Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).

Armando Reverón en el documental de Margot Benacerraf (Venezuela, 1952).


la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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Esquina con Malvones" / comedia musical juvenil tanguera de viviana marcela iriart / Ed. Escritoras Unidas & Cía. Editoras, abril 2015






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Prólogo


Cuando yo era adolescente, una cantante hizo el milagro de que el tango se convirtiera en expresión de mis sentimientos y dejara de ser la música de los "viejos". Esa cantante fue Susana Rinaldi y su disco "Porque canto así”.  

Fue Joan Baez quien me la presentó, cuando en una entrevista de la revista Crisis dijo: "… tiene talento y la locura de una cabra. Una combinación invencible.” Y Joan Baez era mi gurú. Así  que salí corriendo a comprar un disco suyo, y  encontré ése.

Desde la primera "oída" Susana me puso en contacto con un tango que, de pronto, descubrí que también era mío, y no sólo de mi madre, que escuchaba todas las mañanas un programa dedicado a Gardel. De repente Susana le cantaba a mi ciudad, a mis amores, a mis tristezas, a mis dolores. A mis alegrías no, porque Susana era muy trágica.

Pero a mí su falta de alegría no me importaba, porque Joan Baez tampoco era alegre y  yo no tenía muchos motivos para la alegría en aquellos lejanos y violentos días del año 1974, cuando la ciudad era un solo estallido de bombas y pedazos de cuerpos pegándose a las paredes y la sangre ajena que siempre era tan fresquita, daba lástima verla ahí, en la vereda, desperdiciándose, con la escasez que hubo siempre de sangre. Y la adolescencia cayéndose a pedazos,  afuera y adentro, una y otra vez.

Después llegó la dictadura y  fue diez millones de veces peor, pero entonces yo no lo sabía.

En esos días en los que en el nombre del amor y de la patria se cometieron tantos crímenes, en esos días en que el país era de todos y de nadie, llegó ella, Susana, a ponerle identidad a mi corto pasado, armonía a mi convulsionado presente.

Entonces, por amor al tango, a los ancestros y a Susana escribí esta obrita, sin más pretensiones que la de disfrutar de algunas de mis canciones favoritas.


Caracas, 29 de noviembre de 1995