la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


ETIQUETAS

Lydia Davis: "Cada vez me interesa más tomar materiales de la vida real para mis cuentos" / entrevista de Tamara Tenenbaum, Infobae, Buenos Aires, 29 de julio de 2017






Se habla seguido de la humildad de los grandes, y a veces es posible verificar el lugar común. Lydia Davis (Massachusetts, EE.UU., 1947) tarda menos de 24 horas en responder el e-mail en el que, en un registro que cruza la carta de amor, la petición a una reina y la plegaria a una diosa, le escribí que me haría la mujer más feliz del mundo si me concediera una entrevista. Mrs. Davis, como insisto en llamarla (por otra parte jamás me dijo "call me Lydia" así que calculo que la formalidad le parece adecuada), me dice que prefiere responder mis preguntas por mail y que tratará de hacerlo lo más rápido posible, pero que un viaje a México la tiene un poco ocupada. Prestigiosa autora de relatos breves y gran traductora, me dice que le escriba si no me contesta, que ella se olvida de todo, que por favor le insista. Después de un par de idas y venidas y una casilla de webmail que parece pensada para una comedia de enredos, lo logramos. A continuación, el resultado de esa correspondencia con la narradora estadounidense.
-En su última colección de cuentos (Ni puedo ni quiero, editada por Eterna Cadencia) encuentro que el humor, que siempre fue parte de su estilo, está particularmente presente. ¿Cuál le parece que es el papel del humor en una literatura considerada "seria", como la suya?
-El humor es un elemento muy extraño de la ficción seria; en autores conocidos por su sentido del humor (hablo en masculino porque estoy pensando en autores varones en este momento), como el irlandés Roddy Doyle, me parece que el humor es aceptado, es parte del atractivo. Pero en autores pensados como autores serios, como Proust o Flaubert, el humor es casi siempre olvidado, o ignorado. ¿Proust es gracioso? ¿Flaubert es gracioso? Y sí, lo son. El humor es parte de la vida cotidiana. La risa es una forma de descarga, igual que el llanto. Algunas veces me pasó que me encontraba riéndome de algo e inmediatamente llorando —alguna forma de descarga había sido tocada.
-El año pasado se publicó en Argentina una traducción de Manual para mujeres de la limpieza, de Lucia Berlin, con un prólogo suyo. Me pregunto: ¿usted siente que pertenece a una generación de cuentistas norteamericanas, como Lorrie Moore, Amy Hempel y Lucia misma (aunque ella si viviera sería un poco mayor)? ¿Piensa que hay conexiones entre los trabajos de esas autoras y el suyo?
-En distintos momentos y diferentes humores me identifico con distintos escritores o grupos de escritores, de modo que la identificación no es fija e inmutable. No conozco los cuentos de Lorrie Moore y Amy Hempel tan bien como conozco los de Lucia Berlin y los de otras dos o más bien tres cuentistas norteamericanas: Tillie Olsen, Grace Paley y Jane Bowles. Estas mujeres son de generaciones mayores que la mía, al igual que (por poco) Lucia Berlin. No creo que eso importe. Pero soy admiradora de todas ellas, de maneras diferentes. Grace Paley era un modelo importante para mí cuando era joven. El trabajo de Tillie Olsen lo conocí después. Jane Bowles es una verdadera excéntrica, con personajes muy peculiares. Ella y Paley son ciertamente muy graciosas, para continuar con tu pregunta anterior. Y sin embargo "ser graciosas" no es su objetivo, por supuesto, simplemente abrazan el humor tal y como se manifiesta en la vida cotidiana.
-En algunas ocasiones le han preguntado por qué no suele utilizar diálogos o nombrar a los personajes de sus cuentos; la revista The Paris Review, recientemente, por ejemplo. En ese caso usted contestó que ambos recursos suenan antinaturales para usted. Me hizo pensar en dos preguntas. Primero, me gustaría saber qué entiende usted por sonar "natural" en literatura, como opuesto a "artificial"; segundo, ¿usted siente, como autora y como traductora, que el hecho de no nombrar a sus personajes hace que su trabajo sea más universal que local, más traducible?
-Luego de que se me señaló muchas veces que raramente uso diálogos en mis relatos, me resultó particularmente placentero escribir muchos relatos, el año pasado y este, que consisten exclusivamente en diálogo, o en gran parte al menos. Pero el lenguaje que uso es, en la medida de mis posibilidades, tomado de la realidad. No es artificial, es real. Realmente me gusta mucho el modo en que hablan las personas. No disfruto "hacer" que mis personajes hablen de una manera determinada. Pero eso no significa que no pueda apreciar las maneras en que otros escritores producen diálogos. Quizás estos nuevos cuentos que estoy escribiendo son más "norteamericanos", es difícil de decir. Me sigo negando a nombrar personajes y muy seguido también me niego a nombrar lugares. Tendría que leer mis cuentos desde afuera para saber si son más universales o más norteamericanos. Sé que algunos son muy difíciles de traducir, pero en general son los que contienen juegos de palabras.
-Usted tuvo una educación musical, y ha dicho en repetidas ocasiones que eso le otorgó un sentido único de la estructura, más concreto que el que puede dar una educación literaria. ¿Recomendaría algunas obras o compositores que sean especialmente educativos para escritores? ¿Y por qué?
-Es difícil recomendar compositores en particular que de alguna manera ayudarían o mejorarían la escritura. Sí puedo recomendarles a los escritores que estudien un instrumento musical, o que canten en un coro. Lo que me di cuenta en relación con mi educación musical y cómo era beneficiosa para mi escritura fue esto: 1) Entrenar musicalmente mi oído, escuchando la entonación de mi violín o de mi voz cantada, hizo que mi oído fuera más sensible en general, incluso al sonido de las palabras; 2) El estudio de la estructura de una pieza de música, mi aprendizaje de teoría musical, fortaleció mi sentido de la estructura en general, de modo que bajó mis chances de crear una pieza literaria mal estructurada; 3) Y de esto me di cuenta más tarde: el perfeccionismo que demanda un maestro de música, a diferencia de un maestro de escritura, me hizo más perfeccionista a la hora de terminar una pieza de escritura. Un maestro de piano no te deja pasar un compás desprolijo, te lo hace repetir una y otra vez.
-Sus personajes tienden a ser introspectivos, y a veces incluso obsesivos o fóbicos, de un modo que hace que el lector piense también en su propia salud mental. ¿Le interesa la psicología? ¿Piensa en las mentes de sus personajes en este sentido, o salen así espontáneamente?
-Me interesa la psicología, pero no al punto de leer libros o artículos sobre el tema, simplemente me gusta observar a las personas y pensar en ellas. En mis cuentos, suelo empezar desde mi propia tendencia a ser introspectiva y algo obsesiva (¡no patológicamente!) y luego quizás exagero algo que está pasando en mi propia mente. En otras palabras, lo que para mí sería un pensamiento al pasar, se vuelve un pensamiento implacable y obsesivo para el personaje de mi cuento. Esa obsesividad puede ser terrorífica o graciosa.

Lydia Davis, en una foto de su juventud

-Tiene un cuento situado en Buenos Aires, basado en dos meses que pasó en la ciudad en 1965. ¿Volvió desde entonces? ¿Todavía tiene algún lugar en sus pensamientos o en sus afectos?
-Interesante pregunta. Escribí un cuento cuando tenía 19 años que se basaba en mis experiencias de esos dos meses. Estaba muy impresionada con Buenos Aires. Era joven, y la cultura de la ciudad era una cosa nueva para mí. Estaba fascinada por la vida de las calles, por ejemplo. Me enseñé español a mí misma tratando de hablar durante el día y estudiar la gramática de noche. Esto fue antes de la "guerra sucia". Pienso seguido en esos tiempos terribles. Se volvió un punto de referencia. Me impresiona pensar en lo que pasó en la ciudad luego del tiempo que pasé allá. Desafortunadamente, no volví después de esa vez. Quizás si lo hubiera hecho tendría otras asociaciones para mí. Me imagino que los argentinos más jóvenes no piensan en los años de la dictadura tanto como lo hago yo.
-Lleva escribiendo ya más de cuatro décadas. Hay una consistencia llamativa en su trabajo, su voz, su mirada, sus usos del ritmo y la estructura. ¿Qué aspectos cree, no obstante, que han cambiado o evolucionado?
-Creo que hay probablemente una consistencia, dado que soy la misma persona, aunque también me desarrollé década a década. Lo que más cambió tal vez sea la forma de los cuentos. Sé, por ejemplo, que hay menos cuentos y más largos en mi primera colección, Break It Down. No hubiera soñado, en ese tiempo, con escribir un "cuento" que solo tuviera una o dos líneas. No hubiera pensado en escribir una historia que tuviera hipos, o una que consistiera de una entrevista en la que solo se dan las respuestas. A medida que una gana confianza en sí misma, se vuelve más juguetona, o aventurera. En uno de mis cuentos más recientes, el "cuento" propiamente dicho, que no es más que un párrafo minúsculo, está seguido por un "comentario" medio en broma y medio en serio que es un párrafo tres veces más largo. Otro cambio es que me intereso más y más en escribir cuentos con material tomado de la vida real, y cada vez menos en inventar el contenido de un cuento. Me interesa cada vez más la ficción que no es ficcional.
-Para terminar, ¿qué está leyendo en estos días?
-Ahora mismo estoy leyendo Bajo el volcán, de Malcolm Lowry, por un viaje reciente a Oaxaca, México. Está escrito de una forma maravillosamente densa y describe el alcoholismo con mucha intensidad. Estoy leyendo un policial, El talentoso señor Ripley, de la maestra Patricia Highsmith. Hace poco también leí The Country Road, de Regina Ullman, una escritora de principios del siglo XX, una cuentista muy excéntrica y privada, algo parecido a Clarice Lispector. También empecé Pedro Páramo, de Juan Rulfo, me lo dieron en México, una novela corta buenísima, y le tengo muchas ganas a los capítulos cortos y la voz fuerte de Machado de Assis en Memorias póstumas de Blas Cubas.
Fuente: Infobae




El día en que el mundo volvió a quedar patas para arriba/ por Silvina Friera, foto Sara Facio, Página 12, Buenos Aires, 11 de enero de 2011



SIN EMBARGO ESTOY AQUÍ, RESUCITANDO > A LOS 80 AÑOS, MURIÓ AYER LA ESCRITORA Y COMPOSITORA MARÍA ELENA WALSH


Creadora de personajes entrañables, como Manuelita la tortuga, y de canciones inolvidables, fue una de las grandes figuras de la cultura popular del siglo XX. Escribió más de 40 libros y no esquivó nunca –ni siquiera en dictadura– el debate político.



Por Silvina Friera


Verano imperdonable, con la tristeza embotellada en los ojos, en el cuerpo. El país está de riguroso luto. Las niñas y los niños de ayer, las mujeres y los hombres de hoy que siguen cantando a coro a Manuelita que vivía en Pehuajó tienen una pena infinita. Esas voces ahora se quiebran –la congoja siempre desafina– cuando intentan completar lo que hizo la tortuga: un día se marchó. 

"¡Qué de campanas en la sangre siento
cada vez que me olvido de la muerte!
Pero sucede que ella no me olvida”.

Estos versos, pletóricos de exquisito dolor adolescente, pertenecen al primer libro que publicó María Elena Walsh, Otoño imperdonable, en 1947. Prologaban, con la energía desmesurada de los primeros pasos, la obra de una artista genial, tan fuera de serie que todo lo que tocaba –poesía, narrativa, música, dramaturgia– devenía inmediatamente en oro. Tan fuera de serie es –en presente, porque su inmenso legado no admite el pretérito– que considerarla un “icono nacional, “prócer cultural”, “blasón de casi todas las infancias”, “un mito o patrimonio de la Argentina”, es recitar –de memoria– una seguidilla de lugares comunes de la lengua contra los que ella luchó hasta pulverizarlos. La muerte no se olvidó de ella. Aunque se deseó que la noticia se hiciera humo, como un mal presagio, ayer murió María Elena o la Walsh –como prefiera cada lector–, a los 80 años, “luego de una prolongada internación y como epílogo de padecimientos crónicos que la aquejaban”, según indicó el parte emitido por el Sanatorio de la Trinidad.

La muchacha que alguna vez se definió como “desabrida, limpia y chúcara” nació en “cuna de oro” el 1º de febrero de 1930, en Ramos Mejía. Su padre, Enrique Walsh, era un alto empleado de los ferrocarriles, “un anglo-argentino enamorado de Dickens y fabuloso músico autodidacto” que tocaba muy bien el piano. Su madre, Lucía Elena Monsalvo, descendía de andaluces. En la tranquila población de la línea del Oeste, la niña trovadora crecía con el abono ideal: infancia de clase media ilustrada, rodeada de libros y de cine. Entre sus fantasías más secretas –confesaría muchos años después, cuando ya era María Elena Walsh y se arrimaba a la orilla de lo que se llama un clásico– se imaginaba cantando y bailando en un escenario, como en las “maravillosas” comedias musicales que admiraba, las de Ginger Rogers y Fred Astaire. En el aula de sus recuerdos brillaba la alumna aplicada, amiga atenta de los árboles y las gallinas, y del pastito que brotaba entre los ladrillos de las antiguas veredas, las mismas que evocó en una de sus canciones, “Fideos finos”. En ese ambiente de libertad, el oído se afinó con las canciones tradiciones inglesas para niños que su padre le cantaba. Ahí comenzó a meter manos a la obra gracias a las construcciones verbales del nonsense británico.

Dueña de un pudor victoriano que se confundía tal vez con timidez, María Elena se plantó, incorregible en su rebeldía, cuando a los 12 años decidió ingresar a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Allí conoció a la fotógrafa Sara Facio, quien con los años se convertiría en su “gran amor, ese amor que no se desgasta sino que se transforma en compañía perfecta”, como se lee en su última novela autobiográfica, Fantasmas en el parque, publicada en 2008. En 1945, con tan sólo 15 años, apareció su primer poema, titulado “Elegía”, en la revista El Hogar, y también escribió para el diario La Nación. Dos años después, en ese 1947 dolorosamente inolvidable, murió su padre al mismo tiempo que publicaba el poemario Otoño imperdonable, que recibió el segundo Premio Municipal de Poesía. Una lluvia de elogios coronó a la “joven promesa”. Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Silvina Ocampo y Juan Ramón Jiménez celebraron ese primer libro.

Cuando se recibió de profesora de Dibujo y Pintura, enfiló con una beca para la Universidad de Maryland (Estados Unidos), invitada por Jiménez, el autor de Platero y yo. Los seis meses que permaneció junto al poeta fueron una experiencia traumática. Inolvidable, en el peor de los sentidos. “Cada día tenía que inventarme coraje para enfrentarlo, repasar mi insignificancia, cubrirme de una desdicha que hoy me rebela –escribió Walsh en un texto publicado en la revista Sur, en 1957–. Me sentía averiguada y condenada. Suelo evocar con rencor a la gente que, mayor en mundo, tuvo mi verde destino entre sus manos y no hizo más que paralizarlo.”

De regreso en Buenos Aires, consiguió la medicina para superar ese mal trago junto a Jiménez. Volvió a escribir ensayos en diversas publicaciones y frecuentó los círculos literarios e intelectuales.

 “Como a sus vanas hojas
el tiempo me perdía.
Clavada a la madera de otro sueño
 volaban sobre mí noches y días.” 

Otra vez llegó un libro, el segundo poemario, Baladas con Ángel, editado en un mismo volumen con Argumento del enamorado, de Angel Bonomini, quien entonces era novio de María Elena. No todo iba viento en popa, aunque pocos lo pudieran percibir. No soportaba las presiones familiares ni de la sociedad. Para ella el peronismo era una “dictadura”. Necesitaba un cambio, respirar otros aires. La aventura arrancó con una carta que sería el principio de una asociación artística y amorosa. La tucumana Leda Valladares, que entonces se encontraba en Costa Rica, la tentó con una propuesta: juntarse en Panamá para rumbear juntas hacia Europa. En el barco Reina del Pacífico, María Elena se probó el traje de cantante. Días y noches su voz se fue fogueando con las zambas de Yupanqui y los hermanos Abalos; cantó chacareras, bagualas y vidalitas anónimas, al son de los instrumentos de la compañera tucumana. Instaladas en París en 1952, en el Hôtel du Grand Balcon, una desvencijada pensión de artistas, la dupla fue eclipsando los escenarios parisienses con su exótico repertorio de canciones folklóricas. El dúo llegó nada menos que al famoso cabaret Crazy Horse. Pablo Picasso, Jacques Prévert y Joan Miró estuvieron entre su fascinado público. Las muchachas compartieron camarín con Charles Aznavour, por entonces un simple debutante.

En la “ruta a la libertad”, en la París donde se codeó con la chilena Violeta Parra y grabó sus primeros álbumes –Chants d’Argentine (1954) y Sous le ciel de l’Argentine (1955), con canciones de tradición oral del folklore andino argentino–, empezó a escribir su primer libro para chicos, Tutú Marambá. Leda & María Elena volvieron a la Argentina en 1956 y pronto salieron de gira por el noroeste argentino. Después grabarían los dos primeros álbumes en el país, Entre valles y quebradas vol 1 y Entre valles y quebradas vol 2, ambos de 1957. Canciones de Tutú Marambá (1960) incluye las primeras canciones que harían famosa a María Elena: “La vaca estudiosa”, “Canción del pescador”, “El Reino del Revés” y “Canción de Titina”. El espectáculo musical-dramático para niños concebido por el dúo, Canciones para mirar, se estrenó en el Teatro San Martín en 1962. A partir de doce canciones, Leda y María irrumpían en el escenario vestidas como juglares mientras los actores –Alberto Fernández de Rosa y Laura Saniez– representaban mímicamente, entre otras, “La Pájara Pinta”, “Canción del estornudo” y “La mona Jacinta”. La sociedad parió un nuevo espectáculo más, Doña Disparate y Bambuco, dirigido por María Herminia Avellaneda, donde aparecieron el Mono Liso y La tortuga Manuelita, el personaje insignia del universo infantil amasado por Walsh.

Antes de la separación de María Elena & Leda, hubo un último disco, Navidad para los chicos (1963). Etapa creativa y amorosa cerrada, publicaría un puñado de libros para chicos –El reino del revés (1964), Zoo loco (1964), Dailan Kifki (1966), Cuentopos de Gulubú (1966) y Aire libre (1967), que consolidó el universo infantil que MEW construyó en la década del ’60. Desde entonces, las infancias de millones de argentinos estarán enlazadas por una liturgia inoxidable.

Narradora del disparate, “milagrera” a la hora de expandir el humor y el absurdo, irreverente hasta lo inconcebible, además de irónica y satírica, no habrá otra igual. La genia MEW, como si fuera una hechicera, tenía una pulsión poética extraordinaria. En la matriz de su escritura está la poesía. En el prólogo de Hecho a mano, su poemario para adultos de 1965, está la clave. “No sé, yo solamente versifico / pura conversación a mi manera”, decía. Las etapas, del folklore a las canciones para chicos, pasaban. La poesía siempre quedaba. En el ’68 arrancó con sus recitales unipersonales para adultos, Juguemos en el mundo, que fue disco también y en 1971 se transformó en una película en la que actuó, dirigida por Avellaneda. Ese espectáculo-disco incluía la emblemática “Serenata para la tierra de uno”:

“Porque me duele si me quedo,

pero me muero si me voy

con todo y a pesar de todo

mi amor yo quiero vivir en vos”.


A la Walsh –opción que suena mejor para repasar sus intervenciones públicas– le encantaba levantar polvareda. La bandera que se enarboló como símbolo de libertad y coraje fue el artículo que publicó en 1979 “Desventuras en el País-Jardín de Infantes”, cansada por la censura y las prohibiciones de películas, programas de televisión y libros. Ya estaba retirada de los escenarios; dictadura, terror y espanto trajeron el parate artístico en 1978. Esa pieza contra la figura del censor merece ser revisada y discutida sin menoscabar la importancia capital que tuvo. Un párrafo de los menos recordados legitima sin artilugios lingüísticos el accionar de la represión y convalida la teoría de los “dos demonios”. “Que las autoridades hayan librado una dura guerra contra la subversión y procuren mantener la paz social son hechos unánimemente reconocidos –señaló en ese texto–. No sería justo erigirnos a nuestra vez en censores de una tarea que sabemos intrincada y de la que somos beneficiarios. Pero eso ya no justifica que a los honrados sobrevivientes del caos se nos encierre en una escuela de monjas preconciliares, amenazados de caer en penitencia en cualquier momento y sin saber bien por qué.” Ante la posibilidad de implementar la pena de muerte en el país, en 1991 escribió un poema demoledor: “Cada vez que se alude a este escarmiento, la Humanidad retrocede en cuatro patas”. La Walsh no sintonizaba con el imperativo de la “corrección política”. Una de sus últimas intervenciones más criticadas fue cuando –en 1996– invitó a la Carpa Blanca docente a retirarse de la plaza “por autoritaria e inofensiva”.

Su primera novela para adultos, Novios de antaño, fue publicada en 1990, el mismo año en que recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba, cuando ya era –desde 1985– Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. En 1994 se recopilaron las canciones completas para niños y adultos bajo el título Las canciones; toda su obra literaria ha sido reeditada por Alfaguara y sus libros han sido traducidos al inglés, francés, hebreo, italiano, finés, danés y sueco. En una de sus últimas entrevistas con el suplemento Radar habló de su reconciliación con el peronismo. “Al ver los manejos de la Revolución Libertadora recapacité sobre todo lo que había sido la obra del peronismo, aparte de sus manejos, así, represivos, digamos. Me di cuenta de lo que había representado para el pueblo, que es mucho. Años después viajé por el interior y la única escuela que había y el único puente eran restos de esa época del peronismo.” Se burlaba, en esa entrevista, sobre lo que le generaba la palabra “póstumo”. La pensaba como “una especie de chiste”. Y confesaba que le gustaría ser recordada “como alguien que quería dar alegría a los demás”. La vida sin María Elena tiene un gusto amargo. Entre risas y lágrimas, dos sentimientos que no son incompatibles, los argentinos la despedimos, emocionados: “¡Gracias, maestra, por tanta alegría!”.

Fuente: Página 12


"Los Espacios del Adiós y otros poemas", antología virtual de José Pulido, prólogo y selección Milagros Mata Gil, Ed. Itaca, Caracas 2020


 A mi madre, Victoria, que me hizo como soy. Y a Petra, mi amada, que me

enseñó a querer lo que ella y mi madre han sido






Prólogo de Milagros Mata Gil

(...)

VI.

Dividí la Antología en dos partes: Los espacios del adiós y De amores será. En la primera de las mencionadas, incluí poemas que se refieren a los aconteceres de nuestra vida. En la segunda, los poemas de amor que reflejan toda una vida consagrada a ser uno con otros: esposa, hijos. Ignoro si los poemas escogidos son los mejores, o no, de los 100 que he recogido. Ya mencioné las limitaciones de mi competencia. Sólo diré que esos fueron los que más me agradaron, los que más me hablaron en esas horas matinales en que acostumbro leer a Pulido. Leer poesía para, como dice el grafiti, parar de sufrir.


LOS ESPACIOS DEL ADIÓS


ORACIONES

Gracias Señor

por este nuevo día

que le das a todos los seres humanos,

a todos los seres creados por ti

en este planeta y en todos los planetas

de todos los universos.

Y gracias por el amor

que nos has enseñado.

Gracias Señor,

suspiro del cosmos,

por la transida noche

aunque traiga desmanes y artilugios.

Gracias por borrar el cerro hasta el amanecer

para que tengamos añoranzas

y por llenarnos de sabores que cantan

la breve estancia del cuerpo en su niñez.

Gracias Señor por dejarnos la intensidad del recuerdo

al arrancarnos cada paraíso.

Gracias por enseñarle amor

a seres desesperados tan distintos

que te dibujan con sus sombras de feroz melancolía

buscando la reconciliación

como si no sintieran este miedo.


EL UNO Y EL OTRO

Con su lengua de seda y telaraña

Dios procede a soñar

Con su lengua de brisa que penetra

el abismo de una corola

Dios prueba la poesía

Con su lengua de pez a punto de ser tragado

Dios habita en las palabras del poeta

Con su niñez entre pecho y espalda

el poeta compone un oído para escuchar

los pasos de la luz

La espera del destino

es una flor de sal en el desierto

y Dios saca su lengua de sombra de camello

Bajo el peso de tantas veces

que pasó la luna

el poeta sufre un ala rota

Dios jamás ha usado sus pies para correr

los poetas no pueden huir a ras de ejidos

aunque vayan dejando

un alpiste de amores por la senda

El poeta le asigna un verso a los ángeles

y establece la soledad

los ángeles sólo se posan

en el centro mismo del amor.

El poeta con su voz de sueño anegado

tendrá que cantar

Dios le ha dado el dolor

para que sufra en las alturas

Con sus ojos de poeta enfermo

Dios mira la alegría y se alegra



PARA QUE DESPUÉS NO TE QUEJES

Desconozco la ubicación del porvenir

todo el que llegue lo sabrá

creyendo que no ha llegado

será como la sombra del celaje

de una huidiza maravilla

oro escapado en el agua de las manos

inconformidad en el momento de estremecerse

con cualquier divino placer que se presente

Espero que después no tengas que aferrarte

a los recuerdos del porvenir

que inevitablemente serán los mejores

los tormentosos

los que hieren con su orgasmo fantasmagórico

-alegóricolos

que contienen el desnudo espíritu

de Dios ejerciendo pasiones en el cuerpo de uno

porque él siempre ha querido conocer

a través de estas carnes

cómo es querer, cómo es morir,

cómo es lanzar plegarias al abismo

Solo tu cuerpo ha sido mejor que una playa

agua de coco en el aire azul

curando el vértigo de las ninfas saladas

Solo tu alma ha sido mejor que una madre

amamantando con ilusiones asesinas

todo lo recién nacido de nosotros

Solo tu comportamiento ha sido peor que el diablo

me has dejado soñando para siempre



DE AMORES SERÁ


AQUÍ ENTRE NOS

Tenía un beso guardado desde 1975

te lo quise entregar en la cocina

y se deshizo en el aire como algo egipcio

al saber lo ocurrido me dijiste

déjalo que se pierda


El día que amanecí recordándolo todo

me alegré con un sueño del año antepasado

que había olvidado en un instante griego

-morir flechado sin conocer a Helenaquise

contarlo porque estuviste en sus entrañas

pero un hollín nubló mi cielo pensador

y un tanto maternal me aconsejaste

déjalo que se pierda


las islas del pensar visito en nuestro cuarto

el cuarto es un océano

donde algo de Jonás se está moviendo


ahora no me atrevo a revelar

la enormidad de amor

que he estado descubriendo



ÓPTICA DE PECHO ABIERTO

No se puede tener la bienaventuranza,

el gran bien, la felicidad de larga duración

es menester ensanchar el alma, atrapar lo que puedas

y saborear lo breve


La beatitud se funda en el acto de ver,

y no en el amor a Dios, que viene después.

decía Beatriz


Guardo los ojos mientras van pasando

injertos de cantares en bandadas

vientos rotundos que no reconocen

el andar de las piedras

ni el callar de los lobos


Cierro los ojos

para que no sufran desmoronamiento

las habitaciones


(en el silencio abundan

respiraciones de otros seres,

hierbas de fuego,

música durmiendo debajo de los pisos)

apago la mirada

para que se extravíen mis pecados

que se la pasan inventando selvas

y fabricando aguardiente propio

con flores nacidas

en las entrepiernas de las inspiraciones

y ahora esta sensación carnívora

más vieja que una iglesia

copia tus facciones mientras me devora


Por eso no despejo las pupilas

para que no se quiebren

las botellas de ajenjo de lord Byron

y no se desparramen

las rumas de tantas bibliotecas

¡ay, tus libros!

-Cada nueva emoción es una tumba

donde lord Byron se levanta


no quiero abrir los ojos

mi cara ha sido tapiada por la tuya

de tanto detallarte


(mirarte fijamente la frente, la nariz,

entre ruidos y espuma,

desde el Polifemo de la lavadora,

-como clavos calientes los ojos en la bruma-

¿Por qué tanto mi rostro te enamora

que no ves el jardín? dijo Beatriz)


Las pestañas extrañas sospechan un delirio

no me atrevo a mover tus poderosos labios

mis huesos creen que cantan porque tu piel los toca

flautas miserables


Estoy orbitando en el silencio de una fotografía

la caseta callejera toma retratos sin sonrisa

mientras indicas como por encanto

que hunda el botón cuando se ponga verde

no sé calcular la seriedad que exige este momento

y la cámara invisible es una potestad que nos rodea


Cierro los ojos para no distraerme

con la inmensa pizarra, tu pizarra

líneas de tiza marcando

las huellas de quienes se fueron por los aires


Para decirlo de una vez y sin adornos:

sé que si abro los ojos

estarás ubicada detrás de una cortina

y tienes que ser tú, porque si no lo fueras

significaría que no he llegado todavía al purgatorio



LA VAGANCIA DE ESTAR SOÑANDO

Muéstrame dónde vivías,

le ruego, le suplico, le solicito en sueños

y él ni siquiera parece descubrirme

igual que si una tarde oyeras a alguien aporreando un metal

sin interesarte lo que está por suceder

¿latonería y pintura? ¿espadas? ¿campanadas?

a veces mi voz es como una sombra en la garganta


he estado tan pendiente de elucubrar

las palabras tejidas como suéter para no morirme de frío

de la tejedora amada en mis delirios y en mis momentos de

alcurnia dolida

ella, Wislawa Szymborska, con sus agujas de vuelo de picargo,

de Haliaeetus albicilla, de mujer sometida a esta soledad de lanas

que se

cruzan

un suéter partido en dos por el pecho, pero escondiendo el alma


Me ha tenido tan absorto indico:

que he olvidado otro sueño, uno emocionante en cuyas tramas

sumidas en volutas

conocí a una reina y entonces nos vimos y entonces le dije

muéstrame a una princesa

también he imaginado que la reina se enredó con Plotino

y el muy zamarro le susurró soy uno porque te quiero


Nunca se sabe qué puedes conseguir en la relación con un poema

no sería extraño saborear un corazón en medio de las palabras

a una amiga le advertí por esta vía “No te retrates más.

He visto en tus ojos a unos ángeles que se asomaban

y eso me surgió porque había estado soñando con divinidades

y luego presencié otras muy concertadas ellas en la vida real

divinidades como la ilusión de mis viejas amistades

ahora con la precipitación de los nietos

y luego una especie de canario extranjero que vino y se posó en

mi hombro

y arrancó su canto en lengua totalmente local

como si yo fuera exactamente un árbol arrasado


Muéstrame dónde vivías antes de someterte a estos trances

repito para no olvidar que había estado soñando sin estribos

y juro que ni se dignó dirigir sus ojos hacia este lado:

el padre Adán se quedó como si no fuera con él

Con las manos heridas por las espinas de los naranjos

está llora que llora frente a la Plaza Pilsudski

que ni en sueños he visitado

y pregunto quién es esa belleza que llora sin parar

y viene la reina y me dice

Te presento a Wislawa Szymborska








LA ANTOLOGISTA



MILAGROS MATA GIL

Caracas, 1951.

Narradora, periodista y docente investigadora en el campo de la Literatura Venezolana contemporánea. Es egresada del Instituto Pedagógico de Caracas en la especialidad de Castellano, Literatura y Latín. Miembro correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua desde 2011. 

Ha publicado varios libros de narrativa:

“Estación y otros relatos” (1986), “La casa en llamas” (Premio FUNDARTE de Novela, 1987), “Memorias de una antigua primavera” (Premio Planeta Venezolana de Novela “Miguel Otero
Silva, 1989), “Mata El Caracol” (1991), “El diario íntimo de Francisca Malabar” (Premio Mariano Picón Salas de Novela, Univ. De Los Andes, 1993) Ensayos: “Balza, el cuerpo fluvial” (1985), “Los Signos de la Trama” (1991), “Tiempo y muerte en Alfredo Armas Alfonzo y José Balza” (1993), “El pregón Mercadero” (1997) entre otros. 

Desde muy joven ha escrito y publicado artículos de opinión, reportajes y entrevistas en diversos diarios regionales y nacionales. En los últimos años, ha publicado varios ensayos y relatos en grupos de Facebook y se ha dedicado a entrevistar personas que proyecten
la cultura venezolana actual. Además, es una intensa activista social, defensora de los derechos de los artistas, de las mascotas y del ambiente, así como de los logros vecinales.

La foto es de Juan Raydán, 2019


Foto de portada: Golcar Rojas
Diseño gráfico y diagramación: Milagros Mata Gil y Eréndira Maita

Todos los derechos reservados José Pulido y Ed. Itaca

Contacto: editorial.itaca.56@gmail.com





Ignacio Lozano Jr, director de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), ex embajador estadounidense en El Salvador: “Ya se ha dicho oficialmente que no hay solución a los problemas de Nicaragua mientras se mantenga Somoza en el poder” / entrevista de Viviana Marcela Iriart, Caracas, Revista Semana No. 567, 17 de julio de 1979











El coloquio Derechos Humanos: Promesas y Violaciones, organizado en Caracas por la Fundación Diego Cisneros y la Embajada de Estados Unidos los días 28 y 29 de junio, reunió a muchas importantes personalidades, una de ellas el periodista Ignacio Lozano Jr., director de La Opinión,  el diario de mayor circulación en idioma español de Los Ángeles, quien aceptó dialogar con Semana.
Su apellido latino se debe a su padre, de origen mexicano, que fundó en 1926 el periódico en el que Lozano trabaja desde 1947. Director de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y miembro de la Asociación de Prensa de California, en 1976-77 fue embajador de Estados Unidos en El Salvador.
Alto y robusto, hablando perfecto castellano, de voz grave y modales tranquilos, Lozano –que nació en Texas y estudió periodismo en la universidad de Notre Dame- respondió así a nuestro requerimiento periodístico.

¿Cuál es el objetivo de este coloquio?
Estudiar la situación de los derechos humanos, sino en profundidad, sino más bien los medios por los cuales se puede mejorar, promover y defender a éstos, ver qué organizaciones existen, la función que desarrollan y establecer de que forma pueden usarse mejor.

¿Qué es lo que va  a lograrse?
Esta es una ocasión para reunirnos personas interesadas en el tema, de Estados Unidos y Venezuela. Es más bien un cambio de opiniones e impresiones. Un intercambio sobre la manera en que mejor podemos defender los derechos humanos. Este coloquio no es jurado.

¿Qué abarca para usted el término “derechos humanos”?
No se limita a la protección de la integridad del individuo, también incluye sus derechos políticos y económicos. Es la primera vez que un miembro de la SIP participa en un coloquio de esta naturaleza y traemos la preocupación por uno de los derechos humanos: el la libertad de prensa.

¿Cuál es el aporte de este coloquio a las personas que están sufriendo la represión de gobiernos opresores?
A través de este grupo no van a recibir ninguna ayuda,  ya hay organizaciones que se ocupan de ellas. Nosotros nos reunimos para ver cómo funcionan esas organizaciones.

¿Considera usted que Amnistía Internacional funciona bien?
Estupendamente bien, yo no soy miembro de esa organización pero le doy mi apoyo económico.

Usted fue embajador en El Salvador, país azotado por graves disturbios los últimos tiempos, ¿cómo vio la situación allá durante el período de su gestión?
Muy mal, con muchos problemas sociales, y la situación se ha ido deteriorando que estoy preocupado por el futuro de ese país.

Los rebeldes salvadoreños consideran que el triunfo de la revolución en Nicaragua será un punto a favor de ellos. ¿Ud. qué opina?
Yo no le veo la conexión a lo de Nicaragua con lo de El Salvador, cada país tiene sus propios problemas y El Salvador más que cualquier otro. E, independientemente de lo que suceda en Nicaragua, se corre el riesgo de que la situación en El Salvador llegue a límites semejantes a los del país gobernado por Somoza.

¿No cree Ud. que la situación nicaragüense ha llegado a esos extremos gracias al apoyo estadounidense?
Yo pienso que durante muchos años Estados Unidos apoyó al régimen de Nicaragua, pero en la actualidad no existe ningún tipo de apoyo moral ni militar. Los Estados Unidos votaron a favor de la moción aprobada por la OEA y ya se ha dicho oficialmente que no hay solución a los problemas de Nicaragua mientras se mantenga Somoza en el poder.

¿Qué opina de la anunciada intervención militar norteamericana?
No estoy a favor de una fuerza de paz de los Estados Unidos, pero tenemos que recordar que la proposición hecha por mi país llevaba el imperativo de un cese de fuego antes de que llegara la fuerza interamericana. Y sin ese cese de fuego no hubiera funcionado una fuerza de paz. Porque se hubiera encontrado peleando con los dos bandos. Ausente el cese de fuego, no puedo haber intervención militar y desgraciadamente tendremos que dejar que la situación siga su curso.

¿Cuál es su posición ante la llamada “Junta Nicaragüense Provisional de Reconstrucción Nacional”?
Estoy a favor de ella, creo que representa ampliamente a la oposición y como lo dice el título, “provisional”, creo que es el instrumento adecuado para mantener el orden público hasta que se llegue a una situación de suficiente normalidad que permita al país llegar a la democracia.



Caracas, Revista Semana No. 567, 17 de julio de 1979







Foro “Derechos Humanos: promesas y violaciones”. Patricia Derian, Secretaria de Estado Adjunto de Derechos Humanos de Estados Unidos”: “El gobierno norteamericano no da licencia para armas que pueden ser usados por la policía de los países violadores de los derechos humanos” / artículo de Viviana Marcela Iriart, Revista Semana, Caracas, 17 de julio de 1979


Patricia Derian




Nunca será demasiado  lo que se haga en pro de los derechos humanos, tan violados desde siempre, y todo lo que profundice y difunda este grave problema, será valioso.

La Fundación Diego Cisneros y la Embajada de Estados Unidos organizaron el foro “Derechos Humanos: Promesas y Violaciones”, que contó con la presencia de grandes personalidades de la cultura, el periodismo  y la política de Estados Unidos y Venezuela, y sesionó los días 28 y 29 de junio en el IESA de Caracas.

Lo expuesto y debatido, así como los informes presentados en este Foro, servirán tal vez como base para el Encuentro sobre Refugiados que Gran Bretaña propuso para el próximo mes. O para el Primer Congreso sobre el Exilio Latinoamericano, a realizarse en Mérida en septiembre.





Personalidades en el coloquio


Los debates se realizaron en un amplio y cómodo salón, con traducción directa del castellano al inglés y viceversa, sin participación del público pero sí de observadores. 
Participaron importantes personalidades de Estados Unidos y Venezuela: Patricia Derian,  Secretaria de Estado Adjunto para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios de Estados Unidos;  Pamela Hill, vicepresidenta de la ABC News;  Dr. Clyde Ferguson Jr.,  profesor de Derecho de la Universidad de Harvard;  Rose Styron,  poeta y miembro ejecutivo de Amnistía Internacional;  Ignacio Lozano Jr.,  director del diario La Opinión de Los Ángeles;  Dr. Arthur Schlesinger,  escritor e historiador;  Tom Wicker, periodista del New York Times, por Estados Unidos. Por Venezuela:  Dr. Andrés Aguilar,  presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA;  Oswaldo Álvarez Paz,  presidente de la Comisión Permanente de Política Interior de la Cámara Diputados;  Dr. Arístides Calvani, ex ministro de Relaciones Exteriores;  Juan Liscano, poeta y escritor;  Dr. José Ramón Medina,  Fiscal General de la Nación;  Dr. Carlos Rangel,  escritor, periodista y analista político;  Dr. Enrique Tejera París, secretario para Asuntos Internacionales de A.D.; Dr. Arturo Uslar Pietri,  prestigioso novelista,  presidente del Comité de Derechos Humanos y miembro del Consejo Ejecutivo de la Unesco y el Dr. Ramón Velázquez,  director de El Nacional.

El acto fue inaugurado por el presidente de la República, Dr. Luis Herrera Campins, quién dijo que “el caso de los derechos humanos desborda el aspecto político y debe ser afrontado con mayor urgencia por su influencia sobre el resto de las actividades de los seres humanos”.  El presidente de la Fundación Diego Cisneros,  Gustavo Cisneros,  fue el encargado de abrir el coloquio que el primer día giró en torno a “La maquinaria internacional para los Derechos Humanos” y el “Papel de las Instituciones Privadas”.

Respecto a estas últimas, la mayoría de los panelistas coincidió en afirmar la importancia de Amnistía Internacional, institución que lucha por la liberación de las personas presas por motivos políticos, y la abolición de la tortura, en el mundo.


Opiniones, debates, confrontaciones

El Dr. Rafael caldera,  ex presidente de Venezuela,  después del almuerzo que le ofreció la Fundación Cisneros,  se preguntó qué sentido tenían foros de esa naturaleza,  sin capacidad para sancionar,  y él mismo se respondió diciendo que servían para que los pensadores, publicistas, medios de comunicación, pudieran expresarse y desarrollar el trabajo preparatorio a fin de que los gobiernos tomaran las medidas necesarias en favor de los derechos humanos. En relación a Nicaragua,  al arribar al IESA declaró que “Estados Unidos tiene sobre su conciencia cuarenta años de apoyo a la dinastía somocista.  Ahora, una intervención abierta, militar, descarada en Nicaragua, podría traer inconvenientes muy graves”.

A la apertura del coloquio también asistieron el Canciller venezolano José Alberto Zambrano Velasco;  el Embajador de Estados, Unidos William Isner y los observadores:  Müller-Rappard,  del Consejo de Europa; José González, presidente del Secretariado Centroamericano de Derechos Humanos y fundador de la Comisión Permanente de Derechos Humanos en Nicaragua;  Gerardo Trejos, asesor de la Asamblea Legislativa de Costa Rica sobre cuestiones de Derechos Humanos y un miembro de Amnistía Internacional Venezuela,  Ana María Rodríguez.

El asesor especial de los ex presidentes John F Kennedy y Lyndon Johnson, Arthur Schlesinger, explicó que la palabra “Derechos Humanos fue usada por primera vez en el continente en el año 1938 en Lima, Perú” y el día siguiente el Dr. Velázquez aclaraba que era en esa época cuando “el mariscal Benavides probaba con su tremenda persecución desatada contra apristas y comunistas, su total desconocimiento de los nuevos términos. Hablaba el Mariscal el lenguaje centenario que confunde el ejercicio del poder con el derecho de ejercer la violencia”.

El viernes el coloquio se ocupó de “Estudios de Política Nacional: Asistencia Económica y Militar y Programas Humanitarios (Refugiados)” y de “El papel de los Medios de Comunicación Social”.  Mañana y tarde el debate fue enfocado la mayoría de las veces sobre la efectividad o no de la política de Derechos Humanos del presidente Carter y el caso de los refugiados vietnamitas.  El largo y doloroso exilio latinoamericano, y la tortura, fueron abordados por los venezolanos casi exclusivamente.

La Secretaria de Estado Adjunto, Patricia Derian, miembro también de la Comisión Ejecutiva de la Unión Norteamericana de Libertades Civiles y presidenta del Consejo Regional Sureño, centralizó el debate mañanero. De voz suave y precisa, ojos azules, alta y delgada, tuvo que admitir y contestar las críticas de sus compatriotas. Comenzó su alocución diciendo que “la historia no nos perdonará” la indiferencia ante los problemas sociales que aquejan al mundo y que es responsabilidad de los adultos buscar una solución a estos. “El mes pasado 60.000 refugiados vietnamitas llegaron a tierra en el Sur Asiático, embarcaciones llenas de mujeres, niños de pecho, viejos, sin alimentos ni agua… Y cuando llegan a un sitio pensando que allí hallarán paz, no se les permite desembarcar”. Y agregó que Estados Unidos ya aceptó a 300.00 personas refugiadas y piensa aumentar el número lo mismo que Francia, que acoge 1.000 personas por mes. Hizo un dramático pedido a todos los presentes para que presionaran ante sus gobiernos, a fin de evitar “un nuevo holocausto en nuestros días”. 

Patricia Derian aseguró que “el gobierno norteamericano no da licencia para armas que pueden ser usados por la policía de los países violadores de los derechos humanos” y preguntó quién iría a encargarse de denunciar y de hacer una lista de estos países. Al respecto el Dr. Velázquez, abriendo la segunda sesión, dijo que “no hay un país en este planeta que pueda reclamar inocencia absoluta en ese sentido”.

Patricia Derian expresó, asimismo, que el gobierno de su país busca que los gobiernos represores entiendan su posición: “Conversamos, hay un intercambio diplomático, esto es muy positivo y así obtenemos información. La persona que está del otro lado de la mesa comienza a hablar de la Constitución de su país y de la situación de anormalidad que los llevó a apartarse de ella. Y puedo asegurar que las constituciones de todos los países son estupendas. Cuando hablamos con los representantes de esas naciones, a veces no reciben muy bien, otras no tanto, otras dicen: “si ustedes no entienden siquiera la historia de Europa ¿cómo van a hablar de derechos humanos?” Pero nosotros hacemos mucho, no puedo decir cuánto, en este corto tiempo”.

El Dr. Calvani tomó la palabra para decir que “el 70 por ciento de las denuncias llegadas a la Unesco proviene de América Latina” y que “el aporte de Amnistía Internacional es uno de los más importantes que tenemos”.

El periodista Ignacio Lozano Jr. estuvo en octubre del año pasado en Argentina, analizando la situación de la prensa en ese país y hablo de su experiencia en esa nación. En una semana en Buenos Aires se entrevistó con más de 60 personas y dijo que “los periódicos tienen miedo y los editores dijeron que mucho de lo que no publican podría ser publicado,  pero que prefieren no arriesgarse”.

Agregó que algunos funcionarios argentinos le dijeron que no había restricciones a la prensa, “pero los hechos dicen que el artículo 158 prohíbe toda información sobre la guerrilla” y que el ministro del Interior, general Albano Harguindeguy,  le confirmó la vigencia de ese artículo.
Se refirió también al periodista Jacobo Timerman, director del diario La Opinión (confiscado por el gobierno del general Videla), quien fue detenido, torturado, juzgado, declarado inocente pero que, aún después del arresto carcelario, sigue en arresto domiciliario. Asimismo,  Harguindeguy le dijo que la ciudadanía de Timerman sería cuestionada.

“La información es la forma moderna del poder” declaró el Dr. Arturo Uslar Pietri, ex embajador venezolano ante la Unesco. Finalmente el Dr. Carlos Rangel realizó una síntesis de los dos días de coloquio y manifestó su preocupación por los refugiados vietnamitas, independientemente de su clasificación, y consideró que se habían apartado del tema central al tratar el problema de las naciones con más y menos recursos.  Pero el foro llegaba a su fin y ya no había tiempo para aclaraciones y discusiones.  Tal vez en el próximo encuentro puedan seguir intercambiando ideas y opiniones.

Mientras tanto, los derechos humanos continúan en la cárcel.

Caracas, 17 de julio de 1979
Revista Semana No. 567