Beatriz Iriart: algunos poemas y críticas de Eliahu Toker, Sonia M.Martin y Susana D. Castillo






UN TÉ

Somos
un inofensivo
té de amapolas
para enfrentarnos
a un mundo de opio


 obra: Luisa Richter









MARBELLA, HABITACIÓN 701


 No es un buen poema
lo presiento
lo palpo                                                                      
a pesar de ello
lo fundo en la piel                                                            
en la sangre
en la juventud que ya no tengo.
Y las veo hermanitas
embelesadas con febo
y las percibo
desde las penumbra
desde mi habitat
hace milenios.
Y me digo:
fuimos tan nosotras
tan dignas
tan latientes.
Opino que no es un buen poema
lo asumo
lo declaro:
Y creo que ser feliz
de vez en cuando
no está nada mal.
Lo afirmo y lo siento.


 obra: Modigliani








 EL MIEDO

Te quiero y me espanta.
Del pasado quedan
los ecos de los lamentos
y del presente
la cautela de decir:
“Te quiero” y
que no me espante.


 
obra: Van Gogh








DECRETO



Cuando partas
los cipreses no llorarán
sobre tu tumba
porque no habrá tumba
sólo recuerdos.



obra: Van Gogh
  










BACH AL AMANECER
La muerte y su amigo son dos palomas.
Ajenas al dolor
desconocen
que los jinetes nos azotan,
que hemos regresado
al Dédalo de lobreguez
donde enfrentamos a la niebla
para no danzar con la agonía
 para no dormir con lo ilógico.

 foto: Giovanni Gilli




 


 ADOPCIÓN
Aceptaste las esculturas
hijas-monstruos de un momento.
Aceptaste
entonces
la muerte marginal del poeta.


 obra:  Camille Claudel












LA MUERTE QUIERE
 La muerte quiere
que me pinte de amarillo
para opacar al sol
y danzar en penumbras
hasta que la luna
deje blancos mis huesos.

 foto: Giovanni Gilli






ALGUNAS CRÍTICAS SOBRE SU OBRA


Poeta, Argentina













"Estimada Beatriz,

sus textos son muy conmovedores y de veras poéticos sobre un tema acerca del que no
es facil hacer poesía. 

Y no se trata de un dolor judío sino de una tragedia simplemente humana.

Gracias por compartir esos textos conmigo."

Afectuosamente
Buenos Aires, 2008

ANSIAS
A los sobrevivientes
 
Te he soñado tanto
en estos días
de potaje y pan.
Te he soñado tanto
con la escarcha y la hambruna
con las cadenas lacerando los tobillos
con el terror
instalado en la barraca.
Te he soñado tanto
LIBERTAD.


 foto: Giovanni Gilli







San Diego State University,
California, Estados Unidos












Leerte es dejarnos conducir de tu mano sensible a esos resquicios que tratamos de ignorar sabiendo a plena conciencia que están allí, inmutables, acechándonos...igual que acechan las imágenes mudas y al mismo tiempo llenas de alaridos, en el video que nos incluyes, a través de los ojos desconcertados de los niños (como esquivar esas miradas??!), el estoicismo inexplicable de algunos y el desfallecer incrédulo de l@s mayores...

Tu trabajo poetico, tu examinar estos desaciertos fantasmales de la humanidad, nos compromete a estar alert@s a los procesos personales y colectivos por los que deambulamos torpemente. No es fácil, Bea, leer este hurgar en el dolor que reside en tus poemas...en ellos reconocemos nuestras cavilaciones mas intimas, nuestro perplejo cuestionar que tratamos de colocar en un estante, hasta la próxima!, y recubrirlo con la rutina incesante cotidiana... 

He leído también con atención LA MUERTE QUIERE...de la cual ya conocía una gran parte. ...es una colección exquisita, amiga MIA, de la que siempre recordaré "Mieses" y las dos "Biografías," entre otros muchos. El Prologo de Sonia M. Martin es acertado y sagaz, como es usual en todo lo que escribe. Lo he leído por segunda vez y lo aprecio cada vez más. Gracias, amiga, por este manojo de profundos sondeos con los que nos conduces a un sótano que soslayamos. 

San Diego State University, 
California, Estados Unidos 



MIESES

Te doy
mis genuinos girasoles
me das
una canción
con tus manos de matar
y ambos componemos
la melodía cruel y devastadora
de un exilio prematuro.











La Prensa-The Press, Estados Unidos


















 LO SUBLIME Y TÁNATOS

Prólogo del libro


Las cosas no son como las vemos, 
sino como las recordamos.

Ramón María del Valle Inclán




Mientras otros hombres están inmóviles frente a su dolor,
 Dios me dio el poder de expresar mi sufrimiento.

Goethe


En los anales de la poesía argentina, el lector y amante de poesía, se puede sentir atraído por muchos de sus poetas que cantan sus versos a la muerte, a lo sublime, a los mitos y a los sueños. Olga Orozco, es una de ellas que nos dice:


 “Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín 
donde se abre la flor del sueño de Novalis.” (Mutaciones)


De esta atracción por los poetas transandinos y su magnífica poesía que se enlaza con la muerte, con Tanatos, con lo sublime, es que me sentí arrastrada por los remolinos inmoderados del placer de leer los excelsos poemas de “La Muerte quiere…” de Beatriz Iriart y la tristeza frente a esta “muerte que quiere…” y que dice… y que dice tanto y tan profundamente.

Qué camino seguir: el placer elevado del verso o caminar con Tanatos y ese coqueteo de la poeta frente a la muerte.

Leer los poemas de Beatriz, nos hacen sentirnos inmersos de alguna manera en los versos de Alejandra Pizarnik y de Sylvia Plath. No obstante, hoy, nos encontramos en el torbellino de los versos de Beatriz… y su poemario “La Muerte quiere...”

¿Mas, quién es ésta poeta sublime, que nos remite a Novalis, a Goethe con sus versos que abrazan a la muerte con brazos seductores, que al mismo tiempo expresan sufrimiento y dolor…?

Debemos presentarla tanto con su poesía, así cómo y cuándo nació nuestra amistad. 

Hace años que conozco los versos de Beatriz y quizá fue como casualidad, porque nuestra amistad –que siempre ha sido epistolar– se inició, -como es de esperarse- con una carta y de ahí pasamos a su poesía, a sus versos. Ella me enviaba sus poemas desde la Argentina a California y yo los leía sin acertar a reunir en una sola persona, a la joven que me enviaba cartas y a la talentosa poeta a quien yo le leía con embeleso, verso tras verso.

No conozco en persona a esta poeta, nuestra comunicación siempre ha sido epistolar. Y de este modo que parece tan sencillo, nació nuestra profunda amistad, la que por mi parte se transformó rápidamente en admiración al talento que muestra en sus versos Beatriz Iriart.

De los primeros poemas que le leí, recuerdo uno en especial, que era dedicado a un amigo muerto; pero no muerto de muerte natural… era una muerte política, y así, de pronto, los versos, los poemas, se enlazaron con la muerte, la muerte política, la política, la tristeza, el recuerdo, el sufrimiento y el dolor. Asimismo me fui preguntando –y le pregunte también a la poeta- por qué escribir tanto dolor, tanto sufrimiento, por qué abrazar y ensalzar a la muerte, cuando se tiene tanta vida. Y de esta manera, me fui adentrando en su poesía, que me llevaba al centro profundo del sentimiento sublime que tanto destaca el movimiento romántico alemán y que también se lee en los versos de Alejandra Pizarnik y Sylvia Plath.

De ambas leeremos algunos versos y empezaremos con Plath, no para comparar, sino que para disfrutar del estilo poético:


I was seven, I knew nothing.
The world occurred.
...
I am lame in the memory.
...
This was a man, then!
Death opened, like a black tree, blackly.

Sylvia Plath (Little Fugue)

Podemos libremente continuar con versos de Pizarnik, para sentir en ella palpitar la muerte y los recuerdos de infancia, como también se lee en el poemario de Iriart.


Con todas mis muertes
yo me entrego a mi muerte,
con puñados de infancia,
con deseos ebrios
que no anduvieron bajo el sol.
(Obra 42)



Recuerdo mi niñez
Cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón.
(Obra 54)




Tanatos presente, y siempre, más coqueteo con la muerte, con lo sublime, con la infancia en las y los poetas que de alguna manera hemos traído en este prólogo a colación. No queremos hacer complicadas o enojosas comparaciones, nos queremos remitir a un cierto estilo, a un cierto amor de las poetas, por darle belleza y poesía a ciertos temas, que emergen libres y fluidos en los versos de la poeta que hoy presentamos. ¿Y por qué no leer, antes de sumergirnos profundamente en su libro “La muerte quiere…” algunos de sus versos tan sublimes como románticos?


Gaviotas

Carecemos de memoria.
Las gaviotas que desplegaron sus alas
cayeron torpemente
bajo el áspero y cruel
sonar de armas.
Carecemos de memoria.
Y afirmamos
que era la única música
para esas aves.



En este poema está presente la política, la muerte, los desaparecidos y el olvido o falta de memoria colectiva. Sólo escuchan la música para esas aves… En cambio en Mieses, (Para Silvio)…van sus mieses o girasoles del exilio, quizá en su poesía, Beatriz nos recuerde su dolor al vivir también ella, el exilio de su hermana Viviana en Venezuela.

El coqueteo de la poeta frente a la muerte política en Los Ancestros nos remite a la Historia Universal, la muerte por nuestros ideales. La siento a ella vagar por Buenos Aires taciturna, buscando junto con las Abuelas de la Plaza de Mayo, una respuesta aun….

En Tarde de Bastiones Quebrados, hay una juventud que nace, crece y madura, con tristeza política. Duelo a la vida que pasó con dolor… y así, poéticamente, Beatriz Iriart, en su libro “La Muerte quiere…” nos arrastra de la mano para mostrarnos con dolor y muerte, la Argentina que le tocó vivir a su generación.



Union City, California
La Prensa/The Press
invierno de 2003

Prólogo del libro








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