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Fedra López y Rosalinda Serfaty. Foto Roland Streuli |
Dedicada a:
Sonia Murillo-Martin, siempre, por todo; Doris Berlín, por la vida que me regaló; Yamelis Figueredo y Elly Messmer, porque creyeron en mí cuando ni siquiera yo creía en mí ; Rubén Rega, por sus críticas y acertadas sugerencias; Fanny Arjona, por su amorosa comprensión.
A Joan Baez y Oriana Fallaci, por su inspiración.
A las víctimas de las dictaduras y revoluciones de derecha, izquierda, centro…
Esta obra se estrenó por primera vez en el Homenaje a Esther Dita Kohn de Cohen, creado y producido por Benjamìn Cohen el 14 de Abril de 2007 en el Ateneo de Caraca, en el ciclo “Tres dramaturgas del silencio al estallido” que incluyó las obras “Casa en Orden” de Ana Teresa Sosa y "Las Tiendas del Sheik" de Carmen García Vilar.
Créditos
Fotos: Roland Streuli
Canciones: Eladia Blàzquez y María Elena Walsh
Realización escenografía: Ramón Pérez Pina
Telón: Jesús Barrios
Asistente dirección: Carlos Ramírez
Musicalización: Eduardo Bolívar
Iluminación: Carolina Puig
Dirección de Arte: Carmen Garcìa Vilar
Producción Artística: María Eugenia Romero-Carolina Puig
Coreografìas: Luz Urdaneta
Director: Anìbal Grunn
Producción Artística: María Eugenia Romero-Carolina Puig
Coreografìas: Luz Urdaneta
Director: Anìbal Grunn
Idea y Producciòn General: Benjamìn Cohen
Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas
Abril-Junio de 2007
En homenaje a Esther Dita Cohen
Argentina, aproximadamente 1990. La sala
de una casa vieja. Es un lugar cálido,
con pocos elementos. Un ventanal, una
lámpara de pie, un perchero, un sofá.
Es el final de la tarde de un día de
invierno.
Sandra, exiliada argentina de unos
cuarenta años, llega a la casa de Dunia,
amiga de la infancia de la misma edad, después de más de diez años de ausencia.
amiga de la infancia de la misma edad, después de más de diez años de ausencia.
Las dos están vestidas informalmente,
notándose por su forma de vestir que son dos
profesionales modernas y exitosas.
profesionales modernas y exitosas.
Sandra y Dunia mantendrán siempre un
estricto control de sus emociones: temen
desbordarse. Pueden alzar la voz pero no gritar reír con verdadera alegría
pero no a carcajada suelta: emocionarse hasta las lágrimas pero no llorar
con desespero.
Nunca pierden la compostura.
desbordarse. Pueden alzar la voz pero no gritar reír con verdadera alegría
pero no a carcajada suelta: emocionarse hasta las lágrimas pero no llorar
con desespero.
Nunca pierden la compostura.
Lo que ellas temen manifestar con
palabras lo expresan a través de la danza:
una danza moderna, y a la vez antigua, como sus conflictos.
La tercera protagonista de esta obra son las canciones, que son parte fundamental del texto y no pueden ser cambiadas por ninguna otra.
una danza moderna, y a la vez antigua, como sus conflictos.
La tercera protagonista de esta obra son las canciones, que son parte fundamental del texto y no pueden ser cambiadas por ninguna otra.
El escenario está en
penumbras.
Se escucha a Susana
Rinaldi cantar “Porque
vas a venir”, de Carmen Guzmán
y Mandy, hasta el momento en que los personajes hablan.
y Mandy, hasta el momento en que los personajes hablan.
Dunia entra por el
lateral derecho, emocionada, nerviosa. Se sienta, se para,
va de un lado al otro. Está muy contenta. Apenas puede contener la risa.
va de un lado al otro. Está muy contenta. Apenas puede contener la risa.
Por el lateral izquierdo
hace su aparición Sandra. Está nerviosa y emocionado, pero
sus movimientos son lentos y controlados. Se detiene al llegar al ventanal,
que se ilumina tenuemente con una luz cálida. Mira hacia el interior pero no ve a nadie:
Dunia ha salido de escena en ese momento. Avanza hacia el proscenio.
Dunia entra y no la ve. Va hacia el proscenio.
sus movimientos son lentos y controlados. Se detiene al llegar al ventanal,
que se ilumina tenuemente con una luz cálida. Mira hacia el interior pero no ve a nadie:
Dunia ha salido de escena en ese momento. Avanza hacia el proscenio.
Dunia entra y no la ve. Va hacia el proscenio.
Hasta que se indique lo
contrario, Sandra y Dunia actuarán como si estuvieran
en un sueño.
No se mirarán ni tocarán nunca. Cuando hablan, es como si hablaran consigo mismas.
en un sueño.
No se mirarán ni tocarán nunca. Cuando hablan, es como si hablaran consigo mismas.
SUSANA RINALDI
“Porque vas a venir, mi casa
vieja / inaugura una flor en cada reja.
Porque vas a llegar, después
de tanto, / se confunden en mí, risas y llantos.
Sé que vas a venir, no lo
dijiste, / pero vas a llegar, una mañana.
Hay un canto en mi voz, ya
no estoy triste, / y entra un rayo de sol por mi ventana.
Porque vas a llegar, de un
largo viaje, / es distinto el color, otro el paisaje.
Todo tiene otra luz, tiene
otro modo, / porque vas a llegar después de todo.
Porque vas a venir, desde
tan lejos, / hoy he vuelto a mirarme en el espejo.
Y cómo me verán, me
preguntaba, / los ojos de ese hoy que yo esperaba.
Porque vas a venir, mi casa
vieja, / inaugura una flor en cada reja.
Porque vas a llegar, es que
te espero / porque vos me querés y yo te quiero.
Porque vas a llegar, es que
te espero, / porque vos lo querés, y yo lo quiero.”
SANDRA (Como si estuviera
sola, sin reparar en Dunia)
Y entonces pensé, ¿habrá
cambiado mucho? ¿habré cambiado tanto?
DUNIA (En la misma actitud
de Sandra)
Yo esperaba impaciente. Me
miraba en los espejos y me preguntaba con qué mirada
verías a estas arrugas que tomaron mis ojos sin los tuyos. ¿Me reconocerías
en estas canas que no te conté?
verías a estas arrugas que tomaron mis ojos sin los tuyos. ¿Me reconocerías
en estas canas que no te conté?
SANDRA
La calle de tu casa parecía
la misma. El naranjo en la esquina del verdulero, las baldosas
aún rotas en el almacén de Don Giuseppe, la magnolia que nunca quiso dar flor.
Pero sobre todo el olor del naranjo que siempre anunciaba la cercanía de tu casa.
Todo parecía igual.
aún rotas en el almacén de Don Giuseppe, la magnolia que nunca quiso dar flor.
Pero sobre todo el olor del naranjo que siempre anunciaba la cercanía de tu casa.
Todo parecía igual.
DUNIA
Tu voz en el teléfono,
alegre y burlona, otra vez acá y no allá, la misma voz de siempre
y te lo juro, tuve ganas de comerme el auricular para comerme tu voz
para que nunca más te fueras.
y te lo juro, tuve ganas de comerme el auricular para comerme tu voz
para que nunca más te fueras.
SANDRA (Le da la espalda)
Lo confieso: tuve miedo. El
timbre estaba ahí, chiquitito y lustroso. Parece un pezón,
pensé, un pezón que invita al erotismo, pero no, ese timbre-pezoncito me invitaba al
pasado y yo decía: lo toco, no lo toco. Alargaba un dedo y lo acariciaba lentamente,
sin presionarlo, no vaya a ser que se excite y suene.
Mi dedo te recobraba en mi memoria.
pensé, un pezón que invita al erotismo, pero no, ese timbre-pezoncito me invitaba al
pasado y yo decía: lo toco, no lo toco. Alargaba un dedo y lo acariciaba lentamente,
sin presionarlo, no vaya a ser que se excite y suene.
Mi dedo te recobraba en mi memoria.
DUNIA (Le da la espalda)
Yo te miraba a través del
ojo de la puerta, ¿a cuál de las dos veía? Los años pasaban
por el ojo de vidrio, no me dejaban verte.
por el ojo de vidrio, no me dejaban verte.
SANDRA (Avanza lentamente de
espaldas hacia Dunia)
Mi dedo seguía en el timbre.
Una puerta tosía débilmente y yo la escuchaba. El pezoncito
que gime no iba a tener que ser tocado. Traspasé el umbral y apoyé mi pecho,
mi cuerpo todo, sobre la puerta.
que gime no iba a tener que ser tocado. Traspasé el umbral y apoyé mi pecho,
mi cuerpo todo, sobre la puerta.
DUNIA (Avanza lentamente de
espaldas hacia Sandra)
Yo te vi y pegué mi cuerpo
en el exacto lugar en donde vos habías puesto el tuyo.
Una puerta nos separaba y una puerta nos unía. Yo me estaba ahogando y pensé:
no hay orilla cerca ni bañero en la cercanía.
Una puerta nos separaba y una puerta nos unía. Yo me estaba ahogando y pensé:
no hay orilla cerca ni bañero en la cercanía.
SANDRA
Tu respiración en mi oreja
me asfixiaba, no me dejaba pensar.
Yo enloquecía, yo desvanecía.
Yo enloquecía, yo desvanecía.
DUNIA
El aire de tu boca me daba
calor y yo me iba llenando de dulzuras viejas.
El aire de tu boca me quemaba, yo era un bonzo.
El aire de tu boca me quemaba, yo era un bonzo.
SANDRA (Se para muy cerca de
la espalda de Dunia, sin tocarla)
Tus dedos rasguñando la
madera, rasguñando y gimiendo como una gata vagabunda
a punto de parir recuerdos muertos.
a punto de parir recuerdos muertos.
DUNIA
Sentí que te deslizabas por
la puerta hasta llegar al suelo y te alcancé para
que no te golpearas.
que no te golpearas.
SANDRA
Tu espalda se clavaba en la
mía, me atravesaba. Yo sufría, yo gozaba.
DUNIA
Vos llorabas, vos que nunca
llorabas, con un llanto que no te conocía.
SANDRA
Vos llorabas y tenían tus
lágrimas el mismo dolor que recordaba siempre.
DUNIA
Te escuché decir: al fin has
vuelto.
SANDRA
Y te escuché contestar: al
fin he regresado.
Susana Rinaldi canta “El corazón al sur” de
Eladia Blázquez. Sandra y Dunia se miran
por primera vez, todavía extrañas, y bailan un tango mezcla de coreografía clásica
con moderna. Al principio bailan manteniendo la distancia de dos personas que
no se conocen; a medida que el tango avanza entran en confianza.
por primera vez, todavía extrañas, y bailan un tango mezcla de coreografía clásica
con moderna. Al principio bailan manteniendo la distancia de dos personas que
no se conocen; a medida que el tango avanza entran en confianza.
SUSANA RINALDI
“Nací en un barrio donde el
lujo fue un albur,
por eso tengo el corazón
mirando al sur.
Mi viejo fue una abeja en la
colmena, / las manos limpias, el alma buena...
Y en esa infancia, la
templanza me forjó, / después la vida mil caminos me tendió,
y supe del magnate y del
tahúr, / por eso tengo el corazón mirando al sur.
Mi barrio fue una planta de
jazmín, / la sombra de mi vieja en el jardín,
la dulce fiesta de las cosas
más sencillas / y la paz en la gramilla de cara al sol.
Mi barrio fue mi gente que
no está, / las cosas que ya nunca volverán,
si desde el día en que me
fui / con la emoción y con la cruz
¡yo sé que tengo el corazón
mirando al sur!
La geografía de mi barrio
llevo en mí, / será por eso que del todo no me fui,
la esquina, el almacén, el
piberío / los reconozco...son algo mío...
Ahora sé que la distancia no
es real / y me descubro en ese punto cardinal,
volviendo a la niñez desde
la luz, / teniendo siempre el corazón mirando al sur.”
SANDRA
Las veces que Miri lloró
cantando esta canción. Claro, desde Venezuela “sur” significaba
Argentina. (Pausa. Sonríe) Nos sentábamos en un café en Sabana Grande y nos
poníamos a recordar. “¿Te acordás de tal calle?” ¡Por supuesto! Y vos, ¿te acordás
de aquella esquina, de aquel aroma, de aquella luz esa mañana? (Pausa) Inevitablemente
surgía el tema de las comidas... ¡los sandwichs de miga! ¿Vos podés creer que en
Venezuela no hay sandwichs de miga? Ahora que el tiempo pasó, pienso que hay pocas
cosas tan tontas como extrañar una comida, pero entonces... (Pausa) Y así, entre recuerdo y recuerdo, la mesa se nos iba llenando de gente, gente que sabía que Miri cantaba,
aficionada no más, y entonces... ¿qué le pedían?
Argentina. (Pausa. Sonríe) Nos sentábamos en un café en Sabana Grande y nos
poníamos a recordar. “¿Te acordás de tal calle?” ¡Por supuesto! Y vos, ¿te acordás
de aquella esquina, de aquel aroma, de aquella luz esa mañana? (Pausa) Inevitablemente
surgía el tema de las comidas... ¡los sandwichs de miga! ¿Vos podés creer que en
Venezuela no hay sandwichs de miga? Ahora que el tiempo pasó, pienso que hay pocas
cosas tan tontas como extrañar una comida, pero entonces... (Pausa) Y así, entre recuerdo y recuerdo, la mesa se nos iba llenando de gente, gente que sabía que Miri cantaba,
aficionada no más, y entonces... ¿qué le pedían?
DUNIA
Miri cantaba, los ojos se le
iban llenando de lágrimas y al final, casi como si lo tuviera preparado,
como si fuera una actuación, con la última frase... una lágrima caía.
como si fuera una actuación, con la última frase... una lágrima caía.
SANDRA (Gratamente
sorprendida)
Tenés buena memoria.
DUNIA
¡Las veces que me lo
contaste por carta! Si parecía que los viernes por la noche,
la única cosa que vos tenía para hacer era ir a Sabana Grande a escuchar a Miri cantar...
(Tararea “El corazón al sur”)
la única cosa que vos tenía para hacer era ir a Sabana Grande a escuchar a Miri cantar...
(Tararea “El corazón al sur”)
SANDRA
Y a recordar. Y... yo
también lloraba, ¿sabés? Porque cuando te arrancan de tu tierra
y te dejan sin raíces en el aire en una tierra ajena, ¿qué otra cosa podés hacer sino llorar?
y te dejan sin raíces en el aire en una tierra ajena, ¿qué otra cosa podés hacer sino llorar?
Quedan un instante en
silencio.
DUNIA (Está emocionada pero
trata de disimular)
¿Y qué fue de la vida de Miri?
SANDRA (Sonríe con ternura)
Se pasó todo el exilio
llorando porque no soportaba la lejanía. Cuando todo acabó tuvo
miedo de volver... como yo... y ahí está, todavía en Caracas, cantando el mismo tango,
diciendo: “El próximo mes me regreso para siempre”. Y el próximo mes no llega nunca.
miedo de volver... como yo... y ahí está, todavía en Caracas, cantando el mismo tango,
diciendo: “El próximo mes me regreso para siempre”. Y el próximo mes no llega nunca.
DUNIA
Extraña paradoja. Ustedes
añorando un país que nosotros queríamos abandonar, cualquier
país era mejor que este. No te imaginás la envidia, sana pero envidia al fin, que me daba
cada vez que recibía una carta tuya y estabas en México, en Londres, en Nueva York...
Porque nosotros estábamos... bueno, como estamos ahora, lejos del mundo.
país era mejor que este. No te imaginás la envidia, sana pero envidia al fin, que me daba
cada vez que recibía una carta tuya y estabas en México, en Londres, en Nueva York...
Porque nosotros estábamos... bueno, como estamos ahora, lejos del mundo.
SANDRA
Y yo te envidiaba cuando en
tus cartas me hablabas de tus paseos por la ciudad...
por mi ciudad. reducida a ser un mapa pegado en el corcho de mi cocina.
por mi ciudad. reducida a ser un mapa pegado en el corcho de mi cocina.
DUNIA
Pero cuando vivías acá...
¡qué feo te parecía todo! No hacías más que criticar
¿te acordás? No había país peor que este.
¿te acordás? No había país peor que este.
SANDRA (Burlándose con
cariño)
Ni mejor. Porque nosotros o
somos los peores o los mejores, pero iguales... ¡jamás!
Porque eso de ser como los latinoamericanos... ¡por favor! Nosotros somos europeos...
¿o éramos? Desde que era chiquita y como una letanía escuché esa frase, como si el ser
europeos nos hiciera especiales y mejores.
Porque eso de ser como los latinoamericanos... ¡por favor! Nosotros somos europeos...
¿o éramos? Desde que era chiquita y como una letanía escuché esa frase, como si el ser
europeos nos hiciera especiales y mejores.
DUNIA
Es verdad. Después
puteábamos contra el tano, la gallega, el ruso, el franchute. ¡Pero
cómo nos gustaba ser europeos!
cómo nos gustaba ser europeos!
SANDRA
Hasta que llegó la guerra de
las Malvinas. Debe haber sido duro despertar un día y de repente... ¡horror!
¡ser latinoamericanos!
DUNIA
Imaginate, si Victoria Ocampo decía que
en París éramos exiliados argentinos y
en Buenos Aires exiliados europeos. Pero la guerra nos puso en nuestro verdadero
sitio geográfico.
en Buenos Aires exiliados europeos. Pero la guerra nos puso en nuestro verdadero
sitio geográfico.
SANDRA
Ojalá que no necesitemos de otra guerra
para aprender lo que nos falta. (Pausa larga)
Y bien, parece que voy a ser condenada ahora.
Y bien, parece que voy a ser condenada ahora.
DUNIA
Vos siempre tan fantasiosa.
SANDRA
No, es verdad. Condenada porque no viví
el horror completo. Porque vengo de un país
que baila al compás de las olas y mientras baila ríe, ríe aunque haya problemas,
pero ríe porque el invierno no llega nunca, el sol no se va jamás. ¿Y quién puede imaginar
que se sufre en un lugar así? ¡Alegría, alegría parecen gritar las palmeras mecidas
por el viento!
que baila al compás de las olas y mientras baila ríe, ríe aunque haya problemas,
pero ríe porque el invierno no llega nunca, el sol no se va jamás. ¿Y quién puede imaginar
que se sufre en un lugar así? ¡Alegría, alegría parecen gritar las palmeras mecidas
por el viento!
DUNIA
¿Será alegría esto que siento al mirarte?
SANDRA
El dolor y la alegría a veces se parecen.
DUNIA
Tantas veces me pregunté por qué yo y no
vos. También los familiares, supongo,
se preguntaban lo mismo. La duda de si habíamos delatado o no, nos enterró para siempre.
Tanta tierra y ningún cadáver.
se preguntaban lo mismo. La duda de si habíamos delatado o no, nos enterró para siempre.
Tanta tierra y ningún cadáver.
SANDRA
Yo nunca dudé de vos.
DUNIA
Nos querían vivos pero impolutos. (Pausa).
Y acá estoy ahora, tan viva para el mundo
pero tan muerta para mis entrañas.
pero tan muerta para mis entrañas.
SANDRA (Con mucha ternura)
¿Muerta? Dame tus manos, a ver... (Se
las agarra y las huele delicadamente)
Hummmm... huelen a pan recién hecho. (Las acaricia). Manos delicadas, suaves, calientes,
demasiado calientes para una muerta diría yo. Manos de tierra, nunca de cal.
(Dunia retira sus manos bruscamente). Y tus ojos brillan.
Hummmm... huelen a pan recién hecho. (Las acaricia). Manos delicadas, suaves, calientes,
demasiado calientes para una muerta diría yo. Manos de tierra, nunca de cal.
(Dunia retira sus manos bruscamente). Y tus ojos brillan.
DUNIA
Brillan de tanto ver lo que quieren olvidar.
SANDRA
Si yo fuera hada... (Pausa. Alegre).
Y entonces serás como el Ave Fénix,
pura pluma y fuego.
pura pluma y fuego.
DUNIA (Conmovida, casi sin
poder creer lo que escucha)
Fuego que crece sin llamas, pluma que
vuela sin alas.
El fuego crece en la pluma, la pluma
vuela en su llama.
Sueña que sueña la llama, que ya es
pájaro y que vuela.
Sueña que vuela por ríos, vuela que sueña
por mares.
SANDRA
Mece que se mece un niño amamantado con
llamas.
El niño que es pura agua, el fuego que es
pura lágrima.
DUNIA
Pura lágrima que ríe correteando entre
las llamas.
La risa no tiene dientes, la llama no
tiene alma.
SANDRA
Alma que corre tras la luna mientras las
piedras persiguiendo al río andan.
La luna no quiere alma y el alma que se
desangra.
DUNIA
Desangrándose está el alma en la punta de una estrella.
La luna le guiña un ojo, el alma le guiña
un beso.
SANDRA
Le guiña un beso el alma y la luna se
desploma.
El alma no ve en la noche, la luna no ve
sin alma.
DUNIA
La luna se está escapando y el alma se va
con ella.
La noche quedó sin luna, el mundo quedó
sin alma.
SANDRA
Pero no vos.
DUNIA
Pensé que no lo recordarías.
SANDRA
Sería como haberme olvidado de mí.
Dunia, melancólica, se acerca
al ventanal con pasos lentos, pesados.
Todo se está poniendo oscuro. Una
extraña calma parece haber paralizado
la escena. Desde muy lejos se escucha un
suave murmullo de pájaros acomodándose
en sus nidos. Dunia aspira profunda y
lentamente, como si todo, cualquier gesto,
le costara enormemente. Sandra parece
haber perdido toda su vitalidad y
su aplomo. El presente ha caído sobre ellas.
(...)
Créditos
Fotos: Roland Streuli
Canciones: Eladia Blàzquez y María Elena Walsh
Realización escenografía:
Ramón Pérez Pina
Telón: Jesús Barrios
Asistente dirección: Carlos Ramírez
Musicalización: Eduardo Bolívar
Iluminación: Carolina Puig
Dirección de Arte: Carmen Garcìa Vilar
Producción Artística: María Eugenia Romero-Carolina Puig
Coreografìas: Luz Urdaneta
Director: Anìbal Grunn
Producción Artística: María Eugenia Romero-Carolina Puig
Coreografìas: Luz Urdaneta
Director: Anìbal Grunn
Producciòn General: Benjamìn Cohen
Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas
Abril-Junio de 2007
En homenaje a Esther Dita Cohen
Puerta Abierta al Mar:
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