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hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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Jane Fonda pide más atención pública a la violencia sexual durante el Holocausto / Jane Fonda calls for more public attention to sexual violence during the Holocaust / By Daniel Weizmann, November 9, 2012 / The Times of Israel





Jane Fonda con los académicos Dan Leshem, Jessica Neuwirth y Rochelle G. Saidel 
Foto cortesía Kim Fox
Jane Fonda (second from left) appears with scholars Dan Leshem, Jessica Neuwirth (second from right) and Rochelle G. Saidel at a Los Angeles symposium on sexual violence during the Holocaust. 
(Photo credit: Courtesy of Kim Fox)


La ganadora del Oscar hizo una lectura dramatizada de la obra de la autora israelí Nava Semel en el  simposio de Estados Unidos que promueve un estudio profundo sobre el tema


El simposio fue organizado por la USC Shoah Fundación  junto con la Dra. Rochelle  G. Saidel, fundadora de Remember the Women Institute, y Jessica Neuwirth, una de las fundadoras de la organización de derechos de la mujer Equality Now
 


"Este era un tema de  menor importancia en los estudios del genocidio. En el 
pasado, se consideraba demasiado específico,  un 'nicho', un tema 
específicamente de las feministas".   
Dr. Stephen D. Smith


“Me siento muy contenta  de que podamos escuchar sobre el Holocausto a través de relatos de primera mano", dijo Jane Fonda en el podio el  jueves por la noche en el Teatro Ray Kurtzman en Los Angeles, dirigiéndose a una audiencia privada de estudiosos e historiadores. "Diecisiete de estos cien testimonios son de violencia sexual – testimonios de las valientes sobrevivientes  que se atrevan a hablar de sus experiencias".
 
La actriz ganadora de un Oscar luego conmovió a  la multitud con la lectura dramatizada de  la novela And the Rat Laughed de la autora israelí Nava Semel  - un relato en el que se mezclan recuerdos de la infancia, poesía confesional y el diario de un sacerdote polaco, y que transcurre desde  1943 hasta el 2099. 

Durante la parte más dramática de la novela – la historia de una niña judía escondida en un hoyo con una rata como mascota, que es sexualmente abusada por el hijo de un granjero polaco - la actriz levantó la vista al techo y gritó con su voz inconfundible, suplicando: " ¿Cómo contar esta historia? "
 
Fonda concluyó señalando que las voces de las víctimas sexuales del Holocausto que no fueron escuchadas en el pasado, son relevantes en el presente – “desde Yugoslavia a Ruanda al Congo . " Ella presentó un video corto, filmado en Denver en 1995 como parte del proyecto de la Shoah Foundation,  institución creada por Steven Spielberg, que ha reunido casi 52.000 testimonios en 32 idiomas. 

El vídeo mostró a Manya, una señora de mejillas rosadas  de 77 años, sobreviviente de Auschwitz, recordando cómo había sido tirada a un lado por un guardia nazi. "Me dijo que era bonita. Ella va a hacer un trabajo diferente.”

En el video Manya recuerda, en un mal inglés,  cómo fue llevada a limpiar el cuartel de los oficiales, una sala privada equipada con armas y pistolas. "Yo sabía que estaba en problemas porque él me tocó en la cara", dice ella. 

Finalmente él  la golpeó y la violó, y Manya recuerda que "el guardia me dijo: 'Cuando tu  rostro se vaya, te irás con el fuego... ¿ves el humo?'" Luego él señaló a la chimenea del crematorio cercano. 

El video  termina con Manya pidiéndole a sus compañeras sobrevivientes que hablen del tema como ella lo está haciendo.

El  tema era muy  serio para la audiencia del  Teatro Kurtzman,  un lugar que queda  en la zona de Century City  y que es parte de la Creative Artists Agency, la firma creada por  los poderosos talentos de Hollywood, entre ellos el ex jefe de Disney, Michael Ovitz. 

El video, y la lectura de Fonda fueron la culminación de un simposio pionero en el tema de la violencia sexual, que duró de dos días y  reunió a más de una docena de estudiosos del Holocausto. Organizado por la USC Shoah Fundación  junto con la Dra. Rochelle  G. Saidel, fundadora de Remember the Women Institute, y Jessica Neuwirth, una de las fundadoras de la organización de derechos de la mujer Equality Now , los seminarios reunieron a historiadores sociales, profesores de idiomas, antropólogos biológicos, doctores en ciencias políticas y expertos del Holocausto de todo el mundo. 

Al finalizar emitieron una declaración que comienza así: "Las pruebas, información y los estudios nos han hecho descubrir  que la violencia sexual, ignorada durante mucho tiempo, fue una parte integral del Holocausto de muchas maneras" 

Lo que lleva a la pregunta: ¿Por qué ha tomado tanto tiempo para que la verdad sobre la violencia sexual durante el Holocausto saliera a  la superficie? O, como una  persona de la audiencia preguntó, ¿cómo es que nos sentimos más cómodos hablando de la pérdida de toda una familia asesinada en masa antes que hablar del tema de la violencia sexual? 

La Dra. Saidel, co-autora del libro Sexual Violence Against Jewish Women During the Holocaust,” publicado en 2010, dijo a la audiencia: "Estaba en Auschwitz, con una buena guía. Habló sobre el asesinato en masa, pero no mencionó a los burdeles. Cuando le pregunté por qué, ella dijo: ‘Se supone que no debemos hablar de eso. ‘" 


 

Jane Fonda leyendo extractos del libro de la novelista Nava Semel “And the Rat Laughed” a una audiencia que incluía sobrevivientes del Holocausto.  Foto cortesía Kim Fox
Jane Fonda reads an excerpt from Israeli novelist Nava Semel’s “And the Rat Laughed” to an audience including Holocaust survivors.(Photo credit: Courtesy of Kim Fox


El Dr. Stephen D. Smith, director ejecutivo de la Fundación Shoah, abordó el problema desde diferentes  ángulos. "Este era un tema de  menor importancia en los estudios del genocidio", dijo. "En el pasado, se consideraba demasiado específico,  un 'nicho', un tema específicamente de las feministas". 

Además, Smith dijo a la audiencia que el tema  planteó un conjunto especial de desafíos cuando se entrevistó a las víctimas del Holocausto. “Tenían que dar  voluntariamente esa información enfrente  de una cámara, de desconocidos, y después firmar una autorización permitiendo que esa información fuera  de dominio público… A menudo (el tema) salía de la nada.  Y con frecuencia eran  los propios entrevistadores los que no querían oír hablar del tema”.

Y añadió: "No hemos desarrollado el lenguaje para hablar de este tema. Tenemos que permitirnos realizar una conversación real sobre esto. " 

Otro de los retos, dijeron los expertos del simposio, ha sido la búsqueda de pruebas. Cuando  Remember the Women  se acercó a la Fundación Shoah para buscar los  testimonios: "Fue muy difícil para la mayoría de las sobrevivientes”, recuerda el  Dr. Dan Leshem, director asociado de la fundación encargado de la investigación. Y recalca: “Y otras organizaciones... no estaban interesados ​​en el tema. A su juicio, no había suficiente documentación que mostrara que (las violaciones) eran generalizadas. Querían ver los documentos. Pero, por supuesto, en la mayoría de los casos, los alemanes no documentaron  su propia violación de las mujeres judías”. 

Ahora, tanto las sobrevivientes vivas como las que ya murieron, grabadas en los videos, tienen un  foro.

Después del panel, el micrófono se pasó a todo el público y  una sobreviviente habló. "El abuso sexual era constante. No sólo la violación. La desnudez - nos vimos obligadas a estar desnudas delante de los oficiales, que nos miraban morbosamente. Y recuerden que éramos jóvenes - 18, 19, 20 años de edad y  que nunca habíamos estado desnudas frente a un hombre.”

Otra sobreviviente intervino.  "Yo tenía 14 años cuando estuve en los campamentos. Por lo general, los guardias sólo caminaban por  ahí, pero entre nosotras había una chica de 20 años muy bonita y cuando el guardia la vio se detuvo. Él estaba enojado  y la agarró por el vestido y la sacudió. Ella temía por su vida porque era muy hermosa. Porque las mujeres alemanas, también, eran cien veces más brutales con una chica judía si era hermosa. Muchas de nosotras dejamos de menstruar. Pensamos que nunca podríamos tener hijos. Nos convirtieron (los nazis) en medias mujeres, nunca más volvimos a ser mujeres enteras.”

Saidel señaló que el trabajo de los historiadores del Holocausto es complicado por la amplia variedad de abusos. "No sucedían solamente en  los campos. En diferentes sitios: En los guetos, en la clandestinidad ", dijo ella. "Eran violadas por los kapos [presos que supervisaban otros presos],   por  hombres judíos con más privilegios. También estaban las mujeres que para sobrevivir, por un plato de comida, se veían obligadas a aceptar ser violadas. Hay todo tipo de historias y situaciones. Y están los hombres que también fueron violados.”

Nazis, prisioneros no judíos,  judíos  e incluso los soldados que liberaron los campos fueron responsables de abusos sexuales.

En referencia a la colección de testimonios de sobrevivientes, la activista dice: "Es tarde, pero no es demasiado tarde" 

Para la mayoría de las  sobrevivientes la vergüenza duró toda la vida,  por eso algunas piden que sus testimonios se hagan públicos después de su muerte.  Una mucama se sintió culpable durante décadas por no haber podido proteger a una niña que fue violada y asesinada. Y, como Smith señaló: “Si una mujer violada quedaba embarazada, lo más seguro es que ella fuera asesinada.”

Gran parte del testimonio potencial se perdió, agregó, porque "la gran mayoría de las víctimas de violencia sexual no sobrevivieron." 

"Sabemos que es tarde" para recopilar más información, dijo Saidel a la audiencia. "Pero estamos comprometidos a seguir adelante." 

"Es tarde, pero no es demasiado tarde", coincidió Neuwirth. "Tenemos que romper el silencio que rodea a la violencia sexual o nunca vamos a acabar con la violencia sexual. La negación de la violencia sexual en el Holocausto se relaciona directamente con la continuación de la violencia sexual en los conflictos armados de hoy. "

Una de las participantes, la  Dr. Catharine A. MacKinnon - una abogada erudita frecuentemente citada que ha representado a las sobrevivientes de Bosnia y ayudó a crear el concepto de violación genocida en la ley - dijo que los dos días de conferencias y debates, cerrado al público, representaron un posibilidad de un cambio real en las percepciones sobre el tema. "Un grupo de personas notables se reunieron para hablar del tema", dijo. "Es un acontecimiento histórico.”

"La Shoah tenía un objetivo en particular", agregó, "que ninguna judía y judío quedaran vivos. Ellos informaron que tenía la intención de eliminar a todo un pueblo de todo el planeta. Y algo de este genocidio hay  en otros genocidios, pero éstos tienden a estar más confinados (limitados)  a espacios físicos como en Ruanda y en Bosnia. En el Holocausto, a menudo las violaciones precedieron a los asesinatos. O las mujeres fueron violadas hasta la muerte.

¿Por qué este tema tomó tanto tiempo, históricamente, en salir a la superficie?

Como MacKinnon lo ve, "La resistencia tiene que ver con la sensación de que la atrocidad sexual es una vergüenza para la víctima. Mi opinión personal es que la negación de la violencia sexual en el Holocausto es la negación del Holocausto”.




November 9, 2012
Foto cortesía Kim Fox

Fuente: Jane Fonda 
Traducción: Escritoras Unidas & Cía.
Nota: Los textos en negrita son responsabilidad de este blog.






Oscar winner performs dramatic reading of work by Israeli author Nava Semel at a US symposium promoting study of a long overlooked topic


‘This was a minor area in genocide studies. In the past, [sexual violence] 
was considered too specific, ‘niche,’ something for feminists’. 
 Dr. Stephen D. Smith




 “I feel so glad that we hear about the Holocaust through firsthand accounts,” Jane Fonda said from the podium Thursday night at the Ray Kurtzman Theater in Los Angeles, addressing a private audience of scholars and historians. “Seventeen-hundred of those testimonies are of sexual violence — from those brave enough to talk about their experiences.”

The Oscar-winning actress then moved the crowd with a dramatic reading from Israeli author Nava Semel’s novel And the Rat Laughed – a stark pastiche of childhood memories, confessional poetry and a Polish priest’s diary, time-tripping from 1943 through the present to 2099.

Tackling the very darkest of material — the tale of a Jewish girl hiding in a pit with a pet rat, sexually abused by the son of a Polish farmer — the actress looked up to the ceiling and called out with her unmistakable, pleading voice, “How to tell the story?”

Fonda concluded by pointing out that the long overlooked voices of sexual victims of the Holocaust are relevant to the present — “from Yugoslavia to Rwanda to the Congo.” She introduced a short video, shot in Denver in 1995 as part of Steven Spielberg’s Shoah Foundation project, which has collected almost 52,000 testimonials in 32 languages.

This clip showed Manya, a rosy-cheeked, 77-year-old Auschwitz survivor, recounting how she had been pulled aside by a Nazi guard. “He said that I’m pretty. ‘She’ll do different work.’”

In the video, Manya recalls in broken English how she was taken to clean in the officer’s quarters, a private room stocked with weapons and guns. “I knew I’m in trouble because he touched me in the face,” she says.

‘This was a minor area in genocide studies. In the past, [sexual violence] was considered too specific, ‘niche,’ something for feminists’

Ultimately, he beat her and raped her, and Manya remembers that “the guard told me, ‘When [your] face will be gone, you’ll go with the fire … you see the smoke?’” He then pointed to the chimney from the nearby crematorium.


The clip ends with Manya exhorting her fellow survivors to speak out as she has.

It was serious stuff for the Kurtzman Theater, a tony venue in the Century City area that’s part of Creative Artists Agency, the talent firm created by Hollywood power brokers including former Disney head Michael Ovitz.

The video, and Fonda’s reading, marked the culmination of a groundbreaking two-day symposium attended by more than a dozen Holocaust scholars. Put together by the USC Shoah Foundation — in conjunction with Dr. Rochelle G. Saidel, founder of Remember the Women Institute, and Jessica Neuwirth, one of the founders of women’s rights organization Equality Now — the seminars brought together social historians, language professors, biological anthropologists, doctors of political science and Holocaust experts from all over the world.



Together, they issued a group statement that begins: “Evidence, information, and scholarship are emerging that sexual violence, long largely ignored, was an integral part of the Holocaust in many forms.”

Which begets the question: Why has it taken so long for the truth about sexual violence during the Holocaust to surface? Or, as one audience member asked, how is it that we are more comfortable talking about the loss of a whole family through mass murder than addressing the issue of sexual violence?

Dr. Saidel, a co-author of “Sexual Violence Against Jewish Women During the Holocaust,” released in 2010, told the audience, “I was in Auschwitz, with a good guide. She talked about the mass murder, but she didn’t mention the bordellos. When I asked why, she said, ‘We’re not supposed to talk about that.’ ”

Dr. Stephen D. Smith, the Shoah Foundation’s executive director, addressed the problem from a variety of angles. “This was a minor area in genocide studies,” he said. “In the past, it was considered too specific, ‘niche,’ something for feminists.”

In addition, Smith told the audience, the issue posed a special cluster of challenges for interviews with Holocaust victims. “To volunteer that info in front of a stranger, on camera, and after having signed a release form for public domain … Often, [the topic] would come up out of the blue. Frequently, the interviewers themselves shut the subject down.”

He added, “We haven’t developed the language to talk about this. We need to enable a real conversation to take place.”


Anoher challenge, the symposium’s experts said, has been the search for evidence. When Remember the Women approached the Shoah Foundation to find testimonials, “It was very hard to find a lot of those survivors,” Dr. Dan Leshem, the foundation’s associate director of research, recalled. “And other organizations … weren’t interested in the topic. They felt that there wasn’t very much research showing that this was widespread. They wanted to see documents. But, of course, in most cases, Germans didn’t document their own rape of Jewish women.”

Now, both the living and the deceased, recorded on film, have a forum.

After the panel, the microphone was passed around the audience, and before long, a survivor spoke out. “The sexual abuse was constant. Not just rape. Nudity — we were forced to be naked in front of officers, ogling at us. And remember that we were young — 18, 19, 20 years of age — and had never undressed in front of a man.”

Another survivor chimed in. “I was 14 years old in the camps. Usually the guards just walked by, but there was one 20-year-old among us who was so beautiful that he had to stop. He was angry because of his feelings — he grabbed her by the dress, shook her. She was afraid for her life because she was so beautiful. The German women also — they were a hundred times more brutal to a Jewish girl that was beautiful. Many of us stopped menstruating. We thought we could never have children. They made us half-women, not complete women anymore.”

Saidel noted that Holocaust historians’ work is complicated by the wide variety of abuses. “It wasn’t just the camps. So many settings: In the ghettos, in hiding,” she said. “[Sexual abuse] by kapos [inmates who supervised other prisoners], by Jewish men with more privileges. Also, women who allowed themselves to be raped for food to survive. There were all kinds of stories and situations. And also, men who were sexually violated.”

Nazis, non-Jewish prisoners, Jews and even liberators were responsible for the sexual abuse.
For a subset of survivors, the shame lasted a lifetime, with some asking that their testimonials not be shown until after their deaths. A maid suffered decades of guilt for not being able to protect a girl who was gang-raped and murdered. And, as Smith pointed out, “If a woman was raped and fell pregnant, she was almost certainly killed.”

Much of the potential testimony was lost, he added, because “the vast majority who experienced sexual violence did not survive.”

“We know it’s late” to collect more information, Saidel told the audience. “But we’re committed to moving forward.”

“It’s late, but it’s not too late,” Neuwirth concurred. “We need to break through the silence surrounding sexual violence or we will never end sexual violence. The denial of sexual violence in the Holocaust directly relates to the continuation of sexual violence in armed conflict today.”

One of the participants, Dr. Catharine A. MacKinnon — a frequently cited legal scholar who has represented Bosnian survivors and helped to create the concept of genocidal rape in law — said the two days of lectures and discussions, closed to the public, represented a chance for real change in perceptions. “A remarkable group of people were brought together,” she said. “It’s a historic event.

“The Shoah had a particular aim,” she added, “that no Jew would be left alive. It was informed by the intention of eliminating an entire people from the entire planet. And there are elements of that in other genocides, but they tend to be more confined to [limited] physical spaces, as in Rwanda and in Bosnia. In the Holocaust, often the rapes preceded the murders. Or women were raped to death.”

Why did this topic take so long, historically, to surface?

As MacKinnon sees it, “The resistance has to do with the feeling that sexual atrocity brings shame on the victim. My own opinion is that denial of the integral place of sexual violence in the Holocaust is Holocaust denial.”


©Daniel Weizmann
November 9, 2012
The Times of Israel
Photos courtesy  Kim Fox
Fuente: Jane Fonda





Nava Semel





Jane Fonda urges remembrance of sexual violence during the Holocaust

Actress, activist speaks at international symposium convened by USC Shoah Foundation and Remember the Women Institute

November 13, 2012


LOS ANGELES, California (November 13, 2012) - A historic international symposium on sexual violence during the Holocaust took place on November 7–8, 2012, convened by USC Shoah Foundation – The Institute for Visual History and Education and Remember the Women Institute. The approximately 20 academics and activists who participated have all worked on this issue, which has been overlooked by most historians for nearly 70 years. A highlight of the two-day symposium was a public event with Oscar-winning actress Jane Fonda on November 8, also co-sponsored by Equality Now. Ms. Fonda read excerpts from And the Rat Laughed, a novel by acclaimed Israeli writer Nava Semel, herself a child of Holocaust survivors. Published in English in 2008, the novel tells the story of a five-year-old Jewish girl who was sexually abused by the son of Polish farmers who hid her from the Nazis. Ms. Fonda also introduced a clip reel from a survivor’s testimony about rape; the testimony was provided by the USC Shoah Foundation, and the clip reel was produced for the occasion by the Foundation and Remember the Women Institute. Following Ms. Fonda’s remarks, Equality Now President Jessica Neuwirth moderated a panel discussion with Remember the Women Institute Executive Director and Sexual Violence against Jewish Women in the Holocaust co-editor Rochelle G. Saidel, and USC Shoah Foundation Executive Director Stephen D. Smith.

The symposium, held at USC Hillel, was inspired by Sexual Violence against Jewish Women in the Holocaust, edited by Dr. Sonja M. Hedgepeth and Dr. Saidel (Brandeis University Press, 2010), the first scholarly text ever published on the subject. The symposium focused on collecting new testimony to make victims’ voices heard; discovering existing documentation; compiling already-published citations of sexual violence; and ensuring that sexual violence is included in the Holocaust narrative.

“When thinking about the issue of genocide, sexual abuse is not a part of our consideration. But it needs to be, because women as a group are often targeted [because] they are women,” Smith said. “I’d like to thank all the women who have led us so courageously to raise this issue... But I want to say, as a man, that I accept my responsibility to raise this [issue] with other men, and to find other men to speak out on this issue, because this is our issue.”

“It wasn’t just in the camps, but also in the ghettos, in hiding, on death marches, and as private sex slaves of Nazis and their collaborators in the East,” Saidel noted. “There was sexual abuse by Nazis, Kapos [supervisor-prisoners], and by Jewish and non-Jewish camp inmates with more privileges. Women sometimes were forced to accept rape in exchange for food and survival. There were all kinds of stories and situations. And there were also men who were sexually violated.”

The following statement was issued after the symposium by those participants listed below:

Symposium on Sexual Violence during the Holocaust: Group Statement

Evidence, information, and scholarship are emerging that sexual violence, long largely ignored, was an integral part of the Holocaust in many forms. Absence of acknowledgment of this reality has harmed not only survivors but also the understanding of and efforts to prevent genocide, and efforts to stop sexual violence in genocide, war, and every day. We hope that increasing awareness of this subject, obscured by shame and denial, will bring recognition to the victims—many of whom did not survive—to rectify this omission from history, and support the work of those who oppose these atrocities.

Patrice Bensimon, France
Dr. Paula David, Toronto
Dr. Monika Flaschka, USA
Dr. Eva Fogelman, USA
Dr. Myrna Goldenberg, USA
Dr. Sonja Hedgepeth, USA
Karen Jungblut, USA
Dr. Dan Leshem, USA
Dr. Catharine MacKinnon, USA
Daisy Miller, USA
Jessica Neuwirth, USA
Dr. Amy Parish, USA
Dr. Andrea Peto, Hungary
Dr. John Roth, USA
Dr. Rochelle Saidel, USA and Israel
Karen Shulman, USA
Dr. Stephen Smith, USA
Dr. Elisa von Joeden-Forgey, USA
Dr. Zoe Waxman, United Kingdom

About the sponsoring organizations

USC Shoah Foundation – The Institute for Visual History and Education (sfi.usc.edu) is dedicated to making audio-visual interviews with survivors and other witnesses of the Holocaust and other crimes against humanity, a compelling voice for education and action. The Institute’s current collection of 51,696 eyewitness testimonies contained within its Visual History Archive preserves history as told by the people who lived it and lived through it. Housed at the University of Southern California, within the Dana and David Dornsife College of Letters, Arts and Sciences, the Institute works with partners around the world to advance scholarship and research, to provide resources and online tools for educators, and to disseminate the testimonies for educational purposes.

Through research and related activities, Remember the Women Institute (www.rememberwomen.org) promotes the stories of women so they might be integrated into history and collective memory. The work of the Institute is intended to influence academic research and publications, as well as popular culture, by encouraging the inclusion of all of humanity in historical and commemorative representations. The projects of the Institute include carrying out research on women and the Holocaust, co-publishing books, creating exhibits, organizing panels at conferences, and cooperating with other institutes and organizations for programs, films, and exhibits.

Founded in 1992, Equality Now (www.equalitynow.org) is an organization that advocates for the human rights of women and girls around the world by raising international visibility of individual cases of abuse, mobilizing public support through our global membership, and wielding strategic political pressure to ensure that governments enact or enforce laws and policies that uphold the rights of women and girls.


Poeta venezolana en New York: Dinapiera Di Donato gana el premio The Paz Poetry Prize 2012: "La imaginación hace versiones de la vida pero la vida no la puedo entender sin una versión" / entrevista de viviana marcela iriart, City Bell, 3 de noviembre de 2012









-       ¿Cómo te sientes con el premio que acabas de ganar por tu libro “2001-2011 Colaterales”.?

-       Me resulta una valiosa inyección de presente. Es muy significativo el hecho de que en Estados Unidos aparezca un nuevo galardón para un libro de poemas escrito en español por un residente, no únicamente por ciudadanos. Me refiero al The Paz Poetry Prize. Significa que la vida en español en este país y en el mundo sigue creciendo, es muy fuerte. Le contaba a un amigo que el mandar mi libro a concurso  fue la búsqueda de alguna señal de que puede decir algo esta poesía de persona mayor periférica en la que involuntariamente me convertí  sin perder por ello mi alegría, solamente que eso de engavetar manuscritos ya parecía cosa de grafómana y esa idea me resultaba incómoda.

-       Ganaste varios premios en tu vida, ¿éste tiene alguna significación especial para ti?

-       No he sabido ser una administradora de mis libros. Por ello pasar la primera criba de un concurso, llegar a manos de un jurado y que se tomen la molestia de leerte fue importante. No suficiente, ni siempre ha sido bueno, pero en principio los premios me han dado un cable a tierra y me han proporcionado amigos y momentos felices.

-       ¿Qué es “2001-2011 Colaterales”? ¿Un libro de poesía, cuentos….?

  
-       Los “textos” del libro  2001-2011 Colaterales son poemas que empezaron a salir en los márgenes de monografías y notas de estudio del doctorado de estudios hispánicos  que estaba cursando desde el año 2000 en la universidad de la City University (CUNY) de New York. Presionada para poder mantener la legalidad de mi estadía en los Estados Unidos llevaba una vida de estudiante. Al principio, mientras estuve en los cursos de  inglés en Texas, en lugar de aplicarme, también de sus orillas salió un libro que era como un almacén de escombros. Cada jornada después de las clases del idioma me encerraba en una gigantesca biblioteca texana donde nunca había estudiantes leyendo porque se suponía que un alumno serio tenía sus propios libros. En esa soledad y riqueza fue asombroso descubrir las últimas novedades literarias de todas partes del mundo y leí lo que no había podido leer en Venezuela en mucho tiempo. Pero había que hacer tareas de inglés y solamente podía tomar notas que fueron armando un libro de “poemas” que en realidad reunió mi  despedida de una vida en Venezuela y la entrada en un nuevo mutismo ya que desde hacía rato que en mi entorno inmediato nadie se escuchaba. Ese libro de catarsis quedó archivado y ya en el doctorado propiamente pasé a lo que sería 10 años después 2001-2011 Colaterales; el conjunto de varios libros de poemas reunidos. El primero del conjunto, La Sorda, lo desprendí para un amigo que lo editó en Venezuela en el 2011.

-        En ese libro está tu impactante poema Sargento Jossana Jeffrey. ¿Cómo surgió este poema? ¿Tardaste mucho en escribirlo?

-       Jossana Jeffrey surgió de una sola vez, a medida que escuchaba un relato escalofriante de una chica soldado que había regresado enferma, del frente de Irak. Tenía los riñones destrozados, parecía una anciana.  Reveló en clases que lo peor de todo fue su lucha por sobrevivir entre compañeros de tropa quienes quisieron violarla y matarla en varias ocasiones.

-       En la publicación del poema en Escritoras Unidas tú dices: “Este texto…”. ¿Por qué para ti es un texto y no un poema?

-       Tuve al principio algunas dificultades con mi materia de escritura, siempre obsesionada por la forma, por el soporte para cada texto que iba escribiendo. Había como una masa que buscaba alojarse y en mi ambiente literario eso se entendía sencillamente como falta de pericia. Y lo era. Pero necesitaba cierta recepción que obviamente no podía ser más clara que yo, que captara mi búsqueda. Eso lo comprendo ahora. Pero experimenté que entre poetas no me consideraran poeta y entre narradores tampoco me consideraron “completamente” narradora. Es importante cuando comienzas, sentirte que calzas, que estás en alguna parte del campo literario. No era que me dedicara a experimentar, nada de eso, era un mundo de voces en mí que buscaban su forma. Para sentirme libre dejé de pensar ya en las opiniones, no por despreciarlas sino porque necesitaba soltarme y empecé a llamar todo lo que escribía, textos, son textos y punto. Los seguí llamando “textos” por costumbre.   

-       Este parece un buen año para ti, porque también se presentó en Buenos Aires la antología lésbica “Voces para Lilith” en la que participas junto con Cristina Peri Rossi y el diario Página 12 hizo una reseña muy buena de tu texto.

-       El milagro del mundo digital me empieza a tocar. Gracias a las redes he llegado hasta Escritoras Unidas  y por el mismo medio han ido a parar diversos textos de mi autoría a varias antologías en papel  y en blogs literarios  que los han acogido, incluso a veces sin enterarme. Lo más interesante para mí con Voces para Lilith ha sido salir a la vista, en vecindad con escritoras de mayor o menor notoriedad cuyos textos dan una gama de experiencias femeninas de las que se ha hablado siempre en voz baja, en nuestro continente. Es un privilegio estar allí con todas estas autoras porque además son textos muy buenos.  

-        A partir del premio y de esta antología que está siendo muy bien recibida, ¿cómo vislumbras tu futuro inmediato a nivel literario?

-       Tú sabes que una está tratando como todo el mundo de llevar una vida con un mínimo de control. A nivel literario lo único que está en mis manos es procurar ese momento de escritura, y sobre todo seguir ese deseo de poder escribir todo lo que me he prometido.

-       ¿Estás escribiendo?

-       Siempre. Notas. Líneas. Meditaciones.

-       ¿Qué es para ti escribir?

-       -Escribir me permite sentirme conectada. Escribo por muchas razones pero sobre todo para ordenarme. Cada escritor logra mayores o menores conexiones, hacer puentes entre seres de un tiempo con seres de otro tiempo. Es una ilusión que tengo, porque a fin de cuentas la imaginación hace versiones de la vida pero la vida no la puedo entender sin una versión, sin un relato literario, ficticio y profundamente arraigado en una manera particular de haber estado en el mundo.

-       ¿Por qué escribes?

-       Por necesidad, por diversión, por desesperación. Porque me calma pero también me sacude, escribir no permite que me duerma.

-       ¿Vale la pena escribir?

-       Vale la pena querer estar consciente.

-        Si pudieras cambiar tu pasado, ¿elegirías volver a ser escritora?

-       No sé si elegí. Creo que me ocurrió. Era algo muy físico. De niña estaba siempre oyendo y viendo como si mi cuerpo fuera una cámara de cine con audio. Volvería tal vez a desear salir de mí, entrar en la vida del otro, acompañar, no morirme. Me han gustado tanto, la gente y el mundo.

-       ¿Te consideras poeta, ensayista, narradora, qué?

-       -Me considero escritora, aunque eso se confunda con la profesión escritora que también me hubiera encantado para mí. Solamente que como no sabía cómo no pude encausarme hacia ello. Me refiero a que me hubiera gustado ganarme la vida escribiendo textos por encargo de una máquina editorial, por ejemplo, y leyendo la escritura de otros. Le debo todo a los libros de otros.  

-       ¿Cuándo comenzaste a escribir? ¿Por qué?

-       Comencé primero a oír voces. Oía palabras que me deslumbraban, me hipnotizaban. Luego empecé a contar cuentos y a dibujar. Escribir propiamente fue más tarde, a los ocho años. No me volví completamente esquizofrénica gracias al arte.

-        Eres una mujer que va dejando ciudades como si tu puerto siempre estuviera en otro lado: Ciudad Bolívar, Caracas, París... ¿Por qué te fuiste de cada una de esas ciudades? ¿Qué hacías en ellas?

-       Siempre me iba porque imaginaba que podría encontrar más libertad y sosiego en otros lugares. Nací en un pueblo que para el momento de mi nacimiento había perdido brillo y prácticas artísticas. Para entonces dedicarse al arte era algo muy arriesgado y ser sexualmente libre equivalía a ser considerado un enfermo. Yo no  tuve la valentía suficiente como para quedarme en el estado Bolívar y hacer de mí una mujer y una artista independiente o lo suficientemente hábil como para aprender a negociar con la sociedad donde crecía. De Paris me fui porque me enamoré de una persona que no quiso quedarse en París porque “había que volver a Venezuela a ayudar en la evolución de una cultura, retribuyéndole al estado a la esmerada educación que le facilitó”. Yo entendía su fe y la tradición revolucionaria en la que crecían los intelectuales. De Caracas me fui también, porque no sabía sobrevivir al día-día transcurrido entre mi trabajo y el  tráfico. Del paraíso  cumanés, porque me enfermé y pensé que aquí sería más fácil curarme y la universidad donde trabajaba me facilitó la salida. He sido muy afortunada de ir a donde he querido.   

-        El escritor uruguayo Onetti decía que para él la escritura no era una esposa sino una amante: no escribía todos los días sino cuando tenía ganas. ¿Qué es para ti?

-       Un pasajero constante. Un pasajero y su equipaje y su suspensión. Pero más exacto sería  definirla como el espacio donde transitar.

-       ¿Cuánto hace que vives en New York? ¿Qué haces allí?

-       Estoy aquí desde diciembre de 1999. Por lo general llevo una vida que me resulta idílica: caminatas por mi vecindario cerca del Hudson, leer, escribir, museos, oír música, cartearme con los amigos,  dar clases de español y francés para pagar las cuentas. No vivo en una casa flotante en Seattle o en Venecia, pero me siento así porque desde niña quería agua y quietud en movimiento.

-       Tus poemas y textos son irreverentes pero tú dices que eres tímida, ¿cómo hace una mujer tímida para escribir de sexo y participar de una antología de escritoras lésbicas?

-       Bueno, eso de  las “escritoras lésbicas”, propiamente, no creo que la mayoría de las autoras de la antología acepten las etiquetas hoy por hoy. Estamos de acuerdo en que las identificaciones esencialistas dicen muy poco de las personas y más de la época que las percibe o define. Sí se trata de escritos de tema lésbico para el que nunca he tenido auto-censuras, aunque me haya tocado trabajar mucho para superar mis limitaciones mentales. Cuando he tenido que llamarme lesbiana, como definición política, lo he hecho. Pero eso me resultaba más fácil que superar todos los restos de homofobia internalizada. Cuando he tenido que tomar partido he estado ahí, abiertamente. Mi timidez es algo más de mi personalidad. No soy una persona pública con deudas de imagen, por suerte. Acepté participar en esta y en otras antologías de tema lésbico porque la mayoría de mis textos giran en torno al amor y desamor entre mujeres pero sobre todo porque ahora comprendo que los textos deben circular y en buena compañía.

-        ¿Qué proyectos tienes a mediano plazo?

-       Tengo investigaciones pendientes, otro libro de poemas y nuevos relatos. Sé que debo ocuparme también de tratar de publicar mis textos dispersos y hacer nuevas ediciones de los desaparecidos por no haber circulado.

-       ¿Qué te gustaría que te sucediera como escritora?

-       Poder escribir unos libros que imagino.

-       ¿Añoras Venezuela? ¿Piensas volver algún día?

-       Espero con el mismo entusiasmo los libros que se van publicando allá, de nuevos y viejos autores venezolanos. Volver a vivir en Venezuela no sabría cómo, por mis problemas de salud. Extraño a la familia y a los amigos. Ya es un lugar común citar la nostalgia de los verdes y las noches guayanesas.



3 de noviembre de 2012
City Bell, Argentina








Un poema de Dinapiera Di Donato





Hoy amo a esta mujer

que en las mañanas me presta sus sandalias


y en las noches

se transfigura

De Julieta León, fragmento de  Paradiso



Por amor a Diótima  va a Tubinga  

a consumir el pan de los germanistas



anotada y dócil en los intercambios con  objetivos

principal: discutir lo abierto

secundarios, terciarios y otros: exportar el producto alemán

que cura


en la torre de Hölderlin firman los acuerdos


no olviden la fotografía con el río  

y con las cartas de la demencia que su carpintero

puso en un loco la viga maestra

para que Rilke y Celan sostuvieran

el tallo de la rosa

la puerta de la orquesta 



subiendo los peldaños

en alemán la sombra helada

de dioses

te parte las piernas



él te lleva a pulir los bosques



El guía catedrático una noche alterada

asoma la hipótesis del gran tentado:

el demonio de sus días es un niño con su arco

Tadsio impronunciable corta la lengua de Eco

Kinder Küche Kirche

Kleider Kaiser Krieg

Kanonen

suena una banda al fondo

que poco a poco baja la intensidad 

el germanista  borracho traduce Pallaksch
 
y lo deja en manos fuertes altísimas


monstruos debidamente hechizados

tan alejado de mi cuerpo


graznas 

picoteas las notas lágrimas de Danae raspas el oro de sus huesos

testiga accidental 

salgo sin ser notada



Diótima que conoce a los pequeños

a los grandes contrariados

partera de un buen hombre

sabe que no hay que extirpar de sus cerebros

a Psiqué

cuando has venido conmigo a Alemania

con tu piel mejor afilada para cortar la luz de un tajo



en invierno subo por las trenzas  de la nieve

la torre amarilla donde me esperas

de regreso del campo deshojando el lirio del Zohar

voy a vestirte  con su pájaro blanco

fuego de los papeles de Hölderlin

el coro de voladoras oigo



a Diótima



cuando nada en el Neckar limpiando las aguas




tiene los ojos del dulce ebanista

mira Diótima con ojos de viejo guardián

pupila constelada de Juan de la Cruz 

es una Virgen planeando  la fuga de Toledo



la noche de amor


la amiga que se queda







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