Premio internacional Mario Vargas Llosa de narrativa
"Si un extraño aterrizara en
una de nuestras grandes ciudades y quisiera saber cómo viven
y qué sienten los
urbanitas, este libro le daría una visión sutil e irónica de los deseos,
los
conflictos y las ilusiones del ser humano de hoy. Todos los relatos comparten
ese escenario urbano y su desarrollo en espacios cerrados: un after hours, un cuarto de
hotel,
un plató de televisión o una oficina. Los pequeños dramas cotidianos y
la búsqueda de amistad, amor o sexo muestran los aspectos más conflictivos del
capitalismo tardío.
Disfruten, padezcan, gocen y regocíjense con Cristina Peri
Rossi y sus
Habitaciones
privadas,
nuestro mundo, con sus ilusiones y sus frustraciones."
Entrevista a Cristina Peri Rossi
Sputnik, poema de Cristina Peri Rossi
Hoy he decidido enviarte a la Nube
definitivamente
Hoy he comprado un trozo de Nube
Hoy he comprado un trozo de Nube
etérea invisible
impoluta inconsútil incólume
adonde enviar tus fotografías
impoluta inconsútil incólume
adonde enviar tus fotografías
tus sujetadores tus emails
tus te quiero tus no me dejes
tus te amo no me olvides tus bragas y
tus te quiero tus no me dejes
tus te amo no me olvides tus bragas y
cuadernos
He comprado un trozo de nube
y con un solo clic de la tecla
disparé sobre tu rostro sobre tu boca
He comprado un trozo de nube
y con un solo clic de la tecla
disparé sobre tu rostro sobre tu boca
sobre tu estómago
sobre tu vientre sobre tu recuerdo sobre
sobre tu vientre sobre tu recuerdo sobre
tus amígdalas
los osos de peluche de tu cuarto sobre
los osos de peluche de tu cuarto sobre
tus amados dedos largos
sobre tus nalgas y tus senos
te envié al espacio virtual
como un sputnik
El sputnik de mi amor
de los fetiches adorados
de los códigos sagrados
de los abecedarios secretos
de las íntimas complicidades
El sputnik voló contigo
y me ha sorprendido que tanto amor
ocupara sólo un pequeño espacio en la
sobre tus nalgas y tus senos
te envié al espacio virtual
como un sputnik
El sputnik de mi amor
de los fetiches adorados
de los códigos sagrados
de los abecedarios secretos
de las íntimas complicidades
El sputnik voló contigo
y me ha sorprendido que tanto amor
ocupara sólo un pequeño espacio en la
Nube
sólo unos milímetros de aire
cuando ocupaba todo mi tiempo toda mi
sólo unos milímetros de aire
cuando ocupaba todo mi tiempo toda mi
energía
toda mi dedicación
Ahora que te he enviado a las nubes
como una muerta
una desaparecida
siento euforia
la alegría de la liberación
pero no me la creo
al anochecer miraré el cielo oscuro
añorando el sputnik
buscando entre el monóxido de carbono
y las partículas de plomo de los autos
las huellas de aquello que fue amor.
toda mi dedicación
Ahora que te he enviado a las nubes
como una muerta
una desaparecida
siento euforia
la alegría de la liberación
pero no me la creo
al anochecer miraré el cielo oscuro
añorando el sputnik
buscando entre el monóxido de carbono
y las partículas de plomo de los autos
las huellas de aquello que fue amor.
22 de mayo de 2012
El
lenguaje nunca es inocente. No sólo dice aquello que dice, sino mucho más,
implícito. Y no puede ser inocente porque siempre es enjuiciador. El lenguaje tiene
varios niveles, el literal o explícito y los implícitos. Por eso puede ser
sexista, machista, encubridor. Los hablantes (desde el portero al político o al
escritor) sabemos muy bien que tenemos que contar con esos significados
implícitos que están en el inconsciente, donde todo está dicho de antemano,
aquellos plus de significados que no vienen en el diccionario. Voy a dar un
ejemplo sencillo. La palabra mar puede ser femenino o masculino
indistintamente. Sin embargo, si comparamos la poesía acerca del mar que se ha
escrito en España en femenino o en América Latina, en masculino, advertiremos
las diferencias. La mar en femenino
suele provocar textos elegíacos, juguetones, seductores, como si fuera una
mujer, madre o amante a la que seducir. En cambio, cuando se habla de “el mar”
en masculino los textos suelen ser amenazadores, menos líricos: el mar con
artículo masculino inspira respeto, temor. Es la diferencia que hay entre la
mar de Alberti y el mar de Stevenson.
Jaques
Lacan estableció: el inconsciente se organiza como el lenguaje, es decir,
utiliza símbolos que son ese trasfondo de la lengua que responde a los
arquetipos sociales e institucionales.
Cuando yo
era chica en Uruguay, los conferenciantes empezaban los discursos siempre de la
misma manera: “Señoras y señores”. Era un reconocimiento. Porque una de las
funciones más importantes de la lengua es el reconocimiento social, aquello que no se nombra no existe, de ahí el
frenesí de las dictaduras por suprimir discursos, palabras, información; si no
puedo hablar de algo, lo estoy matando. Decía George Steiner que no hay castigo
mayor que el silencio.
Si la
función más importante del lenguaje es la representación, de ninguna manera
puede ser inocente decir: “señores” y pretender que las mujeres nos sintamos
aludidas. No. Señores son señores y señoras son señoras. ¿La inversa es
posible? Si un texto comienza: “señoras” ¿los hombres se sienten representados?
Lo universal ha sido hasta ahora masculino; es hora de que empiece a dejar de
serlo. Recordemos a Humpty Dupty cuando le dice a Alicia “las palabras
significan lo que yo quiero que
signifiquen porque yo soy el que manda”. Sencillo e insoportable: el lenguaje
es el reflejo del poder. Las mujeres maltratadas dicen que sus parejas no las
dejaban hablar; el lenguaje era propiedad de ellos y si no respondían a sus
preguntas con sumisión, golpe y patada.
Cuando se
asegura que el lenguaje surge del pueblo y por eso es sabio, o es una tomadura
de pelo o una ingenuidad. Hasta ahora nadie ha podido demostrar que el ente
abstracto “pueblo” sea esencialmente sabio, ni más ni menos que cualquiera de
sus habitantes, hombres o mujeres. Y la espontaneidad del lenguaje nos
conduciría otra vez a la caverna: el lenguaje es una creación social y
artificial que refleja las estructuras de poder en cualquier sociedad.
Una
prueba de ello es el escaso interés que el tema del sexismo en el lenguaje ha
suscitado en la RAE compuesta en su inmensa mayoría por hombres. Y para rizar
el rizo los hombres suelen decir que no están de acuerdo con las cuotas porque
las mujeres debemos desempeñar los cargos por méritos propios. Este es el
mensaje literal. El implícito: entonces si no hay cargos en las instituciones
es porque las mujeres no valen. Refinada manera del machismo.
©Cristina Peri Rossi
España
29 de marzo de 2012
Fuente: Blog de CristinaPeri Rossi