la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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Una pasión francesa para Uslar Pietri, entrevista de José Pulido / El Universal, Caracas, 21 de febrero de 1997

 


Una alta y enorme ola de libros se eleva y parece a punto de caerle encima. Arturo Uslar Pietri, escritor de 91 años de edad, mencionado varias veces como candidato al Premio Nobel, va de un lado a otro de la biblioteca con una agilidad muy especial.

Podría movilizarse allí con los ojos cerrados: es el lugar donde pasa más tiempo. Busca datos, notas, párrafos, recuerdos, olores de tintas, aromas de rincones. En algún momento del día debe hablar consigo mismo preguntándose o respondiéndose inquietudes relacionadas con la existencia suya. Ha sido un hombre encerrado en una especie de fortín: Casi nunca sale de allí. Únicamente su voz y sus opiniones lo hacen. Sus libros, sus ideas, sus declaraciones: Uno solo de sus libros debe haber recorrido más calles de Caracas que él.

 

Sin embargo, en estos días tiene que salir hasta el aeropuerto y subirse a un avión. Arturo Uslar Pietri se prepara porque el miércoles 26 y el jueves 27 de febrero realizarán en París un homenaje a su persona y a su obra.

En realidad, este es un homenaje sin precedentes que ha comenzado desde hace más de un año con la traducción al francés de los libros Godos, insurgentes y visionarios y Los vencedores.  Ahora se presentará vertida al francés la obra El camino de El Dorado. Todos estos títulos han sido publicados en Francia por la editorial Criterion. El traductor de El camino de El Dorado es Philippe Dessommes Flórez, quien estará presente en los actos de París junto con otros invitados como el embajador de Venezuela  en Francia; Fernando Ainsa, director de ediciones de la Unesco; Astrid Avendaño, autora de la obra Arturo Uslar Pietri: entre la razón y la acción; Francois Delprar, Universidad de París III, presidente del Centro de Estudios de Literatura Venezolana; Gustavo Guerrero, Universidad de Amiens, secretario general del Centro; y Ghislain Ripauls, director de colecciones de la editorial Criterion.

El miércoles 26 de febrero habrá una conferencia en la Sorbona con la intervención de todas esas personalidades, quienes hablarán sobre la literatura y la vida de Arturo Uslar Pietri. El jueves, la UNESCO lo tiene como invitado de honor en un almuerzo con todas las delegaciones latinoamericanas.

 

RECONOCIDO POR EL MUNDO

 

El año de 1997 es un monstruo que a estas alturas ya se ha tragado los mangales, los caminos, el aire puro del Ávila, las flores, las matas, las arboleadas propias del valle de Caracas y también ha devorado a casi toda la gente caraqueña que nació a finales del siglo pasado y comienzos de este. Es un monstruo que rodea la zona, que ruge en torno a la casa del escritor con ganas de lanzarle una dentellada.

Arturo Uslar Pietri es el único autor venezolano que hasta los momentos ha recibido un homenaje de estas características en Francia.

 –Voy a París invitado por la editorial Criterion, por la dirección de la UNESCO y el gobierno francés. El acto central va a ser la presentación del libro, y eso tendrá lugar en la Sorbona, el jueves de la semana que viene. Es una especie de homenaje que me hacen en la Sorbona con motivo de la aparición de este libro, El camino de El Dorado, en francés.

 – ¿Qué significa todo eso para usted y para el país?

 –Lo que está ocurriendo me parece muy satisfactorio para la literatura venezolana, para nosotros que nos quejamos del poco interés que muestran hacia nuestra literatura. Esto se inscribe en un proceso intelectual muy importante que está ocurriendo en Francia.

 – ¿Podría explicarlo?

 –Después de la II Guerra mundial se inició, particularmente en Francia, por motivos de la política de enfrentamiento Este–Oeste, un movimiento con un gran prestigio intelectual que se llamó “la literatura comprometida”, cuyo campeón era Sartre. Eso trajo como consecuencia que todo el interés de las principales editoriales se volcara hacía la literatura comprometida, hacia toda la literatura que estaba a favor de la revolución mundial. Los escritores que no estábamos en eso, que andábamos preocupándonos en cosas más permanentes pasamos a un segundo plano e incluso a un plano de menosprecio.

 –Su obra ¿no fue editada antes en Francia?

 –Yo fui el primer escritor latinoamericano publicado por la editorial Gallimard, que es una de las más prestigiosas de Francia. Gallimard editó Las lanzas coloradas. Eso anunciaba un gran interés por un escritor que tenía 24 años, y acababa de publicar ese libro. Sin embargo, vino el oleaje de la literatura comprometida y el interés de las grandes editoriales por mi obra disminuyó durante años. Lo que importaba era con quién se estaba afiliado, si se estaba dentro de la onda de la revolución o no.

 –Resultó una etapa difícil para usted y para otros autores…

 –Hace muchos años, cuando comenzaba esa situación, un gran escritor francés, Julián Benda, publicó un libro que se llama La traición de los intelectuales, en el que decía que los intelectuales estaban enrolándose en una lucha política subalterna y estaban perdiendo de vista el gran papel tradicional de gestores de pensamiento, de inteligencias abiertas, de cuestionadores de lo que está ocurriendo y que eso era muy lamentable y que iba a tener negativas consecuencias. Y las tuvo.

 –Las circunstancias han cambiado.

 –Con el colapso de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín ese panorama cambió radicalmente. Ya venía cambiando hace tiempo y hoy en día la literatura comprometida es cosa del pasado. En este momento hay una gran revalorización en Europa, particularmente en Francia y en España, de toda la literatura que quedó arropada por la literatura comprometida. Están buscando a los escritores que no se enrolaron, a los que pensaron por su cuenta, a los pensadores que expresaban cosas desde un punto de vista personal, individual y original.

 –Volvieron al instante en que el nombre de Arturo Uslar Pietri les llamó la atención con Las lanzas coloradas.

 –En esa búsqueda se ha vuelto a despertar el interés por mí en Francia y esta editorial Criterion, con apoyo de la UNESCO, ha venido publicando mi obra en francés: este es el tercer libro en un año y pico. Para mí es doblemente satisfactorio porque es un reconocimiento al más alto nivel, a la importancia que fuera de Venezuela tiene mi obra y es al mismo tiempo una afirmación de que la validez de mi obra es permanente. En este momento en que se ha liquidado toda esa literatura comprometida, reaparecen unos autores que estuvieron muy desdeñados.  Yo no entré nunca en la literatura comprometida, yo no me enrolé en el compromiso político de izquierda que dominó a la literatura francesa durante muchos años y gran parte de la literatura europea y de la hispanoamericana.

 –Su obra ha sido traducida a varios idiomas. Usted ha contado con un reconocimiento internacional ¿no le parece?

 –Libros míos han sido traducidos al francés, alemán, chino, checo, ruso, serbo–croata. El caso mío es muy particular. Durante muchos años hubo una verdadera antipatía por mi obra, que yo no voy a decir quiénes la sintieron ni por qué; que lo investiguen otros. Y desapareció el estudio de mi obra de las universidades. Hubo una actitud por motivos políticos locales: yo no estaba vinculado a los grandes partidos que dominaron el país, yo no tenía la simpatía de la gente que se hallaba vinculada a esos movimientos y entonces se trató de disminuir mi importancia y de mencionarme lo menos posible.

Aquí se llegó a extremos de que, a niveles muy altos del pensamiento de la docencia universitaria, se hicieron listas de los principales escritores venezolanos y a mí no se me incluía. Me han propuesto en todas partes para el Premio Nobel menos en Venezuela. Yo no he tenido familia política, no he tenido un partido detrás de mí, en todo caso ha habido desinterés puesto que no me pueden utilizar. A nivel universitario es más lamentable porque ahí no debió llegar la pasión política hasta el extremo de haberme excluido del campo de la enseñanza literaria a nivel universitario: Lo que importa son los pensadores y lo que dicen.

 –Pero Monte Ávila le publica ¿no es cierto?

 –Hay varios libros míos en Monte Ávila, que están por salir desde hace tiempo y yo espero que salgan. Casi no he editado en Venezuela. Monte Ávila ha editado algunas cosas mías, pero la mayoría de mis ediciones han sido hechas afuera, en México y España. En este preciso momento acaba de aparecer en México un libro de 800 páginas preparado por Carrera Damas, con una muestra de mi obra literaria.

 

LA SOLEDAD ES MAYOR

 

La casa de Arturo Uslar Pietri siempre ha sido un lugar rodeado de grama, de mangos, de cercas que van perdiendo el equilibrio. Adentro, los libros han ido elevándose en hileras implacables hasta tocar el techo. Es una casa que muestra unas cuantas puertas clausuradas, por donde ya no se transita. Cuando doña Isabel Braun, esposa del escritor, estaba viva, las plantas parecían más frescas, las obras de arte que adornan algunas paredes tenían un brillo de protección museística y ninguna araña osaba tejer su tela entre un libro y otro.

 

– ¿No es demasiado fuerte la ausencia de su esposa?

 –Es una tragedia horrible. Vivimos 57 años de matrimonio perfecto, nunca tuvimos ningún problema. Era una mujer admirable, pero aparte de eso yo he sido un hombre muy solitario, no he sido nunca un hombre de grupos. Pienso que la obra de un intelectual es fundamentalmente una obra en solitario, de hombre que reflexiona. Yo salgo muy poco. Durante semanas enteras no piso la puerta de la calle. Desde que nos casamos vivimos aquí. Yo he podido vivir en cualquier país del mundo, de este planeta y sin embargo me he quedado en Venezuela.

 – ¿Qué aconseja hoy a los autores jóvenes?

 –Que se enserien, que piensen más en el mundo que en la pequeña capilla literaria que los rodea. Que tengan una visión abierta de cuáles son los grandes problemas de hoy en día en América Latina, de Venezuela y el mundo y que se salgan de esa especie de parcelita en que han ido cayendo todos, encerrándose en una insignificancia evidente porque lo que están es ocupándose de cosas que no tienen más interés que para el pequeño grupo dentro del cual funcionan.

  ¿Escribe ahora en computadora?

 –El periodismo lo sigo haciendo, pero estoy en una situación muy difícil por la falla de los ojos. Claro: no puedo escribir en máquina, que es lo que he hecho toda mi vida: sentarme ante una máquina de escribir. Muchísimo menos puedo entrar a trabajar con un procesador de palabras o meterme en Internet, de modo que todo eso se me ha convertido en una cosa inaccesible y entonces estoy limitado a dictar. Ya es una relación muy distinta, otra manera, otro medio, otra técnica de expresión que impone consecuencias, limitaciones, matices.

 – ¿Es cierto que está escribiendo otra novela?

 –Desde hace muchos años tengo la idea de una novela que no sé si voy a hacer finalmente, con todas estas circunstancias... con estos problemas. Era una novela sobre lo que fue la ciudad de Potosí en la época colonial. Esa ciudad era un mundo mágico, que además sirve bastante para explicar la formación de América Latina. Ese es un tema que me ha interesado muchos años, en torno al cual ha reunido bastante material pero...

 

Arturo Uslar Pietri corta la frase momentáneamente mientras le echa una mirada intensa a la biblioteca, a las rumas de libros, a las sombras frescas que se escurren en las esquinas de la sala y caen como oscuro caramelo en los cucuruchos de los rincones. Afuera suenan los motores del 1997 cual disparos de artillería contra ese fortín, ataques del monstruo capitalista del 1997 contra el señor que protege la última muralla del ayer. El escritor vuelve al tema diciendo:

 –He reunido bastante material, pero estoy un poco como Moisés...

 – ¿Qué ocurrió con Moisés?

 –Qué vio la tierra prometida pero no entró en ella.

 

 José Pulido

El Universal

21 de febrero de 1997

La entrevista que le hice cuando cumplió 91 años de edad.


Fuente: José Pulido



Foto de Gabriela Pulido



Nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.Vive en Génova, Italia.

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.

Ha fundado y dirigido varios suplementos y revistas de literatura. 
Si se requiere información detallada sobre estas publicaciones, favor solicitarla a este correo: jipulido777@gmail.com


Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas iberoamericanos, Salamanca, España, entre otras.

Ha sido invitado a festivales en Irak, Colombia, Brasil, Chile, España y Génova. Participó, en 2012, como invitado de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que se celebran en Salamanca. En el 2018 y en el 2019 invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova.

Publicaciones más recientes:

El puente es la palabra. Antología de poetas venezolanos en la diáspora.

Compilación: Kira Kariakin y Eleonora Requena, para Caritas.

Poeti Uniti per il Venezuela, Parole di Libertà (Poetas Unidos por Venezuela, Palabras de Libertad) publicado por Borella Edizioni, evento respaldado por la Associazione culturale Orquidea de Venezuela, con sede en Milán.

Poemario Heridas espaciales y mermelada casera editado por Barralibro Editores




 

 

 

UNA PASIÓN FRANCESA PARA USLAR PIETRI / José Pulido, El Universal 21 de febrero de 1997




La entrevista que le hice en 1997 cuando cumplió 91 años de edad.








Una alta y enorme ola de libros se eleva y parece a punto de caerle encima. Arturo Uslar Pietri, escritor de 91 años de edad, mencionado varias veces como candidato al Premio Nobel, va de un lado a otro de la biblioteca con una agilidad muy especial.

Podría movilizarse allí con los ojos cerrados: es el lugar donde pasa más tiempo. Busca datos, notas, párrafos, recuerdos, olores de tintas, aromas de rincones. En algún momento del día debe hablar consigo mismo preguntándose o respondiéndose inquietudes relacionadas con la existencia suya. Ha sido un hombre encerrado en una especie de fortín: Casi nunca sale de allí. Únicamente su voz y sus opiniones lo hacen. Sus libros, sus ideas, sus declaraciones: Uno solo de sus libros debe haber recorrido más calles de Caracas que él.

Sin embargo, en estos días tiene que salir hasta el aeropuerto y subirse a un avión. Arturo Uslar Pietri se prepara porque el miércoles 26 y el jueves 27 de febrero realizarán en París un homenaje a su persona y a su obra.

En realidad, este es un homenaje sin precedentes que ha comenzado desde hace más de un año con la traducción al francés de los libros Godos, insurgentes y visionarios y Los vencedores.  Ahora se presentará vertida al francés la obra El camino de El Dorado. Todos estos títulos han sido publicados en Francia por la editorial Criterion. El traductor de El camino de El Dorado es Philippe Dessommes Flórez, quien estará presente en los actos de París junto con otros invitados como el embajador de Venezuela  en Francia; Fernando Ainsa, director de ediciones de la Unesco; Astrid Avendaño, autora de la obra Arturo Uslar Pietri: entre la razón y la acción; Francois Delprar, Universidad de París III, presidente del Centro de Estudios de Literatura Venezolana; Gustavo Guerrero, Universidad de Amiens, secretario general del Centro; y Ghislain Ripauls, director de colecciones de la editorial Criterion.

El miércoles 26 de febrero habrá una conferencia en la Sorbona con la intervención de todas esas personalidades, quienes hablarán sobre la literatura y la vida de Arturo Uslar Pietri. El jueves, la UNESCO lo tiene como invitado de honor en un almuerzo con todas las delegaciones latinoamericanas.

RECONOCIDO POR EL MUNDO

El año de 1997 es un monstruo que a estas alturas ya se ha tragado los mangales, los caminos, el aire puro del Ávila, las flores, las matas, las arboleadas propias del valle de Caracas y también ha devorado a casi toda la gente caraqueña que nació a finales del siglo pasado y comienzos de este. Es un monstruo que rodea la zona, que ruge en torno a la casa del escritor con ganas de lanzarle una dentellada.

Arturo Uslar Pietri es el único autor venezolano que hasta los momentos ha recibido un homenaje de estas características en Francia.

–Voy a París invitado por la editorial Criterion, por la dirección de la UNESCO y el gobierno francés. El acto central va a ser la presentación del libro, y eso tendrá lugar en la Sorbona, el jueves de la semana que viene. Es una especie de homenaje que me hacen en la Sorbona con motivo de la aparición de este libro, El camino de El Dorado, en francés.

–¿Qué significa todo eso para usted y para el país?

–Lo que está ocurriendo me parece muy satisfactorio para la literatura venezolana, para nosotros que nos quejamos del poco interés que muestran hacia nuestra literatura. Esto se inscribe en un proceso intelectual muy importante que está ocurriendo en Francia.

–¿Podría explicarlo?

–Después de la II Guerra mundial se inició, particularmente en Francia, por motivos de la política de enfrentamiento Este–Oeste, un movimiento con un gran prestigio intelectual que se llamó “la literatura comprometida”, cuyo campeón era Sartre. Eso trajo como consecuencia que todo el interés de las principales editoriales se volcara hacía la literatura comprometida, hacia toda la literatura que estaba a favor de la revolución mundial. Los escritores que no estábamos en eso, que andábamos preocupándonos en cosas más permanentes pasamos a un segundo plano e incluso a un plano de menosprecio.

–Su obra ¿no fue editada antes en Francia?

–Yo fui el primer escritor latinoamericano publicado por la editorial Gallimard, que es una de las más prestigiosas de Francia. Gallimard editó Las lanzas coloradas. Eso anunciaba un gran interés por un escritor que tenía 24 años, y acababa de publicar ese libro. Sin embargo, vino el oleaje de la literatura comprometida y el interés de las grandes editoriales por mi obra disminuyó durante años. Lo que importaba era con quién se estaba afiliado, si se estaba dentro de la onda de la revolución o no.

–Resultó una etapa difícil para usted y para otros autores…

–Hace muchos años, cuando comenzaba esa situación, un gran escritor francés, Julián Benda, publicó un libro que se llama La traición de los intelectuales, en el que decía que los intelectuales estaban enrolándose en una lucha política subalterna y estaban perdiendo de vista el gran papel tradicional de gestores de pensamiento, de inteligencias abiertas, de cuestionadores de lo que está ocurriendo y que eso era muy lamentable y que iba a tener negativas consecuencias. Y las tuvo.

–Las circunstancias han cambiado.

–Con el colapso de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín ese panorama cambió radicalmente. Ya venía cambiando hace tiempo y hoy en día la literatura comprometida es cosa del pasado. En este momento hay una gran revalorización en Europa, particularmente en Francia y en España, de toda la literatura que quedó arropada por la literatura comprometida. Están buscando a los escritores que no se enrolaron, a los que pensaron por su cuenta, a los pensadores que expresaban cosas desde un punto de vista personal, individual y original.

–Volvieron al instante en que el nombre de Arturo Uslar Pietri les llamó la atención con Las lanzas coloradas.

–En esa búsqueda se ha vuelto a despertar el interés por mí en Francia y esta editorial Criterion, con apoyo de la UNESCO, ha venido publicando mi obra en francés: este es el tercer libro en un año y pico. Para mí es doblemente satisfactorio porque es un reconocimiento al más alto nivel, a la importancia que fuera de Venezuela tiene mi obra y es al mismo tiempo una afirmación de que la validez de mi obra es permanente. En este momento en que se ha liquidado toda esa literatura comprometida, reaparecen unos autores que estuvieron muy desdeñados.

Yo no entré nunca en la literatura comprometida, yo no me enrolé en el compromiso político de izquierda que dominó a la literatura francesa durante muchos años y gran parte de la literatura europea y de la hispanoamericana.

–Su obra ha sido traducida a varios idiomas. Usted ha contado con un reconocimiento internacional ¿no le parece?

–Libros míos han sido traducidos al francés, alemán, chino, checo, ruso, serbo–croata. El caso mío es muy particular. Durante muchos años hubo una verdadera antipatía por mi obra, que yo no voy a decir quiénes la sintieron ni por qué; que lo investiguen otros. Y desapareció el estudio de mi obra de las universidades. Hubo una actitud por motivos políticos locales: yo no estaba vinculado a los grandes partidos que dominaron el país, yo no tenía la simpatía de la gente que se hallaba vinculada a esos movimientos y entonces se trató de disminuir mi importancia y de mencionarme lo menos posible.

Aquí se llegó a extremos de que, a niveles muy altos del pensamiento de la docencia universitaria, se hicieron listas de los principales escritores venezolanos y a mí no se me incluía. Me han propuesto en todas partes para el Premio Nobel menos en Venezuela. Yo no he tenido familia política, no he tenido un partido detrás de mí, en todo caso ha habido desinterés puesto que no me pueden utilizar. A nivel universitario es más lamentable porque ahí no debió llegar la pasión política hasta el extremo de haberme excluido del campo de la enseñanza literaria a nivel universitario: Lo que importa son los pensadores y lo que dicen.

–Pero Monte Ávila le publica ¿no es cierto?

–Hay varios libros míos en Monte Ávila, que están por salir desde hace tiempo y yo espero que salgan. Casi no he editado en Venezuela. Monte Ávila ha editado algunas cosas mías, pero la mayoría de mis ediciones han sido hechas afuera, en México y España. En este preciso momento acaba de aparecer en México un libro de 800 páginas preparado por Carrera Damas, con una muestra de mi obra literaria.

LA SOLEDAD ES MAYOR

La casa de Arturo Uslar Pietri siempre ha sido un lugar rodeado de grama, de mangos, de cercas que van perdiendo el equilibrio. Adentro, los libros han ido elevándose en hileras implacables hasta tocar el techo. Es una casa que muestra unas cuantas puertas clausuradas, por donde ya no se transita. Cuando doña Isabel Braun, esposa del escritor, estaba viva, las plantas parecían más frescas, las obras de arte que adornan algunas paredes tenían un brillo de protección museística y ninguna araña osaba tejer su tela entre un libro y otro.

–¿No es demasiado fuerte la ausencia de su esposa?

–Es una tragedia horrible. Vivimos 57 años de matrimonio perfecto, nunca tuvimos ningún problema. Era una mujer admirable, pero aparte de eso yo he sido un hombre muy solitario, no he sido nunca un hombre de grupos. Pienso que la obra de un intelectual es fundamentalmente una obra en solitario, de hombre que reflexiona. Yo salgo muy poco. Durante semanas enteras no piso la puerta de la calle. Desde que nos casamos vivimos aquí. Yo he podido vivir en cualquier país del mundo, de este planeta y sin embargo me he quedado en Venezuela.

–¿Qué aconseja hoy a los autores jóvenes?

–Que se enserien, que piensen más en el mundo que en la pequeña capilla literaria que los rodea. Que tengan una visión abierta de cuáles son los grandes problemas de hoy en día en América Latina, de Venezuela y el mundo y que se salgan de esa especie de parcelita en que han ido cayendo todos, encerrándose en una insignificancia evidente porque lo que están es ocupándose de cosas que no tienen más interés que para el pequeño grupo dentro del cual funcionan.

–¿Escribe ahora en computadora?

–El periodismo lo sigo haciendo, pero estoy en una situación muy difícil por la falla de los ojos. Claro: no puedo escribir en máquina, que es lo que he hecho toda mi vida: sentarme ante una máquina de escribir. Muchísimo menos puedo entrar a trabajar con un procesador de palabras o meterme en Internet, de modo que todo eso se me ha convertido en una cosa inaccesible y entonces estoy limitado a dictar. Ya es una relación muy distinta, otra manera, otro medio, otra técnica de expresión que impone consecuencias, limitaciones, matices.

–¿Es cierto que está escribiendo otra novela?

–Desde hace muchos años tengo la idea de una novela que no sé si voy a hacer finalmente, con todas estas circunstancias... con estos problemas. Era una novela sobre lo que fue la ciudad de Potosí en la época colonial. Esa ciudad era un mundo mágico, que además sirve bastante para explicar la formación de América Latina. Ese es un tema que me ha interesado muchos años, en torno al cual ha reunido bastante material pero...

Arturo Uslar Pietri corta la frase momentáneamente mientras le echa una mirada intensa a la biblioteca, a las rumas de libros, a las sombras frescas que se escurren en las esquinas de la sala y caen como oscuro caramelo en los cucuruchos de los rincones. Afuera suenan los motores del 1997 cual disparos de artillería contra ese fortín, ataques del monstruo capitalista del 1997 contra el señor que protege la última muralla del ayer. El escritor vuelve al tema diciendo:

–He reunido bastante material, pero estoy un poco como Moisés...

–¿Qué ocurrió con Moisés?

–Qué vio la tierra prometida pero no entró en ella.




 ©José Pulido
El Universal
Caracas
21 de febrero de 1997



Foto de Gabriela Pulido

Nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.Vive en Génova, Italia.

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Pre
mio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.

Ha fundado y dirigido varios suplementos y revistas de literatura. 
Si se requiere información detallada sobre estas publicaciones, favor solicitarla a este correo: jipulido777@gmail.com


Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas iberoamericanos, Salamanca, España, entre otras.

Ha sido invitado a festivales en Irak, Colombia, Brasil, Chile, España y Génova. Participó, en 2012, como invitado de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que se celebran en Salamanca. En el 2018 y en el 2019 invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova.

Publicaciones más recientes:

El puente es la palabra. Antología de poetas venezolanos en la diáspora.

Compilación: Kira Kariakin y Eleonora Requena, para Caritas.

Poeti Uniti per il Venezuela, Parole di Libertà (Poetas Unidos por Venezuela, Palabras de Libertad) publicado por Borella Edizioni, evento respaldado por la Associazione culturale Orquidea de Venezuela, con sede en Milán.

Poemario Heridas espaciales y mermelada casera editado por Barralibro Editores