la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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¡Bravo, Carlos Giménez! Sonia M.Martin, crítica de teatro y escritora: “Siempre lo admire por su talento y por su osadía”/ entrevista de viviana marcela iriart, Silicon Valley, California, Enero 2016







¡Bravo, Carlos Giménez! Porque Carlos (Argentina 1946-Venezuela 1993) en apenas 30 años de carrera dirigió más de 60 obras de teatro en Argentina, Venezuela y en Estados Unidos, donde fue invitado por el mítico Joseph Papp y creó ocho instituciones culturales de gran importancia.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porqué creó  el Festival Internacional de Teatro de Caracas, junto a la entrañable y talentosa María Teresa Castillo; el IUDET (Instituto Universitario de Teatro), el Grupo Rajatabla, el Taller Nacional de Teatro (TNT), el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (TNJV), el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CDNT), ASITEJ (Asociación Internacional de Teatro para la Juventud), Rajatabla Danza y, en Córdoba,  el grupo El Juglar cuando todavía era adolescente.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porque cuando Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura,  vio el “El Coronel no tiene quien le escriba” adaptada y dirigida por ti dijo de sus personajes: “No los reconozco, los conozco. No los había conocido, los conocí ahora. Yo me imaginaba cómo eran, pero nunca los había visto. Ahora los vi.”


¡Bravo, Carlos Giménez! Por haber llevado a Venezuela lo mejor del teatro del mundo, permitiendo que tomáramos talleres con los grandes Maestros y Maestras y ver sus espectáculos a precios populares: Tadeusz Kantor, Berliner EnsemblePeter Brook, Giorgio Strehler, Peter Stein, Lindsay KempPina BauschNorma AleandroVanessa RedgraveKazuo OhnoTomaz PandurEva BergmanEugenio BarbaYves LebretonPeter Schumann,   Antunes FilhoGilles MaheuSantiago GarcíaDarío FoEls JoglarsFranca RameEllen StewartJosehp Papp,  Andrezj WajdaDacia Mariani

¡Bravo, Carlos Giménez! Por hitos como “Señor Presidente” de Miguel Ángel Asturias,  “Bolívar” y “La Muerte de García Lorca” de José Antonio Rial, “Martí, La Palabra” de Ethel Dahbar, “La Honesta Persona de Sechuan” de Brecht, “Tu país está feliz” de Antonio Miranda, “El Campo” de Griselda Gambaro, “La señorita Julia” de Strindberg, “Peer Gynt” de Ibsen, “El Coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez…  Porque sus obras fueron ovacionadas en Europa, Estados Unidos y América Latina.  Porque su talento como director y gerente cultural fue único, extraordinario, irrepetible en la escena latinoamericana.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porque a los 19 años gana sus primeros premios internacionales en los festivales de teatro de Cracovia y Varsovia (Polonia), uno de ellos otorgado por el Instituto Internacional de Teatro-Unesco (ITI)  y participa en el Primer Festival de Teatro de Nancy (Francia).

¡Bravo, Carlos Giménez! Porque a los 22 años recorre América Latina por tierra haciendo teatro para las hijas y los hijos de los mineros, los pescadores, las campesinas, los olvidados y olvidadas de la tierra y nunca dejó de hacerlo.

¡Bravo, Carlos Giménez! Porque fue generoso, amable, humilde y agradecido, aunque a veces la leyenda diga lo contrario. Un ser humano con todas las virtudes, defectos y contradicciones de los seres humanos.

¡Bravo, Carlos Giménez! 
Porque fue un genio.
Y me haces mucha falta.
                                            

“Por eso nos afectan tanto los recuerdos,
las fechas, los días de cumpleaños,
los nacimientos y las despedidas.
Algo de nosotros se queda en los calendarios sin uso,
tal vez para continuar aquella tradición temprana de
coleccionar tarjetas postales.”
Carlos Giménez, 1991




Sonia, ¿En qué año, en qué ciudad y en qué circunstancias conociste a C.G?
En Caracas en 1977 o 78.Me  lo presentó mi cuñado Jorge Ariel Madrazo, que es argentino, periodista y escritor. Carlos era amigo de Jorge. Me lo presentó en la puerta del teatro, el día del estreno de una obra dirigida por Carlos. Creo que fue en el Teatro Municipal o en el Teatro Nacional. Esa noche nuestro amigo estaba todo vestido de blanco. Se veía muy guapo con su traje de  lino. Carlos era elegante. Fue siempre muy gentil conmigo y educado desde ese día hasta la última vez que lo vi.

¿Cómo era Carlos entonces?
Para mí fue siempre igual. Estaba siempre en lo suyo, pensando y creando, como fue toda su vida profesional. Se me ocurre que el teatro era su pasión y su vida.

¿Crees que Carlos cambió  cuando se hizo famoso y se convirtió casi en el hombre más poderoso de la cultura venezolana?
No sentí ni vi ese cambio. Escuché comentarios, pero no fui víctima de ellos. No  me gustaba lo que la gente  del medio comentaba y por esta razón, jamás quise trabajar con él. Tengo muy mal carácter y no acepto nada de nadie, así es que, aun estando clara que sus planteamientos escénicos, teatrales, actorales y dramáticos, eran como los míos, no estaba ni estoy dispuesta a aceptar desplantes de nadie.


Siempre lo admire por su talento y por su osadía. Por sus eternos desafíos escénicos. Yo veo y siento el teatro, la escena, los desafíos, como Giménez. Seré siempre su admiradora, no importa que ya no esté. Dejó un estilo y una escuela que no sé si alguien las valora lo suficiente en estos tiempos y las sigue tal cual él las planteó. 


Carlos era un hombre muy generoso, de ayudar a la gente tanto con dinero como con trabajo. En general tenía un carácter apacible pero cuando se enojaba estallaba como un volcán. Yo, que trabajé con él, lo escuché gritar muchas veces pero nunca sin motivo. ¿Cómo fue tu relación con él?
         
Muy buena, como  ya te he dicho.  Por donde voy y adónde voy, dejo siempre una estela muy especial y nadie me grita ni me maltrata. Te diría que  me gano el respeto de mis colegas y de quienes están por diferentes razones a mi cargo. Esto hace que, tanto como persona y como crítica, nunca tuve problemas con nadie. Siempre fui honesta con mis comentarios o críticas y respetuosa. Te agrego que al ser una mujer de teatro, mis críticas tienen valor, por lo tanto, soy justa y conocedora de lo que crítico, sea positivo o negativo. En mi caso, y hablando como venezolana, ‘yo no tengo bozal de arepa’, así es que siempre respeté para que me respetaran  a mí también y aún sigo pensando igual a estas alturas de mi vida. 
Con Carlos apliqué también esta lógica que es como mi sello personal, o sea, así soy yo. Nunca tuve un sí o un no con Carlos y siempre tuve mis dos pases de cortesía para ver el estreno que fuera y en un buen lugar de la sala de teatro.

¿Cuál de sus obras de teatro te impactó más? ¿Por qué?
Muchas….casi todas. La Charité de Vallejo y su escenografía; fue  una pieza fantástica. La Celestina y la grandiosa actuación que le hizo realizar Carlos a su actor a quien convirtió en la Celestina. En verdad soy y fui su admiradora profunda y fiel. Sus desnudos para mí nunca fueron gratuitos o por publicidad. Me impactó igualmente, el día que reemplazó en un estreno al actor que murió el mismo día de la inauguración de la pieza de teatro (se refiere a La Gaviota). Recuerdo que Carlos en el Teatro Ríos Reyna, si no me equivoco, o en el  Teresa Carreño, con su hermoso traje de lino blanco, arremangado de las mangas de su saco, como siempre, le explicó al público lo que hacía poco rato había sucedido…la muerte súbita del actor principal y que él lo reemplazaría, leyendo sus parlamentos. La función continúa sea como sea.  Eso es teatro, querida Viviana… lo demás es cuento. Romper con los planteamientos añejos, usar la tecnología de hoy. Convertir una novela en una obra de teatro… Reírse un poco del teatro para hacer un teatro cónsono con la generación en que uno vive. Me gusta Carlos y lo recuerdo con cariño. Murió como debe morir un creador de su talla, en la generación que le tocó vivir. Si hubiera nacido en otra época, habría muerto tuberculoso o se habría suicidado… como el Joven Werther…tenía que morir como murió y lo respeto justamente por hacerlo público. Es que su osadía estaba y está en todo lo que hizo o creó o creyó. Fue un grande del Teatro Latinoamericano, junto con María Teresa Castillo, la Dama del Teatro Latinoamericano, como la bauticé yo, en un artículo que escribí para los 75 años de El Universal. Con razón hicieron el dúo que hicieron. Ella también fue sobresaliente como ser humano y como amante de la escena.  Qué época, chama, qué  época…Eran "los magníficos". ¿Quiénes o quién está escribiendo sus biografías…?

¿Qué significó para ti la muerte de Carlos?
La muerte de un creador, de un verdadero creador del teatro. Un creador desafiante de la escena, desafiante frente al actor o actriz que no da con su personaje y él se los sacaba a patadas si era necesario….eso es ser enojón…. o creer en lo que haces y en tus dotes como director/a. 


¿Y para la cultura venezolana?
Soy admiradora de Carlos Giménez, pero también tengo que decir que hay muchos directores venezolanos o extranjeros  en Venezuela, que son de la talla  de CG... Admiro a muchos directores o directoras, así es que si bien Carlos era genial  en la escena y siguió sus planteamientos en el teatro, como tenía que ser… Dejó una huella inolvidable y lo mismo sucedió con la muerte de Juan Carlos Gené, que también era genial ... Carlos dejó una escuela, una estética y un estilo.

¿Qué es lo que más valoras de su trabajo y de su persona?
Lo he repetido varias veces en esta entrevista, pero no está demás decirlo una vez más. Su talento, su creatividad, su arrojo, su osadía, su desafío frente al teatro y frente al público… Su conocimiento del mismo y su ruptura de esquemas teatrales que  continuamente desafió y quebrantó con elegancia y talento. Creó nuevos planteamientos teatrales. Todo un creador.  Su tesón como persona, para lograr la escena o el actor o actriz que él quería. Eso muestra su tesón, su exigencia hacía él mismo como director. 


¿Quieres contarme alguna anécdota que hayas vivido con él?
Claro que sí. Un noche de estreno, en el Rajatabla, estaban por cerrar las puertas de entrada del público al teatro, para empezar el estreno de una pieza. Yo llegué con mi esposo corriendo, pero muy exaltada, porque mi esposo al otro día tenía una reunión muy importante con la gente del Metro de Caracas y con la gente del Metro de París, Francia, 
muy temprano, y quería saber a qué hora terminaría la función… Carlos y su ayudante, Carlos López, estaban en la puerta esperando que Juan y yo entraramos… y mi esposo y yo discutiendo si entrábamos o  no, o si yo preguntaba cuánto duraba  la pieza….Y  Carlos con el otro señor esperando en la puerta hasta que me acerqué. Carlos me dijo, “Sonia, te estamos esperando a ti y a tu esposo hace rato, apúrate, porque estamos atrasados”. Entonces le hice la pregunta de las ‘mil lochas’ y supe que no entraría. Era muy larga la pieza… Le agradecí a Carlos su cortesía y nos fuimos no sin antes prometerle que volvería al otro día. 
Como puedes apreciar, yo no tuve otra cosa que recibir gestos como éste de parte de Carlos Giménez…y si además yo lo admiro como hombre de teatro, qué te podría decir sobre este ser humano integral del teatro. Era un genio y un genio generoso.  Dejó un vacío no solamente en el teatro venezolano sino que en el teatro latinoamericano. Los festivales internacionales de teatro de nuestra Latinoamérica, de nuestro continente moreno, ya no son como los Festivales Internacionales de Teatro en Venezuela.

Si Carlos pudiera escucharte, ¿qué le dirías?
Viniste a este mundo a hacer lo que tenías que hacer y lo has hecho perfecto. Te puedes ir con tranquilidad y los honores te los pondremos nosotros, los que te admiramos. Sin olvidar que fuiste admirado también en vida y tú lo sabes…Gracias por tu teatro y por ser tú a través de tus piezas, de tus escenas, de tus actores y actrices, de tus puestas en escena y por la selección de las piezas que nos mostraste. Morir es solamente un acto….nacer fue tu primer acto, morir, el último y hasta eso lo hiciste con osadía….y dramatismo. En este caso, tragedia… Y como dijo uno de nuestros dramaturgos del pasado "la comedia ha terminado, perdonad sus muchas faltas…”

Muchas gracias, Sonia, por compartir tus recuerdos de Carlos y rescatar algo de su legado como artista y como ser humano.


Enero 2016






Sonia M.Martin: escritora chilena-estadounidense, es periodista y profesora. Estudió en Francia y en Venezuela postgrados de teatro, literatura y Periodismo Cultural.  Es miembra de AICA Internacional y Capítulo Venezuela, París; ITI (Instituto Internacional de Teatro), París; AEV ( Asociación de Escritores de Venezuela); SECh (Sociedad de Escritores de Chile); SPJ (Sociedad de Periodistas de los Estados Unidos) ; NUW (Escritores de los Estados Unidos). Fue editora de la Editorial en Internet Jaca Negra y del magazín feminista, bilingüe, castellano-inglés, Daniela Web Press, Webzine pionero en este estilo en la Internet. 

Ha publicado varios libros. Su novela Cena con un Perro Rojo, ganó en 1996 el Premio Letras de Oro de la Universidad de Miami y del Ministerio de Educación de España. Su  libro Londres 38, Londres 2000, basado en ocho casos de detenidos-desaparecidos bajo la dictadura de Augusto Pinochet Ugarte, escrito con Carolina Moroder, fue bautizado en la Universidad Central de Chile, presentado en la Universidad de Stanford, California y en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) y Santiago (Chile). Ha vivido en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos, país en donde reside. Ha sido premiada por varios países como la mejor periodista cultural. Entre otros, Alemania, país que la invitó a Frankfurt del Main para conocer la vida cultural. Se la distinguió con una beca del Instituto Goethe, para estudiar alemán en Mannheim. El Canadá francés, por medio del Gobierno del Québec, le otorgó un premio similar para conocer y relacionarse con los más importantes artistas del Québec.

Fundó SELC y CII (Sociedad de Escritores Latinoamericanos de California y Capítulo Internacional en Internet) en donde actualmente es parte de la mesa directiva. Es Delegada y Directora de CELCIT Norte de California, “María Teresa Castillo” (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral). Creó y dirigió, el Grupo Literario CELCIT, Casa de San Bernardino, en Caracas, Venezuela. Participó con este grupo y con el taller de literatura que monitoreaba, en el Primer Congreso Nacional de Talleres Literarios de Venezuela.


Entrevista incluida en el libro