la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


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La escritora argentina Claudia Piñeiro gana el premio Pepe Carvalho de Barcelona Negra / Javier Rodríguez Marcos, El País, 2 de diciembre de 2018






"¿Por qué hay tanto novelista negro? Porque si no eres bueno es más fácil escribir una novela de intriga que el Ulises de Joyce"


Como todos los argentinos presentes este año en la FIL de Guadalajara, Claudia Piñeiro (Burzaco, 1960) solo ha conseguido evitar el monotema de conversación número 1 —el partido River-Boca— sustituyéndolo por el monotema de conversación número 2: la cumbre del G-20. En su caso, uno de los momentos de desconexión fue la emocionante conmemoración de los 25 años del Premio Sor Juan Inés de la Cruz, celebrada este jueves. Ella, que lo ganó en 2010 con Las grietas de Jara, protagonizó —con el puño en alto y un pañuelo verde rodeándole la muñeca— uno de los minutos estelares de una sesión inolvidable en la que la gran literatura y la reivindicación feminista caminaron de la mano. El otro gran momento iba a ser la presentación este viernes de su último libro —el volumen de cuentos Quién no(Alfaguara)— si no fuera porque el día amaneció temprano con la noticia de que le habían concedido el Premio Pepe Carvalho que otorga el festival Barcelona Negra en homenaje a Manuel Vázquez Montalbán. Recibirá el galardón el 31 enero en el Ayuntamiento de Barcelona en el marco del certamen, que se celebrará entre el 24 de enero y el 3 de febrero de 2019.
El jurado, que ha adoptado la decisión por unanimidad, estaba formado por Carlos Zanón, como presidente, y Antonio Iturbe, Marta Sanz, Xon Labrador, Daniel Vázquez Sallés y Sergio Vila-Sanjuán, como vocales. Han considerado que "Piñeiro es un referente ético y literario para las Letras de su país y fuera de él, allá donde llegan sus traducciones, conferencias, artículos o charlas".
Piñeiro sucede a James Ellroy en un palmarés del que también forman parte P. D. James, Donna Leon, Andrea Camilleri o Henning Mankell. Este último es uno de los favoritos de la autora argentina, que se reconoce lectora de novela negra “pero no más que de cualquier otro género”. Tampoco títulos suyos como Las viudas de los jueves o Tuya caben estrictamente en un código cerrado. “Tienen una subtrama policial, pero no son policiales puros”, explica la escritora en el vestíbulo de un hotel cercano a la feria. “Con Betibú decidí escribir una novela de género con todas mis virtudes y defectos, es decir, con mucha indagación en la vida privada de los personajes”. Pese a todo, Piñeiro sabe que hay lectores que siempre esperan encontrar en su obra “ese suspenso”. “A veces pienso: ‘en la próxima no me van a querer si no es negra’, pero termino escribiendo lo que quiero”.
Autora y lectora desprejuiciada, es consciente, no obstante, de los prejuicios que arrastra la novela negra como género menor. En su opinión, la culpa es de la saturación de la oferta: “Hay muchos escritores. ¿Por qué tantos? Porque si no eres bueno es más fácil escribir una novela de intriga que el Ulises de Joyce. El suspenso es un juego de relojería que tú completas sin que necesite tener obligatoriamente nada adentro. Hay, sin embargo, cada vez más autores que fuerzan los límites y no escriben la típica novela con asesino. Eso hace que se acerquen al género escritores que no son del todo negros”.
En la eterna polémica sobre el carácter crítico de una literatura a priori volcada en la evasión, Piñeiro sostiene que “es muy difícil despegar de lo social la novela negra que sucede en la actualidad. Hay novelas clásicas cuya intención crítica se ha perdido. ¿Acaso nos matan a los caballos? sería un buen ejemplo. Criticaba la explotación de los pobres hablando de los concursos de baile”. La obra de Horace McCoy debe buena parte de su popularidad a su adaptación cinematográfica: Danzad, danzad, malditos. También ella ha visto su obra llevada al cine: “Es una nueva circulación, como las traducciones. A veces llegas a lectores que no te leyeron. Otros van a ver a ver si hicieron la película que ellos tenían en la cabeza”. ¿Hicieron alguna vez la que ella tenía en la suya? “Imposible. Es otro lenguaje. Yo soy muy respetuosa con el trabajo del director, que tiene que elegir, no cabe todo”. Y recuerda cómo Marcelo Piñeyro se reunió con ella antes de rodar para explicarle qué cosas iba a quitarle a Las viudas de los jueves: “No era que no les gustaran sino que llevarían la película para otro lado”.
El hecho de que Claudia Piñeiro sea una autora leída en todo el ámbito de la lengua española no la ha llevado a buscar un español estándar para un género que da mucha importancia a la oralidad. “En la primera versión no lo tengo en cuenta nunca”, explica. “En los libros para chicos me hicieron cambiar alguna cosa que no se entendía, pero los adultos podemos entender bien cualquier variante”. Eso para los libros escritos originalmente en la lengua de Cervantes y Borges. Las traducciones son otro cantar: “En una traducción de Murakami o de Paul Auster hecha por un español nos cae mal que los personajes digan ‘gilipollas’ o hablen de ‘faldas’. No pasa lo mismo si es un escritor español. Entonces nos parece un rasgo de autenticidad”.
A las particularidades lingüísticas de las novelas, la escritora argentina añade las sociológicas. El guatemalteco Rodrigo Rey Rosa suele contar que sus libros recurren al final abierto porque en su país la mayoría de los crímenes se quedan sin esclarecer y todo final cerrado resulta inverosímil. Piñeiro apunta una excepción argentina: “La imposibilidad de crear un detective que venga de las fuerzas policiales”. ¿La razón? “Tantos años de dictadura en los que la policía estuvo involucrada en hechos delictivos. Por eso usamos periodistas, amas de casa, profesores… Nuestros hijos salen el fin de semana y no les decimos que si les pasa algo se acerquen a un policía -seguimos teniéndoles miedo-, les decimos que pidan ayuda en un quiosco”.
 Javier Rodríguez Marcos
 El País, 2 de diciembre de 2018

Fuente: El País



CLAUDIA PIÑEIRO biografía corta

Nació en 1960, en Burzaco, provincia de Buenos Aires. Inicialmente estudió la carrera de Contadora Pública, y ejerció la profesión durante diez años hasta descubrir el impulso irrefrenable de ocuparse por completo a la escritura como una manera de recobrar la felicidad en su vida.
Ella misma nos cuenta cómo empezó su carrera como escritora en una entrevista publicada por la Revista Ñ del diario Clarín en 2005: «En 1991, estaba trabajando de gerente administrativa en una empresa que tenía una sucursal en San Pablo. Tenía que viajar para hacer la auditoría de los tornillos con los que se hacían unos compresores de aire; una cosa tremendamente aburrida. Yo iba en el avión, supongo que iba llorando, y leo en un recuadro muy chiquito en el diario el llamado a concurso de 'La sonrisa vertical', el certamen de la editorial Tusquets. Yo ni siquiera sabía que se trataba de un concurso de literatura erótica. Lo único que pensé fue: "Vuelvo y me pido vacaciones y escribo una novela para esto, porque si no, yo me voy a quebrar". La novela se llamaba "El secreto de las rubias" y quedó entre las diez finalistas, aunque luego no se publicó. Me di cuenta de que escribir era algo demasiado fuerte y, aunque siempre escribí, ya no podía postergarlo. Apareció como un salvavidas que me tiraron en ese momento».

Fuente: El Resumen






Joan Baez y Robert Redford incorporados al Salón de la Fama de California: "La verdad es que el mundo se está calentando; la mentira es que todo estará bien" dijo la legendaria cantautora y pacifista / Joan Baez y Telemundo, 6 de diciembre de 2018




Robert Redford y Joan Baez. Fuente: Joan Baez


Joan Baez y Robert Redford fueron incorporados  al Salón de la Fama de California junto con la leyenda del béisbol Fernando Valenzuela, la científica y alpinista Arlene Blum, la periodista Belva Davis, el restaurador Thomas Keller, y en forma póstuma el ex alcalde de San Francisco Ed Lee y Nancy McFadden, asesora política de Brown y otros demócratas. 


Medallón del Salón de la Fama de California. Fuente: Joan Baez



La legendaria cantautora y pacifista,  Joan Baez,  quien en los años 60 estuvo presas varias veces por oponerse a la guerra de Vietnam y fue perseguida por el FBI, leyó un poema de su autoría sobre el peligro del calentamiento global y los recientes incendios  en California.

"No existe algo como un calentamiento lento, lo que existe es  la destrucción a la velocidad de un rayo y el residuo de cenizas flotantes", dijo. "La verdad es que el mundo se está calentando; la mentira es que todo estará bien".  






Las ocho personalidades californianas, conocidas  por su activismo, arte y logros históricos fueron admitidas el martes  4 de diciembre en el Salón de la Fama de California, en un evento que combinó el brillo festivo y el glamour con el llamado a una mayor atención a temas globales como el cambio climático. 

El grupo fue  seleccionado por el gobernador Jerry Brown, otro californiano pionero que dejará el cargo en enero,  después de cumplir el  record de ser cuatro veces gobernador. Brown bromeó, después de caminar por la alfombra roja, diciendo que él no habría pensado en crear tal evento, una tradición iniciada por su predecesor Arnold Schwarzenegger en 2006.

"Me gustan las cosas un poco más sencillas", bromeó Brown antes de presentar a Joan Báez. "Soy un minimalista y este no es un tipo de evento sencillo".


Las personalidades  comenzaron la noche con un paseo por la alfombra roja fuera del Museo de California, donde se encuentra el Salón de la Fama, en el centro de Sacramento. Se detuvieron para responder a las preguntas de los niños y las niñas de la escuela primaria antes de posar para las fotos y luego hablaron con los reporteros.

Varias docenas de personas fanáticas esperaban ansiosas en la acera para ver a Robert Redford, Joan Baez o Valenzuela, para pedirles autógrafos y fotos. Joan Baez y Valenzuela se detuvieron  pero Robert  Redford sólo estuvo unos segundos en la alfombra roja.

Robert Redford, un activista ambiental de larga data y fundador del famoso festival de cine independiente de  Sundance, evitó las declaraciones políticas en el escenario.  "Realmente no podría estar en mejor compañía", dijo. "El hecho de que soy nativo de California tiene un significado especial para mí esta noche. Estoy muy agradecido".

Arlene Blum, cuya investigación científica ayudó a estimular la eliminación de químicos nocivos de los productos cotidianos, se unió al pedido de Joan Báez al solicitar una mayor acción contra el cambio climático y el uso de productos químicos tóxicos. "Estos problemas son solucionables", dijo. 

El ex pelotero de Los Angeles Dodgers y ganador de la Serie Mundial, Fernando Valenzuela dijo: "Estoy muy contento en esta gran noche".

 Por su parte el restaurador Thomas Keller dijo: "No puedes soñar con estas cosas".

Y la periodista Belva Davis expresó: "Me siento muy honrada de ser incorporada junto a estas personalidades".

 Jerry Brown  reflexiono sobre la necesidad de honrar el pasado sin atascarse en él. "No queremos pensar que simplemente estamos listos para un museo", dijo. "Lo que sea que hayan hecho, no se detengan ahora, sigan adelante. Digo lo mismo acerca de California".



Con información de :  Joan Baez Telemundo 







"Hacedoras, mil voces femeninas por la literatura venezolana” abre nueva convocatoria/ Maritza Jiménez, El Universal, Caracas, 20 de noviembre de 2021

 

Se trata de la antología digital de Lector Cómplice cuyo primer número ya puede ser consultado en la web




En estos tiempos de pandemia y encierro, mil mujeres han unido sus voces en un inusual proyecto: un poemario digital en el que, no solo escritoras, sino también fotógrafas, diseñadoras y artistas plásticas vinculadas con la escritura, hacen sentir su presencia desde la palabra escrita para dejar testimonio de su presencia en nuestra literatura.

Se trata de Hacedoras, mil voces femeninas por la literatura venezolana, una iniciativa de la editora y escritora Lesbia Quintero, responsable de la editorial Lector Cómplice, y Graciela Bonnet, poeta, editora y correctora radicada en Pittsburgh, Estados Unidos. Ambas actuaron como compiladoras de este descomunal esfuerzo de cuatro números de 250 voces cada uno, el primero de los cuales está en la web desde el pasado 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.


Graciela Bonnet reside en Estados Unidos desde hace diez años (CORTESÍA)

Lesbia Quintero es responsable de la editorial Lector Cómplice (CORTESÍA) 


La iniciativa no es nueva. Ya el pasado año este par de escritoras hizo Pasajeras. Antología del cautiverio, que de alguna manera sirve de preámbulo a este proyecto editorial que contó con la portada de Nidia Tavarez y colaboración de Adriana Cabrera, y que de alguna manera está dedicado a una de las voces participantes, Miriam Mireles, fallecida recientemente.
 
“La experiencia de Pasajeras es distinta a Hacedoras”, explica Bonnet (Córdoba, Argentina, 1958), quien ha trabajado como correctora de pruebas y supervisora de ediciones por contrato para editoriales de Venezuela, Biblioteca Nacional y Consejo Nacional de la Cultura.

“Hicimos Pasajeras el año pasado –recuerda- porque estábamos muy preocupadas por el confinamiento y el miedo de enfrentar algo desconocido. Ahora, surge Hacedoras, porque ya estábamos hartas de tanto encierro, muerte y dolor”, añade, confesando que al principio le pareció exagerada la idea de reunir mil escritoras, “pero fueron apareciendo más y más y yo creo que ya superamos ese número”.

“A diferencia de Pasajeras, que fue una antología surgida del aturdimiento de los primeros meses de la pandemia, ésta ha sido pensada cuidadosamente”, responde Les Quintero (Los Teques, 1966), narradora, ensayista, editora y docente universitaria egresada de la Escuela de Letras de la UCV, con dos postgrados Literatura Latinoamericana y Estudios literarios.

“La razón principal que nos ha llevado a plantearnos semejante reto –explica- es que en Venezuela no existía una antología con estas características, es decir, que recopilara las voces femeninas, no solo del vasto campo literario, sino también del editorial, que es grande, y ofrece un trabajo esmerado como el de diseñadoras, ilustradoras, fotógrafas, dramaturgas y editoras, entre otras artistas de artes plásticas y gráficas”.

Entre las mil escritoras que conforman este volumen, figuran Ana Teresa Torres, Ana María Velázquez, Carmen Verde Arocha, Amarú Vanegas, Ana Maria Hurtado, Betina Barrios Ayala, Camila Ríos Armas, Carmen Cristina Wolf, Eleonora Requena, Claudia Cavallin, Daniela Jaimes-Borges, Dulce María Ramos Ramos, Erika Reginato, Mariam Krasner, Cesia Ziona Hirshbein y Gisela Cappellin, que son solo una muestra de las más de doscientas voces que dan vida con sus letras a la antología.

“Deseamos hacer un registro de voces femeninas venezolanas –añade Quintero-, tanto de las reconocidas como de las emergentes, que han estado trabajando, a veces sin recursos, pero siguen publicando en blogs y portales web. Aspiramos a difundir nuestras voces para que ninguna se pierda en el anonimato. Asimismo, esta es una forma de rendir tributo a las mujeres que están haciendo arte, literatura, sin importar las condiciones políticas, económicas, el exilio, o el encierro”.

La idea ha sido tan exitosa, que ya está abierta una segunda convocatoria en la que pueden participar todas las escritoras, poetas y autoras de artes gráficas venezolanas (por nacimiento, naturalización, o residenciadas en el país) que no hayan participado en el tomo I.

Cada aspirante puede enviar un poema, un cuento, o un relato, máximo de tres cuartillas a doble espacio en letra Times New Roman, punto 12. Se acepta solo una imagen por texto o poema. El tema es libre y debe estar enmarcado en alguno de los géneros literarios.

Los trabajos de artes gráficas y artes plásticas de fotógrafas, ilustradoras, pintoras y diseñadoras deben estar vinculados con el medio literario o editorial.

Las interesadas pueden encontrar mayor información en el blog https://hacedorasdevenezuela.blogspot.com


Maritza Jiménez
El Universal, Caracas, 20 de noviembre de 2021
Fuente: El Universal










CINE: ACIERTOS 2018, por Luis Sedgwick Báez, Caracas, 1 de diciembre de 2018





Taquillas del cine Radio City, Sabana Grande, Caracas, años 60





                                                                      A mis amigos cinéfilos



Es hora de recopilar. Y qué decir del 2018? Mejor pasemos la página ipso facto. Se nos fue Diego Rísquez, pintor de imágenes en movimiento, sus films de autor, algunos icónicos y de culto, era un favorito de los Cahiers du Cinéma; resta su obra para ser estudiada y revalorada. Margot Benacerraf, la gran dama del cine venezolano, fue objeto de un documental Madame Cinéma de Jonathan Reverón, donde ella manifiesta su visión del mundo cinematográfico, con jugosas anécdotas,  siempre al día, siempre en apoyo a la nueva camada de cineastas del país, a sus nuevos talentos. No olvidemos que Madame Benacerraf fue fundadora de la Cinemateca Nacional. Después de décadas elaborando este listado, hoy pongo punto final. Son capítulos que se van cerrando. Los films los vi por aquí, por allá, uno quisiera abarcarlos todos: son voluntades inalcanzables. Un amigo del Hollywood Reporter me decía  que dejó de hacer crítica cuando fue contratado para hacer un film y se dio cuenta de toda la parafernalia involucrada en preparar una escena para que después un crítico, en un desplante lapidario, destrozara con un escrito,  un film. Pero la crítica es así.  “Dios te libre, lector, de prólogos largos “decía Quevedo. Ojalá que el 2019 nos sea favorable para todos. Vale.



 
Margot Benacerraf con Pablo Picasso y Luis Buñuel (derecha)


Diego Rísquez




1)    Roma (México) de Alfonso Cuarón.  Filmada en su propio país, Cuarón retorna a sus fueros en quizás su mejor film hasta la fecha. Asoma como una postura personal, semi autobiográfica sobre una familia disfuncional, el esposo, médico, abandona el hogar y su esposa, inquieta, presiente la soledad y una empleada (Yalitza Aparicio) preocupada en convertirse en madre soltera. Un film de múltiples lecturas, una recreación del México de 1970 (la masacre de Corpus Christi en 1971), de la forma de pensar, actuar de sus distintas clases sociales. Admirable desde cualquier ángulo que se estudie. La escena en la playa es antológica. En blanco y negro que le otorga al film una pátina de trascendencia. León de Oro, Venecia.








2)    Never look away  (Alemania) de Florian Henckel von Donnersmark. Es ante todo una mirada, una postura,  de lo que representa el arte vis- á-vis a la política y hacia uno mismo. Kurt (el carismático Tom Schilling) queda impactado cuando su tía lo lleva a un museo para ver el “arte decadente” de los artistas en la época de los nazis y cuando su familia se manifiesta opuesta al régimen. Con el tiempo, Kurt empieza a pintar el “realismo socialista” propulsado por el régimen comunista. Se enamora, su suegro (Sebastian Koch, en una convincente actuación) fue un médico que colaboró con los nazis en la eliminación de aquellos enfermos considerados “indeseables” pero ahora, acoplado al poder soviético. Sólo cuando Kurt y su esposa se trasladan al otro lado del muro, reconocerá el tipo de pintura al cual se dedicará pues podrá crear en libertad y sin cortapisa ideológica, un arte auténtico sin engañarse a sí mismo. De 188 minutos de duración y basado en la vida de Gerhardt Richter, es un film de primera línea.


 






3)     La ceniza es del blanco más puro (China) de Jia Zhang-Ke. Abarcando el período 2001-2008, seguimos los pasos de Qiao (Zhao Tao, en una extraordinaria actuación) que vive en un pueblo de declive económico, con un novio gangsteril que forma parte de la hermandad del delito. Ambos son conducidos a la prisión y al salir, el país no es el mismo, ni ellos tampoco. Una lúcida mirada a un país en continuos cambios (una constante del director) y conservando una misma ideología.








4)     Guerra Fría (Polonia) de Pawel Pawlinoswski. En la Polonia de 1946, un grupo de jóvenes con prontuario criminal es enviado a un centro donde les enseñan cantos y danzas folclóricas para presentarse en el bloque soviético. Zula (Joanna Kulig), una cantante, se enamora de Wiktor (Tomasz Kot) el director musical, relación que los lleva a varios países a través del tiempo, con sus respectivos bemoles emocionales y cambios de pareja. Con una sorprendente fotografía en blanco y negro donde la atmósfera adquiere una poesía visual única y con actuaciones de altura. Del mismo director del inolvidable “Ida”. Mejor director, Cannes.






5)    Si la calle Beale hablara (EEUU) de Barry Jenkins. Su segundo largometraje después del aclamado “Moonlight”, es la historia de una paraje afro-americana, ella (Kiki Layne) espera un hijo mientras él (Stephan James) cumple prisión por una violación que no cometió en los EEUU de los 1960, de segregación racial e injusticia hacia la comunidad negra. Una historia de amor, de una inmensa tristeza a flor de piel y resignación.







6)    Rojo (Argentina) de Benjamin Naishatat. Con un estupendo guión de él mismo, nos ubicamos en la Argentina de 1975, el film se centra en una familia de provincia, un abogado (Darío Grandinetti) y su esposa (Andrea Frigerio), una ama de casa y su hija (Laura Grandinetti) que estudia teatro. Se oyen rumores, personas desaparecen, otras se pasan a la clandestinidad. Subyace en cada instante una sensación de desconfianza, de angustia. Aparece un detective chileno (Alfredo Castro), con delirios bíblicos, investigando una desaparición, tal vez un asesinato. Un golpe de estado se está gestando. Estupendamente bien dirigida y actuada, todos los personajes poseen un toque de locura.







7)    Girl (Bélgica) de Lukjas Dhont. Lara (Viktor Poister) es una adolescente en cuerpo masculino. Hace lo indecible para proseguir su carrera de bailarina clásica hasta el punto que su físico se resiente. Toma hormonas, sicológicamente se siente en condiciones para proseguir con la operación que la convertirá en mujer. Recibe las burlas constantes de sus colegas de clase pero no se amilana. Su padre, un taxista, la apoya sin reparos y acepta su condición. Ganadora de la Cámara de Oro en Cannes como primer film, es un trabajo magnífico, con un enfoque sobrio, sin estridencias, sobre la cotidianidad de Laura, sus angustias, sus temores: la procesión va por dentro.









8)    Burning (Corea del Sur) de Lee Chang-Dhong. Un joven solitario cuyo padre cumple sentencia en prisión, conoce a una chica de antigua data, se infatua con ella, ella debe partir al África y de regreso la recoge en el aeropuerto pero viene con un muchacho mucho mayor que ella y de sólida posición económica, contraria a la de él, algo que representa un obstáculo para una relación estable con ella. Con escasos pero contundentes diálogos que reflejan situaciones, estados de ánimo, una atmósfera opresiva que va carcomiendo paulatinamente al alma del joven, culminando en un desenlace imprevisto. Premio Fipresci, Cannes.







9)   Viudas (Gran Bretaña)  de Steve Mcqueen. Adaptada de una serie televisiva británica de 1980 y de “Gone Girl” de Gillian Flynn, aquí vemos a Verónica (la siempre espléndida Viola Davis) viviendo en Chicago una vida plena con su pareja (Liam Neeson) que es en realidad un extorsionista. Cuando su plan falla y desaparece, la vida de Verónica se desmorona como también de las otras 3 viudas afectadas en el plan fallido. Aparecen mafiosos tratando de recuperar el dinero perdido, políticos inescrupulosos (Colin Farrell, Robert Duvall) lidiando en vericuetos electorales. Un film de acción a lo James Bond, un thriller que nunca decae y un enfoque inteligente. Altamente comercial y con el beneplácito de la crítica.





10)    Nace una estrella (EEUU) de Bradley Cooper. El film invita comparación con sus tres versiones anteriores y  sobre todo con las actuaciones de Judy Garland y Barbra Streisand. Jack (Bradley Cooper) es un músico popular, alcohólico y drogadicto que por arte del destino conoce a una aspirante a cantante (Lady Gaga). Ella entra a su mundo de conciertos, fiestas, notoriedad,  pero poco a poco emerge con voz y personalidad propias que lo va eclipsando. La química entre ambos es indiscutible, Bradley Copper tiene buena voz y dirige bien y Lady Gaga es la verdadera revelación. Su presencia acapara la pantalla: tierna, vulnerable, explosiva.






Mejor director: Alfonso Cuarón por Roma





Mejor actriz: Nicole Kidman por Destructora (EEUU) de Karyn Kusama




Mejor actor: Marcello Fonte por Dogman (Italia) de  Matteo Garrone






Crítico de Cine. Escritor
Caracas, 1 de diciembre de 2018





Lee sus artículos en su libro "Toronto 7 años de cine: 2010-2016".