Esto lo escribí cuando murieron tantos jóvenes nuestros en las protestas de Caracas y de todo el país.
Después de temblar
rasguñando la cueva de las súplicas
y sus estacas de hielo
es bueno que enciendan la caldera de los días
con sus resplandores de topacio
y dejen que el viento se ocupe
de saludar y agasajar a las pequeñas flores
Siempre gustarán la playa y las peleas
en el coso poético de la primavera
broncearse o morir:
ella insistía en que su corazón escogiera
La rabia del frio te despelleja
a mucha gente le gusta pelear contra el sistema
los sistemas no escuchan,
finanzas, matemáticas, credos, ideologías
Hundiré mi espada en tu belleza
antes que llegue junio
murmuró el sol de abril
En el mayo francés murieron dos obreros:
Bernard Beylot y Henri Blanchet
En el mayo francés pereció un estudiante: Gilles Tautin
Lanzaron bombas de cloro
hacia la piscina del cielo
que estuvo por caer en un desmayo
Solo tres muertos y un costal de heridos,
pero el famoso mayo llenó el mundo de frases
que se siguen usando para matar el tiempo
¿cuántos aburrimientos han muerto hasta la fecha?
Los muertos de Tlatelolco
después que contaban miles
sumaron cuarenta y cuatro
treinta y cuatro con carnet
y diez que nadie conoce
tranquilo güey ya sabrán
Hubo tantos testigos observando el desangre
las astillas de huesos clavándose en el barro
¿Qué se hicieron los muertos, manito, qué se hicieron?
¿Quiénes retornaron a sus casas
y quienes no tocaron más la puerta?
ocurrió en la Plaza de las Tres Culturas
en 1968, segundo día de octubre por la tarde
¿Cuántos cuerpos se volvieron polvo en esa reunión?
Cuando las horas desaparecieron
todo reloj se convirtió en espanto
En Tiananmen hubo quinientos muertos
eso ocurrió en Pekín comenzando junio
en la primavera de 1989
los obreros que participaron en la protesta
fueron ejecutados y algunos estudiantes también
se salvaron los hijos del poder
menos el que se paró sin decir nada
frente a los tanques de morboso estruendo
ese fue fusilado por ser tan evidente
Desde 1948 hasta la fecha
han muerto en su guerra poco santa
más de cincuenta mil israelíes y palestinos,
con mayoría de árabes en el sepulcro
En 1947 las Naciones Unidas
con la resolución 181
otorgaron espacio al perseguido pueblo de Israel
y desde entonces han estado matándose ambas tribus
Lo que no pudo hacer ningún demonio con el 666
Entre el 1999 y el 2015, dieciséis años apenas,
Venezuela quintuplicó los muertos
Chinos, judíos, palestinos, franceses, mexicanos
y en el 2017 anotamos 26.616 asesinatos
ese mismo año entre abril y julio
las fuerzas armadas militares y civiles
causaron ciento veinte muertes
entre los jóvenes que gritaban
“queremos vida”
Diré sinceramente que aquello me dolió
con mucho desafuero varios meses después
una bala pasó destrozando la frase
de una franela azul
La multitud gritaba ante el ataque militar
humo encebollado, sangre y vómitos
aquella masacre representó el sacrificio absurdo
de vivir o morir ante los trajes verdes
y sus armaduras de la guerra de las galaxias
Perdigones en los párpados, en los ojos, en el pecho,
perdigones
no pichones
de perdices
ni perdidos
Granos de plomo en los muslos en el cuero cabelludo
así encontré a una muchacha que estudiaba medicina
se veía delicada y tan delgada
parecía una adolescente bondadosa
quería manifestar en contra de la violencia
lo dijo como quien pide helado de chocolate
habló de su descontento, de niños muriendo de hambre
¿cómo podía ser igual su bendito descontento
al de las demás mujeres que no tenían ni jabón?
Su descontento de niña propietaria de la luz
me hirió posteriormente
porque conocí a su madre abrazada de su padre
y me preguntaban tanto sobre lo que había ocurrido
que lo describí incompleto
porque el horror tiene muchas caras
gente que saltaba al río nuestra torrentosa cloaca
gente que retrocedía aplastándose y gritando
el humo envolviendo, ahogando,
perdigones y balazos
no perdices, no baladas
la sostuve en el espacio cuando la noté cayendo
Y me asustó tanto ver
que una bala reventaba
en su frente el alabastro
el pensamiento insumiso estrellado arremetido
y otra bala enrojecía
la frase color naranja que llevaba en su camisa
y entonces aquel mensaje se me grabó para siempre:
“Salvemos a las abejas”
José Pulido
Fuente: José Pulido