la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


ETIQUETAS

Elis Regina: "Separarme del escenario sería lo mismo que castrar a un semental" "Acho que me separar do palco é a mesma coisa que castrar um garanhão" /entrevista de Clarice Lispector (español-Português), Revista Manchete 1969 / Traducción Viviana Marcela Iriart











Pequeñita, de rasgos delicados, cabello cortado al ras, movimientos libres, gesticulando un poco, con una inteligencia alerta y rápida, con facilidad para expresarse verbalmente,  he aquí Elis Regina, o por lo menos una de ellas.


Clarice Lispector: ¿Por qué cantas, Elis? ¿Sólo porque tienes una voz magnífica? Conozco personas con una gran voz que no cantan ni en el baño.

Elis Regina: No sé, Clarice. Pienso que comencé a cantar por una absoluta y total necesidad de afirmación. Yo me sentía completamente una basura, sabía que tenía una buena voz, y entonces esa fue la manera que encontré de escapar de mi complejo de inferioridad. Fue mi manera de hacerme notar.

¿Qué sientes antes de enfrentarte al público: seguridad o inquietud?

Inquietud. Me siento segura en relación a lo que voy a hacer, pero profundamente inquieta en cuanto a la reacción de las personas que van a escucharme.

Si tú no cantaras, ¿serías una persona triste?

Sería una persona profundamente frustrada y que estaría buscando otra forma de afirmación.

¿Cuál sería esa otra clase de afirmación?

No tengo realmente la menor idea, porque yo me encontré tanto al cantar  que nunca pensé en eso.

Tú tienes un estilo extrovertido. ¿Es natural en ti o te haces a ti misma así para no deprimirte, o sea, dices todo para no quedar muda?

Soy un ser de tipo sanguíneo que oscila mucho. Tengo momentos de extrema alegría y momentos de profunda depresión. No obedezco a una agenda: hoy voy a sentir esto, mañana voy a sentir aquello. Reacciono a los acontecimientos en la medida en que el ambiente reacciona sobre mí. Pero como soy hipersensible, a veces las cosas tienen para mí una importancia que la mayoría de las personas encuentra ridículo. Pero yo soy así. Por ejemplo, a veces estoy furiosa con una persona por un problema que, tal vez, tú resolverías con un simple tirón de orejas. Al mismo tiempo, ahora tomé conciencia de que esa no es una actitud lógica y estoy intentado reestructurarme.

¿Qué es lo que has hecho de positivo en materia de auto-reestructuración?

Estoy haciendo un tratamiento genial que es, dicen, modernísimo: reflexología.

¿En qué consiste?

Parte de los descubrimientos de los reflejos condicionados de Pavlov. Se está tratando en primer lugar  mi taquipsiquia, esto es, mi tendencia a pensar más rápido de lo que yo misma puedo actuar. Por eso,  cuando las cosas llegan a suceder, ya tienen proporciones monstruosas, no en la realidad, pero sí dentro de mi cabeza.

¿Y cómo es que el médico interviene en ese comportamiento?

Primero, mostró que yo tengo esa tendencia y probó que eso era verdad.  Y ahora me está dando herramientas psíquicas para que yo sepa exactamente el momento en que la araña de la taquipsiquia comienza a moverse y cómo debo botarla fuera de la casa.

Tú fuiste considerada mala compañera. Por lo que he leído al respecto, me parece todo lo contrario: eres  buena compañera. ¿Qué es ser  mala compañera?

Bueno, toda mi vida dijeron que fui  mala compañera. Pero cuando yo tuve 40 en el Ibope, tuve un programa de televisión en la mano y las personas pudieron sobresalir. Utilizaron todas las ventajas que la artista Elis Regina podía darles en ese momento. Ninguno de los artistas que hoy me acusan de ser mala compañera dejó de aparecer y usufructuar de mi programa y de mi éxito. Entonces, no sé quién fue y quién es mala compañera. Mala compañera, en mi opinión, es aquella que esconde a sus compañeros. Yo, por el contrario, nunca actué así y fui criticadísima porque en mi programa sucedía de todo, sin que hubiera una organización previa. Si yo fuese la déspota que dicen, en mi programa sólo estaría yo.  Pero sucede lo contrario: cuantas más personas estén agregadas al programa, mejor para mí. Sería más cómodo tener mi propia banda  y no trabajar como trabajé tanto tiempo con gente diferente y de éxito. Que mis compañeros digan que soy una persona de mal genio, lo reconozco.  Pero canalla es quien escupe en el plato que le dio de comer.

Si no estuvieras en el escenario, ¿que harías de tu vida?

No sé. Realmente no tengo la menor idea.

Piensalo ahora, entonces.

Es que el escenario está tan ligado a mi manera de ser, a mi evolución, a mis traumas, que yo pienso que separarme del escenario sería lo mismo que castrar a un semental: él deja de tener motivo para existir.

¿La vida ha sido buena contigo?

Muy buena. Creo que hasta tengo más de lo que merezco tener. Y no estoy haciendo demagogia barata: eso es lo que pienso.

¿Ya estuviste enamorada? Si estuviste, ¿cambiaron tus interpretaciones durante ese periodo?

La persona enamorada se comporta completamente diferente en relación a todo, principalmente siendo sensible como lo soy.

¿Es bueno estar enamorada?

¡Es mucho mejor que no sentir nada!

¿Cómo has recibido los comentarios negativos sobre Elis Regina?

Primero busco saber por qué la persona dijo eso. Después,  analizo si existe algún elemento personal en la crítica. Hago la suma, compruebo que no haya errores y paso todo a limpio, cuando se puede.

Cuando entras a tu casa, con disponibilidad de tiempo, y pones un disco en el tocadiscos, ¿quién canta en ese disco?

Frank Sinatra –responde Elis rápidamente, sin vacilación.

Dicen algunos que tu show es Miéle. ¿Qué piensas de eso?

Este “Show” es un  conjunto de cosas. Tal vez, más que Miéle, el “Show” sea Bôscoli. Esto en relación a la parte detrás de bastidores. Ahora, en el teatro, Miéle es el mayor artista que he visto trabajar en el escenario, además de que todo lo que él hace es absolutamente natural: él es así. Me siento profundamente feliz de haber sabido escoger bien, una vez más, a mi compañero de trabajo. También no se debe olvidar, en las críticas, que yo soy la íntima conocida de todo el mundo y que Miéle es nuevo en el espectáculo. Sé que no soy ninguna novedad.  Pero estoy feliz de que la novedad sea exactamente Miéle, que es mi amigo, mi productor, mi confidente y una de las pocas personas que me devolvió lo poco que le di. 






Estaba más o menos terminada la entrevista, aunque hubiera podido completarse mucho más. Fue lo que sucedió cuando Elis me llevó en su carro y conversó conmigo. Infelizmente no puedo transmitir la conversación, que me mostró una Elis Regina responsable, misteriosa en sus sentimientos, delicada en relación a los sentimientos de los demás.  Una Elis Regina, en fin, que tiene más problemas que ser acusada de mala compañera. Me mostró una Elis Regina que no quiere herir a nadie. Si hay otras Elis, por el momento, no me fueron dadas a conocer. La que conocí tiene una espontaneidad y una simpatía extraordinaria. 


Revista Manchete, 1969

Traducción:   Viviana Marcela Iriart

Elis Regina: web

Clarice Lispector: web

Fuente en portugués:




 


Saudade de Elis (Toquinho)

"Era un sonido que alegraba el corazón.  
Que hacía no dudar de Dios.
Era la voz de una mujer que la canción hizo inmortal. 
Lo más cercano al cristal de la perfección. 
Pero la vida se apresuró y así tan pronto
entonces calló su voz. 
Hoy ella no canta más para nosotros.
No vamos más a vibrar con nuevas emociones. 
Su canto estás sólo en antiguas grabaciones, 
en la radio o en la música de un bar, en un disco,
 en algún lugar, para recordar con felicidad. 
Qué nostalgia, Elis". 









Elis Regina:  "Acho que me separar do palco é a mesma coisa que castrar um garanhão"






Pequenina, de traços delicados, cabelo cortado rente á cabeça, movimentos livres, gesticulando um pouco, com uma inteligência alerta e rápida, facilidade de expressão verbal – eis Elis Regina, pelo menos uma delas.

CLARICE LISPECTOR: Por que você canta, Elis? Só porque tem voz magnífica? Conheço pessoas de ótima voz que não cantam nem no banheiro.

ELIS REGINA: Sei lá, Clarice, acho que comecei a cantar por uma absoluta e total necessidade de afirmação. Eu me achava um lixo completo, sabia que tinha uma voz boa, como sei, e então essa foi a maneira para a qual eu fugi do meu complexo de inferioridade. Foi o modo de me fazer notar

CL: O que é que você sente antes de enfrentar o público: segurança ou inquietação?

ER: Inquietação. Sou segura em relação ao que eu vou fazer, mas profundamente inquieta quanto a reação das pessoas que me ouvirão.

CL: Se você não cantasse, seria uma pessoa triste?

ER: Seria uma pessoa profundamente frustrada e que estaria buscando uma outra forma de afirmação.

CL: Qual seria essa outra afirmação?

ER: Não tenho realmente a menor idéia, porque eu me encontrei tanto nessa de cantar que nunca pensei nisso.

CL: Você tem um tipo extrovertido. É o natural em você ou você se faz assim a si mesma para não se deprimir, ou seja, fala tudo para não ficar muda?

ER: Sou um ser do tipo sanguíneo que oscila muito. Tenho momentos de extrema alegria e momentos de profunda depressão. Não obedeço a uma agenda: hoje vou sentir isso, amanhã vou sentir aquilo. Reajo aos acontecimentos à medida em que o ambiente reage sobre mim. Mas como sou hipersensível, as coisas têm às vezes um valor que a maioria das pessoas acha ridículo. Mas eu sou assim mesmo. Por exemplo, às vezes fico furiosa com uma pessoa cujo problema talvez, você contornasse com um simples puxão de orelha. Ao mesmo tempo, tomei agora consciência de que essa não é uma atitude lógica e estou procurando me reestruturar.

CL: Que é que tem feito de positivo em matéria de auto-reestruturação?

ER: Estou fazendo um tratamento genial que é, dizem moderníssimo – reflexologia.

CL: Em que consiste?

ER: Parte das descobertas dos reflexos condicionados de Pavlov. No meu caso, está sendo atacada de inicio a minha taquipsiquia, isto é, minha tendência de pensar mais rápido do que eu mesma posso agir. Portanto, quando as coisas chegam a acontecer, já tomaram proporções monstruosas, não na realidade, mas dentro de minha cuca.

CL: E como é que o médico intervém nesse sistema?

ER: Primeiro, mostrou que eu tenho essa tendência e provou que isso era verdade. E está agora me dando condições psíquicas para que eu saiba exatamente o momento em que a aranha da taquipsiquia começa a se movimentar, e como devo jogá-la para fora de casa.

CL: Você foi considerada má colega. Pelo que tenho lido a seu respeito, me parece pelo contrário: boa colega. O que é ser má colega?

ER: Bom, toda a minha vida disseram que fui má colega. Mas, enquanto eu dei quarenta no Ibope, tive um programa de televisão na mão e as pessoas puderam se sobressair. Utilizaram-se de todas as vantagens que a artista Elis Regina poderia lhes dar no momento. Nenhum artista dos que hoje me acusam de má colega deixou de comparecer e usufruir de meu programa e meu sucesso. Então, não sei mais quem foi e quem é má colega. Má colega, na minha opinião, é aquela que esconde seus parceiros. Eu, muito pelo contrário, nunca agi assim e fui criticadíssima porque no meu programa acontecia de tudo, sem que tenha havido uma estrutura prévia. Se eu fosse a déspota que dizem, no meu programa só daria eu. Mas acontece o oposto: quanto mais pessoas estiverem agregadas ao processo, melhor para mim. Seria mais cômodo ter minha gangue, e não trabalhar como trabalhei tanto tempo com gente diferente e de sucesso. Que os meus colegas digam que sou uma pessoa geniosa, dou a mão á palmatória. Mas mau caráter é quem cospe no prato em que comeu.

CL: Se você não pisasse no palco, o que faria de sua vida?

ER: Não sei. Realmente não tenho a menor idéia.

CL: Pense agora então.

ER: É que o palco está tão ligado a minha maneira de ser, a minha evolução, aos meus traumas, que eu acho que me separar do palco é a mesma coisa que castrar um garanhão: ele deixa de ter razão de existir.

CL: A vida tem sido boa para você?

ER: Muito boa. Acho até que eu tenho mais do que eu mereço ter. E não estou fazendo demagogia barata: acho isso mesmo.

CL: Você já esteve apaixonada? Se esteve, suas interpretações mudaram nesse período?

ER: A pessoa apaixonada se comporta completamente diferente em relação a tudo, principalmente sendo sensível como eu sou.

CL: É bom estar apaixonada?

ER: Bem melhor do que não sentir nada!

CL: Como é que você tem recebido os comentários negativos sobre Elis Regina?

ER: Procuro antes saber por que a pessoa falou isso. Depois, analiso se existe algum envolvimento pessoal na crítica. Faço a soma, tira a prova dos nove, e passo a limpo, se for o caso.

CL: Quando você entra em casa, com o tempo disponível, e põe um disco na vitrola, quem canta nesse disco?

ER: Frank Sinatra – responde Elis prontamente, sem hesitação.

CL: Dizem alguns que o seu show é o Miéle. Que é que você acha?

ER: Este “Show” é um conjunto de coisas. Talvez, mais do que Miéle, o “Show” seja Bôscoli. Isso no que diz respeito à parte dos bastidores. Agora, no palco, Miéle é o maior artista que já vi trabalhar em cena, além de que tudo o que ele faz é absolutamente natural: ele é assim. Sinto-me profundamente feliz de ter sabido escolher bem, mais uma vez, o meu parceiro de trabalho. Não se deve esquecer também, nas críticas, que eu sou a íntima conhecida de todo o mundo e que o Miéle é que é o novo no espetáculo. Sei que não sou nenhuma novidade. Mas estou feliz que a novidade seja exatamente Miéle, que é meu amigo, meu produtor, meu confidente e uma das poucas pessoas que me restituíram no pouco que lhes dei.




Estava mais ou menos encerrada a entrevista, se bem que esta pudesse se completar muito mais. Foi o que aconteceu quando Elis me deu carona no seu carro e conversou comigo. Infelizmente não posso transmitir a conversa, que me mostrou uma Elis Regina responsável, misteriosa nos seus sentimentos, delicada quanto aos sentimentos dos outros. Uma Elis Regina, enfim, que tem mais problemas do que o de ser acusada de mau coleguismo. Mostrou-me uma Elis Regina que não quer ferir ninguém. Se há outras Elis, no momento, não me foi dado ver. A que eu conheci tem uma espontaneidade e uma simpatia raras.

 


Revista Manchete, 1969
Livro: Entrevistas de Clarice Lispector
Editora Rocco, Río de Janeiro 2007

Fonte:

"Saudade de Elis"  
                Toquinho
"Era um som que alegrava o coração. Que fazia a gente não duvidar de Deus. Era a voz de uma mulher que a canção fez imortal. O mais perto do cristal e da perfeição. Mas a vida se apressou e assim tão cedo então, calou sua voz. Hoje ela não canta mais pra nós. Não vamos mais vibrar com novas emoções. Seu canto só em antigas gravações, num rádio ou no som de um bar, num disco em algum lugar, pra gente lembrar feliz. Que saudade, Elis."
            


Links








Deborah Cywiner, directora y creadora de Eugenia: "La suerte de la Animacion, al contrario del cine, es que teniendo una pieza libre en la casa ya podés empezar a trabajar" / entrevista de viviana marcela iriart, Tel Aviv-City Bell, 8 de mayo de 2013




Eugenia



Deborah Cywiner es la talentosa creadora y directora de “Eugenia”, un corto de animación en plastilina que acaba de terminar y que cuenta la historia, sin palabras, de una joven y solitaria costurera que vive en medio de un bosque, acompañada tan sólo por su muñeca de trapo y los leños que calientan su pequeño hogar. Pero cuando los leños se acaban Eugenia tiene que salir al bosque y ahí.... ahí hay que ver el corto.

Débora nació en Argentina, donde estudió artes plásticas, y desde los 18 años vive en Israel, donde se graduó de Directora de Animación en la “Minshar School of Art" (ex Camera Obscura) en Tel Aviv y fundó, junto con cuatro amigos, Salman Studio. Eugenia es su primer filme.




Deborah Cywiner,



¿Cómo y cuando nació la historia de “Eugenia”?

Empezó hace 5 anos, pero me llevó bastante tiempo entender lo que quería contar, Eugenia empezó siendo una historia totalmente diferente. Hubo un momento que entendí que no estaba yendo en la dirección correcta  y empecé a leer sobre arquetipos; el libro de Clarisa P. Estes, “Mujeres que corren con lobos”, me ayudo muchísimo a entender que temas quería tocar  y en que forma expresarme. Los cuentos populares me fascinan, la forma simple de contar mitos universales. Los cuentos que se pueden leer como cebolla, muchas capas que te llevan a distintos niveles de profundidad en la historia. Desde mi lugar chiquito y de aprendiz intenté  contar Eugenia de esta forma.

¿Es el primer corto que realizas como directora, guionista, diseñadora…? ¡Hiciste de todo! Con mucho talento, además.

(Gracias, me puse colorada) Sí, es el primer corto, cuando empecé con Eugenia estaba en el medio de un proyecto totalmente diferente, una serie para un canal con programación para bebés.

¿Un canal para bebés? Qué interesante. ¿Qué hacías allí?

Es el Babby Channel,  un canal que se trasmite en muchísimos países con programación casi toda realizada en Israel. Yo les vendí  una serie que se llama Nico y Bianca e hicimos 2 temporadas de 10 capítulos cada una. Yo fui la creadora, guionista, directora y directora de arte. Fue realizada en animación 3D, o sea en computadora.

¿Cuánto tiempo te llevó realizar Eugenia?

Cuatro años, mes más, mes  menos.

¿Por qué te llevó tanto tiempo?

El proceso de escribir el guión es largo, ¡y el rodaje más todavía! Eugenia dura  14 minutos, o sea  que tiene algo así  como 10.000 fotos. Y la verdad que soy muy perfeccionista, mas de una vez construía algo, lo tiraba y empezaba todo devuelta, mea culpa.

¿Eugenia es un corto para niñas y niños, para adolescentes, para adultos o para todo el mundo?

Yo creo que es para todos, pero quizás los adultos lo pueden disfrutar más. Pero la verdad es que no sé, porque todavía no se lo he podido mostrar a un público infantil así que no sé cómo lo van a recibir.

¿Con qué técnica trabajaste?

Con la  técnica Stop Motion, mas conocida como  los muñequitos de plastilina. Es  técnica frame by frame. Para armar un segundo de movimiento se tienen que sacar 12 fotos, o 24, depende de los que se esta filmando

¿Dónde aprendiste esta técnica?

Estudié en una escuela de arte, Minshar School of Art" (ex Camera Obscura), en el Departamento de Animación, donde también  teníamos cursos de cine.

¿Cómo financiaste el corto?
Fue autofinanciado, y obviamente también con ayuda familiar. Y esa es una de las razones por la que me llevó tanto tiempo realizarlo, porque tuve que trabajar en otras cosas mientras lo hacía para poder pagar cosas mundanas (comida, alquiler, etc.), y como tampoco podía pagarle a la gente que trabajó conmigo, los tiempos se alargaron muchísimo.

¿Por qué te interesa trabajar con animación  y no con personas?

Yo creo que por dos razones, la primera es por el trabajo plástico, siempre trabajé con las manos  y no podría vivir sin hacer eso. Y la segunda es que no soy demasiada buena en las relaciones humanas, con los muñecos me entiendo mucho mejor.

¿”Eugenia” tiene pensado “dejar de coser” y viajar a algunos festivales de cine?

¡¡¡¡Es el gran sueño de Eugenia!!!! Esperamos recibir muchas postales de Eugenia en los próximos anos de lugares que visitó yendo a los festivales.

Además de los festivales, ¿en qué otros lugares se va a proyectar “Eugenia”?

Por ahora sólo en festivales.  Este es mi primer corto, acabo de terminarlo y la verdad es que
para mí es todo nuevo esto de los festivales, así que estamos aprendiendo de a poco como se mueven estas cosas.

 ¿Es fácil realizar cine en Israel?

No te podría comparar con otros países, por que sólo acá hice cine. Pero no es muy fácil, más siendo nueva en el ambiente, sin contactos, todo es más difícil. Pero la suerte de la Animacion, al contrario del cine, es que teniendo una pieza libre en la casa ya podes empezar a trabajar, sin tener que esperar presupuestos. Volviendo a la pregunta anterior, creo que también es una de las razones por las cuales hago animación, porque es mucho más independiente que el cine.

 La música es espectacular.  ¿Se compuso especialmente para  el corto? ¿Quiénes son sus autores?

La música y sonido la hicieron Angeles Casares y Alejandro Goldberg, dos músicos súper talentosos. El vals de la primera parte ya estaba escrita por Alejandro y cuando empezamos a trabajar me la ofreció, todo el resto está compuesta especialmente para Eugenia.

 ¿Qué proyectos tienes?

Ahora estoy intentando volver a ganarme la vida con la Animación,  cosa que durante todos los años que pasé realizando Eugenia no pude hacer. Y cuando este asuntito esté sobre ruedas, volveremos a hacer otro corto  con la gente de Studio Salman, nuestro pequeño estudio conformado por 5 personas, incluyéndome,  porque hacer cortos  es  nuestra verdadera pasión


¿Cuál es tu mayor sueño como realizadora? ¿Hollywood?

Me conformo con que toda mi vida pueda trabajar en Animación, con la gente con la que disfruto trabajar y poder aprender siempre cosas nuevas. ¿En donde? Eso  me da lo mismo.






Tel Aviv-City Bell
8 de mayo de 2013


 Eugenia

Escrito, Diseñado y Dirigido por:  Deborah Cywiner
Director de Fotografía e Iluminación: Shay Habary
Edición: Jenifer Cywiner
Director Técnico: Ilia Feldshtein
Música y Diseño de Sonido: Angeles Casares y Alejandro Goldberg
Animación: Deborah Cywiner
Edición Musical: Ezequiel Spinelli 
Efectos: Nir Bone
Ayudante de Producción: Alejandra Levy
Una producción de Salman Studio





Deborah Yael Cywiner
Directora de Animación
Nació en  Buenos Aires, Argentina. Vive en Tel Aviv, Israel.
 
Contacto: studiosalman@gmail.com

Experiencia profesional
Creadora, Directora, Guionista, Animadora y Directora de arte de “Eugenia”,
Cortometraje en animacion stop motion (2009-2013)

Profesora de animacion para niños en escuela de verano (Jump Cut school, tel
aviv)

Creadora, animadora y directora de arte de “Nico & Bianca”, serie de animacion
3D para el canal “Baby Channel Internacional".

Asistente en construccion de esculturas para Sigalit Landau, «The Dinning Hall», exhibición en KW Institute For Contemporary Artel,  Berlin  (2007)

Directora de Arte para Alejandra Levy, para su cortometraje “Home” (2007)

Profesora voluntaria para gente de la tercera edad en el canal comunitario de Tel
Aviv (senior citizen film group) (2007)

Asistente de construccion de escenografia para el teatro "Gesher" (bridge)
(2007)

Creadora, Directora, y animadora de 2 videos clips en animacion stop motion
para el canal “Baby Channel International” (2005)

Co Directora, Constructora, Animadora en video clip en animacion stop motion
para Shlomo Mizrahi y Beri Saharob,  24 Music Channel (Israel) (2004)

Directora/actriz en el  cortometraje en animacion “Pixelation” (2004)

Asistente de Director de Arte en "Eretz Perah" (Flower World) largometraje para
niños sobre el reciclaje. (2003)

Estudios
2005-2007 Tercer y cuarto año en la escuela de arte " Minshar School of Art" (ex Camera Obscura). Tel Aviv, Israel

2003-2005 Primer y segundo año en la escuela de arte Camera Obscura, Tel Aviv, Israel

1990 -1995 Estudios de Artes Plásticas en el instituto Larreta, Buenos aires,
Argentina



Un retrato para Hannah (Arendt), entrevista a Margaretha von Trotta por Esther Andradi, Berlín / Página 12, 8 de febrero de 2013


.




UN RETRATO PARA HANNAH 

Desde Berlin

La actriz, guionista y directora Margaretha von Trotta se tomó diez años para pensar y realizar Hannah Arendt, la película que sin eufemismos refiere a una de las pensadoras más revulsivas del siglo XX. Más precisamente, a los años que la ensayista pasó enfrentada a la pobre figura de Adolf Eichmann, el genocida nazi encerrado en una jaula de vidrio mientras era juzgado en Jerusalén por un tribunal y por el mundo entero, allí donde Arendt acuñó la idea de “la banalidad del mal”. Fue una idea arriesgada elegir de una vida que incluye el encierro, la fuga y la migración el tramo más reflexivo a la hora de llevarlo al cine. Pero Von Trotta quería conservar esa distancia, ese antagonismo entre la observadora y el juzgado y lo hace dejando en pantalla al Eichmann documental, comprometiendo a quien mira en esa observación, en ese intento de comprender de Arendt justo en un momento en que Europa –según la realizadora– los pueblos se enfrentan a la necesidad de volver a pensar por sí mismos.


Un colectivo suburbano se acerca hasta el primer plano en la oscuridad de la pantalla. Es de noche. Un hombre desciende, y con una linterna alumbra el sendero al costado de la ruta. Tres segundos más tarde un camión se detiene y el hombre es secuestrado. Gritos, el vehículo acelera, la linterna queda sobre la ruta alumbrando la nada. Así comienza Hannah Arendt, el nuevo film de la cineasta alemana Margarethe von Trotta. Una película sobre la filósofa, la pensadora, la emigrante, la mujer que en 1961 presenció el juicio a Adolf Eichmann en Tel Aviv por encargo del The New Yorker y cuyo pensamiento acerca de la banalidad del mal iba a conmover el mundo. Un film que, más allá de la historia, ostenta una escalofriante actualidad.

El 30 de enero se proyecta Hannah Arendt en la Academia de Bellas Artes de Berlín, en una función especial con presencia de Margarethe von Trotta, su realizadora. Y coincidentemente es el 80º aniversario del día en que Hitler fue ungido canciller alemán: el 30 de enero de 1933. Es sólo una casualidad, explicó Jutta Brückner, también cineasta, y a cargo del Departamento de Film y Arte medial de la Academia. Cuando ingreso a la sala, una de las acomodadoras instruye a su compañera para que se ocupe de que no queden asientos vacíos en el medio de la sala. No hay peligro. Hace ya más de una semana que las entradas están totalmente agotadas. Hace frío en Berlín, aunque para las temperaturas a las que nos tiene acostumbrada la ciudad, se puede decir que es casi primaveral. No obstante, después de dos horas de proyección, comienza a penetrar en el cuerpo el frío de un ambiente donde falla la calefacción. Es lo primero que dirá Von Trotta: “Qué frío que hace acá”. Entonces el público que colma la sala la abraza en un sostenido aplauso.


La lengua

 

En Alemania todos los films se sincronizan. Pero en Hannah Arendt, Von Trotta convenció a la producción para que no se sincronizaran los diálogos en inglés y en hebreo, de esa forma se acentúa el tema de la lengua en exilio. Así esos textos, que no son muchos pero son, están con subtítulos. La lengua no es un tema menor. Hannah Arendt llegó a EE.UU. sin hablar inglés, estuvo tres meses viviendo con una familia para aprenderlo, pero no era una adolescente de quince años sino que tenía más de treinta y, con toda una carrera desarrollada, se vio de pronto otra vez como analfabeta, sin leer ni escribir. Es el drama de los refugiados de hoy y de siempre. No se puede hacer un film sobre la emigración sin tener en cuenta esta situación de exilio del lenguaje, dice Margarethe von Trotta. Thomas Mann hablaba un inglés pésimo. Y la intelectualidad europea de entonces sabía griego y latín y francés también, pero el inglés no estaba extendido como hoy.

La pregunta del idioma es la más importante en la emigración..., ¿también para usted, que fue extranjera en Berlín?

Margarethe von Trotta: Nací en Berlín, pero mi madre era una noble alemana nacida en Rusia, la familia Von Trotta, que tuvo que huir después de la Revolución Rusa. En 1922 perdieron su nacionalidad, no tenían pasaporte. Y sin pasaporte una no existe. Además ella era madre soltera, así que llevo su nombre, Von Trotta. Y aunque nací en Berlín, como mi madre era apátrida, automáticamente también yo lo era. Esto fue así hasta que la Convención de las Naciones Unidas reglamentó un pasaporte apátrida para gente como nosotras. Hasta mi primer matrimonio tuve un pasaporte así, porque intenté obtener la nacionalidad alemana a los dieciocho años, pero tenía que esperar a que ganase mi dinero. Era algo muy molesto, sobre todo en la infancia, cuando a una le preguntan de dónde viene y una dice apátrida, una siempre está marginada. Y encima sin padre..., yo estaba excluida, verdaderamente.

Paradójico que una apátrida se convierta en una directora cinematográfica alemana de culto...

–Es que nací en Berlín, acá fui a la escuela, mi cultura es alemana... pero también viví en Roma y ahora vivo en París. Me volví nómade, ya no estoy pegada a Alemania. Mi madre siempre decía que sólo podía vivir en París, ella adoraba Moscú y Berlín le gustaba, sí, pero aunque ella hubiera podido obtener la nacionalidad, por ser de familia alemana nacida en Moscú, y amaba Rusia y Moscú, Alemania no le gustaba, decía que los alemanes eran mezquinos. Aunque no teníamos ni un peso, éramos pobres como las ratas, ella tenía esa tolerancia y generosidad propia de la gente del Este. Y no sólo era un fastidio tener un pasaporte apátrida, sino que para cualquier viaje se necesitaban visas, hasta para atravesar los países, y esas cosas cuestan para una pobre estudiante como era yo. Iba a la Universidad en París y vivía en Dusseldorf, y una noche en Bélgica me bajaron del tren sólo porque no tenía una visa de tránsito.... aunque no puedo compararme con Hannah Arendt. Yo no tenía motivos políticos.

Hacer un film sobre una filósofa en estos tiempos más que un acto de coraje es una osadía. ¿Podría contarme cómo se originó esta idea?

–Necesité diez años para hacerla, con eso le digo todo. Nadie quería darnos dinero para una idea semejante. Y a decir verdad no fui yo la de la idea sino un amigo, redactor de TV, que durante años me ayudó muchísimo con coproducciones: con Rosa Luxemburgo (1986), con La promesa (1994), y cuando terminamos el último film, La calle de las rosas (2003) (Rosenstrasse, basada en la rebelión de las mujeres judías para salvar a sus hombres en 1943 en Berlín), él me dijo: “Ahora me gustaría que hicieras un film sobre Hannah Arendt”. “¿Te volviste loco? –le dije–. ¿Cómo puedo hacer semejante cosa? Eso supera mis posibilidades...”.

¿Qué relación tenía hasta ese momento con Hannah Arendt? ¿Era una heroína para usted?


–Para filmar La calle de la rosas investigué todo lo posible sobre la historia judía a través de los años, las persecuciones, el Holocausto... Lloré días seguidos... Ahí me encontré con Hannah Arendt y su libro Eichmann en Jerusalén, pero yo la conocía poco. Como toda la izquierda en Alemania no estaba muy entusiasmada con ella, porque ya en los años ’50 Arendt había definido el nacionalsocialismo y el estalinismo como totalitarismos y a nosotros no nos gustaba eso. Eramos la izquierda recién horneada y en el ’68 descubríamos el mundo. Recuerdo un libro grandioso de Mannes Sperber, Como una lágrima en el océano, donde cuenta su dolorosa ruptura con el comunismo, pero tampoco lo leíamos. Recién leí a Sperber con La calle de las rosas, ahí recuperé todo aquello que antes me había negado a leer. Y aunque al principio levanté las manos y dije: no puedo... Pero Rosa Luxemburgo tampoco había sido mi idea original, era para Fassbinder, pero él murió, y entonces el productor me buscó y me dijo que yo debía retomar la idea. Tú eres mujer y... me convenció.

Fue una suerte, ¿no?

–Sí, fue una suerte.

Para usted, y también para el público, porque a través de ese film Von Trotta traspasó las fronteras y se hizo internacional...

–Con Rosa Luxemburgo no tenía un rechazo político. Los del ’68 íbamos a las barricadas con pancartas de Lenin, Ho Chi Min, el Che, Karl Marx..., y de vez en cuando Rosa Luxemburgo...

Pero muy de vez en cuando...

–Sí, muy de vez en cuando... Rosa con ese rostro, esa expresión tan pensativa... y yo me decía, es extraño, pero esta mujer no encaja en este cuadro, con esas líneas tan suaves y tristes a la vez... A mí me interesaba ella, y había pensado que en algún momento iba a hacer una película pero no ahora, cuando recién había hecho cuatro películas... pensaba que tenía que hacer por lo menos diez películas para ser digna de ella, para animarme a acercarme a Rosa. En cambio fue así que tuve que hacerla en ese momento. Y ya que tenía que hacerla, pues entonces me puse a trabajar, hice mis propias investigaciones, escribí mi propio guión. No iba a tomar nada ya hecho, ¡de ninguna manera! Y durante dos años me encerré y trabajé con sus cartas y su vida y su forma de ser. Recién entonces supe lo que quería decir.

Pero como usted bien dice, Hannah Arendt no era Rosa Luxemburgo...


–¡Para nada! Rosa era pura acción, ideal para una película. Sus ideas, la prisión, su lucha, su asesinato... Hannah Arendt, en cambio, era muy diferente. Por eso al principio estaba convencida de que no era posible. Pero después le pregunté a mi amiga, la autora Pam Katz, que vive en Nueva York y que también había trabajado conmigo en el guión de La calle de las rosas, si podía imaginarse un film sobre Arendt. Ella estuvo inmediatamente convencida. Ah, bueno, si a vos te parece, entonces empezamos. Y comencé a leer mucho, pero mucho de Arendt, tomos y tomos de correspondencia, con la escritora Mary McCarthy, con Kurt Blumenfeld, con Karl Jaspers, naturalmente... con Martin Heidegger, por supuesto. Y después encontré a tres personas, que la acompañaron, que la conocieron en su vida cotidiana. Una de ellas, Lotte Köhler, que también aparece en la película y que murió en 2011, antes de que el film viera la luz, es la persona que más la ayudó y la conoció, también Elizabeth Young-Bruehl, su primera biógrafa, y su nieta que aún vive...

Toda una decisión para una película: palabras en vez de acción.

–Primero pensamos en comenzar con un seminario de Heidegger, y filmar la historia de amor de la joven alumna hacia el profesor –Hannah tenía entonces 18 años y Heidegger 35–, y que terminase con la huida de Hannah hacia Francia, su internación en un campo de refugiados... Entonces con seguridad habríamos obtenido rápida financiación. Pero no era lo que a mí me interesaba. Porque no habría podido mostrar el núcleo de su personalidad, ni profundizar en su pensamiento, porque en ese tiempo ella tampoco había escrito mucho. Su trabajo sobre los años oscuros recién pudo emprenderlo en la emigración, a partir de su residencia en Nueva York. Y después surgió la idea de filmar los cuatro años del proceso de Eichmann, que le permiten a Arendt reflexionar sobre la banalidad del mal en ese libro que es crucial para el desarrollo de su pensamiento. Y también es interesante para Alemania. Ya no es sólo la filosofía, sino el sumergirse en la historia alemana. Por supuesto que al principio quería filmar toda su vida, pero muy pronto me di cuenta de que había que concentrarse en un punto. Y para mí, como realizadora, era necesario encontrar una controversia. Porque en el cine, además de pensamientos, que son invisibles, se necesita un adversario. Y Eichmann, en esa cabina de cristal lo era. Cuando el espectador tiene delante a este hombre y después a ella, con sus pensamientos y sus impresiones...

Acá marca usted otro contraste, entre ficción y documentación. ¿Cómo llegó a la conclusión de que debía confrontar también dos formas de lenguaje cinematográfico?


–No podía poner un actor para ese papel, porque si bien un actor podría imitar muy bien a Eichmann, cómo habla, cómo se mueve, cómo se presenta, no tendría el mismo efecto para el espectador. Tengo que introducir el documento. En Israel había visto The spezialist, un documental sobre el proceso a Eichmann Y después, como la Arendt fumaba tanto –y en la sala del juicio estaba prohibido fumar–, supuse que ella tenía que haber pasado la mayor parte del tiempo en la sala de prensa, donde había monitores para seguir el juicio, y al mismo tiempo se podía fumar. Ese recurso me permitía armar un diálogo entre dos formas cinematográficas. Y lo más interesante fue cuando en un festival de cine en Israel se muestra el film, y un sobrino de Hannah Arendt –que yo ni sabía que existía– se acercó después de verlo y comentó como al pasar que ella fumaba mucho más que lo que muestra el film, y que por eso, durante el proceso, ¡se la pasó en la sala de prensa! Fue impresionante, confirmaba lo que habíamos imaginado.

Hannah Arendt dice que ella quiere comprender. Y que escribir forma parte de ese proceso de comprensión...

–...como para mí filmar, claro. Si hay una tesis con la que me identifico con el mismo ímpetu de Hannah Arendt es ésa: no quiero condenar... no quiero juzgar, quiero comprender. Lo que no significa que siempre pueda entender, que llegue a un entendimiento o a un conocimiento, pero lo intento.

¿Y cómo es ese proceso para M. v. T.?


–Escribir por supuesto, primero el libro, después las entrevistas, leer y pensar en torno de una persona; una comienza a ver, a sentir como esa persona. La idea surgió en 2002, y en 2004 ya teníamos la primera versión del guión, y después seguimos trabajando hasta 2011, en que comenzamos a rodar el film. No dependía de nosotros, sino de quienes lo financiaban, que dudaban de que una película de estas características pudiese funcionar. Fue un largo proceso, por suerte teníamos una productora que luchó y convenció como nadie. Hay que decir también que el tiempo nos permitió repensar muchas cosas. Esta es la razón por la que el film aparece recién ahora, lo que es una suerte, porque es como si el momento estuviera maduro para recibirlo. Tengo la impresión de que después de mucho tiempo las personas tienen la profunda necesidad de volver a pensar por sí mismas, fueron engañadas por los bancos, por inversores, por políticos, por la televisión, por esa máquina de estupidizar permanente..., y es como si hubieran despertado de pronto: si no comenzamos a pensar por nosotros mismos es el abismo, la catástrofe.

¿Entonces no era su intención hacer una película sobre el presente?


–No,  para nada. A veces una tiene suerte, es todo. Diez años hablan de cómo el mundo del cine apuesta por una filósofa. Sabía que nadie iba a enloquecer por financiar este film. Pero Lotte (Köhler) me dijo algo que voy a conservar toda mi vida: Cuando no se da lo que deseas, seguro que te espera algo mucho mejor. En este caso, yo quería que las cosas salieran más rápido, que pudiese terminar ese film de una vez. Pero como no sucedió, el film llega ahora, en el momento adecuado.

Hannah Arendt acusa a Heidegger de no llegar más lejos en el pensamiento. El, que le había enseñado a pensar, se había dejado seducir por los verdugos.


–Heidegger fue una personalidad en su tiempo. El tenía toda otra forma de enseñar filosofía, sus clases generaban un atractivo especial para los estudiantes. Si se puede pensar, decía, se puede evitar la catástrofe. Pero él dejó de pensar en el momento que más lo hubiera necesitado. El trío Arendt, Eichmann, Heidegger. La maldad nunca es radical, es extrema, dice Arendt. Sólo lo bueno es radical. Pero Heidegger no leía a su alumna. Elfriede, su mujer, dijo en algún momento que cuando llegaban sus libros, Heidegger los ponía a un costado. Puede ser que haya sido por celos que lo dijo, pero lo cierto es que el maestro no leyó a su alumna. No aprendió de ella. Y sin embargo, ella lo visitaba una vez por año en Alemania, hasta la muerte del filósofo. Cuando le preguntaron por qué, ella dijo: “Hay cosas que son más fuertes que una persona”.

Usted ha retratado mujeres luchadoras en sus films, ¿se siente también una de ellas?

–Sí, soy una luchadora y he luchado mucho. Ahora con los años quizás un poco menos, pero para ser mujer y hacer películas hay que luchar, porque los hombres no le van a regalar ese espacio a las mujeres, no van a dejar el camino libre sin pelear..., de ninguna manera.

¿Qué aprendió usted de los hombres que estuvieron a su lado? ¿De Volker Schlöndorf que fue su marido? ¿De Fassbinder, que fue su amigo y actriz en cuatro de sus películas?


–Aprendí la técnica. Pero en realidad mi amor por el cine, por hacer cine, por ser directora de cine, lo que por aquellos años era tan poco probable, estoy hablando de comienzos de los ’60 en París, cuando yo estudiaba, si tengo que decir que alguien me impresionó, y me introdujo en ese mundo, ése es Bergman.

¿Qué película de Bergman la impresionó más?


El séptimo sello me cambió la vida, la mirada. Fue un shock cultural, porque en Alemania no había nada parecido. El nuevo cine alemán comenzó recién en 1965. Cuando a mis 18 años vi ese film se me abrieron mundos. Siempre me había interesado mucho el arte, intenté pintar, pero no tenía ningún talento, y de pronto aparecía una forma artística que lo contenía todo: pintura, música, poesía... Wagner siempre habló de una obra de arte completa, bueno: ahí está Bergman. Me conmovió tanto que llevé conmigo ese deseo en mi corazón, hasta 1977, en que realicé mi primer film... Necesité mucho tiempo para realizar ese sueño.

¿Fue muy difícil imponerse en ese medio masculino?

–Claro... inconscientemente comencé como actriz, haciendo un rodeo..., pero desde el momento en que comencé a dirigir dejé inmediatamente la actuación, es decir, que para mí fue el camino para llegar adonde yo quería. Y no era una mala actriz, pero yo quería dirigir. Lo mío era la dirección, la escritura del guión, el film de autoría, que va desde la concepción hasta la realización. Y quería plasmar mi conocimiento femenino, mi acercamiento al mundo, todo eso quería expresar y expresarme a través del film.

¿Se puede decir que hay una mirada de mujer en los films?


–Seguro que sí..., comenzando por el hecho de que hago films de mujeres, lo que se me suele reprochar desde el mundo masculino... Cuando era más joven y me preguntaban por qué siempre hacía films sobre mujeres, les respondía: “¿Alguna vez le preguntaron a Wim Wenders por qué hace films sobre hombres? ¿No? Entonces no tienen ningún derecho a preguntarme a mí”.

Por Esther Andradi
 
Fuente: Página 12
Buenos Aires 12 de febrero de 2013




Hannah Arendt (Barbara Sukowa) habla con su mejor amiga, Mary McCarthy (Jannet McTeer). Copyright Veronique Kolber


 Links relacionados
Hannah Arendt: "Eichmann en Jerusalén. Un estudio acerca de la banalidad del mal"
Biografía de Margarethe von Trotta
Entrevista a Margarethe von Trotta  en video (en inglès): Cineeuropa
 

 Hannah Arendt

Premio "Lola" de la Academia de Alemana de Cine, abril 2013:  
Barbara Sukowa, Mejor Actriz
Premio Ciguapa, XV Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo 2013:  Barbara Sukowa, Mejor Actriz
Premio Signis de  Asociación Católica Mundial para la Comunicación,   XV Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo, 2013:  
Hanna Harendt, mejor película.