Estoy enojado.
Verás, mientras la mayoría de los americanos estaban levantándose esta
mañana, y quienes están en Europa y en otros lugares del mundo estaban ocupados
en sus rutinas diarias, aquí en Israel más de un millón de personas corrían
hacia refugios por los misiles que estaban siendo disparados por los
terroristas palestinos desde Gaza. La semana pasada, en un lapso de 24 horas,
fueron disparados 80 misiles hacia el sur de Israel. Eso es más de tres misiles
por hora. Para cuando termine de escribir este artículo, lo más probable es que
el número haya aumentado en 5 misiles.
Sólo para poner las cosas en contexto: un millón de israelíes equivale aproximadamente al 13 por ciento de la población. El 13 por ciento de la población de Estados Unidos sería algo así como 40 millones de personas.
Ya han sido heridos una docena de israelíes, muchos de ellos severamente. La única razón por la que no ha habido más heridos es porque Israel ha invertido millones de dólares en refugios antimisiles y en el sistema de defensa Kipat Barzel; esto mientras Hamás ha invertido millones de dólares de ayuda internacional en más misiles.
Pero la razón por la que estoy enojado es la siguiente.
Estoy enojado porque, en el año 2012, más de 600 misiles ya han sido disparados desde Gaza, y no parece que vayan a detenerse en el futuro cercano. Estoy enojado porque el mundo sólo advierte cuando Israel ejerce su derecho (soberano) para defender a sus ciudadanos. ¿Puedes imaginar lo que pasaría si incluso un solo misil fuese disparado contra Washington, Londres, Paris o Moscú? Ninguna nación de la tierra puede, ni debe, tolerar tales ataques en contra de su gente.
Estoy enojado porque si bien las Naciones Unidas nunca dudan en llamar a una "sesión especial de emergencia" por la "Causa Palestina" o pasar ciegamente la enésima resolución condenando a Israel, yo todavía estoy esperando una sesión sobre la "Causa Israelí" y el terrorismo palestino. De hecho, 24 horas después del comienzo de los ataques con misiles, todavía estoy esperando al menos una condena monosilábica del Consejo de Seguridad de la ONU, su Asamblea General o Navi Pillay, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
Estoy enojado porque Ban Ki-Moon, el Secretario General de la ONU, no puede encontrar un momento para condenar los misiles palestinos, pero encuentra tiempo para reír y bailar con el rapero surcoreano Psy, conocido por su famoso single Gangnam Style.
Estoy enojado porque mientras que la jefa de política internacional de la UE, Catherine Ashton, censuró a Israel la semana pasada por la construcción de unos cuantos cientos de departamentos (en un área que igualmente seguirá siendo parte de Israel), sigo esperando que censure a los palestinos por disparar 80 misiles en un día.
Estoy enojado porque hay gente que sigue pidiendo un boicot, desinversión y sanciones en contra del estado judío, pero es silente frente al terror palestino.
Estoy enojado porque siguen siendo enviados barcos y flotillas a Gaza para mostrar 'solidaridad' con los palestinos, ¿pero en dónde está la solidaridad con la gente del sur de Israel?
Estoy enojado porque mientras que las organizaciones de derechos humanos como Amnistía, Human Rights Watch, Oxfam y otros no desperdician ni una sola oportunidad para condenar a Israel por violaciones a los derechos humanos, los derechos humanos de los israelíes no parecen ser importantes para ellos ¿Tan poco vale la sangre judía?
Estoy enojado porque los periódicos principales, como el New York Times, titulan sus historias sobre los ataques de misiles con frases como "Cuatro Militantes Palestinos Asesinados por Ataque Aéreo Israelí", y no "Terroristas Palestinos Hacen Llover Más de 80 Misiles en Contra de Un Millón de Israelíes".
Estoy enojado porque tanta gente es ciega ante el hecho de que Irán, que ha llamado a que Israel sea borrado del mapa y ahora busca obtener armas nucleares, es el principal financiador y proveedor de armas de Hamás. Estoy enojado por el hecho de que todos los civiles en el sur de Israel hoy reciben la orden de no enviar a sus niños a la escuela y de quedarse en refugios antimisiles. ¿Qué clase de forma inhumana es esta para que los niños vivan?
Estoy enojado cuando la gente continúa diciendo que los 'asentamientos' son el principal impedimento para la paz, y no Hamás, un grupo terrorista que no reconoce el derecho de Israel a existir y que busca su destrucción. Estoy enojado cuando veo fotos como esta, de una casa del sur de Israel golpeada hoy por un misil lanzado desde Gaza, e igualmente tienen la audacia de decir: "Ah, pero si esos misiles son como juguetes, ¿qué daño pueden hacer?".
Estoy enojado porque hay alguien que no me conoce, nunca me ha visto, y sin embargo quiere matarme – sólo porque soy israelí.
Estoy enojado cuando escucho a residentes del sur de Israel decir:
"nos acostamos sobre nuestros hijos y tratamos de protegerlos con nuestros
cuerpos" o que "estamos vivos por milagro" – mientras el mundo
pareciera no escuchar sus desesperados gritos de auxilio.
No, la verdad no estoy enojado. Estoy indignado.
Abogado Internacional de
Derechos Humanos
Periodista free lance. Vive
en Israel
Huffington Post
Huffington Post
24 de octubre de 2012
My Country is Under
Attack. Do You Care?/ Arsen Ostrovsky
You see, as most Americans were waking up this morning, and those in Europe and elsewhere around the world were going about their daily routines, here in Israel -- over one million people were running for cover from a hail of rockets being rained down by Palestinian terrorists in Gaza. In the space of 24 hours, since Tuesday evening, 80 rockets have been fired on southern Israel. That's more than three rockets per hour. By the time I finish this article, odds are that count will have risen to 85 rockets.
Just to put things in context: one million Israelis is roughly 13 per cent of the population. Thirteen per cent of the U.S. population equates to about 40 million people.
A dozen Israelis have already been injured, with several of them seriously. The only reason more have not been hurt is because Israel has invested millions of dollars in bomb shelters and the Iron Dome defense system, while Hamas has invested millions of dollars in foreign aid in more rockets.
But here is why I'm angry.
I'm angry that in 2012, over 600 rockets have already been fired from Gaza with no end in sight. I'm angry that the world only notices when Israel undertakes its (sovereign) right to defend its citizens. Can you imagine if even one rocket was fired on Washington, London, Paris or Moscow? No nation on earth can, or should, tolerate such attacks on its people.
I'm angry that while the United Nations never hesitates to call a 'special emergency session' on the 'Question of Palestine' or pass the umpteenth resolution blindly condemning Israel, that I am still waiting for a session on the 'Question of Israel' and Palestinian terror. In fact, 24 hours after the rocket attacks started, I am still waiting for even one syllable of condemnation from the UN Security Council, the UN General Assembly or Navi Pillay, the UN High Commissioner for Human Rights.
I'm angry that Ban Ki-Moon, the UN Secretary-General, could not find a moment to condemn the Palestinian rockets, but did find time to laugh and dance with South Korean rapper Psy from the popular dance craze Gangnam Style.
I'm angry that while the EU foreign policy chief Catherine Ashton slammed Israel last week over the building of several hundred apartments (in an area that will arguably remain part of Israel anyway), that I am still waiting for her to slam the Palestinians for firing 80 rockets in one day.
I'm angry that there are those who continue to call for Boycott, Divestment and Sanctions (BDS) against the Jewish State, but are silent in the face of Palestinian terror.
I'm angry that ships and flotillas continue to set sail for Gaza to show 'solidarity' with the Palestinians, but where is their solidarity with the people of southern Israel?
I'm angry that while human rights organizations like Amnesty, Human Rights Watch, Oxfam and others do not waste a single opportunity to condemn Israel for human rights violations against the Palestinians, the human rights of Israelis are seemingly not important enough for them. Is Jewish blood really that cheap?
I'm angry that mainstream newspapers like the New York Times, lead their stories about the rocket attacks with such headlines as "Four Palestinian Militants Killed in Israeli Airstrikes," and not "Palestinian Terrorists Rain Down Over 80 Rockets against one million Israelis."
I'm angry that so many people are blind to the fact that Iran, which has called for Israel to be wiped off the map and now seeks to obtain nuclear weapons, is the primary funder and supplier of arms to Hamas. I'm angry at the fact that all civilians in southern Israel today were instructed not to send their kids to school and stay in bomb shelters. What sort of inhumane way is that for children to live?
I'm angry when people continue to say that 'settlements' are the main impediment to peace, and not Hamas, a terrorist group which does not recognize Israel's right to exist and seeks its destruction. I'm angry when I see pictures like this, of a home in southern Israel hit by a rocket from Gaza today, yet have the audacity to say "ah, but they're just like toys; what damage can they do?"
I'm angry that there is someone out there who does not know me and has never met me, yet still wants to kill me -- for no other reason than being Israeli.
I'm angry when I hear residents in southern Israel say "we just lie on top of our children and try to protect them with our bodies" or that "we're living on borrowed time" -- yet the world seems oblivious to their desperate cries for help.
No, I am not angry. I am outraged.
International Human Rights Lawyer
10/24/2012
Foto: Unidos por Israel