Aforismos
¡Qué dulce es la palabra
del amor cuando no
habla!.
No hagas juicio sin miseri-
cordia- ni tengas
misericordia sin juicio.
Agota los recursos de tu in-
teligencia pero no los
de tu corazón
.
Los astros tienen la libertad
de su órbita.
© María Luisa Báez de Patterson
Graffiti 22
Implacable realismo vestido de afecto
en trayecto de la inteligencia a la pasión
pasión inacabada y controversial.
Soy hervidero de reflexión
Exigiendo lo uno y lo otro
en disimulo que apacigua o anula
en extrañeza y lejanía.
Vengo el futuro con esa alianza un tanto má
gica
de admirar el talento ajeno.
El silencio y la nostalgia miden nuestro tiempo
carente de paisaje.
Todo lo que representas no existe.
Esta congoja me ha dolido siempre
como luciérnagas ardientes de la misma geometría
que olfatea mi soledad
en la declinación de los días.
© María Luisa Báez de Patterson
Lisboa
Tienes el alma hidalga y campesina
con el dulce lenguaje de lo ido.
Piedra- desierto- luz y sombra,
Sugiriendo la inmanencia del instante
y sobretodo lo inútil del olvido.
© María Luisa Báez de Patterson
Peka 2
Amé a quién no podía.
Me amaron quienes no debían
Sí. Estoy viva- ¡¡¡ lo sabía!!!
Nada es eterno- ni la soledad.
El amor no hace daño.
Los deseos mueren por tener muchas grietas.
A una siempre lo esperan- en alguna parte.
Un millón de sueños por vivir
Un millón de días para amar.
En mi vida hay mucho- mucho bueno
para dar.
© María Luisa Báez de Patterson
Magia Antigua
Antes del amor todo era distinto
sin soles, ni cumbres ni almenares.
Los relojes marcaban otras horas.
Me dolían bastante mis heridas.
Fue tibieza, fue locura
siempre yo misma.
Busqué el abrigo de tus manos.
Alcé mis ojos y bebí de ese amor.
Y tus días y tu campanario hallóme en desconocida forma.
Los peregrinos sueños que se fueron
y el tormento del Amor siempre a mi lado.
© María Luisa Báez de Patterson
Heliograma 31
El sol casi no llega a la ventana
pero sí a las rendijas de ese cuarto negro.
Rayos que iluminan el alma de nosotros,
y de él se hace la sangre de las razas vivas.
II
Bienamado Sol de cada día, que bajas de las cumbres de
montañas
para acariciar el marfil de los brazos
y dibujar nuevos caminos.
Rayos de Sol de edades muertas
¡Ni tú has sido siempre como ahora!
© María Luisa Báez de Patterson
María Luisa Báez de Patterson
Venezolana, hija de un diplomático venezolana y una dama quiteña. Recorrió mundos desde pequeña. Ha dictado conferencias sobre nutrición, astrología y cosmobiología. “Proyecto la emoción en ejercicio mágico, fluído y cambiante. Trato de abrir varios caminos aunque haya dolor-penas y llanto. Escribo con mente creadora: la magia del sueño que perdura…”