la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos


Alejandra Pizarnik


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“Londres 38, Londres 2000” de Sonia M. Martin y Carolina Moroder en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, noviembre 2012




El prestigioso libro de investigación realizado por las escritoras chilenas, radicas en Estados Unidos, Sonia M.Martin y Carolina Moroder sobre y con las víctimas de la dictadura de Pinochet, está presente en  la Feria Internacional del Libro de Guadalajara , México, en el stand de Editorial CESOC de Chile, la editorial que lo publicó en 2009.

El libro fue presentado, entre otros lugares, en la Universidad de Stanford  y en la  Universidad Central de Chile  con la participación del juez Juan Guzman y  Gabriela Zuñiga, Vocera de Prensa de la "Agrupacion de Familiares de Detenidos Desaparecidos "de Chile.







"Londres 38, Londres 2000" de Sonia M. Martin y Carolina Moroder/

crítica de la Dra. Susana D. Castillo,

San Diego State University



A fines del siglo pasado se hizo obvio que un genero de escritura hibrido se había venido desarrollando, a lo largo del continente, en forma paralela a las turbulentas luchas por la justicia social. Tomando elementos tanto del periodismo como de la literatura tradicional, estos recuentos oportunos recogían el acontecer vibrante detrás de las versiones oficialistas y agregaban detalles de una intrahistoria ignorada. Testimonios novelados, entrevistas a testigos presenciales, reseñas documentadas se proliferaban en un afan tenaz de difundir la palabra silenciada por la marginación social o por la represión de los gobiernos de turno. 

Baste mencionarse la amplia labor de la escritora mexicana Elena Poniatowska (HASTA NO VERTE JESUS MIO, 1969; LA NOCHE DE TLATELOLCO, 1970; FUERTE ES EL SILENCIO,1980, entre otros) o las biografías develadas en SI ME PERMITEN HABLAR de Domitila de Chungara, en colaboración con Moema Viezzer, 1978 (Bolivia) o en ME LLAMO RIGOBERTA MENCHU Y ASI ME NACIO LA CONCIENCIA, 1983 (Guatemala) para dejar constancia del sitial relevante de esta nueva tendencia que resguardaba vivencias múltiples en su afan de revisar la Historia desde perspectivas inéditas. No es casual por tanto que, cuando los países del Cono Sur sufran la violencia de regimenes militares, sean también las voces testimoniales las que circulen imparables durante los subsiguientes años de zozobra y alienación. 


Emparentado a este genero hibrido testimonial se encuentra LONDRES 38, LONDRES 2000, Editorial Cesoc, Santiago de Chile (2009), impactante y meticuloso trabajo hilvanado con altura y sensibilidad por las periodistas chilenas, expatriadas en California, Sonia M Martin y Carolina Moroder.

El marco referencial del texto -donde el lector se familiariza con vibrantes biografías de ocho jóvenes a través de testimonios vivenciales - abarca desde 1973 hasta 1990, periodo que corresponde a la dictadura de Augusto Pinochet, capitulo devastador considerado por uno de los entrevistados como "mas fuerte que mil terremotos juntos,"(135). El titulo del libro alude, en realidad, a dos puntos geográficos diferentes. Uno, se refiere a la calle Londres, numero 38, de Santiago donde eran conducidos todos los detenidos inicialmente. El otro, Londres 2000, señala el lugar y fecha en que se puso fin a un esfuerzo jurídico por extraditar a Pinochet para ser juzgado por genocidio en España. En enero del 2000 el ministro británico Jack Straw anuncio que un reporte medico impedía tal proceso. "A esos dos Londres los une el puente de una injusticia que ha prevalecido en Chile, " afirman las escritoras.

Es de anotar que esta presentación de biografías-testimonios es un aporte significativo por la metodología rigurosa de su investigación histórica pero es igualmente impactante y conmovedor por la manera como se da, por lo que no se dice, por lo que se lee entrelineas. Esto es, por la forma de presentar ante el lector la memoria rescatada sin descartar aspectos emotivos y sicológicos. Es precisamente en este hallazgo de estrategia formal donde las profesoras Moroder y Martin realizan su mas genuina contribución al genero testimonial. De su mano, el lector vislumbrara - en la intimidad de hogares rotos- a seres desarraigados, escindidos por exilios internos o externos, aferrados aun a la esperanza de hallar un rastro que aplaque las tres décadas de dolorosa vigilia. “Bien expresa una de las entrevistadas que en los hogares de los detenidos desaparecidos hay "un cierto nivel de insanidad."(166) Precisamente, por esa inconclusa espera solo al cabo de veinte años la madre de Jacqueline deshace la maleta de efectos personales que se había apresurado a arreglarle la noche misma de su detención; por eso también ella se abraza a una sabana sanguinolenta que se había encontrado sobre la cama de la joven embarazada el día de la desaparición, y por el mismo motivo, la tía mas cercana de "El Conejito Rubio", consciente de que la madre de este había muerto en la espera, besa un cráneo perforado por las balas - dos décadas mas tarde- entre los restos exhumados de una fosa colectiva.

De crucial importancia en esta investigación es el papel de las entrevistadoras quienes, con su actitud de solidaria empatía, logran realizar su delicada labor. Con calidez y respeto, ellas se acercaran a los familiares de las victimas para escuchar su intima versión. Es a través del fluir de estas voces como los lectores recorrerán la alegre trayectoria de ocho niños en su actitud de asombro abierto ante la vida. Asi, se compartirán sus risas, aventuras y cantares como las imágenes de un video casero proyectado durante una reunión familiar. Es, asimismo, a través de estas voces grabadas como se conocerá otra etapa posterior, de gran vitalidad y serios interrogantes, de los ya adolescentes que cuestionaran las arbitrariedades del entorno social. Se advierte en la trayectoria de todos ellos un denominador común: "la rebeldía de pensamiento" ante la injusticia. Demasiado pronto se esfuman en el texto las paginas llenas de resplandor de vida...Las palabras ahogadas de sus familiares y amigos, testigos vivenciales de los ultimos dias, se apagan truncas, inconclusas al final de las grabaciones.

Bien apunta Fernando Kusnetzoff, en el lucido Prologo, que "el método empleado, combinando esas entrevistas con documentacion oficial de cada caso, nos causa un profundo impacto..." (15). En efecto, las secciones tituladas "Situación represiva" - donde se reproducen fichas recogidas por la Agrupación de Familiares de los Detenidos Desaparecidos - sorprende al lector por su tono objetivo y despersonalizado. El distanciamiento emocional logrado con este abrupto contraste, como en las escenas de teatro brechtiano, es aquí un acertado recurso para llegar al intelecto del lector provocando con ello un esclarecimiento de las situaciones expuestas. Vale indicarse que en estos expedientes de la AFDD también se enumeran las diligencias laberínticas, peticiones fallidas, visitas y entrevistas a organizaciones oficiales y/o policiales por parte de los familiares quienes tropezaron invariablemente con la evasión e inacción de las autoridades a cargo. Este ciclo agobiante lo describe gráficamente una de las entrevistadas, "Era como cargar con un animal en los hombros...como un monstruo que yo llevaba en la espalda."(57)

El doble enfoque con que se exponen estas ocho biografías va a enriquecerse con selecciones de poemarios (EL OLVIDO ESTA LLENO DE MEMORIA de Mario Benedetti y CONVOCATORIA de Hernan Montealegre) asi como con citas oportunas y reflexiones incisivas de diversa procedencia conformando un texto polifónico con el que se logra transmitir al lector una experiencia por demás compleja: "Los valores que se perdieron, la democracia que se esfumo de un día al otro, el desprecio por la vida humana, el exilio, los campos de concentración, la tortura, la represión dentro y fuera del país y nuestra profunda división que aun persiste."(190)

Es de esperar que el lanzamiento de LONDRES 38, LONDRES 2000 - programado en la Sala Magna de la Universidad Central de Chile para el mes de agosto del año en curso - de comienzo a una amplia divulgación de este libro-testimonio surgido como tributo "a todos esos luchadores, cuya rebeldía de pensamiento dejo una semilla que debemos alimentar por siempre."(11) 



San Diego State University
San Diego, California
Julio 2009




TORONTO OTRA VEZ por Luis Sedgwick Báez, Caracas octubre 2012











Llegar al Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) es asumir el consabido rol habitual: confrontar el catálogo (este año de 456 páginas), comprobar que 3 o 4 filmes que uno quiere ver colindan con el horario; luego el dilema de la escogencia y la frustración posterior de no poder ver todo lo que ofrecen. Aparte de estos bemoles, el paisaje arquitectónico del downtown Toronto ha cambiado, vemos nuevos condominios por doquier, espacios de incipiente construcción  añadido  al bululú  que insufla el Festival con “F” mayúscula. He visto 46 films, 2 o 3 extraordinarios y una selección que no deja de asombrar.  Sólo reseñaré algunos muy buenos y otros en escala menor. En la bolsa que nos entregan cuando retiramos el carnet que nos acredita   encontré,  además  de la parafernalia acorde al material informativo y de publicidad, un paquete de cotufas, un recipiente de plástico para la microonda y dos condones.

“Amor” (Austria) fue uno de esos filmes extraordinarios y la segunda Palma de Oro para Michael Hanecke. Contó con dos actuaciones para el recuerdo (Jean Louis Trintignant y Emannuelle Riva) hablando un francés con una dicción impecable, que conviven afrontando su mortalidad. Ella, luego de sufrir un ACV y paralizada de medio cuerpo recibe la atención de su esposo y dentro de esa cotidianeidad Hanecke la subraya con naturalidad y  apoyado por un guión compasivo y sin pizca de sentimentalismo. Nanni Moretti, presidente el Jurado en Cannes se molestó (y con razón) cuando el jurado quiso otorgar a Trintignant y a Riva  los premios a la mejor actuación pero los estatutos de Cannes (como los de Venecia) impiden otorgar el monopolio de los principales premios a un mismo filme. Una postura absurda pues si se lo merecen, por qué no?!!!

El tema de la eutanasia tratado en ”Amor” también es recurrente en “Bella adormentata”(Italia) de Marco Bellochio basado en el caso “Eluana” que devino en un tema de debate nacional cuando la joven en cuestión, después de un accidente , vivió 17 años en coma mientras sus padres, a través de litigios, pedían retirarle los tubos vitales. El filme, se desarrolla con  3 historias paralelas, y Bellochio, siempre polémico,  increpa contra la sociedad, contra la política ( y los políticos), en un filme a ratos discursivo pero bien actuado.

Matteo Garrone obtuvo su segundo gran Premio del Jurado en Cannes con “Reality” (Italia), (su anterior fue “Gomorra””) posee un talento perceptivo en captar el tumulto familiar napolitano ( los gritos, los gestos operáticos, el drama, la comedia) pero no me convenció la transición del personaje (Aniello Arena, estupendo) que quiere participar como dé lugar en un reality show y es rechazado pero sigue soñando hasta perder el sentido común. Como dato anecdótico, Arena cumple condena de 20 años en una prisión italiana por un doble asesinato.

No cabía un alma cuando entré a la sala para ver “Piedad” (Corea del Sur) de Kim Ki Duk, un film prolijamente facturado, sangriento y  visceralmente  morboso  : la historia de una venganza, de una madre hacia un prestamista,  que convierte en inválidos a los que no cumplen con la deuda. “Más allá de las colinas” (Rumania) de Cristian Mungiu  ( el mismo de “4 meses, 3 semanas, 2 días”) fue otro de esos filmes extraordinarios del TIFF. La historia apunta hacia dos jóvenes huérfanas que años atrás tuvieron una relación lésbica en un reformatorio,  la una ingresó a un monasterio cristiano ortodoxo bajo la batuta de un “papa”, autoritario e inflexible en la ideología religiosa. La otra se mudó a Alemania y regresa  para llevarla y sacarla del monasterio con facilidades primitivas, sin luz y aislados. Un tanto larga pero un triunfo de dirección, actuación y de profundidad en los planteamientos.

Con una ausencia de 9 años y confinado a una silla de ruedas ( razón por la cual no pudo asistir al TIFF), Bernardo Bertolucci compensó su incapacidad física con una vitalidad pletórica de juventud, audacia y al son de los tiempos, “Yo y tú” ( Italia) posee el desenfreno de sus primeros filmes ( “Antes de la revolución “, “ La estrategia de la araña”) con un guión que “cliquea” con los jóvenes, el acercamiento entre dos medios hermanos, ella una heroinómana empedernida, pero lúcida consigo misma y con la otredad y él, un adolescente solitario, experto en insectos.

Ese día, al salir de la sala me entero que “Piedad” de Kim Ki Duk acababa de ganar el León de Oro en Venecia. Un sentimiento de frustración me invadió pues jamás pensé que ganaría. Después un colega me señaló que se lo iban a dar a “El maestro” (EEUU) de P.A. Anderson pero que los miembros del jurado llegaron a un “entente” pues los reglamentos del Festival, como en Cannes, impiden dar los premios importantes a un solo film. Phylip Seymour Hoffman y Joseph Phoenix  recibieron ex aequo los premios como mejor actor. El TIFF no es competitivo, se otorga el premio del público. Siempre he sostenido, contra la gran mayoría, que la competividad saca lo peor de las personas, a nivel humano y del sentimiento.

Después de tanto elogio de la crítica precedente esperaba más del filme de Anderson. Controversial por recrear la vida del fundador de una secta ( algunos dicen que se refiere a Ron Hubbard, fundador de la “Cientología”, aunque en el film no se menciona este nombre sino otro; qué pensarán los seguidores de este movimiento por cuyo edificio pasaba yo dos veces por día  camino al hotel, a veces a medianoche con las luces siempre prendidas?) Seymour Hoffman asume su papel con la autoridad de un creyente a ciegas frente a sus seguidores y Phoenix de igual proporción en el renglón actoral es su protegido, un borracho y un pendenciero. El final y lo lamento es anti climático pero representa uno de los filmes estrella de este año.

Manuel de Oliveira cumple 104 años en diciembre. He tratado de seguir su trayectoria. En la Cinemateca francesa le rindieron una retrospectiva hace muy poco. Recuerdo con fruición cuando conversamos largamente en Montreal en un encuentro casual ( causal?) alejados del maremágnum de la prensa. Aún guardo su carta escrita por su puño y letra. Una colega alemana, sentada al lado mío en la sala me comentó “ que es un milagro que siga dirigiendo”. “Gebo y la sombra” (Portugal) semeja un teatro filmado ( como en el filme del nonagenario  Alain Resnais “ Aún no has visto nada todavía”, que lo vi posteriormente en la mítica sala Pagode en París), la cámara fija, los personajes ( un  padre, una madre, una esposa y algunos amigos) apenas se mueven, los planos son estáticos. Discuten la desaparición de su hijo: un ladrón. Con Michel Lonsdale, Claudia Cardinale y Jeanne Moreau, entre otros. “Todos cometemos crímenes, por lo menos en nuestras mentes”, dice el patriarca.

“Un affair real” ( Dinamarca) de Nicolaj Arcel, un filme de época sobre la familia real danesa a fines del siglo XVIII, narrado con soltura, una historia que cautiva ( un rey medio bobo, una reina inglesa que se enamora de un doctor alemán que trae a la corte las ideas liberales del siglo de las luces), estupendamente ambientada, recibió sendos aplausos (algo no muy común en el TIFF) cuando se prendieron las luces.

A pesar que el espectador sentado al lado mío gritó “Boo, boo” al filme “Pasión” (EEUU) de Brian de Palma, no comparto su criterio. Estamos ante un thriller erótico, con toques hitchkockianos, una puesta en escena elegante y estilizada, creo que tendrá éxito de taquilla. Naomi Rapace y Rachel McAdams son las competidoras profesionales en el ámbito de la publicidad y actúan con convicción. El filme es un “remake” de “Crimen de amor” de Alain Corneau.

Se me había pasado por alto que el domingo, en Toronto, el metro abre a las 9 a.m. ( ni que fuera un pueblo!!!). Mi función era a las 8.30 am. No iba a pagar 25 dólares por un taxi. Llegué a tiempo, a pesar que mi hotel se ubica “uptown”  no podía perderme “La última cena” (China) de Lu Chuan (aquél del admirable “Ciudad de vida y muerte”) sobre la rivalidad entre dos generales durante el colapso de la dinastía Qin, en el siglo III A.C. y el comienzo de la dinastía Han. Un estudio y una meditación sobre el poder, la intriga y cómo la historia es tergiversada a través del tiempo.

“Paraíso: amor” (Austria) de Ulrich Seidel es la primera parte de una trilogía y aquí vemos al turismo utilizado como un culto a eros: vemos cómo mujeres viajan a Kenia para desahogarse sexualmente. Hace tiempo que no me reía tanto pero después de la mitad de la historia el humor se diluye, se vuelve repetitivo con escenas altamente explícitas. La óptica de Seidel es de crítica y de sátira mordaz que se ha convertido en su caballito de batalla como lo vimos en “Días de perro” del 2001.

Michael Shannon está magnífico  como el sicópata en “El hombre de hielo” (EEUU) de Ariel Vromen llevando una vida apacible como un padre  de familia y como un asesino a sueldo. Winona Ryder, irreconocible por su delgadez , es la esposa sumisa que oculta todo, también sobresaliente. Basado en un caso real.




Después de ver “Hannah Arendt” (Alemania) de Margarethe von Trota sobre la gran intelectual, entendí mejor el término  “la banalidad del mal” que ella acuñó en un libro cuando fue enviada a Israel a cubrir el juicio a Adolf Eichmann que le acarreó la enemistad de muchos amigos y colegas. Arendt sostenía que Eichmann era un burócrata, torpe, que seguía órdenes, sin capacidad de raciocinio, que no tenía consciencia del mal y personajes  como él eran capaces de las peores brutalidades por no saber razonar. El filme sigue los pasos de Arendt (Bárbara Sukowa)  durante su estancia en los EEUU.

3 horas de duración, 6 historias paralelas que se entremezclan pasado y futuro, muchas de las escenas uno no sabe lo que está pasando, “Cloud Atlas” (Alemania) de los hermanos Wachowski ( “Matrix”) y Tom Tykwer ( “Corre Lola, corre”) es una experiencia cinematográfica in situ en el asiento, pero al abandonar la sala la historia se evapora. Mientras escribo estas líneas he olvidado el filme. Sólo recuerdo el birlibirloque técnico, la maestría visual y que trata sobre la interconectividad entre las personas a través del tiempo. Leí el libro hace algún tiempo y no sé si deba releerlo . Jamás imaginé que podría ser trasladado a las imágenes en movimiento, de cualquier forma el trío de directores merece mi respeto por su audacia y coraje.

El árbol de la vida” de Terence Malik fue el mejor filme de 2011. Su subsiguiente “ State of wonder” (EEUU) resultó una decepción. Una pena crasa. Altamente anticipado fue marginado por los críticos cuando fue presentado en Venecia a pesar de contar con una admirable factura técnica. Los personajes que meditan introspectivamente sobre el amor y lo que este sentimiento conlleva se nos aparecen como flotando en una atmósfera  sin consistencia dramática. El diálogo es parco y conciso y dicho a sotto voce. Ben Affleck deambula de un lado a otro y Javier Bardem, como el sacerdote del pueblo se lamenta ( en castellano) de su rollo existencial.

Uno de los filmes más inteligentes del TIFF en el sentido de azuzar los mecanismos del cerebro para descubrir ( o disentir) temas que atañen a la filosofía y que nos afectan desde hace siglos es “El barco de Teseus” (India) de Anand Gandhi. Aquí se relaciona con el karma, el dharma, la reencarnación y el nirvana. El filme parte de la premisa que si cada pieza de un barco es reemplazada, sigue siendo el mismo barco? Seguimos las peripecias de tres personajes ( un monje que defiende los derechos de los animales, una directora de cine egipcio que ha perdido la vista pero que está por recuperarla después de una operación y un corredor de bolsa que recibió un transplante de riñón que le fue robado a un hombre humilde) con un mismo hilo conductor que los une al final. Los personajes afloran pletóricos de energía y la ciudad de Mumbai, caótica y deslumbrante, como telón de fondo. (Cada año el TIFF dedica una sección a las ciudades, el año pasado fue Buenos Aires y ahora el honor le recayó a Mumbai ( el antiguo Bombay).

Estupendamente editada y basada en unos escritos (diarios, cartas encontradas hace poco en una maleta) “Love, Marilyn” (EEUU) de Liz Garbus nos revela a una actriz  lúcida y alerta, un producto de los medios que, en retrospectiva, se ha convertido en un ícono de la tragedia griega. Con imágenes  ( fotos, escenas de filmes nunca antes vistas), entrevistas de personas que la conocieron, esa rara presencia de Marilyn Monroe que para emplear un  vocablo de Boris Izaguirre, “eclipsaba” a todos a su alrededor. Este eclipse uno lo capta en el documental.

Para celebrar los 25 años del álbum “Bad” de Michael Jackson, Spike Lee nos trajo el documental “Bad 25” (EEUU) con entrevistas, videos y todo el aparataje detrás de las bambalinas para su preparación que culminó con el tour que comenzó en el estadio de Wembley. Allí vemos a un Jackson, que con su voz atiplada, era un consumado profesional, exigente, meticuloso y un gran artista.

Claude Miller falleció este año. “Terese Desqueyroux” (Francia) basado en la novela de Francois Mauriac fue su testamento fílmico. El personaje en cuestión viene a integrar el panteón literario de mujeres conflictivas: (Anna Karenina, Madame Bovary) incapaces de amar a sus conyugues ( por diversas razones) y aquí Audrey Tautou, quién la interpreta, la vemos como un ser carente de todo afecto ( hacia su esposo, hija, amiga)  Sus argumentos del por qué  quiso envenenar a su esposo no me convencieron, en fin…. Esto no altera la calidad del filme un tanto convencional en su envoltura.


Caracas, octubre 2012


Literatura y conflicto por Tamara Rajczyk







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Desde el renacimiento de la lengua hebrea, la moderna literatura ha abordado en su prosa y en su poesía el tema del conflicto. En las más diversas obras aparece el árabe: a veces como vecino amigable, otras como enemigo, pero siempre como un ser presente en la vida del judío que habita Israel.

En el cuento “El enemigo que se volvió amigo” (1941), Shmuel Iosef Agnón[1] escribe una alegoría sobre la relación que el judío que quiere asentarse en Eretz Israel establece con el entorno, en este caso en Talpiot, Jerusalem: el árabe, personificado en el viento, rechaza al recién llegado, quien se empecina en volver una y otra vez, mejor preparado y con más herramientas para afrontar el desafío de construir su casa en esa tierra. Finalmente, logra poner en pie su hogar, plantar un hermoso jardín y convivir pacíficamente con quienes lo rodean. El relato finaliza así: A partir de entonces perdió el viento su audacia y cuando viene, lo hace con consideración. Puesto que se conduce respetuosamente conmigo, también yo lo trato con respeto. Cuando me visita, salgo a su encuentro y le ruego se siente a mi lado entre los árboles. (…) Cuando se marcha lo invito a que vuelva, como se hace con un buen vecino. Que en verdad, somos buenos vecinos y yo lo estimo cordialmente. Puede, incluso, que también él me estime.

Hasta la creación del Estado de Israel en 1948, varios autores se enmarcaron en esta misma actitud romántica que soñaba con una convivencia pacífica. Tal es el caso del relato “Amores secretos”, de Yehuda Burla[2], en el que árabes y judíos tienen una relación cotidiana, aspiran a una integración y hasta establecen lazos amorosos. ¿Acaso podré ser tuya siendo tú judío y yo musulmana?... Iré contigo y me judaizaré, dice Jamda, la protagonista.

La Guerra de la Independencia pone fin a esta visión idílica y ya en 1949 el escritor S. Yizhar[3] publica Jirbet Jizah, tres relatos largos en el que está incluido “El prisionero”. Este cuento narra el destino de un pastor árabe que es tomado prisionero por un grupo de soldados israelíes y está focalizado en los cuestionamientos que se hacen los soldados, en relación al pastor y a sí mismos. Dice uno de los personajes: ¡Pega! Si el hombre miente, pega. Si dice la verdad, ¡no le creas!, pega para que no mienta después. Pega por si hay más verdades distintas. Pega, porque está a tus pies…El árabe deja ya de ser el buen vecino y se convierte en enemigo, en una pesadilla.

Siguiendo esta misma línea, S. Yizhar escribe en 1959 la monumental novela Los días de Tziklag, cuya trama se desarrolla en torno a los dilemas éticos y morales que se plantea un grupo de soldados aislados durante una semana en el desierto del Neguev. Por un lado, el árabe se presenta como una amenaza, por el otro, el judío contempla su lucha, y hasta lo comprende. Los personajes de Yizhar son jóvenes que no pueden curarse del trauma de la guerra y no ven otra salida. Dice uno de los soldados: Pertenezco a la generación que no tiene la alternativa de vivir al margen de la guerra… y así estoy aquí, odiando todo esto, odiando que esto ocurra (…) Lo sé, qué bien lo sé, que por más que le demos vueltas al asunto, no hay otra salida, todas las puertas están cerradas y solo el “hombre-puño” y cabeza de rinoceronte le dará la vida a otros, bendecirá a Dios y cantará su obra.

Es interesante señalar que cuando Yizhar publicó Jirbet Jizah, el libro tuvo una recepción dual: por un lado, fue recibido con entusiasmo por quienes resaltaron la honestidad y valentía del autor para instalar la autocrítica y señalar cuestiones que debían ser revisadas, como el tema de los refugiados palestinos, que es abordado en uno de los cuentos. Por el otro, hubo quienes opinaron que esa postura podía dañar la moral de los combatientes. Recordemos que el libro apareció solo unos meses después de la finalización de la Guerra de la Independencia, en la que el autor participó.  En 1978 se filmó la película basada en este libro, que fue muy criticada por quienes creían que dañaba la imagen de Israel en el exterior. ¿Qué cambios introdujo el transcurso del tiempo en la memoria colectiva israelí? En los años cincuenta el tema de los expulsados durante la Guerra de la Independencia generó un sentimiento de autoculpa en el seno de la sociedad israelí, pero quedó en un debate íntimo. En los años setenta, ya instalado como una cuestión política, es un recuerdo que molesta y que influye en el presente.

Durante más de treinta años S. Yizhar no publicó narrativa, sino que se dedicó a la enseñanza y a los ensayos académicos. Pero en los noventa, aparecieron varios libros, entre los que es relevante destacar el relato “Independencia `48-`92”. Fiel a los cuestionamientos que había planteado en “El prisionero”, narra la llegada de un grupo de soldados a una aldea árabe el 14 de mayo de 1948. El narrador describe la caravana de refugiados que escapa de la aldea, abandonando sus pertenencias y se pregunta: ¿Qué pasará de aquí en más sobre esta colina que hasta el día de hoy era casas y gente viva? ¿Quién sabe? ¿Quién podía saber? ¿Quién podía suponer? (…) ¿Quién podía saber que esta pregunta a la que no le dedicamos atención o no nos atrevimos  a preguntar entonces se transformaría en la cuestión decisiva sobre la que todo el mundo espera nuestra respuesta: qué hacemos con toda esta gente? No se borraron en la oscuridad de la noche. No desaparecieron en el extremo del camino. La expulsión no los borró. La expulsión no soluciona nada. Ellos y nosotros estamos aquí, los expulsados y los expulsadores, y no tenemos sobre nosotros otra pregunta, desde la creación del Estado. ¿Qué respondemos? Coherente consigo mismo, hasta el final de sus días Yizhar se enfrentó al consenso y no dejó de cuestionar los temas que le preocuparon siempre sobre árabes y judíos, desde su mirada humanista.

Actualmente, en un escenario literario más abierto, escritores jóvenes abordan estos temas desde diferentes ángulos. Etgar Keret[4] relata en su cuento “Patrulla motorizada” (1992) una situación fantasiosa: soldados árabes ocupan una ciudad muy parecida a Gaza, habitada por israelíes y son víctimas de las piedras que les arrojan niños judíos desde los tejados. Keret pone en boca de sus personajes los cuestionamientos morales acerca de la ocupación, de la misma manera que Yizhar hizo tantos años atrás en sus obras. Los soldados árabes descubren que los israelíes habían colgado una bandera en un poste de luz y así lo relata el narrador:

Detuvimos el jeep y Jalil obligó a un anciano a traer una escalera y a encaramarse para bajar el pedazo de tela de un blanco-celeste anémico. El anciano empezó a subir, temblando de miedo y ancianidad (…) El pobre temía caerse. Yo también. ¿Acaso no tiene la nación palestina suficientes enemigos, que debe luchar contra viejos temblorosos y trapos de colores?

Esta escena, en la que Keret invierte los personajes, fue relatada más de una vez por soldados israelíes que la sirvieron en los territorios.

Desde un ángulo totalmente diferente, Eshkol Nevó[5] aborda la misma temática en su novela Cuatro casas y una nostalgia (2004). La historia se desarrolla en una zona cercana a Jerusalem llamada Castel,  que en el pasado había sido un campamento para inmigrantes judíos de Kurdistán y anteriormente una aldea árabe, abandonada por sus habitantes en 1948. Uno de los albañiles árabes, que trabaja en una refacción, reconoce la casa de sus antepasados. El personaje árabe afirma: Es la casa, estoy seguro. ¿O no? Hace ya dos semanas, desde que empezamos la ampliación en lo de Madmuni, miro la casa desde el otro lado de la calle, observo mucho. Desde la mañana miro y en los descansos y también al final del día, cuando nos sentamos en la vereda y esperamos que Rami, el contratista, nos lleve de regreso a la aldea. La parte inferior de la casa es nueva, como si hubiese sido refaccionada (…) Si fuese solo por esa parte, no hubiese pensado nada. Pero arriba, el segundo piso, de donde sale a veces la pareja de ancianos, es una construcción de antes, piedra sobre piedra, como construían en la aldea. (…) Y hay un pequeño arco en la ventana, exacto como el arco que había en la ventana de la habitación de mis padres. (…) Quisiera decirle a mi madre que vi la casa con mis propios ojos. Pero sé que ella se enferma cada vez que alguien recuerda el tema. Ya pasaron cuarenta años, pero la humillación aún está húmeda en su corazón como la tierra después de la lluvia.

También en las obras de otros autores el árabe desempeña un rol en la vida de los diferentes personajes: a veces como amenaza, otras como vecino cercano, pero siempre como un otro presente. La narrativa israelí se hace cargo de su realidad: Israel es un Estado en el que árabes y judíos conviven de diferentes maneras y los escritores que viven en ese contexto no miran para otro lado. Desde los años previos a la creación del Estado y con diferentes estilos e ideologías, permiten que la realidad sea parte de las ficciones que crean y así hacen su aporte a la comprensión de la misma. 


Julio de 2007.








[1] Galitzia, 1887, Jerusalem, 1970. Premio Nobel de Literatura 1966.
[2] Jerusalem, 1886-1969.
[3] Rejovot, 1916-2006.
[4] Ramat Gan, 1967.
[5] Jerusalem, 1971.

Israel bajo misiles: Mi país está bajo ataque. ¿Te importa? - My Country is Under Attack. Do You Care?/ Arsen Ostrovsky, Huffington Post, 24 de octubre de 2012






Estoy enojado.

Verás, mientras la mayoría de los americanos estaban levantándose esta mañana, y quienes están en Europa y en otros lugares del mundo estaban ocupados en sus rutinas diarias, aquí en Israel más de un millón de personas corrían hacia refugios por los misiles que estaban siendo disparados por los terroristas palestinos desde Gaza. La semana pasada, en un lapso de 24 horas, fueron disparados 80 misiles hacia el sur de Israel. Eso es más de tres misiles por hora. Para cuando termine de escribir este artículo, lo más probable es que el número haya aumentado en 5 misiles.

Sólo para poner las cosas en contexto: un millón de israelíes equivale aproximadamente al 13 por ciento de la población. El 13 por ciento de la población de Estados Unidos sería algo así como 40 millones de personas.

Ya han sido heridos una docena de israelíes, muchos de ellos severamente. La única razón por la que no ha habido más heridos es porque Israel ha invertido millones de dólares en refugios antimisiles y en el sistema de defensa Kipat Barzel; esto mientras Hamás ha invertido millones de dólares de ayuda internacional en más misiles.

Pero la razón por la que estoy enojado es la siguiente.

Estoy enojado porque, en el año 2012, más de 600 misiles ya han sido disparados desde Gaza, y no parece que vayan a detenerse en el futuro cercano. Estoy enojado porque el mundo sólo advierte cuando Israel ejerce su derecho (soberano) para defender a sus ciudadanos. ¿Puedes imaginar lo que pasaría si incluso un solo misil fuese disparado contra Washington, Londres, Paris o Moscú? Ninguna nación de la tierra puede, ni debe, tolerar tales ataques en contra de su gente.

Estoy enojado porque si bien las Naciones Unidas nunca dudan en llamar a una "sesión especial de emergencia" por la "Causa Palestina" o pasar ciegamente la enésima resolución condenando a Israel, yo todavía estoy esperando una sesión sobre la "Causa Israelí" y el terrorismo palestino. De hecho, 24 horas después del comienzo de los ataques con misiles, todavía estoy esperando al menos una condena monosilábica del Consejo de Seguridad de la ONU, su Asamblea General o Navi Pillay, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

Estoy enojado porque Ban Ki-Moon, el Secretario General de la ONU, no puede encontrar un momento para condenar los misiles palestinos, pero encuentra tiempo para reír y bailar con el rapero surcoreano Psy, conocido por su famoso single Gangnam Style.

Estoy enojado porque mientras que la jefa de política internacional de la UE, Catherine Ashton, censuró a Israel la semana pasada por la construcción de unos cuantos cientos de departamentos (en un área que igualmente seguirá siendo parte de Israel), sigo esperando que censure a los palestinos por disparar 80 misiles en un día.

Estoy enojado porque hay gente que sigue pidiendo un boicot, desinversión y sanciones en contra del estado judío, pero es silente frente al terror palestino.

Estoy enojado porque siguen siendo enviados barcos y flotillas a Gaza para mostrar 'solidaridad' con los palestinos, ¿pero en dónde está la solidaridad con la gente del sur de Israel?

Estoy enojado porque mientras que las organizaciones de derechos humanos como Amnistía, Human Rights Watch, Oxfam y otros no desperdician ni una sola oportunidad para condenar a Israel por violaciones a los derechos humanos, los derechos humanos de los israelíes no parecen ser importantes para ellos ¿Tan poco vale la sangre judía?

Estoy enojado porque los periódicos principales, como el New York Times, titulan sus historias sobre los ataques de misiles con frases como "Cuatro Militantes Palestinos Asesinados por Ataque Aéreo Israelí", y no "Terroristas Palestinos Hacen Llover Más de 80 Misiles en Contra de Un Millón de Israelíes".

Estoy enojado porque tanta gente es ciega ante el hecho de que Irán, que ha llamado a que Israel sea borrado del mapa y ahora busca obtener armas nucleares, es el principal financiador y proveedor de armas de Hamás. Estoy enojado por el hecho de que todos los civiles en el sur de Israel hoy reciben la orden de no enviar a sus niños a la escuela y de quedarse en refugios antimisiles. ¿Qué clase de forma inhumana es esta para que los niños vivan?

Estoy enojado cuando la gente continúa diciendo que los 'asentamientos' son el principal impedimento para la paz, y no Hamás, un grupo terrorista que no reconoce el derecho de Israel a existir y que busca su destrucción. Estoy enojado cuando veo fotos como esta, de una casa del sur de Israel golpeada hoy por un misil lanzado desde Gaza, e igualmente tienen la audacia de decir: "Ah, pero si esos misiles son como juguetes, ¿qué daño pueden hacer?".
Estoy enojado porque hay alguien que no me conoce, nunca me ha visto, y sin embargo quiere matarme – sólo porque soy israelí.

Estoy enojado cuando escucho a residentes del sur de Israel decir: "nos acostamos sobre nuestros hijos y tratamos de protegerlos con nuestros cuerpos" o que "estamos vivos por milagro" – mientras el mundo pareciera no escuchar sus desesperados gritos de auxilio.

No, la verdad no estoy enojado. Estoy indignado.




Abogado Internacional de Derechos Humanos
Periodista free lance. Vive en Israel
Huffington Post
24 de octubre de 2012





My Country is Under Attack. Do You Care?/ Arsen Ostrovsky



I'm angry.

You see, as most Americans were waking up this morning, and those in Europe and elsewhere around the world were going about their daily routines, here in Israel -- over one million people were running for cover from a hail of rockets being rained down by Palestinian terrorists in Gaza. In the space of 24 hours, since Tuesday evening, 80 rockets have been fired on southern Israel. That's more than three rockets per hour. By the time I finish this article, odds are that count will have risen to 85 rockets.

Just to put things in context: one million Israelis is roughly 13 per cent of the population. Thirteen per cent of the U.S. population equates to about 40 million people.

A dozen Israelis have already been injured, with several of them seriously. The only reason more have not been hurt is because Israel has invested millions of dollars in bomb shelters and the Iron Dome defense system, while Hamas has invested millions of dollars in foreign aid in more rockets.

But here is why I'm angry.


I'm angry that in 2012, over 600 rockets have already been fired from Gaza with no end in sight. I'm angry that the world only notices when Israel undertakes its (sovereign) right to defend its citizens. Can you imagine if even one rocket was fired on Washington, London, Paris or Moscow? No nation on earth can, or should, tolerate such attacks on its people.

I'm angry that while the United Nations never hesitates to call a 'special emergency session' on the 'Question of Palestine' or pass the umpteenth resolution blindly condemning Israel, that I am still waiting for a session on the 'Question of Israel' and Palestinian terror. In fact, 24 hours after the rocket attacks started, I am still waiting for even one syllable of condemnation from the UN Security Council, the UN General Assembly or Navi Pillay, the UN High Commissioner for Human Rights.

I'm angry that Ban Ki-Moon, the UN Secretary-General, could not find a moment to condemn the Palestinian rockets, but did find time to laugh and dance with South Korean rapper Psy from the popular dance craze Gangnam Style.

I'm angry that while the EU foreign policy chief Catherine Ashton slammed Israel last week over the building of several hundred apartments (in an area that will arguably remain part of Israel anyway), that I am still waiting for her to slam the Palestinians for firing 80 rockets in one day.
I'm angry that there are those who continue to call for Boycott, Divestment and Sanctions (BDS) against the Jewish State, but are silent in the face of Palestinian terror.

I'm angry that ships and flotillas continue to set sail for Gaza to show 'solidarity' with the Palestinians, but where is their solidarity with the people of southern Israel?

I'm angry that while human rights organizations like Amnesty, Human Rights Watch, Oxfam and others do not waste a single opportunity to condemn Israel for human rights violations against the Palestinians, the human rights of Israelis are seemingly not important enough for them. Is Jewish blood really that cheap?

I'm angry that mainstream newspapers like the New York Times, lead their stories about the rocket attacks with such headlines as "
Four Palestinian Militants Killed in Israeli Airstrikes," and not "Palestinian Terrorists Rain Down Over 80 Rockets against one million Israelis."

I'm angry that so many people are blind to the fact that Iran, which has called for Israel to be wiped off the map and now seeks to obtain nuclear weapons, is the primary funder and supplier of arms to Hamas. I'm angry at the fact that all civilians in southern Israel today were instructed not to send their kids to school and stay in bomb shelters. What sort of inhumane way is that for children to live?

I'm angry when people continue to say that 'settlements' are the main impediment to peace, and not Hamas, a terrorist group which does not recognize Israel's right to exist and seeks its destruction. I'm angry when I see pictures like this, of a home in southern Israel hit by a rocket from Gaza today, yet have the audacity to say "ah, but they're just like toys; what damage can they do?"

I'm angry that there is someone out there who does not know me and has never met me, yet still wants to kill me -- for no other reason than being Israeli.

I'm angry when I hear residents in southern Israel say "we just lie on top of our children and try to protect them with our bodies" or that "we're living on borrowed time" -- yet the world seems oblivious to their desperate cries for help.

No, I am not angry. I am outraged.



International Human Rights Lawyer
10/24/2012



Y sin embargo... / Pilar Rahola, 17 de noviembre de 2012, La Vanguardia, España





 
En Israel también hay niños que sufren y mueren, pero son como los cohetes de Hamas, invisibles




Me temo que pasará otra vez... El ministro de Defensa ha movilizado a sus 75.000 reservistas, es decir, a padres, hijos, comerciantes, empresarios, maestros, médicos, cualquier persona que pueda luchar. Y pongo esta acotación porque siempre se intenta deshumanizar al Tsahal, sin recordar que cualquier ciudadano con la edad suficiente es un soldado en aquel país. Hoy, por tanto, miles de familias tienen el corazón en un puño, el miedo en el alma y su vida puede torcerse de manera trágica. Sin embargo, pasará otra vez... Si como es previsible, la violencia se recrudece, volveremos a vivir el día de la marmota, ese que empieza con el relato de la maldad intrínseca de Israel. Porque en este día eterno, sólo existe un verdugo.

Por ejemplo, pasará otra vez que dirán que Israel ataca sin sentido, lo cual destapará, como decía Julián Schvindlerman, un ingenioso invento: unos cohetes iraníes que ve Israel pero no ve nadie más en el mundo. Porque antes que ahora han caído más de 8.000 misiles en suelo israelí desde el 2005, más de 800 este año, y últimamente el promedio ha llegado a cinco cohetes por día. Ello ha implicado el pánico de más de un millón de personas que han tenido que ir a los refugios varias veces al día, aparte de heridos graves y muertos. Y los últimos cohetes han llegado a Tel Aviv. 

Pero nadie lo ha visto, la ONU no se ha escandalizado y nuestros progres no han protestado. Y durante meses, día a día, los cohetes han ido atacando el suelo de Israel. ¿Nos imaginamos un solo cohete en Barcelona? Pero que ataquen a Israel con tecnología iraní, desde posiciones cercanas, poniendo en peligro vidas y patrimonio, parece que es muy normal. Así que pasará otra vez, que no diremos nada de esos miles de cohetes pero al primer tanque israelí hablaremos de ocupación, de violencia y de horror. Y también pasará que se hablará de niños, porque siempre hay judíos malvados que matan niños. Ya pasaba en la Edad Media. 

Y sin embargo, creo que recordar que en Israel también hay niños, que sufren, tienen pánico, resultan heridos, mueren, pero son como los cohetes de Hamas, invisibles. Y claro, si no se ven los cohetes palestinos, ni los niños israelíes, sólo quedan los malos. Y pasará otra vez que parecerá que sólo hay unas pobres víctimas palestinas abandonadas a su suerte y un país imperialista que las masacra. Y sin embargo, Israel lucha en todos los flancos, rodeado de enemigos que le hostigan en el norte, le atacan en el sur y le odian en todas partes. Y encima, las primaveras árabes traen otoños islamistas. Pero pasará otra vez que todos sabrán quién es el malo, cuál es la solución y dónde está el dolor. Y sin embargo, este es el conflicto más complejo del mundo y el dolor está muy repartido. Pasará, pues, otra vez y muchos sabrán que Israel es un verdugo y los demás unas víctimas. Y sin embargo, estos que lo sabrán todo no sabrán nada.


17 de noviembre de 2012
España




Fuente: La Vanguardia
Fuente de las fotos: Unidos por Israel