuación en dicho Festival, le valió la invitación –como única latinoamericana participante en el evento- a audiciones de convocatoria exclusiva para cantantes de la Unión Europea en el Teatro del Giglio, en Lucca. Es también la primera venezolana que ha logrado ser admitida en un reducido número de participantes en las Master Class de la reconocida soprano búlgara Rayna Kabayvanska.


Ha cantado en calidad de solista con la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, Orquesta Sinfónica de Venezuela, Orquesta Municipal de Caracas, Gran Mariscal de Ayacucho y Orquesta Sinfónica de la Ópera, bajo la conducción de los Mtos. Alfredo Rugeles, Juan Carlos Núñez, Rodolfo Saglimbeni, Antonio Delgado y Ángelo Pagliuca.  Formó parte activa del staff de la Compañía de Ópera Memoria de Apariencias de la Camerata de Caracas, bajo la dirección de Isabel Palacios.


Como actriz formó parte del importantísimo grupo Rajatabla de Carlos Giménez, siendo dirigida por él en númerosas obras con las cuales recorrió gran parte del mundo, destacándose La Muerte de García Lorca  y  Bolívar de José Antonio Rial,  La vida es sueño de Calderón de la Barca y el musical  Historia de un Caballo de León Tolstoi.


Como escritora es autora del libreto Los Albores de la Revolución, espectáculo multidisciplinario para actores, cantantes, Coro y Orquesta del Mto. Juan Carlos Núñez, concebido para exaltar la gesta independentista de Francisco de Miranda y del libreto de la  obra sinfónica Amazonía del Mto. Núñez. También hizo una versión de “La Orestíada” de Esquilo –para laCátedra Latinoamericana de Composición Antonio Estévez- y la del libreto original de “La Viuda Alegre” de Léhar.


Actualmente asume la autoría del libreto “Gringo enamorado”, junto al artista plástico José  Augusto Paradisi  Rangel.

 


TRANSFONDO, por Rodolfo Molina, Córdoba, 2 de mayo de 2025



Internet





Resulta común cuando vas donde un médico a ventilar cualquier problema de salud y recibes de él una atención esmerada que estimula la confianza y hasta siente que mejoras ¡Que agradable sensación! 


Yo, en lo particular, siempre he guardado un gran respeto y admiración a los galenos de bata blanca e igual con ése caminar, rápido y decidido. Da la impresión que han sido entrenados para comportarse de ésa peculiar manera.


Los médicos que he conocido, por fortuna, me han resultado de entrada fácil, de calidad humana incuestionable. Algunos dirán que cuando hablo así, es porque estoy varado en el tiempo o viviendo en los espacios fantásticos de Narnia.


Escuché hace muy poco a un médico decir, que ese espíritu de entrega que tienen los médicos es de origen cultural. Esto parece tener algo de verdad, si lo medimos en base a su esencia humana y de sensibilidad espiritual calificada.


Deduzco que esta confianza que uno le da al galeno proviene de ése primer encuentro en donde uno recibe, con pudor, el despojarse de todo lo que uno lleva encima.


Además, si ése médico, hombre o mujer, fiel al compromiso hipocrático, estudioso, abierto a la indagación y de probidad médica es a su vez, afable, cordial, amable, no podría uno más que sentir alagado y complacido de encontrarse en el mejor de los lugares.


Pero éste sueño encantador, que ha merecido los mejores calificativos, se esfuma, como quién corre una cortina y devela una realidad sorprendente.


Después de aparecer aquella "cosa" horrorosa llamada "virus de la pandemia" se rompieron todos los esquemas como quien parte un espejo con un martillo y éste estallan en mil partículas.


A partir de aquí, para mí, se abrieron todos frentes de batalla: "La cosa" abrió sus fauces en los laboratorios,  farmacias.  Los encierros se activaron, cada quien tenía una cárcel en casa. Máscaras de todas forma y colores, sacudiendo los ánimos de la ciudadanía. Todo guiado por los siniestros intereses del mercado y el poder político.


Es entonces, cuando mi médico, el conocido, sometido al inesperado acontecimiento se desgarró las vestiduras y entró en la vorágine zarandeando por el laberinto de las inconsciencias.


Por supuesto, no es justo generalizar en éste colosal desbarajuste. El problema ahora es que, quedamos lesionados en éste pandemonio. Nos encontramos con el "sobresalto constante" de llegar a un Centro Médico u Hospital en estado de alerta suprema.

Al  entrar al consultorio no sabes que hacer, ves al médico ubicado en una distancia sorprendente, al fondo del consultorio, está allá, lejísimo. Con mascarilla todavía puesta. Sin mirarte, y en esporádicos momentos cruza una mirada de refilón, que te hace tratar de descubrir que hay en ese extraño personaje nacido de "La cosa".


Él escribe sin cesar en la computadora. Preguntas y más preguntas que no quiere oír, y desde la larga distancia, sin escuchar claramente lo que dice, regresan respuestas indescifrables. Y si desde su boca tapada llega algo casi telegráfico, es para decir: "Con la presente hoja vaya a la farmacia y compre los medicamentos, ahí va todo lo que le he indicado y si necesita alguna explicación se la pide al farmacéutico".


¿Cómo se sentirán todos aquellos que hayan tenido una situación parecida a la mía? Y sé preguntarán, deduzco ¿qué se hizo mi médico de confianza, aquel audaz y atrevido que podía, con mi consentimiento, revisar hasta la profundidad de mis oídos? ¿Dónde está aquel qué  podíamos ensalzar como el Ser el que después de Dios venía él?


Vamos a ver: Será que en el devenir de nuestro tiempo presente se compagina con las frases poéticas de Gustavo Adolfo Bécquer cuando en su hermoso poema presagiaba ...


"Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar,

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán.

Pero aquellas que el  vuelo refrenaban

tu hermosura y mi dicha a contemplar,

aquellas que aprendieron nuestros nombres…

esas… no volverán" ...


Vaya, ¿No?

 


©Rodolfo Molina

Corresponsal en España de Escritoras Unidas & Cía.

 

Director de teatro venezolano, productor, actor, diseñador de vestuario y escenografía, docente, gerente cultural, pedagogo teatral, dramaturgo, guionista cine. En 2024 dirigió con gran éxito en España la obra “El Terrible Juan Chicote”, versión de “Lucy es Pecosa” de Triunfo Arciniegas y publicó su obra de teatro “Los Invisibles”, de venta en Amazon.


Fue fundador del Festival Internacional de Teatro de Los Andes, Teatro Móvil Campesino y El Theatrón Centro Dramático (Mérida). Ex Presidente del Consejo Regional de Teatro del Estado Mérida. 


Algunos Premios: Gran Medallón de Honor del Festival Internacional de Teatro de Expresión Ibérica (Porto-Portugal); Ciudadano Meritorio de la Ciudad de Mérida; Premio Juana Sujo; Subsidio Honor de la Casa del Artista. 



Algunos Festivales en los que participó: Festival Internacional de Teatro de Expresión Ibérica (Portugal); Festival de Teatro Popular (Nueva York); Festival Internacional de Teatro de Caracas; Festival Chicano y Latinoamericano (México); Festival Mundial de Teatro en Nancy (Francia). Ha dirigido más de 45 obras de teatro y realizado giras por varios países, entre ellos  España, Francia, Colombia, Portugal y México.


 

 


Anais Nin: Moriré siendo poeta…/ texto del Diario I








Moriré siendo poeta. 
Asesinada por los que no lo son. 
No renunciaré a ningún sueño,
no me resignaré a ninguna fealdad, 
no aceptaré nada de otro mundo, 
que no sea el que yo misma he construido. 
He escrito, vivido y amado como Don Quijote 
y el día de mi muerte diré:

 “Que me perdonen, 
todo esto ha sido un sueño” (…)


Diario I 







Anais Nin conoce a June Mansfield : Diario I





    
(30 de diciembre de 1931)

(…) Cuando June caminó hacia  mí desde la oscuridad del jardín hacia la zona iluminada por la puerta abierta, vi por vez primera la mujer más bella de la tierra. Un rostro sorprendentemente blanco, unos ardientes ojos negros, un rostro con tanta vida que sentí como si fuera a consumirse ante mis ojos. Hace años traté de imaginar la auténtica belleza; creé en mi mente la imagen de una mujer así. Sólo la pasada noche la vi. (…) Es una mujer extraña, fantástica, nerviosa como alguien en estado febril. Su belleza me inundó. Cuando estaba sentada ante ella pensé que haría todo lo que me pidiera. (….)

Al final de la noche yo me sentí, como Henry, fascinado por su cara y su cuerpo que tanto prometen, pero odiaba su yo inventado que oculta al verdadero. (…) Vive de los reflejos de sí misma en la mirada de los otros. (….) Yo quise correr y besar su fantástica belleza, y decir: “June, has matado también mi sinceridad. Ya no sabré nunca quién soy, qué soy, qué amo, qué quiero. Te llevas contigo una parte de mí reflejada en ti. Cuando tu belleza me tocó, me disolvió. En lo más hondo no soy distinta de ti. Te soñé, deseé tu existencia. Tú eres la mujer que yo quiero ser. Veo en ti esa parte de mí que es como tú. Siento piedad por tu orgullo infantil, por tu temblorosa inseguridad, tu dramatización de los hechos, tu exageración de los amores que te han sido ofrecidos. Renuncio a mi sinceridad, porque si te amo significa que compartimos las mismas fantasías, las mismas locuras”. (….)

June y yo hemos pagado con nuestras almas por tomar las fantasías en serio, por vivir la vida como un teatro, por amar los vestidos y los cambios del yo, por llevar máscaras y disfraces. Pero yo siempre distingo lo real de lo que no lo es. ¿Y June?

Quería ver de nuevo a June. Cuando volvió a salir de la oscuridad me pareció todavía más bella que la primera vez. También parecía estar más a gusto. Cuando subió a mi dormitorio para dejar su abrigo, se detuvo a mitad de la escalera donde la iluminación destacaba su figura contra el fondo turquesa de la pared. Su pelo rubio estaba descuidadamente amontonado en la parte superior de su cabeza, su cara era pálida, las cejas como acentos circunflejos, la sonrisa maliciosa con un hoyuelo encantador. Pérfida, pensé, infinitamente deseable, capaz de atraerme hacia ella como si fuera hacia la muerte. Abajo, la risa y la vitalidad de Henry eran algo terrenal, sencillo, sin secretos ni peligros. Después ella se sentó en una silla de respaldo alto, con la espalda vuelta hacia los libros, y sus pendientes de plata relucían. Habló a Henry sin ternura ni dulzura, se burló de él, despiadada. Hablaban de una pelea que habían tenido antes de venir, y también de otras peleas.  (…)





¿Qué sentimientos se agitan en mi interior cuando oigo a June elogiar las manos de Jean? ¿Celos? ¿Y su insistencia en afirmar que su vida está llena de hombres, en que no sabe cómo comportarse con una mujer? Tengo ganas de decir, tan brutalmente como lo hace Henry: “Mientes”.

-          Al principio creí que tenías los ojos azules –dice mirándome fijamente-. Son extraños y bellos, grises y oro, con esas pestañas tan largas. Eres la mujer más grácil que he visto. Al andar, te deslizas.  (…)

Ella sigue susurrándome, indiferente al espectáculo: “Sé que Henry cree que estoy loca porque sólo busco lo febril. No quiero objetividad, no quiero distancia. No quiero quedar al margen”.

Cuando habla de este modo me siento muy cerca de ella y odio el escribir
de Henry, y el mío propio, que nos hace estar al acecho de todo, para registrarlo. Y quiero llegar a sumergirme en ella.

Al salir del teatro la tomo del brazo. Entonces ella desliza su mano en la mía, y nos las apretamos. (…) ¿Encuentra June en mí un descanso de sus tensiones? ¿Experimenta esa necesidad de claridad cuando el laberinto se vuelve demasiado oscuro y angosto?

Me emocionó infinitamente el contacto de su mano. Ella dijo:

-          La otra noche, en Montparnasse, me dolió oír pronunciar tu nombre a un hombre como Titus. No soporto ver que tipos vulgares como él se inmiscuyan en tu vida. Me siento bastante… protectora.

En el café, su  palidez se hizo cenicienta. Veo cenizas bajo su cutis. Henry había dicho que estaba muy enferma. Desintegración. ¿Morirá? Qué ansiedad siento. Quisiera rodearla con mis brazos. Advierto que se encamina hacia la muerte y estoy dispuesta a afrontar la muerte para seguirla, para abrazarla. Debo abrazarla, pensé, está muriéndose ante mis ojos. Su tentadora y sombría belleza se muere. Su extraña fuerza masculina.

Me fascinan sus ojos, su boca, sus descoloridos y mal maquillados labios. ¿Sabe que me siento perdida en ella, que ya no comprendo lo que está diciendo y que lo único que percibo es el calor de sus palabras, su vivacidad? (…)







Amo a June por haberse atrevido a ser lo que es, por su dureza y crueldad, por su implacabilidad, su egoísmo, su orgullo, su fuerza destructora. A mí me ahoga la piedad. Ella es una personalidad desarrollada hasta el límite. Adoro el valor para herir que tiene, y estoy dispuesta a ser sacrificada a él. Me sumará a sus otros admiradores, se ufanará de mi sujeción a ella. Será June, más todo lo que yo soy, todo lo yo le doy. Amo a esta mujer excesiva, más grande que las demás mujeres.

Cuando habla tiene la misma expresión de intensidad que debe tener cuando hace el amor, ese proyectar hacia delante toda la cabeza que la hace parecerse a la figura de la mujer de un mascarón de proa. El pardo carbonoso de sus ojos vira hacia un violeta neblinoso.

¿Está drogada?

No era tan sólo que June tuviese el cuerpo de esa mujeres que cada noche suben al escenario de los music-halls para desvestirse lentamente, sino que, además, era imposible situarla en otro ambiente que no fuera ése. Lo lujurioso de su piel, sus tonalidades vivaces, los ojos febriles y el peso de la voz, su tono afónico, se conjugaron instantáneamente con el amor sensual. (…. ) la nocturnidad de June era algo interno, brillaba desde dentro de ella y, en parte, se debía a su actitud en cada encuentro, ya lo considerase algo íntimo, o ya para ser inmediatamente olvidado. Era como si, ante cada hombre, encendiera dentro de ella la lámpara que encienden las amantes o las esposas que aguardan al acabar el día, con la diferencia que esas lámparas eran sus ojos; y su rostro era el que se convertía en la alcoba de un poema, tapizada de crepúsculo y terciopelo. (…) Siempre era la luz tamizada alimentada a través de los siglos para el momento del placer.

Acordamos, June y yo, vernos. Sabía que ella iba a llegar tarde y no me importaba. Llegué antes de la hora convenida, casi enferma de tensión y alegría. No podía imaginármela saliendo de la muchedumbre a plena luz del día, y pensé “¿será posible?”. Temía que no pudiera llegar a ser realidad aquel espejismo. (…) Esperar a June era la más dolorosa espera, como esperar un milagro.



Diario I (1931-34)
©1966 Anais Nin