la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


ETIQUETAS

Joan Baez realizará su primera exposición pictórica homenajeando a personalidades que luchan, sin violencia, por un mundo mejor/ Legendary artist and activist Joan Baez confirms first solo painting exhibition / LGBT Weekly, San Diego, August 7th, Agosto 7, 2017

La exposición se inaugurará el 1 de septiembre en la Galería  Seager Gray, en Mill Valley, California, y parte de lo recaudado  será donado a Carecen SF, una fundación dedicada a asistir a inmigrantes y a familias con pocos recursos en la Bahía de San Francisco. Entre las personalidades  retratadas están Malala, Dalai Lama, Martin Luther King Jr.,  Aung San Suu Kyi, Dolores Huerta, Maya Angelou, Bob Dylan... / The exhibition runs from September 1 through October 1, 2017 at Seager Gray Gallery in Mill Valley, CA. A portion of the paintings’ sales will go to Carecen SF, an organization dedicated to assisting Latino and other immigrants, as well as under-resourced families in the San Francisco Bay Area.







En su primera exposición individual, Joan Baez homenajea a los “Mischief Makers": son retratos de personas que han logrado un cambio social desde la acción noviolencia, personas visionarias que se arriesgaron.

En su trayectoria artística como artista y activista internacional, Joan Baez ha estado en la primera fila de casi todos los movimientos no violentos que luchan por la justicia social y los derechos humanos. Caminó con Martin Luther King Jr. en las marchas por los derechos civiles en Mississippi, fue encarcelada y perseguida por protestar por la Guerra de Vietnam y conspiró con Vaclav Havel para provocar la Revolución de Terciopelo en Checoslovaquia.


A lo largo de su vida, Joan Baez le cantó una serenata a la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi; sobrevivió al bombardeo estadounidense a Hanoi (Vietnam) en 1972, contado en su conferencia Under the Bombs y en su disco Where Are You Now, My Son?; fundó el Instituto para el Estudio de la No-Violencia en 1965 y Humanitas International Human Rights Committee en 1979; en 1981 realizó una gira humanitaria por Argentina, Brasil y Chile, para dar apoyo a las víctimas de las dictaduras de esos países, siendo amenazada de muerte y perseguida en los tres países. A pesar de eso, filmó a escondidas un documental: Joan Baez in Latin American: There But For Fortune y a su regreso a Estados Unidos se reunió con el presidente Jimmy Carter para pedirle ayuda para las víctimas.


Su activismo continúa hasta el día de hoy, expresado en esta primera muestra de su arte -retratos de personas valientes que han hecho la diferencia, alterado el viejo orden, y lo han hecho no sólo con valor, sino también con encanto e ímpetu. Por eso Joan Baez titula esta exposición "Mischief Makers".


Las personalidades retratadas, la mayoría de las cuales Joan Baez ha conocido personalmente, son:

Martin Luther King, Jr.

Aung San Suu Kyi, líder de Birmania 

Vaclav Havel, líder checo de la Revolución de Terciopelo

Malala Yousafzai

Bob Dylan

John Lewis, congresista estadounidense

Dolores Huerta, heroína de las y los trabajadores agrícolas en Estados Unidos

Harry Belafonte, activista y legendario cantante folk estadounidense

Maya Angelou, poeta y activista de los derechos civiles

Ram Dass, líder espiritual

Dalai Lama, 

Mimi Fariña, fundadora de la ong Bread and Roses

Reverendo William Barber, líder de los derechos civiles i

David Harris, líder de la resistencia a la guerra de Vietnam y escritor

Marilyn Youngbird, activista y médica indígena de Estados Unidos


También incluye un retrato de ella misma cuando era joven y otro de un joven monje, inspirado en una retrato que vio en su viaje a Vietnam.


Joan Baez Baez ha estudiado durante mucho tiempo pintura y dibujo y su dedicación a florecido en los últimos años, cuando ha acortado su riguroso calendario de giras nacionales e internacionales y ha dedicado más tiempo a estar en el estudio. "La elección de los temas para esta, mi primera exposición individual, es una reacción al colapso de la decencia y de los principios morales, que se hace obscenamente visible en nuestro gobierno y sus partidarios", dice Joan Baez. " En absoluto contraste con esto, los Mischief Makers son personas que están dispuestas a aceptar el sufrimiento, pero nunca a causarlo; personas dispuestas a morir por una causa, pero nunca a matar por ella".


Esta exposición se realiza en un año histórico para Joan Baez, que no hace mucho fue incorporada al Salón de la Fama del Rock & Roll. En su discurso Joan Baez habló de la justicia social y de la igualdad, proclamando, entre otras cosas: "Vamos juntos derogar y reemplazar la brutalidad, y convertirla en apasionantes prioridades. Vamos juntos a construir un puente, un gran puente, un hermoso puente, para una vez más dar la bienvenida a los cansados ​​y los pobres. Y vamos a pagar por ese puente con nuestro compromiso. Nosotros, la gente, debemos decirle la verdad al poder y estar dispuestos a hacer sacrificios.Nosotros, la gente, somos los únicos que podemos crear el cambio. Estoy lista. Espero que tú también lo estés. "

Después cantó “Swing Low, Sweet Chariot”, seguido por “Deportee (Plane Wreck At Los Gatos)” y “The Night They Drove Old Dixie Down”, con sus amigas de toda la vida, Mary Chapin Carpenter e Indigo Girls.


Joan Baez ha ganado muchos premios, entre ellos, un Grammy a la Trayectoria, 8 Discos de Oro y el Premio Embajadora de Conciencia de Amnistía Internacional. Sus primeros discos incluyeron canciones que influenciaron a los rockeros, que hicieron sus versiones de las mismas: House Of the Rising Sun (The Animals), John Riley (The Byrds) y “Babe, I’m Gonna Leave You” (Led Zeppelin).


La exposición se inaugura el 1 de septiembre, hasta el 1 de octubre,  en:

Seager Gray Gallery
108 Throckmorton Ave.
Mill Valley, CA 94941
415-384-8828
donna@seagergray.com


Fuentes: Joan Baez / LGBT weekly


Joan Baez: Web / Facebook / Seager Gray Gallery






In her first solo painting exhibition, Joan Baez celebrates the “Mischief Makers" - portraits of people who have brought about social change through nonviolent action - the risk-taking visionaries. The exhibition reveals the lesser known "coyote element" - the humor and trickery essential in speaking truth to power, where shenanigans, along with music are the heart and soul of many successful nonviolent movements.


In her history-making career as an international performer and activist, Joan Baez has been on the front lines of just about every nonviolent social justice and human rights movement. She walked arm-in-arm with Martin Luther King Jr. on civil rights marches in Mississippi, got thrown in jail for protesting the War in Vietnam and conspired with Vaclav Havel to spark the Velvet Revolution.


Along the way, she serenaded Nobel Peace Prize-winner Aung San Suu Kyi and survived the American bombing of Hanoi. Her activism continues to this day, expressed in this first show of her art – portraits of courageous people who’ve made a difference, disrupted the old order, and done so not only with courage, but also with a certain charm and elan. That’s why she calls this show “Mischief Makers.”


The cast of characters, most of whom Baez has known personally, include 

Martin Luther King, Jr.

Burmese leader Aung San Suu Kyi

Czech Velvet Revolution leader Vaclav Havel

Malala Yousafzai, 

Bob Dylan

Congressman John Lewis

Farm worker heroine Dolores Huerta

Folk legend and activist Harry Belafonte

Poet and civil rights activist Maya Angelou

Spiritual leader Ram Dass, 

The Dalai Lama 

Bread and Roses founder Mimi Fariña

Civil rights leader Reverend William Barber

Vietnam draft resistance leader and author David Harris

Native American medicine woman and activist Marilyn Youngbird. 

She also includes a portrait of herself as a young woman and one of a young monk inspired by a portrait she saw during a trip to Vietnam.


Baez has long nurtured a talent for painting and drawing that has blossomed over the last several years as she cuts back on her rigorous touring schedule and spends more and more time in the studio. “The choice of subjects for this, my first solo exhibit, comes as a reaction to the collapse of decency and moral standards which is currently being made obscenely evident in our government and its supporters," says Baez. "In stark contrast, the Mischief Makers are people who are willing to accept suffering, but never inflict it, to die for their cause, but never kill for it, and keep a sense of mischief through it all."


The debut exhibition comes during a landmark year for Baez, who was recently inducted into the Rock & Roll Hall of Fame. In her induction speech Baez spoke out on social justice and equality proclaiming: "Let us together repeal and replace brutality and make them passionate priorities. Together, let us build a bridge, a great bridge, a beautiful bridge to once again welcome the tired and the poor. And we will pay for that bridge with our commitment. We, the people, must speak truth to power and be ready to make sacrifices. We, the people, are the only ones who can create change. I'm ready. I hope you are, too."

Her speech lead into a moving performance of “Swing Low, Sweet Chariot” followed by “Deportee (Plane Wreck At Los Gatos)” and “The Night They Drove Old Dixie Down” with longtime friends Mary Chapin Carpenter and Indigo Girls.


Baez’s career has spanned over 50 years during which she unselfconsciously introduced Bob Dylan to the world in 1963, marched on the front lines of the Civil Rights movement with Martin Luther King Jr., inspired Vaclav Havel to fight for a Czech Republic and continues to this day to stand passionately on behalf of causes she embraces. She is the recipient of many honors including the Recording Academy’s Lifetime Achievement Award as well as Amnesty International’s Ambassador of Conscience award. Her early albums introduced songs that found their way into the rock vernacular including House Of the Rising Sun (The Animals), John Riley (The Byrds) and “Babe, I’m Gonna Leave You” (Led Zeppelin).

Joan Baez ha ganado muchos premios, entre ellos, un Grammy a la Trayectoria, 8 Discos de Oro y el Premio Embajadora de Conciencia de Amnistía Internacional. Sus primeros discos incluyeron canciones que influenciaron a los rockeros, que hicieron sus versiones de las mismas: House Of the Rising Sun (The Animals), John Riley (The Byrds) y “Babe, I’m Gonna Leave You” (Led Zeppelin).


The exhibition runs from September 1 through October 1, 2017 at Seager Gray Gallery in Mill Valley, CA in the San Francisco Bay Area. There will be a reception for the artist on Saturday, September 16. RSVP to Seager Gray Gallery required.

Seager Gray Gallery
108 Throckmorton Ave.
Mill Valley, CA 94941
415-384-8828
donna@seagergray.com


















70 años de Letras, habla Camila Pulgar Machado por Keyla Brando / El Nacional, Caracas, 8 agosto 2017

La Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela celebra siete décadas de su fundación. Este especial reúne una serie de entrevistas a los profesores que han sido formados en sus salones y continúan con ese proceso de enseñanza



Cortesía / Pulgar ingresó al pregrado de Letras en 1992
y a partir de entonces no ha abandonado la UCV.
Recientemente obtuvo el Doctorado en Humanidades
otorgado por esta casa de estudios













































Por KEYLA BRANDO | @LABRANDO_
08 DE AGOSTO DE 2017 


[Bonus track] Detengo al lector brevemente para compartir los versos iniciales de “Primero sueño” de Sor Juana Inés de la Cruz: “Piramidal, funesta de la tierra / nacida sombra, al cielo encaminaba / de vanos obeliscos punta altiva, / escalar pretendiendo las estrellas”. La anécdota: estudiantes de nuevo ingreso –y me incluyo–, que en su mayoría no tenían ni idea de quién era Sor Juana, tuvieron la oportunidad de ver a la profesora Camila recitar de memoria la primera estrofa de este largo poema. Con esa misma entrega, ha dedicado sus horas y su estudio –en el 2018 cumplirá 20 años– a la enseñanza de la literatura latinoamericana y venezolana en los salones de la Escuela de Letras.

¿La Escuela como una novela de formación?

Creo que es indudable. Aunque en mi caso, si hablamos de la novela de formación, esta comienza antes de la Escuela. Mi madre Arlette Machado me educó para que mi vida tuviera en su destino a la literatura. A los 13 años leí La lengua absuelta y La antorcha al oído de Elías Canetti con la misma intensidad con que mucho de mis compañeritos iban a Orlando y llegaban felices de sus travesías. En fin, mi casa es la culta prehistoria de mi paso por la Escuela de Letras. Mamá también es licenciada de la Escuela, y sus historias como estudiante de Ángel Rosenblat, Gustavo Díaz Solís, Segundo Serrano Poncela y el mismo poeta Rafael Cadenas, quien era el preparador de Díaz Solís –mamá siempre dice que era un joven muy guapo–, formaron parte fundamental de mi experiencia. Pero, por otro lado, cuando llegué a la Escuela en 1992, ya había oído a Jesús Sanoja Hernández, Elisa Lerner, Juan Liscano, Oswaldo Trejo y Adriano González León, coloquialmente además. Los había escuchado a todos hablar, hablarme, y los había visto cautivar a sus audiencias. A ellos los considero el origen de mi pasión por la palabra, por sentirla en la boca y en el papel. Oír pequeña a Elisa Lerner cuando se montaba en nuestro Malibú blanco –la íbamos a buscar a su apartamento de San Bernardino, estaba viva su madre vienesa, la señora Mathilde– me llenaba de placer. Mamá hizo un libro inédito con estas conversaciones llamado Elisa Lerner, una aventurera de la palabra, cuyo principal lector creo que fui yo misma escuchándolas en vivo y en directo. Elisa me educó para la metáfora, las produce con la naturalidad y la brillantez de una personalidad genial sencillamente. Siempre supe que estábamos tratando a una de las principales plumas venezolanas, y eso no me lo enseñó la Escuela de Letras. Lo llevé a clases conmigo.

Asimismo, antes de entrar a los salones donde me realicé como profesional, debo mencionar que esa novela de formación en mi caso, también, se escribía desde mi paso con mamá y mi hermano Fernando por la República del Este de día, la diurna. Cuando comencé la Escuela estaba repleta de esas huellas de Sabana Grande y estas se conectaban mágicamente con ese pasillo. De alguna manera, la Escuela de Letras para mí era la continuidad de esa Sabana Grande donde había visto tanto a Adriano González León que, cuando me lo encontré en el pasillo de Letras, supe que en verdad él era el rey de una soberanía callejera de esa Caracas ya a estas alturas perdida. Las figuras de Adriano González León y de Salvador Garmendia de niña me impactaron. Me encantaba cómo vestía de bien Adriano y su voz; también, la larga barba de Salvador a quien recuerdo sentado en la barra de La Bajada al mediodía. Y, ya más tarde, cuando comencé a estudiar Letras, salía de la Escuela en la tarde a buscar a mamá en su mesa con Oswaldo Trejo. Todas las tardes se sentaban allí en esa peña donde el que pedía una cerveza le caía como la patada en el estómago a Trejo, y algo malo escuchaba, por lo que no volvía nunca más. Era una peña para contemplar el paso citadino y, cuando yo llegaba, Oswaldo estaba muy interesado en mis primeros cuadernos de la Escuela. Él quería ser mi papá, casarse con mi mamá, me lo decía siempre. Era un chiste y se reía. 

En la Escuela fui feliz desde el primer día, recuerdo que me inscribió María Fernanda Palacios en persona y me saludó con esa sonrisa tipo Marilyn Monroe que ella se gasta, desde la primera hora supe entonces que la Escuela era un lugar estelar de mi vida tan bello como María Fernanda, y a mí, definitivamente, me importa la belleza. Mafer me mandó a hacer el Taller de Expresión Oral y Escrita con Rafael Cadenas. Mi primera clase me la dio Jorge Romero León, fue la primera hora académica de mi primer semestre. Él me fascinó desde que lo vi sostener su pluma Parker, hasta cómo se jugaba con nosotros; era un provocador de los alumnos más traviesos. Luego, lo vi quejarse de nuestra mala conducta. A Jorge eso le encantaba, que nos portáramos con libertad y nos caía a preguntas cuyas respuestas le causaban muchísima gracia, reía a carcajadas. Eso sí, Jorge es un profesor muy exigente porque es muy culto y sofisticado y nada es breve para él, salvo los mensajitos que me manda por el WhatsApp. De una vez entonces te respondo la siguiente pregunta:

¿Quiénes fueron los profesores que tuvieron más impacto en su paso por la carrera?

Ahora debo decirte que no hubo ninguno tan relevante en esos años de mis estudios de literatura como Guillermo Sucre. Cuando llegué a su Taller de Ensayo, descubrí cómo escribir. Me enseñó que el ensayo es el género donde el punto de vista del ensayista, abierto a la vida, debe sostenerse en sus tensiones inherentes sin perder la fluidez del recorrido. El profesor Sucre tiene la virtud de la nitidez y sabe incorporar un cierto silencio al médium reflexivo de sus clases. La lista de lecturas con que iniciaba el curso, taller o seminario, era en verdad abarcable para un estudiante comprometido. De hecho, los libros muy grandes como la Paideia le molestaban a la vista, le parecían bastante gruesos. Si Rafael Cadenas nos había dicho en el primer semestre que se iba a la Escuela de Letras a adquirir gusto, Guillermo Sucre me mostró el espacio literario encendido por su intuición crítica, la que él nunca quería que se desbordara hacia un decir aturdidor. Me encontré con el respeto hacia ciertos límites propios de la belleza poética como vivencia intelectual. Desde esa clase en el cuarto semestre sobre el ensayo hasta mi tesis de grado titulada Octavio Paz o la invención de la historia, mis estudios estuvieron guiados por Guillermo Sucre. Lo seguía en cada consejo y la satisfacción que yo hallaba en ese rigor me educó estética y éticamente.

Por otra parte, mis clases con Rafael Castillo Zapata me definieron en mi interés por una cierta inquietud teórica. El mejor profesor de teoría que yo haya tenido en toda mi vida es Castillo Zapata. Y cuando digo profesor de teoría, no quiero sonar a profesor de metodología. Soy una lectora de Derrida y Benjamin gracias a él y ya muy afín a su propia perspectiva que yo llamaría filológica. De hecho, he visto nueve semestres con Castillo Zapata, desde la licenciatura hasta el doctorado que acabo de terminar. Él es uno de los profesores más motivadores que haya conocido, su salón es luz pura: nada lo interrumpe. No solo te lleva a leer bien, sin indigestión, sino que su performance en clases es magistral, así como los materiales que prepara (los conservo todos, pero lo mejor es que siempre los reviso). Para mí Rafael guarda un misterio relativo a las honduras del verbo y la disertación que gira allí, y que además de saber traducir para nosotros sus estudiantes, cuida con devoción. Rafael Castillo Zapata y Jorge Romero León son una generación más culta que la mía o de una cultura que pasa por sentarse a estudiar horas y ellos gastan el tiempo así y sin darse cuenta además, estoy segura. A veces siento que para huir de la realidad histórica, ellos estudian; aunque allí se encuentren una y otra vez con superficies de la cultura y la historia.

Me intereso mucho por el destino de mis estudiantes y la motivación que yo pueda darles | Foto: Cortesía


Tuve la oportunidad de crecer con María Fernanda Palacios, así también. Quizá el salón más teatral que yo tuve en la Escuela; si la clase era sobre Moby Dick, tú en su salón conocías al Capitán Ahab y pasabas el semestre esperando a la temible ballena. No tuve el placer de ver el Taller de Teatro de Eduardo Gil, su gran amigo. Aunque los tuve a ambos en una asignatura que amé dedicada al cine de Tarkovsky. También tuve el privilegio de leer con ella Ossip Mandelstam y Anna Ajmátova; y todos los materiales, desde los poemas de estos al español hasta los guiones de las películas de Tarkovsky, habían sido elaborados por María Fernanda Palacios: todos. Sinceramente, no puedo ni escribir al evocarlo de la emoción que encuentro en ese recuerdo que me hace rica. El entusiasmo de María Fernanda, el amor por su salón, me mostró el valor de la Escuela de Letras. Creo que ella es una de sus grandes fundadoras, por lo menos de la Escuela que yo he gozado, yo he gozado la Escuela gracias a su paso amoroso por esta. Ella me infundió el espíritu de ese lugar. Los románticos sajones hablaban en términos del espíritu del lugar. Y no sé ni cómo decir lo que estoy diciendo porque me desplazo hacia el espacio simbólico que María Fernanda posee y entrar allí me conduce hacia asuntos entrañables de la historia del país muy bien narrados o reflexionados en su libro Mitología de la doncella criolla. Creo que ese libro maneja unas claves esenciales para abordar el conflicto de la historia venezolana, por lo menos la vivida a partir de Chávez que descaraqueñizó al país y operó en contra de esa doncellez mágica y trágica –como indica lúcida y herméticamente María Fernanda– donde yo personalmente identifico mi país, la Caracas en la que mejor me siento.

Otros profesores influyentes intelectualmente fueron Edgar Colmenares del Valle y Jaime López-Sanz. El profesor Colmenares me dio un año entero de español de América y me enseñó el arte de la lexicografía mediante una definición de venezolanismo para siempre en mis inquietudes como lectora de mi país; también me enseñó a poner en tela de juicio al DRAE. Y mencionar a Jaime es difícil o muy singular, sus clases transmiten una magnitud única de la Escuela de Letras de la UCV. El saber de Jaime López-Sanz es un asunto original y muy influyente en quien lo recibe. Es decir, hay estudiantes que asumen la vertiente que él ofrece y se inician en esos misterios eleúsicos, y muchas veces para producir tesis o reflexiones sobre la literatura venezolana. En general, las opiniones de López-Sanz me cautivan y me siento privilegiada de tenerlas cerca, además sé que nunca las voy a conseguir en un libro. Y bueno, ¿tengo que decir que Jorge Romero León me influyó? Hablando fuera de la Escuela, tendría que apuntar obligatoriamente que Jorge no solo me educó en la licenciatura mediante su interlocución vital para mí, sino que desde 1998 ha sido mi jefe del Departamento de Literatura Latinoamericana y Venezolana, donde me desempeño, y mi principal compañero en este camino. Y de paso, no conozco mejor diversión que Jorge Romero León en los pasillos de la Escuela de Letras-UCV.

La Escuela de hoy y la Escuela de ayer, ¿cuál es la diferencia entre su generación y la actual? Si pudiera hacer algún cambio en la Escuela, teniendo en cuenta los tiempos actuales, ¿cuál sería?

No quisiera hacer una comparación injusta, sobre todo me intereso mucho por el destino de mis estudiantes y la motivación que yo pueda darles. Para mí motivar es la meta y no es fácil de lograr, te debes preparar bien para ser creíble. Pero hoy día, la Escuela demanda algo nuevo, no se trata únicamente de seducirlos para la literatura, lo que bien podría ser suficiente para un alma dedicada a la lectura y a la sensibilidad literaria. No obstante, el estudiante contemporáneo, al que tengo al menos unos cinco años educando, me refiero al último período, pide conectividad con la sociedad de trabajo. Además de insertarse al mundo laboral, quiere crear productos donde el formato digital, los contenidos visuales, la diagramación y el diseño juegan un papel muy importante. Quizá, traer a los salones algo de la poesía concreta brasileña, y entender mejor la propuesta de Mallarmé de dividir el verso en sus partículas prismáticas en función de la sensibilidad hacia un espacio de significación que hoy ya no es cartesiano sino cibernético, y profundamente fragmentario, como indican Derrida en su gramatología o Deleuze y Guattari en su ingeniería, es decir, prepararlos para abordar técnicamente sus inquietudes contemporáneas y fuera del formato tradicional del libro, deba ser asumido con mayor rigor que el que les ofrecemos hoy día. No es cualquier reto, yo lo sé.

Sin embargo, la Escuela ha venido preparándose para estas exigencias actuales desde hace más de 10 años. Es importante indicar que a partir de la dirección de Jorge Romero la Escuela comenzó un proceso exitoso de cambio de pensum. María del Pilar Puig y Vicente Lecuna, directores subsiguientes –ambos memorables en sus gestiones de períodos largos– lo instrumentaron plenamente, sin interrupciones. Ambos directores, además, están muy interesados por el futuro del estudiante cuando termina la Escuela. Así que gracias a la buena política de nuestra institución, hoy día contamos con un pensum que además de la tesis permite graduarse con la opción de pasantía académica. Los estudiantes pueden así participar en proyectos de instituciones extramuros o de la misma UCV, salir de la Escuela, a incorporarse en iniciativas que los necesiten o donde ellos encuentran un espacio, una actividad, una investigación, una propuesta que seguir. Dicha opción es lo que ha producido esta observación o inquietud que hoy tengo. Ya a estas alturas he visto mucho.

La Escuela entonces se ha ido profesionalizando, del pensum soñado que yo seguí como estudiante (en el que además de que te dejaban estar en calma con tu goce literario, en salones en los cuales la palabra y la estética, el estilo y las poéticas, los grandes autores y las referencias cultas, los profesores sabios o auténticos intelectuales, de esa Escuela idílica, al menos para mí), pasamos a esta donde los estudiantes reciben una importante y muy útil formación en teoría y lingüística, por ejemplo, y pueden realizar una serie de talleres que van desde el de expresión oral y escrita, metodología e investigación, hasta los de ensayo, poesía, audiovisuales, crónicas, diarios, edición, redacción de reseñas, etc.

Los seminarios también han ido abriéndose hacia la opción de traer investigaciones a la Escuela: se han trabajado en clases los papeles de Rómulo Gallegos, Enrique Bernardo Núñez, Ludovico Silva, Jesús Sanoja Hernández, por ejemplo. Y debo indicar que hay una generación de profesores nueva muy interesante pues todos tienen una experiencia profesional contemporánea, de altísima competencia, y enseñan al estudiante a trabajar. Menciono profesores como Agustín Silva-Díaz, Diajanida Hernández, Ricardo Ramírez, Álvaro Mata, Elena Cardona, Carlos Ortiz, Francisco Ardiles, María José Gallucci, Nerea Zabalegui, Brenda Bellorín, Eduardo Febres, Alejandro Sebastiani, entre otros. Todos ellos han llevado a cabo o trabajan a diario en actividades que luego enseñan en la Escuela, actividades además muy vinculadas a la investigación, la lectura acuciosa y las exigencias de la edición hoy. De hecho, a veces me sorprenden por la exigencia de los detalles que son capaces de albergar y solicitar al estudiante, a quien siempre me gusta darle la libertad de cometer faltas de ortografía y de que no le importe tanto la calificación. Hay un espacio errático en torno a la expresión individual, un balbuceo, que es importante respetar. 

¿Qué pasa en un salón de la Escuela?

Entonces, te puedo referir mis experiencias más recientes en mis salones. Adoro el salón de las 4:00 pm. A ese llego fresquita. Y en ese últimamente he enseñado mi proyecto sobre Sanoja Hernández, de quien heredé su archivo literario gracias a su viuda María Eugenia Villalba de Sanoja. Este archivo es un proyecto de la Escuela con más de 25 licenciados graduados y es, claro está, una data importante de la cultura venezolana según la producción de ese polígrafo nuestro, como lo llamó una alumna recientemente en su trabajo. Para poder desarrollar con ellos las inquitudes de cómo vamos a investigar, qué vamos a hacer con ese materialismo de archivo, leemos y discutimos una serie de textos que cada día me resultan más atractivos y que van de la noción de archivo de Foucault o de Jorge Luis Borges, hasta la tentativa de traer al salón el arte archivístico tal como lo definen críticos contemporáneos de la estatura de Hal Foster y Sven Spieker; este último estuvo en Caracas y definitivamente desató esta búqueda que ahora persigo y que emociona a mis estudiantes.

Fíjate que hace un año tuvimos un seminario titulado “Micropolíticas de creación, archivo y ciudades del porvenir” con Backroom Caracas, nuestro invitado, y en el salón además de un grupo nutrido de los mejores estudiantes de la Escuela, tuvimos artistas e investigadores que participaron como oyentes. Rody Douzoglou asumió la inciativa con su entusiasmo audaz que la caracteriza, y en un minuto teníamos un salón donde Natasha Tiniacos, Florencia Alvarado y otros miembros de esta plataforma digital de arte contemporáneo hacían de las suyas, ofreciéndoles a mis estudiantes una experiencia experimental de primera línea. El arte de archivo y estas llamadas micropolíticas del deseo fueron expuestas en el salón como un estímulo teórico para la creación, y cada quien desarrolló un proyecto singular, a veces en equipo, sobre lo que iban entendiendo en torno al archivo como expresión o espacialidad artística contemporánea y el paso urbano de ellos mismos. Debíamos trabajar con el itinerario de los estudiantes por sus ciudades, un croquis elaborado desde un punto de vista ciudadano y el reconocimiento de sus escenarios urbanos (empleando el libro de Armando Silva, Imaginarios urbanos) y ellos mismos elegían los medios. Y la verdad es que crearon unos productos preciosos. Tanto Rody como yo misma terminamos admirando al estudiantado de la Escuela de Letras-UCV.


Este momento es un tiempo de reflexión donde debe respetarse al profesor con experiencia, pues la experiencia es un soporte vital ante el descalabro psicológico que vivimos | Foto: Cortesía 


¿Cuál es la función del letrado en la sociedad venezolana?

Bueno, y así creo que debemos concebir al profesional de las letras hoy: además de ser un lector excepcional, un escritor o un profesor, nuestro estudiante puede ser un participante y realizador de proyectos que surgen en la coyuntura del mundo institucional cultural del país. Me encantaría que la Escuela brindara este tipo de asignaturas, de seminarios electivos donde invitaríamos a instituciones como La Hacienda La Trinidad, Ekaré, la Fundación Cisnero, Lugar Común, la Organización Nelson Garrido, El Nacional, por ejemplo, y por mencionar algunas apenas, para insertar al estudiante en sus actividades y pensar con ellos proyectos posibles, exposiciones, libros, ciclos de promoción cultural, performances, happenings, en fin. Hay mucho por delante. Los estudiantes o estos profesionales potenciales también pueden contribuir al rescate de valiosos documentos y archivos que están sepultados por el mal de archivo de toda memoria colectiva, y desde allí crear respuestas digitales, generar cultura.

Desafortunadamente, vivimos hoy una auténtica tragedia nacional, tragedia política, y todos estamos detenidos. La vida universitaria ha sido detenida, el país permanece en un limbo cruel que imposibilita la prosperidad que avizoro. La Escuela debe estarle hoy muy agradecida a las profesoras Teresa Soutiño y Florence Montero por llevar las riendas de la Dirección en este preciso momento de extremo sacrificio. Sin embargo, así como creo en mis estudiantes y en todo lo que podrían ellos mismo generar, creo en la dirigencia política joven del país que ha ido emergiendo con la fuerza de una sociedad civil pensante y sensible. Siento muchas veces los aires del futuro que nos aguarda.

Entonces, por lo pronto, creo, toca leer opiniones como la que emite Sanoja Hernández en su archivo inédito sobre la poesía carcelaria: él pensaba que nunca se ha terminado de analizar debidamente la historia de la literatura venezolana del siglo XX porque se ha soslayado el hecho de que hay que estudiarla en La Rotunda donde estaba radicada la intelectualidad de Caracas que no era gomecista, es decir, una mayoría considerable. Creo que este momento es básicamente un tiempo de reflexión donde debe respetarse en paticular al profesor con experiencia, pues la experiencia es un soporte vital ante el descalabro psicológico que vivimos. De la misma manera, considero que los políticos protagonistas del juvenilismo de nuestra lucha actual deben tratar con sabiduaría a la vieja guardia política del país, pues esta custodia unos oráculos que a mí me parecen esenciales para la resistencia.

KEYLA BRANDO
Caracas, 8 agosto 2017
El Nacional


Fuente: El Nacional







Entrevista a la poeta Neni Salvini por Concha García: Los muros por derribar / El Correo de Andalucía, España, 13 de mayo de 2017





Los 92 años que suma la poeta Neni Salvini no le han restado ni lucidez, ni una mirada clara y alegre, ni esa actitud casi detectivesca que un escritor no debe nunca abandonar. Concha García entrevista a una poeta importante que nació en Italia y emigró poco después para construir su vida en Río de Janeiro. Pensó que en el mundo había muchas palabras y no era necesario añadir más. Pero nos dejó su poesía.




Neni Salvini nació en Carrara (Italia) en 1925; a los tres años se trasladó con su familia a Río de Janeiro donde estudió Filosofía y Letras. Fue profesora en la Universidad Santa Úrsula en Río de Janeiro y publicó los poemarios: Mar Longe (Mar lejano) y Sinos de Areina (Campanas de arena). Se trasladó con su marido, el arquitecto Fernando Tabora a Caracas en 1965 y durante 18 años impartió la Cátedra de Literatura Brasilera en la UCAB. Vive discretamente en Barcelona desde hace dos años, con su hija, la fotógrafa Carla Tabora y su familia. Emigrar no se elige, muchos son los condicionantes para que las personas tengan que irse de su país. En su casa del barrio de Vallcarca, en Barcelona, detrás del Parque Güell, la vegetación es más abundante que en las áridas aceras de otros barrios. Al llegar me encuentro en la casa con Juan Pablo Roa, poeta y editor colombiano instalado en Barcelona. Juan Pablo ha descubierto la poesía de Neni gracias a su librería Animal Sospechoso, ubicada en el barrio de Gracia. Están también Carla Tabora, Laurent Godel, arquitecto y esposo de Carla, y Cristina Guzmán, librera y editora venezolana. «Siempre que se sale, ya una no es del lugar que dejó», dice Neni. Sus 92 años no le han quitado lucidez, ni curiosidad, ni el brillo de los ojos.
Comienzo preguntándole si la poesía remite siempre a la infancia, sobre todo la que escribe ella.
«No es fácil hablar sobre ello. Cuando una es infante, la vida pertenece a otras personas que deciden si marchas o te quedas. La elección empieza a desarrollarse más tarde y es entonces cuando tomas decisiones. Mi familia se trasladó a vivir a Brasil, al otro lado de la Bahía de Río de Janeiro, donde mi papá tenía obligaciones pues era ingeniero. Me case con el arquitecto Fernando Tabora, decidimos ir a vivir a Venezuela y ahora estoy al lado de mi hija.
Mis libros publicados están en idioma portugués.Yo fui a Brasil a los 3 años y la evocación fue a través del idioma. En la universidad estudié el castellano, todo estaba muy determinado para el estudio del español, leíamos a Calderón y Quevedo, todo de acuerdo a un programa.
Mis lecturas fueron muchísimas. Una mezcla entre la narrativa y la poesía, el teatro, el ensayo... Todo está mezclado con el crecer de una».
Su poesía, no se puede reducir a unas explicaciones, la búsqueda de la palabra mediante la propia palabra se convierte en indagación, la misma que tuvieron otros grandes poetas, aunque ella es muy discreta. A un lector joven qué le dirías, le pregunto y responde pensando.
«Llegar a la poesía no desmenuzándola y analizándola. La poesía siempre ha sido difícil, pero justamente es el único chance que pretenciosamente queremos conocer, que es la búsqueda interior. Es un misterio. Cómo combina una palabra con la otra, cómo se encuentra la palabra que exprese el verso, eso es la poesía».
¿Cualquiera puede escribir poesía?
«Hay una vocación hacia el misterio de la palabra, esa vocación es la respuesta. Supongo que alguien que descubra a Dante no va a dudar nunca de que él realmente era un poeta, entonces, los demás somos pequeña cosa.
La duda siempre te persigue, cuando el poeta se encuentra con su duda y encuentra la definitiva, encuentra como un muro que hay que deshacer, es difícil expresar la poesía, una puede estar sentada en una oficina y a la vez estar trabajando la palabra».
Huellas místicas que recuerdan las de otras poetas de su generación como Ida Vitale. Parecen compartir el mismo cielo estrellado. La constatación de una trascendencia, una búsqueda no limitada, que no es religiosa. Es el misterio a través de la palabra. No es trascendencia hacia Dios, sino hacia la propia palabra.
«El idioma es una piedra para la poesía. Por ser tan importante, la expresión es importante», me dice.
«Es a través de ese más allá que existe la expresividad interior, la posibilidad de comunicación. La búsqueda mística a través de San Juan y Santa Teresa».
El segundo libro Campanas de arena, lo escribió dos años después, en él evoca toda la vida que empieza a sonar desde el primer momento, como es una campana que suena, pero no alcanza a todos porque la campana es de arena. El ritmo hace sonar los poemas. El poema es también ritmo.
No se ha traducido todavía su poesía tan excelente al castellano.
«Dejé la escritura y la duda fue mayor. Yo me sentí humildemente que estaba invadiendo un campo que yo no alcanzaba. Era mayor de lo que yo podía hacer y entonces dejé de escribir. Yo me sentía muy unida a Rilke que pasó tantos años sin escribir, ¿pretenciosa, no?»
No, pretenciosos somos quienes seguimos escribiendo.
«No permití que se desarrollara el narcisismo de ser escuchada. Durante mi vida escribí muchos poemas, pero no los publiqué, los guardé».
«A mi madre - dice Carla- lo que le pasó le pasaba a muchas mujeres entonces, el gran amor era su esposo. Se llenaban mucho recíprocamente, y vivieron esa gran aventura del amor. La vida de la pareja y de los hijos fueron una vocación muy grande». Neni añade: «Me parecía que había tantas palabras en el mundo que no hacía falta añadir más palabras».
Neni se entusiasma y recuerda. Le pregunto si conoció a Elizabeth Bishop. Su marido estuvo trabajando con Maria Carlota de Macedo, «Lota», la compañera de la poeta norteamericana, en la creación del Parque do Flamengo. Sí la conoció, aunque confiesa que no la había leído.
«Ella vivió muchos años en Ouro Preto, una ciudad colonial barroca. Daba clases de poesía contemporánea brasileña. Conocí a Clarice Lispector. Cuando entramos en contacto estaba muy enferma, yo la he leído muy bien, una de las personas que conoce mejor su obra», dice la editora. «Ella era su aventura interior, era extraordinaria, su descubrimiento del mundo que devolvía en literatura era de verdad insólito en Brasil, aunque la literatura brasileña tenía mucha importancia; ella era nueva y única, estaba fascinada. Tenía mucha obra. Escribía de una forma interesante, sentada y sobre las rodillas escribía con una máquina de escribir, todo en ella era interesante, tuvo un hijo muy enfermo...»
La conversación se alargó hasta bien entrada la noche. Carla sacó una carpeta llena de originales, algunos versos estaban tachados y re escritos, sentí que estaba ante verdaderos documentos. Las traducciones las hace Carla, mano a mano con ella; es una manera de reescribir, la palabra que se adecúa más al portugués tiene una gramática muy diferente y hay formas muy sencillas que al traducirlas al castellano se complican. Un proyecto de edición de Juan Pablo Roa está en marcha. Vamos a conocer a una de las grandes poetas que se descubren porque la poesía es un camino alejado del ruido comercial. Neni Salvini me dice que se necesita silencio, que la poesía está en todas partes, que no cree que vaya a desaparecer la escritura poética. Y el silencio es este poema:

el silencio es de un río sin mar
de pájaro sin ramas
de floresta sin viento
 de sol sin aurora
de nube sin crepúsculo
 el silencio es de arena sin pasos
 de alma sin gestos
 de huesos sin sombra
de piedras sin caminos
de palabras sin cantos
el silencio es de cañaveral sin lluvia
de vestimentas sin púrpura
de espejos guardados
 de recuerdos sin cristales
 de peregrinar sin sueños
 el silencio es de maizal sin tarde.
©Neni Salvini


©Concha García
Sevilla 13 de mayo de 2017
 El Correo de Andalucía

Neni Salvini: Facebook






sentémonos a la mesa
yo brindo la toalla de lino
y tú la mano y la flor
brindo el pan
y tú los ojos y las ramas
propongo el brillo del vino
el recuerdo que porto
y tú como el mar
la arena y los peces
tendrá la mesa tu camino.
Tú cortarás el pan
y yo diré los olivos
tomarás la copa
y serán los invitados
de último minuto
quien la llevará a los labios.
Yo haré preguntas  sin descanso
Y tú ocuparás el gesto y el silencio.

Neni Salvini
 

sentemo-nos a mesa
ofereço a toalha de linho
e tu a mão e a flor
entrego o pao
e tu os olhos e os ramos
proponho o brilho do vinho
o recordar que levo
e tu como mar
a areia e os peixes
terá a mesa o teu caminho.
Tu partiras o pão
e eu direi oliveiras
tu tomarás o calice
es serão os convivas
da última hora
que o levarao aos lábios.
Eu farei a pergunta sem continuidade
E tu terás o gesto e o silencio.
Neni Salvini


Neni salvini nació en Carrara, Italia, a los tres años su familia se trasladó a Rio de Janeiro donde estudió filosofía y letras. Fue profesora en la universidad Santa Ursula en Rio de Janeiro y publicó varios poemarios, entre ellos: Mar Longe [Lejos del mar] y  Sinos de Areia [Campanas de arena]. Luego, se trasladó con su marido, Fernando Tabora, a Caracas, Venezuela donde siguió escribiendo e impartiendo clases en el Instituto Cultural Brasil-Venezuela. Actualmente reside en Barcelona.

Fuente: Animal Sospechoso






DE mim
que me enrolei
nesta canção
condenada
que nunca seria
outra
nem de dia
nem de noite
Não fosse
assim tão nua
e tão crua
a canção de quem
viveu
de quem morreu
igual
na hora perdida.
Chorar dentro do mar
é choro sem fim
sem principio
de água rolando
na água
do tempo
sem parar
chorar que não
seca na areia
É noite sem lua
o teu olhar
é hora sem brilho
o meu cantar.
Canção condenada
do meu ardor
sem fim
sem princípio
dentro do mar.
©Neni Salvini

poema do livro SINOS DE AREIA
Rio de janeiro, Brasil, 1951

DE mi
que me envolví
en esta canción
condenada
que nunca sería
otra
ni de día
ni de noche
no fuese
así tan desnuda
y tan cruda
la canción de quien
vivió
de quien murió
igual
en la hora perdida.
Llorar dentro del mar
es llanto sin fin
sin principio
de agua derramada
en el agua
del tiempo
sin parar
llanto que no
seca en la arena
es noche sin luna
es tu mirada
es la hora sin brillo
es mi cantar.
Canción condenada
de mi ardor
sin fin
sin principio
dentro del mar.
©Neni Salvini

poema del libro CAMPANAS DE ARENA
Rio de janeiro, Brasil, 1951




A imagem pode conter: árvore, céu, planta, atividades ao ar livre e natureza


Soprei o nome por entre os ramos
e foi um som de estrelas
que veio até os olhos
poderia continuar tecendo
o brilho se por entre os dedos
não desaparecesse a canção
tão fácil como tinha vindo
Permanecer assim à escuta
tal vez continuasse o eco
a repetir a luz
para o reencontro do exato trabalho.
©Neni Salvini


Soplé el nombre entre las ramas
y fué un sonido de estrellas
que vino a los ojos
podría continuar tejiendo
el brillo posarse entre los dedos
no desparecería la canción
tan fácil como había venido
Permanecer así a la escucha
tal vez continuase el eco
a repetir la luz
para el reencuentro del preciso trabajo.

©Neni Salvini


Traducción y fotografía Carla Tabora

Recital de su poesía en Barcelona, España