la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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María Teresa Castillo, una vida para el Teatro, por Miguel Henrique Otero, Madrid, 13 de octubre de 2023 / del libro "María Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992" (2023)

 







©Rolando Peña-Karla Gómez






María Teresa Castillo -mi madre- nació en 1908. Habrían de transcurrir cinco décadas hasta el momento, sin duda afortunado, en que fue designada Presidenta del Ateneo de Caracas en 1958, primer paso en su camino hacia la creación del Festival Internacional de Teatro en 1973.

 

Desde muy joven tuvo una vida de extraordinaria intensidad. Siendo una adolescente se vinculó a la política, a las luchas sociales, a la actividad cultural y al periodismo. Su corazón fue siempre el de una justiciera. Estuvo próxima a la generación de 1928; se hizo parte del movimiento comunista; repartía propaganda en contra de la dictadura gomecista; vivió un año en New York trabajando como costurera; estuvo detenida, en tiempos de López Contreras, casi todo un año, por participar en actividades políticas de calle; trabajó como reportera en el diario Últimas Noticias, bajo la dirección de Kotepa Delgado; en la primera etapa de Radio Caracas Radio fue conductora de un programa de temas misceláneos. En 1946 se casó con el escritor y periodista Miguel Otero Silva. De ese matrimonio venimos mi hermana Mariana y yo.

 

En 1931, la iniciativa de un grupo de artistas, escritores e intelectuales que frecuentemente organizaban pequeños eventos culturales, se materializó en la fundación del Ateneo de Caracas. En una primera etapa, estuvo bajo la dirección de la compositora y pianista, María Luisa Escobar. En 1958, tras el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, María Teresa Castillo, que había estado vinculada al Ateneo desde su fundación, fue designada presidenta, lo que da inicio a una etapa, de cinco décadas, de excepcional florecimiento y proyección.

 

Bajo su liderazgo inspirador, el Ateneo de Caracas se convirtió en la institución cultural privada más importante de Venezuela y América Latina, y en un modelo de gestión e interacción cultural. El Ateneo logró crear una editorial; fundó una revista, Papeles, que se constituyó en un hito entre las revistas culturales y de ideas en el continente; estableció una galería de arte; una librería; una escuela de cine; estimuló la fundación de grupos de teatro; puso en movimiento una permanente programación de espectáculos musicales -de lo popular a lo clásico- teatrales, dancísticos; promovió miles de debates intelectuales y artísticos de diversa índole.

 

Todo lo que se pueda recapitular hoy, resultará insuficiente para ofrecer una idea de lo que esa institución significó para los caraqueños y para el movimiento cultural venezolano. El Ateneo se expandió y se profesionalizó, no sólo para atender al crecimiento del público cultural, sino bajo el estímulo de las instituciones democráticas del país, que asumieron, con amplio criterio, el beneficio para la sociedad venezolana que significaba -y significa siempre- una actividad cultural amplia, constante, diversa y abierta a lo nuevo: justo los valores a los que respondía el activismo del Ateneo de Caracas. El resultado de este enorme activismo es bien conocido: la sede del Ateneo y sus alrededores -la Plaza Morelos, la plaza de los Museos, el Teatro Teresa Carreño- se convirtieron, por decisión de los caraqueños y los visitantes, en el centro cultural de la ciudad.

 

 

La irrupción del Festival Internacional de Teatro


El Nacional, 1974



 











El interés del Ateneo de Caracas por el teatro se remonta hasta su fundación. En biografías y memorias se cuenta cómo, en los hogares y la propia sede, aunque los espacios no fuesen los más adecuados, se realizaban con sorprendente frecuencia, espectáculos en escala reducida.

 

En 1951, el actor y director de teatro chileno Horacio Peterson, que había emigrado a Venezuela, comenzó a dirigir la escuela de teatro del Ateneo de Caracas. Esa fue una, entre numerosas otras iniciativas, que el Ateneo desarrolló como parte de sus programas a favor del teatro. A lo largo de todo el año, el público podía encontrar espectáculos de calidad, algunos provenientes de América Latina, de las universidades y de las regiones venezolanas.

 

Con la llegada de María Teresa Castillo a la dirección de la institución, la actividad teatral recibió un enorme empuje. El fundamental Grupo Rajatabla, creado en 1971 por el director argentino Carlos Giménez -quizá la compañía teatral venezolana que ha alcanzado la mayor proyección internacional-, se fundó bajo el estímulo del Ateneo y de María Teresa Castillo. Desde mediados de los años sesenta, los espectáculos teatrales tenían un estatuto central en la programación del Ateneo. 

 

Carlos Giménez, que había nacido en Argentina, en 1946, era un multifacético hombre del teatro. Además de director, dramaturgo, luminista, escenógrafo y productor, se desempeñó en la televisión como guionista y director. También, tan relevante como lo anterior, es que fue un eficaz gerente cultural y un creador de instituciones como grupos teatrales, festivales, premios, escuelas y más. Era una maquinaria de hacer cosas que, en alianza con mi madre, hicieron posible la idea y la materialización del Festival Internacional de Teatro, sin duda alguna, el más importante evento cultural venezolano producido en nuestro tiempo, que surgió en un país en el que la programación cultural vivía un momento de apogeo en los ámbitos más diversos.

 

Quiero recordar que cuando María Teresa Castillo y Carlos Giménez comenzaron a soñar con un festival, y hablaban de posibles invitados, logística y demás asuntos que demanda una empresa de semejante envergadura, no tenían ni un peso, ni las relaciones internacionales necesarias, ni estaban a la mano los profesionales que podrían constituir los equipos de producción, ni tampoco estaba claro si las salas de teatro disponibles en Caracas contaban con los recursos técnicos para afrontar las necesidades de los grupos extranjeros, ni sabían cómo reaccionarían los grupos internacionales ante una invitación proveniente de una ciudad que, hasta ese momento, no tenía una reputación consolidada como capital cultural (como sí la tenían Buenos Aires o Ciudad de México).

 

¿Qué hicieron María Teresa Castillo y Carlos Giménez ante aquellas descarnadas realidades? Emprendieron la organización del Festival Internacional de Teatro de Caracas, inseparables, decididos, incansables, activos, convencidos de los grandes beneficios que traería al país y al teatro, la causa que habían emprendido juntos. Lo organizaron una primera vez y lo continuaron haciendo mientras tuvieron fuerzas para hacerlo. Lo que comenzaron, hay que reconocerlo, casi sin planificación, aglutinó apoyos de toda índole, generó los equipos necesarios, ensambló las piezas necesarias para que, desde la primera edición, el Festival representase un acontecimiento para el público, la comunidad teatral, las empresas y las instituciones que dieron su apoyo, a pesar de que no había antecedentes.

 

Visto en retrospectiva, cabe formular la pregunta, ¿cuál podría ser un balance cualitativo, una vez que aquella iniciativa de dos emprendedores ha cumplido cincuenta años? Quiero proponer el siguiente:

 

Uno: Para el público representó un salto cualitativo, tener la oportunidad de ver las representaciones en salas de teatro, calles, plazas, canchas deportivas y en otros espacios, propuestas dramatúrgicas, escénicas y estéticas de una extraordinaria diversidad, a menudo en otras lenguas, por parte de agrupaciones teatrales provenientes de una impresionante cantidad de países.

 

Dos: Para la comunidad teatral venezolana, cada espectáculo y cada edición del festival se constituyó en una oportunidad de intercambio creativo, de visualización de propuestas distintas, de asistir a talleres o tertulias con grandes figuras de la escena, de categoría mundial, al tiempo que, para las agrupaciones venezolanas que se incluían en cada edición, fue la inestimable ocasión de mostrar sus montajes, sus capacidades y proyectos.

 

Tres: Una cuestión muy importante, a la que no siempre se le otorga la consideración que merece: lo que el Festival le trajo a Caracas como marca cultural. Caracas se convirtió en una referencia de categoría mundial en el mundo del teatro. Haber sido invitado al gran encuentro teatral de Caracas era una medalla, una forma de reconocimiento, un hecho que generaba prestigio.

 

Cuatro: El festival de Caracas se constituyó en una plataforma  de proyección del teatro internacional hacia América Latina. No me refiero al muy conocido ejemplo del Festival Internacional de Teatro de Colombia, sino al hecho menos conocido, de cómo, luego de las presentaciones en Caracas, los grupos visitantes aprovechaban y organizaban giras por otras ciudades de América Latina: Lima, Guayaquil, Buenos Aires, Santiago de Chile, Montevideo y otras. Caracas era el primer paso de giras teatrales cada vez más ambiciosas.

 

Cinco: Aunque no es posible tener una cuantificación exacta de la cantidad de público que disfrutaba de cada festival, entre otras razones porque el número de espectáculos de calle eran numerosos, tanto en Caracas como en otras ciudades. Recuerdo que en una entrevista que concedió a El Nacional, en 1990 o 1991, Carlos Giménez estimaba que, en las 8 primeras ediciones del Festival Internacional de Teatro, el público superaba los 3 millones de personas.

 

Seis: Una de las preocupaciones fundamentales de los organizadores del festival era que fuese lo más accesible y democrático posible. Se distribuían miles y miles de boletos sin ningún costo, había espectáculos gratuitos y de calle. Ese fue un factor democratizador de mucho peso. María Teresa Castillo repetía, que el festival no debía abandonar nunca su objetivo social y su objetivo educativo.

 

Siete: Durante los días que duraba el festival, en Caracas se establecía un ambiente muy especial, que tenía de orgullo, de júbilo, de encuentro, de nuevas experiencias visuales y estéticas, de despliegue cívico y artístico. En la medida en que el festival se proyectó hacia otras ciudades, el fenómeno comenzó a reproducirse en otras ciudades. El Festival Internacional de Teatro demostró, de forma categórica, que las disciplinas artísticas alientan la convivencia.

 

Cuando se revisa, con el cuidado necesario, los programas de cada edición, la lista de invitados, la cantidad y calidad de eventos realizados; cuando se leen los nombres de los directores y las agrupaciones que estuvieron en Venezuela; cuando se reflexiona sobre la diversidad dramatúrgica, escénica, lingüística, musical y discursiva que se expresó en Caracas; cuando se piensa en todos los esfuerzos profesionales, organizativos, logísticos, empresariales e institucionales que participaron con entrega y generosidad; cuando uno pone todas estas cosas, una al lado de la otra, no cabe sino asombrarse, preguntarse cómo fue posible, y decir, gracias a Carlos Giménez y gracias a María Teresa Castillo, dos héroes cívicos del siglo XX venezolano.




 

MIGUEL HENRIQUE OTERO

(CaracasVenezuela3 de marzo de 1947) es un periodista venezolano, presidente y director del periódico El Nacional. Fue vicepresidente del Bloque de Prensa, la asociación de prensa principal de Venezuela. Henrique Otero es reconocido como pionero en el uso de nuevas tecnologías en el periodismo y en la gestión de empresas de medio de comunicación. También fue presidente del Grupo de Diarios América, miembro de la directiva de la Sociedad Interamericana de Prensa y de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA). Es hijo del escritor Miguel Otero Silva.

Otero se graduó con un título Matemáticas de la Universidad Central de Venezuela. Después de realizar estudios de posgrado en administración empresarial, viaja a Europa para estudiar economía en Churchill CollegeCambridge, y sociología en la Universidad de Sorbonne. Después de regresar a Venezuela empieza una extensa actividad cultural, política y empresarial que continúa hoy en día.

Actividad pública

En 1977 fue nombrado como secretario general del Ateneo de Caracas. Fundó la Editorial Ateneo de Caracas, donde más de 600 obras han sido publicadas. En 1983 es electo como diputado independiente para el Congreso Nacional representando al estado Anzoátegui, nombrado por Democracia Cristiana. En 1988 es reelecto y en 1993 repite otro periodo, pero con una base uninominal. 

A finales de 2007 Otero fundó el movimiento de oposición Movimiento 2D que apoyó a la coalición de partidos políticos opositores de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las elecciones parlamentarias de 2010. En abril de 2015, la juez María Eugenia Núñez ordenó la prohibición de salida de Venezuela a 22 directores de El NacionalLa Patilla y Tal Cual, incluyendo a Miguel Henrique Otero, acusados de difamación agravada del presidente de la Asamblea NacionalDiosdado Cabello. A raíz de amenazas y medidas legales, Henrique Otero huyó de Venezuela y se ha visto obligado a dirigir su periódico desde Madrid. El gobierno venezolano ha llevado a cabo varias demandas de naturaleza política y lo ha amenazado públicamente con arrestarlo de regresar a Venezuela.

Premios

  • El 23 de noviembre de 2010 recibió el Premio Internacional de Periodismo presentado por el diario El Mundo de España.
  • En 2015 recibió el Premio Luca De Tena, otorgado por el diario ABC de España. La nominación de Miguel Henrique Otero fue propuesta por el expresidente español José María Aznar y el expresidente colombiano Andrés Pastrana.
  • El 12 de julio de 2017 obtuvo el premio Libertad otorgado el Club Liberal de España.

 

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MARÍA TERESA-CARLOS-FITC 1973-1992



León Ferrari: Retrospectiva is banned in Argentina / by Viviana Marcela Iriart, Caracas, February 2005 / Translation by Luciana Valente

 



La última cena ©León Ferraria



 

I acknowledge my ignorance in the field of visual arts - it was not until a group of Catholic vandals destroyed some of his works and an Argentine Catholic association filed a request to ban his Retrospectiva (Retrospective) that I knew about the Argentine visual artist León Ferrari. Thank you, Catholic boys and girls, for introducing me to such a wonderful artist.


I had just arrived in Argentina (December 2004) when a judge went to the 
Centro Cultural Recoleta, where Retrospectiva was being exhibited and after looking around she determined that it offended the sensibilities of Catholics… and banned it. 

 

Some weeks before, the archbishop of Buenos Aires, Cardinal Jorge Bergoglio, had written a letter where, among other things, he said: “Today I address you with a heavy heart over the blasphemy that is being committed in the Centro Cultural Recoleta on the occasion of a visual art exhibition. I am also distressed about the fact that this event is taking place in a cultural center which is maintained with the money of the Christian community and people of goodwill who contribute with their taxes.”  

 

Such a statement of principles about freedom, tolerance and human rights.

 

As someone who occasionally thinks, I thought: where was Catholic sensibility when their representatives blessed “death flights” in which the Argentine perpetrators of genocide threw their victims alive into the Río de La Plata starting in 1976? Most probably on vacation in Miami. Or Rome, which was more chic.


As is well known, there is nothing more tempting than the forbidden, so I was dying to see León Ferrari’s work.



The authorities of the Centro Cultural Recoleta and the Buenos Aires City Government, which had organized the exhibition, quickly resorted to legal action.

I was at the subway station with my sister when, some days later, we saw on TV that the court had ordered that the previously banned Retrospectiva should reopen.



“Let’s go see it now!” I told my sister as we dove into the subway car. “It may be banned again in a few hours.”


So we went fast, together with hundreds of people who seemed to share our fears, as the line to see the exhibition was almost a block long... under the harsh rays of the summer sun.


And surprise, surprise, the doors of the room were closed and protected by private security guards who did not let anyone in. As the minutes passed, the line kept growing and the doors remained closed.


My indignation was beginning to build when suddenly I saw 4 people come out of the room. Then the guards let other 4 people from the line get in. Once inside, their bags were meticulously inspected and the bigger ones wound up in a locker in the room. To be honest, it felt like a dictatorship.

However, when we finally got inside I understood all those security measures were meant to protect us and not to intimidate us, because when those vandals had attacked the work of Mr. Ferrari, as I read in a mural in the room, they had not been very kind to the public that was there. Poor Catholic vandals - they are very sensitive but they could work on their manners and education. With all due respect, I would ask you to go a little less to the church and a little more to school. God and your Homeland shall be grateful to you. Amen.

When we came into the room, it gave me great joy to see it was full of people, so full that they had to wait in line in front of each piece to be able to see it, but I was also a little frightened. I wondered if any of these seemingly peaceful people could actually be a hidden vandal ready to smash one of those pieces on my head.


And then right there in front of me, hanging from the ceiling, imposing, enormous, moving, was Jesus crucified on a warplane.


It was astonishing. A heart-wrenching call for peace.



 

“Jesús en bombardero” (Jesus on bomber) by León Ferrari



The place was quiet as a tomb. As if the hundreds of people who were there felt that at any moment the plane would start dropping bombs on us.


It was a scary silence.


What was frightening, however, was not the sight of Jesus crucified on a plane, but not knowing which would be the next offensive of the Catholic vandals and their cohorts. Let’s not deceive ourselves: Catholic vandals and genocidal military forces have always walked hand in hand, like a tender couple in love with terror.


We saw hundreds of pieces. The Retrospectiva covered 50 years of Mr. Ferrari’s career, and my sister and I looked at each other confused, because that which had offended the sensibilities of… that was not there. We looked at one after the other after the other until… at last! We found the forbidden fruit.


Oh, how Mr. Ferrari made me laugh! Because his work has a great sense of humor - acid, sweet, caustic and critical at the same time. And full of sensitivity.


Yes, it was really amusing to see a bottle full of condoms with a small photo of the Pope stuck on the front. What is not amusing is the amount of people who die from AIDS because the Pope prohibits the use of condoms. It was funny to see a frying pan full of saints; a Last Supper where Jesus and the Apostles appear next to an orangutan and rats (in Argentina, genocidal military forces are called gorillas - poor gorillas, what have they done to be associated with such beasts?); and famous paintings about Hell, commissioned by the Catholic Church centuries ago, where the human beings being tortured on a grill have been replaced by saints.



Oh, this last thing greatly offended the sensibilities of…



And Mr. Ferrari, with irrefutable logic, asked: why is torture good for human beings but bad for saints?



I would like to clarify that most of the Retrospectiva made no reference to Catholicism. And many of the pieces which did refer to it had not been created by Mr. Ferrari, but by the Argentine Catholic Church itself: its support for perpetrators of genocide from the last military dictatorship (1976-1983) shown in newspaper cuttings from the time and the current “carnal” relations between the Vatican and these perpetrators of genocide. Mr. Ferrari simply displayed what newspapers here and there unashamedly published.



Mr. Ferrari, who could have created a political pamphlet with this material, instead produced a work of art urging us to Never Forget.


There is no resentment or hatred in his work. And Mr. Ferrari has more than enough reasons to have such feelings: one of his sons disappeared and he was forced to live in exile for several years. But still, at 84 years old, what Mr. Ferrari has to offer us is Love. A love that is full of truth, memory and humor. A love that is redeeming though not forgiving. Because one might forgive those who ask for forgiveness, but neither the Catholic Church nor Argentine perpetrators of genocide have done such a thing.

 

 


Videla, an Argentine dictator, and Aramburu, the archbishop of Buenos Aires

©León Ferrari



 


THE DAY THE CATHOLIC VANDALS AND THEIR COHORTS ATTACKED AGAIN


It was not a single day. Mr. Ferrari received death threats by phone, just like in a dictatorship, during several days and nights. All anonymous, of course. Because the vandals and their cohorts are always cowards.


So in order not to put the public at the risk of future aggressions, Mr. Ferrari decided to close the Retrospectiva earlier than expected.


The last day was both a celebration and a mourning.


A celebration because more than 70,000 people assisted to show their support for Mr. Ferrari. A mourning because that day Argentine democracy lost a battle against Catholic terrorism and its cohorts.


The day after, pictures showed a smiling Mr. Ferrari surrounded by a crowd that - according to the newspaper - was chanting his name as if he was a rock star: “León, León, León!”


That smile was the sign of the vandals’ defeat.


And Retrospectiva, the most visited exhibition in the history of the Centro Cultural Recoleta, was the victory of a part of the Argentinian people that refuses to forget.


Because they know that forgetting is like being left in the dark, without a lamp showing us the way out.


Or worse.


Being left with a lamp that the vandals and their cohorts kick from the dark to make us lose our way forever.


León Ferrari





Note: On January 6th, 1979, persecuted by the Argentine military dictatorship for being a pacifist, I went to the Convent of Saint Michael from the Society of Jesus, whose highest authority was Jorge Bergoglio, now Pope Francisasking for shelter for a few nights. Someone had referred me. I was received by a Jesuit whose surname, unfortunately, I cannot recall and, after listening to my story, he told me (and I quote):

 

     -If you’re being followed and they find you here, they’ll take us all, do you understand?

 

-        So you can’t give me shelter?

 

-        If you’re innocent, turn yourself in; nothing will happen to you.


 Unable to believe what I was hearing, I replied:

     Are we living in the same country? Don’t you know what they do to innocent people when they are arrested? Don’t you know about all the people who disappeared and who were murdered? The graveyard is full of innocent people! Don’t you know that?


He did not answer. And, with that silence, he cast me out onto the street, into the darkness of the night, into the jaws of the dictatorship. I was 20 years old.


 Luckily, I was not a Catholic, so he meant nothing to me and I ignored him. But I have always wondered how many Catholic people went to ask for shelter and received the same answer, how many people turned themselves in believing in his authoritative words, how many have disappeared. I am afraid I will never know because, as always, the Catholic Church hides its crimes under its robes. And then they preach about morals.

 


©Viviana Marcela Iriart

Translation: ©Luciana Valente

 

 

 

 

 

Pope Francis (Jorge Bergoglio)


The Church warns Ferrari’s exhibition “is a blasphemy”

By Loreley Gaffoglio  | LA NACIÓN


Yesterday, the Church strongly criticized the exhibition Retrospectiva by visual artist León Ferrari, which is on display at the Centro Cultural Recoleta, qualifying it as “a blasphemy that puts the city to shame.” Moreover, he called for “a day of fasting and prayer” next Tuesday so that “the Lord can forgive our sins and those of the City”, in reference to the Government of the City of Buenos Aires promoting the controversial exhibition.


The archbishop of Buenos Aires, Cardinal Jorge Bergoglio, was the voice of the Catholic faith that rose up against the exposition, in which works combine religious symbols with erotic imagery, while Christs, virgins and saints “burn” in Ferrari’s representation of hell. 


“For some time now, there have been some public displays of mockery and offenses against the persons of our Lord Jesus Christ and the Blessed Virgin Mary in the City, as well as various expressions against the religious and moral values we profess,” said Bergoglio in a pastoral letter to the priests, the consecrated faithful of the archdiocese, which was passed on to the press. 


“Today I address you with a heavy heart over the blasphemy that is being committed in the Centro Cultural Recoleta on the occasion of a visual art exhibition. I am also distressed about the fact that this event is taking place in a cultural center which is maintained with the money of the Christian community and people of goodwill who contribute with their taxes,” added the cardinal. And he urged that “in the face of this blasphemy that puts the city to shame, let us all come together to perform an act of reparation and seek forgiveness on December 7th,” the eve of the Immaculate Conception Day. 


 Thus, Bergoglio invited believers to “a day of fasting and prayer” as an act of atonement for what he considers an offense to the most sacred religious symbols.


 With those words, the archbishop intended to put an end to the tensions and controversies between the Church and the Centro Cultural Recoleta, which had begun with a complaint made by the Our Lady of the Pillar parish priest, Rómulo Puiggari. 


 Alerted by the artisans of the Recoleta fair and by an employee of the cultural center itself, who, in tears, begged him to “do something to stop this offense,” the parish priest - as he told LA NACIÓN - had complained to the authorities that many of the works insulted the Catholic faith. As he received no reply, he advised the faithful to send emails demanding that the exhibition be suspended. 

 Faced with the objections from the Church, Gustavo López, Secretary of Culture of Buenos Aires, stated that “the exhibition does not represent the opinion of the City Government and should be understood just as an artistic event”. 


 “At no point did we think it was an attack on Christianity or a violation of any law,” López stated regarding the complaints that individual lay Catholics would file with the Inadi (the Argentine National Institute against Discrimination, Xenophobia and Racism) at the recommendation of the Archdiocese. 


 “Ferrari’s Retrospectiva has a provocative aspect, which is characteristic of contemporary art,” added López, who also requested that “the exhibition can be displayed in an atmosphere of freedom and tolerance.” However, additional security personnel were deployed following the incidents two nights ago, when visitor Agustín Durañona y Vedia, a lawyer, tried to break an object in one of Ferrari’s installations. 


 Although Durañona y Vedia was detained for an hour and a half by security personnel, neither Ferrari, the artist, nor the Centro Cultural Recoleta pressed charges against him.


The artist’s lament

Speaking to LA NACIÓN, Ferrari responded to the archbishop: “I’m even more distressed by the fact that the religion Bergoglio practices punishes those who think differently,” snapped the artist, who had to go into exile in San Paulo in 1976 and returned to the country in 1991. “If anything puts the city to shame, it’s not this exhibition, but claiming that others should be tortured in hell,” he said. 


Source: 
La Nación, Argentina

El exiliado, de Cristina Peri Rossi





Su acento lo delata: arrastra un poco las eses y pronuncia de igual manera las b y las v. Entonces se produce cierto silencio a su alrededor. No es un gran silencio, pero él percibe alguna curiosidad en las miradas y un pequeño reajuste en los gestos, que se vuelven más enfáticos. (Cambios imperceptibles para un observador común, pero el exilio es una lente de aumento.) A partir de ese instante (y también otros) él se siente en la necesidad de compensar a los demás. Oh, es cierto que él es un extranjero y debe hacerse perdonar. Agradece la buena voluntad ajena, ésa que consiste en no preguntarle jamás de donde viene, ni que hacía antes, si ha solucionado o no los problemas de los papeles, cómo era el lugar donde vivía, si perdió algo en el camino, si se siente solo. Todos están dispuestos a disimular esa pequeña anomalía, a tomarlo en cuenta, pese a todo, a no hacerle preguntas y especialmente: a no demostrar ninguna clase de curiosidad por su vida. Para corresponder a tanta amabilidad, él se obstina en ignorar su pasado (hace como si no lo tuviera), reprime cualquier malestar y demuestra gran conocimiento de las plazas de la ciudad, los monumentos, el nombre y la ubicación de las calles, los servicios públicos y la escasa flora del lugar.

Puede indicar con precisión la ruta de los autobuses y de los metros y la composición de la Alcaldía, pero precisamente, el hecho de conocer todos estos datos (en especial: el nombre de los árboles del ornato público y el emplazamiento de los principales monumentos) crea cierta desconfianza a su alrededor y confirma que en efecto, se trata de un extranjero que vive entre nosotros. Evita muy cuidadosamente el uso de la primera persona del plural, para no sembrar dudas a su paso, porque los individuos suelen ser muy celosos en cuanto a la comunidad a la que pertenecen y él no desea ofender a nadie. Está muy agradecido al sol, que también lo calienta a él y por un ingenioso mecanismo sortea las trampas que se le tienden para intimidarlo: cuando alguien habla de un defecto nacional, él lo convierte de inmediato en una virtud. Por ejemplo, cuando su interlocutor, sin mirarlo especialmente fijo, menciona la mezquindad de los habitantes de la ciudad, él afirma que se trata del sano sentido del ahorro que ha permitido prosperar a las familias; si se habla de la rudeza y falta de urbanidad de los transeúntes, él asegura que es espontaneidad y falta de inhibiciones; si alguien comenta que en esa ciudad hay poca imaginación y sus habitantes son aburridos, él sugiere que en realidad, se trata del sentido común de la raza, poco dad -gracias a Dios - al delirio y a la aventura. Si el interlocutor persiste en enumerar los vicios y defectos del país, él da por terminada la conversación con un enfático "¡Ustedes no saben lo que tienen!", y el ciudadano se interrumpe, mira alrededor, algo confuso, convencido de que el exiliado ama más el lugar que él. Pero de inmediato se recupera: no está dispuesto que nadie hable de su patria superlativamente, si no nació allí. Es entonces cuando el Exiliado comprende que ha cometido una falta irreparable y que por más esfuerzo que haga, siempre será un extranjero.



©Cristina Peri Rossi

Fuente:

Carlos Giménez eterno en su gloria, por Carmen Carmona, Miami, 23 de octubre de 2023

 





Estoy impactada.


 Estoy leyendo el libro  ¡Bravo Carlos Giménez! y quedo con ganas de leer más, más y más.  Qué grato es conocer de tanta gente que estuvo y convivió con Carlos, que lo amó. 


Además, es tan pura la redacción, tan limpia, tan acorde,  tan entendible:   Vivi,  tienes una pluma fascinante que te atrapa, es impresionante.  Es como estar en un barco con unas velas batiendo al aire y al mar,  y  mientras voy navegando escucho las voces de cada una de estas personas.  Leyendo el escrito de Juan Pagés,  que comenta que en sus últimos momentos de la enfermedad de Carlos lo llamaba y conversaba con él, recordé que en una oportunidad,  estando  Carlos aún en Parque Central, su hermana Anita me pasó su llamada.  Él  se emocionó mucho al escucharme  y yo le dije: tú vas a ver que vas a regresar como el Ave Fénix y él me preguntó: "¿tú crees Carmen que de verdad voy a regresar como el Ave Fénix?"


Él estaba muy emocionado,  se reía con mucha emoción y le respondí: con el barco  y las velas a vapor ondeando la bandera de la libertad. Carlos, visiblemente conmovido, me dio las gracias. 


Y Carlos ha regresado con este libro. Un libro empapado de amor y bellos momentos vividos que te deja capturada desde el magnífico prólogo de José Pulido. Es un libro que no tiene desperdicios y  voy a tratar de que este libro lo tengamos en papel para que esté dentro de las bibliotecas de teatro del mundo. Leer este libro es soñar con los ojos abiertos, volver a a nuestro pasado juvenil, y mientras vas leyendo se va encendiendo un fuego y cada sílaba que se deletrea es una chispa de magia cuya duración es la vida misma. 


Y qué belleza de imagen, que gran artista José Augusto  Paradisi Rangel, muy sublime, pudiste plasmar en sus ojos ese dejo de cierta tristeza que se veía en él.


Aplausos de pie para el gran equipo que hizo posible esta segunda edición;, gracias a  José Pulido  por ese bello prólogo, a Paradisi Rangel  por su impactante obra y a la incansable y tenaz Viviana Marcela Iriart, entrevistadora y editora de este libro.


Y gracias a todos los que participamos con sus líneas llenas de mucho amor y gran agradecimiento por ser un ser fuera de serie: Carlos,  llegaste para quedarte y te fuiste para seguir ahí,  entre nosotros, ¡bravo maestro!



 Carmen Carmona


 Venezolana radicada en Estados Unidos.

Gerente cultural, productora teatral, coordinadora de arte en televisión y profesora de teatro. Actualmente trabaja Telemundo como Coordinadora de Arte y es Productora General de Escritoras Unidas & Cía. Editoras.

Ex Presidenta del Instituto de Cultura de Estado Miranda, Venezuela (gobernación de Enrique Mendoza) y ex Directora de Cultura de la Alcaldía de Chacao, Venezuela (mandato alcaldesa Irene Saenz).

Productora de Eventos Especiales del Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC), 1992, dirigido por Carlos Giménez: creadora del “Festivalito” (teatro infantil). Productora Artística del FITC en diferentes ediciones.

Promotora de Cultura del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), Caracas.

Productora Artística del Ateneo de Caracas, presidenta María Teresa Castillo..

Profesora de Teatro en el Instituto Universitario de la Marina Mercante  y en la

Escuela de Sub-Oficiales de la Armada de Venezuela.

Productora General o Artística de más de 100 obras de teatro en Caracas y Miami dirigidas, entre otros, por Carlos Giménez, Ibrahim Guerra, José Ignacio Cabrujas, Raúl Brambilla, David Chacón, José Domínguez.

En televisión ha trabajado como Coordinadora de Arte en series y telenovelas en Venevisión Internacional y actualmente en Telemundo, ambas en Miami.

Estudió Producción teatral en el Centro de Nuevas Tendencias Escénicas Madrid, España y  teatro en la Escuela Gonzalo J Camacho de Caracas, mención actriz.



Solidaridad con Israel


 Expresamos nuestra solidaridad con Israel ante el monstruoso ataque terrorista de Hamas.

A nuestras amigas y amigos judi@s: cuenten con nosotras.

Carmen Carmona y Viviana Marcela Iriart. Productora General y Directora General respectivamente de "Escritoras Unidas & Cía".

10 de octubre de 2023