la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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CARLITOS SIN OLVIDO por JOSÉ PULIDO, prólogo del libro “¡Bravo, Carlos Giménez!” (2023), portada de José Augusto Paradisi Rangel

  

Portada: José Augusto Paradisi Rangel



Carlos Giménez salía de una llamada telefónica y entraba en otra. No descansaba. Lo llamaban desde todos los continentes. Para el Festival Internacional de Teatro había invitado a Vanessa Redgrave, pero por inconvenientes en la política inglesa que afectaban su agenda, ella no podría asistir a la reunión de Caracas en aquella ocasión. Le comenté a Carlitos que me hubiese gustado entrevistarla. Y Carlitos, sencillamente, levantó el teléfono y dijo: -Good afternoon, dear, ¿could you talk to a friend for a moment? ¿Yeah? thank you. I kiss you.


 Y sin dejar de revisar carpetas me pasó el teléfono. Era Vanessa Redgrave.


 Él siempre nos sorprendía con sus amistades. En una ocasión bebimos cerveza con integrantes del Citizen's Theatre de Glasgow (Escocia), entre quienes destacaba un actor y guionista inglés que todavía no había tenido el éxito que merecía y que mucho después se transformó en uno de los actores y directores fulgurantes del cine internacional: Gary Oldman. 


 Oldman actuaba en la obra Chinchilla, del Citizen's Theatre y once años después de estar en Caracas, protagonizó la película Drácula, dirigida por Francis Ford Coppola y acompañado por Anthony Hopkins, Keanu Reeves y Winona Ryder.


Gracias a Carlitos, hablé con Arthur Miller y con tantos otros seres del teatro, como Tamas Fodor quien llevó a Caracas la obra “Woyzeck”, con el grupo Studio “K” y la presentó en la sala Rajatabla. “Woyzeck” es una obra escrita por Georg Büchner en 1836, y ha sido considerada como la primera pieza, realmente moderna, del teatro.


Gracias a él entrevisté a Lindsay Kemp, un artista inspirado por el circo antiguo, Isadora Duncan y el amor a Inglaterra que Lindsay manifiesta a través de Shakespeare.


También me invitó a una reunión con Tadeusz Kantor, el genio creativo del Cricot 2. Recuerdo que Kantor estaba sentado en silla de utilería, cerca de una mesa de utilería y frente a un vaso de agua verdadero. Le acompañaban María Teresa Castillo, Carlos Giménez y Andrés Martínez.


Carlos Giménez era como una emanación del teatro y de la poesía que consolidó el universo de William Shakespeare. Su conversación era muy culta pero además poseía una especie de comprensión profunda de las cosas, de los comportamientos humanos y de la poesía. En especial: tenía la cualidad de captar lo que otros no veían, esa especial característica que a veces aparece en cualquier expresión artística y que han llamado duende. El duende. Carlos sabía reconocerlo antes de que sucediera.


Tal vez por eso descubría talentos. Y calaba hondamente en todos los seres que viven en el ámbito de la escena teatral y de la cinematografía. Hubo instantes en que su voz y el teatro eran lo mismo.


Por eso no era de extrañar que los mejores se acercaran a su persona tan carismática o permitieran que él se les acercara: Carlos Giménez era uno de los más grandes talentos que ha tenido el teatro en el siglo veinte.  


 ESTREMECÍA


 Hace poco tiempo Carlos Giménez estremecía y emocionaba los escenarios montando obras de teatro que se convertían en acontecimientos de la cultura latinoamericana. Quienes fueron espectadores de aquella época teatral sienten que eso fue ayer nomás. Pero en realidad, los años pasaron como una angustiosa tromba, tan aprisa, que hoy, cuando se menciona el nombre de Carlos Giménez, muy pocos individuos de las nuevas generaciones saben de quién se está hablando y por qué. El olvido es una injusticia.


Sin embargo, la memoria que envuelve como una matriz a Carlos Giménez, está allí, consolidándose en hemerotecas y bibliotecas, en la historia del teatro mundial y latinoamericano. Y siempre habrá alguien transitando los ámbitos de los archivos y los recuerdos. Alguien que perennemente se encontrará con Carlitos y sus hazañas en el arte y lo mencionará y lo hará renacer.


Con su trabajo elaborado en un nivel que suscitaba admiración y asombro, Carlos Giménez  logró que resultara imposible olvidar su obra y su carismática persona. El día que captó la atención de una creadora llamada Viviana Marcela Iriart, se puso en marcha la maravilla de incorporar la palabra del espectador al proceso mágico y emocional del teatro.


Transcurrieron los años sin ese teatrero portentoso y siguen transcurriendo con ese vacío, pero ahora Viviana se ha dedicado a buscar la opinión de muchos latinoamericanos sobre lo realizado por Carlos Giménez en el teatro, y muy particularmente en la escena venezolana.


Ella ha logrado que mucha gente saque a relucir sus recuerdos, sus vivencias con Giménez y eso enriquece esta memoria y ahuyenta el olvido. Porque cada persona escogida conoció a Carlitos, lo trató, lo vivió como una temporada dinámica, transformadora y muy especial del arte escénico.


 Leonardo Azparren Jiménez dijo algo tan auténtico y sincero que vale la pena reproducirlo aquí:


 "La muerte de Carlos Giménez significó para el teatro la pérdida de su dirigente más importante y más temido, incluso por las instancias gubernamentales. Porque más allá de su labor como director, que fue sumamente importante porque nadie pudo ser y nadie podrá ser indiferente a sus criterios sobre la puesta en escena y sobre la forma como él construía sus espectáculos, supo ser un gran dirigente con una marcada influencia social. De tal manera que el teatro venezolano no ha vuelto a tener una persona como él. Yo, que lo critiqué duro y que la gente en el mundo del teatro sabía que no había una sintonía buena entre nosotros dos, reconozco que su ausencia es una de las peores cosas que le ha ocurrido al teatro venezolano”.


En medio de sus reflexiones honestas y certeras, Marta Candia dijo “Hola Carlitos, no estoy recordándote porque siempre estás en el tiempo que pasa tan rápido...”. Y por su parte, Sonia Martin también le habló al hombre y su recuerdo: “Viniste a este mundo a hacer lo que tenías que hacer y lo has hecho perfecto. Te puedes ir con tranquilidad y los honores te los pondremos nosotros, los que te admiramos”.


Cada persona motivada por Viviana Marcela Iriart, fue haciendo un retrato de Giménez, un perfil revelador y eso se verá, más temprano que tarde, como un álbum valioso de la familia latinoamericana. No hay alabanzas inmerecidas ni descripciones exageradas: sólo reconocimientos de un espíritu y de una obra colocados en la justa balanza del arte.


Pilar Romero, una de las mejores amigas y compañeras de teatro de Carlos Giménez en Venezuela expresó: “Es el gran ausente de la escena venezolana. En la época de los festivales internacionales estaba en Caracas –sin muchos recursos- el mejor teatro del mundo y Carlos siempre con su voz de mando decía ¡Puerta libre!  Era teatro del primer mundo sin tener que costearnos caros pasajes a tierras lejanas. Fueron banquetes artísticos…Tenía una generosidad que se perdía de vista”.


La actriz Norma Aleandro, cuyo talento es recordado siempre en Venezuela, comentó lo siguiente sobre Carlos Giménez:


“Es imposible no sentir la ausencia de un ser semejante, que ha dejado una huella imborrable en la cultura de un país y del mundo”. 


Carlos era un ser humano tan individual que brillaba en cualquier oscuridad y bajo las luminarias del más intenso encandilar. Pero sabía unir a las personas en torno a una idea sin que se convirtiesen en masa amorfa, porque nada le gustaba más que la libertad de pensar por sí mismo.


Carlos Giménez hablaba con el sonido fascinante de la verdad, que en teatro se vuelve poesía y termina invocando al espíritu de Shakespeare. Su tono alcanzaba en los corazones la potencia y la belleza de una trompeta idónea para el juicio final. 


 Nadie podría explicar con certera justicia por qué Carlos Giménez era tan creativo, inteligente y  carismático, aunque la lectura constante y profunda tuvo mucho que ver. Pero ese modo de ser que no se detenía en obstáculos y que lograba despertar lo mejor de cada quién será siempre una virtud misteriosa.


Cuando falleció tenía 46 años de edad y una trayectoria inimaginable: había estremecido los escenarios de varios continentes con el grupo Rajatabla del Ateneo de Caracas. Se dirá, con mucha razón, que un año de Carlos Giménez equivalía a una década. Pero esa sensación solo persiste en el ánimo de quienes tuvieron el privilegio de ver las obras que él dirigía. 


En una entrevista con Viviana Marcela Iriart, Carlos Giménez dijo:


  “…Invariablemente hay temas que me preocupan como el aspecto de la intemporalidad: el teatro no es un video, no es una película, sino algo absolutamente transitorio en su esencia. Sabemos que cuando baja el telón hemos visto una función que no volverá a repetirse nunca jamás”.

 



©José Pulido 

Caracas, febrero 2016 / agosto 2023

Poeta, escritor y periodista venezolano, nacido en Villa de Cura, el 1° de noviembre de 1945. En 2023 fue electo miembro de la  Academia  Venezolana de la Lengua.  Actualmente vive en Génova, ciudad de Italia. Estuvo a cargo de la revista BCVCultural, del Banco Central de Venezuela hasta el año 2012. Y de la revista Circunvalación del Sur editada por el Círculo Metropolitano de poesía, 2008. Dirigió las páginas de arte de El Nacional (1981-1988), El Diario de Caracas (1991-1995) y El Universal (1996-98). Miembro fundador de los suplementos Bajo Palabra (Diario de Caracas-1995) y El otro cuerpo (Suplemento del Ateneo de Caracas, en El Nacional-1997-1998). Jefe de redacción, bajo la dirección de Salvador Garmendia, de la revista Imagen (1994-1996). Corresponsal de Agencia Venezolana de Noticias, Venpres en Perú, 1990. Corresponsal de la Organización de Estados Iberoamericanos, (Ciencia y Cultura)1992; y asesor del Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber. 1996.

En el 2000 le fue otorgado el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos.
Obtuvo el segundo premio Miguel Otero Silva de novela, que promueve la editorial Planeta, con su novela Una mazurkita en La mayor.

 

BIBLIOGRAFÍA

Poesía:
Esto, García Hijos, editores. 1971.
Paralelo Lelo, García Hijos, editores. 1971.
Los Poseídos, Ediciones Pavilo. 1999.
Peregrino de vidrieras. Ediciones Pavilo. 2001.
Duermevela. Ediciones Pavilo. 2004.
Es coautor de los poemarios: Linajes. 1994. Vecindario. 1994. Cortejos. 1995. Invocaciones, 1996, editados por Ediciones Pavilo.

Narrativa:
Muro de confesiones, entrevistas. Ediciones Academia de la Historia. 1985.
Pelo Blanco, novela, Editorial Planeta. 1987.
Una mazurkita en La Mayor, novela, Premio Otero Silva, de Planeta, 1989.
Vuelve al lugar que se te ha señalado, cuentos. Ediciones Contraloría General de la República.
Un cuento de este libro fue publicado en Narrativa venezolana attuale, Bulzoni Editore, Roma) (1995) (Consiglio Nazionale delle ricerche). A cura di Judit Gerendas e José Balza. Ulzoni Editore-Roma. 1995.
Los Mágicos, novela, Monte Ávila. 1999.
La canción del ciempiés, novela, Editorial Alfadil. 2004.
La sal de la tierra, entrevistas, Banco Central de Venezuela, 2004.
El bululú de las Ninfas, novela, Editorial Alfa, Colección Orinoco, 2007.
Dudamel, la sinfonía del barrio, biografía, Libros de El Nacional. 2011.
El requetemuerto, novela, Ediciones B. 2012.
Los héroes son villanos tímidos, cuentos, 2013 Otero Ediciones.
Forma parte de la Antología en homenaje a Miguel de Unamuno, XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca 2012
Luis Domínguez Salazar: El pintor de los misterios, biografía. 2013.
Ponzoña de paisaje, novela. 2015, Editorial Negro sobre Blanco.
Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Antología en homenaje a las universidades de Salamanca y San Marcos de Lima, y a los poetas Diego de Torres Villarroel y Alejandro Romualdo) Salamanca 2018.
Invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova en 2018.
Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas desde hace más de treinta años en Serie José Pulido pregunta.

 


 Portada: José Augusto Paradisi Rangel

 

 

 

 

 


CARLOS GIMÉNEZ EL GENIO IRREVERENTE, de Viviana Marcela Iriart, Ed. Escritoras Unidas & Cía. Editoras, 11 de marzo de 2023

 









The New York Times: “El director, Carlos Giménez, ofrece un drama de tan ardiente erotismo que es difícil saber si el olor a fuego en el auditorio proviene de los braseros en el escenario o de los cuerpos de los actores.El Sr. Giménez crea un espectáculo con la belleza y la grandeza cromática de una pintura de Gericault y envía a sus personajes a girar en torno a ella en una danza hipnótica, pero sin difuminar las complejas líneas de la trama".

The Guardian, Londres: "No había tomado en cuenta la brillantez del adaptador y director Carlos Giménez cuya versión me impactó muchísimo. La genial producción de Carlos Giménez está destinada a ser una de las más espectaculares del Festival".
Der Tagesspiegel, Berlín: "Carlos Giménez realiza una puesta ritual, tenebrosa, sofocante, monumental, que emana un poder del que no se puede escapar y que ni el idioma español puede expresar".
Gabriel García Márquez, México: "Absolutamente emocionante...No se oyó volar una mosca, no se oía respirar".

Universidad de Cambridge, Gleen Loney: “En Caracas hay un joven director que ha encontrado la esencia del estilo épico de Brecht y los elementos de los métodos de trabajo de Peter Brook, en soledad, lejos de los maestros europeos. El director es Carlos Giménez”.


Carlos Giménez (Argentina 1946-Venezuela 1993) realizó su primera gira teatral europea a los 17 años y a los 19 ganó sus primeros premios en Europa.
Fue invitado por Joseph Papp a dirigir en Nueva York; por Giorgio Strehler para dirigir en Italia; por Christiane Dior para presentarse en su teatro en París; por Jack Lange para presentarse en el Festival de Teatro de Nancy, Francia...
Realizó más de 50 giras internacionales por 5 continentes cosechando arrolladores éxitos y recibió más de 100 premios y/o condecoraciones en 7 países.
En apenas 29 años dirigió 101 obras en 8 países, muchas de las cuales fueron un hito en el teatro mundial:  El Coronel no tiene quien le escribaLa CelestinaBolívarEl ReñideroSeñor PresidenteLa Muerte de García LorcaTu país está felizMozart el Ángel AmadeusPeer GyntEl Campo... 

Carlos Giménez fue el fundador, con María Teresa Castillo, del Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC) en 1973; el Festival Latinoamericano de Teatro de Córdoba, Argentina, 1984; de los grupos Rajatabla, El Juglar y más de 20 instituciones o festivales de teatro en Argentina y Venezuela.

Murió el 28 de marzo de 1993 y el gobierno venezolano decretó 3 días de duelo. 

“¿Quién dirige con la mentalidad única de un Fellini,

planea con la paciencia de un Kissinger,

combina el arte y el comercialismo con la astucia

de un Joe Papp y vive en Caracas,

después de haber resucitado de entre los muertos?  

Carlos Giménez

Jeff Levis



Lee gratis el libro haciendo click abajo: 

CARLOS GIMÉNEZ EL GENIO IRREVERENTE



Joseph Papp, José Antonio Rial y Carlos Giménez en Nueva York, preparando el estreno en inglés de La Muerte de García Lorca, producida por el primero, escrita por el segundo y dirigida por Carlos. Fuente: Margarita Irún



El libro muestra lados pocos conocidos del genial creador, como su deportación de México en 1973 por dirigir una obra que no le gustó al gobierno, contado por la actriz Teresa Selma  y  Carlos en la intimidad de su hogar narrado por el actor Ángel Acosta

La biografía  tiene ensayos de Rubén Monasterios y Carlos Pérez-Ariza y testimonios y anécdotas  contadas por el poeta y periodista venezolano José Pulido; la ex presidenta del CONAC y excongresista venezolana,  Paulina Gamus Gallegos; la ganadora del Festival de Cannes, la actriz y directora argentina, Norma Aleandro; la fundadora del Centro Cultural Prisma y mecenas de la cultura venezolana, Esther Dita Kohn de Cohen; el artista multimedio venezolano, premio Fundación Guggenheim, Rolando Peña; el Coordinador del Sistema de Teatros de la Ciudad de México e iluminador, Ángel Ancona; los ex Rajatabla Ángel AcostaRoberto MollMarcelo Pont David BlancoAitor GaviriaJuan PagésDiego BalaguerLuis Garván; las ex Rajatabla  Teresa Selma,  Cecilia BellorínFrancis Rueda; la actriz y docente de Rajatabla Mariel Jaime Mazalos ex El Juglar Miguel BazanoJorge PinusÁngel Fernández MateuJorge Arán; la ex directora de cultura de Chacao, Venezuela, Carmen Carmona; la actriz y el actor, ex Comedia Cordobesa, Betty Angelotti y Alvin Astorga; la ex presidenta del Centro Cultural Prisma y directora teatral argentina-canadiense,  Marta Candia; los críticos  teatrales venezolanos Rubén Monasterios, Carlos Pérez Ariza y Leonardo Azparren Giménez y la crítica chilena Sonia M. Martin; la sobrina y sobrino de Carlos, Gabriela Llanos y Carlos Cassina; el fundador del Centro Dramático El Theatrón, el director venezolano  Rodolfo Molinael artista plástico venezolano José Augusto Paradisi Rangel; el dramaturgo y director argentino José Luis Arce.

El libro tiene fotos originales de Miguel Gracia, Streuli Roland, Marta Mikulan-Martin, Martha Swope, Luis Skobar, Ángel Ancona, Marcelo Pont.

Este es el segundo libro sobre Carlos que escribe la autora. El primero, ¡Bravo, Carlos Giménez!, con prólogo del poeta y periodista José Pulido,  publicado por la misma editorial en 2016, también puede leerse gratis on-line.



Escritora argentina-venezolana nacida en La Plata en 1958 y radicada en Caracas en 1979. Dramaturga, guionista, entrevistadora, productora teatral, editora de libros y revistas.

Trabajó con Carlos Giménez en el Festival Internacional de Teatro de Caracas y en el Ateneo de Caracas. Creadora del blog, canal de You Tube y página de Facebook: Carlos Giménez Creador Teatral.

Fue editora de la revista subterránea de cultura Machu Picchu (1978, La Plata) y coeditora de las revistas Intermedio y Primera Fila (Caracas).

Ha publicado las novelas: Lejos de CasaUna Cierta Mirada,  La Casa LilaHistorias de Crisi y su sicoanalista Berlia.

Las obras de teatro: Puerta abierta al marEsquina con malvonesGente a vista,  Truman (con Leonardo Losardo).

Los libros de entrevistas  ¡Bravo, Carlos Giménez,  EntrevistasOtras Entrevistas,

Ha sido traducida al inglés y al portugués.

Creadora de Escritoras Unidas & Cía. Editoras y del blog cultural Escritoras Unidas & Cía.


Carlos Giménez en la web

 Blog /YouTube/Facebook




¡BRAVO, CARLOS GIMÉNEZ!, segunda edición, prólogo de José Pulido, textos de Carlos Giménez, portada de José Augusto Paradisi Rangel, entrevistas de Viviana Marcela Iriart, 18 de octubre de 2023

 



En conmemoración a sus 30 años de ausente presencia. Segunda edición ampliada del libro publicado en 2016.
Con textos de José Pulido, Carlos Giménez, José Augusto Paradisi Rangel, Teresa Selma, Roberto Moll, Juan Pagés, Esther Dita Khon de Cohen, Mariel Jaime Maza, Carlos Cassina, Roberto Magurno, Juan José Bartolomeo, José Luis Montero Conde, María José Alfaro, Carlos Pérez-Ariza, María Teresa Castillo, Viviana Marcela Iriart.
Entrevistas a Norma Aleandro, Ángel Acosta, Ángel Ancona, Betty Angelotti, Jorge Arán, Irene Arcila, Alvin Astorga, Leonardo Azparren Giménez, Diego Balaguer, Miguel Bazano, Cecilia Bellorín, David Blanco, Marta Candia, Carmen Carmona, José Simón Escalona, Paulina Gamus, Luis Garván, Aitor Gaviria,  Migdalia Guerrero, Elaiza Irizarri, Gabriela Llanos, Sonia M.Martin, Ángel Mateu, Rodolfo Molina, Rubén Monasterios, Xiomara Moreno, Néstor Muzo, Elio Palencia,  Jorge Pinus, Marcelo Pont, José Pulido, Aura Rivas, Francis Rueda, Teresa Selma.

El libro, editado por la editorial on-line Escritoras Unidas & Cía. Editoras, puede leerse gratuitamente en el siguiente link: 



¡BRAVO, CARLOS GIMÉNEZ!





"MARÍA TERESA CASTILLO-CARLOS GIMÉNEZ- FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE CARACAS 1973-1992", de José Pulido, Rolando Peña, Karla Gómez, Viviana Marcela Iriart, Carmen Carmona y Roland Streuli, edición Escritoras Unidas & Cía. Editoras, diciembre 2023

 


©Rolando Peña-Karla Gómez


El libro María Teresa Castillo-Carlos Giménez-Festival Internacional de Teatro de Caracas 1973-1992 homenaje a los 50 años del primer FITC, a los 30 años de la muerte de Carlos Giménez y a los 11 años de la desaparición de María Teresa Castillo, esos seres mágicos que fueron quienes lo inventaron y lo dirigieron durante 20 años, es el resultado de la unión de un equipo de personas maravillosas que se unieron para hacerlo posible, donando su arte, su tiempo y su dinero: el poeta José Pulido (prólogo); el artista multimedia Rolando Peña y  la directora de arte Karla Gómez (portada);  la gerente cultural  Carmen Carmona (producción general);   el fotógrafo  Roland Streuli (fotografías)  y la escritora  Viviana Marcela Iriarten idea, edición, entrevistas y producción general.

El poeta José Pulido, en una parte de su magnífico prólogo, nos cuenta:

“María Teresa parecía un terremoto de entusiasmos. Nada era imposible para su voluntad de generar actividades que semejaran siempre una siembra fundamental. Ella se desvivía por demostrar la espiritualidad del país, la inteligencia del país, la fertilidad intelectual del país.

 Es de imaginar lo que ocurrió cuando ella y Carlos Giménez se conocieron y se juntaron en torno a un objetivo, amando el destino del arte.

 Porque Carlos Giménez era un terremoto de entusiasmos: nada era imposible para su voluntad de generar actividades. Él la miró y le dijo: “Hagamos buen teatro, señora María Teresa”. Y ella también lo miró y de una vez le dijo: “hagamos eso, muchacho querido”.

 


“Ephémere”, Ko Murobushi Company, Japón, 1992. ©Roland Streuli

 

El libro cuenta con catálogos del FITC, textos de Carlos Giménez y María Teresa Castillo y valiosos testimonios de personalidades de la cultura mundial: la dramaturga y escritora Elisa Lerner; el director del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero; el dramaturgo José Gabriel Núñez; el director y dramaturgo fundador del Theja, José Simón Escalona; el escritor y crítico Rodolfo Izaguirre; el diseñador de iluminación y gerente cultural mexicano, Ángel Ancona; la cofundadora de la Compañía Nacional de Teatro y gerente cultural, Elaiza Irizarri; el cineasta y escritor Alberto Ferreras; la actriz, directora y productora Teresa Selma; el actor y docente Roberto Moll, la dramaturga Indira Paez; la ex directora general del CONAC y escritora, Norka Valladares; el dramaturgo y director Elio Palencia; el actor y productor Karl Hoffman; el artista multimedia José Augusto Paradisi Rangel; la actriz y docente Francis Rueda; el director y gerente cultural José Luis Montero Conde; la gerente cultural francesa Bernardette Chaudé; el actor y cofundador de Rajatabla, Juan Pagés; el director de Rajatabla, William Lopez; el director y fundador del Theatron Centro Dramático, Rodolfo Molina; el director y dramaturgo José Dominguez; la consejera académica y gerente cultural Marta Queralt Vila; el dramaturgo y director Daniel Uribe; el actor y director Aníbal Grunn; el productor y escritor Armando Africano; el actor y productor Ángel Acosta; el actor argentino Alvin Astorga; el ex director de la Casa del Artista, Juan José Bartolomeo; el gerente cultural Marcos Belisario; el director y fundador del grupo Bagazos, Gerardo Blanco; el músico cubano Juan Marcos Blanco; el actor Roberto Calvarese; el realizador de escenografía Esmeiro Herrera; el diseñador de iluminación Jose Jimenez; el actor Vito Lonardo; el fotógrafo Nicola Rocco; el actor Gerardo Luongo Zoppi; el actor y director Alfonso Rey; el actor Manuel Villalba; la ex empleada del Ateneo de Caracas, María Magdalena Leseur Maldonado y testimonios del equipo realizador.

El libro María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992, de lectura gratuita, edición de Escritoras Unidas & Cía. Editoras22 de diciembre de 2023, fue realizado sin subsidios ni aportes de la empresa privada. 



LEE GRATIS EL LIBRO HACIENDO CLIK ABAJO

MARÍA TERESA-CARLOS-FITC 












Publican libro sobre el Festival Internacional de Teatro de Caracas, El Nacional, 24 de enero de 2023

 









Fuente: El Nacional

Carlos Giménez: "Quince días sobre un barril de pólvora", entrevista de Moisés Pérez Coterillo, fotos Roland Streuli, 1992/ del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992"(2023)

 





 

©Roland Streuli

  

 

En medio de la tormenta que ha dejado a la intemperie a la clase política de Venezuela y sin cauces de participación a la ciudadanía, el IX Festival Internacional de Teatro se ha convertido en un acontecimiento lleno de sentido cívico. Su director, Carlos Giménez, hace balance de la reciente edición de Caracas ’92.

Es primero de mayo en Caracas. Aún no han transcurrido dos semanas desde la clausura de IX Festival. Por la avenida México, que conduce hasta El Silencio, desfila una escuálida manifestación convocada por los sindicatos oficiales. Se escuchan consignas antigolpistas y vivas a la normalidad democrática. En el otro extremo de la ciudad abre otro desfile un retrato gigante del golpista Chávez, mientras un altavoz difunde su arenga. Tampoco hay multitudes. Cualquiera de los espectadores del Festival que tuvieron la calle como escenario reunió más participantes que las dos manifestaciones juntas. Y es que el teatro fue durante unas semanas, en medio de la crisis del país, un acontecimiento civil de primer orden. De ahí el carácter excepcional de esta IX edición del Festival de Caracas, para su director Carlos Giménez.

 

-        La crisis que vive el país se manifiesta en una ausencia de la participación de la gente, que ha sido apartada de la construcción y el desarrollo del país. De ahí el fracaso de las últimas elecciones, o esta pequeña manifestación del Primero de Mayo, cuando antes convocaba a cientos de miles de personas, con todas las grandes figuras políticas al frente. Pero en casi todos los espacios de la vida civil la participación democrática del venezolano se ha ido debilitando. Paradójicamente con el  Festival sucedió a la inversa: se multiplicó la participación de la gente y cambió la composición socio-cultural del público, se amplió a sectores mucho más populares que nunca habíamos visto participar antes. Eso generó una especie de caos y se fue de las manos de los organizadores. En las circunstancias en las que el país vivía, poner cien mil personas en la avenida Bolívar a contar La Verdadera Historia de Francia frente a las puertas del Consejo Supremo Electoral, que es una de las instituciones más desacreditadas del país, con estallidos de bombas, tanques de guerra, soldados muriendo y gente reclamando su derecho a la violencia, era toda una  provocación. Y sin embargo, la gente participó civilmente, dentro de las posibilidades que el país y el Festival le ofrecían.

 

 

UN ACONTECIMIENTO CIVIL

 

-        El Festival concentró multitudes en las puertas de los teatros, la mayoría sin entradas, exigiendo y logrando meterse en los espacios físicos. Para unos, esto es una salvajada, porque desde que el festival existe han tenido sus entradas o sus carnets privilegiados. Ese público “culto” que lo ve todo civilizadamente, que llega con su coche a su estacionamiento y sale del espectáculo casi sin aplaudir porque quiere evitarse la cola de la salida. La gente que se desplaza por los subterráneos -porque esta es la ciudad de los subterráneos: estacionamientos subterráneos, autopistas subterráneas como la del Libertador, hasta clubes de moda también subterráneos- de pronto sienten que esto no tiene nada que ver con lo que ellos entienden como cultura.

 



“La gran parada”, Compañía  Royal de Luxe. Francia. Inauguración Popular. Av. Bolívar Caracas,  1992. 
©Roland Streuli





Por otro lado, hay una reacción multitudinaria de un sector de la población que tomó el Festival como vía de escape, como una de las escasas posibilidades de participación, porque han dejado de creer en determinadas cosas, pero necesitan imperiosamente participar.  Yo siento que el festival fue un fenómeno más que nunca político. Fue el Festival de la incertidumbre.  Durante quince días, estuvimos montados sobre un barril de pólvora, en un país que no tiene garantías constitucionales. Concentrar a miles de personas en la calle le ponía los pelos de punta a cualquiera, incluidos los propios organizadores y sin embargo los eventos más organizados, más festivos, más llenos de alegría fueron los espectáculos en las calles. Porque la gente sentía que no tenía que pasar por una puerta angosta donde señores con cara de odio, estaban dispuestos a no dejarlo entrar, después de esperar una hora y pico.

 

 

Aunque para Carlos Giménez esta edición del Festival cierra una etapa, no está pensando en replantear su modelo, absolutamente insólito.

 

-        No tendría sentido copiar o asimilar el modelo de los otros festivales que se hacen en el mundo. En países como los nuestros con un movimiento teatral como el que tenemos, un Festival con otras características significaría imponer la rutina sobre la rutina y lo que nosotros intentamos es que el Festival produzca una sacudida, un temblor, un estremecimiento. Como cuando pasa un terremoto: siempre queda algo que reajustar y el movimiento teatral venezolano y en líneas generales el latinoamericano, ha sido reajustado. En estos 20 años yo he visto crecer una nueva generación de actores y actrices en Venezuela. He visto nacer el Centro de Directores para el Nuevo Teatro. Hemos asistido a la creación del Teatro Nacional Juvenil. A la consolidación de las instituciones y la desaparición de otras. Al surgimiento de una nueva dramaturgia.

La oportunidad bienal de recibir y de dar información dentro de un marco de fiesta, donde la exaltación es como el veneno compartido entre miles de personas, yo creo que no puede desaparecer. Lo importante es lo que el Festival puede aportar al desarrollo teatral venezolano o latinoamericano. Y en ese aspecto a lo mejor hemos sido pocos audaces. Creo que viene un momento de reflexión, de ver cómo podemos aprovechar todo lo que el Festival genera, no sólo en la ciudad. Varios sectores del país quedan como agotados, exhaustos, hablando durante semanas del Festival.  Para mí el Festival es como un hábitat, que debe tratar de modificarse internamente para que su proyección sea más adecuada, pero si el Festival pierde ese carácter de fiesta, para mí es preferible que muera.

 

 


NOS FALTÓ IMAGINACIÓN

 


El ’92 era una fecha un poco especial para el Festival de Caracas. España ha estado bien representada, al menos en sentido numérico, con cinco espectáculos…Pero para Carlos Giménez que, como tantos latinoamericanos tiene sentimientos encontrados de amor y odio respecto a España, algo se ha perdido en esta ocasión del V Centenario.


 

-        Creo que tanto a la parte española como a nosotros, nos faltó imaginación y audacia para enfrentar el proyecto. Lo que hemos hecho fue como una repetición de otros años. Comparado con la Operación Cargo ’92 de Francia, tan llena de imaginación, de una audacia, de un buen criterio, pensada como una oportunidad de imaginar de una manera nueva su relación con América Latina, se nos ha quedado pequeña. Ahí están los resultados; unos espectáculos concebidos para tratar de establecer un puente con la imaginación. Más de 200 personas trabajaron durante semanas con los equipos franceses, sufriendo, peleándose, pero creando un conocimiento a través del trabajo, que tuvo un resultado en una fiesta multitudinaria. La participación francesa fue como estar haciendo otro Festival dentro del festival. El importe de la operación costó 6 millones de dólares (600 millones de pesetas). (Nota del libro: pagados por el estado francés).

 

No va a haber en este año otra plataforma, otro escenario como el de Caracas o el de Bogotá, que reúnan entre los dos cerca de un millón de espectadores. Con España fue todo como muy institucional, pensado desde los parámetros de una concepción que yo creo que no se compadece con las verdaderas necesidades de la relación entre España y América Latina. Tuvimos colaboración, muchísima colaboración, para que las compañías vinieran. El público reaccionó entusiasmado ante el espectáculo de Els Joglars o se fascinó con Nacho Duato.

 

Pero, de cualquier manera, lo que nosotros pudimos hacer en conjunto debió ser mayor. Se desaprovechó el espectáculo natural del acontecimiento, que es éste, América Latina; se pudieron hacer cosas  más audaces. No en el sentido de riesgo gratuito, sino para investigar en esta relación entre España y América que sigue siendo compleja, extraña, apasionante, excitante. Yo no digo que la responsabilidad sea sólo de la parte española. Yo hago también mi mea culpa.

 


Antes que termine este año de gracia, Carlos Giménez dirigirá un espectáculo en el Piccolo Teatro de Milán, lo que le mantendrá alejado durante unos meses de Rajatabla.


 

-        He estado involucrado hasta ahora en muchos proyectos Institucionales de Venezuela, y por eso no he podido aceptar propuestas afuera. Ahora tengo esta oportunidad de hacer este trabajo en el Piccolo y de asumir un cierto compromiso conmigo mismo, con el fin de que varias de las instituciones en las que yo estoy comprometido, comiencen de alguna manera a desprenderse del cordón umbilical y marchen por sí solas”.

 





Fuente: Roland Streuli





 


 

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MARÍA TERESA-CARLOS-FITC