A mi madre, Victoria, que me hizo como soy. Y a Petra, mi amada, que me
enseñó a querer lo que ella y mi madre han sido
Prólogo de Milagros Mata Gil
(...)
VI.
Dividí la Antología en dos partes: Los espacios del adiós y De amores será. En la primera de las mencionadas, incluí poemas que se refieren a los aconteceres de nuestra vida. En la segunda, los poemas de amor que reflejan toda una vida consagrada a ser uno con otros: esposa, hijos. Ignoro si los poemas escogidos son los mejores, o no, de los 100 que he recogido. Ya mencioné las limitaciones de mi competencia. Sólo diré que esos fueron los que más me agradaron, los que más me hablaron en esas horas matinales en que acostumbro leer a Pulido. Leer poesía para, como dice el grafiti, parar de sufrir.
LOS ESPACIOS DEL ADIÓS
ORACIONES
Gracias Señor
por este nuevo día
que le das a todos los seres humanos,
a todos los seres creados por ti
en este planeta y en todos los planetas
de todos los universos.
Y gracias por el amor
que nos has enseñado.
Gracias Señor,
suspiro del cosmos,
por la transida noche
aunque traiga desmanes y artilugios.
Gracias por borrar el cerro hasta el amanecer
para que tengamos añoranzas
y por llenarnos de sabores que cantan
la breve estancia del cuerpo en su niñez.
Gracias Señor por dejarnos la intensidad del recuerdo
al arrancarnos cada paraíso.
Gracias por enseñarle amor
a seres desesperados tan distintos
que te dibujan con sus sombras de feroz melancolía
buscando la reconciliación
como si no sintieran este miedo.
EL UNO Y EL OTRO
Con su lengua de seda y telaraña
Dios procede a soñar
Con su lengua de brisa que penetra
el abismo de una corola
Dios prueba la poesía
Con su lengua de pez a punto de ser tragado
Dios habita en las palabras del poeta
Con su niñez entre pecho y espalda
el poeta compone un oído para escuchar
los pasos de la luz
La espera del destino
es una flor de sal en el desierto
y Dios saca su lengua de sombra de camello
Bajo el peso de tantas veces
que pasó la luna
el poeta sufre un ala rota
Dios jamás ha usado sus pies para correr
los poetas no pueden huir a ras de ejidos
aunque vayan dejando
un alpiste de amores por la senda
El poeta le asigna un verso a los ángeles
y establece la soledad
los ángeles sólo se posan
en el centro mismo del amor.
El poeta con su voz de sueño anegado
tendrá que cantar
Dios le ha dado el dolor
para que sufra en las alturas
Con sus ojos de poeta enfermo
Dios mira la alegría y se alegra
PARA QUE DESPUÉS NO TE QUEJES
Desconozco la ubicación del porvenir
todo el que llegue lo sabrá
creyendo que no ha llegado
será como la sombra del celaje
de una huidiza maravilla
oro escapado en el agua de las manos
inconformidad en el momento de estremecerse
con cualquier divino placer que se presente
Espero que después no tengas que aferrarte
a los recuerdos del porvenir
que inevitablemente serán los mejores
los tormentosos
los que hieren con su orgasmo fantasmagórico
-alegóricolos
que contienen el desnudo espíritu
de Dios ejerciendo pasiones en el cuerpo de uno
porque él siempre ha querido conocer
a través de estas carnes
cómo es querer, cómo es morir,
cómo es lanzar plegarias al abismo
Solo tu cuerpo ha sido mejor que una playa
agua de coco en el aire azul
curando el vértigo de las ninfas saladas
Solo tu alma ha sido mejor que una madre
amamantando con ilusiones asesinas
todo lo recién nacido de nosotros
Solo tu comportamiento ha sido peor que el diablo
me has dejado soñando para siempre
DE AMORES SERÁ
AQUÍ ENTRE NOS
Tenía un beso guardado desde 1975
te lo quise entregar en la cocina
y se deshizo en el aire como algo egipcio
al saber lo ocurrido me dijiste
déjalo que se pierda
El día que amanecí recordándolo todo
me alegré con un sueño del año antepasado
que había olvidado en un instante griego
-morir flechado sin conocer a Helenaquise
contarlo porque estuviste en sus entrañas
pero un hollín nubló mi cielo pensador
y un tanto maternal me aconsejaste
déjalo que se pierda
las islas del pensar visito en nuestro cuarto
el cuarto es un océano
donde algo de Jonás se está moviendo
ahora no me atrevo a revelar
la enormidad de amor
que he estado descubriendo
ÓPTICA DE PECHO ABIERTO
No se puede tener la bienaventuranza,
el gran bien, la felicidad de larga duración
es menester ensanchar el alma, atrapar lo que puedas
y saborear lo breve
La beatitud se funda en el acto de ver,
y no en el amor a Dios, que viene después.
decía Beatriz
Guardo los ojos mientras van pasando
injertos de cantares en bandadas
vientos rotundos que no reconocen
el andar de las piedras
ni el callar de los lobos
Cierro los ojos
para que no sufran desmoronamiento
las habitaciones
(en el silencio abundan
respiraciones de otros seres,
hierbas de fuego,
música durmiendo debajo de los pisos)
apago la mirada
para que se extravíen mis pecados
que se la pasan inventando selvas
y fabricando aguardiente propio
con flores nacidas
en las entrepiernas de las inspiraciones
y ahora esta sensación carnívora
más vieja que una iglesia
copia tus facciones mientras me devora
Por eso no despejo las pupilas
para que no se quiebren
las botellas de ajenjo de lord Byron
y no se desparramen
las rumas de tantas bibliotecas
¡ay, tus libros!
-Cada nueva emoción es una tumba
donde lord Byron se levanta
no quiero abrir los ojos
mi cara ha sido tapiada por la tuya
de tanto detallarte
(mirarte fijamente la frente, la nariz,
entre ruidos y espuma,
desde el Polifemo de la lavadora,
-como clavos calientes los ojos en la bruma-
¿Por qué tanto mi rostro te enamora
que no ves el jardín? dijo Beatriz)
Las pestañas extrañas sospechan un delirio
no me atrevo a mover tus poderosos labios
mis huesos creen que cantan porque tu piel los toca
flautas miserables
Estoy orbitando en el silencio de una fotografía
la caseta callejera toma retratos sin sonrisa
mientras indicas como por encanto
que hunda el botón cuando se ponga verde
no sé calcular la seriedad que exige este momento
y la cámara invisible es una potestad que nos rodea
Cierro los ojos para no distraerme
con la inmensa pizarra, tu pizarra
líneas de tiza marcando
las huellas de quienes se fueron por los aires
Para decirlo de una vez y sin adornos:
sé que si abro los ojos
estarás ubicada detrás de una cortina
y tienes que ser tú, porque si no lo fueras
significaría que no he llegado todavía al purgatorio
LA VAGANCIA DE ESTAR SOÑANDO
Muéstrame dónde vivías,
le ruego, le suplico, le solicito en sueños
y él ni siquiera parece descubrirme
igual que si una tarde oyeras a alguien aporreando un metal
sin interesarte lo que está por suceder
¿latonería y pintura? ¿espadas? ¿campanadas?
a veces mi voz es como una sombra en la garganta
he estado tan pendiente de elucubrar
las palabras tejidas como suéter para no morirme de frío
de la tejedora amada en mis delirios y en mis momentos de
alcurnia dolida
ella, Wislawa Szymborska, con sus agujas de vuelo de picargo,
de Haliaeetus albicilla, de mujer sometida a esta soledad de lanas
que se
cruzan
un suéter partido en dos por el pecho, pero escondiendo el alma
Me ha tenido tan absorto indico:
que he olvidado otro sueño, uno emocionante en cuyas tramas
sumidas en volutas
conocí a una reina y entonces nos vimos y entonces le dije
muéstrame a una princesa
también he imaginado que la reina se enredó con Plotino
y el muy zamarro le susurró soy uno porque te quiero
Nunca se sabe qué puedes conseguir en la relación con un poema
no sería extraño saborear un corazón en medio de las palabras
a una amiga le advertí por esta vía “No te retrates más.
He visto en tus ojos a unos ángeles que se asomaban
y eso me surgió porque había estado soñando con divinidades
y luego presencié otras muy concertadas ellas en la vida real
divinidades como la ilusión de mis viejas amistades
ahora con la precipitación de los nietos
y luego una especie de canario extranjero que vino y se posó en
mi hombro
y arrancó su canto en lengua totalmente local
como si yo fuera exactamente un árbol arrasado
Muéstrame dónde vivías antes de someterte a estos trances
repito para no olvidar que había estado soñando sin estribos
y juro que ni se dignó dirigir sus ojos hacia este lado:
el padre Adán se quedó como si no fuera con él
Con las manos heridas por las espinas de los naranjos
está llora que llora frente a la Plaza Pilsudski
que ni en sueños he visitado
y pregunto quién es esa belleza que llora sin parar
y viene la reina y me dice
Te presento a Wislawa Szymborska