la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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ENDEREZANDO LA CUERDA, cuento de Rodolfo Molina, 13 de febrero de 2025, Córdoba, España

 


Foto: Internet



Ayer fue un día durísimo, esos que cuando te estás levantado algo ronronea: "Hoy, como que no anda bien". Ni siquiera abrí la ventana de la habitación para dar cuenta del ambiente. Pero igual, el día, estaba frío de hielo. Salí a la calle. La rutina de los buses es bien medida en esta ciudad. Llegan a la hora pautada. El viaje por las calles de Córdoba no deja de ser agradable. Sin baches, ordenado.


¡De pronto! ¡Intempestivamente! Una mujer se le lanzó al vehículo sin llegar a tocarla. Por esto, me empezaron las pulsaciones, no sé sí por ver una mujer herida en la calle o por la angustia de perder mi cita al llegar un poco tarde al examen. Iba, además, con la gripe en su estado más rabioso y crítico. Ataques periódicos de tos, fiebre.  ¡Dios que terrible! No podía perder ésta cita por nada en el mundo, si ocurría tendría que esperar 3 o 4 meses para recibir otra de nuevo.


Finalmente, la mujer que se encontraba en posición fetal en medio de la calle, no estaba muerta. Empezó a articular palabras inaudibles. Un hombre que se encontraba frente a ella la decía que estaba por llegar la policía a retirarla e ipso facto se levantó y corrió por temor de que la llevaran a no sé dónde. Entró en una casa abandonada, sin puertas, gris oscura, parecía una cueva, en lo alto del lugar.


Entre las voces cantarinas de los cordobeses dentro del bus se oían algunos decir que esa  era una mujer en situación de calle, quizás se estaba procurando, en medio de éste enredo, cómo sacar partido.


El bus continuó finalmente su marcha y pude llegar a tiempo al imponente Hospital Reina Sofia de Córdoba. Yo debía  llegar a Medicina Nuclear, lugar del examen. Antes debí atravesar largos pasillos, con líneas de colores por el piso para poder llegar en donde me harían el estudio. La línea mía era la azul. Rápido me tomaron el brazo, me inyectaron una sustancia química (contraste) y a esperar 4 horas. Recorrí el hospital buscando un lugar en donde pudiera resguardame, estar cómodo y distante de la gente, evitando contaminaciones. Después del tiempo estipulado, llegué de nuevo al lugar del estudio. Allí me quedé sentado una 1 hora más. Entraba y salían operadores, técnicos y como es una vaina nuclear, empieza a correrle a uno un friito por la columna vertebral. Entraron otros estudiosos con máscaras con unos envases tipo maleta bien cerrados, más luego, una enfermera informaba que uno de los aparatos se había dañado. ¿Eh? Dejé de pensar en mi fantasía nuclear y centrar mi mente en el objetivo por el que estaba allí. Decidí esperar con calma simulada. Listo. Me llamaron. Me colocaron en el mesón. "No te puedes mover" me dijeron. Esperando inmóvil otro largo tiempo  no me  di cuenta cuando cambiaron de técnico, había una mujer al principio y luego un hombre. Yo dormitaba por momentos, fue cuando una voz que me susurraba en el oído me decía: Vamos a comenzar de nuevo. ¿Qué? ¿De nuevo? ¿Qué?...Y con la misma empezaron a activar el equipo. Después me pasaron a otra máquina igual de monstruosa, por su tamaño. Así fue que pasé 6 horas en total en el hospital. Aun no conozco los resultados, ya veremos cuando los reciba.


Ésta narrativa es para dar cuenta de lo torcido, frío, del día de ayer. Ése  día que no dejó de ser a final de cuentas, un maravilloso y bien vivido instante.


¡¡¡Aloha!!!



PD: Ésta pudiera ser una historia real.



©Rodolfo Molina

Corresponsal en España de Escritoras Unidas & Cía


Venezolano radicado en España. Director, productor, actor, diseñador de vestuario y escenografía, docente, gerente cultural, pedagogo teatral, dramaturgo, guionista cine. 


Fundador del Festival Internacional de Teatro de Los Andes, Teatro Móvil Campesino y El Theatrón Centro Dramático (Mérida). Ex Presidente del Consejo Regional de Teatro del Estado Mérida. 


Algunos Premios: Gran Medallón de Honor del Festival Internacional de Teatro de Expresión Ibérica (Porto-Portugal); Ciudadano Meritorio de la Ciudad de Mérida; Premio Juana Sujo; Subsidio Honor de la Casa del Artista. 


Algunos Festivales en los que participó: Festival Internacional de Teatro de Expresión Ibérica (Portugal); Festival de Teatro Popular (Nueva York); Festival Internacional de Teatro de Caracas; Festival Chicano y Latinoamericano (México); Festival Mundial de Teatro en Nancy (Francia). Ha dirigido más de 45 obras de teatro y realizado giras por varios países, entre ellos  España, Francia, Colombia, Portugal y México.


En 2024 publicó su obra de teatro Los Invisibles, de venta en Amazon