“Casta Diva” obra de teatro de Ethel Dahbar

Ethel Dahbar, Alma Ingianni y Rubèn Rega.
Festejando el estreno de "Casta Diva".
Caracas 1984





Espectáculo creado para la actriz Alma Ingianni.

Nannette y Francesca, ambas moviéndose en el Mundo de la Opera, son dos mujeres, dos personajes y una sola actriz/cantante.
Nannette camina con su opacidad de sombras tras las luces de la Gloria y el Poder de Francesca Viannini, la “Diva” a la que ama y odia.
Una pasión enfermiza ante los halagos del público y la falta de un amor auténtico,  es el destino de las otras, la excéntrica, desenfrenada y máscara deforme. Está consciente de ello, tanto como lo está del maravilloso sortilegio que ejerce ante su único amante: el público.
En la pesadumbre del camerino Nannette inicia diariamente un ritual: interpretar a Francesca, ser la otra. Ella se viste con los mejores trajes de la Diva, se envuelve en sus gasas, se desdobla, grita, increpa y se ataca. Se siente culpable de no ser todo lo fiel, que debería, ante el poder.
En “Casta Diva”, están presentes la soledad, la angustia y un corrosivo humor.  Espejo roto del que surge en una mueca de dolor, una sonrisa, una metáfora, un verso y las arias de algunas óperas que subrayan y enmarcan este cuadro.


“Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel: de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico.  Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del Siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson: el otro comparte esas preferencias pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil: yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica”
Jorge Luis Borges. “BORGES Y YO”



Acto único
El escenario se encuentra en semipenumbra. Lejos se escucha cuando afina la orquesta. Se abre la puerta y entra Nannette en escena. Viste un taller sobrio gris. La música es el Preludio de “Rigoletto” de Verdi. Trae en sus brazos, además de la cartera, libretos, y un cuaderno tipo diario. El escenario tiene un chaise-long, un Boudoir de tres espejos, una silla con posabrazos, pelucas  e infinidad de vestidos de opera colgados y zapatos por casi todo el escenario. Es el camerino de la Diva.

NANNETTE: (Simula prender la luz, habla y se mueve con cierta timidez pero con naturalidad, acomoda algunas cosas) Uff, qué calor … (se sienta frente al espejo de la Diva, se mira) … me veo mal … cansada, con todo este trabajo y las clases (se toca el rostro, las ojeras) … me arreglaré un poco, sino cuando ella llegue … (se va quitando su tailler y queda en enagua … comienza a tararear trozos de la opera “Rigoletto” se pinta los labios … de pronto mira su reloj y se pone pícara) … todavía es temprano … (se levanta y escoge un robe de chambre de La Diva y se lo pone, incluso puede colocarse una de las pelucas; camina por la habitación, primero normal, luego con cierto nerviosismo, mira a un lado y a otro) … veamos, veamos … (se arrima a la mesa donde están las pelucas, se prueba una, toma un abanico, se hecha viento y comienza a hablar más afectadamente, como si fuera la Diva)

Nannette/diva: Nannette … Nannette! ... sé que has llegado! ... siete años a mi lado, a mi sombra y aún no sabes que no soporto tus absurdos juegos … (sentándose en el sofá) … ven inmediatamente Gioconda … (ríe) … disculpa, olvidaba que odias tu propio nombre … ven, arrímate, aún hay tiempo, podemos  conversar … sé tan poco de ti … tanto ocuparme de mi persona, de mis contratos de mis asuntos, me hace olvidar de los demás … anda discúlpame, mi pobre, mi tonta Nannette … (se ríe, se pone de pié, camino y dice apresurada e imperativa, girando alrededor del chaise-long) … Nannette los zapatos rojos … Nannette el vestido del primer acto … Nannette, corrige el maquillaje … trae mi peluca ya! ... ayyyyy (se agarra el estómago) … mis pastillas, mis pastillas con el agua de Vichy … Nannette, corre, corre, Nannette, jajaja …

Qué pasa contigo? Me odias, me envidias? Podrás pensar que me interesas poco, que te subestimo, que tal vez que te ignore. Pero sabes hay días en que una … (observa el cuaderno de Nannette) … sabes una cosa, algún día robaré ese cuadernito que siempre llevas contigo … sí ese, que con seguridad anotas todo sobre mi., … con mis memorias que pretendes publicar y hacerte rica a costa mía! ... maldita gata, de qué  hablas? De mis eternos insomnios? De mis amantes? De mi narcisísima frigidez?(afirmativo) dirás que soy arrogante, mala,  hipocondríaca …! vaya novedad! Pero no podrás decir jamás  que no tengo talento!



(se sienta en el sofá, se mira al espejo, se estira los ojos, habla con tono apaciguador) 

Escucha Nannette, te lo diré otra vez por si lo olvidaste.  Yo soy una y mil. Soy la grande Francesca Viannini “la última diva” … (pausa) … uso máscaras! ... sabes cuántas tengo? ... dilo, dilo … ah! No lo sabes! ... verás, uso una para a los papparazzi que me persiguen, corriendo con sus cámaras fotográficas o en sus motos … tontos jovencitos, buscan fama, gastando tomas en procura del ángulo único, del gesto que me muestre diferente! ... otra con una amplia sonrisa de triunfo para asombrar a los reporteros que hacen horas de antesala para mis reportajes, a los cuales siempre llego atrasada … y la más importante! La que uso para cubrir mis debilidades, mis miedos, mis supersticiones, para luchar día a día con los fantasmas que me atemorizan!!!

Nannette: (Se quita con rabia la peluca, habla como Nannette, mirando al espejo) crees que eres la última diva, pues te equivocas, yo seré tu sucesora, sobrepasaré tus agudos y tus graves y sabes muy bien que soy joven, mucho más joven que tú…

Nannette/diva: (Se levanta majestuosamente es la diva otra vez) mira, pequeña ilusa … escribe bien esto que te diré por si lo omitiste, yo formé mi propia imagen. Horas y horas moviéndome ante el espejo, … modelando gestos … poses … estudiando cada sonrisa a utilizar en una noche y mis máscaras, dispuestas a aparecer en el momento indicado. La voluntad puesta a prueba para borrar toda actitud espontánea. No lo olvides Nannette, escríbelo, dí que este ser alucinante que te hostiga, es Pigmalión, Galatea y Afrodita….sí, porque yo soy el mito!, la leyenda!. (mira a Nanette) Crees que estoy enloqueciendo verdad? Pues no, no es nada de eso. Nadie más cuerdo y ambicioso que yo … lo que pasa es que tú me haces poner muy nerviosa, además todos me atormentan: los directores, los regiseurs, los modistos, los profesores de canto, los recuerdos... (con énfasis, pero bajo) los recuerdos…. 

“-Studia, studia, studia!” (voz del padre)

“-Cuántas horas, estoy cansada!? (voz de Francesca joven)

“Dai, dai. Quelle que bastano! (voz del padre) 

“Avrai il megliore conservatorio. Professore il pui exigente, il piu caro!
 
-Después le decía a  mamá. 

“Vedrai, Carlotta que un giorno la nostra Francesca debuttera alla Scala de  Milano.  Solo la Scala per lei. Niente di piu!!” 

Y hacía grandes ademanes en el cielo como si dibujara un gran cartel con mi nombre….hace 15 años, allí, fue mi debut, donde papá lo quería. Cuando ensayaba, sentía la presencia de María, en el escenario, en el camerino … ése había sido su imperio durante más de 11 años (evocadora) … el día del mi debut la ciudad estaba húmeda, parecía no haber cielo ni tierra, el auto atravesaba las calles, como si navegase por un canal de aguas quietas, el cielo estaba azul, todo era azul…y debutaba en la scala con “La bohème” de Verdi, y el mejor elenco…

(Nannette, parodiará a la diva, con el aria de “mi chiamanno mimi” ella solo dirá el texto en español de todas las arias, con la música de fondo correspondiente, enciende una vela de un viejo candelabro, se pone un sombrerito y dice:)

Nannette: Ahora verás de lo que yo soy capaz, nunca has oído mi voz, por esa razón las memorizo … cantaré solamente cuando te suplante y mueras de asombro. (Pie para música, comienza el aria orquestada de Mimí de La bohème)     

Me llaman Mimí, pero mi nombre es Lucía,
mi historia es breve:
hago bordados en tela y en seda,
en blanco y color, para mi placer y venderlos.
Vivo tranquila y feliz, trabajando con la aguja
y mi pasatiempo es..imitar las lilas y las rosas.
Me gustan las cosas que poseen esa dulce magia
que hablan del amor, de la primavera,
de sueños y quimeras.  Esas cosas que llevan el
nombre de poesía. Me comprende?
Me llaman Mimí. Por qué? No lo sé,
sola me preparo mis comidas,
no suelo ir a misa, pero a menudo
sí rezo mucho al Señor.
Vivo sola, solita
en mi pequeño y blanco cuarto,
desde el cual miro los tejados
y el cielo…
Ahhhh ... pero cuando llega el deshielo,
El primer rayo de sol me pertenece!
el primer beso de la primavera y
el primer sol, son míos!
Con el nuevo abril,
aspiro el perfume de la rosa,
que se abre en mi vaso, pétalo a pétalo…
Es tan dulce su aroma! ...
Desgraciadamente, las flores que y hago,
no tienen ese exquisito perfume.
Otra cosa de mí, no sabría contarle,
solamente que soy su vecina,
que viene a molestarlo
a esta hora tan inoportuna.

(termina el aria, deja el candelabro de pronto mira al público y se transforma nuevamente en Francesca)

Nannette/diva. Y el público, ese oscuro y centelleante monstruo, envuelto en sus ropajes negros, rojos y dorados. Agazapado en la oscura fosa, observándome hasta con los ojos de sus sortijas, sentía sus binoculares escudriñando todo, hasta mis cuerdas vocales en mis agudos…; y cuando al final moría… el silencio pareció aquietarse aún más (pausa) … Rodolfo sollozaba pronunciando mi nombre y los últimos acordes acompañaban el despacio descenso del telón y la luz que se desvanecía lentamente, solo un foco iluminaba mi cara, blanca, inmóvil, sin un respiro … bajo las luces que iluminaron la sala, el gran monstruo comenzó a resquebrajarse y cada una de aquellas partes comenzaron a ovacionarnos … no! A ovacionarme! (señala al público) él, ella, ellos … todos de pié gritaban mi nombre…” brava! Bravísima Francesca!” Tuve que salir a saludar veinticinco veces, yo sola, pequeña y grande en ese famoso escenario. 

Y al día siguiente, los críticos buscaron nuevas palabras para describir mis cualidades vocales y el más importante de ellos dijo “el mundo de la ópera ha ingresado en un nuevo tiempo,: La era de Francesca Vianinni” (habla a Nannette) “la gloria, Nannette, da poder y el poder es la droga más excitante y voluptuosa que ha probado el hombre!

Nannette: (Se quita el sombrero y con rabia lo arroja al suelo) pero esta vez no fue tuya la gloria Francesca! Además no tienes conciencia en lo ridícula que te ves cuando me cuentas tus amoríos.. (hojea su cuaderno … ve un velo blanco sobre el chaise-long o diván y lo agarra, nuevamente es Francesca, confidente)

Nannette-diva: … por aquellos días me asediaba el tenor, que ya tenía mucha fama y mucho más dinero … cómo se llamaba? Alcindoro, que no era tan gordo como aparecía en escena. Duró solo dos meses! Odiaba mis sábanas de satén. (sonríe) … “me resbalo!”… gritaba cada vez que hacíamos el amor utilizando sus registros más altos … “me resbaloooo” (ríe a carcajadas) pero ya me había regalado varias valiosas joyas. Para ese entonces yo ya había establecido mis reglas, así que le dije “addio, bello Alcindoro” y seguí con mis sábanas de satén, y el resto…

(comienza a jugar con el tul)

El amor! ... podrías decirme qué es? (pensativa) … uno confunde ciertos sentimientos, no es verdad? Oh, mi amor, mi querido amor. El tiempo ha pasado y tu presencia me acompaña, me sigue, está aquí conmigo, entre la gente en la ciudad, en cada instante de mi creación … eso solo a mí me pertenece. (pausa, música, se comienza a escuchar orquestado el “Amami Alfredo” de La Traviata). 

Fue en el Cairo, hace tanto tiempo, y después nunca más! El sol quemaba, humillaba, y él corría con sus pasos largos y una visión de la vida más allá del peligro y la cordura. Y me arrastró como el viento del desierto…

Déjame cerrar los ojos para verlo … Dios … cómo eras? ... no puedo recordar el color de tus ojos, ni el color de sus cabellos … pero mi piel aún siente tus grandes manos recorrer mis poros … en la calle hay sangre. Algo había pasado en Egipto y él tecleaba y tecleaba el piano. De pronto se abalanzaba sobre mí como un equino árabe, salvaje y jadeante y aplastaba su cuerpo contra el mío.

Canté y bailé descalza en las arenas, envuelta en gasas, junto a los templos cercanos al Nilo … e hicimos el amor cara a cara, a la historia…

Nannette: (Ríe) jajajaja, ella siempre inventa cosas, dice que es creativa, pero nunca dice que también es muy mentirosa (hojea nuevamente el cuaderno).

Nannette/diva: … Te ríes, piensas que miento? Uno inventa su historia diariamente, crea fábulas para seguir viviendo y mezcla la verdad con la fantasía…es como un juego de espejos donde tú tomas mi vida. Y a veces yo también tomo algo de  la tuya (pausa larga) … las otras historias son tan repetidas! Después de las funciones recorro los lugares nocturnos más caros, siempre identificable por mis elegantes capas y mis sofisticados sombreros, todo diseñado exclusivamente para mí. Bebo lo justo, como lo estricto … (imitando al maestro) “nessuna caloría per la signora Vianinni” ... acompañada por aristócratas y políticos genuflexos y amanerados, adulantes, ensoberbecidos porque mi presencia en su mesa los halaga y es tan importante como la de una reina. Saben que no compartirán mi lecho, mas su vanidad queda saciada! (pausa) … pero a mí  quién me ama? Nessunno. Ni ellos, ni los jóvenes que sí pasan por mi alcoba reviviendo mi juventud! Tampoco io los amo! (va al centro del escenario

… Solo mantengo mi vieja pasión, mi público, mientras él me sea fiel, yo también lo seré! (señala al público) … e lui! Mi hermoso, tierno e implacable amante!   Para enamorarlo sacrifico mi cuerpo a los masajistas,  las estrictas dietas, a los maquilladores, paso horas, meses, años solfeando, fraseando, vocalizando, alejada del mundo que me rodea... (ríe) a veces los hago sufrir con mis desplantes para que después salgan a comentar las extravagancias de la diva! ... esta es mi verdad, el público ama el mito y yo que me reflejo en ellos, lo amo más aún!

Nannette: (Camina enfurecida por el escenario, puede tirar algunos objetos al suelo) … flores para la diva! ... perfumes joyas, pieles y capas para la diva, la diva … al cuerno con la diva!

Nannete/diva: (En tono de burla) me siento mal! ... creo que esta noche no podré actuar! ... ayyy! Tengo cólicos … Mis antiespasmódicos … Nannette, Nannette … tráeme agua natural, me estoy quedando muda.  Verificaste que no haya ni una partícula de polvo en la sala! ... media hora el aire de la sala tiene que estar apagado! ... chequea si lo hicieron o no hago la función! ... ayy, estos malditos cólicos que no ceden! ... Nannette trae mis zapatos, revísalos uno a uno, asegúrate que estén todas las perlas … ya sabes, una perla que ruede y mil lágrimas derramaré yo. Es fatídico! Tráeme el traje, quiero mi peluca la de hoy, la de ayer, todas, todas (arroja cosas al suelo).

Nannette: …Francesca, crees que estoy loca???, (Se escucha aria de la locura de “Lucía de Lamermoor”) tú, me vuelves loca ... todos... Como a la pobre Lucía… (comienza con furia a tirar los vestidos,  se va calmando lentamente) … Nannette, cálmate, eres fría, calculadora, un poco sádica, un poco loca y excesivamente ambiciosa pero me amo y tengo que triunfar… (ve una muñeca, la toma y comienza a imitar a Francesca luego de una pausa)

Nannette/diva: …cuando la guerra, yo todavía jugaba a las muñecas. Con mamá nos fuimos a la villa de la montaña. Papá quedó en la ciudad, negociando con unos y con otros … claro primero con los unos y después con los otros. Un día llegaron soldados y se quedaron un tiempo en nuestra casa.  Mamá, hacía preparar grandes comidas que ella amenizaba tocando el piano. … Después del café reían mucho y al finalizar la noche, las risas continuaban en el cuarto de mamá… (Estruja la muñeca de trapo entre sus manos) esas risas que entonces no entendía me atormentaron durante mucho tiempo. Tenía sueños extraños y pesadillas. (mira a la muñeca y la arroja de sí) … mamá, tan fina, dama de sociales, signora Viannini, benefactora de los pobres, … qué te parece Nannette? ... desde aquellos tiempos me acompañan muchos miedos.  Miedo a enfrentarme cada mañana al espejo, a las nuevas arrugas, a las manchas que comienzan a salpicar mi piel … y ese miedo terrible de perder mi voz.

Pero hay otros miedos que me causan placer, durante las funciones se apodera de mí un terror inconfesado, que lentamente se convierte en un morboso deleite. Angustia por no dar la nota justa?   Pensar que puedo ser abucheada?... No lo sé exactamente… pero me acerco segura, medido el tiempo, al centro mismo del escenario, frente a la orquesta, al borde del precipicio, con la última nota, prolongada hasta la exasperación, conjuro el peligro y siento el éxtasis, en una terrible y deliciosa cópula conmigo misma. Y me digo: “Francesca has vencido una vez más! (pausa, mira a Nannette casi extasiada) … ven, juguemos al amor, tú serás Tristán, yo por supuesto Isolda. Ven, ven… (música, comienza el aria final orquestada, de Tristán e Isolda de Wagner, Nannette, está en el suelo, tiene entre sus brazos a Tristán moribundo)

Tranquila y muy, muy suave
su sonrisa así se eleva
mientras sus párpados
se entreabren lentamente.

No véis, oh camaradas
cómo resplandece su rostro
con brillo desmedido, y circundado
de estrellas, es llevado al infinito!

No véis, acaso que henchido
el corazón y augusto el pecho
éste aún late con la fuerza de un león?

Tampoco véis que,
desde sus labios en celestial descanso,
él envía, suave y manso su más
tierno aliento?

Oh! Camaradas, amigos míos, oid! Oid!
o es que solo yo
escucho esa música, ésa su voz,
que todo dice, que todo perdona?

Yo he de aspirar esa voz,
beber de ella,
sumergirme…y morir dulcemente,
envuelta en ondas murmurantes
que me incitan al supremo placer.


(Deja el tul sobre el diván como si fuera Tristán y habla muy serenamente)

Nannette/diva: Y cuando muera … que será en otoño y el parque luzca ocre y el Lago de Como dorado, cuidarás de mí hasta el anochecer, porque a esa hora llegarán las walquirias a buscarme y me llevarán con ellas. La diosa de la noche estrellada,  me acogerá en su seno y las lágrimas de mis admiradores vestirán mi cuerpo desnudo. El silencio será total … (pausita) así tú podrás contar mis anécdotas, ésas que anotas cuando crees que no te observo (busca en distintos espacios, hasta encontrar el cuaderno, lo hojea…) … pero aquí no hay anécdotas, sino pentagramas musicales, argumentos de óperas, repertorios, citas con el maestro Luciano! …Maldita gata traicionera, apareciste como un felino asustado, te acurrucaste … miauuuuuuu … mientras pasabas tu sedosa cola entre mis piernas … me hiciste creer que me querías y ahora me das este zarpazo … vattene, sporca, vai in strada y racconta cuando hice el amor en los sótanos del templo de Wagner en Bayrheut. Diles que noche a noche dejo mi voluptuosidad en los escenarios mientras mi cuerpo se consume lentamente olvidándome de todo placer y que este vientre mío, siempre estará seco. 

Tan inocente que parecías, siempre con tu peinadito de moño, a la antigua, a pesar que eras joven, tus blusitas y eternas polleras, y tus eternos tics o dolores de cuello…. (imitando una conversación telefónica de Nannette)

“Professore Luciano, maestro, puede postergar la cita del día …” … “señora Francesca, voy a atender a los reporteros, así Ud. no se molesta y la espera no les será tan fastidiosa ...”  Y tus coqueteos con los críticos? Qué esperabas de ellos? ... te falta mucho estúpida ragazza!!! Yo demostré que soy una diosa, que creo en el destino que el hombre se forja a sí mismo y no hay precio que no se pague cuando con él se obtiene la gloria. Schema, este trono no tiene sucesora!!! (Furiosa)… dónde estás, dónde te escondiste, Nannette, Nannette, quiero la cabeza de Nannette, en bandeja de plata! (comienza a oírse el aria final de Salomé. Nannette se arrodilla y le habla a la cabeza de Yokanaan),  quiero la cabeza de Yokanaan. 


Ah! No quisiste dejarme,
besar tu boca, Yokanaan!
Ahora voy a besártela!
Quiero morderla, como
se muerde una fruta madura.
Pero, por qué no me miras Yokanaan?
Tus ojos, tan terribles,
tan llenos de furia y
desprecio,
están ahora cerrados.
Abre tus ojos!
Por qué no profieres
ni una palabra?
Esa víbora escarlata,
que contra mí escupía
su veneno!
Dijiste palabras feroces
en contra mía,
en contra de Salomé,
hija de Herodías,
princesa de Judea!
Pues bien, yo vivo!
pero tú estás muerto,
y tu cabeza
me pertenece.
Puedo hacer con ella
lo que me plazca.
Puedo arrojársela a los perros,
o a las aves del aire.
Ah! Yokanaan, Yokanaan
eras tan hermoso.
Nada en el mundo
era tan blanco como tu cuerpo.
Nada en el mundo
era tan negro como tu pelo.
En el mundo entero
nada era tan rojo
cómo tu boca!
Ah!
Por qué no me miraste?
Sobre tus ojos pusiste
la venda de aquel
que deseaba solo ver a Dios.
Pues bien!
Ya has visto a tu Dios,
a mí nunca me viste!
Si me hubieras mirado
me habrías amado!
Tengo sed de tu belleza.
Tengo hambre de tu cuerpo.
Ni el vino ni las manzanas
Podrán apaciguar mi deseo.

(Pausa, la música alcanza gran fuerza, la  escena se oscurece. Salomé vuelve a tomar la supuesta cabeza de Yokanaan y besa sus labios)

Ah!............he besado tu boca Yokanaan, yo he besado tu boca!

(Termina el aria besando una supuesta cabeza ensangrentada que tiene entre sus manos.  Luego un rayo de luna cae sobre Salomé, levanta los brazos, abre su boca desmesuradamente pero no sale ningún sonido, siente y ve la espada que la matará por orden de Herodes. Muere. (pausa corta), suenan tres timbres, Nannette se levanta presurosa, trata de acomodar todo el desastre que hizo, pero ya no hay tiempo para hacerlo.  Está nerviosa, agitada. Va a salir, se da vuelta y dice)

Nannette: ... Pobre Francesca, … lo supones ... pero no lo crees ... y antes de que tu estrella se apague yo … (suenan dos timbres más y sale corriendo), (Música, el aria “Casta diva” de Norma, cantada por La Callas. La diva entra por la puerta central, vestida con su gran capa negra con marabú y su gran sombrero que casi le tapa la cara. Lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo, profusamente iluminada con un seguidor, mientras las luces van disminuyendo.  Nunca se verá su cara).

La diva: Nannette … Nannette … donde te has escondido! ... dónde estás  (Mira el desorden que hay en el  camerino) … sé que has llegado.

(El aria va subiendo de tono, mientras la luz que la iluminaba se va apagando muy lentamente)   


©Ethel Dahbar
Publicado con la autorización de su hijo Sergio Dahbar.


Este unipersonal fue producido por Carlos Giménez, Director Artístico del Departamento de Teatro del Ateneo de Caracas bajo la Presidencia de la Sra. María Teresa Castillo. Fue estrenado, en la “Sala de Conciertos” del Ateneo de Caracas el día Viernes 23 de Marzo de 1984.


Elenco:

Gioconda Ferrari “Nannette” y Francesca Viannini:
Alma Ingianni

Fotos, programas y afiche:
Jorge Casanova

Musicalización: 
Rubén Rega

Gentileza: 
Radio Nacional de Venezuela

Vestuario: 
Eva Ivanyi

Realización: 
Roberto Spoladore, Aurelia Scorza

Sombrero: 
Adán Martínez

Peinado de la Sra. Alma Ingianni:
Anthony

Escenografía y ambientación: 
Martín López

Realización:
Dpto. Técnico Ateneo de Caracas

Asistente de dirección:
Juan Arias

Producción: 
Andrés Vázquez

Iluminador:
David Blanco

Agradecimiento por sonido: 
Eduardo Bolívar

Diseño Iluminación/ Producción: 
Espectáculo ideado y dirigido por: 
Rubén Rega.




La prensa opinó:

La Ingianni, actriz de avasallante personalidad, reafirma su versatilidad en la interpretación de los diversos personajes operáticos que encarna en “Casta Diva”, comunica mediante su gestalt y sus miradas manteniendo la atención del espectador asombrado entre la risa, la nostalgia y la emoción, bajo la atenta mirada del director”
G. Schaffer. Diario” Ultimas Noticias” 10/84.


“…Alma Ingianni, en “Casta Diva”, hizo estremecer a los espectadores por su excelencia.  Al ver hacer uso de su talento, intempestivamente acudieron a mi mente aquellas palabras de Stephen Wolf “las almas que viven dentro del cuerpo, son innumerables”. Su trabajo interpretativo así lo demuestra, una gracia sin paralelo que sublima en lo etéreo….”
P. García. “El Universal” 15/10/84.

“…Alma Ingianni, muestra su calidad de primerísima actriz en “Casta Diva”...con ayuda de una escenografía -Martín López- de un vestuario -Eva Ivanyi- y de una iluminación -Carlos Giménez- bien ajustadas a las exigencias de una pequeña sala, han obtenido Alma, Rega y su equipo, el merecido aplauso de un publico que no se aburre ni un solo momento, lamentando la corta duración del espectáculo.
RAS/periódico “El Nacional” 7/10/84

“Casta Diva” entertaining for theatre and opera lovers. Alma Ingianni`s performance is physically exhausting as she runs the gamut of characterizations from the resignation and envy of Nannete through the varied personalities of the operatic heroines to the imperiousness, eccentricity and sense of emotional isolation of the Diva. Rega`s direction makes optimum use at all times of the artistic force of his star and of the dramatic possibilities of the text” (“Casta Diva” entretenimiento para los amantes del teatro y la opera. La actuación de A. Ingianni es físicamente exhaustiva mientras recorre con sus caracterizaciones desde la resignación y envidia de Nannete a través de las diversas personalidades de las heroínas operáticas hasta la prepotencia, excentricidad y el estado emocional de soledad de la Diva.  La  dirección hace óptimo uso todo el tiempo de la fuerza artística de su estrella y las posibilidades dramáticas del texto.)”
Shelley Pearson. “Daily Journal” 4/10/84.

“Casta Diva, un espectáculo de calidad” A nuestro parecer la actriz, cumple uno de los más bellos trabajos de su dilatada carrera artística...Cuando se nos ofrece un montaje como éste es cuando observamos el progreso del teatro. Cuando Alma Ingianni, con su gran vestido negro domina la escena final, un largo y tenso silencio rómpese con el estruendo del aplauso de los espectadores”
Pedro Gatti. “Tribuna Popular” 6/11/84.

“…“Casta Diva”, cuenta con la avasallante personalidad de Alma, quien matiza los colores múltiples de “la Diva” y su asistente “Nannette” y los otros personajes operísticos con madurez y esplendor escénico. El espectador queda fascinado tanto por su actuación iluminada por C. Giménez y la sugestiva  e impecable “misce en scène” de Rega”
Giselle Schaffer. Revista “Momento”.2/4/84.

“…Obra singular fue ese íngrimo personaje vivido por la primerísima actriz A. Ingianni…Admiramos su dominio escénico, su profesionalismo, su bien impostada voz plena de expresivos matices…encontramos excelente la dirección de Rega y todo su trabajo con muchos aciertos como los acentos y signos en situaciones estratégicas para lograr su “comento scenico”, inteligentemente ayudó a la definición de la protagonista, de la “prima donna” con los medios típicos de la ópera y el arte lírico... la música, los trajes, la escenografía fueron acertadas escogencias...el diseño de luces de Carlos Giménez es también excelente, lo que a la música son los silencios, las pausas y las antelaciones, al teatro es la luz. Así a nuestro juicio lo entendió Carlos Giménez en Casta Diva. Todos cuadraron el ritmo de esta novedosa Casta Diva, con la cual se nos llevó hasta la extraña y singular teatralidad que el arte de “la lírica”, es decir, el arte de la ópera conlleva.”
Reyna Rivas. Vuelta de Hoja. “El Nacional” 4/10/84.

“…Esa noche me enfrenté, por fin, con “La Ingianni” luce convincente, cálida, Maravillosa!!! No pude quitarle los ojos de encima.. Las buenas cosas son efímeras. Quisiera preguntarle a Ethel Dahbar si eligió a la Ingianni pensando en La Diva o escribió La Diva pensando en La Ingianni…”
Federico Alvez. Revista “Zeta” No.514/10/84.

“... con el comienzo de la música Alma Ingianni camina hacia el tocador, los presentes no intentan tragar, no intentan moverse un poquitito en las sillas, ella se sienta y da inicio a una actuación tan impresionante que convierte en carne, nervios, músculos y sensaciones las palabras, todas las palabras...parece molerse a sí misma, triturarse, sacarse los sentimientos...”
José Pulido. “El Nacional”. 17 /03/1984 de l984.

“Excelente dirección de R. Rega, y una bella iluminación de Carlos Giménez... trabajo de mimada orfebrería y camafeo, equilibrio, integración, medida, delicadez. Sí, virtuosismo para conocedores, arte “de cámara”, exquisitez.  Alma Ingianni,  con un perfecto dominio técnico, una profunda sabiduría,  un excepcional sentido del matiz, una elegancia escénica de plástica escultórica, es, sencillamente, un regalo del arte, Alma La Primerísima”.
Juan Martínez de la Vega. “Diario de Caracas” 10/84


La Ingianni se desdobla en diferentes mujeres, la servil Nannete, la Diva, Salomé, Norma, Lucia, ...todas las Divas de las grandes óperas ... ella llena el escenario con su fogosa presencia. Su “griffe” actoral la demuestra sobradamente con este texto ideado por el director y escrito para ella por Ethel Dahbar, qué otra gran actriz podría interpretarlo?”
Sonia Murillo Martín.“El Universal” 22/4/1984.

“Lo mejor del Teatro de l984” “El trabajo de Alma Ingianni es una delicada labor que plasma la simultaneidad de personajes presentados por E. Dahbar.  Los cambios, los matices, entonaciones, no se hacen esperar en esta versada y magnífica actriz de excelentes dotes histriónicas, sencillamente es un deleite ver a esta primera figura sobre el escenario por su expresividad, su capacidad de estremecer y su fuerza, atrayendo la atención del público en el difícil ejercicio del espectáculo unipersonal, reafirmando la calidad de su oficio.”
P. García. “El Universal” 2/4/1984.


Alma por Alma”.
©Rubén Rega