Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).

Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).


la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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Elisa Lerner: "La escritura en Venezuela completa lo que la historia rompe con violencia" /entrevista de Michelle Roche Rodriguez, El Nacional, Caracas, 15 de octubre de 2013





Elisa Lerner y Manuel Puig. Foto Vasco Szinetar 


 Elisa Lerner recibió la Orden Alejo Zuloaga en un acto enmarcado en la Filuc


 



Foto Leonardo Guzmán

La ganadora del Premio Nacional de Literatura 2000 piensa que la soledad es una condición de su obra




Dice que no se merece los homenajes de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo y que la imposición de la Orden Alejo Zuloaga es significativa para ella, pero no por su obra –a la cual tiene la mala costumbre de restarle valor: “Tienen que entender que mi proceso de escritura es muy silvestre, de pronto me viene un personaje o una trama y trato de domesticarlos con mi escritura sonámbula”–, sino por la épica de sus padres, inmigrantes judíos europeos cuya juventud comenzó a hacerse patria en la Valencia de la década de los años treinta. La autora asume esta celebración de su trayectoria literaria como la “recompensa a una pareja de jóvenes que buscaban un sitio en Venezuela”.

Habla Elisa Lerner, autora de obras de teatro como En el vasto silencio de Manhattan (1961) y Vida con mamá (Premio Juana Sujo, 1976) o ensayos como Una sonrisa detrás de la metáfora (1969) y Premio Nacional de Literatura del año 2000; una figura central de la vanguardia literaria venezolana de finales de la década de los años cincuenta y principios de los sesenta que se resiste a que la llamen intelectual y prefiere definirse como una planta “que comienza a germinar y da hojas que no son verdes sino de papel”.

Aunque no se considera uno de los personajes más visibles de Sardio, hacerla recordar este movimiento es una estrategia para sacarle una sonrisa.

Cuenta que más que la consciencia de la revolución literaria, le hizo descubrir el mundo.

Todo comenzó en el Liceo Fermín Toro, donde la juventud la unió a quienes luego se convirtieron en protagonistas de la cultura nacional: Adriano González León, Rodolfo Izaguirre y Guillermo Sucre, entre otros. Recuerda que, a pesar de ser unos adolescentes, el acontecimiento que marcó a su generación fue el golpe de Estado de 1948. “Era la época de la caída de Rómulo Gallegos y para nuestra generación fue como si un mago maligno nos dividiera en dos la realidad y la escritura en Venezuela completa lo que la historia rompe con violencia”, recuerda la autora de Yo amo a Columbo (1979). 


- ¿De eso se trataba Sardio? ¿De intentar recomponer, a partir de la literatura, lo que la dictadura había roto? 

-Yo era una muchachita y ellos empezaron a reunirse y me incluyeron. Nos conocimos en el año 1949, pero no fue sino hasta el año 1956 que hacen una reunión en casa de Adriano y yo conozco allí a Salvador Garmendia. Todavía no era propiamente un grupo. Eso se fue formando lentamente.  Aquello [Sardio] fue más bien una amistad frente al desconsuelo de que este país era nada más que cemento, y a veces cemento ensangrentado. Era una época muy difícil porque entonces se sabía que había un gran dolor histórico. 

-Decía Garmendia que entonces había un compromiso de los escritores con la sociedad. 
-En nuestro país, lo civil siempre ha sido como un susurro frente al estruendo de lo militar. El escritor en Venezuela siempre ha sido un personaje secundario, porque ha habido siempre otro estruendo. 

-¿Qué le enseñó Sardio? 
-Los recuerdos a veces pertenecen más al reino de la imaginación que al dominio del pasado. A Sardio le debo mucho afecto: ellos aseguraban que yo era una escritora sin haberles mostrado ni una línea de lo que tenía por allí. Tenía una visión de las escritoras muy distinta a lo que era. 

-¿Y ahora se parece más a esa visión de la autora que tenía entonces? 
-Creo más bien que existe una soledad que da la bienvenida a lo que una va escribiendo. Hay que ser anfitriona silenciosa en la soledad para recibir la literatura. Creo que en mi generación pudo haber habido más escritoras, pero pienso que la dictadura llevó a muchas mujeres a llevar una vida más confortable y la literatura no es la comodidad. 

-¿No le parece que eso ocurre hoy también? 
-Hoy hay más escritores y eso es bueno. No sé si todos quedarán. Es raro entretener con la escritura, la imaginación o la metáfora esa terrible soledad de la vida. Pero descubrir que escribir puede ser un entretenimiento frente al dolor y la oscuridad no se hace de inmediato, por eso muchas mujeres de mi generación no optaron por esta. 

-El Nobel de Literatura lo ganó Alice Munro, una autora que ha hecho carrera en el género del cuento y tiene una posición similar a la suya, que prefiere un género breve como la crónica y reta la aparente preferencia de la gente por las novelas. 
-Creo en la escritura, no en los géneros, que vienen a ser límites geográficos a la palabra. Nuestro tiempo es fragmentario y a esto solo se puede responder con una escritura similar. Antes hubo un tiempo de grandes argumentos en las novelas que tenían precisión única y pretendían ser una visión absoluta, como teológica de la realidad. Hoy sabemos que todo es más fugaz y ante eso no podemos responder con las novelas del pasado. 



©Michelle Roche Rodriguez
Caracas, 15 de octubre de 2013

Fuente: El Nacional

Foto:  Elisa Lerner y Manuel Puig, original de Vasco Szinetar Cortesía Elisa Lerner






El poeta venezolano José Pulido estará en el XXVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos organizado por la Universidad de Salamanca el próximo 17 de octubre


 

Semblanza personal de Luisa Richter, por Luis Sedgwick Báez, Caracas, noviembre 2015







Ocurrió a esa hora de la madrugada, una llamada cargada de dolorosa premonición. Me transmitían la noticia de que unas horas antes, Luisa Richter había fallecido. Con una taza de café en la mano, toda una serie de imágenes me invadieron de repente, sin orden cronológico ni de prioridad: emociones de toda una vida, los momentos de euforia, aquellos impregnados de dolor, o de la banal cotidianidad, las vivencias compartidas con una presencia vital, categórica y la de una gran artista.

Conocí  a Luisa el siglo pasado, más aún, en el milenio pasado, a través de unos amigos comunes. Recuerdo con claridad el instante del encuentro, hablaba de la pintura con pinceladas intelectuales y con enfoque filosófico. Hablaba de la luz que la encandiló cuando llegó por primera vez a esta Tierra de Gracia, de cuando el automóvil seguía por los vericuetos de la carretera subiendo hasta Caracas después de haber desembarcado en La Guaira, de la veneración que profesaba por Willi Baumeister, su profesor en la Alemania de la postguerra.

Su “castillo silvestre”, su casa en Los Guayabitos, como lo tildó su amiga Elisa Lerner, fue siempre una suerte de casa abierta, acogedora, donde la anfitriona, sin alardes de protocolo, obsequiaba lo que hubiere: una copa de vino reconfortante, un queso rozagante, una lechosa de sutil textura, una torta de espléndido relleno pues Luisa gustaba siempre de agregar un adjetivo adecuado y oportuno a lo que ofrecía. Su cumpleaños, un 30 de junio, era un ritual de amistad y de diálogo entre sus fieles; rara vez emitía un juicio moral sobre las personas. En las décadas de amistad jamás le pregunté algo de su vida personal, ella tampoco dio pie para ello. Ella siempre intuyó que yo percibía que sufría de una gran soledad y que su oxígeno  y refugio era la pintura, a la que acudía con prontitud y esmero.

Siempre me cuestioné cómo Luisa manejaba el tiempo pues nunca la vi pintando pero sí veía sus nuevos cuadros o sus famosos collages y serigrafías. Una tarde que me acerqué por sus predios, estaba inmersa leyendo a Horacio y me explicaba que quería extrapolar las reflexiones del poeta lírico a sus pinturas... “Y aquél cuadro, es nuevo?” le pregunté. “Sí, es así como interpreto la batalla de San Romano de Paolo Uccello”.

Me viene a la memoria alguna Navidad y Ano Nuevo pasados en su casa. Una vez vino a mi apartamento a cenar y al abrir la puerta me entregó un bastón del emperador arrancado de su jardín y que duró una eternidad. Otra vez, sentado en una banqueta de Grand Central Station en Nueva York, esperando un tren,  veo un  papel en el piso, lo recojo y leo de una venta de un cuadro suyo en una galería. De regreso a Caracas le comunico del hecho y me dice: “ese cuadro fue vendido a……” Cómo las afinidades amicales se truecan en objetos y se aproximan a uno.

He acumulado casi todos los folletos de sus exhibiciones y guardados en el libro “Luisa Richter” editado por Armitano. Con su puno y letra escribió “el libro de la posibilidad de descubrir la aventura de pintar, Luisa para Luis, 28-2-1993.

Con los años su salud se fue convirtiendo en precaria. Era vegetariana y adicta a la homeopatía, su metabolismo rechazaba los remedios tradicionales. Me llamaba y me decía “cuándo subes para un cafecito?” Tengo curiosidad de saber qué se hizo de su diario y del que tantas veces me mencionó.

En estos últimos días después de su partida, sus cuadros en mi apartamento han adquirido una presencia trascendente como para indicarme, para indicarnos, que Luisa no nos ha abandonado.


©Luis Sedgwick Báez









Julio Cortázar: handwritten letter, Paris, 11/30/1979

 


"Paris, 11/30/79

Dear Viviana,

Thank you for sending me a copy of Semana. 

The interview you did to me came out really well given the chaotic circumstances we had to deal with. You really took into account some of the things I told you and I hope readers feel the dual authenticity of you work and my words.

Thank you again. Kind regards from your friend,

Julio Cortázar"

Letter to Viviana Marcela Iriart

Translation:  ©Luciana Valente





El artista multimedia venezolano Rolando Peña y el cineasta estadounidense Peter Emanuel Goldman inauguran la exposición "When Contemporary Stated" este viernes 29 de marzo en Miami


El jueves 28 se realizará un Opening Reception de 6 a 10 pm para invitadas e invitados especiales y a partir del 29 la exposición estará abierta al público hasta el 10 de mayo en la Galería Arte Media de Miami.
Nuestro reconocido, talentoso y prestigioso Rolando Peña, El Príncipe Negro,  quien fue parte de la contracultura en Nueva York en los años 60 al lado de su amigo y colega Andy Warhol en la famosa The Factory,  sigue sorprendiéndonos con sus maravillos trabajos.

"JULIO CORTÁZAR: LETTERS 1977-1984": letter to Viviana Marcela Iriart. The story behind the letter / Viviana Marcela Iriart, April 22, 2013, photographs by Eduardo Gamondés, translation by Luciana Valente

  "Paris, 11/30/79

Dear Viviana,

Thank you for sending me a copy of Semana. 

The interview you did to me came out really well given the chaotic circumstances we had to deal with. You really took into account some of the things I told you and I hope readers feel the dual authenticity of you work and my words.

Thank you again. Kind regards from your friend,

Julio Cortázar"












Julio Cortázar
 not only was kind enough to agree to an interview in Caracas in late September 1979, when I was a 21-year-old unknown exiled freelancer, writing for free for Semana - a dying magazine - but he was also extremely generous for sending me a letter to thank me for the interview once it had been published, saying beautiful words that only a wonderful person like him could write and that, of course, I did not deserve.

 

Cortázar was in Caracas to participate in the First International Conference on Exile and Latin American Solidarity in the 70s (October 21-29), which opened in Caracas and then continued in Mérida, bringing together the greatest writers of the time: Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Antonio Skarmeta, Ernesto Cardenal…

 

I signed the interview using a pseudonym (the name was chosen by the editor in chief) because Cortázar was one of the most famous and combative opponents of the Argentine dictatorship; my mother and my sisters were living in Argentina and I feared they could suffer retaliation. Cortázar, with his characteristic humanity, understood my fears when I explained the situation.

 

When we met at the Anauco Hilton Hotel lobby, we did not kiss in the cheek, in Argentine style, but shook hands instead, in Venezuelan style, because that was the first thing I had learned after ending up hovering in mid-air several times with the person I was trying to kiss staring back at me in surprise. Cortázar, who had been in Venezuela several times, seemed to know about this custom quite well.

 

He did not ask why I had been forced to live in exile and I did not tell him about it. I admired him too much to waste time talking about myself. I only wanted to hear his thoughts. He was with Carol Dunlop, who looked charming with her big tender eyes full of amazement like a little girl, and Cortázar was very patient when I attacked intellectuals who urged people to fight but hid behind their books when bombs started falling. Of course, he was not like that, but I had met so many who were during my last months in Argentina, while trying to run away, that intellectuals disgusted me. Cortázar, who seemed to intuitively know I was bleeding out in exile, responded to my attacks with patience and great gentleness. 

 

He looked very young and handsome (and he was 65 years old), but he seemed to be a very sad man - although at some points in the interview I say he smiled like a child - he seemed very worried and physically exhausted. 

 

 

 






When the interview finished and we were both standing, saying goodbye, when I saw that he was starting to walk and that he would be out of my life forever, I somehow plucked up the courage - even though I was extremely shy - to stop him and say:

 

                                - Cortázar, could I ask you a favor?

                                - Of course! —he answered kindly.

                                -  Can I give you a kiss?

 

Cortázar burst out laughing with surprise and joy, and for the first time I saw his eyes sparkle happily. Carol, by his side, smiled at me with a knowing look in her big eyes.

 

- Sure! —he answered with a wonderful smile and leaned so that I could reach his cheek.

 

A kiss, an interview, a letter. Who could ask for more? Cortázar was my best gift in exile (together with Joan Báez, but that is another story).








What Cortázar did not know - and had no reason to know and actually never knew - was that I had been forced to live in exile for being a pacifist and the editor of a small, underground culture magazine, Machu-Picchu, where I had expressed my opposition to the war with Chile in September 1978. The result was persecution, secrecy, asylum at the Embassy of Venezuela in Buenos Aires and exile - in that order. And lacking any political militancy, I was very naive to think using a pseudonym was enough to hide from the dictatorship.

 


Because Alberto Boixadósan Argentine writer who supported the dictatorship and whose book Arte y Subversión” (Art and Subversion) includes a chapter dedicated to attacking Cortázar called “Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa. ¿Son francotiradores o constituyen ejército regular?” (Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa. Are they free agents or part of the regular army?), can be read - even today! - in the Argentine neo-Nazi blog calledWeltanschauungNS



Blog cover

 


Alberto Boixadós published the book “La Revolución y el arte moderno” (The Revolution and Modern Art) in 1981 and, continuing his attacks on Cortázar, he says:


“Revolutionary passion leads him to distort the truth reaching the absurd.

In an interview to Cortázar performed by Viviana López Osornio for Semana magazine #581, November 1979, in a corner of the Anauco Hilton Hotel on the occasion of the first International Conference on Exile and Latin American Solidarity in the 70s, he answers: ‘For me what is and has been traumatic is a phenomenon which not everyone considers and which, in the case of an exiled artist, is fundamental. It's what I would call the cultural exile (…)”



 

   



This demonstrates two things.

 

First, how much Cortázar’s words bothered the Argentine dictatorship and its followers, because “Semana” was a bankrupt magazine (it closed a few months later) and therefore had very few readers and very little influence on Venezuelan political life, and because the interview had been performed by an absolutely unknown and insignificant person in 1979. 

 

However in 1981, when the book came out, I was an active opponent of the dictatorship through my pro bono work at Amnesty International and the “Coordinator for Human Rights in Argentina” (created by part of the Argentine exiles in Venezuela); I had stopped using the pseudonym in 1979 and had become a small public figure - just as insignificant, but for the dictatorship any flea could mean the risk of getting a huge bump.

 

Second, that there were traitors among Argentine exiles in Caracas, because only the people around me knew that that interview to Cortázar had been performed by me and it had never been republished with my name. (Besides, in 1980 I adopted my mother's surname, Iriart, and I have been known by that name since then.) Who were those traitors? 

 

Living in exile, among other things, was always like walking down a mined road - you never knew when you could explode into pieces, because the dictatorship never stopped persecuting us. Or if the helping hand that was extended to you was actually the one that was trying to kill you.

 

In the interview, Cortázar says sorrowfully: “Because here I can tell you this, but no one will listen to me in Argentina, nobody will read it. You can publish it, but unless someone takes it there by carrying it in their pocket, no one will be able to read it there.” I thought the same thing. How wrong we were! We had forgotten about traitors, handing our heads on a plate for money, envy, ambition, perversion or mere hatred. 

 

Cortázar was not invited to Alfonsín's investiture when democracy returned to Argentina in December 1983. And if anyone deserved to be invited for how he had fought and for all he had given and all he had stopped doing for himself and sacrificed for Argentine democracy, it was him. 

 

Cortázar was also betrayed by democracy.

 

And I only hope that traitors have been punished, either by justice or by life, and if they have not, so be it: they will always be a piece of shit under a military boot or a democratic shoe.

 

Cortázar is still one of the greatest writers of all times, in the whole world. One of the most loved human beings. And I live in peace. 

 

And now that the letter he sent me in 1979 has become part of the book “Julio Cortázar: Cartas 1977-1984” (Julio Cortázar: 1977-1984 Letters), which contains 5 volumes with almost all the letters Cortázar wrote in his life, I can only say once again: Thank you, Cortázar, for letting me be part of your life.

 

 

©VivianaMarcela Iriart

April 22, 2013

© Photographs by Eduardo Gamondés 

Translation:  ©Luciana Valente

 

 

 

 



 

 

 

 

 


 

 

El director y dramaturgo venezolano Rodolfo Molina acaba de publicar su nueva obra de teatro "Los Invisibles" en Amazon, 17 de marzo de 2023

 





La impactante obra teatral de Rodolfo Molina nos invita, con una asombrosa precisión de palabras e imágenes,  a deslizarnos por la apasionante trama de una pareja de ancianos que luchan con amor, pasión y cierta dosis de humor, por alcanzar al menos, un destello de luz por su libertad. 

El diseño de la portada es de Leyda Roddy Molina y el libro puede comprarse online desde cualquier punto del planeta en la tienda Amazon: Los Invisibles.



RODOLFO MOLINA

Autor



Nació en Caracas, Venezuela en 1942. Actualmente reside en España.

Actor, director, productor, diseñador de vestuario, escenógrafo, docente, gerente cultural, instructor teatral, dramaturgo, guionista de cine.



Festivales e instituciones creadas

Festival Internacional de Teatro de Los Andes, Mérida, Venezuela: fundador, presidente.

Consejo Regional de Teatro del Estado Mérida: fundador, presidente.

Asamblea Venezolana de Teatros Independientes: cofundador.






Premios y distinciones

Ha recibido premios y reconocimientos de distintas instituciones públicas y privadas entre las que se destacan:

Premio Nacional Juana Sujo, Caracas

Universidad de los Andes, Mérida

Ciudadano Meritorio de la Ciudad de Mérida

Distinción Alcaldía de Mérida

Distinción Alcaldía de Tovar

Distinción Alcaldía de Tabay

Distinción Alcaldía de Mucuchíes.

Subsidio de honor otorgado por la Casa del Artista, Caracas


Compañías creadas (1972-2023)

La Otra Banda (Caracas)

Teatro Móvil Campesino (Mérida)

Centro Dramático El Theatron (Mérida)


Rodolfo Molina ingresó a la actividad teatral a los 19 años. En Caracas trabajó con Rodolfo Santana, Cesar Rengifo, Márquez Páez, Gilberto Pinto, entre otros destacados realizadores.

Participó en numerosos cursos y talleres con maestros de renombre internacional como Augusto Boal (Brasil), Enrique Buenaventura (Colombia) y Ruggiero Jacobi (Escuela de Arte Dramático de Roma, Italia).

Concurrió al Festival Mundial de Teatro en Nancy-Francia en 1973, al Festival Chicano y Latinoamericano en la Ciudad de México en 1974 y fue Invitado Especial en el Festival de Teatro Popular de Nueva York en 1978. Con sus producciones representa a Venezuela en seis ocasiones en el marco del Festival Internacional de Teatro de Expresión Ibérica en Porto – Portugal período entre 1978 y 2009.

Desde que se radicó en Mérida en 1977 emprende una labor en los sectores más desarraigados de la cultura y el arte, en poblaciones campesinas y en particular en la ciudad de Tovar, logrando con la creación del Teatro Móvil Campesino y luego con el Centro dramático El Theatron, trascender al ámbito internacional.

En este periodo conoce al director y fundador del Festival Internacional de Teatro de Caracas y del grupo RajatablaCarlos Giménez, y establecen un vínculo de trabajo de relevante envergadura como la participación de grupos internacionales de teatro en el interior del país, la actuación de grupos independientes del interior de Venezuela en Caracas y la creación y festival de la Asamblea Venezolana de Teatros Independientes.

Ha participado en los más importantes circuitos, festivales y congresos de teatro a nivel nacional e internacional.



LEYDA RODDY MOLINA

Diseño de la portada




Actriz venezolana de larga experiencia nacional e internacional, siendo además, directora, narradora y productora teatral en la ciudad Mérida, Venezuela y en Palma de Mallorca España. Realizó estudios  de Diseño Industrial y Grafico en la Universidad de los Andes Mérida, Venezuela. Actualmente trabaja al lado de su padre Rodolfo Molina director de teatro y escritor en Córdoba, España. 











Compra LOS INVISIBLES en AMAZON.





Colección CACAOS Y AVES DEL PITTIER, por José Augusto Paradisi Rangel, Ciudad de México, 13 de marzo de 2023

 



Para Uds. y por Uds. este empeño implacable de belleza, perfección y orden ante un mundo caótico y disruptivo en la memoria perfecta de un bandera alemana de una pajarera de mi abuela Carmen.


El universo se detuvo en pantalones cortos, asombrado escuché un mandato que hasta hoy me señala un camino y que estalló como granada en la Calle Comercio número 13 de Villa de Cura.


Todo ha sido trabajo apasionado y predicar el amor que aprendí de un beso robado que vi de Francisco Augusto a su Elisa Cristina, el amor más transparente.


Quise con este trabajo que hoy celebra 30 años de joyas aladas, colocar en historia trascendental del arte venezolano el orgullo de mis apellidos Paradisi Rangel  en la memoria de mi nación, en los sabores  y visiones de mi inmenso jardín de infancia,  el Pittier, nido inmenso, duplicado en solsticios que habito y me habita y celebra a todos los Paradisi Rangel y su descendencia y se vuelve exponencial al arca de Noe de mi estirpe y mi pueblo Villa de Cura, mi versión en alma llanera de Macondo, Aragua toda, Venezuela toda negando tajante la desaparición temprana de Aníbal Paradisi Marrero, ese poeta en sangre que me precede, quien dijo La Victoria es el nombre de Aragua cuando se viste de gloria.


Yo José Augusto Paradisi Rangel el orgulloso padre de estas creaturas aladas, con orgullo presento la Colección CACAOS Y AVES DEL PITTIER en conjunción de astros con CACAO PITTIER Y COLECCIÓN ORNITOLÓGICA PHELPS DE CARACAS, proyecto del cual el hijo del guardabosques insigne del Norte de Aragua, Francisco Augusto Paradisi Linares, es su director artístico.


MI DESTINO ES CANTAR CON EL PECHO.


A MI CATEDRAL DE NUBES, MI JARDÍN DE INFANCIA ETERNO: PARQUE NACIONAL HENRI PITTIER.


Rotundo Universal.

 


©José Augusto Paradisi Rangel

Ciudad de México, 13 de marzo de 2023.

 

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