Rafael Cadenas, premio Reina Sofía, profesor por cuatro dólares en Caracas, Manuel Llorente, El Mundo, 23 octubre 2018 / La poesía sigilosa de Rafael Cadenas, por Javier Rodríguez Marcos, El País, 11 mayo 2018 /

 

  • El galardón está dotado con 42.000 euros
  • Cadenas: "Estoy en contra de todos los nacionalismos, son como las creencias religiosas"


El poeta venezolano Rafael Cadenas, después de presentar su último libro
 de poemas en el Palacio Real de Madrid. JOSÉ AYMÁ


"Un profesor con su sueldo no puede vivir, tiene que trabajar fuera. Yo fui profesor en segundo lugar y cobro cuatro dólares. Lo completo con el [retiro] de la vejez, el premio nacional... Reuniendo todo no nos alcanza para lo que necesitamos".

Lo dijo ayer Rafael Cadenas, uno de los poetas indiscutibles de la lengua española. Se refería a su vida en Caracas (Venezuela). Y tras sus palabras, silencio en la sala del Palacio Real, donde se presentaba una antología de sus versos (editada por la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional) pues hoy recibe el XXVII Reina Sofía de Poesía, dotado con 42.000 euros.

"El totalitarismo ha vuelto, ha sobrevivido, no hay que descuidarse. Hay que defender la democracia", dijo con una voz tenue, entre silencios, pero con un mensaje muy nítido. "Es muy importante la amistad entre España y Venezuela. Han desaparecido muchos periódicos, casi no hay espacio para la oposición...". Rafael Cadenas lanzaba un SOS tras otro al escaso auditorio. "La Universidad de Venezuela tiene casi 300 años y está en el suelo por la situación que vivimos", detalla.

Además de vivir (o malvivir) en Caracas, y de responder sobre ello, a Cadenas le persigue un poema desde que lo escribió cuando tenía 32 años (y ahora cuenta 88). Pasaba una época de depresión y surgió Derrota. No es que lo rechace de plano pero ya no se reconoce en él. Da igual. Donde va le preguntan por él. En América Latina es todo un himno:

"Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)...".

"No es que me sienta triunfante sino que difiero, además menciono las guerrillas favorablemente y es un gran error recurrir a ese medio. Y tampoco lo escribí como un poema, sino uniendo frases que iban en la misma dirección". En la antología no aparece el poema, pero sí Fracaso, que Cadenas lo considera el contrapunto a Derrota, y donde se incluye este verso: "Me has hecho humilde, silencioso y rebelde".

¿Y se siente así? "Si hay alguien que dice que es humilde, no lo es; es como darse un título. ¿Callado? Sí, un poco. ¿Rebelde? Más que rebelde trato de ser consciente".

Los dos primeros libros de Cadenas, Los cuadernos del destierro (1960) y Una isla (1958), reflejaron y no sólo su estancia en la cárcel (tres meses) y su exilio (cuatro años) en la isla de Trinidad. "Eran versos un tanto exuberantes. Luego la poesía cambió, se acercó a la prosa, al habla. Y eso ha seguido hasta ahora". O sea, de libros como Memorial (1977), Amante (1983) y Gestiones (1992) a ese "ahora" que es En torno a Basho y otros asuntos (2016). Basho y sus haikus, sobre todo el que para Cadenas es el modelo: "Un viejo estanque:/ salta una rana,/ ruido de agua". Pues la poesía de Cadenas, como el haiku, intenta capturar el presente, lo que existe, pero sin olvidar el pasado. "Es lo que trato de escribir, presente y pasado. ¿El futuro? No lo conocemos, es una fantasía".

No lejos de los haikus están otras debilidades de Cadenas, como el Maestro Eckhart, san Juan de la Cruz ("de quien escribí un pequeño libro") y la corriente clásica de la India ("pero sólo como lector, no como practicante"). También leyó a la Generación del 98 y del 27 gracias a la Colección Austral pero no a las posteriores, no han llegado a Venezuela. Y recuerda que cuando era periodista de un diario deportivo un ciclista le confesó que se sabía de memoria La voz a ti debida de Pedro Salinas. Y lo dice como ejemplo de un país que ama la poesía y la música. Y luego calla.

La democracia trasciende lo político

Rafael Cadenas tiene un sentido del humor que saca a ráfagas, de vez en cuando, como para suavizar el silencio tenso de la sala cuando habla de la situación política en su país. "Estoy muy sordo. Los aparatos que uso desafortunadamente se dañaron ayer, me bañé con ellos, fue un accidente, no es que no quiera oír". Cadenas se ayuda de su hija Paula que le hace las veces de traductora. Y pasa a hablar de la poesía: "Hoy cabe de todo en ella, sobre todo desde la revolución de Walt Whitman, que amplió el lenguaje, rompió con la poesía un tanto romántica. La revolucionó en forma y contenido. Y escandalizó. Hoy Walt Whitman es símbolo de la democracia".

Y ahí une política y poesía, sus preocupaciones: "En Venezuela hubo práctica democrática durante 40 años, aunque hubo corrupción. Pero no hubo educación democrática. La democracia trasciende lo político, es muy interior. Demócrata no es sólo el que vota sino el que lo es en todas partes, en la casa, en la calle, en el trabajo. Está más allá de la política".

Y sigue: "Soy un cosmopolita. Estoy en contra de todos los nacionalismos, son como las creencias religiosas".

- ¿Y escribe?

- Hace meses que no escribo. Pero reviso poemas antiguos, de otras épocas. Tengo como para tres libros.

- ¿Y cómo fue el cambio de una poesía más narrativa a una más espiritual?

- La poesía cambió, se acercó mucho a la prosa, el lenguaje fue más cercano al habla -dice en tercera persona-. Llegó la poesía más breve. Pero no porque yo lo decidiera sino que simplemente ocurrió.

- ¿Suscribe estas palabras de Czeslaw Mislosz, citadas por Octavio Paz, que aparecen en el umbral de su libro Una isla: "Infeliz bajo la tiranía,/ infeliz bajo la república,/ en una suspirábamos por la libertad,/ en otra por el fin de la corrupción"?

- Ahí parece que en la tiranía no hay corrupción, y también la hay.

Rafael Cadenas, en su Ars poética, dice claramente: "Que cada palabra lleve lo que dice (...) estamos aquí para decir verdad".

Y parece que no se ha movido del primer texto que aparece en esta antología: "Soy desmañado, camino lentamente y balanceándome por los hombros (...) sobrevivo en la indecisión". Y en 2017, el pasado año, escribió este poema que tituló Poesía y que también aparece en esta antología que él mismo ha preparado junto a Juan Pablo Gómez Cova:

"Siempre a la mano
para ti, 
disponible.
Soy apenas
 un mandadero
 que disfruta
el trayecto, día
tras día
hasta que tú
quieras
 amiga
y las palabras
lleguen".

Manuel  Llorente, El Mundo, 23 octubre 2018 
Fuente: El Mundo



LA POESÍA SIGILOSA DE RAFAEL CADENAS,
 por Javier Rodríguez Marcos, 
El País, 11 de mayo de 2018





El poeta venezolano sucede a Claribel Alegría en la XXVII edición del galardón



“Humilde, silencioso y rebelde”, así se autorretrató en un poema el venezolano Rafael Cadenas, que acaba de obtener el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Convocado por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, el galardón se ha convertido en el más prestigioso del género en los países de lengua española y portuguesa. Cadenas toma el relevo este año de la nicaragüense Claribel Alegría, que lo obtuvo el año pasado, meses antes de fallecer.
El jurado encargado de seleccionar a Cadenas como ganador del premio estuvo copresidido por Alfredo Pérez de Armiñán y de la Serna, presidente del Patrimonio Nacional, y Ricardo Rivero Ortega, rector de la Universidad de Salamanca. Su composición la completaron Darío Villanueva Prieto, director de la Real Academia Española; Juan Manuel Bonet Planes, director del Instituto Cervantes; Ana Santos Aramburo, directora de la Biblioteca Nacional de España; y José Manuel Mendes, presidente de la Asociación Portuguesa de Escritores, entre otros poetas y personas vinculadas con el mundo de la poesía como Berna González Harbour, Luis Alberto de Cuenca, Pilar Martín-Laborda y Bergassa o Blanca Berasategui.
Nacido en Barquisimeto (Venezuela) en 1930 y vecino de la urbanización La Boyera, al sureste de Caracas, Cadenas es uno de los autores fundamentales de la lírica latinoamericana de los últimos años, papel ya reconocido por el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances que otorga la Feria del Libro de Guadalajara (México) o el García Lorca que se concede en Granada. Sigiloso en el trato y lento en la conversación –piensa cada palabra como si formara parte de un futuro poema-, Cadenas ha ido ocupando poco a poco un lugar en el Olimpo de los poetas vivos sin abdicar ni de su humildad ni de su rebeldía ni de su silencio. Ni de un compromiso crítico al que se ha acercado también sin estridencias.
Era un jovencísimo militante comunista autor de un libro de poemas –Cantos iniciales (1946)- cuando tuvo que exiliarse a la isla de Trinidad, circunstancia a la que suele quitar hierro diciendo que se puede llegar a ella “en lancha” desde la costa venezolana: “está a 30 kilómetros”. Cuatro años tardó en recorrerlos de vuelta para instalarse en la capital en 1957, pocos meses antes de la caída del dictador. Un año más tarde publicó el poemario La isla y en 1960, uno de sus libros clave, titulado, no por casualidad, Los cuadernos del destierro. En 1966, en medio de una profunda depresión, dio a la imprenta Falsas maniobras (1966), que incluye su poema más famoso, un verdadero hito en América Latina: Derrota
“Yo que no he tenido nunca un oficio 
que ante todo competidor me he sentido débil 
 que perdí los mejores títulos para la vida 
que apenas llego a un sitio ya quiero irme 
(creyendo que mudarme es una solución…” 
Cuando se le recuerdan esos versos Cadenas responde que los escribió con 32 años –en unos meses cumplirá 88-, que ya no se reconoce en ellos y que su éxito se debió a la situación política de los años sesenta en su país, volcado en la consolidación de la democracia con el presidente Rómulo Betancourt. Se reconoce, eso sí, en el verso que dice que es un hombre que apenas habla. 
“¡Que cada palabras lleve lo que dice. 
 Que sea como el temblor que la sostiene. 
Que se mantenga como un latido”, dicen tres famosos versos suyos.
Su laconismo le ha llevado a cultivar una poesía cada vez más influyente y, a la vez, más esencial. Menos exuberante, matiza él. A la reunión en 2007 de su Obra entera (Pre-Textos) -700 páginas que contienen libros como los citados más IntemperieMemorial (los dos de 1977), Amante (1983) o Gestiones (1992)- le siguieron títulos como Sobre abierto (2012) o En torno a Basho y otros asuntos, su último libro hasta la fecha. “Lo que salva de los escombros / es la mirada”, escribió en él. Aunque es difícil encontrar en su poesía rastro alguno de intención política, Cadenas mantiene una actitud muy crítica respecto al Gobierno de su país. Siempre se ha declaro a favor de la democracia, “por defectuosa que sea”, y alarmado por la ausencia de separación de poderes en Venezuela. Pese a los ataques que ha recibido por ello desde el flanco gubernamental, siempre ha quitado importancia a su propio papel. Rebelde y silencioso era su autorretrato.
Javier Rodríguez Marcos
El País
 11 mayo 2018
Fuente: El País