«No nos regocijamos
con las guerras. Nos regocijamos cuando desarrollamos un nuevo tipo de algodón,
o cuando las fresas florecen en Israel» G.M.
(Golda
Mabovich) Política israelí (Kiev, Ucrania, 1898 - Jerusalén, 1978). Era hija de
un modesto carpintero judío de la parte occidental del Imperio ruso, que emigró
a Estados Unidos en 1906, como muchos judíos ashkenazis que huían de la
marginación y las persecuciones que sufrían en Europa oriental a principios de
siglo. Establecida la familia en Milwaukee, Golda se hizo maestra y se casó en
1917 con Morris Myerson (más tarde hebraizó su apellido como Meir).
Se adhirió al
movimiento sionista que buscaba el establecimiento de un Estado propio para los
judíos, dentro de la mayoritaria corriente socialista. En coherencia con sus
ideales, Golda y su marido se trasladaron a vivir y trabajar como colonos
agrícolas en el kibbutz Mehavia en Palestina (1921), entonces bajo
mandato colonial británico.
Pronto se
trasladaron a Tel Aviv y Golda empezó a ocupar puestos de responsabilidad en el
movimiento laborista judío de Palestina, el Histadrut: trabajó en su
empresa constructora (esencial para los proyectos de colonización), dirigió su
rama femenina y, por fin, en 1934 fue elegida secretaria general,
convirtiéndose en una de las principales colaboradoras de Ben-Gurión al frente
del partido Mapei.
Acabada la
Segunda Guerra Mundial (1939-45), cuando se agudizó la presión sionista para
exigir la independencia de los británicos, Meir ejerció incluso
transitoriamente como presidenta de la Agencia Judía de Palestina (1946), que
funcionaba como gobierno en la sombra de los colonos judíos (ya que los
restantes dirigentes estaban detenidos por las autoridades coloniales). Desde
aquel cargo colaboró eficazmente en el proceso que culminó con la creación del
Estado de Israel en 1948 (fue una de las firmantes de la declaración de
independencia).
Pasó seis
meses como embajadora del nuevo Estado en la Unión Soviética, intentando que
las autoridades comunistas suavizaran el trato a la comunidad judía y dejaran
de poner trabas a la emigración hacia Israel. En 1949 Ben-Gurión le nombró
ministra de Trabajo y Seguridad Social, cargo en el que demostró una gran
eficacia en la construcción del Estado de Bienestar israelí y la integración
laboral y social de las masas de inmigrantes que afluían al país. Luego pasó a
ocupar la cartera de Asuntos Exteriores (1956-66), desde la cual desplegó una
gran actividad para lograr el reconocimiento y el apoyo al Estado de Israel por
los nuevos países independientes que estaban surgiendo de la descolonización
africana.
Fuente: Biografìas y Vidas
«El
hecho de ser abuela, me da la certeza de que la paz llegara algún día al
Medio Oriente: sé que también hay abuelas en Egipto, Jordania y Siria, que
quieren que sus nietos vivan» G.M.
Primera ministra israelí, Golda Meir (1898-1978)
Golda Meir fue la primera mujer en ocupar la presidencia
del joven estado de Israel. Mujer luchadora y tenaz, trabajó toda su vida por
la defensa de su pueblo y la creación de un estado judío. Sus pasos la llevaron
a la presidencia de Israel. Pero su fallida actuación en la fatídica guerra del
Yom Kippur, empañó el trabajo de toda una vida de lucha.
La pobreza de su infancia
Golda Mabovitch nació en Kiev, entonces perteneciente al
Imperio Ruso, el 3 de mayo de 1898. Golda era la séptima de ocho hijos de una
familia tradicionalista judía que vivía en una amenazante pobreza. Su padre
Moshé Mabovitch, un humilde carpintero, no pudo evitar ver morir a cinco de sus
hijos cuando eran aún unos niños. Además de la pobreza, la familia Mabovitch
tuvo que sufrir la creciente oleada de antisemitismo que se empezaba a extender
por Europa.
Ante esta situación, Moshé emigró a los Estados Unidos en
1903 dejando en Kiev a su mujer y a sus tres únicas hijas. Poco tiempo después,
en 1906, toda la familia se reuniría en Milwaukee, Wisconsin, donde pudieron
vivir alejados de la pobreza y las persecuciones.
En la tierra de las oportunidades
Situados en la tierra de las oportunidades, Golda pudo
estudiar y dedicarse a su gran pasión, la docencia. Pero sus experiencias en
Europa la habían llevado también a querer luchar por la causa sionista, por lo
que no dudó en afiliarse al patido político socialista judío.
En la tierra prometida
En 1921, Golda y su prometido Meir Meyerson decidieron
emigrar a Palestina, entonces colonia británica. Años después les seguirían el
resto de su familia. La pareja vivió cuatro años en el kibutz Merjavia, donde,
a pesar de no poder dedicarse a ser profesora de inglés, pasó unos años felices
cuidando la tierra de la comunidad judía. No así lo vivió su marido, quien
presionó a Golda para marchar a vivir a Jerusalén y tener una existencia mucho
más acomodada.
Fue allí donde el matrimonio Meyerson tuvo a sus dos
hijos, Menájem y Sara. A pesar de la insistencia de Meir de marchar del kibutz,
la pobreza parecía perseguir a la pareja que vivió años de escasez y penurias.
La mala situación económica hizo mella en la relación. A pesar de que Golda y
Meir nunca se divorciaron oficialmente, terminaron sus vidas separados.
El camino a la presidencia
En 1928, Golda aceptó el cargo de directora de la rama
femenina del Histadrut, el movimiento laborista judío de Palestina, y se
trasladó con sus hijos a vivir a Tel Aviv. Una de las principales tareas de su
nuevo cargo consistió en viajar a los Estados Unidos para recaudar fondos para
la causa judía. De vuelta a Palestina, Golda ascendió a delegada del Partido
Laborista.
Cuando en 1946 la Segunda Guerra Mundial había terminado
y la situación en la colonia inglesa de Palestina se hacía insostenible, tuvo
lugar el llamado Sábado Negro. Ante la presión judía en defensa de la
independencia, Inglaterra respondió con el arresto masivo de los principales
líderes sionistas. El vacío de poder fue ocupado al momento por Golda, quien se
convirtió en jefa del departamento de Estado del comité central de la Agencia
Judía, la Sojnu.
En su nuevo cargo, Golda protagonizó las negociaciones
con Inglaterra para conseguir un plan de Partición de Palestina. El 29 de
noviembre de 1947, las Naciones Unidas proclamaban la creación en Palestina de
un estado árabe separado de otro judío. Palestina se había liberado de la
colonización inglesa, pero empezaría una lucha interminable por el control
territorial entre árabes y judíos. Golda Meyerson fue una de los 25 firmantes
del acta oficial de creación del estado de Israel, firmada el 14 de mayo de
1948.
Los siguientes años, Golda los pasó viajando por Estados
Unidos y Rusia, donde ejerció como primera embajadora de Israel, para recaudar
fondos para la inminente guerra con el estado árabe de Palestina.
En 1949, el partido Laborista la eligió como candidata a
la primera legislatura del primer parlamento israelí, el Kénset. Al mismo
tiempo era elegida ministra de Trabajo y Seguridad Social. Siete años después,
cambió la cartera por la de Asuntos Exteriores.
En febrero de 1969, la muerte repentina del primer
ministro Levi Eshkol, la encumbró, para sorpresa de la propia Golda Meir, a
candidata a la presidencia. Las elecciones posteriores rafiticaron su
candidatura. El 17 de marzo de 1969 Golda Meir se convertía en el cuarto primer
ministro del estado de Israel, siendo la primera mujer en ocupar el cargo, que
mantendría hasta 1974.
Trabajadora incansable
Durante los años como ministra y después como presidenta,
Golda Meir no se olvidó de sus orígenes pobres y luchó contra las injusticias
sociales. Fue una muy buena representante de su joven estado en el resto del
mundo defendiendo la causa sionista. Su trabajo dio a Golda una imagen de
luchadora y protectora de su pueblo, quien la llamaba cariñosamente la madre
judía.
Un error fatal
En 1973 estallaba la enésima guerra entre árabes e
israelíes. La conocida como Guerra de Yom Kipur, se iniciaba el 6 de octubre,
día de dicha festividad hebrea, cuando Egipto y Siria lanzaron por sorpresa una
ofensiva militar contra Israel.
Israel consiguió hacer frente a la alianza de países
árabes pero las negociaciones de paz posteriores dejaron a los judíos en una
situación de inferioridad. Los países árabes supieron jugar muy bien la baza
del petróleo para imponer sus condiciones.
Los resultados negativos de la guerra llevaron a una
campaña de desprestigio contra su primera ministra acusada de no haber previsto
el ataque árabe y no haber conseguido una paz favorable para Israel.
Una retirada a tiempo
A pesar de todo, Golda Meir volvió a ganar las elecciones
de 1974. Sin embargo, aun con el recuerdo de su mala gestión en la guerra, la
primera ministra decidió actuar en consecuencia. El 11 de abril de aquel mismo
año, Golda Meir presentaba su dimisión y se retiraba a vivir al kibutz Revivim.
Golda Meir vivió junto a su hija Sara los últimos años de
su vida. El 8 de diciembre de 1978, un cáncer terminaba con su vida. Fue
enterrada en el panteón de los Grandes de la Patria en el Monte Herzl de
Jerusalén.
Si quieres leer sobre ella
Mujeres líderes en política: Modelos y
prospectiva, Michael Genoves
Género: Ensayo
“No
podrá haber tranquilidad de un lado de la frontera, y bombardeos del otro lado.
Si no tendremos paz en ambos lados, también habrá problemas en ambos”. G.M.